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TALLER DE APRENIZAJE 2

Lo invito a leer el siguiente cuento.

Cuenta la leyenda que una mujer entró a un restaurante y pidió una sopa. Una vez
servido el plato de sopa… La señora alzó la voy y dijo:

– ¡Camarero por favor, venga!

El camarero se acercó y le preguntó:

– ¿Qué desea, señora?

– ¡Deseo que pruebe la sopa!

El camarero, sorprendido, le preguntó a la mujer si el problema era que la sopa


estaba insípida. La mujer, enigmática, insistió en su petición.

– ¡No! Quiero que pruebe la sopa.

El camarero, confundido, le dijo a la señora:

– ¿Qué sucede señora? Si es porque no le gusta, ¿quiere que le traiga otro plato?

La mujer seguía insistiendo, enrocada en su enigmática proposición:

– ¡Simplemente quiero que pruebe la sopa!

El camarero, que ya experimentaba una mezcla de sentimientos entre dudas,


curiosidad y también cierto malestar por la rotundidad de la mujer, apuró sus últimas
opciones preguntando a la mujer si es que la sopa estaba fría.

– Yo si se la tengo que cambiar, se la cambio, señora… Pero por favor, dígame qué
le pasa.

– ¡Por favor! ¡Pruebe la sopa si quiere saber qué le pasa!

El camarero, dándose cuenta de que nada podía hacer más que probar la sopa,
finalmente se sentó en la silla libre, junto a la mujer, se acercó el plato, levantó su
brazo para coger la cuchara y, con cierta sorpresa, exclamó susurrando:

– ¡Pero si no hay cuchara…!

La mujer zanjó la conversación.


Derechos reservados – CAJASAN, 2020.

– ¿Ves? Falta la cuchara, eso le pasa a la sopa. Que no me la puedo comer.

¿Moraleja?

¿Por qué algunos se empeñan en que los entiendan con indirectas? ¿Por qué
otros insisten en que los demás adivinen en cada momento lo que quieren, lo que
están pensando, lo que estamos intentando decir o a dónde quieren llegar? Existe
una tendencia del ser humano que es la de pretender que nos entiendan sin
explicarnos claramente. La de querer que adivinen nuestras necesidades en cada
momento y eso, eso no puede ser. Debemos ser claros al hablar, decir las cosas
sin rodeos, preguntar si no se entiende algo pero sobre todo, ‘no marear’ con nuestro
lenguaje ni nuestras actitudes a los demás porque los demás no son como nosotros,
no están dentro de nosotros y no saben lo que queremos y estamos buscando, por
muy evidente que sea para nosotros mismos.

¿Y tú, eres de los que se comunican con indirectas?

A continuación, en una hoja escriba y desarrolle una situación de su vida


cotidiana donde se refleja este tipo de situaciones.
Derechos reservados – CAJASAN, 2020.

Dentro de las actividades que he desarrollado, he vivido la situación expuesta en


procesos de aprendizaje laboral ya que muchas veces cuando ingresa a ocupar un
cargo laboral y se cumpla con los requisitos de conocimiento básicos para
desarrollarlo cada empresa u organización lleva a cabo procesos diferentes a través
de sistemas diferentes, y muchas veces por no decir que en la mayoría no se recibe
el apoyo esperado por los nuevos compañeros de trabajo y son estos los que
muchas veces se encuentran encargados de realizar el proceso de inducción y
cuando se empiezan a aplicar esos conocimientos adquiridos se cometen errores y
cuando se cometen no es muy común que la persona a cargo de la revisión de estos
primeros procesos realizados indique el error cometido si no que pide que lo revise
nuevamente pero sin especificación alguna , es decir no hay una buena
comunicación que permita identificar esos errores oportunamente en pro de buscar
y aplicar opciones de mejora

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