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Ponerse en órbita

28/10/2010 Sheldon (@sheldon_c81) 1 Astronomía, Atomipedia, Física, Todos,

Bienvenidos de nuevo a Átomos y bits.  Hace ya tiempo hablamos acerca de las


trayectorias en el espacio y dejamos para más adelante hablar un poco más acerca de la
mecánica orbital. Pues bien, hoy me gustaría hablaros un poco acerca de ella, qué es
realmente una órbita y qué tipos hay. Vayamos poco a poco.

Mucha gente cree que poner un cuerpo en órbita de otro no es más que situarlo al lado,
y que como en el espacio las cosas “vuelan porque sí” pues no se «caen». En realidad es
algo más complicado que esto. La realidad es que un cuerpo está en órbita cuando la
curvatura que ejerce la gravedad sobre su trayectoria al caer es mayor que el radio del
cuerpo sobre el que orbita. Esta definición puede ser un poco inexacta, pero para
empezar nos vale.

Un ejemplo típico que se usa para explicar una órbita es el del Cañón de Newton (en
inglés conocido como Newtonian Mountain). Nos imaginamos una montaña muy alta
sobre la que se sitúa un cañón con una potencia de fuego variable. Para mayor claridad
podemos considerar que el rozamiento del aire es completamente despreciable, o bien,
que la montaña es tan alta que el cañón se encuentra fuera de la atmósfera terrestre. En
cualquier caso, si disparamos el cañón con poca potencia comprobaremos como la bala
cae rápidamente hacia la tierra debido a la gravedad, en lo que se conoce como
trayectoria balística. Conforme aumentamos la potencia del cañón comprobaremos que
la bala cae cada vez más lejos (Obvio, ¿verdad?).  Pues bien, si aumentamos lo
suficiente la potencia la energía de la bala será tal que recorrería más espacio del que
dispone en la superficie terrestre, es decir, daría más de una vuelta completa a la tierra. 
Dado que la única fuerza que se ejerce es la gravitatoria, y que según la primera ley de
Newton un cuerpo en movimiento sin fuerzas externas permanece en movimiento, una
vez llegados a este punto no habrá nada (siempre en el caso ideal, ojo) que haga que la
bala caiga a la superficie. Continuará dando vueltas a la tierra hasta que alguna fuerza
externa se lo impida, es decir, habrá entrado en órbita.
Cañón de Newton

Como habréis visto no hay tanto misterio en lo que es una órbita, sólo un empujón tan
fuerte que haga que nuestra bala caiga más alla de una vuelta a la tierra. Es por esto que,
como la bala está continuamente cayendo sin llegar al suelo, también se lo denomina
“Caída libre”. Por supuesto, dado que la fuerza de la gravedad disminuye con la
distancia, a mayor altura menor será la velocidad a la que debe moverse un cuerpo para
mantenerse en órbita. Para que os hagáis una idea, suponiendo que la atmósfera terrestre
acabara a los 100 km de altura (para evitar rozamiento), a esa altura haría falta llevar
una velocidad de 7.873 m/s (o lo que es lo mismo 28.343 km/h) para poder entrar en
órbita. Un poco más lejos, a 360 km se encuentra la ISS (International Space Station),
que se mueve a una velocidad de 27.743 km/h.

Una vez que se ha establecido una órbita, podemos definirla mediante una serie de
parámetros. Veámoslos.

Los parámetros básicos de una órbita son la apoapsis, la periapsis y la excentricidad.

La apoapsis o apoastro es el punto de una órbita más alejado de su centro. En el caso de


órbitas terrestres también se le denomina apogeo, o, en órbitas solares afelio.

La periapsis o periastro es el punto de una órbita más cercano a su centro. En el caso de


órbitas terrestres también se le denomina perigeo, o, en órbitas solares perihelio.

La excentricidad es la medida de lo circular que es la órbita. Se mide en valores que


van de 0 a 1, dónde 0 representaría una órbita completamente circular y 1 una línea
recta. Para el resto de valores obtendremos distintas elipses (recordemos que todas las
órbitas son elipsoidales).

Parámetros de una órbita


Pero además de esos parámetros, que la mayoría ya conocemos, también tenemos otros,
como pueden ser el Período orbital, el Plano orbital, la Inclinación, El Nodo
Ascendente, el Nodo Descendente y la Longitud del Nodo Ascendente (LAN).

El Período orbital es el tiempo que se tarda en recorrer dicha órbita. En el caso de la


ISS, su período orbital es de 91,34 minutos.

El Plano orbital es aquel en el que se encuentra contenida la órbita y se puede definir


mediante tres puntos: El centro del objeto que se orbita, el centro del cuerpo que orbita
y el centro de este mismo cuerpo transcurrido un tiempo.

La Inclinación nos indica los grados de desviación entre nuestro plano orbital y el que
utilicemos como referencia. Para órbitas terrestres lo normal es tomar como referencia
el Ecuador Terrestre. Para órbitas solares se suele utilizar la eclíptica (que es el plano
definido por la trayectoria del sol alrededor de la tierra).

El Nodo ascendente es el punto de la órbita que se cruza con el plano orbital


moviéndose desde el hemisferio sur al hemisferio norte celeste.

El Nodo descendente es el punto de la órbita que se cruza con el plano orbital


moviéndose desde el hemisferio norte al hemisferio sur celeste.

La Longitud del Nodo Ascendente (LAN) en el caso del Sol, por ejemplo, es el ángulo
que va, con vértice en el propio Sol, desde el Nodo ascendente hasta el Punto Aries.

Ya he comentado en alguna ocasión anterior que soy aficionado a la simulación


espacial, en concreto el simulador Orbiter. Todos estos parámetros orbitales son
necesarios en este simulador para una correcta comprensión de nuestra órbita. En la
imagen inferior podemos observar un MFD (MultiFunctional Display) con la
información orbital.

De izquierda a derecha: Orbit MFD, Surface MFD con vista externa y ISS

Una vez que hemos comprendido qué es una órbita y cómo podemos especificarlas
vamos a ver algunos tipos de órbitas que hay.

Uno de los tipos de órbita más conocidos probablemente sea la órbita Geoestacionaria
(GEO o Geosynchronous Earth Orbit). Esta órbita se encuentra a 35.700 km de la
Tierra y su velocidad es de 11.300 km/h (comprobamos de nuevo como a mayor
distancia menor velocidad) y se caracteriza por estar contenida en el plano ecuatorial y
porque su período orbital es de 24 horas, con lo que un objeto situado en esta órbita se
mueve a la misma velocidad angular que la superficie de la tierra y parece estar fijo en
el cielo. Esto resulta especialmente útil en satélites de comunicaciones y
meteorológicos. Sin embargo, la órbita Geoestacionaria no es un tipo de órbita en sí,
sino un caso particular de Órbita Síncrona. Éstas son aquellas cuyo período orbital es
igual al del cuerpo que orbitan (en el caso de la tierra 24 horas nuevamente) pero, a
diferencia de la geoestacionaria, no tienen que ser necesariamente ecuatoriales. Esto
significa que un satélite ubicado en una de estas órbitas parecerá estar situado siempre
sobre una franja con la misma longitud (este-oeste) pero con latitud variable, por lo que
cambiará su posición norte-sur a lo largo del tiempo.

Por otra parte tenemos las órbitas conocidas como LEO o Low Earth Orbit, y son
aquellas que van desde la superficie de la tierra hasta los 2.000 km. Como las órbitas
más bajas decaen rápidamente (por varios efectos, como por ejemplo, el rozamiento con
las distintas capas de la atmósfera) se considera que comienza sobre los 160 km sobre la
superficie de la tierra. A excepción del Programa Apolo todos los vuelos espaciales
tripulados han sido realizados en órbitas LEO. La mayor parte de los satélites artificiales
también se encuentran en este tipo de órbitas, por lo que es donde se produce la mayor
parte de desechos espaciales. Esto nos lleva al siguiente tipo de órbita, la órbita
cementerio.

La Órbita cementerio no es una órbita en sí sino que es, en realidad, una zona orbital
por encima de la órbita geoestacionaria, donde se colocan los satélites al final de su vida
útil. De esta manera se disminuye la posibilidad de colisiones y se mantiene aislada la
basura espacial.  Como algunos os habréis dado cuenta, esta zona está muy alejada de
las órbitas LEO, por lo que no parece muy lógico trasladar los satélites obsoletos desde
los 2.000 km hasta los más de 36.000 km. Para los satélites obsoletos en órbitas LEO, lo
que hace es provocar el decaimiento de su órbita hasta provocar un impacto controlado
sobre la tierra. Para ello se utiliza una zona del Océano Pacífico, a 3.000 km de Nueva
Zelanda, conocida como el Cementerio de Naves Espaciales. En esta zona descansa
desde 2001, por ejemplo, la conocidísima estación espacial rusa MIR.

Utilizando, de nuevo, la misma designación nos encontramos con las órbitas MEO o
Medium Earth Orbit, también conocidas como órbitas ICO o intermediate Circular
Orbit. Y corresponden al espacio situado entre los 2.000 km y los 35.700 de la
geoestacionara. En esta zona es donde se sitúan los satélites GPS, a unos 20.000 km.

Por último y siguiendo la misma nomenclatura nos encontramos con las órbitas HEO o 
High Earth Orbit, que son aquellas cuyo apogeo se encuentra más allá de la órbita
geoestacionaria. Dentro de este tipo de órbita encontramos las óribtas High Elliptical
Orbit (También HEO), que como indica su nombre se caracterizan por ser
extremadamente elípticas. Estas órbitas tienen la peculiaridad de que, según la segunda
ley de kepler, la parte cercana al perigeo se realiza a muy baja velocidad, por lo que son
útiles para fotografía por satélite, meteorología, o incluso espionaje, en aquellas
latitudes donde no es posible o rentable utilizar la órbita geoestacionaria. Un tipo
concreto de high elliptical orbit es la llamada órbita Molniya, que obtiene su nombre
de una serie de satélites de comunicaciones rusos que utilizaron este tipo de órbita y
poseen una inclinación de 63,4 grados.
Otro tipo de órbita que no puede ser descrita en función  de su distancia a la tierra es la
Órbita polar. Este tipo de órbita tiene una inclinación de (o muy cercana a) 90 grados
con respecto al ecuador.  Con cada ciclo los objetos en órbita polar cruzarán el ecuador
en un punto de diferente longitud. Esto las hace muy útiles para observaciones
meteorológicas, reconocimiento o generación de mapas terrestres.

Satélites en órbita alrededor de la tierra

Para que os podáis divertir un rato practicando con la idea de poner un objeto en órbita
os dejo un par de enlaces aquí y aquí con aplicaciones para simular el Cañón de
Newton.  He comprobado que el primero de ellos a veces no funciona bien y con poca
potencia la bala escapa de la órbita terrestre, lo cual también es curioso (aunque
erróneo). También os dejo este enlace en el que podéis hacer un seguimiento en todo
momento de la ISS.

Por último también me gustaría dejaros este enlace en el que podéis ver la posición en
tiempo real de 13.000 satélites actualizada cada 30 segundos (y como no podía ser de
otra forma, es de google). Hay que instalar un complemento y puede tardar un poco,
pero merece la pena. Alejando el zoom lo más posible podréis ver una circunferencia
externa de satélites, muy bien colocaditos, que salta claramente a la vista. Esa es la
órbita geoestacionaria. Si no queréis instalar este complemente y sólo queréis verlo en
acción os dejo también un video explicativo.

Por hoy creo que ya es suficiente, que al final ha salido un artículo bastante largo.
Espero que os haya resultado interesante y ¡recordad! ¡tened cuidado cuando vayáis de
vacaciones por el Océano Pacífico cerca de Nueva Zelanda!

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