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El Hombre Más Rico de Babilonia1
El Hombre Más Rico de Babilonia1
El Hombre Más Rico de Babilonia1
INTRODUCCIÓN:
El que toma consejo acerca de sus ahorros de uno que es inexperto en tales
asuntos, pagará con sus ahorros para probar la falsedad de sus opiniones.
UNA PARTE DE TODO LO QUE GANAS ES TUYA PARA AHORRARLA
Éste, mis estudiantes, fue el primer remedio que yo descubrí para mi bolsa
pobre: por cada diez monedas que ponía dentro de ella, gastaba solamente
nueve
Éste es, entonces, el segundo remedio para una bolsa pobre. Presupuesten
sus gastos para que puedan tener dinero con que pagar sus necesidades,
pagar sus disfrutes y satisfacer sus deseos valiosos, sin gastar más que nueve
décimos de vuestras ganancias.
Éste es, por lo tanto, el tercer remedio para una bolsa pobre: pon cada
moneda a trabajar para que pueda reproducir su especie como el rebaño del
campo y ayude a traerte ingresos, un chorro de riqueza que fluirá
constantemente a tu bolsa.
Éste es, entonces, el cuarto remedio para una bolsa pobre, y de gran
importancia si previene a sus bolsas de ser vaciadas una vez que han llegado
a estar bien llenas. Protege tu tesoro de posibles pérdidas invirtiendo
solamente donde el capital esté seguro, donde se pueda reclamar si se desea
y donde no fallarás en cobrar un interés justo. Consulta con los hombres
sabios. Sigue el consejo de aquellos experimentado en el manejo provechoso
del oro. Que su sabiduría proteja tu tesoro de inversiones inseguras.
Éste es entonces el quinto remedio para una bolsa pobre: posee tu propia
casa.
Éste es, entonces, el sexto remedio para una bolsa pobre. Haz provisión para
las necesidades de tu vejez y la protección de tu familia.
Así, el séptimo y último remedio para una bolsa pobre es: cultiva tus propios
poderes, estudia y sé más sabio, sé más hábil y así actúa para respetar a ti
mismo. De ese modo adquirirás confianza en ti mismo para conseguir tus
deseos cuidadosamente considerados.