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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para La Educación Universitaria

Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas

Logística y Distribución

Trayecto II Modulo I

CUESTIONARIO

Profesor: Integrantes:

Carlos Guzman Kender Merchan

C.I: 29.697.353

Caracas-20-11-2020
Producción

La producción es un proceso de transformación (gobernado por los hombres o en


cuta realización tienen interés los hombres) en el que ciertas cosas (mercancías o
servicios) se integran en un procesos durante el cual pierden su identidad y
caduca su anterior forma de ser, mientras que otras cosas (También mercancías o
bienes) nacen del proceso. Las primeras se llaman factores de producción, la
segunda productos.

Sistema de Producción

Se define un sistema de producción como un conjunto de actividades que un


grupo humano organiza, dirige y realiza, de acuerdo a sus objetivos cultura y
recursos, proporcionando una estructura que facilita la descripción y la ejecución
de un proceso.

Sistema productivo

Definimos como sistema productivo los medios mediantes los que transformamos
recursos de entrada para crear bienes y servicios útiles. El proceso productivo es
un proceso de transformación o conversión. Los recursos de entrada pueden
tomar una amplia variedad de formas. En operaciones de manufactura, las
entradas son diversos materiales y materia prima, energía, trabajo, maquinas,
instalaciones, información y tecnología. En los sistemas enfocados a los servicios,
las entradas están posiblemente dominadas por el trabajo, pero en función del
sistema particular considerado, también pueden ser entradas importantes,
maquinas, instalaciones, información y tecnología (como en los sistemas
sanitarios, por ejemplo). En los servicios de alimentación, los materiales son una
entrada importante. El proceso de conversión implica no solo la aplicación de la
tecnología, sino también la gestión eficaz de todas las variables que pueden
controlarse.

Producción continúa

Procesos en los que la transformación de materias primas en productos se realiza


de forma ininterrumpida en el tiempo. Ejemplos conocidos son: plantas de refino
de petróleo, plantas petroquímicas, altos hornos, etc. También se puede incluir en
esta tipología los procesos repetitivos de producción en masa (caso de las
cadenas de montaje de automóviles, de electrodomésticos, o del calzado,
embotelladoras, y otros bienes duraderos o no duraderos). El lograr economías de
escala es el objetivo de estos procesos.
Producción intermitente

Procesos que no requieren continuidad en el tiempo. Actúa con productos no


tipificados y los componentes del proceso pueden ser polivalentes o con función
múltiple. Es el ejemplo de las obras públicas, construcción naval y talleres de
reparación, entre otros. La llamada producción por pedido o por encargo es una
forma típica de esta producción intermitente.

En una segunda instancia, los procesos de producción pueden clasificarse


atendiendo al número y diversidad de sus salidas, outputs o gamas de productos
obtenidos. De esta manera se puede hablar de:

Producción simple

Proceso que elabora un solo tipo de producto de características técnicas


homogéneas.

Producción múltiple

Proceso que obtiene varios productos diferenciados y que técnicamente pueden


ser interdependientes o no. En el primer caso se habla de producción múltiple
independiente o con procesos simultáneos; en el segundo (el más normal), si del
proceso se obtienen diferentes productos con factores comunes, se define la
producción compuesta o conjunta, y si los factores se pueden aplicar
alternativamente a uno u otro proceso y producto, se tiene la producción
alternativa.

Producción monoetapa

Procesos en los que la transformación se efectúa en un solo flujo de operaciones


(sistema de fabricación convencional). Responde al concepto más elemental de
sistema, como si fuera una caja negra.

Producción bietapa

Procesos en los que se diferencian dos fases o flujos de operaciones con


diferentes características técnicas: fabricación y montaje; por ello, se puede hablar
de dos categorías de «artículos»: componentes y productos acabados,
respectivamente.

EVOLUCIÓN DE LOS SISTEMAS PRODUCTIVOS


1. De la producción artesanal a la industrial

Hasta mediados del siglo XVIII eran los talleres artesanales los que producían
gran parte de las mercancías consumidas en Europa. En estos talleres, los
artesanos controlaban el proceso de producción. Frecuentemente en los talleres
un grupo de artesanos se dedicaban a la producción de una mercancía de su
principio a su fin, es decir, hacían las mercancías en su totalidad, no existía una
profunda división del trabajo, y eran ellos los que establecían, por ejemplo, las
jornadas de trabajo. Los artesanos producían solo un artículo sin que nadie
interviniera, de manera que conocían la totalidad de su producto, las bases
prácticas para hacerlo, y lo vendían directamente a sus consumidores, el producto
era usualmente exhibido por una ventana.

Los talleres estaban organizados de manera que cada uno tenía un maestro y
varios aprendices, cuando el aprendiz dominaba el manejo de todas las
herramientas, aprendía la técnica y conocía los secretos de su oficio llegaban a
ser maestro y podía establecer su propio taller.

Sin embargo es en la segunda mitad del el siglo XVIII, con la llegada de la


Revolución Industrial, cuando la extensión y profesionalización de la producción de
bienes de consumo, así como también la dirección de estas operaciones, tuvo un
gran despegue. La Revolución industrial estuvo dividida en dos etapas: la primera
del año 1750 hasta 1840, aproximadamente.

Con la primera Revolución Industrial la economía basada en el trabajo manual, fue


reemplazada por otra dominada por la industria y la manufactura. Esta primera
revolución se caracterizó por un cambio en los instrumentos de trabajo de tipo
artesanal por nuevas máquinas. Este cambio se da porque a pesar de que los
rudimentarios instrumentos utilizados por los artesanos cumplían con el objetivo
para el cual fueron creados; estos, al ser manejados por trabajadores con fuerza y
velocidad limitada, limitaban también la producción. Este tipo de manufactura no
era suficiente para la demanda requerida de esa época. Es así como se requiere
un nuevo actor: la máquina. Con la llegada de estas nuevas tecnologías
aparecieron las fábricas en donde todas las modernas máquinas se convirtieron
en propiedad de un capitalista.

Una de las innovaciones tecnológicas más importantes fue la máquina de vapor,


movida por la energía del carbón. La producción y desarrollo de nuevos modelos
de maquinaria favorecieron enormes incrementos en la capacidad de producción.
La producción artesanal no pudo competir con la industrial, fue así como la era
artesanal fue llevada a la ruina.

2. Producción en serie
Tras la primera fase de la industrialización, se inició una nueva etapa, la Segunda
Revolución Industrial, que habría de durar de 1880 hasta 1914. Esta etapa implica
el desarrollo de las industrias como la eléctrica, del petróleo y del acero. Ésto por
la sustitución del hierro por el acero en la industria y el reemplazo del vapor por la
electricidad y los derivados del petróleo como fuente de energía. Con el uso del
petróleo se da la introducción del motor de combustión interna, que diera lugar a la
comercialización del automóvil, y con ello la producción en masa de bienes de
consumo.

Con la complejidad de los nuevos procesos de producción, en esta segunda fase


de la industrialización, surgió la necesidad de nuevos sistemas organizativos. En
esta época se acentúa la división del trabajo y su especialización. Llega la ciencia
a la industria. Es entonces, cuando aparece Frederic W. Taylor (1856 – 1915) en
escena.

Taylor, un ingeniero y economista norteamericano, creía que la administración de


las operaciones debería ser enfocada como una ciencia. En esa época, no había
conceptos claros acerca de las responsabilidades de los trabajadores y la
gerencia. Prácticamente no existían normas de trabajo eficaces y los trabajadores
laboraban a un ritmo deliberadamente lento. Las decisiones administrativas se
tomaban “sobre la marcha”, basándose en la intuición. Los trabajadores eran
colocados en los puestos con poco o ningún cuidado de acoplar sus habilidades y
aptitudes con las tareas que se les exigiría realizar.

La finalidad que perseguía Taylor era proporcionar un fundamento científico,


basándose en la observación de los procesos y la medición y análisis de los
mismos; con el objetivo de establecer la mejor manera de ejecutar los trabajos, y
una vez que fueran determinados los métodos, éstos debían ser estandarizados
para que fueran cumplidos por todos los trabajadores. Con ello pretendía terminar
con el empirismo e improvisación que predominaba por aquella época.

La finalidad de Taylor era maximizar la eficiencia de la mano de obra y de las


máquinas y herramientas, mediante la división sistemática de las tareas (que
implicaba la descomposición del proceso de producción en el menor número de
tareas posibles), la organización racional del trabajo en sus secuencias y
procesos, y el cronometraje de las operaciones, más un sistema de motivación
mediante el pago de primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la
actividad industrial.

Basado en sus estudios, Taylor concibe las bases teóricas de la cadena de


montaje, una forma de organización de la producción que delega a cada
trabajador una función específica. Consiste en una cinta transportadora continua
por la que circulan los productos en fase de fabricación, y donde cada obrero se
dedicaría a una etapa especifica de la producción. Aunque la idea teórica nace
con Taylor ésta no se vuelve realidad, hasta años después, cuando es aplicada
con gran éxito por Henry Ford, para la fabricación de automóviles.

Henry Ford siendo un joven empresario, pero convertido ya en principal accionista


de la Ford Motor Company, estaba tratando de diseñar un automóvil que fuera
fácil de producir y sencillo de reparar. Finalmente, luego de varios intentos, en
1908 llegó a la fabricación del modelo T, que se trataba de un vehículo muy barato
que, a diferencia de los coches producidos hasta ese momento, estaba al alcance
del norteamericano medio.

Hasta entonces el automóvil había sido un objeto de fabricación artesanal y de


costo elevado, destinado a un público muy limitado, solo los ricos podían comprar
coches. En 1900, si alguien deseaba un auto debía visitar una fábrica de los
productores artesanales de su área. El dueño de la fábrica, usualmente un
maestro artesano (empresario) que sabía cómo reparar y construir un auto,
tomaba las especificaciones y necesidades del cliente. Muchos meses después el
cliente tenía su carro, pero requería probarlo acompañado de un mecánico, quien
debía modificarlo de acuerdo con las indicaciones que este le diera. El carro era
único en su especie y el costo era demasiado alto (Villaseñor Contreras & Galindo
Cota, 2009).

El proyecto de Ford consistía en fabricar automóviles sencillos y baratos


destinados al consumo masivo de la familia media estadounidense. Ford aspiraba
que el automóvil dejase de ser un patrimonio exclusivo de las clases acomodadas
y se convirtiese en un objeto de consumo generalizado, al alcance de las clases
medias.

Durante los cinco años siguientes, Ford buscó una mejor manera de construir el
modelo T; buscaba más rapidez, reducción de costos y mayor eficiencia. Es así,
como en 1913, llevando hasta el extremo las recomendaciones de la organización
científica del trabajo de Taylor, Ford introdujo en sus plantas las cintas de
ensamblaje móviles, que permitían un incremento enorme de la producción.

Dicho método, consistía en instalar una cadena de montaje a base de correas de


transmisión y guías de deslizamiento que iban desplazando automáticamente el
chasis del automóvil hasta los puestos de los trabajadores, colocados a los lados
de la banda, cuando la banda se detenía, los trabajadores que estaban en ese
lugar realizaban en él las tareas encomendadas, hasta que el coche estuviera
completamente terminado. La fabricación en cadena permitía ahorrar pérdidas de
tiempo de trabajo, al no tener que desplazarse los obreros de un lugar a otro de la
fábrica. Al mismo tiempo, la dirección de la empresa adquiría un control estricto
sobre el ritmo de trabajo de los obreros, regulado por la velocidad que se imprimía
a la cadena de montaje.

Cada operación quedaba dividida en una sucesión de tareas mecánicas y


repetitivas, ya que se simplifican tareas complejas en varias operaciones simples
que pueda realizar cualquier obrero sin necesidad de que sea mano de obra
cualificada, con lo que dejaban de tener valor las cualificaciones técnicas o
artesanales de los obreros, y la industria naciente podía aprovechar mejor la mano
de obra sin cualificación.

En la producción en serie la máquina pasa a ser protagonista principal del proceso


productivo, desplazando al obrero. Este aspecto marca una diferencia fundamental
entre la producción artesanal, donde el obrero desempeña un papel activo y
creador en el trabajo, y la producción en serie donde eso pasa a ser una pieza
más del enorme complejo industrial.

Con la puesta en marcha de un método de montaje en cadena, se vio posibilitada


la fabricación de un automóvil a bajo precio y para un mercado amplio. El éxito fue
rotundo, este innovador método, que permitía optimizar tiempo y recursos. El
tiempo total de producción del automóvil se redujo considerablemente, pudiéndose
fabricar muchos autos en poco tiempo. El precio del modelo T de Ford pasó de
850 dólares en 1908 a menos de 300 dólares para 1920.

3. Nacimiento de la producción flexible

Al termino de las dos primeras décadas del siglo XX, Ford (fundamentado en la
forma de producción y organización del trabajo definida por Taylor) logrado
cambiar los sistemas de producción de tal forma que lograron influir de forma
significativa en el sistema económico.

La producción en serie creó las condiciones para el desarrollo del consumo en


masa, pero para que este sistema proporcionara resultados satisfactorios debían
cumplirse ciertas condiciones, la principal era que se mantuvieran elevados
niveles de demanda, que permitieran dar salida a los crecientes stocks. Es decir,
la producción en masa requería de un consumo en masa, por lo tanto una
pregunta lógica surgió ¿quiénes serían los consumidores en masa?, a la cual Ford
respondió: los asalariados. Entonces, para que la producción tuviese salida en los
mercados era necesario el aumento simultáneo del poder adquisitivo de los
asalariados.

Esto fue posible gracias a los altos beneficios que el nuevo sistema de producción
garantizaba. Éste permitía el incremento de la productividad y la reducción de los
costos, lo que consecuentemente permitió a Ford elevar los salarios que ofrecía a
sus trabajadores muy por encima de lo que era normal en la industria
estadounidense de la época. Los trabajadores de la Ford entraron, gracias a los
altos salarios que recibían, en el umbral de las clases medias, convirtiéndose en
consumidores potenciales de productos como los automóviles que Ford vendía.
De esta forma se permitía que los trabajadores aumentaran sus niveles de
consumo, lo que hacía posible finalmente dar salida a la propia producción
siempre que se mantuviesen bajos precios y salarios nominales suficientemente
elevados. Se trataba de hacer, como dijo Ford, que los trabajadores fueran los
consumidores de los productos que fabricaban.

Hasta ese momento la tasa de crecimiento de la demanda había sido continua y


predecible, sin embargo, en los últimos años de la década de 1960 se presentaron
una serie de factores sociales y económicos que modificaron las características de
la demanda, que llevaron a las grandes industrias fordistas a una profunda crisis,
revelando así la fragilidad del sistema.

Irónicamente, el crecimiento continuado del consumo, aspecto que posibilitó el


desarrollo y la expansión del modelo fordista, provocó también su agotamiento. A
medida que aumentaba el poder adquisitivo de las clases asalariadas aumentaba
también su consumo lo que a su vez estimulaba la apertura de nuevos horizontes
a la producción.

Esta dinámica requiere crear continuamente «nuevas necesidades» como forma


de mantener un elevado nivel de actividad y, consiguientemente, de ganancia.
Este proceso conduce a una diversificación enorme de la producción, de modo
que se debe generalizar la realización de infinidad de variaciones sobre un mismo
producto, para poder crear así la ilusión de estar consumiendo nuevos bienes sin
que éstos lleguen verdaderamente a serlo.

Sin embargo, el sistema de producción fordista se asienta sobre las bases de


fabricación de una gran cantidad de un mismo producto y de una sola vez. De
hecho, transformó la demanda de bienes similares entre sí en la demanda de un
único producto estándar. Como dijo Ford ante la salida del modelo Ford T «todo
cliente podrá tener el coche del color que prefiera con tal de que lo prefiera
negro».

Lógicamente, un sistema de esta naturaleza se vería desbordado ante la


necesidad de diversificar la producción debido a las nuevas exigencias del
consumo. Pero no sólo se produce la incapacidad de responder ante una
demanda cuyos segmentos son cada vez más diversos, sino que también el
sistema presenta un límite derivado de la progresiva saturación de los mercados.
Es así como el modelo que había funcionado por largo tiempo llegaba a sus
límites, a causa de su inflexibilidad ante la pluralidad de la demanda, pluralidad
derivada de la saturación de los mercados para los bienes estandarizados. Era
necesario entonces redefinir el modelo.

El nuevo modelo de competencia imponía aumentar la variedad de la oferta en


cada segmento de mercado, mejorar la calidad e introducir continuamente nuevos
productos en el mercado, de modo que se indujera el desarrollo de una adecuada
demanda de sustitución que garantizara la posibilidad de mantener elevados los
niveles productivos.

4. Sistema de Producción Toyota

A final de la década de los cuarenta, los japoneses atravesaban grandes


dificultades, su industria y economía se encontraba en un periodo de crisis
postguerra y para poder salir adelante era necesario adecuarse a un nuevo
sistema productivo. Después de la guerra Japón quedo totalmente destruido, y lo
único que les quedaba era aprovechar al máximo los pocos recursos con los que
contaban, por tal motivo se empezaron a preocupar por diseñar practicas
industriales que les ayudara a desarrollar sus empresas, trabajando de la manera
más eficiente posible, y con ello reconstruir su economía.

En ese tiempo un obrero alemán producía tres veces más que un japonés y un
norteamericano tres veces más que el alemán, por lo tanto los norteamericanos
producían aproximadamente nueve veces más que un obrero japonés; en
promedio se necesitaban nueve japoneses para hacer el trabajo de un
norteamericano (Ohno, 1988).

Las empresas japonesas se encontraban ante todo un reto, como respuesta a éste
se desarrolló en la empresa automotriz Toyota, un sistema de gestión de la
producción, acorde a las nuevas exigencias, lo que en la actualidad se conoce
como sistema de producción Toyota. El desarrollo del sistema se atribuye
fundamentalmente a tres personas: el fundador de Toyota, Sakichi Toyoda, su hijo
Kiichiro y el ingeniero Taiichi Ohno.

El 15 de agosto de 1945 fue el día en que Japón perdió la guerra, así mismo, esta
fecha significó el inicio de una nueva etapa para la empresa Toyota Motor. Kiichiro
Toyoda (1894-1952), en ese entonces presidente de la empresa dijo: “Alcanzar a
América en tres años, en caso contrario, la industria japonesa del automóvil no
sobrevivirá” (Ohno, 1988). El objetivo era claro: mejorar el proceso de manufactura
de Toyota hasta igualarlo con la productividad de Ford, sin embargo, según los
paradigmas de la producción en masa de esos días, eso era casi imposible para la
pequeña Toyota.
Los americanos estaban confiados con la producción a gran escala, como
sinónimo de la máxima eficacia Sin embargo dichos métodos no encajaban en
Japón dónde los recursos eran escasos y la demanda era mucho menor. Toyota
no contaba con la capacidad para ensamblar esa cantidad de autos ni un mercado
igual al de Estados Unidos como para tener una línea de ensamble como la de
Ford, pero sin lugar a dudas, estaban decididos a usar la idea original de Ford,
requerian adaptar éste proceso de manufactura a sus propios procesos para llegar
a obtener una alta calidad, bajos costos, tiempos de entrega cortos y flexibilidad.

Esto llevo a Taiichi a emplear la observación la imaginación y el sentido común, es


así como encontró que la base a partir de la cual podía lograr mayor eficacia
radicaba en la eliminación absoluta de pérdidas, las cuales son: empleo excesivo
de recursos para la producción, exceso de producción, exceso de existencias e
inversión innecesaria de capital.

El sistema te producción Toyota es un método racional de fabricación cuyo


propósito es el incremento de la productividad, eliminando por completo los
elementos innecesarios a fin de reducir los costos. Su idea básica radica en la
obtención del tipo requerido de unidades en el tiempo y en la cantidad que se
requieran. La puesta en práctica de esta idea consigue eliminar las existencias
innecesarias de productos en curso de fabricación y productos terminados
(Monden, 1993).

Aunque el sistema nació durante el largo período de crecimiento que sucedió a la


Segunda Guerra Mundial, no alcanzaría su auge hasta la década de los años
sesenta. A fines de 1973, tras la primera crisis del petróleo , este sistema de
producción atrajo la atención de las industrias japonesas. Frente al impacto de una
inflación de costos sin precedentes, la mayoría de las empresas japonesas habían
caído en números rojos, excepto Toyota, que mostraba amplios beneficios. Se
hizo evidente que, para superar esta crisis del petróleo las empresas debían
reconvertirse (Monden, 1993). El nuevo sistema productivo introdujo una nueva
conceptualización que se ajustaba a los recursos y las posibilidades de las plantas
japonesas, el cual que distaba mucho al sistema que se estaba utilizando de Ford.
Se pasó a pensar no en la producción de gran volumen, sino de pequeño, no en la
estandarización y la uniformidad del producto sino en su diferencia, su variedad.
Shingo afirma que las diferencias básicas que distinguen este sistema del de Ford
son: pequeños lotes de producción y producción de mezcla de modelos.

EVOLUCIÓN SISTEMAS DE PRODUCCIÓN

COMUNIDAD PRIMITIVA:
En la que la mayor parte de los medios de producción y especialmente la tierra
son de propiedad común. En él los hombres semisalvajes luchaban indefensos
ante las fuerzas naturales, sus alimentos consistían en frutos, vegetales y raíces.
Hace 9 o 10 mil años aparece la división del trabajo, debida fundamentalmente al
descubrimiento de la agricultura la cual convierte al hombre en un ser sedentario.
La agricultura constituye un paso muy importante en el desarrollo de las fuerzas
productivas. COMUNIDAD PRIMITIVA:

LA ESCLAVITUD:

Los medios de producción como los hombres que se sirven de ellos en su trabajo,
son propiedad de otros hombres. Los esclavos pueden ser de propiedad privada o
del estado; esto se considera la primera forma de explotación del hombre por el
hombre en la historia de la humanidad. En este período nace el Estado, debido a
la necesidad de un ente que mantuviera bajo control las insurgencias y a las
personas que se querían librar del yugo. Además se originan 3 clases: la
explotadora (dueños de tierras y de los esclavos), la explotada (esclavos y
campesinos muy pobres) y los mercaderes o comerciantes (constituida por los
intermediarios entre los compradores y los vendedores).

MODO ESCLAVISTA DE PRODUCCIÓN:

Primer modo de producción basado en la explotación que aparece en la historia;


surge por descomposición del régimen de la comunidad primitiva. El modo
esclavista de producción alcanzó su máximo desarrollo en la Grecia antigua y,
sobre todo, en la Roma clásica. No todos los pueblos, sin embargo, han pasado
por ese modo de producción en su desenvolvimiento histórico. En el régimen
esclavista, las relaciones de producción se basaban en la propiedad de los dueños
de esclavos sobre los medios de producción y sobre los esclavos considerados
como “instrumentos parlantes” sin derecho alguno y sujetos a explotación cruel. El
trabajo del esclavo, que tenía un carácter abiertamente coercitivo, se aplicaba en
gran escala en los latifundios y la producción artesanal. El dueño disponía no sólo
del trabajo, sino también de la vida del esclavo. En la época en que se forma el
régimen esclavista, la sociedad se divide en dos clases fundamentales: los
señores esclavistas y los esclavos. Para mantener el dominio de los primeros se
estructura un aparato de violencia y coerción, el Estado esclavista. En dicha
sociedad, al lado de las clases fundamentales, existían campesinos libres,
artesanos y mercaderes. Los contingentes de esclavos se nutrían sobre todo
mediante las guerras y, parcialmente, con los campesinos y artesanos que se
arruinaban. En lo fundamental, la economía presentaba un carácter cerrado,
natural, pero aumentó la división del trabajo y el cambio, y ello dio origen a la
producción mercantil. La explotación de una importante masa de esclavos creaba
el plusproducto, lo cual permitió a la capa alta esclavista liberarse del trabajo físico
en la producción material —trabajo que empezó a ser considerado como
ocupación indigna de un hombre libre-— y a dedicarse al gobierno, a la política, a
la ciencia y al arte. Surge de este modo la oposición entre el trabajo físico y el
trabajo intelectual y nace asimismo la oposición entre la ciudad y el campo. El
modo esclavista de producción era progresivo en comparación con el régimen de
la comunidad primitiva, dado que la esclavitud hacía posible un mayor desarrollo
de la producción. Sin embargo, con el tiempo el régimen esclavista se convirtió en
un freno para el desarrollo de la sociedad. Los esclavos no estaban interesados
por el resultado de su labor. Bajo la esclavitud se empleaban sólo instrumentos
primitivos y la productividad del trabajo seguía siendo baja. Se explotaba a los
esclavos de manera tan cruel que su vida era corta, y las fuentes que permitían
completar los efectivos necesarios se agotaron. El régimen esclavista entró en el
período de crisis. Lo cuarteaban las sublevaciones de los esclavos y la lucha de
los campesinos libres contra los dueños de esclavos. El hundimiento del modo
esclavista de producción se aceleró debido a los ataques desde el exterior y su
puesto fue ocupado por el modo feudal de producción.

EL FEUDALISMO:

Sistema contractual de relaciones políticas y militares entre los miembros de la


nobleza de Europa occidental durante la alta edad media. El feudalismo se
caracterizó por la concesión de feudos (casi siempre en forma de tierras y trabajo)
a cambio de una prestación política y militar, contrato sellado por un juramento de
homenaje y fidelidad. Pero tanto el señor como el vasallo eran hombres libres, por
lo que no debe ser confundido con el régimen señorial, sistema contemporáneo de
aquél, que regulaba las relaciones entre los señores y sus campesinos. El
feudalismo unía la prestación política y militar a la posesión de tierras con el
propósito de preservar a la Europa medieval de su desintegración en
innumerables señoríos independientes tras el hundimiento del Imperio Carolingio.

MODO FEUDAL DE PRODUCCIÓN:

Modo de producción de los bienes materiales basada en la propiedad feudal sobre


la tierra y la propiedad parcial sobre los trabajadores -campesinos siervos-, así
como en la explotación de estos últimos por parte de los señores feudales. El
feudalismo surgió como resultado de la descomposición del régimen esclavista y,
en algunos países, del régimen de la comunidad primitiva. Lenin, al caracterizar el
modo feudal de producción, destaca los siguientes rasgos fundamentales: 1)
dominio de la economía natural, 2) concesión de medios de producción y de tierra
al productor directo, y en particular fijación del campesino a la tierra, 3)
dependencia personal del campesino respecto al terrateniente (coerción
extraeconómica), 4) estado extraordinariamente bajo y rutinario de la técnica. En
las condiciones del modo feudal de producción, la clase dominante es la de los
terratenientes en la persona de la nobleza y del clero. La propiedad sobre la tierra
era la base para obtener trabajo o productos no remunerados. El trabajo adicional
no remunerado del productor directo (campesino siervo) o el producto obtenido
mediante dicho trabajo y del que se apropian los dueños de la tierra por medio de
la coerción extraeconómica se llama renta feudal del suelo. La producción
artesanal y el comercio se concentraban en las ciudades y se organizaban bajo la
forma de gremios de artesanos y corporaciones de mercaderes. En el régimen
feudal existían dos clases principales: los señores feudales y los campesinos.
Correspondía un gran papel a la Iglesia, que era un gran terrateniente feudal y
ejercía una sensible influencia sobre todo el régimen social del feudalismo. A lo
largo de toda la época feudal existió una lucha de clases entre explotadores y
explotados. Esta lucha se reflejó, en particular, en las sublevaciones campesinas:
la de Wat Tyler en Inglaterra (1381), la Jacquerie en Francia (1358), la guerra
campesina en Alemania (1524–1525), las guerras acaudilladas por I. Bolotnikov
(1606–1607), S. Razin (1670–1671) y E. Pugachov (1773–1775) en Rusia, y otras.
El desarrollo de las fuerzas productivas en las entrañas del feudalismo constituyó
la base material de la formación de las relaciones capitalistas y su consolidación.
El proceso de la acumulación originaria del capital aceleró la preparación de las
condiciones materiales para que vencieran las relaciones capitalistas de
producción. El modo feudal de producción se suprimió como resultado de las
revoluciones burguesas, que le asestaron un golpe demoledor. En Rusia, la
reforma de 1861 abolió la servidumbre, pero no elimino importantes restos del
feudalismo. La existencia de supervivencias feudales bajo el aspecto de la gran
propiedad terrateniente, el sistema de prestación personal, etc., en la actualidad
son singularmente característicos de varios países de África, Asia y América
Latina.

CAPITALISMO:

Régimen económico fundado en el predominio del capital. Sistema basado en el


predominio de la empresa privada en la organización económica. La producción
capitalista está destinada al cambio. Los medios de producción son propiedad de
cierto sector de la sociedad: los capitalistas; el resto de los miembros de la
sociedad (la gran mayoría), no posee sus propios medios de producción; trabajan
como asalariados y utilizan los medios de producción de los capitalistas.

MODO CAPITALISTA DE PRODUCCIÓN:


Modo de producción de los bienes materiales basado en la propiedad privada
capitalista sobre los medios de producción y en la explotación del trabajo
asalariado. El régimen capitalista sustituyó al modo feudal de producción.
Constituye una organización social dividida en dos clases fundamentales, cuyos
intereses son diametralmente opuestos: la clase de los capitalistas, propietarios de
los medios de producción, y la clase de los proletarios, carentes de propiedad y de
medios de subsistencia, por lo que, ante la amenaza del hambre, se ven obligados
a vender constantemente su fuerza de trabajo a los capitalistas. El capitalismo es
la última formación económico-social basada en la propiedad privada y en la
explotación del hombre por el hombre. Su ley económica cardinal, su hierra motriz
y su principal estimulo radican en la producción y en la apropiación de la plusvalía,
que tiene como fuente el trabajo no retribuido de los obreros asalariados. En
comparación con el feudalismo, el modo capitalista de producción es más
progresivo, pues ha elevado a un nivel superior el desarrollo de las fuerzas
productivas de la sociedad, ha aumentado sensiblemente la productividad del
trabajo social, ha llevado a cabo en proporciones inmensas la socialización del
trabajo y de la producción, ha incrementado en gran medida el volumen de la
producción y ha elevado su nivel técnico. Después de desarrollar hasta
dimensiones antes nunca vistas las fuerzas productivas sociales, el régimen
capitalista, en virtud de las contradicciones internas antagónicas que le son
inherentes, de sus vicios y lacras, ha condenado a una gran parte da la sociedad,
a los trabajadores, a la ruina y a la miseria, pues son fundamentalmente los
capitalistas quienes se apropian de todos los beneficios que origina el incremente
de la producción social. La economía capitalista se halla regulada por leyes
económicas espontáneas, se desarrolla de manera anárquica, se ve alterada por
las crisis económicas de superproducción; en su afán de ganancias los capitalistas
sostienen entre si una enconada lucha competitiva. El crecimiento de la
concentración y de la centralización del capital hace que éste se socialice, que en
un polo se acumulen las riquezas, y en otro empeore la situación del proletariado y
se arruinen los pequeños productores. La contradicción fundamental del modo
capitalista de producción es la que se da entre el carácter social de la producción y
la forma capitalista privada de apropiación. Al reunir en las fábricas a millones de
obreros, al socializar el proceso del trabajo, el capitalismo confiere a la producción
un carácter social, pero de los resultados del trabajo se apropian los capitalistas.
Esta contradicción principal del capitalismo -la contradicción entre el carácter
social de la producción y la forma capitalista privada de apropiación- se manifiesta
en la anarquía de la producción, hace que la demanda solvente de la sociedad
quede rezagada de la ampliación de la producción y conduce periódicamente a
destructoras crisis económicas. A su vez las crisis y los períodos de
estancamiento industrial arruinan todavía más a los pequeños productores,
aumentan la dependencia en que el trabajo asalariado se encuentra del capital,
conducen aun más rápidamente a la depauperación relativa, y a veces absoluta,
de la clase obrera”. Durante las crisis económicas, tiene lugar una destrucción en
masa de las fuerzas productivas, se debilite la fuerza productiva fundamental de la
sociedad: los trabajadores, se incrementa en grandes proporciones la
desocupación, masas enormes de personas son arrancadas del trabajo
productivo, una gran parte de las instalaciones de las empresas capitalistas
quedan sin utilizar, no funcionan, y a veces son objeto de destrucción física. A
medida que el capitalismo se va desarrollando, se eleva el prado de explotación
de la clase obrera, se agudizan todas las contradicciones del modo capitalista de
producción, se intensifica y se hace cada vez más enconada la lucha de clases.
Estas contradicciones se ahondan y adquieren singular agudeza al transformarse
el capitalismo en imperialismo, sobre todo en el período de la crisis general del
capitalismo. El dominio del capital monopolista en la economía y en la política de
los países capitalistas agudiza hasta límites extremos los conflictos de clase y
económicos del régimen capitalista. La tendencia a la descomposición y el
parasitismo, la creciente desigualdad en el desarrollo económico y político de los
países capitalistas en la época del imperialismo y de la crisis general del sistema
capitalista de economía, debilitan aún más las bases del modo capitalista de
producción. El capitalismo no está en condiciones de dominar las fuerzas
productivas creadas por él mismo, que han rebasado las relaciones capitalistas de
producción, las cuales se han convertido en grilletes para el libre crecimiento
ulterior de aquéllas. Históricamente, el capitalismo moderno ha dado ya de si
cuanto podía dar y ha de ser sustituido por un régimen más progresivo: el
socialista. En las entrañas de la sociedad burguesa, en el proceso del desarrollo
de la producción capitalista se crean las premisas materiales objetivas para pasar
al socialismo. Bajo el capitalismo, crece, se cohesiona y se organiza la clase
obrera que, en alianza con los campesinos y al frente de todos los trabajadores,
constituye una poderosa fuerza social capaz de derrocar al caduco régimen
capitalista y sustituirlo por el socialismo. Por primera vez en la historia de la
humanidad, el régimen capitalista de producción fue destruido en Rusia gracias a
la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre, bajo la dirección del
Partido Comunista. A consecuencia de las revoluciones socialistas de varios
países -que comprenden más de un tercio de la población del globo terráqueo y
una cuarta parte de su territorio- el capitalismo ha dejado de ser un sistema
económico extendido por todo el orbe. “La liquidación del régimen capitalista en un
numeroso grupo de países, el desarrollo y reforzamiento del sistema socialista
mundial, la desintegración del sistema colonial y el hundimiento de los viejos
imperios, el desplome -iniciado ya- de la estructura económica colonial de los
países liberados, la ampliación de los lazos económicos entre estos países y el
mundo del socialismo, todo ello ahonda la crisis de la economía capitalista
mundial”. Bajo el influjo de los enormes éxitos económicos de los países
socialistas-plena demostración de las ventajas decisivas del socialismo frente al
capitalismo-, bajo los golpes del movimiento obrero en los países capitalistas y de
la lucha de liberación nacional de los pueblos oprimidos, el capitalismo será
barrido para siempre.

SOCIALISMO:

Teoría político-económica que propugna la propiedad y la administración de los


medios de producción por parte de las clases trabajadoras con el fin de lograr,
mediante una nueva organización de la sociedad, la igualdad política, social y
económica de todas las personas. Los medios de producción son de propiedad
social y una parte de los medios de producción, pueden ser, igualmente propiedad
común de cooperativas, comunidades rurales, municipios, ciudades; etc.

MODO COMUNISTA DE PRODUCCIÓN:

Modo de producción de los bienes materiales basado en la propiedad comunista


de todo el pueblo sobre los medios de producción, en fuerzas productivas
desarrolladas unilateralmente, que aseguran la abundancia de bienes de consumo
y su distribución según las necesidades. El modo comunista de producción se va
estableciendo en el proceso de la edificación del socialismo y del comunismo,
fases respectivamente inferiores y superiores de la sociedad comunista. La
creación de fuerzas productivas altamente desarrolladas, indispensables para
obtener la abundancia de productos y pasar a la aplicación del principio comunista
de la distribución es inconcebible sin transformaciones cualitativas de todos los
factores materiales humanos de la producción. Ello significa, ante todo, construir la
base material y técnica de la sociedad, basada en el amplio establecimiento de
procesos productivos automáticos en todas las ramas de la economía nacional,
con la consiguiente eliminación del trabajo manual, poco productivo; significa
alcanzar un rendimiento superior del trabajo social. En la esfera de los objetos de
trabajo, significa que se ha obtenido una producción en masa de nuevos y
excelentes tipos de materias primas y materiales sintéticos, no sólo análogos a los
que la naturaleza proporciona ya preparados, sino con propiedades previamente
fijadas. En la esfera de la mano de obra, presupone la aparición de un nuevo tipo
de trabajador que combinará armónicamente la actividad intelectual y la física.
Constituye una peculiaridad esencial de todo el proceso de creación de fuerzas
productivas desarrolladas en un sentido comunista, el introducir ampliamente en la
economía nacional los resultados de la ciencia de vanguardia, convertida en una
fuerza productiva directa de la sociedad. Sobre la base y bajo el activo influjo del
unilateral desarrollo de las fuerzas productivas, tiene lugar el proceso de
perfeccionamiento de las relaciones de producción socialistas en todo su conjunto,
así como su gradual transformación en relaciones comunistas. Este proceso sigue
tres direcciones fundamentales: en primer lugar tiende a la fusión de las dos
formas de propiedad social en una propiedad única, comunista; en segundo lugar,
tiende a superar las diferencias de clase entre los obreros y los campesinos, a
eliminar las diferencias esenciales entre la ciudad y el campo, así como las
diferencias culturales y técnicas en la esfera del trabajo; en tercer lugar, tiende a
combinar racionalmente el principio de la remuneración según el trabajo con el de
la distribución gratuita a cuenta de los fondos sociales de consumo, hasta llegar a
la total distribución según las necesidades. El modo comunista de producción es
fruto de la obra creadora de millones de trabajadores, y cuanto más elevada sea la
conciencia de estos últimos, cuanto más plena y amplia sean su actividad y su
hacer creador, tanto más rápidamente avanzan el progreso económico y social de
la sociedad, con tanto mayor éxito se irá estableciendo la economía comunista.

Podemos colocar en tres clases todos los modos de producir:

 El primer modo de producir se consigue recogiendo u ocupando las cosas


que la naturaleza crea por si misma, bien sea, no añadiendo nada a los
productos de la misma naturaleza, como cuando se sacan los peces del
mar o cuando extraen los minerales de la tierra; bien sea dirigiendo y
favoreciendo a la naturaleza con el cultivo de las tierras y con las semillas.
Todos estos trabajos se parecen por su objeto y se les da el nombre de
industria rural o de agricultura.

 El segundo modo de producir se verifica dando a los productos de cualquier


industria un valor mayor por las nuevas formas que se les añaden o por las
transformaciones que se les hace experimentar. El minero proporciona el
metal que se necesita para hacer una máquina; pero esta máquina vale
más que el metal que se empleó en ella, y de aquí se sigue que el valor de
la máquina que excede al del metal es un valor producido y que la máquina
es un producto de dos industrias: la del minero y la del fabricante. Esta
industria se llama de transformación.

 El tercer modo de producir se verifica comprando un producto en el lugar en


que tiene menos valor y transportándolo a otro en que lo tiene mayor. Esto
es lo que hace el comercio, o sea la industria comercial. El comercio
produce utilidad, no alterando en nada ni el fondo ni la forma de un
producto, y volviéndolo a vender del mismo modo que lo compró. El
comerciante compra el producto en un lugar en que no tiene consumo, o al
menos en donde su consumo es menos extenso y menos apreciado, para
transportarlo a los lugares donde lo tiene mayor, o su producción es menos
fácil, menos abundante y más cara.

La estrategia de producción – Orígenes y evolución del paradigma de


investigación.

La función de Producción existe desde que se inició la actividad productiva, pero


no ocurre así con el paradigma de la estrategia de producción. No fue hasta 1969,
que surge el primer trabajo referido a la necesidad de conceder un carácter
estratégico a la función de Producción y fue de la mano de Wickham Skinner, con
el título Manufacturing - Missing Link in Corporate Strategy. Sin embargo, fue a
partir de los años ´70 y principios de los ´80 que surge como tal el nuevo
paradigma de la estrategia de producción, desarrollado por profesores e
investigadores de la Facultad de Administración de Empresas de Harvard.

Los trabajos realizados por William Abernathy, Kim Clark, Robert Hayes y Steven
Wheelwright, basados en trabajos previos de Skinner, hicieron resaltar la manera
en que los ejecutivos de producción podían emplear las capacidades de sus
fábricas como armas estratégicas competitivas. Como punto central de este
paradigma estaba el concepto de fábrica enfocada (focused factory) y los
compromisos de manufactura. Se empezaron a articular los conceptos de
misiones, objetivos y tareas de manufactura, categorías de decisión y las
concesiones (negociaciones) entre criterios de desempeño (trade-offs). Así se
inició este programa de investigación, que ha continuado su avance y
reestructuración hasta nuestros días constituyéndose en parte activa de la nueva
filosofía de excelencia en producción.

La década de los ´80 fue testigo de una revolución en las filosofías de dirección y
de las tecnologías aplicadas a la producción. Chase & Aquilano (1995) refieren a
la producción just-in-time (JIT) como el mayor adelanto en la filosofía de
fabricación, comparable en su impacto con la cadena de montaje de Henry Ford a
inicios del pasado siglo. Al JIT se unió el Control de Calidad Total (TQC) y juntos,
sobre una visión estratégica del área de fabricación, forman la “piedra angular” de
las prácticas industriales de numerosas empresas de excelencia. Por esta fecha,
la tecnología acudió también al rescate de la manufactura, incorporándose nuevas
tecnologías en el accionar de las fábricas, que se manifestaron a través de un
sinnúmero de acrónimos de tres letras, cada uno de los cuales, prometían
espectaculares avances competitivos en fabricación.

Términos como fabricación integrada por computadora (CIM, computer-integrated


manufacturing), diseño asistido por computadora (CAD, computer-aided design),
fabricación asistida por computadora (CAM, computer-aided manufacturing),
sistemas flexibles de fabricación (FMS, flexible manufacturing systems),
planificación de necesidades de materiales (MRP, materials requirement planning),
planificación de los recursos de manufactura (MRPII, manufacturing resources
planning), etcétera, se han hecho muy conocidos y poco a poco, se han convertido
en conceptos cotidianos para los fabricantes actuales.

Tanto el enfoque filosófico como el tecnológico, dieron lugar a innumerables


procedimientos y técnicas que se fueron incorporado al “arsenal” de la función de
manufactura. Sin embargo, los aspectos de coordinación de tales herramientas,
así como el establecimiento de un marco o estructura para la toma de decisiones
sobre cuándo y cómo emplearlas, no quedaba resuelto para los ejecutivos de
Producción (Skinner, 1996). Skinner en base al trabajo de Kim (1994), destaca
que, después de una década de actualización y modernización con tecnologías
avanzadas, los resultados competitivos de muchos fabricantes han estado
defraudando, lo que han denominado el “atascamiento competitivo”.

Estos autores subrayan que aunque las nuevas tecnologías se plantean como
soluciones rápidas y fáciles de adoptar por el entusiasmo que crean entre los
gerentes, no necesariamente conducen a una competencia distintiva, es decir, una
competencia que “gane” a clientes futuros. Según ellos, en el nuevo escenario de
intensa competitividad global, lo que las empresas necesitan no son más técnicas,
sino una nueva manera de estructurar todo el sistema, sobre la base de enfocarse
internamente y externamente en alcanzar la superioridad competitiva.

En la década de los ´90, aumentó el dinamismo en los sectores industriales,


destacándose como ya ha sido expuesto, una alta competitividad, una
globalización de las operaciones y el desarrollo de redes de fábricas. Esto ha
motivado que numerosos autores, entre ellos Ferdows (1989), De Meyer et al.
(1994), Chase et al. (2000) y Carrasco (2000) hayan destacado la importancia del
enfoque estratégico de la producción en el nuevo escenario de los sistemas
logísticos y las cadenas de suministros.

En el ámbito interno del sistema logístico empresarial, es fundamental la


formulación de adecuadas estrategias de producción, pues estas son las
encargadas de proyectar la actuación actual y futura de la cadena interna de
operaciones, en estrecha interacción con la cadena de aprovisionamiento y de
distribución; en tal sentido, estas estrategias que rigen el desempeño en
fabricación deberán ser coherentes con las de abastecimiento y distribución y
juntas, enfocarse en el objetivo final de proveer alto nivel de servicio a clientes.

Esta problemática se torna más compleja e importante en la medida que las


empresas expanden la coordinación y la cooperación hacia sus proveedores y
clientes, unificando sus objetivos competitivos, alcanzándose la denominada
“integración externa” (Extended Supply Chain). No obstante, la mayor
preocupación al respecto, surge cuando la empresa empieza a formar parte de un
canal o cadena de suministros que persigue optimizar el valor añadido global en
términos de las necesidades del cliente, alcanzando la integración su máxima
expresión, lo que se ha denominado “colaboración externa” (Supply Chain
Community).

Para Castán Farrero et al. (1999) en esta situación la auténtica competencia


ocurre entre cadenas de producción y no entre empresas. Chase et al. (2000)
señalan la gerencia de la cadena de suministros, así como las redes de
fabricación globales, como aspectos significativos de la estrategia de producción.

Ferdows (1989) describe diferentes estrategias de producción sobre la base de


una dimensión internacional de la función de Producción, distinguiendo varias
razones, tales como el acceso a mercados, a recursos tecnológicos y a factores
de producción, así como por la magnitud del valor añadido tecnológico que se
pretende ofrecer. De este trabajo surge una tipología estratégica de plantas
industriales: aquellas plantas para montaje ventajoso, las plantas abastecedoras,
las plantas contribuyentes, las plantas tecnológicamente avanzadas y las plantas
asociadas o líderes; todas, están conectadas de una u otra forma a redes
logísticas de fabricación.

Todo lo anterior, ha contribuido a afianzar aún más, la necesidad del nuevo


paradigma de la estrategia de producción, el cual, ha ido consolidándose y
enriqueciéndose progresivamente con los nuevos aportes teórico-prácticos.

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