Las instituciones de Derecho Romano tienen en la actualidad por objeto la
exposición elemental, dogmático-histórica del Derecho de la Sociedad, es decir, de aquellos principios generales y normas particulares de Derecho que estuvieron vigentes en el mundo romano desde la fundación del Status Civitas (año 754, antes de Jesucristo hasta la mitad del siglo sexto, después de Jesucristo) época en la que el célebre emperador Justiniano concibió y logró llevar a término la codificación, que se conoce en la historia del derecho con el nombre de Corpus Iuris Civilis1. Significa esto, que en nuestros tiempos la finalidad del estudio de las Instituciones del Derecho Romano radica, y de allí su importancia, en conocer las bases jurídicas-históricas de nuestro Derecho actual, porque como bien se sabe la mayoría de las instituciones jurídicas que componen el ordenamiento jurídico de los países que pertenecen al sistema del Civil Law se fundamentan en el derecho romano antiguo y que han sido ciertamente modificadas en alguna medida debido al pasar del tiempo, adecuándose a las necesidades de la sociedad, pero que son básicamente las mismas instituciones que los Romanos crearon para regular su vida diaria. El Derecho Romano no se halla en la actualidad vigente en ninguno de los Estados del mundo. Después de la publicación del Código civil germánico del 1 de enero de 1900, el Derecho Romano perdió su valor aun en Alemania, último reducto de Europa, en el cual venía teniendo aplicación bajo el nombre de Derecho común o Derecho de las Pandectas 2. Es entonces interesante analizar por qué se estudia en las universidades un derecho que ya no está vigente en ningún país, a lo que siguiendo al autor José María Uría, se pueden destacar varias razones: en primer lugar, el valor histórico del Derecho Romano, ya que los códigos civiles modernos, en su gran mayoría se fundan al menos principalmente, en las instituciones y leyes del pueblo romano, como por ejemplo aquellos títulos referentes a las obligaciones o derechos de crédito y que tienen su fundamento en fuentes romanas, es por esto que los abogados que aspiran conocimiento científico de las instituciones jurídicas de su país deberán comprender al menos elementalmente las disposiciones legales del Derecho Romano con la que aquellas están tan íntimamente ligadas; en segundo lugar el Derecho Romano debe ser estudiado a título de modelo, debido a que no sólo sus instituciones jurídicas están repletas de sabiduría, sino que además la aplicación que de ellas hicieron los jurisconsultos a los casos particulares y concretos sobresalen por un gran razonamiento, así como una genial exactitud en el análisis y deducción; en tercer lugar, conocer el Derecho Romano es un auxiliar poderoso para el estudio de las legislaciones actuales, a la vez que es el vínculo que une a la mayor parte de los códigos hoy vigentes en varias naciones del mundo como sucede con el derecho Alemán (nacido del Derecho Germánico acoplado al Derecho Romano).
1 José María Uría S.J. Derecho Romano. Universidad Católica del Táchira. Vol I. p 12 y ss. 2 José María Uría S.J. ob cit p 17
Ley de Amparo, reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Comentada y con jurisprudencia. 2017
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