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Carolina Angulo**
José Manuel Luque***
REVISTA DE DERECHO
Nº 29, Barranquilla, 2008
ISSN: 0121-8697
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Resumen
Abstract
INTRODUCCIÓN
Las preguntas pertinentes en tal sentido son: ¿Cuáles son los ante-
cedentes históricos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos?,
PRIMERA PARTE
DERECHOS HUMANOS
1
La palabra incubus tiene en inglés dos significados: el primero es similar al es-
pañol, que se refiere a diablo con apariencia de varón que tenía comercio carnal con
una mujer, y el segundo es el de ‘pesadilla’. En este artículo hemos optado por la
palabra “íncubo” por la connotación que tiene el sexo en el tema objeto de estudio y
atendiendo a la validez de ambas nociones: demonio o pesadilla, a la hora de respetar
la idea original del autor.
2
El modelo de Grocio se sostiene sobre tres conceptos fundamentales: los estados
son actores exclusivos o casi exclusivos en la escena internacional, el respeto por la
soberanía estatal es el eje central de las relaciones internacionales y, en último lugar,
el concepto de la reciprocidad, esto es, que las relaciones interestatales se basan en la
defensa de los intereses propios.
compensación por daños causados al nacional ofendido o conseguir castigo para los
ofensores.
4
Acudiendo a tribunales internacionales de arbitramento.
5
El Bill of Rights redactado en Inglaterra en 1689, la Declaración de Independencia
de Estados Unidos de 1776 y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciu-
dadano de 1789 proclamada por la Asamblea Constituyente francesa.
6
Ver el artículo 2 del Pacto, en el que se estipula el carácter de las obligaciones.
Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al goce
de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que le aseguren en especial:
a) Una remuneración que proporcione como mínimo a todos los trabajadores:
i) Un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor, sin distinciones de ninguna
especie; en particular, debe asegurarse a las mujeres condiciones de trabajo no
inferiores a las de los hombres, con salario igual por trabajo igual (...)
(…) toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto
o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y
la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas
política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.
9
Ver artículo 17 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer.
10
Ver Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer, ratificado por Colombia el 23 de enero de
2007.
11
Ver artículo 8 del Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer.
Las preguntas que surgen al respecto son ¿cuáles son esos derechos de
los cuales hablamos?, ¿cómo pueden fundamentarse? y ¿qué principios
morales están en su base? Los Derechos Humanos tienen fundamento
universal en la dignidad o respeto a la condición de ser humano, idea
que aglutina diferentes concepciones, culturales, filosóficas, políticas
y religiosas. Por eso, entre sus caracteres muchos autores destacan que
se trata básicamente de un derecho ideológico, por cuanto se basan en
la superioridad de valores que son inherentes a la persona humana y
aspiran a expresar la ideología común de la humanidad. Esto acarrea
el carácter universal e indivisible de los Derechos Humanos por ser
inherentes a la dignidad. No compartimos plenamente esta definición,
por ser un tanto vaga debido a la complejidad del término “dignidad”.
O decir que son aquellos que el ser humano requiere para cumplir sus
fines esenciales, fines éstos difícilmente identificables. También se ha
intentado la definición a partir de algunos de los derechos más visibles,
como la libertad, la igualdad, pero surge el riesgo de limitar la definición,
con lo cual quedarían por fuera algunos de los derechos o se dificultaría
su actualización ante la eventual aparición de nuevos derechos.
SEGUNDA PARTE
12
Resolución 3010(XXVII).
13
Resolución 3520(XXX).
14
PRÁCTICAS CULTURALES DENTRO DE LA FAMILIA QUE ENTRAÑAN VIOLENCIA CONTRA LA
MUJER. Informe de la Relatora Especial de Violencia contra la Mujer, sus causas y consecuencias.
E/CN.4/2002/83.
15
Resolución de la Asamblea General 48/104 del 20 de diciembre de 1993.
16
E/CN.4 /1994/130, Carta del Relator Especial para Yugoslavia dirigida al presi-
dente de la Comisión de Derechos Humanos de fecha 25 de febrero de 1994.
17
Ver NACIONES UNIDAS. La violencia sexual y los conflictos armados.
18
E/CN.4/1996/68. Informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Ruan-
da, presentado por el relator especial Sr. René Degni-Ségui. Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas.
Así las cosas, el sexo está determinado por las características genéticas,
hormonales, fisiológicas y funcionales que diferencian biológicamente a
los seres humanos, mientras que el género es el conjunto de características
sociales y culturales asignadas a las personas en función de su sexo.
Los aspectos de género cambian y son diferentes de un lugar a otro, de
un grupo étnico a otro y en el tiempo.
las mujeres descubren diferencias allí donde antes habían dominado las
similitudes, perciben disonancia y contradicción donde reinaba la unifor-
midad, se dan cuenta del doble sentido de las palabras allí donde se habían
dado por supuestos los sentidos de los términos y dejan clara la persistencia
de la injusticia, la desigualdad y la regresión en el seno de procesos que
antes se consideraban justos, igualitarios y progresistas.
19
Como ejemplo, ver Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, preám-
bulo y artículo 2; Pacto Internacional de Derechos Sociales, Económicos y Culturales,
preámbulo y artículo 2; Convención internacional sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación racial, preámbulo y artículo 1, aunque este tipo de provi-
siones se encuentran en multitud de instrumentos internacionales.
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Se habla por parte de un sector de la doctrina de tres generaciones de Derechos
Humanos, integradas así: derechos civiles y políticos, derechos económicos, sociales
y culturales y derechos de los grupos o de los pueblos.
Así las cosas, uno de los retos más grandes de los movimientos de
Derechos Humanos consiste en replantear el marco de acción de dichas
normas, de tal manera que cubran las violaciones de género que ocurren
en la esfera de lo privado.
Por otra parte, autores como Donnelly (2003, p. 211) sostienen que
grupos históricamente oprimidos como las mujeres y las minorías hacen
solicitudes que podrían catalogarse como innecesarias, irrealizables
e incluso contraproducentes. Esta vertiente considera que a pesar de
la historia de sufrimiento sistemático, la idea de Derechos Humanos
para el grupo de las mujeres es improcedente, toda vez que derechos
como no ser discriminado o la libertad de asociación permiten a dichos
grupos ejercer una efectiva defensa y protección.
Así las cosas, para los defensores de esta posición, garantizar un grupo
de Derechos Humanos como exclusivos de la mujer no contribuiría a
garantizar su respeto y se tornaría en mera abstracción jurídica, sin
consecuencias relevantes para la vida de dichas personas.
TERCERA PARTE
El contexto vivido durante los años noventa por los países de América
Latina, dentro del cual se deben evaluar los derechos de la mujer, se
enmarca dentro de dos tipos de procesos que se han vivido en los países
latinoamericanos: El primero, referido a la recuperación democrática de
los estados debido a la confrontación ideológica de los años ochenta; el
segundo, de transformación en los sectores productivos.
22
Ver, Las mujeres en América Latina y el Caribe en los años noventa: Elementos de
diagnóstico y propuesta.
23
El índice de feminidad ajustado de la pobreza para América Latina (Cepal, 2003e)
presentó valores superiores a 100 tanto en las zonas urbanas como rurales, lo cual
demuestra que hay una mayor presencia femenina en los hogares pobres, fenómeno
que se manifiesta con más intensidad en el grupo etario de 20 a 59 años, cuyo índice es
superior a 100 prácticamente en todos los países, en forma persistente y generalizada
durante toda la década, en áreas urbanas y rurales.
Por otra parte, sobre las organizaciones de mujeres anota que se ob-
servan tres categorías: una en torno a los derechos humanos del corte
de las Madres de la Plaza de Mayo, otras como las organizaciones po-
pulares y, finalmente, los grupos feministas.
Esta tendencia fue constada por Luisa Cabal, Mónica Roa y Julieta Lemaitre en
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Legal para los Derechos Reproductivos y Políticas Pública, cuyos resultados se publi-
caron bajo el título Cuerpo y Derecho. Legislacion y Jurisprudencia en América Latina.
Bogotá: Temis, 2001.
Esta coyuntura fue vista por los movimientos feministas como una
oportunidad para conquistar espacios en esa novel realidad con la
incorporación del principio constitucional de la igualdad. Sobre dicho
principio señala Cepeda (1993) que la igualdad predomina en la Cons-
titución
25
Compilación de observaciones finales del Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales sobre países de América Latina y el Caribe (1989-2004). Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo, Oficina Regional para América Latina y el
Caribe y Oficina del Alto Comisionada para Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Representación Regional para América Latina y del Caribe. Santiago de Chile, noviem-
bre de 2004.
De la crisis del aparato judicial también hablan claro las cifras del
Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC). Los informes
del Alto Comisionado dan cuenta de la crisis carcelaria, y en mayo
de 1997 reportó que la población carcelaria de Colombia ascendía a
40 617 reclusos, distribuidos en 176 establecimientos construidos para
albergar a 28332 personas, es decir, rebasaba en un 42% la capacidad
carcelaria del Estado.
- Convención sobre los Derechos del Niño. Adoptada por la Asamblea General
(ONU) mediante Resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989. Ley
aprobatoria: Ley 12 de 1991. Entrada en vigor en Colombia: 28 de enero
de 1991.
nución real del disfrute de los derechos por parte de las mujeres, a
pesar de que se ha ratificado, entre otras, la Convención sobre la elimi-
nación de todas las formas de discriminación contra la mujer, y que
las normas constitucionales les reconocen la plena igualdad con los
hombres (E/CN.4/1998/16).
26
Ver Compilación de observaciones finales del Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales sobre países de América Latina y el Caribe (1989-2004).
27
Ibid.
Caribe y Oficina del Alto Comisionada para Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Representación Regional para América Latina y del Caribe. Santiago de Chile, noviem-
bre de 2004.
En cuanto a los derechos más afectados, los informes del Alto Comi-
sionado de Naciones Unidas evidencian una sistemática violación de los
derechos a la vida, integridad personal, libertad y seguridad personal,
libre circulación y residencia, debido proceso, libertad de expresión,
que se constituyen en los principales derechos afectados.
29
Intervención de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos durante el Día Mundial de la Población. Bogotá
D.C., 8 de julio de 2004.
CONCLUSIONES
Referencias