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B3n.pdf apubnte orrego desde pagina 18
INTRODUCCION
El legislador chileno, construyó un sistema registral inmobiliario sobre dos grandes pilares:
a) La inscripción, precedida de un título, como única forma de efectuar la tradición del
dominio y demás derechos reales inmuebles (inscripción constitutiva), con excepción de
las servidumbres (inscripción declarativa); y
b) La inscripción como requisito, garantía y prueba de la posesión de los mismos
(inscripción constitutiva). Esto fue reforzado con las exigencias de inscribir las sentencias
que declaran la prescripción adquisitiva (la que no procede en contra de título inscrito,
sino en virtud de otro título inscrito), como requisito de oponibilidad, y los inmuebles
hereditarios para que los herederos puedan disponer de ellos.
Se utilizó la protección posesoria para proteger el dominio y, por razones de seguridad
jurídica, el legislador extremó esta protección en el caso de los inmuebles, estableciendo
una ficción legal de posesión (“corpus” y “animus”) a través de la inscripción.
Nuestro sistema registral chileno establecido en el año 1855 compatibiliza influencias
romanas y germanas, sumado a los rasgos de originalidad que presenta el Código Civil a
propósito de diversas instituciones.
REGULACION
Podemos definir al derecho registral inmobiliario como “el estatuto jurídico que regula los
efectos de la inscripción conservatoria, en los referente al dominio y a la posesión de
bienes raíces”.
Daniel Peñailillo Arévalo señala que “ el conjunto de principios y normas que regulan la
organización y funcionamiento del registro , la determinación de los objetos y actos
inscribibles y la forma y efectos de la inscripción “ agrega el autor que “ se conjuntan ,
pues temas orgánicos ( el funcionario y sus atribuciones ) substantivos ( determinación de
objetos , actos y derechos inscribibles y efectos de la inscripción) y adjetivos ( formas : de
acceso al sistema de las inscripciones de las impugnaciones )”.
CONSERVADOR DE BIENES RAÍCES
Lo característico de este Registro, según José Luis Lacruz Berdejo “el que adquiere
aparece en el Registro como dueño de la finca, adquiere válidamente, y se hace dueño, a
su vez, aunque el dato que publica sea erróneo. La inscripción coincide casi siempre con
la realidad. Esto se debe al modo de adquirir los derechos reales mediante acuerdo
abstracto e inscripción (para transmitir la propiedad, el sistema alemán no requiere
tradición). (Sí, preguntaron esto -.-). El profesor Sepúlveda también deja en claro la
influencia del Derecho alemán en Bello: “En el caso de la influencia alemana, ésta
aparece expresamente reconocida en el Párrafo XXIII del Mensaje del Código Civil: ‘La
institución de la que acabo de hablaros –se refiere a la inscripción en el registro
conservatorio- se aproxima a lo que de tiempo atrás ha existido en varios estados de
Alemania y que otras naciones civilizadas aspiran actualmente a imitar. Sus buenos
efectos han sido ampliamente demostrados por la experiencia”.
El conservador de bienes raíces es una institución que fue creada por don Andrés Bello
en el código civil, sin embargo, fue él mismo quien señaló que en cuanto a su
organización, funciones, atribuciones, fuese regulada por un reglamento que lleva su
nombre.
Principios se clasifican en los que se refieren a los efectos de la inscripción y los que se
refieren a los requisitos de la misma. En los primeros ubica los principios de inscripción,
legitimación registral, inoponibilidad, fe pública registral, prioridad, usucapión ‘secundum
tabulas’ y limitación de la usucapión ‘contra tabulas’. Y en los segundos, comprende a los
principios de rogación o instancia, voluntariedad de la inscripción, negocio causal, tracto
sucesivo, de legalidad en su modalidad de titulación auténtica, de legalidad en su
modalidad de calificación registral y de especialidad o determinación.
Clasificación:
Son diversos los criterios de clasificación que ha utilizado la doctrina, no condiciendo en
la determinación del numero de principios e, incluso, en la denominación de alguno de
ellos. Aun mas, se ha llegado a hablar de principios hipotecario apócrifos.
A Ramón Roca Sastre le parece que la “ más interesante es la seguida por ciertos autores
alemanes, algunos de los cuales señala Jeronimo Gonzales, los clasifica en principios
sustantivos o materiales y principios adjetivos o de procedimiento, si bien el citado jurista
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no estima clara esta clasificación. José Manuel García Garcia califica esta clasificación de
artificial pues “ en el sistema español n cabe hacer esta distinción ni siquiera respecto de
aquellos principios en que predomina el aspecto material o formal, ya que se trata de
aspectos íntimamente enlazados, cuya separación puede llevar a erróneas
interpretaciones.”
Quizás hoy por hoy, en España la clasificación más aceptada es la que expone este ultimo
autor, quien distingue entre aquellos principios que se refieren a los efectos de la
inscripción y los que se refieren a los requisitos de la misma. En los primeros ubica los
principios de inscripción, legitimación registral, inoponibilidad , fe pública registral
prioridad, usucapión “ secundm tabulas” y limitación de la usurpación “ contra tabulas”. Y
en los segundos, comprende a los principios de rogación o instancia, voluntariedad de la
inscripción, negocio causal, tracto sucesivo, de legalidad en su modalidad de titulación
autentica, legalidad en su modalidad e calificación registral y de especialidad o
determinación.
En opinión de Carmen de Grado Sanz, Antonio Pau Pedro,” con mucho fundamento
distingue en la clasificación una tercera categoría: la de principios fundamentales de la
inscripción e incluye en ella el principio de prioridad el de tracto sucesivo y el de legalidad
en su aspecto de calificación registral, ya que considera que estos principios son
fundamento de la eficacia de la inscripción , a que sin ellos no tendría sentido la
legitimación, la inoponibilidad ni la fe pública.
.
Según el momento en el que operan ciertos principios, José Ignacio Martin Alias, formula
las siguiente clasificaciones:
1) Principios previos a la inscripción : rogación y legalidad
2) Principios simultáneos a la inscripción: prioridad, especialidad y tracto sucesivo.
3) Principios posteriores a la inscripción: legitimación y fe pública registral.
1)Inscripción.
2) Publicidad.
3) Legitimación.
4) Fe Pública.
5) Consentimiento.
6) Prioridad.
7) Rogación.
8) Tracto Sucesivo.
9) Legalidad.
10) Especialidad.
11) de la inoponibilidad
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Principio consistente en que las inscripciones van a ir sucediéndose unas a otras, siempre
cada inscripción haciendo referencia a la inscripción previa. Continuidad entre una
inscripción y las posteriores. (Llamado también de continuidad, tracto continuo o de la
sucesión)
c) De naturaleza precaria, por cuanto una vez reclamada la resolución o la actuación de
un Registrador, cesa ella y pasarán seguramente los antecedentes – vía aplicación del
recurso de reclamación que le asiste al interesado – a conocimiento y resolución del
Tribunal competente.
Finalmente, en relación a este Principio, es conveniente señalar que éste tiene plena
consagración en las diversas legislaciones, constituyendo una herramienta fundamental
del quehacer registral y gran pilar en el desarrollo de nuestra función.
Todas las inscripciones deben practicarse de la manera predeterminada por la ley. Este
principio también está asociado con el examen de admisibilidad que realiza el
Conservador antes de ser inscritos, para verificar si cumple con ciertos requisitos legales.
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Confiere una especie de jurisdicción que se encuentra conformada por todas las
actuaciones que el ordenamiento jurídico sitúa dentro de la órbita de sus atribuciones, sin
limitarlo exclusivamente dentro de la función de calificador de los títulos.
Art. 13. El Conservador no podrá rehusar ni retardar las inscripciones: deberá, no
obstante, negarse, si la inscripción es en algún sentido legalmente inadmisible; por
ejemplo, si no es auténtica o no está en el papel competente la copia que se le presenta;
si no está situada en el departamento o no es inmueble la cosa a que se refiere; si no se
ha dado al público el aviso prescrito en el artículo 58; si es visible en el título algún vicio o
defecto que lo anule absolutamente, o si no contiene las designaciones legales para la
inscripción
10) Principio de Especialidad: Por último nos encontramos con este Principio que tiene
por finalidad determinar los bienes objeto de inscripción, sus titulares y el alcance y
contenido de los derechos. Es conocido también como “Principio de Especificación o
Determinación”, pues obliga a concretar el bien inscribible, los sujetos y el derecho
inscritos.
11) Principio de la inoponibilidad: Tiene que ver con el mérito probatorio y está
asociado con que toda inscripción constituye además publicidad ante terceros, no
obstante otros roles que cumple la inscripción, pero dentro de estos aspectos, está a la
publicidad ante terceros
CONCLUSIONES
De todo lo expresado, podemos afirmar con toda propiedad la gran utilidad de los
Principios del Derecho Registral, cada uno de los cuales está de alguna forma presente y
cumpliendo un rol de directriz y orientación en las diversas instancias de la función del
Registrador ayudándole como eficaces herramientas de trabajo en sus delicadas tareas.
- Jurídicas
- Económicas
- Social
Algunos profesores, como don Marco Antonio, agregan que existen otras funciones como
la prevención de cierto delitos.
Económica: se crea el Conservador de Bienes Raíces como una forma de estimular el
comercio de bienes inmuebles. El Conservador es una institución que viene a
transparentar las condiciones en las que un inmueble se encuentra. Sin Conservador en
los tiempos actuales, sería muy engorroso realizar actos sobre inmuebles, en un pueblo
donde prima la desconfianza. Gran cantidad de engaños acrecentó el tráfico de causas en
los tribunales de justicia. Se creó el Conservador para que la población conozca el estado
actual de los inmuebles, es por esto que es un registro público, al alcance de cualquier
persona que desee recabar determinada información. Debemos enlazar este principio con
el De la libre circulación de la riqueza. A mayor información, mayor probabilidad de que se
celebren actos jurídicos sobre inmuebles.
Social va de la mano con las anteriores. Es difícil de separar:Es propio de las sociedades
modernas alcanzar estándares de orden que permita a sus miembros satisfacer de mejor
forma sus necesidades.
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Es por ello que tiene por objeto darle la tranquilidad a la población en la medida que sus
bienes inmuebles se encuentre inscritos a fin de darle determinadas garantías mismo
poseer un bien inmueble inscrito que uno no inscrito, no solamente por una cuestión
netamente teórica si no que practica por que la inscripción le da ventajas al titular en
cuanto a la adquisición, conservación y perdida de la posesión, derechos reales arriendo,
por ejemplo. . Es por esto que podemos notar, de la lectura del Código Civil, que don
Andrés Bello impulsa la inscripción, pensó él que en un mediano tiempo todos los
inmuebles en Chile iban a estar inscritos. En la realidad no es así, sobre todo en zonas
rurales.
Hemos dicho que la tradición de los bienes inmuebles (en dominio), como también la
tradición de otros derechos reales que recaen sobre inmuebles exceptuando la
servidumbre, se hace mediante la correspondiente inscripción en el conservador de
bienes raíces. Sin embargo, debemos desde ya dejar en claro que la inscripción del título
no siempre opera como modo de adquirir el dominio u otros derechos reales, sino que
también puede jugar otros roles.
1) La inscripción que opera como tradición: Sabemos que sólo la tradición del
dominio de bienes inmuebles y la constitución de derechos reales sobre inmuebles
(salvo la servidumbre "con su contra excepción") se efectúa mediante la inscripción en
el conservador. Por su parte, digamos que muchas veces nos vamos a ver enfrentados
a tener que inscribir en el conservador bienes inmuebles que se adquieran en virtud de
otro modo de adquirir distinto de la tradición, como lo es la accesión, prescripción
adquisitiva, sucesión por causa de muerte, sin embargo, cuando ello ocurra, debemos
tener presente que dicha inscripción no operará como tradición, sino que
desempeñará otros roles, ya que la tradición se habrá efectuado de una forma
diferente. Así por ejemplo, en la ocupación jamás hay inscripción, y esto porque nunca
puede recaer sobre bienes inmuebles; respecto de la accesión de inmueble a
inmueble la inscripción de lo principal se extiende a lo accesorio por lo que si hay
segunda inscripción esta no opera como tradición; a propósito de la prescripción
adquisitiva la inscripción de la sentencia opera como forma de publicidad, puesto que
dicha sentencia hace las veces de escritura pública. Por último respecto de la
sucesión por causa de muerte también habrá que practicar inscripciones, pero ellas no
configuran el modo de adquirir, sino que su finalidad será únicamente la de mantener
la historia de la propiedad raíz.
Art. 924. La posesión de los derechos inscritos se prueba por la inscripción y mientras
ésta subsista, y con tal que haya durado un año completo, no es admisible ninguna
prueba de posesión con que se pretenda impugnarla
*¿Cómo se prueba la posesión de inmuebles no inscritos?
Art. 925. Se deberá probar la posesión del suelo por hechos positivos, de aquellos a que
sólo da derecho el dominio, como el corte de maderas, la construcción de edificios, la de
cerramientos, las plantaciones o sementeras, y otros de igual significación, ejecutados sin
el consentimiento del que disputa la posesión.)
Art. 724. Si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse por inscripción en el
Registro del Conservador, nadie podrá adquirir la posesión de ella sino por este medio.
el Proyecto de 1853, una forma alternativa de tradición de los inmuebles, y no la única,
aunque si se recurría a ella, las posteriores transferencias debían hacerse de la misma
manera. Destaca el profesor Sepúlveda que será finalmente en el llamado “Proyecto
Inédito” (que al decir de Guzmán Brito bien podría denominarse Proyecto de 1854), donde
“aparece claramente delineado el sometimiento de la propiedad raíz al Registro. Elimina la
tradición real de los bienes raíces, dándole su artículo 826 la redacción al actual artículo
686”. Refiriéndose acto seguido al llamado principio de oponibilidad, critica el profesor
Sepúlveda que la constitución del derecho real de servidumbre no exija inscripción del
título, lo que, por lo demás, en la práctica igual suele hacerse, para invocarla ante terceros
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2) La inscripción puede operar como formalidad de publicidad: Las ser registros del
conservador de bienes raíces públicos trae como consecuencia el hecho de que
pueden ser examinados o consultados por cualquier persona, lo que hace que
cualquiera pueda tener acceso y conocimiento de los cambios que haya
experimentado el dominio de los bienes inmuebles o que pueda imponerse de los
gravámenes o limitaciones que los afecten. Por ello es que a veces se exige la
inscripción, no para que sea la tradición del respectivo derecho real, sino como
formalidad de publicidad o de oponibilidad, ya que ello permitirá a los interesados
tomar conocimiento de limitaciones, gravámenes, etc., que afecten a los inmuebles.
Estas inscripciones por vía de publicidad son en ciertos casos de carácter obligatorio y,
en otros, quedan entregadas a la libre voluntad de las partes. Los casos más
frecuentes de inscripción como formalidad de publicidad son:
“La publicidad –dice el autor don Marco antonio- no es un principio, sino que es la función
esencial del Registro, es la finalidad perseguida por todo el sistema registral”. Alude
enseguida a la función de mantener la historia de la propiedad inmobiliaria, expresando
que “Esta función, en realidad, queda comprendida en la anterior y se encuentra
relacionada con el principio registral de tracto sucesivo, única manera de mantener la
historia de la finca registral y, en consecuencia, la integridad del Registro”.
Es importante señalar que las inscripciones que ordenan los arts. 688 (respecto de la
sucesión por causa de muerte) y 689 (respecto de la sentencia que declara la prescripción
adquisitiva), responden a la finalidad de publicidad, puesto que aquí no hay tradición. Otros
modos de adquirir operan
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Art. 52 N° 4° del Reglamento del Conservador de Bienes Raíces.
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Por ejemplo, Pedro muere y todos somos herederos de Pedro y dentro de los bienes deja
esta la casa, Pedro en vida siempre dijo que su intención era que esta casa le quedase
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A través de las inscripciones hereditaria lo que se logra es llevar el inmueble que está
inscrito al nombre del causante que queda inscrito al nombre del heredero que deja
adjudicar el inmuebles.
Antes de verlas hay que aclarar dos cosas, las inscripciones hereditarias le corresponden
a los herederos, no a los legatarios, por otro lado, las inscripciones hereditaria son
obligatorias en la medida que en la herencia existan bienes raíces, en caso contrario no
es necesaria la inscripción. En último lugar, según lo que se desprende del encabezado
del artículo 688, que para poder disponer de los bienes raíces deben inscribirse.
Inscripción de la adjudicación
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Esquema profesor Osvaldo Parada
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Art. 728. Para que cese la posesión inscrita, es necesario que la inscripción se cancele,
sea por voluntad de las partes, o por una nueva inscripción en que el poseedor inscrito
transfiere su derecho a otro, o por decreto judicial. Mientras subsista la inscripción, el que
se apodera de la cosa a que se refiere el título inscrito, no adquiere posesión de ella ni
pone fin a la posesión existente.
Art. 2505. Contra un título inscrito no tendrá lugar la prescripción adquisitiva de bienes
raíces, o de derechos reales constituidos en éstos, sino en virtud de otro título inscrito; ni
empezará a correr sino desde la inscripción del segundo.
art. 924: “La posesión de los derechos inscritos se prueba por la inscripción y mientras
ésta subsista, y con tal que haya durado un año completo, no es admisible ninguna
prueba de posesión con que se pretenda impugnarla.
Estos registros son los que dice relación con la función propia del conservador de
bienes raíces, lo que no obsta a que leyes especiales le haya encomendado –al
conservador- llevar otros registros, pero que no dicen relación con la propiedad raíz, sino
que con otros aspectos. Así es como, el conservador lleva también el registro de
comercio, de prenda agraria, de prenda industrial, registros éstos que no dicen relación
con la función propia del conservador.
3) El INDICE GENERAL permite, junto a los índices de cada Libro o Registro parcial, el
funcionamiento del sistema, en cuanto mediante él se ubican las inscripciones y se puede
reconstruir la historia de los inmuebles. Se construye por orden alfabético de los
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otorgantes, y se forma a medida que van haciéndose las inscripciones en los tres
Registros parciales. También es anual.
Cabe señalar que, como es obligatorio inscribir el no hacerlo trae aparejado una
sanción. En efecto, la sanción por no inscribir será dependiendo de la finalidad de la
inscripción, así dicho, si el título se inscribe con el objeto de cumplir con una solemnidad,
la sanción será la nulidad absoluta, por otro lado, si el título se inscribe para cumplir con
un requisito de publicidad la sanción será la inoponibilidad.
Sin perjuicio de lo dicho anteriormente, debemos señalar que hay otros títulos que
pueden o no inscribirse, vale decir, es facultativo inscribirlo, estos son:
1) Toda condición suspensiva o resolutoria del dominio de bienes inmuebles.
2) Las servidumbres.
3) El embargo, cesión de bienes, secuestro, litigio, etc.
3º. Todo impedimento o prohibición referente a inmuebles, sea convencional, legal o
judicial, que embarace o limite de cualquier modo el libre ejercicio del derecho de
enajenar. Son de la segunda clase el embargo, cesión de bienes, secuestro, litigio, etc.
2. También puede haber cancelación por convención de las partes, la que supone una
subinscripción de la escritura pública en que consta la cancelación convencional al
margen de la inscripción cancelada.
3. También puede cancelarse por resolución judicial, la que también debe subinscribirse
al margen de la inscripción cancelada.
validez o legalidad del título que se le presenta para inscribir, función que, sostienen,la ley
no les ha conferido y que corresponde a otras autoridades.
Semejante posición contraviene el texto clarísimo del art. 13 del Reglamento, ya que la
disposición dice, en forma imperativa, que el Conservador DEBERÁ NEGARSE (a
inscribir) si la inscripción es “en algún sentido legalmente inadmisible…”.
Por cierto, ya veremos, que el derecho que tiene el Conservador para negarse a inscribir,
no es absoluto, tiene sus acondicionamientos y limitaciones; pero ellos no obsta para que
podamos sostener, y esta ponencia tratará de probarlo, que el papel del Conservador de
Bienes Raíces, es activo, y no puede ni debe renunciar a él, so pena de faltar gravemente
a sus deberes, e, incluso, ser condenado a indemnizar los perjuicios que su actitud pasiva
o negativa pudiese causar a terceros, como lo dispone el art. 96 del texto del propio
Reglamento.
La lectura atenta del art. 13 del Reglamento del Conservador de Bienes Raíces, permite
distinguir dos grupos de infracciones, faltas u omisiones, que facultan al Conservador para
rechazar un título:
a). Las que podríamos llamar infracciones de forma u objetivas: que saltan a la vista, por
así decirlo, y que la disposición señala sólo por vía de ejemplo, por lo que pueden,
indudablemente, existir otras de análoga naturaleza que obsten a la inscripción del título.
Estos casos son:
1.- Si no es auténtica la copia que se le presenta. La copia no es auténtica cuando no
cumple con los requisitos que señalan los arts. 401 Nº 8, 422 y 427 del Código Orgánico
de Tribunales de Chile; 57, 62 y 63 del Reglamento del Conservador de Bienes Raíces,
vale decir, sólo son auténticas las que están autorizadas por el Notario ante quien se
otorgó el acto o contrato, o su reemplazante, por el Archivero Judicial respectivo si ya se
incorporó
a ese archivo el protocolo correspondiente; copia de una sentencia o resolución judicial
con certificado de ejecutoria. Son igualmente auténticos los instrumentos otorgados en el
extranjero, una vez cumplidos los requisitos que exige el Código de Procedimiento Civil.
2.- Si no está en papel competente la copia, exigencia que entre nosotros ha perdido
importancia práctica, por las modificaciones que se han ido introduciendo a la Ley Timbres
y Estampillas.
3.- Si el inmueble no está situado en el territorio que corresponde al Conservador. Sobre
esto, sólo recordaremos que si la propiedad se extiende a través de 2 comunas, que
correspondan a 2 Conservadores, el título se inscribirá en ambas.
4.- Si no es inmueble la cosa. Esta causal es claramente objetiva. Por ello sólo
recordaremos una situación que suele presentarse en la zona sur, zona de grandes
predios y riqueza maderera. Siendo los bosques de gran valor, a veces superior al del
casco, no puede inscribirse su enajenación, si se venden separadamente del fundo, vale
decir, sí sólo se está vendiendo el bosque en pie. Ello en atención a que los árboles
pierden de inmediato su calidad de inmuebles por adherencia que les asigna el art. 568
del Código Civil y adquieren la calidad de bienes muebles, cuando se celebra un contrato
que no incluye el dominio del casco y, siendo así, no pueden ser objeto de inscripción en
el Registro del Conservador, aunque se hayan celebrado por escritura pública. (Ver
trabajo de don Arturo Alessandri, en REVISTA DE DERECHO Y JURISPRUDENCIA.
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Tomo 42, Secc. Derecho, pág. 42 a 49. “Similitud de cosa mueble en el Derecho Civil
Penal”).
5.- Si no se ha dado al público el aviso prescrito en el art. 58 del Reglamento. Esto se
refiere a ciertas publicaciones que el Conservador debe hacer en forma previa, cuando se
le requiere la inscripción de una propiedad que las partes sostienen que no está inscrita,
que no está incorporada al sistema. A esta misma materia se refiere el Art. 693 del Código
Civil. Dadas las situaciones irregulares que a este respecto suelen ocurrir, el D.L. 1939,
publicado el 10 de Noviembre de 1977, estableció otra exigencia o trámite previo a cargo
del Conservador. Debe pedirse un informe a la Oficina de Bienes Nacionales respectiva,
para que en el plazo de 30 días, se pronuncie acerca de si la propiedad que se pretende
inscribir es o no de domino del Fisco. Si el informe no es evacuado en dicho plazo, el
Conservador puede actuar, cumpliendo los trámites de publicidad señalados en el Art.
58 del Reglamento.
En la oración final de este Art. 13 del Reglamento, se contiene, sin duda, el tema más
importante para el Conservador de Bienes Raíces y el que, en la práctica, ha suscitado
mayores problemas y controversias.
Se contiene aquí una pauta, o una concisión general, que autoriza al Conservador para
rechazar una inscripción. La norma distingue dos situaciones específicas y distintas:
a) Si es visible en el título un vicio o defecto que lo anule absolutamente.
b) Si no contiene (el título) las designaciones legales para la inscripción.
Sobre la exigencia a) es conveniente que el Conservador tenga presente dos órdenes de
consideraciones: Que en nuestra legislación, la regla general es que las omisiones o
vicios, en los títulos, produzcan sólo nulidad relativa, de acuerdo al último inciso del art.
1682 del Código Civil. De ello se sigue que, en la mayoría de estos casos el Conservador
no debiera rechazar la inscripción, buscando la superación del obstáculo, ya que la norma
dice que debe ser visible un vicio o defecto que tenga como consecuencia la nulidad
absoluta del acto o contrato.
En segundo lugar, el vicio o defecto debe ser visible, es decir, estar patente, sin que sea
necesario un análisis más profundo del título, ni tener en cuenta otras consideraciones
que no resultan de la sola observación de él. Ayuda mucho a resolver el problema
recordar aquí una disposición de nuestro Código Civil, que, excepcionalmente, le señala al
Juez de una causa cuando puede declarar de oficio la nulidad absoluta de un acto o
contrato. El art. 1683 nos dice que el Juez puede y debe declarar de oficio la nulidad de
un acto o contrato sólo cuando ella aparece de manifiesto en él. Nos parece que,
conceptualmente, existe similitud entre la actitud del Juez y la del Conservador frente a un
título que presenta ostensiblemente ciertos vicios, ya que la exigencia del Reglamento del
Conservador, que sea visible el vicio o defecto, es semejante a la frase
“aparecer de manifiesto” que señala para el Juez el Art. 1683 del Código Civil. En
consecuencia nos parece que resulta lógico razonar que si ni siquiera un Juez, en quien
reside la plenitud de la jurisdicción, puede declarar de oficio la nulidad de un acto o
contrato, si el vicio no aparece de manifiesto en él, menos puede el Conservador rechazar
la inscripción en un caso semejante, no obstante que este último nunca puede hacer una
declaración de ser nulo un acto o contrato, sino que sólo rechazar la inscripción
por ser visible un vicio o defecto que conducirá a su nulidad absoluta.
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De todos modos, conviene recordar aquí que la negativa del Conservador es siempre
revisable por la justicia, vía el recurso de reclamación previsto en el Art. 18 del
Reglamento, por lo que por apelación y la queja puede llegar -y de hecho ha llegado-
hasta ser conocida por la Excma. Corte Suprema.
Es conveniente también tener presente que el criterio, la actitud, con que el Conservador
examina el título que se le presenta, no es, por cierto, el que aplica, por ejemplo, un
abogado de un banco, que debe precaver a su empleador de la más mínima o remota
posibilidad, de que pueda llegar a cuestionarse la validez del contrato que el banco va a
celebrar. Además, al revés de lo que ocurre con el Conservador, el examen del abogado,
en tales casos, debe extenderse a todos los instrumentos celebrados en un lapso que
cubra el período de la prescripción, de cualquiera omisión o vicio.
Veamos, rápidamente dos ejemplos, uno en que es manifiesto que debe rechazarse la
inscripción y otro, en que debe inscribirse el título, no obstante observarse ciertos
problemas o defectos en él.
1.- Una compraventa en que se omite señalar el precio de la cosa, o se hace de manera
legalmente inadecuada. La nulidad del contrato, como compraventa, es visible en el
contrato y se trata de un requisito esencial del mismo. El rechazo del Conservador es
absolutamente procedente.
2.- El Art. 2 del D.L. 3.516, de 1º de julio de 1980, con el fin de evitar que se infrinja la
prohibición de dividir los predios agrícolas en superficies inferiores a 1/2 hectárea,
sanciona con multa a quienes burlen la ley, celebrando contratos que den lugar a la
creación de una comunidad en un terreno de 1/2 hectárea, o que, con la misma finalidad
se celebren contratos de arrendamiento o cualquier otro cuyo resultado sea el de destinar
a fines urbanos o habitacionales los predios agrícolas. Lo cierto es que, a pesar de que el
art. 39 de este D.L. sanciona con la nulidad absoluta “cualquiera infracción al D.L.
mencionado”, su Art. 2º señaló sólo una multa para el caso de infracción a ese texto
específico
¿Cuál es la actitud del Conservador frente a un contrato en que 2 o más personas
compran un predio de 1/2 hectárea, que forma parte de otro de mayor extensión?. En mi
concepto, debe inscribirse, ya que el hecho de hacer nacer una comunidad para burlar la
ley, el acto, en sí, está sancionado con una multa, por lo que el contrato no es nulo, en
virtud del art. 10 del Código Civil, que dice que sólo “son nulos y de ningún valor” los actos
que la ley prohibe, salvo que se designe otro efecto que el de nulidad para el caso de
“contravención”. En este caso, señalando la ley otro efecto para la contravención, es
manifiesto que debe inscribirse. Recuerdo que rechacé un contrato de esta especie,
fundado en un extenso informe, y el Juez, ante el reclamo, no
me dio la razón.
b) La última causal para rechazar una inscripción, que señala el Art. 13, se hace consistir
en “no contener el título las designaciones legales para la inscripción”.
La verdad es que esta causal, en la práctica, no llega a poner en serio peligro la validez
del acto o contrato. Las designaciones necesarias para las inscripciones son aquéllas que
el Conservador habrá de incorporar en la inscripción que redactará y están claramente
señaladas en el mismo reglamento; en el art. 78 para las inscripciones de titulo de
propiedad y derechos reales; en el 79 para la inscripción de testamentos; en el 81 para la
inscripción de hipotecas. En consecuencia, la materia no presenta mayores dificultades de
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ASIENTOS REGISTRALES
1) Anotación: son aquellas en virtud de las cuales se deja constancia de los títulos y
resoluciones judiciales que se presenten.
Los títulos o documentos que deben constar en los registros pueden insertarse en ellos de
dos formas: a través de la transcripción, que consiste en copiar íntegra y literalmente el
documento; o a través de la inscripción, que se reduce a anotar un extracto fundamental
del documento. Este último sistema rige en Chile. En Chile, el esquema de una inscripción
de dominio, es el siguiente (artículo 690 del Código Civil y artículo 78 del Reglamento del
Registro Conservatorio): i) Fecha de la inscripción (En santiago, a …del año…). ii)
Naturaleza y fecha del título (por compraventa de fecha …. de …… del año ….). iii)
Nombres, apellidos y domicilios de las partes (don ……. vendió a don ……). iv) El nombre
y linderos del fundo, es decir, designación de la cosa, según aparezca en el título (el
inmueble ubicado en la ciudad de Santiago, calle ……..Nº ……, Comuna de …….., cuyos
deslindes son ……). v) Oficina o archivo en que se guarde el original (todo ello según da
cuenta la escritura pública de fecha ……………, Repertorio número ……, otorgada en la
Notaría de esta ciudad de don ……………….). vi) Título anterior (El título anterior rola a
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fojas ….. número ……. Del Registro de Propiedad de este Conservador, correspondiente
al año …..). vii) Firma del Conservador. Hoy, los conservadores agregan, al final de la
inscripción, el número que corresponde al Rol de avalúo fiscal del inmueble
Cabe destacar que las anotaciones son propias del repertorio puesto que en él, no se
realizan inscripciones.
Roles que cumple la inscripción conservatoria: Este tema lo analizaremos en el título que
sigue, pues tiende a ser pregunta de examen de grado, por lo que ahora se hará un
resumen de lo que se viene por analizar.
Contenido de la inscripción: Debe contener la individualización del título, las partes, y los
datos del inmueble.
sucede-, acto seguido, el heredero lleva a cabo las inscripciones del art. 688 del C.C., o
la que faltó por inscribir, lo que motivará al adquirente a tener que solicitar se reinscriba el
inmueble a su nombre.
Cuando se haga alusión a cancelar una inscripción, debemos entender por ello la
extinción de la inscripción, dejar sin efecto la inscripción. El reglamento del conservador
ha determinado que estas cancelaciones deben efectuarse mediante subinscripciones, es
decir, notas marginales.
2).- También puede haber cancelación por convención de las partes, la que supone una
subinscripción de la escritura pública en que consta la cancelación convencional al
margen de la inscripción cancelada.
3).- También puede cancelarse por resolución judicial, la que también debe subinscribirse
al margen de la inscripción cancelada.
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C.B.R. competente:
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la inscripción, si se trata de los títulos
establecidos en el art. 52 Nº 1 y 2 º del reglamento, debe llevarse a cabo ante el
C.B.R. que corresponda, y éste es aquel que ejerza su competencia en la comuna o
agrupación de comunas donde está ubicado el inmueble, y si se trata de un inmueble que
por el lugar en el que esté situado pertenece a varias comunas de competencia de
distintos C.B.R. se deberá efectuar en cada uno de ellos.
Para proceder a la inscripción se debe concurrir al C.B.R. exhibiendo copia autentica del
título, o del decreto judicial si es el caso. Con la palabra “autentico” se ha discutido, pues
si bien para algunos debe tratarse de instrumentos públicos para otros, debe tratarse de
instrumentos que no sean falsificados. Lo cierto es que el art. 62 del Reglamento dispone
que el Conservador admitirá como auténtica toda copia autorizada, con las
solemnidades legales, por el competente funcionario.
Anotación en el Repertorio:
Una vez que el C.B.R. recibe la copia autentica, dispone el art. 65 del Reglamento,
procede a anotar un extracto de ella en el repertorio, bajo el número que le corresponda
según el orden de su presentación, y con las enunciaciones enumeradas en el art. 24 del
Reglamento. En efecto, cada página del Repertorio se dividirá en 5 columnas, destinadas
a recibir las siguientes enunciaciones:
1).- El nombre y apellido de la persona que presenta el título.
2).- La naturaleza del acto o contrato que contenga la
inscripción que trata de hacerse.
3).- 3ª. La clase de inscripción que se pide; por
ejemplo, si es de dominio, hipoteca, etc.
4).- La hora, día y mes de la presentación.
5).- El Registro parcial en que, según el artículo 32, debe hacerse la inscripción, y el
número que en él le corresponde.
A petición del requirente, cuando lo pida, el C.B.R. le podrá dar copa de la anotación
hecha en el repertorio –art. 69 del Reglamento-.
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Estudio de admisibilidad:
La regla es que el C.B.R. no puede rehusar ni retardar una inscripción. Pero tal regla no
es absoluta, pues el Conservador puede negarse a la inscripción cuando la inscripción es
legalmente inadmisible, por ejemplo, falta de autenticidad, o el C.B.R. es incompetente, o
no se trata de un bien inmueble, y demás casos contemplados en el art. 13 del
Reglamento y 14 del Reglamento.
Si por el contrario todo está en regla se procede a la inscripción.