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TEMA REGULACION BANCARIA INTERNACIONAL Y NACIONAL

1. Las Finanzas
2. El Campo de la Finanzas
3. Las Entidades de Intermediación Financiera
4. Definición de Regulación Financiera
5. Basilea I
6. Basilea II
7. Basilea III
8. Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero Boliviano (ASFI )

1. Las Finanzas

Las finanzas se definen como “el arte y la ciencia de administrar dinero, afectando la vida de
toda organización y persona. Las finanzas se relacionan con los mercados y los instrumentos
que participan en la transferencia de dinero entre empresas, personas y gobierno”. (Garay-
Rivera:2009)

Otras definiciones de Finanzas, “el conjunto de actividades que incluye procesos, técnicas y
criterios a ser utilizados, con la finalidad de que una unidad económica como personas,
empresa o estado, optimice tanto la forma de obtener recursos financieros como el uso de
los mismos durante el desarrollo de sus negocios o actividad productiva empresarial”

En el lenguaje cotidiano, se conoce como finanzas “al estudio de la circulación del dinero
entre los individuos, las empresas o los distintos Estados. Así, las finanzas aparecen como
una rama de la economía que se dedica a analizar cómo se obtienen y gestionan los fondos.
En otras palabras, las finanzas se encargan de la administración del dinero”.

“Las finanzas corresponden a un área de la economía que estudia la obtención y


administración del dinero y el capital, es decir, los recursos financieros. Estudia tanto la
obtención de esos recursos (financiación), así como la inversión y el ahorro de los mismos”.

“Las finanzas estudian cómo los agentes económicos (empresas, familias o Estado) deben
tomar decisiones de inversión, ahorro y gasto en condiciones de incertidumbre. Al momento
de elegir, los agentes pueden optar por diversos tipos de recursos financieros tales como:
dinero, bonos, acciones o derivados, incluyendo la compra de bienes de capital como
maquinarias, edificios y otras infraestructuras”.

La noción de finanzas personales se refiere, en principio, al dinero que necesita una familia
para subsistencia. La persona deberá analizar cómo obtener dicho dinero y cómo protegerlo
ante situaciones imprevistas (como, por ejemplo, un despido laboral). Otras aplicaciones de
las finanzas personales refieren a la capacidad de ahorro, al gasto y a la inversión.

Las finanzas corporativas, por su parte, se centran en las formas que tienen las empresas
para crear valor mediante el uso de recursos financieros. Inversión, financiación, beneficios y
dividendo son algunos de los conceptos vinculados a esta área.
Por último, podemos decir que las finanzas públicas están relacionadas a la política fiscal de
un Estado. El gobierno obtiene fondos a través del cobro de impuestos y ese dinero lo
reinvierte en la sociedad mediante el gasto público (con la construcción de hospitales y
escuelas, el cuidado de la limpieza, etc.).
En cualquier campo, las finanzas son la clave para que una persona, empresa, gobierno o
Estado puedan lograr la estabilidad económica y el éxito al alcanzar sus respectivos objetivos.
Por eso, a las finanzas también se les llama el arte de la administración de dinero. Sin esa
capacidad de administración, sólo se puede esperar el fracaso económico en lugar de un
futuro seguro.
2. El Campo de La Finanzas:

Las finanzas se dividen en tres grandes áreas:


a) Inversiones,
b) Instituciones y mercados financieros,
c) Finanzas corporativas o administración financiera de las
empresas.

a) Inversiones:
Estudia cómo hacer y administrar una inversión en activos financieros y, en particular que
hacer con un excedente de dinero cuando se desea invertirlo en el mercado financiero. En
esta área se habla de dos personas o entidades: aquellas que son dueñas de los excedentes,
y aquellas que buscan o sugieren donde invertir dichos sobrantes y reciben el nombre de
administradores de fondos mutuos, corredores, promotores o analistas de inversiones,
analistas de títulos valores. Sus funciones son: comprar o invertir, vender y analizar valores
individuales

b) Instituciones y Mercados Financieros


Las instituciones financieras son empresas que se especializan en la intermediación
financiera (por ejemplo, los bancos, cooperativas de ahorro y préstamo, IFDs, y empresas de
servicios auxiliares compañías de seguros, arrendadoras financieras, warrant, etc.). Su labor
es transformar activos financieros de una forma a otra. Por ejemplo, un banco transforma un
depósito, en una cuenta de ahorros, en capital más intereses para el inversionista a través
del proceso de conceder préstamos a empresas o personas físicas que requieren
financiamiento.
Los mercados financieros son los espacios en los que actúan las instituciones financieras
para comprar y vender títulos de crédito, como acciones, obligaciones o papel comercial; este
mercado se conoce como mercado de valores. En la división tradicional de Finanzas, las
instituciones y los mercados financieros se consideran conjuntamente, ya que las
instituciones son los participantes más importantes en este mercado.
Los insumos y el producto terminado son la principal diferencia: los activos físicos son mucho
menos importantes para las instituciones financieras. Ciertamente, muchos bancos tienen
edificios en los que trabaja su personal, pero no tienen maquinaria ni equipo de producción.
Tanto el banco como la compañía manufacturera buscan una utilidad: un banco la logra
otorgando un servicio a sus clientes y transformando un tipo de activo financiero en otro,
mientras que una compañía manufacturera transforma bienes materiales en un producto
terminado con más valor.
Muchos ejecutivos financieros trabajan para instituciones financieras, entre estos bancos,
compañías de seguros, casas de bolsa, instituciones de ahorro y préstamo y uniones de
crédito; su éxito en ellas depende del conocimiento que tengan de los diferentes factores por
los que las tasas de interés aumentan o disminuyen, de las regulaciones a las que las
instituciones financieras están sujetas y de los tipos de instrumentos financieros.

c) Finanzas corporativas o administración financiera de las empresas


La administración financiera de las empresas estudia tres aspectos: 1) la inversión en activos
reales (inmuebles, equipo, inventarios, etcétera); la inversión en activos financieros (cuentas
y documentos por cobrar) y las inversiones de excedentes temporales de efectivo; 2) la
obtención de los fondos necesarios para las inversiones en activos y 3) las decisiones
relacionadas con la reinversión de las utilidades y el reparto de dividendos.

Una empresa es una entidad económica independiente que posee activos-efectivo, cuentas
por cobrar, inventarios, equipo que ha adquirido gracias a las aportaciones de sus dueños,
que son los accionistas, y al financiamiento de acreedores (por ejemplo, bancos y
arrendadoras). La palabra independiente se refiere a que, aunque tenga dueños, la empresa
debe tener su propia contabilidad, independientemente de la de otras propiedades que los
dueños posean.
3. Las Entidades de Intermediación Financiera

Intermediación Financiera: Actividad realizada con carácter habitual, consistente en la


recepción de depósitos del público, bajo cualquier modalidad, para su colocación en activos
de riesgo.
El sistema de intermediación financiera es un mercado en el que se encuentran los oferentes
y los demandantes de dinero a través de instituciones que articulan los dos mercados
parciales que existen en su interior: el de los depósitos y el de los créditos, pues deben captar
y movilizar los primeros y colocar los segundos, obteniendo por ese servicio un diferencial
para cubrir costos y obtener utilidades.

INTERMEDIACION FINANCIERA EN BOLIVIA

Entidad de Intermediación Financiera o Entidad Financiera: Persona jurídica radicada en


el país, autorizada por la Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras, actualmente
ASFI, cuyo objeto social es la intermediación y la prestación de servicios auxiliares
financieros.
Banco de Segundo Piso: Entidad de intermediación financiera autorizada, cuyo objeto único
es la intermediación de recursos, en favor de entidades de intermediación financiera y de
asociaciones o fundaciones de carácter financiero.

Los tipos de entidades financieras según la Ley No 393 de Servicios Financieros son los
siguientes:
3.1 Entidades financieras del Estado o con participación mayoritaria del Estado:
1. Banco de Desarrollo Productivo.
2. Banco Público.
3. Entidad Financiera Pública de Desarrollo.
3.2 Entidades de intermediación financiera privadas:
1. Banco de Desarrollo Privado.
2. Banco Múltiple.
3. Banco PYME.
4. Cooperativa de Ahorro y Crédito.
5. Entidad Financiera de Vivienda.
6. Institución Financiera de Desarrollo.
7. Entidad Financiera Comunal.
3.3 Empresas de servicios financieros complementarios:
1. Empresas de arrendamiento financiero.
2. Empresas de factoraje.
3. Almacenes generales de depósito.
4. Cámaras de compensación y liquidación.
5. Burós de información.
6. Empresas transportadoras de material monetario y valores.
7. Empresas administradoras de tarjetas electrónicas.
8. Casas de Cambio.
9. Empresas de servicios de pago móvil.

3.1. Entidades financieras del Estado o con participación mayoritaria del Estado y 3.2.
Entidades de intermediación financiera privadas: Las definiciones para estos dos todos
grupos son las mismas solo difieren que si pertenece o no al estado, a continuación, la
definición de cada una de ellas:
Banco de Desarrollo. Entidad de intermediación financiera bancaria mixta o privada cuyo
objetivo es promover, a través del apoyo financiero y técnico, el desarrollo de los sectores
productivos de la economía nacional y de los sectores de comercio y servicios
complementarios a la actividad productiva.
Banco Público. Entidad de intermediación financiera bancaria de propiedad mayoritaria del
Estado, cuya finalidad es brindar servicios financieros a la administración pública en sus
diferentes niveles de gobierno y al público en general, favoreciendo el desarrollo de la
actividad económica nacional y apoyando principalmente al sector productivo en el marco de
las políticas de desarrollo establecidas por el Estado.
Entidad Financiera. Entidad de intermediación financiera o empresa de servicios financieros
complementarios autorizada por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero - ASFI,
con participación accionaria de personas naturales o jurídicas, de origen nacional o
extranjero.
Banco Múltiple. Entidad de intermediación financiera bancaria, que se basa en la oferta de
los productos, servicios y operaciones autorizadas y disponibles con destino hacia clientes
en general, empresas de cualquier tamaño y tipo de actividad económica.
Banco Pequeña y Mediana Empresa - PYME. Entidad de intermediación financiera
bancaria, que se basa en la oferta de los productos, servicios y operaciones autorizadas y
disponibles con especialización en el sector de las pequeñas y medianas empresas, sin
restricción para la prestación de los mismos también a la microempresa.
Cooperativa de Ahorro y Crédito Abierta. Entidad de intermediación financiera constituida
como sociedad cooperativa de objeto único, autorizada a realizar operaciones de
intermediación financiera y a prestar servicios financieros a sus asociados y al público en
general, en el marco de la presente Ley, en el territorio nacional.
Entidad Financiera de Vivienda. Sociedad que tiene por objeto prestar servicios de
intermediación financiera con especialización en préstamos para la vivienda.
Institución Financiera de Desarrollo. Entidad de intermediación financiera, constituida
como organización sin fines de lucro, autorizada para realizar intermediación financiera y
prestar servicios financieros integrales en el territorio nacional, en el marco de la presente Ley
con un enfoque integral que incluye gestión social y contribuir al desarrollo sostenible del
pequeño productor agropecuario y de la micro y pequeña empresa.
Entidad Financiera Comunal. Entidad de intermediación financiera constituida como
sociedad sin fines de lucro cuyo patrimonio está conformado por un capital comunal y un
capital ordinario con fines de financiar la actividad de una organización de productores y de
terceros en condiciones de fomento.
3.3. Empresas de servicios financieros complementarios: A continuación, sus
definiciones
Arrendamiento Financiero. Actividad financiera realizada por una entidad de intermediación
financiera o por una empresa de arrendamiento financiero de objeto exclusivo u otras
sociedades comerciales no especializadas en su condición de arrendador, consistente en
trasladar en favor de una persona natural o jurídica como arrendatario el derecho de uso y
goce de un bien mueble o inmueble, a cambio del pago de un canon en cuotas periódicas,
otorgando en favor del arrendatario la opción de compra de dicho bien por el valor residual
del monto total pactado. El arrendamiento financiero por su carácter financiero y crediticio, es
de naturaleza jurídica distinta a la del arrendamiento normado por el Código Civil.
Factoraje. Actividad financiera realizada por una entidad financiera de objeto exclusivo,
consistente en la recepción de facturas cambiarias representativas de deudas exigibles por
parte de sus clientes, asumiendo o no el riesgo de crédito, a cambio de pago adelantado de
dinero y cobrando un importe por el servicio.
Almacén General de Depósito. Empresa de servicios financieros complementarios con
especialización en el almacenaje, guarda y conservación transitoria de bienes o mercaderías
ajenas, autorizada para emitir certificados de depósito o bonos de prenda (warrant) los
mismos que pueden constituirse en garantía.
Cámaras de Compensación. Son asociaciones constituidas para que las entidades puedan
realizar sus pagos de compensación con liquidación periódica de los créditos y débitos
recíprocos como: Intercambio de cheques, letras de cambio y otros valores.
Buró de Información. Empresa de servicios financieros complementarios, cuyo giro
exclusivo es la recolección, administración y suministro de información crediticia, estadísticas
sectoriales, eventos de fallas operativas en entidades financieras y otra información diversa
relacionada con las potencialidades de expansión crediticia y la identificación de riesgos
inherentes a la actividad financiera.
Empresa de Transporte de Material Monetario y Valores. Persona jurídica constituida
como empresa de servicios financieros complementarios, autorizada para realizar en forma
habitual operaciones de transporte de material monetario y de valores.
Empresa administradora de tarjetas electrónicas: Entidad a cargo del procesamiento de
operaciones, de la administración de redes y de la compensación y liquidación de
transacciones realizadas con tarjetas de débito, tarjetas de crédito y tarjetas prepagadas.
Casa de Cambios. Persona jurídica que realiza en forma habitual operaciones de cambio de
moneda extranjera.
Empresa de Servicio Financiero Móvil. Persona jurídica constituida como empresa de
servicios financieros complementarios, autorizada a prestar servicios a las entidades de
intermediación financiera para posibilitar la utilización de dispositivos móviles por parte de los
clientes financieros.
Banca Electrónica. Es la prestación de servicios financieros a través de internet u otros
medios electrónicos y digitales sin necesidad de presencia física del cliente en las oficinas de
la entidad financiera.

4. Regulación Financiera Bancaria:

La regulación bancaria es una forma de regulación gubernamental que sujeta a los bancos a
ciertos requisitos, restricciones y directrices.
Esta estructura normativa crea transparencia entre las instituciones bancarias y los individuos
y corporaciones con los que hacen negocios, entre otras cosas. Dada la interconexión de la
industria bancaria y la dependencia, que la economía nacional (y global) tienen en los bancos,
es importante para las agencias reguladoras mantener el control sobre las prácticas
estandarizadas de estas instituciones. Algunos de los partidarios de la regulación, en su
versión de rescate, basan sus argumentos sobre la idea de "demasiado grandes para
quebrar" (economía del miedo). Esto es, que muchas instituciones financieras (en particular,
los bancos de inversión con un brazo comercial) tienen demasiado control sobre la economía
para caer sin tener consecuencias enormes. Esta es la premisa para el rescate por parte del
Gobierno, en el que se proporciona asistencia financiera federal o nacional a los bancos u
otras instituciones financieras que parecen estar al borde del colapso. La creencia es que sin
esta ayuda, los bancos no sólo quebrarían, sino que se crearía una onda destructiva en la
economía. Otros abogan por la desregulación, o banca libre, mediante el cual los bancos se
dan libertades ampliadas en cuanto a cómo gestionar la institución. Finalmente, existe la
posición de regular las transacciones bancarias (en especial las relacionadas con las
hipotecas y los bienes inmobiliarios y bursátiles de los bancos), dejar caer a los bancos que
gestionen mal e inhabilitar a los directivos que los lleven a la quiebra.
El sistema bancario es un medio para canalizar el ahorro generado en la economía hacia los
agentes deficitarios: individuos, empresas y gobierno. Los individuos, para financiar su
consumo; las empresas, su operación e inversión, y el gobierno, para cubrir parte de su déficit
fiscal. La eficiencia del sector bancario es crucial para el desarrollo económico, ya que un
país sin financiamiento bancario o con márgenes de intermediación muy elevados difícilmente
puede crecer de manera sostenida.
Para que un sistema bancario opere de forma eficiente son necesarias tres condiciones: un
pleno
respeto a la propiedad de los individuos, una estabilidad económica que permita la planeación
del gasto y la inversión de los individuos y un marco regulatorio y supervisor que promueva
la
asignación eficiente de los recursos financieros.
El objetivo principal de la regulación y la supervisión bancarias es evitar una crisis del sistema
de pagos de la economía. Por este motivo, la supervisión se debe enfocar a la asignación de
los
activos financieros (crédito otorgado), el capital requerido para garantizar la solvencia de las
instituciones y la constitución de reservas que amparen los riesgos en que incurre cada
banco.

Entidades de Supervisión y Regulación


Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero ASFI -Bolivia
Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras - Chile
Comisión Nacional de Bancos y Seguros - Honduras
Comisión Nacional Bancaria y de Valores - México
Superintendencia Financiera de Colombia
Superintendencia General de Entidades Financieras - Costa Rica
Superintendencia de Bancos y Seguros - Ecuador
Superintendencia de Bancos - Guatemala
Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras - Nicaragua
Superintendencia de Bancos de la República de Panamá
Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras - Venezuela
Superintendencia de Bancos - República Dominicana
Superintendencia de Banca, Seguros y AFP - República del Perú
Banco de España
Banco Central de la República Argentina
Banco Nacional de Suiza
Banco Central do Brasil

Otras Entidades Internacionales


Banco Mundial
Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
Asociación de Supervisores Bancarios de las Américas (ASBA)
Fondo Monetario Internacional (FMI)
Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos
Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN)
Instituto Iberoamericano de Mercados de Valores (IIMV)
Basel Commitee (Comité de Basilea)
Alliance for financial inclusion
5. Comité de Basilea

El Comité de Basilea es la denominación usual con la que se conoce al Comité de


Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS, sigla de Basel Committee on Banking Supervision
en inglés), la organización mundial que reúne a las autoridades de supervisión bancaria,
cuya función es fortalecer la solidez de los sistemas financieros.

El Comité de Basilea en adelante denominado el Comité, fue establecido en 1974 por los
gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los Diez (G-10)1 a raíz de serios
problemas bancarios, principalmente la bancarrota del Bankhaus Herstatt en Alemania
Occidental y del estadounidense Franklin National Bank. En el origen del Comité se
encuentra la idea adquirida en ese momento de que los problemas de alguna entidad se
propagan fuera de sus fronteras con rapidez. Por ejemplo, este hecho lo encontramos con
la quiebra del banco alemán Bankhaus Herstatt, ubicado en la República Federal Alemana.
Este banco, fue intervenido en Junio de 1974 por las autoridades alemanas ante su falta
de viabilidad. Entre algunas medidas que se tomaron, las cuentas en dólares que el banco
mantenía en su sucursal en Nueva York fueron congeladas

Su sede está en la ciudad de Basilea, Suiza y funciona en el edificio del Banco de Pagos
Internacionales (BIS,acrónimo en inglés).

El Comité proporciona un foro permanente de cooperación a sus países miembros en


materias de supervisión bancaria, estableciendo métodos para mejorar los sistemas de
alerta temprana, la armonía en la red supervisora, el entendimiento supervisor y la calidad
a nivel mundial de la supervisión bancaria. Esto se logra a través del intercambio de
información sobre disposiciones supervisoras nacionales, el mejoramiento de la
efectividad de las técnicas para supervisar los negocios bancarios internacionales, el
establecimiento de estándares mínimos para la suficiencia de capital y la evaluación de la
conveniencia de establecer estándares en otras áreas de importancia.

Los estándares y las recomendaciones sobre buenas prácticas emitidos por el Comité no
poseen fuerza legal; sin embargo, motivan a las diferentes autoridades supervisoras para
que los adecuen a sus propios sistemas internos y logren una convergencia hacia
enfoques y estándares comunes.

Estos documentos giran en torno a cuatro temas principalmente.

• Principios sobre la actividad transfronteriza y cooperación entre supervisores.


• Medidas de adecuación del capital.
• Principios básicos.
• Gestión de riesgos y otros aspectos.

Actualmente, el Comité de Basilea está formado por 27 miembros (Alemania, Arabia


Saudí, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, China, España, Estados Unidos,
Francia, Holanda, Hong Kong, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea, Luxemburgo, México,

1
El Grupo de los Diez o G-10 se refiere al grupo de países que accedieron participar en el Acuerdo General de
Préstamos (GAB). El GAB fue establecido en 1962, cuando los gobiernos de ocho países miembros del Fondo
Monetario Internacional (FMI) —Bélgica, Canadá, Francia, Italia, Japón, los Países Bajos, el Reino Unido y los
Estados Unidos— y los bancos centrales de otros dos, Alemania y Suecia, accedieron a aportar más recursos para
aumentar la cantidad de dinero disponible para los préstamos del FMI (incluso bajo ciertas circunstancias a países
que no son miembros del grupo). Desde su fundación, esta organización ha propuesto e implementado muchos
cambios dentro del Sistema Monetario Internacional. El GAB fue fortalecido en 1964 por la asociación de Suiza,
quien entonces no era miembro del Fondo, pero el nombre del G-10 permaneció igual (G7 + Bélgica, Países Bajos,
Suecia y Suiza). El G-10 tiene observadores oficiales de las siguientes organizaciones internacionales: el Banco
de Pagos Internacionales, la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Reino Unido, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Suecia, Suiza y Turquía) reuniendo a los bancos
centrales de estos países cuatro veces al año.

Los principios de Basilea son categorizados en siete grupos:

1. Objetivos, independencia, poderes, transparencia y cooperación (Principio 1)


2. Otorgamiento de licencias y coberturas (Principios 2-5)
3. Regulación prudencial y requerimientos (Principios 6-18)
4. Métodos de supervisión continua (Principios 19-21)
5. Contabilidad y divulgación de información (Principio 22)
6. Poderes correctivos y poder de los supervisores (Principio 23)
7. Supervisión consolidada y supervisión bancaria transfronteriza (Principio 24-25)

Los 25 principios de Basilea


1. Objetivos, independencias, poder, transparencia y cooperación
2. Actividades permitidas
3. Criterios de otorgamientos de licencias
4. Trasferencia de propiedad significativa
5. Grandes adquisiciones
6. Adecuación de capital
7. Proceso de gestión de riesgo
8. Riesgo crediticio
9. Activos problemáticos, provisiones y reservas
10. Limites de exposición a grandes deudores
11. Exposición crediticias a partes relacionadas
12. Riesgo País y riesgo de transferencia
13. Riesgo de mercado
14. Riesgo de liquidez
15. Riesgo operacional
16. Riesgo de tasa de interés
17. Control interno y auditoria
18. Abuso de los servicios financieros
19. Enfoque de supervisión
20. Técnicas de supervisión
21. Informes de supervisión
22. Contabilidad y divulgación de información
23. Poderes correctivos de los supervisores
24. Supervisión consolidada
25. Relación entre país de origen y anfitrión

6. Basilea I

Con el nombre de Basilea I se conoce al acuerdo publicado en 1988, en Basilea, Suiza, por
el Comité de Basilea, compuesto por los gobernadores de los bancos centrales de Alemania,
Bélgica, Canadá, España, EE. UU., Francia, Italia, Japón, Luxemburgo, Holanda, el Reino
Unido, Suecia y Suiza. Se trataba de un conjunto de recomendaciones para establecer un
capital mínimo que debía tener una entidad bancaria en función de los riesgos que afrontaba.
Con el propósito de fortalecer la estabilidad del sistema bancario internacional y para eliminar
la desigualdad competitiva, consecuencia de las diferencias en las exigencias de capitales
nacionales, el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria, en 1988, logró un consenso sobre
un enfoque de la medición del riesgo, al aprobar un sistema de medición de capital, que
incluía la implementación de un marco de trabajo y un requerimiento de capital estándar
mínimo del 8% sobre los activos ponderados de acuerdo a su riesgo. En 1996 el Comité,
como parte de la determinación de nuevos riesgos, incorporó a dicho consenso
requerimientos de capital por riesgos de mercado, consecuencia deposiciones abiertas de los
bancos en el mercado de moneda extranjera, valores de deuda negociables, acciones,
mercancías y opciones. Su finalidad era que la banca internacional operara con un capital
adecuado a los riesgos asumidos, asegurando un mínimo nivel de solvencia, y la aplicación
de una normativa similar a entidades de distintos países que operaban en los mismos
mercados.

El acuerdo establecía una definición de «capital regulatorio» compuesto por elementos que
se agrupan en 2 categorías (o «tiers 2») si cumplen ciertos requisitos de permanencia, de
capacidad de absorción de pérdidas y de protección ante quiebra. Este capital debe ser
suficiente para hacer frente a los riesgos de crédito, mercado y tipo de cambio.

Cada uno de estos riesgos se medía con unos criterios aproximados y sencillos. El principal
riesgo era el riesgo de crédito, y se calculaba agrupando las exposiciones de riesgo en 5
categorías según la contraparte y asignándole una «ponderación» diferente a cada categoría
(0%, 10%, 20%, 50%, 100%), la suma de los riesgos ponderados formaba los activos de
riesgo.

Este acuerdo era una recomendación: cada uno de los países signatarios, así como cualquier
otro país, quedaba libre de incorporarlo en su ordenamiento regulatorio con las
modificaciones que considerase oportunas. El primer acuerdo de capital de Basilea ha jugado
un papel muy importante en el fortalecimiento de los sistemas bancarios. Entró en vigor en
más de 130 países.

El éxito del Acuerdo se debió a la simplicidad de su aplicación y a la uniformidad de criterios.


Sin embargo, dicha simplicidad constituye su mayor debilidad, ya que no favorece la medición
del riesgo por métodos avanzados ni la identificación de riesgos adicionales (pese a que en
la década de 1990 se produjeron avances notables en la gestión y medición de riesgos).
Como consecuencia de ello, ocurrió un desfase entre el capital regulatorio y los negocios
bancarios sobre los cuales se debería requerir capital.

7. Basilea II

En respuesta a los avances tecnológicos, la diversificación de los mercados financieros, la


complejidad de los instrumentos o productos financieros, los modelos de gestión y las
tendencias internacionales en materia de riesgos y gobierno corporativo, surgió la necesidad
de revisar el Acuerdo de Capital de 1988, razón de ello en los años 1999,2001 y 2003. La
principal limitación del acuerdo de Basilea I es que es insensible a las variaciones de riesgo
y que ignora una dimensión esencial: la de la calidad crediticia y, por lo tanto, la diversa
probabilidad de incumplimiento de los distintos prestatarios. Es decir, consideraba que los
créditos tenían la misma probabilidad de incumplir. El Comité de Basilea circuló los
documentos consultivos de un nuevo marco conceptual o nuevo acuerdo de capital, el cual
fue aprobado en mayo de 2004 y publicado en junio de dicho año, bajo el nombre de
“Convergencia Internacional de Medición de Capital y Estándares de Capital, un Marco
Revisado” o Basilea II.

Basilea II tiene como objetivos fundamentales: fortalecer la solidez y estabilidad del sistema
financiero internacional y promover la adopción de prácticas de administración de riesgos
más fuertes en las entidades bancarias. Asimismo, busca perfeccionar el acuerdo anterior;
fomentar la competencia en igualdad de condiciones; determinar el capital mínimo regulatorio

2
El capital Tier 1 es la medida central de la fortaleza financiera de un banco desde el punto de vista del regulador.
Se compone de un capital básico,1 que consiste principalmente en las acciones ordinarias y de las reservas
declarada (o utilidades retenidas),2 pero también puede incluir las acciones preferenciales no-acumultivas no-
redimibles. El capital en este sentido se relaciona con, pero es diferente de, el concepto contable de capital social.
Tanto el capital Tier 1 y Tier 2 se definieron por primera vez en el Acuerdo de Capital Basilea I, siendo
sustancialmente las mismas en su sustituto el Acuerdo Basilea II. El capital Tier 2 mayor que Tier 1, pero
subordinado a los depósitos y a las afirmaciones del asegurador de depósitos. Esto incluye acciones preferentes
con vencimiento fijo y deuda a largo plazo con un mínimo de vencimiento de más de cinco años.
en base a criterios más sensibles al riesgo que permitan alinear éste con el capital económico;
mejorar la eficiencia y el rendimiento de los procesos bancarios; y, mejorar la supervisión
bancaria y la transparencia de la información.

Para lograr los objetivos mencionados, Basilea II se basa en tres “pilares”:


Pilar I: Requerimientos mínimos de capital
Persigue una adecuada gestión de riesgos por parte de las entidades bancarias,
fomentando la utilización de modelos de medición de riesgos. Mantiene el coeficiente del
8% del acuerdo anterior y no presenta modificaciones en cuanto a requerimientos de
capital para riesgo de mercado, entendiendo que está adecuadamente cubierto con la
enmienda de 1996.
Presenta importantes modificaciones para el riesgo de crédito, proponiendo tres métodos
para su implementación, de diferente nivel de complejidad y requisitos. Éstos van desde
el método estándar (ME), hasta métodos basados en sistemas de calificación interna
(IRB).

El ME con respecto al Acuerdo de 1988 es muy similar en su cálculo, en él se introducen


más categorías de riesgo y se establece la posibilidad de que los bancos utilicen
calificaciones efectuadas por instituciones externas de evaluación de crédito (ECA– ECAI),
estas últimas previamente admitidas por el supervisor, estableciéndose ponderaciones
fijas a aplicar a las exposiciones según las categorías establecidas en Basilea II.

Constituye el núcleo del acuerdo e incluye una serie de novedades con respecto al anterior:
tiene en cuenta la calidad crediticia de los prestatarios (utilizando índices de audiencia
externos o internos) y añade requisitos de capital por el riesgo operacional.

La norma de Basilea I, que exige fondos propios > 8% de activos de riesgo , considerando:
(riesgo de crédito + riesgo de negociación+ riesgo de tipo de cambio)
mientras que ahora considera:
(riesgo de crédito + (riesgo de mercado+ riesgo de tipo de cambio) + riesgo operacional)

El riesgo de crédito se calcula a través de tres componentes fundamentales:


PD (Probability of Default), o probabilidad de incumplimiento.
LGD (Loss Given Default), o pérdida dado el incumplimiento (también se conoce como
"severidad", indicando la gravedad de la pérdida).
EAD (Exposure At Default), o exposición en el momento del incumplimiento.

Habida cuenta de la existencia de bancos con distintos niveles de sofisticación, el acuerdo


propone distintos métodos para el cálculo del riesgo crediticio. En el método estándar, la
PD y la LGD se calculan implícitamente a través de las calificaciones de riesgo crediticio
publicadas por empresas especializadas (agencias de rating).
En cambio, los bancos más sofisticados pueden, bajo cierto número de condiciones, optar
por el método de índices de audiencia internos avanzado (AIRB), que les permite utilizar
sus propios mecanismos de evaluación del riesgo y realizar sus propias estimaciones.
Existe un método alternativo e intermedio (foundation IRB) en el que los bancos pueden
estimar la PD, el parámetro de riesgo más básico, y utilizar en cambio valores
precalculados por el regulador para la LGD.
Pilar II: Proceso de examen supervisor

Busca el doble objetivo de mejorar la supervisión y fortalecer la gestión bancaria. Mediante


cuatro principios se requiere a los bancos contar con un proceso permanente que permita
evaluar la suficiencia de su capital consistente con su perfil de riesgo y se busca que los
supervisores cuenten con las facultades necesarias para tomar medidas oportunas para
evitar que el capital descienda por debajo de los niveles mínimos requeridos.
Adicionalmente, persigue que se establezcan requerimientos de capital para los riesgos
que no hayan sido debidamente cubiertos por el Pilar I.

Se basa en cuatro principios:


✓ El Principio1 plantea que los bancos deben contar con un proceso para evaluar la
suficiencia de su capital total en función de su perfil de riesgo y con una estrategia para
mantener sus niveles de capital.
✓ El Principio 2 recoge que los supervisores deben examinar las estrategias y
evaluaciones internas de los bancos relacionadas con la suficiencia de capital, así
como la capacidad de éstos para vigilar y garantizar el cumplimiento de los coeficientes
de capital regulador. Las autoridades supervisoras deberán intervenir cuando no
queden satisfechas con el resultado de este proceso
✓ El Principio 3 dice que los supervisores esperarán que los bancos operen por encima
de los coeficientes mínimos de capital regulador y serán capaces de exigirles que
mantengan capital por encima de este mínimo.
✓ El Principio 4 argumenta que los supervisores tratarán de intervenir con prontitud a fin
de evitar que el capital descienda por debajo de los niveles mínimos que exigen las
características de riesgo del banco. Asimismo, deberán demandar la inmediata
adopción de medidas correctoras si el capital no se mantiene en el nivel requerido o no
se recupera ese nivel.

Los organismos supervisores nacionales están capacitados para incrementar el nivel de


prudencia exigido a los bancos bajo su jurisdicción. Además, deben validar tanto los
métodos estadísticos empleados para calcular los parámetros exigidos en el primer pilar
como la suficiencia de los niveles de fondos propios para hacer frente a una crisis
económica, pudiendo obligar a las entidades a incrementarlos en función de los resultados.
Para poder validar los métodos estadísticos, los bancos estarán obligados a almacenar
datos de información crediticia durante periodos largos, de 5 a 7 años, a garantizar su
adecuada auditoría y a superar pruebas de "stress testing3".
Además, se exige que la alta dirección del banco se involucre activamente en el control de
riesgos y en la planificación futura de las necesidades de capital. Esta autoevaluación de
las necesidades de capital debe ser discutida entre la alta dirección y el supervisor
bancario. Como el banco es libre para elegir la metodología para su autoevaluación, se
pueden considerar otros riesgos que no se contemplan en el cálculo regulatorio, tales como
el riesgo de concentración y/o diversificación, el riesgo de liquidez, el riesgo reputacional,
el riesgo de pensiones, etc.

Pilar III: Disciplina de mercado


Establece la necesidad de contar con una política formal de divulgación de información
que permitirá a los usuarios evaluar aspectos básicos de la entidad bancaria relativos a:
ámbito de aplicación; exposiciones al riesgo; procesos de evaluación del riesgo; relación
entre el perfil de riesgo y el capital; y, suficiencia de capital.

A los Pilares anteriores, requerimientos mínimos de capital y proceso de examen


supervisor, se une este tercer pilar que establece los requerimientos de información por
parte de las entidades que apliquen Basilea II. De este modo se fomenta la disciplina de
mercado y permite a los distintos partícipes del mercado, a partir de la información
suministrada por la entidad bancaria, determinar su perfil de riesgo, y concluir si su nivel
de capital se adecua a su nivel de exposición a los diferentes riesgos. Dichos requisitos de
información son complementarios de los estados financieros que sean requeridos por las
diferentes normativas contables, ya que en Basilea II se considera que la aplicación de
este tercer pilar no debe entrar en conflicto con los requerimientos de las normas contables
cuyo ámbito de aplicación es más amplio. La periodicidad de divulgación depende de la
naturaleza de la información.

Lecciones aprendidas de Basilea II


• Es necesario un buen gobierno de los datos. Hace falta control/supervisión de cuestiones
como de dónde viene cada dato/valor y cuál es su destino final. Evitar desviaciones,
descuadres, duplicidades, etc.
• Tomar decisiones a tiempo supone contar con informes cuanto antes. Ser capaz de
reportar en tiempo real del estado de nuestros activos, operaciones de crédito y de la
situación de nuestros clientes, permitirá identificar incidencias antes de que éstas nos
lleven a asumir expedientes y sanciones.
• Los reguladores requieren que los bancos adapten sus procesos rápidamente y no
atienden a la idiosincrasia de sus activos ni a las inversiones realizadas. Por eso es
importante ser capaz de reaccionar cuanto antes en cuestiones como la gestión eficaz
de los datos.
• La calidad de datos debe medirse y reportarse para justificar nuestros informe.

3
Stress Testing: Es una metodología en la que se asume que el modelo es eficiente y que los resultados son
confiables. Estas pruebas de estrés, son pruebas de resistencia que consisten en simulaciones hechas sobre el papel
acerca de la capacidad que tienen los bancos y entidades crediticias para enfrentarse a una situación de deterioro
general de la economía y a escenarios como el del aumento del desempleo, el impago de los créditos y la
devaluación de las inversiones. Dichas situaciones traen consigo como consecuencia el recorte del volumen de
negocio y la aparición de pérdidas, especialmente en la cartera de crédito, pero también por el deterioro de activos
como los inmobiliarios.
Además, existen dos tipos básicos de escenarios: los históricos y los hipotéticos. Ambos son totalmente válidos y
complementarios:
Los escenarios históricos reflejan cambios en los factores de riesgo que ocurrieron en el pasado.
Los escenarios hipotéticos utilizan una estructura de eventos que todavía no se han producido
Lo clave es que los bancos puedan superar estos escenarios adversos con un mínimo nivel de solvencia, lo cual
se mide por medio del indicador Tier 1,
• Se debe realizar una monitorización proactiva de los atributos clave de los productos
bancarios, de los clientes y de los procesos asociados.
• Las entidades bancarias deben tener una capacidad de reacción y de gestión eficaz de
la exposición al riesgo de sus clientes/partners4, con el fin de corregir los posibles errores
a tiempo.
• Tienen que adaptar su funcionamiento para poder moverse en todo momento al ritmo del
regulador, en función de la evolución de la economía y de las especificaciones de cada
país

8. Basilea III

La reforma de Basilea III viene motivada al observarse que la crisis financiera de 2008 se
explica en gran parte debido al crecimiento excesivo de los valores presentados en los
balances de los bancos (y también fuera de ellos, como en el caso de los productos
derivados), y la simultánea caída del nivel y la calidad de los fondos propios previstos para
riesgos. En efecto, muchas instituciones no contaban con reservas suficientes para hacer
frente a una crisis de liquidez.

➢ Crisis económica 2008-2011: originada en EEUU (materias primas, crisis alimentaria,


crisis hipotecaria), quiebra de Lehman Brothers, crisis AIG(American International
Group, Inc., también conocida como AIG, es una corporación multinacional
estadounidense de finanzas y seguros con operaciones en más de 80 países y
jurisdicciones ). Acciones: rescates de La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
➢ Crisis Europea: deuda soberana Grecia 2010-2011, burbujas inmobiliarias = contagio
financiero Acciones de Rescate: 1er rescate BCE, FMI 750,000MM euros (mayo 2010)
2do rescate UE, BCE y FMI 130.000MM euros (oct 2011).

En este contexto, el sistema bancario se mostró en un primer momento incapaz de absorber


las pérdidas que afectaban a los productos estructurados de titulización y tuvo que asumir,
por tanto, la reintermediación de algunas de las exposiciones de fuera de balance.

En el peor momento de la crisis, las incertidumbres pesaban sobre la calidad de los balances.
La solvencia de los bancos estaba en cuestión y ello conllevaba problemas de riesgo
sistémico (la interdependencia existente podía provocar que la insolvencia de uno provocara
la del siguiente), lo cual generó una crisis de confianza y de efectivo generalizada. Teniendo
en cuenta el papel del sistema financiero en las finanzas y en la economía real, el carácter
internacional de las instituciones financieras y las pérdidas que asumen los Estados
principalmente a través de los planes de rescate con fondos públicos, se consideró legítima
la intervención coordinada de los reguladores internacionales.

A diferencia de Basilea I y Basilea II, ambos centrados principalmente en el nivel de reservas


que los bancos deben mantener para pérdidas bancarias, Basilea III se centra principalmente
en el riesgo de "bank run" (pánico bancario), exigiendo diferentes niveles de capital para las
distintas modalidades de depósitos bancarios y otros préstamos. Basilea III no sustituye, en
su mayor parte, a las directrices ya conocidas como Basilea I y Basilea II; más bien las
complementa.

Su objetivo es fortalecer la regulación, supervisión y gestión de riesgos del sector bancario.


Estas medidas persiguen:
• Mejorar la capacidad del sector bancario para afrontar perturbaciones ocasionadas
por tensiones financieras o económicas de cualquier tipo.
• Mejorar la gestión de riesgos y el buen gobierno en los bancos.

4
Con partner nos referimos a la relación que se establece entre dos empresas para obtener un mutuo beneficio.
Habitualmente hay una empresa que es el proveedor y otra que actúa como comercializadora de los
servicios/productos que ofrece el proveedor.
• Reforzar la transparencia y la divulgación de información de los bancos. Las reformas
están dirigidas a:
✓ La regulación de los bancos a título individual (dimensión microprudencial), para
aumentar la capacidad de reacción de cada institución en periodos de tensión.
✓ Los riesgos sistémicos (dimensión macroprudencial) que puedan acumularse en el
sector bancario en su conjunto, así como la amplificación procíclica de dichos riesgos
a lo largo del tiempo. Estas dos dimensiones son complementarias, ya que
aumentando la resistencia de cada banco se reduce el riesgo de alteraciones en el
conjunto del sistema.

Principios Básicos
Capital
El acuerdo de Basilea III propone a los bancos aumentar sus reservas de capital para
protegerse de posibles caídas. El capital mínimo de calidad (CET1, Common Equity Tier 1
por sus siglas en inglés o Core Capital), incluye las acciones ordinarias y los resultados
acumulados. El ratio de capital CET1 pasa del 2% al 4,5%, computado sobre el total de los
"activos ponderados por riesgo". Este ratio de capital mínimo debe ser mantenido en todo
momento por el banco y es uno de los más importantes.

El llamado Capital Tier 1 incluye, además de las acciones comunes y las utilidades retenidas,
las participaciones preferentes, híbridos de capital y deuda sin pagar. El ratio de Capital Tier
1 mínimo pasa del 4% al 6% aplicable en 2015 sobre el total de los "activos ponderados por
riesgo".4 Dicho 6% se subdivide en el 4,5% de CET1 arriba mencionado, y el 1,5% extra de
AT1 (Additional Tier 1).

En suma, el ratio mínimo de Capital Total (que incluye el Capital Tier 1, más el denominado
Capital Tier 2), asciende en total al 8% de los activos ponderados por riesgo.

Respecto de los "activos ponderados por riesgo", se definen como la suma de los activos del
banco, ponderados según el riesgo que cada activo comporte de acuerdo con las directrices
de Basilea III. Por ejemplo: un préstamo al consumo, sin ninguna garantía, tiene un peso del
100%; mientras que un bono del estado, generalmente tiene un peso del 0% (por ejemplo, el
bono alemán o suizo).

Por otra parte, Basilea III introduce el concepto de los "colchones de capital", que los bancos
tendrán que construir gradualmente entre 2016 y 2019, para que pudieran ser utilizados en
futuros tiempos de crisis:

• Colchón de conservación de capital: Equivalente al 2,5% de los activos ponderados por


riesgo y compuesto íntegramente por instrumentos de CET1. Dado que el requisito
mínimo regulatorio es mantener el 4,5% de CET1, deberá añadirse el mencionado
colchón para que el capital de alta calidad ascienda al 7% a finales de 2019. Los bancos
podrán utilizar, en determinadas circunstancias, el capital de este colchón de
conservación de capital, aunque si el banco está cerca del porcentaje mínimo requerido,
deberá reducir su margen de beneficios y dividendos. En definitiva, el objetivo es evitar
que las instituciones sigan pagando altos dividendos y bonos incluso cuando sufren un
deterioro del capital.

• Colchón de capital anticíclico de alta calidad: Entre el 0% y el 2,5% de los activos


ponderados por riesgo. Puede ser requerido de acuerdo a las necesidades de cada país
signatario del acuerdo. Este segundo colchón dependerá del nivel de capitalización de
mercado y tiene por objeto proteger el sistema bancario en los períodos de expansión
del crédito, cuando los bancos tendrán que guardar una parte de su capital a la formación
de sus colchones.
Por lo tanto, teniendo en cuenta los dos colchones, el requisito de Capital Total mínimo
(no confundir con el CET1) puede llegar al 13%.

Apalancamiento
Basilea III introduce a partir de 2015 un "ratio de apalancamiento" mínimo propuesto, como
medida complementaria a los ratios de solvencia basados en riesgo.

El ratio de apalancamiento se calcula dividiendo el capital Tier 1 por una medida de la


exposición total no ponderada por riesgo, como los activos consolidados totales medios del
banco (no ponderados). Se espera que los bancos mantengan un ratio de apalancamiento no
inferior al 3% bajo Basilea III.

Liquidez
Uno de los planes más importantes de la reforma de Basilea III es la introducción de dos ratios
de liquidez: el LCR (Liquidity Coverage Ratio) y el NSFR (Net Stable Funding Ratio).

a) El LCR (Coeficiente de Cobertura de Liquidez) es una relación de un mes, que tiene como
objetivo requerir a los bancos mantener suficientes activos líquidos de alta calidad para
cubrir las salidas netas de efectivo durante un período de 30 días. Su fundamento es el
siguiente: los activos líquidos de los que dispone una institución financiera (por ejemplo,
bonos gubernamentales y bonos corporativos) deben tener un valor mayor o igual que las
salidas potenciales de efectivo (por ejemplo, pagarés que expiran y retiros de cuentas de
depósito) de dicha institución. De manera matemática, esto es:

Los activos que entran en la parte de Activos Líquidos, son tales que la institución pueda
fácilmente convertirlos en efectivo. Para efectos del Coeficiente de Cobertura de Liquidez,
éstos se separaron en dos tipos los activos de nivel I y activos de nivel II. Los activos de
nivel I, son activos muy líquidos que no incurren en pérdidas, por precios inusuales a ser
vendidos en el mercado. Por esta razón se ponderan al 100%. Los activos de nivel II son
activos menos líquidos, que bajo un escenario de estrés pudiera ser que se vendieran a
precios menores que los de mercado, por lo que tienen un ponderador menor que 100%.

Por otra parte en el denominador, en la parte de Salidas Netas de Efectivo, existen de


hecho dos elementos que tienen importancia. El primero son las salidas que
potencialmente tendrá la institución. Por ejemplo, de las cuentas de depósito esperamos
que bajo un escenario de estrés se salga dinero, por lo que el total de las cuentas de
depósito, se multiplican por un ponderador que mide cuánto podría salirse bajo un
escenario de estrés (de hecho las cuentas de depósito se separan según qué tan factible
sea que salga dinero de las cuentas, por lo que hay más de un ponderador en juego). El
segundo elemento son las entradas de efectivo, es decir, dinero que recibirá la institución
durante el período de 30 días. Por ejemplo, aquí entran créditos que haya otorgado la
institución y bonos que no sean líquidos de los cuales se va a recibir intereses o capital,
entre otros.

Con estos elementos el coeficiente toma la siguiente forma (de acuerdo a la publicación
del 6 de enero de 2013):
Sujeto a que los Activos Ponderados de Nivel II no sean más del 40% del total de los activos
líquidos.

De acuerdo con el Acuerdo de Basilea de 16 de diciembre de 2010, sus parámetros


principales son:
• El efectivo y la deuda soberana se pondera al 100%.
• Otros títulos se ponderan al 85% (15% de descuento sobre el valor de mercado).
• Los créditos a clientes se esperan renovar en un 50%, los préstamos interbancarios
no se renuevan.
• Los depósitos minoristas sufrirán una tasa de fugas que oscilará entre el 5% y 10%,
dependiendo de la estabilidad estimada del depósito en cuestión.
• Los depósitos a grandes empresas sufrirán una tasa de fugas de entre el 25% y el
75%, dependiendo de la estabilidad del depósito estimado en cuestión.
• La refinanciación de mercado se renueva en un 0%.

b) El NSFR (Coeficiente de Fondeo Estable Neto) es una relación de un año que tiene como
objetivo permitir a los bancos resistir un año a una crisis específica de la institución. Su
filosofía es la siguiente: el importe de los requisitos de recursos estables (financiación
necesaria estable) debe ser menor que la cantidad de recursos disponibles (financiación
estable disponible).

9. Autoridad de Supervisión del sistema Financiero Boliviano (ASFI)

ASFI es una institución de derecho público y de duración indefinida, con personalidad jurídica,
patrimonio propio y autonomía de gestión administrativa, financiera, legal y técnica, con
jurisdicción, competencia y estructura de alcance nacional, bajo tuición del Ministerio de
Economía y Finanzas Públicas y sujeta a control social.

El objeto de ASFI es regular, controlar y supervisar los servicios financieros en el marco de


la Constitución Política del Estado, la Ley N° 393 de Servicios Financieros y los Decretos
Supremos reglamentarios, así como la actividad del mercado de valores, los intermediarios y
sus entidades auxiliares.

Las actividades financieras y la presentación de servicios financieros deben ser realizadas


únicamente por entidades que tengan autorización de ASFI, según los tipos de entidades
definidos en la Ley N° 393.
Misión: “Regular, supervisar y controlar el sistema financiero, velando por su estabilidad,
solvencia, eficiencia y transparencia, precautelando el ahorro y su inversión que es de interés
público, en el marco de los principios constitucionales del Estado Plurinacional de Bolivia”.
Visión: “Ser una institución estratégica de regulación, supervisión y control de reconocido
prestigio y credibilidad, comprometida con la transparencia, con recursos tecnológicos y
humanos especializados, que preserva la estabilidad, solvencia y eficiencia del sistema
financiero y protege al consumidor financiero, en el marco de las políticas públicas, para el
vivir bien de la población”.

Objetivos institucionales

La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero de acuerdo al Título I, Capítulo IV,


Sección I del Régimen Institucional de la Ley de Servicios Financieros tiene como objetivos
de la regulación y supervisión financiera, respecto de los servicios financieros, de manera
indicativa y no limitativa, los siguientes:

a. Proteger los ahorros colocados en las entidades de intermediación financiera


autorizadas, fortaleciendo la confianza del público en el sistema financiero boliviano.
b. Promover el acceso universal a los servicios financieros.
c. Asegurar que las entidades financieras proporcionen medios transaccionales financieros
eficientes y seguros, que faciliten la actividad económica y satisfagan las necesidades
financieras del consumidor financiero.
d. Controlar el cumplimiento de las políticas y metas de financiamiento establecidas por el
Órgano Ejecutivo del nivel central del Estado.
e. Proteger al consumidor financiero e investigar denuncias en el ámbito de su competencia.
f. Controlar el financiamiento destinado a satisfacer las necesidades de vivienda de las
personas, principalmente la vivienda de interés social para la población de menores
ingresos.
g. Promover una mayor transparencia de información en el sistema financiero, como un
mecanismo que permita a los consumidores financieros de las entidades supervisadas
acceder a mejor información sobre tasas de interés, comisiones, gastos y demás
condiciones de contratación de servicios financieros que conlleve, a su vez, a una mejor
toma de decisiones sobre una base más informada.
h. Asegurar la prestación de servicios financieros con atención de calidad.
i. Preservar la estabilidad, solvencia y eficiencia del sistema financiero.

Política de Calidad

La ASFI a través de la defensoría del consumidor financiero, defiende y protege los interés
de los consumidores financieros, frente a los actos, hechos u omisiones de las entidades
financieras, mediante la atención de sus reclamos en el marco de la normativa legal vigente,
mejorando continuamente el sistema de gestión de calidad.
El alcance del sistema de gestión de atención de reclamos de los consumidores financieros
contra las entidades financieras, desde la recepción del reclamo hasta la emisión de la
respuesta, en las oficinas de los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

Atención de reclamos: Proceso de recepción, evaluación y resolución, por parte de la entidad


financiera o la Defensoría del Consumidor Financiero sobre los reclamos presentados por los
consumidores financieros.
Consumidores financieros: clientes y/o usuarios financieros;
1. Cliente financiero: Persona natural o jurídica que utiliza los servicios financieros de
entidades financieras, mediante la suscripción de contratos.
2. Usuario financiero: Persona natural o jurídica que utiliza los servicios de entidades
financieras, sin que medie la suscripción de contratos.
Dictamen: Opinión técnica legal emitida por la Defensoría del Consumidor Financiero sobre
los reclamos presentados por los consumidores financieros
Reclamo: Es la manifestación verbal o escrita, efectuada por los consumidores financieros
sobre su disconformidad por uno o varios servicios financieros que le fueron o son prestados
por las entidades financieras o ante la vulneración de sus derechos;
Reclamante: Consumidor financiero que presenta su reclamo en las entidades financieras o
la Defensoría del Consumidor Financiero de ASFI.

Las entidades financieras deben establecer el PR dentro de su estructura orgánica, siendo


su obligación brindar este servicio en todas aquellas oficinas, sucursales y agencias en las
que preste atención al público. Facilitar el acceso al PR, identificando este servicio de forma
clara y con el siguiente texto:
“Punto de Reclamo - PR”

En esta sección se pueden registrar reclamos de 1ra instancia los cuales serán evaluados y
enviados a la Entidad Financiera para que el mismo sea atendido, contestando directamente
al reclamante en el plazo máximo de cinco (5) días hábiles administrativos computables a
partir de la recepción del reclamo por parte de la Entidad Financiera.
Informar a los consumidores financieros, que, en caso de estar en desacuerdo con la
respuesta emitida por las entidades financieras, podrán acudir en segunda instancia a la
Defensoría del Consumidor Financiero de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero.

Características y Plazo para la respuesta a reclamos: La respuesta a cada reclamo debe


ser emitida y estar a disposición de los consumidores financieros en un plazo máximo de
cinco (5) días hábiles administrativos, a partir de la fecha de la recepción del mismo.
En caso de requerir un plazo mayor, la entidad financiera debe comunicar a los consumidores
financieros, dentro de los cinco (5) días hábiles administrativos establecidos, la fecha en la
que
emitirá y pondrá a su disposición la respuesta, justificando los motivos por los cuales la
atención de su reclamo requerirá un tiempo de análisis mayor; dicha fecha no debe exceder
los diez (10) días hábiles administrativos computados desde la recepción del reclamo.
En caso de que la entidad financiera requiera un plazo superior a los diez (10) días hábiles
administrativos para atender el reclamo, debe comunicar, por escrito a ASFI y al consumidor
financiero dicho extremo, justificando el motivo por el cual debe tomar un tiempo superior para
emitir la respuesta al consumidor financiero.
En todos los casos, la entidad financiera debe dejar evidencia de haber comunicado al
consumidor financiero la fecha en la que la respuesta fue emitida y puesta a su disposición.

La respuesta emitida debe ser:


a. Expresa: Mediante comunicación escrita.
b. Oportuna: Se refiere al cumplimiento con el plazo fijado para su emisión, de acuerdo a lo
establecido en el presente Reglamento.
c. Integra: Debe corresponder a la verdad de los hechos, ser completa, exacta, imparcial y
verificable, respecto a los aspectos planteados en el reclamo.
d. Comprensible: Contener información clara que facilite el entendimiento de la misma por
parte del consumidor financiero.

Se Prohíbe a las entidades financieras quedan prohibidas de realizar cualquier cobro en el


proceso de atención de reclamos (recepción, evaluación y respuesta), incluso si éstos fueran
improcedentes. Las entidades financieras no podrán trasladar a los consumidores financieros,
los costos operativos que se generen en la atención de reclamos.

Procedimiento para la recepción y atención de reclamos: Las entidades


financieras deben seguir al menos el siguiente procedimiento para la recepción y atención de
reclamos:
a. Recibir todo reclamo formulado por los consumidores financieros;
b. Registrar el reclamo, asignándole un número único y correlativo;
c. Comunicar a los consumidores financieros su número único de reclamo, dejando
constancia de ello;
d. Solicitar a los consumidores financieros, cuando corresponda, adjuntar la documentación
pertinente;
e. Realizar el análisis de toda la documentación presentada por los consumidores financieros
que respalda el reclamo;
f. Emitir y registrar la respuesta al reclamo en el plazo establecido en el presente Reglamento;
g. Proporcionar la respuesta a los consumidores financieros, utilizando el mismo medio por
el que fue presentado el reclamo, cuando corresponda;
h. Las respuestas cursadas por las entidades financieras a los consumidores financieros,
deben
incluir la leyenda: “Si el consumidor financiero está en desacuerdo con la respuesta emitida,
puede acudir en segunda instancia a la Defensoría del Consumidor Financiero de la Autoridad
de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), que se encuentra disponible en todas sus
oficinas”.

Reenvío del reclamo: Cuando el consumidor financiero presente su reclamo de primera


instancia ante la Defensoría del Consumidor Financiero, ésta derivará el mismo a la entidad
financiera para su atención a través de la Central de Información de Reclamos y Sanciones

Entidad Financiera (CIRS-EF).

La Defensoría del Consumidor Financiero (DCF), constituida como una dirección


especializada de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero, con dependencia
funcional y directa de su Máxima Autoridad Ejecutiva, tiene como misión la defensa y
protección de los derechos e intereses de los consumidores financieros, frente a los actos,
hechos u omisiones de las entidades financieras, conforme a lo establecido en la RNSF.

Derechos del Cliente y Usuario Financieros

El artículo 74 de la Ley N° 393 de Servicios Financieros establece que los consumidores


financieros gozan de los siguientes derechos:
a. Al acceso a los servicios financieros con trato equitativo, sin discriminación por
razones de edad, género, raza, religión o identidad cultural.
b. A recibir servicios financieros en condiciones de calidad, cuantía, oportunidad y
disponibilidad adecuadas a sus intereses económicos.
c. A recibir información fidedigna, amplia, íntegra, clara, comprensible, oportuna y
accesible de las entidades financieras, sobre las características y condiciones de los
productos y servicios financieros que ofrecen.
d. A recibir buena atención y trato digno de parte de las entidades financieras, debiendo
éstas actuar en todo momento con la debida diligencia.
e. Al acceso a medios o canales de reclamo eficientes, si los productos y servicios
financieros recibidos no se ajustan a lo dispuesto en los numerales precedentes.
f. A la confidencialidad, con las excepciones establecidas por Ley.
g. A efectuar consultas, peticiones y solicitudes.

La Recopilación de Normas para Servicios Financieros en su libro 4°, título 1, capítulo I,


sección 2, establece los siguientes derechos de los consumidores financieros:

a. Recibir educación financiera;


b. Ser informados sobre sus derechos y las instancias de protección establecidas
para la defensa de los mismos;
c. Ser informados sobre las entidades que se encuentran autorizadas para la
prestación de servicios financieros;
d. Elegir el servicio financiero que mejor se ajuste a sus necesidades y posibilidades,
pudiendo exigir explicaciones verbales y/o escritas que le posibiliten la toma de
decisiones;
e. Acceder a los servicios financieros ofrecidos por las entidades financieras en los
términos instaurados en los contratos suscritos, los cuales deben respetar las
condiciones generales incluidas en la documentación informativa, ofertas o
publicidad difundida;
f. Suscribir contratos que contengan cláusulas claras, legibles, unívocas y
comprensibles.

Asimismo la normativa de ASFI establece las siguientes obligaciones para las


entidades financieras:

a. Facilitar a los consumidores financieros educación financiera, para coadyuvar y


promover la toma de decisiones financieras de manera adecuada;
b. Desarrollar programas y campañas de educación financiera sobre los diferentes
servicios que prestan;
c. Suministrar información veraz, exacta, precisa, integra, clara, oportuna y verificable,
sobre los productos y servicios que ofrecen, así como los cargos y comisiones
asociados;
d. Proporcionar los servicios financieros en las condiciones publicitadas, informadas o
pactadas con los consumidores financieros y emplear estándares de seguridad y
calidad en el suministro de los mismos;
e. Abstenerse de hacer cobros no permitidos, no informados previamente o no pactados
expresamente con los consumidores financieros;
f. Brindar atención eficaz y oportuna a los adultos mayores, personas con discapacidad,
mujeres en etapa de gestación, personas con bebés y niños hasta edad parvularia;
g. Resguardar debidamente la información de los consumidores financieros, de acuerdo
a la normativa vigente;
h. Proporcionar a sus funcionarios una adecuada formación, para que éstos brinden un
trato respetuoso y de calidad a los consumidores financieros y les faciliten la
información que requieran, los cuales además, deben recibir capacitación
especializada para ofrecer un trato adecuado a las personas con discapacidad;
i. Identificar las necesidades de los consumidores financieros con discapacidad,
tomando en cuenta sus limitaciones de actuación, sin que ello afecte o menoscabe el
goce o ejercicio de los derechos que tiene toda persona en condiciones de igualdad;
j. Proveer los recursos humanos, físicos y/o tecnológicos para que en los Puntos de
Atención Financieros se brinde una atención eficiente y oportuna a los consumidores
financieros;
k. Difundir el contenido del presente reglamento tanto a sus funcionarios, como a los
consumidores financieros;
l. Responder oportunamente y en los plazos previstos a las consultas y/o reclamos
formulados por los consumidores financieros;
m. Suministrar información a los consumidores financieros sobre las atribuciones y
funciones de la Defensoría del Consumidor Financiero;
n. Atender los requerimientos de información efectuados por la Defensoría del
Consumidor Financiero;
o. Brindar información transparente a sus clientes sobre la prescripción en favor del
Estado de los depósitos en cuentas corrientes y cajas de ahorro, clausuras por
inactividad conforme a normativa vigente;
p. Brindar orientación e información sobre los servicios y operaciones que el consumidor
financiero pretende realizar en cajas y plataforma de atención, así como los cargos y
comisiones asociados;
q. Facilitar al consumidor financiero de manera gratuita el acceso a información relativa
a sus movimientos financieros;
r. Permitir que el consumidor financiero elija al notario de fe pública que intervenga en
las transacciones y operaciones financieras;
s. Informar por escrito al solicitante de un crédito, los motivos por los cuales se le está
denegando el mismo;
t. Extender de forma gratuita la constancia de pago de la operación crediticia, así como
la certificación de cancelación de la obligación;
u. Desarrollar Jornadas de Educación Financiera según lo establezca ASFI;
v. Proporcionar información sobre el método aplicado para el cálculo de las cuotas de
sus créditos;
w. Proporcionar información sobre los porcentajes de cobertura en el caso de los seguros
de desgravamen.

Obligaciones del Cliente y Usuario Financieros

El Consumidor Financiero debe:


a. Cerciorarse que la entidad financiera en la cual desea contratar un producto o servicio
financiero, cuente con Licencia de Funcionamiento emitida por la Autoridad de
Supervisión del Sistema Financiero.
b. Leer los documentos a ser suscritos con una entidad financiera, sean estos contratos,
boletas de depósito o retiro, autorizaciones, solicitudes u otros, así como conservar
las copias que la entidad suministre de los mismos.
c. Informarse sobre las características, beneficios, tasa de interés, seguro, costos y
comisiones inherentes al producto o servicio que vaya a contratar.
d. Tomar en cuenta las recomendaciones emitidas por la Autoridad de Supervisión del
Sistema Financiero o por la entidad financiera respecto al uso de diferentes productos
y servicios.
e. Al momento de solicitar un producto, servicio o actualizar la información el consumidor
financiero, debe suministrar información cierta, suficiente y oportuna a la Entidad
Financiera, referente a sus datos personales, ingresos entre otros.
f. Cumplir con lo pactado al momento de adquirir un producto, por ejemplo pagar
puntualmente las cuotas de un crédito, es decir en las fechas establecidas en el plan
de pagos.
g. Conocer ante quién y cómo se puede presentar un reclamo, en primera y segunda
instancia.

Recomendaciones al Consumidor Financiero

Seguridad para la Banca y Ciudadanos

Seguridad al retirar dinero en efectivo

✓ No retire altas sumas de dinero de una Entidad Financiera, si desea hacerlo, vaya
acompañado.
✓ Si tiene la necesidad de retirar altas sumas de dinero de una Entidad Financiera, no
divulgue información al respecto, como ser; los días y horarios en que va a realizar la
operación, ni el lugar donde se lo hará.
✓ Evite mantener una rutina en los horarios y en las rutas a transitar, cuando desee
retirar altas sumas de dinero de una Entidad Financiera.
✓ Observe con detalle el comportamiento de otros “clientes” dentro de la Entidad
Financiera. En caso de notar algún comportamiento extraño, notifique al personal de
seguridad.
✓ No hable en voz alta sobre el monto del retiro, cuente de forma discreta en ventanilla
y guarde el dinero de inmediato.
✓ Al salir de la Entidad Financiera, observe bien el panorama para detectar anomalías
como ser: personas, vehículos y motocicletas sospechosas, ante cualquier duda
busque ayuda inmediatamente.

Recomendaciones para la Seguridad en el uso de Tarjetas Electrónicas y Cajeros


Automáticos
✓ Con el objeto de aumentar la seguridad en el uso de las tarjetas electrónicas y cajeros
automáticos, ASFI recomienda considerar los siguientes aspectos al momento de
realizar sus transacciones electrónicas.

Password, claves secretas de acceso ó PIN

El uso del PIN (Contraseña) asignada, es de total responsabilidad del usuario de la tarjeta,
por tanto deberá considerar lo siguiente:

✓ Cambie el PIN asignado por la Entidad Financiera después de ser recibido.


✓ Utilice un PIN diferente para cada servicio ofrecido (Tarjetas de Débito, Crédito,
Prepagadas, Órdenes Electrónicas de Transferencia de Fondos, Billetera Móvil y
otras) por las Entidades Financieras.
✓ Firme al dorso de la tarjeta cuando la reciba.
✓ No divulgue o comparta el PIN asignado con terceras personas por ningún medio
(Teléfono, e-mail, mensaje de texto, etc).
✓ Cambie periódicamente el PIN de la tarjeta.
✓ Utilice PIN o contraseña que sea difícil de adivinar. Evite las selecciones obvias como
su fecha de nacimiento o su dirección.
✓ No anote el PIN en las tarjetas electrónicas, ni porte anotaciones de su contraseña
con usted.
✓ Autorizar el monto máximo de retiro por día.

Recinto de Cajeros Electrónicos

✓ Respete su turno para el uso del cajero automático y mantenga una distancia prudente
de quien lo utilice en ese momento.
✓ Evite hacer operaciones en el cajero con personas desconocidas cerca de usted.
✓ Evite consejos de personas desconocidas.
✓ Cuente su dinero discretamente.
✓ No olvide retirar la tarjeta electrónica después de realizar cualquier operación en el
cajero automático y espere a que la pantalla vuelva al inicio.
✓ Retirar y guardar los comprobantes obtenidos en los cajeros automáticos.
✓ Revisar frecuentemente los saldos de sus cuentas y reclame inmediatamente a su
Entidad Financiera si encuentra algo fuera de lo normal.

Otras recomendaciones de seguridad

✓ Si el cajero automático RETIENE su tarjeta, proceda a BLOQUEARLA y de aviso de


inmediato a la Entidad Financiera a los números telefónicos habilitados para tal efecto.
✓ En caso de bloquear su tarjeta, exija el comprobante o código de bloqueo o verifique
de que la tarjeta ha sido efectivamente bloqueada.
✓ Si el cajero le entrega un monto de efectivo diferente al solicitado, denuncie este hecho
inmediatamente a la Entidad Financiera.
✓ Reporte a su Entidad Financiera las tarjetas pérdidas o robadas INMEDIATAMENTE.

Para evitar la duplicación de tarjetas electrónicas se recomienda operar considerando lo


siguiente:

✓ Una vez que se entrega la tarjeta, presenciar en todo momento, lo que hace el
comerciante con ella.
✓ Si la transacción falló, exigir el comprobante o ticket, donde conste el código de
respuesta denegada, o la leyenda "error". En este caso, no hay riesgo en repetir la
operación.
✓ Si no le entregan el comprobante, cambiar inmediatamente el PIN.
✓ En cualquier circunstancia, si SOSPECHA DE ALGO FUERA DE LO NORMAL
mientras realiza sus transacciones, DENÚNCIELO INMEDIATAMENTE a la Entidad
Financiera.

Entidades NO autorizadas

✓ "La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), en ejercicio legal de sus
funciones y atribuciones, comunica a la opinión pública que las empresas listadas en
el enlace “Entidades no Autorizadas” no se encuentran autorizadas por la Dirección
de supervisión de Valores y Seguros, para realizar intermediación en Valores (ya sea
nacionales o extranjeros) así como administración de inversiones por cuenta de
terceros en portafolios o carteras de Valores (nacionales o extranjeros), en el territorio
nacional.
✓ Solamente los intermediarios debidamente autorizados por la Autoridad de
Supervisión del Sistema Financiero pueden efectuar actividades de administración de
portafolios o carteras de inversiones en valores, asesoría de inversiones en valores e
intermediación de valores, ya sean nacionales o extranjeros (intermediarios
autorizados como las Agencias de Bolsa o las Sociedades Administradoras de Fondos
de Inversión - SAFIS), conforme lo establece la Ley del Mercado de Valores N° 1834.
✓ ASFI no se responsabiliza por eventuales daños causados por empresas no
autorizadas para operar en el Mercado de Valores, por lo que serán las personas
particulares o jurídicas, que utilicen los servicios de dichas empresas, las cuales
tendrán que asumir los riesgos que implican estas actividades.
✓ Por lo tanto, se alerta a la población en general no dejarse sorprender por
ofrecimientos públicos de servicios en inversiones, por parte de entidades o personas
que no cuentan con autorización de la ASFI".

Mercado de Valores (MV)


La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), comprometida con el interés
público y en cumplimiento de su mandato legal, trabaja permanentemente para establecer un
marco regulatorio en cuanto a las operaciones y servicios que realizan los participantes del
Mercado de Valores, para ello formula, actualiza y elabora normas prudenciales a objeto de
mantener un Mercado de Valores sano y eficiente.
El desarrollo del Mercado de Valores es un hecho incuestionable dentro de la actividad
financiera boliviana. Sin embargo, las actividades de este Mercado son todavía poco
conocidas, no sólo para la mayoría de la población sino, para aquellos agentes económicos
que por sus características, pueden constituirse en inversionistas potenciales o en emisores
que capten recursos mediante la emisión de valores, siendo éstos, los usuarios clásicos de
los mercados de valores. Está delimitada por la Ley N° 1834 del Mercado de Valores.

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