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“CONSTELACION DE LA GUERRA CIVIL”

Transcripción del Video de Bert Hellinger.


Barcelona, España
“CONSTELACIÓN DE LA GUERRA CIVIL”
Transcripción del Video de Bert Hellinger.
Barcelona, España

“Sebastián”
(La guerra civil)

PROCEDIMIENTO

El cliente elige de entre los presentes, a los representantes para su sistema actual,
que puede ser su marido, su mujer o sus hijos, o bien de su sistema de origen que
serían los padres, los hermanos, etc. Y también elige a un representante que lo
represente a sí mismo. Y a continuación, posiciona a esas personas, a esos
representantes, relacionándolos en el espacio, centrándose enteramente, a su
intuición.
En cuanto los representantes hayan sido elegidos y colocados, sienten como las
personas reales, por eso es importante que esos representantes se abandonen
enteramente a sus sensaciones. Estas sensaciones y sentimientos van cambiando
según se vayan moviendo, por lo que los representantes tampoco dicen nada sino
que se centran enteramente en su interior, en aquello que sienten en ese momento
y es posible que sientan algo, que sientan miedo de decir lo que sienten. Por
ejemplo, cuando surge que una persona de la familia tiene tendencia a morir:
entonces, el padre o la madre puede que se sienta aliviado y eso estaría prohibido:
que alguien se sienta aliviado cuando otro muere. Probablemente, el
representante puede sentir miedo de comunicarlo. O un padre que siente una
atracción erótica por su hija, y su representante no quiere decirlo. Ahora bien, si el
representante no expresa estos sentimientos, no podemos seguir trabajando
porque falta información importante. Es decir, los representantes tienen que decir
inmediatamente lo que sienten.
El trabajo con constelaciones familiares, muy rápido, llega muy hondo y, por eso,
solamente hay que hacerlo cuando se trata de un asunto muy importante, no
tomarlo a la ligera o por curiosidad.
El terapeuta necesita muy poca información y cuanto menos se les diga a los
representantes, tanto más auténticos son sus sentimientos, porque no se influyen por
ninguna otra idea. En el trabajo con constelaciones familiares, entramos en
contacto con un campo consciente y nos dejamos llevar por ese campo. El
terapeuta no tiene intenciones ni tampoco miedo; haya lo que haya, debe surgir y
también los representantes deben estar libres de intenciones, es decir, no querer
decir cosas para ayudar. O sea, que los representantes tienen que estar libres de
miedos.
Lo que realmente cura y lo que ayuda es la realidad que surge, y todos pueden
apoyar lo que está ocurriendo aquí, siguiendo con buenas intenciones al trabajo.

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¿Qué sucesos hubo en la familia de origen? No pregunto cuáles son las
dificultades, porque si lo hago, el cliente empezará a contarme una historia muy
larga y la historia servirá para justificar su problema, porque si realmente fuera la
situación correcta, ya no tendría ese problema. Es por eso que ni siquiera le
pregunto por el problema.
Las preguntas que el terapeuta formula son:
- Sucesos importantes en su familia de origen
- ¿Quién pertenece a la familia de origen?
- ¿Alguno de los padres tuvo una relación seria antes de casarse?
- ¿Algún hijo que murió pronto o que nació muerto?
Eso ya basta para empezar.
Es importante que no se hagan cambios una vez que se haya elegido a la
persona, porque ésta ya ha entrado en el papel en ese momento. Al elegir, no se
vayan por el parecido. Si buscas parecidos, ya no funciona. Colócalos siguiendo tu
intuición, no hagas escultura, si lo haces, lo atas a una situación determinada y no
puede seguir su propio movimiento interior, sólo colócalos. Cuando la persona que
trabaja dice: “éste ya está bien”, sin tocarlo, hay que insistir en que lo toque
realmente y lo coloque. Después de colocarlos, pedirle al cliente que se de una
vuelta por fuera de la colocación para ver si así es, o necesita hacer algún
pequeño ajuste. Al terminar de hacer esto, el cliente puede sentarse.
No hay que preguntar demasiado en un principio por la familia de origen del
padre o de la madre para no confundirse después con tanta información. Así que
empezamos con pocas personas y vamos ampliando paso a paso.
Si vas a tratar un asunto fuerte que aparece con algún familiar, retira a todos los
demás unos pasos y deja campo amplio para el trabajo particular que ves; esto
necesita ser manejado con solo aquellos que lo tienen que hacer en esta situación.
Este tipo de procedimiento es fenomenológico. Esto quiere decir que el terapeuta
no tiene ningún tipo de intenciones. A él le parece bien la realidad tal como es, así
también, puede ver sufrir a la madre sin que intervenga, hasta un cierto punto. Y el
terapeuta se retira a un centro vacío y estando así, recogido, centrado, de repente
le viene una idea, una imagen, una palabra. Con un cierto tipo de experiencia, el
terapeuta se fía de estas informaciones y si así se hace, el trabajo puede
desarrollarse. Es el principio para que el trabajo pueda empezar.

LA MUERTE
La muerte es un proceso que necesita cierto tiempo y existe una muerte no
concluida y hay una muerte concluida. En la muerte, tanto víctima como
perpetradores, ambos se encuentran, y sólo cuando se encuentran, la muerte está
concluida, tanto para las víctimas como para los perpetradores. Para que esto se
logre, hacen falta varios pasos: en un principio, las víctimas se sienten insensibles y
con sentimientos, a veces sienten odio, y el primer paso que les ayuda a los
muertos, es que sean respetados.

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Muchas veces, los asesinos mismos no lo hacen, lo hacen los nietos: ellos sienten
como las víctimas, y por eso muchas veces están en peligro de suicidarse, o caen
enfermos; sería como una reconciliación, una reparación secreta. No obstante,
tiene que ser el perpetrador mismo el que lo realice. Que los nietos honren a los
muertos es un proceso de sanación para los nietos mismos, pero no deben
quedarse con los muertos.
Una vez que la nieta honre a los muertos, se lleva a un lugar seguro, al lado de su
padre. Es importante también que los nietos, una vez hayan honrado a los muertos
de manera profunda, se retiren, se den la vuelta, porque aquello que los muertos
realizan, que sería la reconciliación entre las víctimas y los perpetradores, solamente
lo pueden hacer los muertos, y los vivos no deben intervenir. Los muertos no lo
quieren.
Esto sería el proceso de sanación. Todo lo que además ocurra en la familia, aún
tiene que ver con estos hechos; por eso, al final, el cliente se siente mejor. Esto, que
es lo esencial, es lo que después actúa en las almas.
Se tienen que mirar a los ojos y de ahí resulta luego el movimiento.

LA PRESENCIA DE LOS MUERTOS


Los muertos están presentes, pero la idea común es que los muertos ya no están,
han desaparecido, pero por los efectos se puede ver que están presentes y
depende de cómo murieron. Aquellos que tuvieron una muerte violenta,
permanecen más tiempo presentes. Lo curioso es que los vivos pueden ayudarle a
los muertos para que éstos concluyan su muerte. Por ejemplo, un judío cuyo padre
murió: hice que el padre se acostara en el suelo, y con esto se vio una tendencia
del hijo a seguirle; se acerca al padre y se arrodilla a su lado, y está clarísimo que el
hijo que aún vive ni está desligado de su padre que está muerto ni el muerto está
desligado de su hijo que aún vive. Entonces, al lado del padre muerto, pongo al
padre muerto de éste y entonces giro la cara del padre muerto, de manera que ya
no mire a su hijo vivo sino a su propio padre muerto. Entonces resulta como si este
padre muerto estuviera aprendiendo que ya está muerto. Pido que se gire y deje
libre a su hijo que aún está vivo. Así el hijo puede levantarse y retirarse.

En terapia, muchas veces es así, que alguien vivo es sujetado por una persona
muerta o bien, que este vivo sujete a un muerto. Por eso, hay que hacer posible
esta separación simbólicamente y, de esta manera, queda a salvaguarda de esta
influencia de los muertos.

¿QUÉ ES EL ALMA?
Es el fundamento de todo este trabajo. Lo primero, sería establecer que nosotros
“estamos EN un alma”, no es que “tengamos un alma”; todos participamos de algo
mayor. Y ahora bien, también existen dimensiones del alma. Alma quiere decir: una
fuerza que reúne varios elementos para después guiarlos, es decir, el cuerpo vivo
está controlado por una instancia y dirigido por ella, y esa fuerza es el alma. Pero el

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alma no está dentro del cuerpo, el cuerpo no son los límites del alma. El alma actúa
mucho más allá del cuerpo y de esta manera existe el intercambio con el entorno.
Solamente nos entendemos porque tenemos un alma común en la que
participamos. Aunque uno en sí es una entidad, el alma actúa más allá del cuerpo.
Una red familiar, una familia más extensa, tendría un alma común. Actúan como
si tuvieran un alma común. Las leyes en las cuales actúa el alma no permite que
alguien, que forma parte del sistema, sea excluido. Así por ejemplo, los asesinados
forman parte del alma del asesino y el asesino es parte del alma de los asesinados.
Es una misma fuerza y esta fuerza busca reunir estos dos elementos. La ley por la
que se rige esta alma, es que todos los que forman parte tienen que estar juntos y
también en esta alma existe la tendencia a la compensación: a llegar a un
equilibrio entre pérdida y ganancia. Por ejemplo, el abuelo tenía una ventaja
porque vivía mientras los demás estaban muertos y esto tiende a una
compensación, por eso sus sucesores mueren: para unirse a los muertos. Por
ejemplo, enfermedades psicosomáticas o psicosis, o accidentes frecuentes o una
tendencia al suicidio son intentos de llegar a una compensación. Y en esta alma, la
compensación es siempre negativa, es decir, a través de algo negativo se paga
algo. Esto sería también la base de la religión cristiana y no porque sea cristiana.
Hasta donde yo sepa, Jesús no dijo eso. Es el alma que actúa así y que se ha de
escuchar a través de tales creencias. Esta alma tiene algo arcaico, violento, cruel.
El alma familiar toma al servicio del destino a alguien de las siguientes
generaciones. Por eso, el destino está por encima de la familia: porque toma a la
familia a su servicio.
Y ahora, más allá del alma de la familia, hay también una Gran Alma, es decir, lo
individual y el alma de la familia forman parte de una Gran Alma. Y la solución se
encuentra en la Gran Alma, donde no hay sentimientos negativos, sólo amorosos.
Entonces, la compensación y la solución se encuentran en la Gran Alma.
Cuando una persona tiene un problema personal, individual, muchas veces se
puede encontrar una solución mirando al alma de la familia. Cuando la familia
tiene un problema grande, solamente puede solucionarse mirando a la Gran Alma.
En la Gran Alma, las leyes que rigen al alma de la familia se cumplen de una
manera positiva, buena. Aquí, esto ocurre a un nivel superior, y entonces la
compensación se realiza a través del respeto, no a través del sufrimiento.

UNIR AQUELLO QUE ESTABA SEPARADO


El cliente abraza tanto al perpetrador como a la víctima y así une a los dos. Este
ejercicio se puede hacer en caso de esquizofrenia, cuando hay tendencias
antagónicas que pueden llevar a la confusión. Con esto se unen los opuestos.
También se usa con personas maníaco–depresivas, donde la parte maniaca
representa una parte y la depresiva a otra, dos partes opuestas de la familia, una
de levedad y otra de pesadumbre. Pero también hay que ver que la persona,
estando en la fase maniaca quiere morir, quiere despegar de la tierra.

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