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Proceso de globalización financiera

La bibliografía que sustenta estos conceptos se encuentra en CHESNAIS, François La


mundialización financiera. Génesis, costo y desafío.
Compilación. Ed. Losada, 1999. Capítulo 8.

Los países industrializados tuvieron un crecimiento rápido y duradero


durante casi tres décadas hasta los ’70. Es lo que se conoció como el
período dorado del capitalismo.

Esto se debió a:
- la relación salarial “fordista” que organizaba el reparto de los
incrementos de productividad resultantes de la organización científica
del trabajo,
- las políticas de estabilización keynesiana destinadas a asegurar un
avance regular de la demanda dirigida a las empresas,
- sistemas financieros administrados que permitieron el
financiamiento de la acumulación del capital por endeudamiento
bancario a tasas de interés bajas y controladas por las autoridades
monetarias.

Fordismo

Es el modo de producción en cadena que se llevó a la práctica en la


fábrica de autos Ford y que luego se generalizó a la mayoría de los
procesos de producción.

Supone la existencia de una cadena de montaje, maquinaria


especializada, altos salarios y un número elevado de trabajadores. Es
rentable para productos que puedan venderse a bajo precio en una
economía desarrollada.

Promueve la especialización, la transformación del esquema industrial


y la reducción de costos, a través de la expansión del mercado, dado
que el propio obrero puede acceder a lo que produce.
Surge el obrero especializado, la clase media (arquetipo del american
way of life).

Este modelo permitía sumar al obrero especializado al mercado, con


capacidad de compra, aumentando de esta manera el tamaño del
mercado y mejorando la productividad. Este modo de producción tuvo

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su auge en el momento en que las herramientas keynesianas tenían
su mayor vigor en las economías desarrolladas.

A partir de los ’70 el agotamiento de este modelo dio paso al modo


de producción toyotista.

Este modelo llevó a la economía japonesa del subdesarrollo a la


categoría de potencia mundial.

El esquema de producción se basa en:


- flexibilidad laboral y alta rotación en los puestos de trabajo,
- estímulos sociales a través del fomento del trabajo en equipo y la
identificación entre jefe-subalterno,
- just in time, que revalora la relación entre el tiempo de producción
y la circulación de la mercancía a través de la lógica de menor control
del obrero en la cadena productiva y un aceleramiento de la demanda
que acerca al “stock 0” y permite prescindir de la bodega y sus costos
por almacenaje,
- reducción de costos de planta.

Este modelo ha sido muy funcional a las políticas económicas


neoliberales con sus consecuencias de caída generalizada de salarios,
desprotección, potencialización del individualismo, desempleo
estructural, etc.

Esto permitió crear un contexto económico y social estable y favorable


a la acumulación del capital industrial y al crecimiento de la
producción. El aumento de la demanda estaba asegurado por las
políticas públicas de estabilización coyuntural y por el aumento del
poder adquisitivo de los salarios como resultado de los incrementos
de productividad.

La determinación administrativa por parte de las autoridades de las


tasas de interés garantizaba un costo de capital estable y bajo.

Pero tanta estabilidad hace que las economías industrializadas


comiencen a desregularse. Esto quiere decir que los actores de la
economía adquieren mayor confianza, con una expectativa de
crecimiento regular que normalmente se cumple. La incertidumbre
disminuye. Esta confianza lleva a las empresas a endeudarse y a
invertir más. Los precios suben lo que hace que las empresas se
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endeuden más haciendo crecer la fragilidad financiera de las mismas.
El mayor requerimiento de crédito hace que suban las tasas de
interés. Las expectativas optimistas terminan por darse vuelta
llevando a las empresas a reducir la actividad y el crecimiento cae.
Así aparece el proceso de estanflación.

Sumado a ello, el régimen de crecimiento rápido entró en crisis con


el derrumbe del sistema monetario internacional de Bretón Woods, el
recalentamiento inflacionario de Estados Unidos en 1972 y la crisis
del petróleo de 1973.

La persistencia de la estanflación indujo a un cambio de políticas


públicas. Así se inicia en las grandes potencias a fines de los ’70 una
batalla contra la inflación como prioridad absoluta. El desempleo era
una resultante de la búsqueda de estabilidad en los precios. La
estabilidad monetaria pasó a ser el objetivo prioritario y la política
monetaria el principal instrumento de la macroeconomía.

También se impone un concepto liberal del rol del estado que debe
desligarse de la gestión económica. El monetarismo y el liberalismo
se vuelven los principios fundamentales de la política económica. Se
dio paso a un modo de regulación salarial competitivo. La política del
rigor salarial tuvo un rol central en el proceso de desinflación. Se cortó
la vinculación entre el aumento de los salarios por un lado y la
evolución de la productividad y de los precios por otro.

Esto redujo la previsibilidad de la demanda dirigida a las empresas,


por lo tanto, con un contexto de incertidumbre tanto para empresas
como para asalariados, también se produjo inestabilidad de la
inversión y el crecimiento.

El endurecimiento de las políticas monetarias provocó un alza brutal


de las tasas de interés nominales. La desaceleración del crecimiento
generó tensiones en los mercados de trabajo provocando creciente
desempleo.

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Cambio de rumbo en las políticas económicas

Rigor salarial Rigor monetario

Baja del consumo Baja de la inflación Aumento tasas de interés

Caída del crecimiento Aumento de tasas de interés real

Crecimiento de déficit público

Aumento de deuda pública

Liberalización financiera Sostenimiento tasas elevadas

Aumento finanzas especulativas Aumento inestabilidad financiera

Desaceleración en la acumulación del capital productivo

Se puede decir que el encadenamiento déficit público/globalización


tuvo su punto de partida en los Estados Unidos.

Desde fines de los ’70 Estados Unidos tuvo déficit público y de balanza
comercial. El hecho de que esta potencia económica recurriera al
endeudamiento internacional produjo una modificación en los
movimientos internacionales de capitales y fue el inicio del proceso
de globalización financiera.

Históricamente los flujos de capitales seguían el eje Norte-Sur. Este


movimiento se reforzó durante la crisis del petróleo. El sistema
bancario internacional aseguró el financiamiento de los países en
desarrollo no productores de petróleo gracias al reciclaje de los
petrodólares acumulados por la OPEP.

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Sin embargo con la crisis del déficit de Estados Unidos, las
transferencias de capital cambian de orientación, pasa a ser Norte-
Norte. Los excedentes de Europa y Japón financian a Estados Unidos.

Al mismo tiempo llega a los países en desarrollo el FMI con sus


políticas de ajuste. Hasta 1982 el financiamiento internacional pasaba
por el sistema bancario. Pero frente al aumento de los déficit público
y externo de los Estados Unidos, la crisis de la deuda y la orientación
Norte-Norte de los flujos financieros internacionales comienza a surgir
un mercado por fuera del sistema bancario.

Inversores institucionales (fondos de inversión, fondos de retiro,


seguros), Tesoros públicos nacionales, tesoreros de los bancos y de
empresas multinacionales prefieren endeudarse o colocar en el
mercado de títulos que es más ágil y menos costoso gracias a la
supresión de la intermediación bancaria.

Quienes invertían en estas circunstancias, buscaban el mejor


rendimiento pasando de un título a otro o de una moneda a otra, de
una deuda en dólares a una en alguna moneda europea fuerte
(francos, marcos, el euro no era aún la moneda unificada europea).

El sistema financiero internacional se convirtió en un megamercado


caracterizado por plazas interconectadas por redes modernas de
comunicación y por un funcionamiento permanente y sucesivo, en las
plazas de Oriente, Europa y Estados Unidos.

La desregulación fue el motor de la globalización financiera


generando a su vez en los nuevos países industrializados el
nacimiento de los mercados financieros emergentes.

Keynes ya había anunciado que el riesgo del predominio de la


especulación tendería a crecer con el progreso de la organización de
los mercados financieros. El mercado de títulos pasó a ser el
segmento más activo del mercado financiero internacional y el
principal alimento para esto, eran y son los déficits públicos de los
países industrializados. Los países industrializados emitieron títulos de
su Tesoro siendo estos títulos fuertes en función de la garantía
estatal.

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