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PUtireyt nas LACerTTIC A LITERARIA DEL SIGLO XX Fernando Gémez Redondo +, METODOS Y ORIENTACIONES. Capitulo 1 Observaciones preliminares ‘Un manual de ertcaIierriy como el presente, que petende recomer Jos métodos y orientaciones de esta disciplna a lo largo de este siglo, preci- de unas eobservaciones preliminares» que den sentido aun estudio de sta naturalezay que permitan, sobre todo, valorar las posbilidades y cono- = os limites que contienen esos discursos exicos, sin los cuales resulta SSzpensable un minimo acercamiento al hecho litrario. No quiere esto deci, mucho menos, que una obra iteraria para ser comprendida, 0 simplemen 2 lida (hasta con place etéico),requiera de las pautas de andliss suged 5s por las cerea de veintecorrientesreunidas en este libro. Pero Io certo que cualquier valoracion que quiera efectuarse Sobre ese obra tendré que Spender de algunas de las prspectivas que aqut se van a mora “Critica>, no se olvide, implica, desde su ratz etimolégica grieg, la , «observar>) y a la literatura» s¢ la puede ‘criticar’: son dos procesos que, en ocasiones, se cruzan peto que, en principio, nada tienen que ver entre sf Una teoria dela literatura ha de poseer dos propiedades segin sea la intencién que la anime. O puede ser de cardcter puramente «tesrica» {ntentar construir un sistema que abrace a la produccién litearia en todos sus elementos, como la ya comentada del profesor Garcia Bertio, 0 puede ser de caricter especulativamente «préctica» y dirgitse ala deseripcién de los procedimientos particulares que constituyen esa realidad llamada len- {gus literaio, En los dos casos, en el te6rico y en el prctico, el eampo de trabajo es el «significado postico» o el conjunto de particularidades que Gefinen al «lenguaje litrario». La «teorfa» considera, pues, ala obra como producto ya creado, de donde su dimensién puramente deseriptiva, que es ‘adem la que historicamente ha sido encauzada por Tos tratados de poctica © de preceptiva en general (ya sea méitica, ya retérica), valoradores de los aspects téenicos y materiales que se dejan percibir en el curso de la crea- ign literaria*. Las vertentes desde las que se puede plantear esta «teoriza- icin» son variadas, aunque podrian reducirse a dos posturas: Sobre ra) eis, Nas, Gedo 19, eee mo a, ‘Spey dora ada ede econ el emis pees de ‘SERS halite dcr Ines enn * to Allon eH, np er nde ae” Teo d lc ray cn tps dcngend ene des sae ‘sf cara sor exc srs sy noes efi mane] gt goo ea Psicnen sso rp, rms pues pst se ‘impicincnel oe Le ert eran del siglo xx A) La teorfa la dispone un creador de una obra literaria, que emplea, cen la exposicin de sus planteamientos, un buen mimero de reflexiones que estén ligadas al acto creativo del que parte y al que puede o no referirse*. Pignsese, por ejemplo, en la Epistola ad Pisones de Horacio, con toda la serie de Consejos que desgrana para llevar a cabo el ejecicio conereto de la producsin textual, o en una Carta-prohemio como la qe le env don ifigo Lépez de Mendoza al joven Condestable de Portugal, como introduc- cidn a su poesfa, o en un Avte nuevo de hacer comedias, con el que Lope justfica y autoriza las novedades que se permite en sus comedias; se trata {de ejemplos que muestra al escritoratento al desarollo de las ideas est cas de la €poca concreta en la que vive, situindose en ese contexto referen- cial y encuadrando su obra en el conjunto de valores de los que parte. Otto ‘caso podria ser el del escritor al que lo tinico que le importa es este ultimo aspecto, el de orientar sobre las lineas de influencia que han iatevenido en Ja configuracién de su pensamiento liteario o, o que es més normal, en Ia construccisn de alguna obra determinada; asi, ocurre, con los prélogos y epilogos a que tan dados eran los noventayochistas, 0 con buena parte de los aforismos y conferencias que dict6 Juan Ramén Jiménez, 0 con las declera- ciones y enirevistas que concedié Garcia Lorca; en este tipo de «teorizacio- nes» lo que cuenta ese] modo en que un autor asimila tendencias y descubre posibilidades de ejecucign del lenguae literario™ B) La teorfa Ia plantea un profesional no de la ereacién, sino de la reflexién sobre el fendmeno de la literatura: lo normal es que sea wn ret6rico © un pedagogo (en el caso de Quintliano se funden ambas facctas), 0 bien un gramético en la Edad Media, hasta que, en el siglo x1v, la filologia ‘comienza a construir los cauces de afirmacién de las variadas disciplinas {que Ia integran; en ese momento, los viejos manuales de ret6rica o de post cca se abren a un dominio desde el que es posible relexionar sobre la crea cin literariay 1as multiples posibilidades que esas técnicas descritas propi- cian; es la distancia, por ejemplo, que hay del Arte poética (1580) de ‘Sanchez de Lima o del Arte poética espafola (1592) de Garcia Rengifo a ls «tratados» de esta disciplina que inaugura Lépez,Pinciano en 1596 con sera ni: ai hE nn os qu le roo mre ela, ey uno ee ce an pk ‘ara besa et cme mpl aa tne ue cnc! ne teu Eyes hr oes ats Rca at ie ce ere Observaiones pretininares 9 su Philosophta antigua poética y que contintan los Cascales, Carvallo, Robles, Gracidn, etcétera; en este segundo grupo de obras, a la par de des- czibir unos procedimientos téenicos, se entregan curiosas reflexiones que permiten construir el pensamientoliterario de un determinado periodo hist6- Fico. En estos tatados que se manticnen hasta finales del siglo x1X, con la ‘excepcional Poética de Luzén de 1737, se intogran el planteamiento hist6ri- 20, el preceptivo requiriendo el ejemplo y la demostraciGn con datos y tex- fos coneretos de las ideas expuestas; rozan, en ocasiones, Ia historia de la literatura* y se precpitan, en buena medida, sobre los problemas que afec- ‘anal critica literara, ‘A-esta disciplna, a lado la «erica», le tiene sobre todo que interesar a ‘aloracién del. texto.como construceiéa estétia, lo que implica posiciones ‘ercanas a la filosofia —no en vano el texto fundacional de este desarrollo sevir ls Patiica le Arisiieles— y una serie de consideraciones ms generales ¥y abstracas sobre el conjunto del proceso de la ereacién literaria, Por ello, la ‘criica» puede estudiar el fenémeno del lenguajeliterario sin tener, por ello, gor detenerse en aspectos descriptivos, preacupandase mas por consideracio- tes de carécter supralingifstico, donde se bordcarfan ya algunos de los limi- ts peculiares de la erica: Ia socioogia, la psicologia, la histori, la filosofia Sroets pec Bry Ci Gite staan: No ene gin od pt SSS) cone de A Ble agian alo, Bacon ASL 19 p "hin Caria Bose concn, oT a lara cm an soe de Gases sees Senn parte sn seca, Sl he pe rein SS Secs gers stican eo conn eens tar ol ga de ae Serr Md aa 18, a ews vere ene Se tiny cen gu pe dar garnet. 0 la salterara del siglo xx orientacién histrica, pretendan dar cuenta de las corrientes y evoluciones suftidas por la serie de reflexiones —filoséficas y lingUisticas, a la par—a que da lugar el hecho literario. 1.2. CLASES DE CRETICA LITERARIA Segin lo dicho, y dada la funcién bésica de «juzgar» ¢ «interpretar>, puede haber varias posibilidades de aplicar los sistemas de andlisis que se supone configuran el entramado metodolégico de estas modalidades de pen- samiento crftico. Al menos, habrfa que tener en cuenta cinco orientaciones: ‘A) El «aanifiesto fico», como texto breve, urgente, nacido de una con fluencia de causas historias, sovales,estticas Concretas, que requieren una \efinicién. Esa plasmacién material de esas posturas conceptuales, que son ‘ambign perspectivas de creacin,suele fiarse a estos escritos menores —del tipo de un Manifese da symbolisme de 1886 o el panfleto dadaista que firma ‘Tzara en 1918, 0 bien el ariculo que aparece en el Figaro, el 20 de febrero de 1910, con el que Marinet inaugura el fururismo—, que poscen una gran efeti- vidad porque encierran unas claves de aetuacida tanto esjtica como artistic, en cuanto ala configuracin de la dimensién personal de esritor. B) El eensayo critico», conectado con una determinada obra literaria desde la que se labora una amplia visin del fenémeno dela literatura, sin cel menor carécter descriptivo; no se pretende «describir el escribir», sino reflexionar sobre las multiples facetas que se ponen en juego en la creacién literaria; es un terreno muy cercano al de la especulacién filoséfica, en el ‘que cabria, por ejemplo, un Juan de Mairena —con el soporte de ta fic- 1 cida— de Antonio Machado, £1 defensor de Pedro Salinas", La deshuma- » nizacién del arte de Ortega y Gasset 0 el excepcional Poesia espafiola de Damaso Alonso; en todos los casos, se trata de un autor que, desde su expe- riencia estética personal, ha construido un sistema de ideas que le permite establecer unos ejuicios» y unas «interpretaciones» que pueden adquirr el rango de procedimientos analiticos. ‘C) La «critica periodistica», fundamental por el importante papel ‘mediador que juega al difundir una serie de valores de apreciacin esttica, Jncorporados cn os juicios con los que estima el grado de bondad o de cai dad de una determinada obra. Un ertico-resefiador, desde la atalaya de su columna periodistica o pagina fija de suplemento literario, puede ser un individuo de extraordinaria importancia y de gran influencia a la hora de Observaciones preiminares 2 ‘=a las lineas maestras de la visi literaria, més o menos oficial de una ‘Se época. Contra esto se alzaron los «new critics» (§ 4.2), definiendo un ‘sedelo de critica total de extraordinaria importancia”, Sin embargo, el ‘exremismo de Ia critica periodistca no suele ser el principal problema que iecta a esta actividad; ha de contarse también coa la subjetividad que ‘peste incorporar el erftico a sus jucios o en Ia falta de rigor profesional con ‘Ge: se establezcan tales valoraciones. Con todo, el citico es un ser impres- sigor, Ia erica literaria no tendefa que tener ningdn Kimite para su ‘Secwllo, puesto que la especulaci6n que promueve se ha de dirgir, con ‘See Libertad, hacia el objeto que persigue: Ia reflexién sobre la produc ‘Se xiual. Sin embargo, algunas de las metodologias de que aquf se va 2 ‘Scents obedecen a dictados que poco tienen que ver con el fenémeno de Se Se hot i de eee: hamradio Naml ees Cae Fen et rt nbn Ge ay ae SSS cote eh xe Mary Lr lj Mein act erica ge Setegetoc yi lteacgsn gecrs br remus orsos tats pes pis eae 2 Laerticattevaria de silo xx la ereacién literaria, ya sean de orden politico, ya sociolégica 0 ya moral Esa seria, quiz, una fimitaciGn que habria que superar, puesto que, como ya se ha apuntado, el sistema pergefiado por esa orientacién erica acaba des- plazando a la obra y acupando su lugar, pertrechado en el engreimiento que supone Ia visiGn de la realidad de que es portador. La solucin a estos peligros resulta muy sencilla, a nada que los plantea- Iiientos criticos se atengan a fos factores que la produecién literaria pone en juego y que han de ser los merecedores del ejercicio especulativo, El mayor valor de un método de esta naturaleza habria que otorgatlo a las posiciones ‘riticas un formalismo, una semitica— que intentan dar respuesta a los problemas-que-afectan 2:todos los aspectos de la ereacién literaria: al Ten ‘ua literario, a la dimensién textual, a Ia autoria, a la recepcién, pero lo cierto es que este recorrido acabard mostrando més orientaciones parciales {ue visiones globales sobre la literatura. Todas encierran algo de postivo ‘todas ellas aquf se les ha concedido el valor que merecen. A titulo de orientacién, puede trazarse un breve esquema en el que quedan apuntadas las posibilidades de aplicacién de estas opciones ertieas, segtn se centren cen el estudio de la perspectiva de a autorfa, en la funcin del texto literario, ‘en a vertiente de la recepeién, El resultado quedaria como sigue: ‘Autor Texto Receptor Interpret del mundo. | Reduso o sopore del ien- | Descirador dl universo Separe dene isdn | sujet | teeta Ceticapsicomaticn. | Formallamox Estliscas, | Cia dea ecepan (ener, Paglia Sociologis erticas. «New Criticisms, | Exructunlsnos, Neots El esquema s6lo pretende mostrar los aspectos en los que més van a inci estos planteamientos erticos, cada uno de los cuales pode eobijar, en si, posturas eontradictorias 0 propiciar evoluciones que aqui no pueden siquiera quedar sugeridas. No obstante, el valor de esta sintética present cidn fo otorga la simple delimitacién de esos tres cauces —el do la auto el del texto, el de la recepcién— que, a pesar de las posiciones planteadas y de los estudio verificados, atin siguen conteniendo miltiples problemas sin resolver. Tantos como obras nuevas puedan escribirse

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