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Conocer juegos para desarrollar la asertividad es una prioridad si quieres conseguir que tu hijo se
sepa defender del acoso escolar o solucionar los conflictos que pueda tener en casa o en el
colegio. Hay dos razones por las que la asertividad sea la forma más efectiva para resolver
nuestros conflictos:
No implica violencia
Con los años, es posible que como adulto hayas conseguido ser asertivo de forma innata o por las
experiencias que has ido teniendo. No obstante, el problema es cómo enseñarle a tu hijo este tipo
de estrategias que has aprendido ahora y que además sea de forma divertida. Con estas dinámicas
de entrenamiento asertivo podrás introducir a los más pequeños de la familia de una manera
adecuada en este tipo de comunicación, siendo así una habilidad social esencial que ayuda a los
niños que les cuesta relacionarse.
Entiendo que como adulto te surjan dudas y no sepas cómo hacerlo o incluso te cueste
transmitírselo a tu hijo. Por eso, te recomendamos que sigas leyendo muy atento/a este artículo y,
además, no te pierdas nuestra intervención en Gijón en la Onda.
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¿Qué es la asertividad?
Hay personas que les cuesta más que a otras poder defender sus derechos y resolver conflictos de
forma eficaz. Además, aún consiguiéndolo, tampoco resulta fácil mantener control sobre sus
emociones o hacerlo en momentos en los que sientes una gran presión. No obstante, hay un estilo
comunicativo eficaz que te permitirá conseguirlo: asertividad.
Lo principal para ser asertivo es poner nombre a cómo te sientes, especificar el por qué te sientes
así y cómo te gustaría resolverlo.
Muchas veces, este ejercicio no será fácil. Tenderás a omitir alguno de los pasos que te he
comentado, pero para ser asertivo necesitas seguir el siguiente esquema:
Por ejemplo, “Nuria, me enfado cada vez que coges un bolígrafo sin decirme nada, preferiría que
la próxima vez me preguntes.”
Hablar de las emociones hace que lo que digas cobre un sentido y una importancia para la
persona que te está escuchando. No tiene que descifrar cómo te sientes, tú se lo simplificas y
comunicas de forma directa. Si solamente hablas de tus emociones, pero no propones nada sobre
cómo deben tratarte los demás, seguirás siendo un libro indescifrable.
Revelar la causa te ayuda a que seas más específico en el motivo que te ha generado ese malestar.
La gente tiende a atribuir motivos a lo que ha hecho que te sientas así: quizás venía enfadado de
antes, le cuesta controlar sus emociones, está en esos días, habrá discutido con otras personas…
Recomendar soluciones al problema ayuda a resolver de forma más ágil. Hay personas que pueden
estar enfadadas con otras porque no saben qué necesita la otra persona. Hay niños que necesitan
un abrazo cuando están enfadados y otros que necesitan espacio. Es importante hablar de la
solución que te gustaría, eso no significa que se vaya a cumplir, pero sí que puedes iniciar un
dialogo, en lugar de estar quejarnos o faltarnos el respeto.
juegos de asertividad
Lo mejor para aprender a actuar de una determinada forma es simularlo y el teatro es un juego
perfecto para desarrollar la asertividad. Repetir una y otra vez lo mismo puede ser aburrido, pero
¿y si fuera parte de una historia? ¿Y si nos disfrazamos? Los juegos de roles para asertividad son
una manera excelente de desarrollar esta capacidad, ¡y es muy efectivo!
Para hacer una obra de teatro siempre tenemos que partir de un guión, de un diálogo entre los
personajes. Si no se os ocurre ninguno, recrear cuentos que resuelvan los conflictos de forma
asertiva. Lo bueno de eso es que cualquier historia nos puede servir de inspiración: desde libros de
3 años en adelante.
¡Sólo necesitamos una historia que nos enganche, la complejidad de los diálogos corre a cuenta de
nuestra imaginación!
Otra actividad para la asertividad que puede ayudar mucho a mejorar este tipo de comunicación
es preparar nuestro propio ¿qué harías si…? Para ello, prepara tarjetas con situaciones que a todos
nos costaría reaccionar. Puedes hacérselos tú o hacer que toda la familia participe de ello,
depende un poco de vosotros. Por ejemplo: ¿Qué harías si… te toca hacer un trabajo con alguien
que te cae mal? O ¿si alguien se cuela?. De todas maneras, tienes un descargable con diversas
situaciones y otras tú vacías para que tengas por dónde empezar.
Después de haber pensado cada uno en un ¿qué harías si…?, llega el momento de que cada uno
empiece a escenificarla hasta que los demás la acierten y la persona que pierda deberá dar una
respuesta de cómo lo resolvería.