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SEPTIEMBRE 2010 3

Historias de Adra Documentos

El mayor desfile militar de la Guerra de Las Alpujarras, previo


a la Batalla de Lepanto, tuvo lugar en la Puerta del Mar
PACO BENÍTEZ se despojó a Luna de su grado, sejo, el Comendador Mayor y el
y también del descalabro de los Marqués de Vélez después de
La entrada principal de la for- cristianos que estaban en el una larga discusión, llegaron a
taleza de Adra, o Puerta del puerto de la Ragua, el señor don un acuerdo.
Mar, que formaba parte del re- Juan de Austria, muy pesaroso Rufo lo describe así:
cinto amurallado, en el que por de los dos quebrantos, mandó a Aquí dio fin sabroso y concertado
algunas zonas se aprovechaba don Rodrigo de Benavides, ca- Aquel facundo y generoso pecho;
el acantilado rocoso para ganar ballero muy principal, que sa- El consejo de oille edificado
altura, se encontraba con su arco liese de Granada con seis mil Quedó, y de todo punto satisfecho;
de medio punto mirando hacia hombres, y los llevase a Órjiva, El catalán sagaz y acreditado.
el Sur. donde don Juan de Mendoza te- También celoso del común provecho,
La muralla, que iba descen- nía bajo sus órdenes el campa- Templó en el blando son de la res-
diendo desde el cubo o torre de mento cristiano; pero llegando a puesta
la vela, hasta alcanzar una zona Guadix vio que este pueblo ne- El áspero tenor de la propuesta.
arenosa, tenía un dique en esta cesitaba de custodia; por lo cual La ocasión que al Marqués tardar
parte, para evitar las arremetidas mandó que se quedaran allí mil hacía
del mar en los días de temporal, hombres de presidio, y pasó a Después, como primero, estuvo
y un puente levadizo entre éste Órjiva con cinco banderas y el oculta,
y la puerta de la fortaleza, con resto de la gente. Aunque sobre entendella se tenía
un foso cubierto de agua ma- El marqués de la Fabara salió Entre contemplativos gran consulta.
rina. Tenía otra puerta, la de Tie- también de Granada para este Don Juan de Austria envió a todo su ejército a Adra Llegó en efecto la sazón y el día
rra, y un postiguillo junto al to- mismo efecto con setecientos De salir a buscar la turba mulla;
rreón del cementerio. hombres, bien armados y tirado- tos para servir a vuestra señoría castellana”. Así vio Rufo los he- Ya en Adra en alta voz se echaba el
En el interior del arco, que res todos, y con más de cien ca- en esta guerra”. chos de la Puerta del Mar abde- bando,
daba acceso a la principal calle balleros hijosdalgos de Murcia Como el de Vélez tenía trata- ritana: Ya las banderas se iban aprestando.
de la Villa, la de los Mesones, se y de otras partes. Llegada que miento de ‘excelencia’, quedó “Del marqués de los Vélez, nuevo Marchando alertos van diez mil in-
había construido una hornacina, fue toda esta gente a Órjiva, se poco contento del marqués de la Alcides; fantes,
donde los mareantes habían co- dio orden al general don Juan de Fabara que le había dado el de Puso con dos mil hombres al profeso Setecientos jinetes en la silla;
locado una imagen de la Vir- Mendoza para que fuese al ‘señoría’, y así le respondió: Soldado don Rodrigo Benavides, La vanguardia, de escuadras impor-
gen. campo del marqués de Vélez en “vuestra merced sea muy bien En guarda de Guadix; y así, camina tantes,
A unos cincuenta metros de Adra, llevando cuatro mil hom- venido; aquí todos estamos A Ó rgiva Francisco de Molina. Don Juan, el de Mendoza, la acaudi-
la citada puerta y en la misma bres bien armados y que, para prontos a servir á su Majestad.» A su orden llevó cinco banderas, lla;
muralla, la Torre del Homenaje, esto, pasara á Motril, donde se Como entendió el de la Fa- Y al Mendoza, dejado el cargo de an- La retaguardia, de otras semejantes,
superaba en altura a todas las embarcaría con aquellas tropas bara el menosprecio del mar- tes, Lleva a cargo don Pedro de Padilla,
demás, a pesar de tener los ci- en las galeras de su Majestad. qués, faltando a corresponderle Se le manda que lleve á las riberas Con orden que los dos por singula-
mientos a nivel del mar. En el Don Juan de Mendoza, en con el tratamiento de ‘señoría’, Do está el de Vélez cuatro mil infan- res,
resto del perímetro era la propia cumplimiento de la orden, le- desde entonces le cobró mortal tes Vayan trocando a días sus lugares.
roca la que elevaba al conjunto vantó el campo, y atravesando odio, y de allí adelante jamás se Y tres condutas listas y ligeras
de la fortaleza. las Alpujarras por malos cami- avino con él. De caballos, jinetes importantes; El cuerpo de batalla iba tan junto
Desde allí, presenció el mar- nos y asperezas, llegó a Motril, Pasó luego la gente del Ter- Por otra parte trujo el de Castilla, A la vanguardia y retaguardia fieras,
qués de los Vélez, la mayor pa- donde estaban ya las galeras de cio de don Pedro de Padilla, que El tercio de don Pedro de Padilla. Que, alzando unos el pie, en el mismo
rada militar de las tropas cristia- Nápoles y, con ellas, el Comen- era toda muy lucida y com- En Adra aquella masa se hacía, punto
nas de toda la guerra de Las dador Mayor al frente de la puesta de soldados viejos de los Donde el de Leyva echó también en Le ponen otros puestos por hileras;
Alpujarras,llegados unos por tropa de don Pedro de Padilla, Tercios de Nápoles; era además tierra Por uno y otro lado iban a punto
tierra y la mayoría por mar, con que era toda muy brava y beli- digna de notarse su bizarría, La catalana gente que traía. De jinetes las bandas más ligeras.
una formación de más de ca- cosa. porque venían muy galanes. Acaudillada de antiquesa sierra; Con esta diligencia se marchaba,
torce mil soldados,y allí se ma- Embarcados en las galeras de Saltó luego en tierra el Co- Mil y quinientos hombres este guía Y ya de cerca Verja se mostraba.
nifestó una prueba de las renci- España unos y otros soldados, mendador Mayor, y presentán- Que vienen á servir en esta guerra Dejada luego a la siniestra mano,
llas entre los nobles castellanos fueron transportados a Adra dose al marqués de Vélez fue Porque el Rey les perdone desafueros Se prosiguió el viaje en hora buena,
y, en especial entre el de los Vé- donde estaba aguardándolos el recibido por él con la distinción De haber gran tiempo sido bandole- Atravesando todo el ancho llano
lez y el marqués de la Fabara. marqués de Vélez, el cual, luego que merecía, y era correspon- ros. Que se intitula allí de Lucaynena”
Entre los soldados que desfi- que todos saltaron en tierra, diente a un señor de tan alta Llegó Lorenzo Téllez, lusitano,
laron en Adra estuvo Miguel de puesto en parte de donde pu- clase. El de Silva, marqués de la Fabara, Por tanto, el histórico aconte-
Cervantes, si se tiene en cuenta diera verlos bien, les pasó re- El cordobés Juan Rufo, que Dejando de valor mayor que humano cimiento fue la mayor parada
su propia hoja de servicios al vista, y se holgó mucho de ver era proveedor de vestuario para Hecha prueba primero que llegara; militar de la Guerra de las Alpu-
Rey. Luis de Mármol escribe tanta infantería y tan bien ar- los Tercios y poeta, llegó a ser Por medio del poder mahometano jarras y prólogo de la Batalla de
sobre el acontecimiento de Adra mada. nombrado cronista de Don Juan Atravesó con advertencia rara Lepanto, aunque muchos histo-
en estos términos: El marqués de la Fabara, de Austria, dejando escrito un Desde los granadinos fundamentos, riadores tengan interés en silen-
“Así que se supo en Granada luego que saltó en tierra, como poema épico ‘La Austriada’, Los suyos no llegando a setecientos.” ciarlo.
la derrota del valeroso capitán buen soldado se presentó al donde cita en diez ocasiones a Al otro día, en el castillo de Puede leer el relato completo
Céspedes, -a quien las tropas de marqués de Vélez delante de su Adra y que, según Miguel de Adra, se entró en consejo de y sus documentos, en 'El Le-
Aben Humeya desbarataron- y gente que era muy buena, y ha- Cervantes, -poniendo la frase en guerra para enterarse de las ór- gado de John Guntherson', de
lo mal que don Antonio de Luna biéndole hecho su acatamiento, boca del cura, en la librería de denes de su Majestad, en un cal- Paco Benítez Aguilar, que se
se había portado no asistiéndole le dijo: «He venido aquí con se- ‘El Quijote’-, son de “los mejo- deado ambiente, con diferencias publica en este mes de septiem-
ni favoreciéndole, por lo cual tecientos hombres bien dispues- res hechos en verso en lengua entre los generales. En este con- bre.

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