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Clase Piaget Parte 2: Los Estadios del Desarrollo de la Inteligencia.

Como ya vimos Piaget habla del desarrollo de la inteligencia como una construcción
progresiva, desde lo más simple a lo más complejo. Refiere que la construcción del conocimiento y
el aprendizaje se producirían al haber un desequilibrio o un conflicto cognitivo, que motivara al
sujeto a buscar alguna respuesta y así volver a reestablecer el equilibrio. Como ya vimos, el
mecanismo de asimilación y acomodación permiten esta construcción.

En este punto “el aprendizaje le sigue al desarrollo” responde a la teoría de Piaget, que
establece una dependencia unilateral entre desarrollo y aprendizaje. Esto es que primero debe
haber un determinado desarrollo cognitivo y ello posibilita el aprendizaje, negando la explicación
del aprendizaje por asociación (Conductismo), ya que según él “para presentar una noción
adecuada del aprendizaje, hay primero que explicar cómo procede el sujeto para construir e
inventar, no simplemente copiar” (Piaget, 1970). Entonces, el progreso cognitivo no es
consecuencia de la suma de aprendizajes puntuales, sino que está regido por un proceso de
equilibración. Además, Piaget distinguía entre aprendizaje en sentido estricto (que se produciría
por medio de información específica) y el aprendizaje en sentido amplio, que consistiría en el
progreso de estructuras cognitivas por procesos de equilibración.

Así la lógica se construye, no es innata ni tampoco es un reflejo del mundo, sino que es un
producto de la acción sobre el mundo. Los esquemas dan lugar a coordinaciones que se van
elaborando lenta y progresivamente en la estructura cognitiva. Por ello, ya mencionamos que
Piaget es, en este sentido, constructivista.

Hemos visto que el desarrollo de las estructuras cognitivas supone una evolución desde
adquisiciones consideradas más simples, hacia formas más complejas. Por eso para el pensador
suizo, la inteligencia es adaptación. En este punto la Psicología Genética distingue cuatro estadios
o períodos evolutivos del desarrollo de la inteligencia:

 Estadio Sensoriomotor (que abarca desde el nacimiento hasta los 18 meses/ 2 años) :

Los primeros esquemas del recién nacido son los reflejos, que son innatos. Se trata de
acciones pautadas que aparecen automáticamente en presencia de determinados estímulos y
presentan una organización idéntica las primeras veces que se manifiestan, por ejemplo el reflejo
de succión, de prensión. Ante los diversos objetos que se presentan, la asimilación de los mismos
al esquema reflejo encuentra resistencias, provocando desajustes que deben ser compensados
mediante una reorganización de las acciones, mediante una acomodación del esquema. En este
juego de asimilación y acomodación, los esquemas reflejos se ven sometidos a un proceso de
diferenciación que lleva a construir nuevos esquemas más complejos: son los esquemas de acción.
Se trata de construcciones de nuevas organizaciones de acciones, que se conservan a través de las
situaciones y de los objetos a los que se aplican.

Estos esquemas de acción, se presentan como sistema de actos que se transfiere de una
situación a otra. Esto es: que el bebé manipula, agarra, cosas distintas. El acto de tomar un objeto
de determinada manera, es un conjunto organizado de subacciones que se conectan entre sí, las
formas de esas acciones es un esquema. Se trata de modos organizados de actuar sobre el mundo,
para darle significado, para construir la experiencia y el mundo. Sabemos que el mundo existe
fuera del bebé, los objetos están fuera de él, pero este no lo sabe y así va generalizando estos
esquemas de acción, sigue manipulando objetos de distintas maneras. Se trata de un “mundo
chupable y agarrable” en expansión. Las reacciones circulares primarias tienen que ver con las
primeras coordinaciones de esquemas de acción, que al ir generalizándose, probándose nuevas
combinaciones de esquemas de acción en situaciones novedosas, se transforman en reacciones
circulares secundarias y terciarias. Así los movimientos, adquieren mayor complejidad y hay más
precisión en la experiencia con el mundo de los objetos.

De hecho, en un determinado momento, el bebé puede desplazar un obstáculo para


alcanzar una finalidad. Esa intencionalidad, está asociada con una coordinación de esquemas,
estos se conectan con otros. Cuando Piaget dice coordinación de esquemas, está pensando en que
el inicio de la lógica humana está en cómo los niños conectan sus esquemas particulares. Por
ejemplo, si un bebé supera primero un obstáculo y después agarra un libro, alguien puede analizar
que ahí hay un orden. Es decir, primero hace algo y después hace lo otro; primero el medio y
después el fin. Es importante mencionar que estas coordinaciones empiezan a aparecer en los
bebés mucho antes que el lenguaje.

En este estadio, el tipo de inteligencia es práctica, ya que se refiere a la manipulación de


objetos y la exploración. El tipo de juego característico de este estadio, tiene que ver con esto.

La noción del objeto permanente es un antecedente importante para considerar a la


representación. Que el bebé pueda figurarse un objeto que no está en el campo de lo visual, pero
que siga teniendo existencia y proceda a su búsqueda, es un logro. Hay aquí una imagen mental,
cuestión impensada previamente. Justamente, hablamos del inicio de la posibilidad de
pensamiento.

La aparición de la función simbólica, hacia finales del segundo año, posibilita que los
esquemas de acción propios de la inteligencia sensoriomotriz, puedan convertirse en esquemas
representativos, es decir en esquemas de acción interiorizados.

 Estadio Preoperacional (de 2 a 6 años):

Interesa aclarar que el concepto de acción no se reduce a la acción práctica, sino que
cualquier proceso mediante el cual los sujetos de conocimiento, cambian sus ideas, transforman
un material, puede ser llamado acción. Recordemos que este es el sentido que le da Piaget, como
vimos en las clases pasadas.

Hecha esta aclaración, se comprende que la acción en este estadio, aparece como
interiorizada y puede representarse mentalmente, relatando lo que se hace, incluso planificando
lo que se hará. Se puede pensar con el lenguaje, está la posibilidad de reemplazar en el
pensamiento un objeto con una representación simbólica. Vale aclarar que se apoya en el
lenguaje, pero su pensamiento no es idéntico al lenguaje. El pensamiento en sentido estricto, es la
acción interiorizada, vinculada con la representación mental.

En este sentido, se instaura alrededor de los 2 años lo que se denomina la función


semiótica. Su formación es por imitación diferida (cuando el modelo está ausente) de significantes
nítidamente diferenciados de sus significados, como el juego simbólico (una cosa representa a
otra: un palo de escoba puede ser un caballito), las imágenes, el dibujo, los signos convencionales
del lenguaje, etcétera. Las acciones interiorizadas se apoyan o se sostienen en estos significantes,
pero sus significados coordinados son los que dan lugar a la formación de las operaciones
intelectuales u otras formas de pensamiento.

El significado es lo que el infante puede concebir como acción interiorizada mentalmente,


después variará el sistema de esos significados. El significado son los actos imaginados, son las
acciones posibles que él puede hacer, pero mentales ahora y no prácticas. El pensamiento es una
producción de significados apoyados en las imágenes de los observables mentales. Los primeros
esquemas representativos funcionan como preconceptos, como marcos asimiladores que carecen
de generalidad. Es por ello que el modo de conocer el mundo y el razonamiento procede por
analogías, por transducción, por agrupación de características similares, pero en ausencia de lógica
ni pudiendo observar la simultaneidad de características en los objetos, sólo apreciando una
dimensión. La falta de generalidad de los preconceptos, impide un razonamiento deductivo.

Por esto, niñas y niños en este estadio, pueden hacer inferencias elementales, dar una
primera forma de organización del espacio, comenzar a establecer las condiciones para una
clasificación, de aprehender ciertas relaciones causales, etc. Pero lo hacen de determinado modo:
el pensamiento preoperatorio procede por intuiciones, es decir, no admite generalizaciones ni
combinaciones respetando las leyes de la lógica (no la hay). El egocentrismo (centramiento en el
propio punto de vista), el artificialismo (creer que todo es una fabricación humana), el animismo
(dotar de vida a objetos inanimados), el finalismo (todo está relacionado con un finalidad –para
qué?—por qué?-) y la irreversibilidad del razonamiento (no puede volverse al punto de partida al
haber alguna transformación, no hay conservación de la sustancia, ni del peso ni del volumen, ya
que no hay retorno empírico), son característicos del pensamiento intuitivo. Por esta forma de
pensar al mundo, se trata de un tipo de inteligencia intuitiva.

Entre los 4 y los 7 años se produce una conceptualización creciente que conduce a las
primeras operaciones del estadio siguiente.

 Estadio de Operaciones Concretas (7 a 12 años):

A partir de los 7 años surgen las primeras operaciones en sentido estricto. Las operaciones son
esquemas de acción interiorizados que se agrupan en totalidades: los agrupamientos elementales
de la operatividad concreta. Esas totalidades tienen las mismas reglas que definen el grupo de
desplazamientos de la etapa sensoriomotriz, pero ahora esas reglas conciernen a esquemas
representativos. El dominio de la reversibilidad (posibilidad de combinar toda operación con su
inversa) en el plano de la representación, conlleva la construcción de nuevos invariantes cognitivos
con tipo de inteligencia lógica: conservación de longitudes, de distancias, de cantidades continuas
y discretas, de cantidades físicas (sustancia, peso y volumen). Todas las operaciones como las
estructuras son de naturaleza concreta, están ligadas a la acción del sujeto sobre los objetos, sin
poder operar aún prescindiendo de la manipulación concreta de los objetos.

El tipo de juego aquí es reglado, ya que se puede compartir un espacio y comprender un


sistema de reglas que organicen el juego.
La noción de tiempo es parte de las nociones operacionales de niñas y niños y se adquiere
aproximadamente a los seis o siete años. Es un problema que tiene que ver con la construcción de
una operación de seriación y de una intersección entre simultaneidad y orden. Para ellas y ellos
lleva mucho tiempo elaborar esta noción. El tiempo es un proceso que es irreversible, nadie puede
retroceder en las cosas que pasan; pero para pensar lo irreversible, hay que pensar de manera
reversible. Hay que llegar a adquirir la capacidad de conectar dos series de acontecimientos de
manera simultánea y eso no es algo sencillo. La noción de tiempo se constituye, no está dada. El
tiempo es un resultado, hasta cierto punto, de una elaboración representacional de los actos de
“preceder a”, de la secuencia de los acontecimientos y la distinción de las duraciones que los
vinculan entre sí.

• Estadio de las Operaciones Formales (a partir de los 12 años):

Las operaciones se desligan progresivamente del plano concreto. Como resultado de la


experiencia lógico-matemática, el sujeto logra agrupar en estructuras equilibradas
representaciones de representaciones – este es un nuevo cambio en la naturaleza de los
esquemas- y accede a un razonamiento hipotético deductivo (podrá arribar a conclusiones a partir
del manejo de hipótesis, sin necesidad de una observación y manipulación con objetos
reales/concretos). La posibilidad de operar con operaciones con mayor grado de abstracción,
indica la existencia de nuevas estructuras intelectuales (la combinatoria y la lógica proposicional
son los modelos de estas estructuras) y de nuevos invariantes cognitivos. La función de las
estructuras superiores, como en todo cambio estructural, es asegurar una mejor adaptación, un
desarrollo de la inteligencia con mayor complejidad.

El tipo de juego aquí es del tipo mental, ya que suponen el disfrutar con la elaboración de
estrategias, de cierto grado de abstracción que tiene que ver con la inteligencia de tipo hipotético-
deductiva.

Por último, vale aclarar que el desarrollo de la inteligencia, lo hace en paralelo con el de la
afectividad y con los tipos de juegos, siguiendo la forma de avanzar en sentido progresivo, esto es
adquiriendo mayor complejidad. Asimismo, las edades son aproximadas y hay que considerar
cuestiones diversas (como factores culturales), pero lo cierto que el orden progresivo, la
secuencia, del desarrollo de las funciones cognitivas, se ha constatado.

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