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UNIVERSIDAD DEL VALLE

DEPARTAMENTO DE HISTORIA
Teoría de la historia
Segundo control de lectura 15/04/20191
Nombres: Mateo Figueroa Código… 1634621
1. Explique la propuesta de N. Frye, destacando la importancia de los arquetipos en las
estructuras narrativas.
2. ¿En qué consiste la experiencia sublime? (Ankersmit)
3. Destaque los aspectos más importantes de los Estudios subalternos (Chakrabarty,
Barragan, Cusicanqui, comps.).
4. ¿Qué es memoria y políticas de la memoria? (Traverso).
DESARROLLO
1. A partir de los años sesenta desde las ciencias sociales y en especial la Historia, se
empezará a dar un movimiento intelectual que, tiene en base, la noción del lenguaje como
elemento constitutivo de la realidad. El giro lingüístico en Norteamérica y los movimientos
culturales como Mayo del 68 en Francia y otros espacios de Europa, fue consolidando el
contexto social y político para que el postmodernismo historiográfico, entendido como un
conjunto de herramientas metodológicas y epistemológicas que permiten observar y
apropiarse conceptualmente de la realidad social, fueron cultivando la renovación de la
disciplina histórica. En este contexto, Nortrhop Frye propone una metodología, partiendo
de la critica literaria que permita dilucidar como se configura las formas de conocimiento
histórico.
Desde algunas posturas intelectuales se le recriminaba a la disciplina histórica su carácter
científico, y en especial sobre el conocimiento sobre el pasado que se funda sobre esta
práctica. Como diría Hyden White, el texto histórico es un cuerpo discursivo, que parte de
estrategias literarias para dar un sentido de verosimilitud al relato. Por ende, lo que Frye
trata de ubicar, son los arquetipos, o sea, las estrategias narrativas que subyacen en un
relato histórico, desde la cuales se busca dotar de verdad a la obra. Esta búsqueda de la
verdad, como explica Frye se hace a partir de tropos literarios, que tienen como objetivo
primordial darle a la obra histórica una forma en relación análoga al fenómeno que busca
representarse.
Para esto el autor propone una taxonomía sobre cuatro formas de tramar una obra histórica.
Siendo estos el romance, la comedia, la tragedia y la sátira. Desde la metodología de Frye,
es importante distinguir la forma de trama, ya que, de este tropo, depende en gran medida el
tipo de relato resultante. En conclusión, el autor determina cómo los estilos discursivos o
arquetipos funcionan desde una dimensión imaginativa del investigador (autor) que busca
asimilar su texto con determinada experiencia histórica. Por último, este carácter de
verosimilitud es lo que critican intelectuales de otras diciplinas. El supuesto carácter de
verdad que se esgrime desde las obras históricas que, como expresa William H. Dray, sirve
para justificar la base ideológica de una civilización occidental moderna. Así, por medio de

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Por favor no se excedan más de 3 páginas. Desarrollen tomando en cuenta las tesis de los autores y eviten
citar textualmente. Me pueden entregar hasta las 11 ó 12 de la noche del día lunes 15 de abril. Les entregaré
las notas lunes después de semana santa, estaré en mi oficina desde las 3 pm a 5:30.
la estructura taxonómica de Frye, es posible discernir las estructuras epistemológicas, es
decir las formas de conocimiento que se expresan como absolutas o indiscutibles.

2. Para definir la experiencia sublime, Frank Ankersmit, hace referencia a la Revolución


Francesa e industrial y la muerte de Dios, como los acontecimientos históricos que
transformaron dramáticamente a la civilización occidental moderna en Europa. Partiendo
de la revolución francesa, el autor distingue entre dos tipos de reacciones que se expresaron
dentro de este proceso histórico. En primer lugar, la visión reaccionaria, que al tomar
conciencia de las costumbres en que se vivía, asumió una posición que expresaba la
dependencia y el deseo de mantener esa realidad. Por otra parte, estaban los conservadores
que, aunque sintieran nostalgia y tristeza por ese pasado prerrevolucionario, adoptaron una
postura de transición hacia un nuevo periodo; con resignación, “se dieron cuenta de que el
mundo adoptó, irrevocablemente, una nueva identidad” (Ankersmit:346).

Ahora bien, estas reacciones se articulan a las formas de olvido propuestas por el autor, y
en especial a dos tipos de trauma. El primero, que expresa un sufrimiento individual o
colectivo sobre algún fenómeno que resulta amenazante e inaceptable, y que por su carácter
doloroso debe ser superado, reprimido de la conciencia social; en este caso se logra una
conciliación entre la experiencia traumática y el sujeto que olvida conscientemente, puesto
que este es capaz de superar el trauma, es decir mantener su identidad. Aunque los
reaccionarios de la revolución no concebían dejar el pasado atrás, pues asumían que era
posible volver a ser lo que en su momento fue, lograban conciliar con el trauma para así
mantener su identidad.

En el segundo caso es distinto, ya que la experiencia es tan dramática que revierte el


mundo y produce uno nuevo. Es decir, que, dentro de este trauma, el olvido se convierte no
en la forma de conciliar con ese pasado, sino en atenuarlo. No lo cierra, por el contrario, lo
mantiene vivo al trauma por medio de la asociación narrativa, pero al mismo tiempo lo
disocia, es decir lo objetiva como punto de reflexión o critica; el pasado se convierte en
objeto de conocimiento, que sustituye ese deseo de revivirlo, permitiendo el transito hacia
una nueva identidad. Los conservadores, en cambio, entendían que todo lo que se dice
sobre el pasado, sobre la cultura y los valores prerrevolucionarios, se contaran siempre
desde una perspectiva moderna del mundo. Esta perspectiva es la que permite objetivarlo,
analizar esas dimensiones que se mostraban ubicuas, opacas, tratar de explicar esas
inquietudes que surgen por esa transgresión o a irrupción que aquella experiencia hizo en
nuestro mundo normal. De esto se trata la experiencia sublime.

Dicho de otra forma, es esa experiencia que trastoca de forma sorpresiva nuestra
perspectiva del mundo; esa experiencia que trasgrede el aparato cognoscitivo de las
personas y que por su peculiaridad no puede ser descrita a partir de las categorías normales.
Ankersmit la define como un contacto directo con el mundo ontológico, una experiencia
que es ajena al dominio conceptual (lingüístico) que tenemos de la realidad, que, por su
particular inaplicabilidad por parte del sujeto, no le permite, o le es imposible dotarla de un
significado partiendo de la experiencia normal. Así, esta experiencia socava en la
descripción o en la base epistemológica desde la cual aprehendemos la realidad. Cuando
ocurre, el sujeto se divide en dos: el yo que la experimenta, siente la intranquilidad, se
estremece; y el yo que la objetiva, el que se sumerge en una dimensión explicativa o
autorreflexiva.

3. El Grupo de Estudios Subalternos surge en el sur de Asia por parte de historiadores


interesados en analizar los procesos históricos de las sociedades postcoloniales del todo el
mundo. Especialmente en la India, después del periodo del colonialismo británico, surgió
una corriente historiográfica que hacía uso de las herramientas conceptuales y
metodológicas propias de la historiografía occidental, para acercarse de forma critica y
autorreflexiva sobre el carácter del dominio del Imperio Británico sobre el territorio indio.
Después, se tomará prestado el concepto de Antonio Gramsci de subalterno, refiriéndose a
los grupos excluidos a rangos menores en la sociedad por su procedencia étnica, racial,
sexual, económica, etc. Como explica Chakrabarty, el concepto de subalterno es un intento
de sustituir el de clase, de Marx, ya que este ultimo solo expresa la dominación por motivos
económicos. A diferencia con el subalterno, se busca evidenciar que el sometido esta
expuesto a todo tipo de intervención de poder; no solo es explotado económicamente,
también es relegado por su color de piel, sus creencias, o por todo una continuidad histórica
y estructura simbólica que legitima su posición de inferior.
La experiencia subalterna demuestra así los límites de la historia. Que supuestamente
busca construir relatos inclusivos y que permita hacer justicia social a las distintas formas
de representación del mundo. Como se expone en los textos, el subalterno puede expresar
múltiples conciencias (ya sea religiosa, sexual, política…), lo que quiere decir, que este
campesino, obrero, mujer, homosexual expresa en sus vivencias diferentes temporalidades.
No solo es el campesino rebelde, es un campesino oprimido por las dinámicas del
capitalismo, además de un proceso de racionalización cívica, que se articula con su mundo
“retrograda” permeado por sus expectativas, deseos, y mas aun, la convicción de compartir
un mundo con entidades sobrenaturales. En este ultimo punto se expresa, la ruptura con el
tiempo lineal (pasado-presente-futuro) para dar paso a una nueva comprensión simultánea,
multi temporal de la vida. Dicho de otro modo, desde esta perspectiva intelectual, que
enriqueció a las ciencias sociales y en especial a la Historia, se entiende que puede existir
una producción y reproducción de valores y tradiciones pasadas y presentes que se
articulan en un espacio dado, lo que permite reconocer las distintas heterogeneidades de
experiencias y diversidad de visiones que acuden a un mismo tiempo-espacio.

Este ultimo punto es de vital importancia en los estudios subalternos. Y es que, es desde
complicidad entre la disciplina histórica y el poder estatal desde el cual se historiza la
realidad. Pues el mundo moderno ha creado unos estándares académicos que impide
articular a la historiografía “otros” tipos de experiencias y visiones del mundo. Así lo
expresa Chakrabarty al evidenciar en el análisis de Guha sobre la revuelta del 1855, una
tendencia a demostrar, en el accionar de rebeldes indios, el carácter racional de su
rebelión; lo que significa, traducir en terminamos de la sociedad civil democrática la
cosmovisión y en general la forma en que los campesinos rebeldes se apropiaban del
mundo. Este es una demostración de un pasado subalterno, o sea un pasado que se resiste a
la historización por los mismos criterios “lógicos” que las instituciones han creado.

4. Enzo Traverso define memoria como una red que aprehende el pasado, en términos de lo
experimentado, lo vivido. A diferencia de la Historia, la memoria es totalmente subjetiva.
Parte de lo que para un individuo o grupo social representa parte de su identidad, acompaña
de manera constante el presente y se mantiene en su transcurrir; claramente, el olvido
también hace parte de esta memoria. Pues también hace parte de la identidad lo que
ignoramos o dejamos de ser. Memoria no debe entenderse como sinónimo de Historia, que
a diferencia de esta es estática inmóvil y se encierra en un periodo determinado ajeno, en
muchos casos, al investigador. La memoria en cambio es volátil, siempre perteneciente al
que la expresa, pues esta se configura a partir de las representaciones colectivas del pasado
y ancladas en cierta medida en el presente.

Es por esto por lo que entre Historia y memoria surge una tercera dimensión, que es la
conciencia histórica. Como explica el autor, la memoria es una construcción del pasado
filtrada, intervenida por los valores del presente que permean a su portador. La disciplina
histórica, además de otras labores, busca reconstruir el pasado, partiendo de la memoria; del
testigo que funciona como una bodega de recuerdos, donde el pasado se almacena y es
aprovechado por el investigador para su labor. Al tener la disciplina histórica acceso e
influencia sobre la memoria, se permite configurar ciertos usos públicos de esta. Es así
como el mundo académico construye políticas que permiten hacer uso de la memoria. Estas
políticas de la memoria se definen por el uso público que el Estado, las instituciones o
colectivos hacen de esta. A partir de ciertos fenómenos históricos, los medios de
comunicación buscan manipular la memoria para convertirla en un producto. Las elites
políticas comprenden el carácter político del recuerdo y gestionan ciertos dispositivos que
permiten articular la memoria colectiva con estrategias de control político, encubrimiento
de acciones, manipulación del pasado con intereses corruptos, etc. Así, los usos públicos de
la memoria pasan por interpretar o reinterpretar el pasado según las conveniencias políticas
del presente; como la construcción de museos, zonas turísticas, lugares de conmemoración
a víctimas, distorsión del pasado con el objetivo de encubrimiento e instituciones que
promuevan el consumo (restaurantes, centros comerciales…) o hagan parte del mundo
simbólico de un grupo social (colegios, universidades, hoteles).

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