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Marco General 11
Marco General 11
O11
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En la Asamblea de la Comunidad Parroquial se decidió
celebrar los días más relevantes de nuestra fe en
comunidad. Para ello decidimos adelantar los días de las
celebraciones. Llega el momento de poner en marcha la
“maquinaria comunitaria” para que esta nueva fórmula sea
una experiencia gratificante y convincente. Somos
responsables de nuestra rosa. El éxito o el fracaso
depende de cada miembro de la comunidad.
La cuaresma.
La Semana santa.
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de conflicto con las clases dirigentes. Por eso explicó
tantas veces que “el Reinado de Dios se parece a un
banquete...” Luego dirá grupo: “Haced esto para que os
acordéis siempre de mí”. El evangelio de Juan nos pone la
escena del lavatorio de los pies... Todo da mucho que
pensar tanto hacia la comunidad eclesial como a la civil.
¿Qué Dios se desvela en esta comensalidad de Jesús?
¿Dónde está la Buena Noticia en este Jueves santo?
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La Vigilia Pascual o la celebración de la Resurrección o
Exaltación es el centro de nuestra fe. Si Jesús de Nazaret
no fue resucitado por Dios “nuestra fe es una estupidez”.
No vivimos en una utopía sino en una quimera o cuento de
hadas.
En esta noche celebramos que Dios dio la razón, un sí
rotundo a la vida y al proyecto de Jesús de Nazaret y a su
persona. La víctima Jesús ha sido rescatada por el Dios
amigo de la vida. En la medida en que somos víctimas o
nos ponemos al lado de ellas trabajando para que no las
haya, Dios nos regalará su propia vida. Esa es la Gran
Buena Noticia. Por eso quienes escribieron aquellos
testimonios de la vida de Jesús para las comunidades del
siglo primero, les dieron el nombre de Evangelios (una
palabra griega que significa “buena noticia”).
Nuestra comunidad cristiana de Ibarrekolanda no tiene otra
razón de existir que vivir y ser testigos de esta Buena
Noticia que llevamos en vasos de barro.
El Resucitado es el Crucificado y no otro. Eso es lo que
puso en marcha aquel grupo de Jesús que, un tiempo
después de abandonarle y de apurar el cáliz del fracaso, se
enfrentó con el poder que asesinó a Jesús y fue testigo
excepcional de que Dios le había resucitado y que Jesús
volvía a comer con ellos y ellas.
Por eso el grupo se sentía enviado como testigo de esa
Buena Noticia que 21 siglos después intentamos vivir y
celebrar significativamente.