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Desde el punto de vista de la defensa de los derechos de los ciudadanos, podríamos decir que los
antecedentes más lejanos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se encuentran en
el siglo XIX, con la promulgación de la Ley de Procuraduría de Pobres de 1847 que promovió don
Ponciano Arriaga en el estado de San Luis Potosí. Pero es hasta la segunda mitad del siglo XX, y como
consecuencia de una enfática demanda social en el ámbito nacional y de las transformaciones en la
esfera internacional, que comienzan a surgir diversos órganos públicos que tienen como finalidad
proteger los derechos de los gobernados frente al poder público.
Así, en 1975 se creó la Procuraduría Federal del Consumidor, teniendo como finalidad la defensa de los
derechos de los individuos, pero no necesariamente frente al poder público. Asimismo, el 3 de enero de
1979 se instituyó la Dirección para la Defensa de los Derechos Humanos en el estado de Nuevo León,
por instrucciones de su entonces Gobernador, doctor Pedro G. Zorrilla. Posteriormente, en 1983, el
ayuntamiento de la ciudad de Colima fundó la Procuraduría de Vecinos, que dio pauta al establecimiento
de dicha figura en la Ley Orgánica Municipal de Colima del 8 de diciembre de 1984, siendo optativa su
creación para los municipios de dicha entidad.
Finalmente, por medio de una reforma constitucional, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 13
de septiembre de 1999, dicho Organismo Nacional se constituyó como una Institución con plena
autonomía de gestión y presupuestaria, modificándose la denominación de Comisión Nacional de
Derechos Humanos por la de Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Esta reforma constituye un
gran avance en la función del Ombudsman en México, ya que le permite cumplir con su función de
proteger y defender los Derechos Humanos de todos los mexicanos. Su actual titular es el Mtro. Luis Raúl
González Pérez.
Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas sustentadas en la dignidad humana, cuya
realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral de la persona. Este conjunto de
prerrogativas se encuentra establecido dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución
Política, tratados internacionales y las leyes.
El respeto hacia los derechos humanos de cada persona es un deber de todos. Todas las autoridades en
el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos humanos consignados en favor del individuo.
De igual manera, la aplicación de los derechos humanos a la que se encuentran obligadas todas las
autoridades se rige por los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
Principio de Universalidad, señala que los derechos humanos corresponden a todas las personas por
igual.
Principio de Interdependencia: consiste en que cada uno de los derechos humanos se encuentran
ligados unos a otros, de tal manera que el reconocimiento de uno de ellos , así como su ejercicio, implica
necesariamente que se respeten y protejan múltiples derechos que se encuentran vinculados.
Lo anterior quiere decir que disfrute de los derechos humanos sólo es posible en conjunto y no de
manera aislada ya que todos se encuentran estrechamente unidos.
El Estado debe proveer las condiciones más óptimas de disfrute de los derechos y no disminuir ese nivel
logrado.
El poder público debe hacer todo lo necesario para que sean superadas la desigualdad, la pobreza y la
discriminación.
La promoción, respeto, protección y garantía de los Derechos Humanos tiene la función de:
•Buscar que todas las personas gocen de una esfera de autonomía donde les sea posible trazar un plan
de vida digna que pueda ser desarrollado, protegidas de los abusos de autoridades, servidores públicos y
de los mismos particulares.
•Representa límites a las actuaciones de todos los servidores públicos, sin importar su nivel jerárquico o
institución gubernamental, sea Federal, Estatal o Municipal, siempre con el fin de prevenir los abusos de
poder, negligencia o simple desconocimiento de la función.
•Crear condiciones suficientes que permitan a todas las personas tomar parte activa en el manejo de los
asuntos públicos y en la adopción de las decisiones comunitarias (vida democrática).
Es importante decir que dentro del conjunto de derechos humanos no existen niveles ni jerarquías pues
todos tienen igual relevancia, por lo que el Estado se encuentra obligado a tratarlos en forma global y de
manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso.
Bajo dicho contexto, si bien en el país se han gestado esfuerzos por mejorar el panorama laboral y
de seguridad social, persisten algunos retos que inciden en el disfrute de los derechos humanos
asociados a estos ámbitos del desarrollo de las personas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2015, en México existen 50.7
millones de personas ocupadas económicamente, de las cuales 33.4 millones (67%) son
trabajadoras y trabajadores subordinados y remunerados. De este total, el 56% no tiene
prestaciones y cerca de uno de cada cuatro trabajadores declara laborar más de 48 horas a la
semana. Lo anterior pone de manifiesto que existe una baja calidad de la mayor parte de los
empleos ocupados.
También es de resaltar que tan sólo el 55% de los trabajadores subordinados y remunerados cuenta
con un contrato escrito, lo que implica que cerca de la mitad no tienen certeza respecto de sus
condiciones de trabajo. Ello pone en relieve lo poco extendida que se encuentra en el país la
práctica de dar mayor formalidad y estabilidad a la relación laboral.
Asimismo, la CNDH ha identificado que los trabajadores en activo continúan resintiendo situaciones
negativas en su ámbito laboral tales como la discriminación, el mobbing y el acoso.
Por otro lado, con base en las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo
Social (CONEVAL), en 2014 el 58.5% de los mexicanos carecía de acceso a la seguridad social, lo
que significa que más de la mitad de la población se encontraba desprotegida en caso de
desempleo, enfermedad, vejez o falta de medios de subsistencia.
Principales Acciones
En 2012, la CNDH creó el Programa de Atención a Asuntos relacionados con los Derechos
Humanos en el Ámbito Laboral y Social, acto motivado por la reforma constitucional del 10 de junio
de 2011 que eliminó la restricción para los organismos de protección de los derechos humanos de
conocer casos en materia laboral. De esta manera, la CNDH atiende asuntos relacionados con
presuntas violaciones a estos derechos humanos en estos ámbitos. Su principal objetivo es
promover y difundir entre la sociedad mexicana tales derechos con la visión de consolidar una
cultura de respeto y protección hacia ellos.
En lo que respecta a esta labor, en 2015 se realizaron 25 reuniones de trabajo que incentivaron el
diálogo con autoridades y organizaciones de la sociedad civil con la finalidad de promover los
derechos sociales y laborales a través de talleres, congresos y seminarios, así como la construcción
de canales de comunicación con instituciones gubernamentales para solucionar con mayor eficacia
las problemáticas planteadas en las quejas con mayor eficiencia. Entre dichas autoridades se
encuentra la Secretaría de Gobernación, el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, la Junta
Federal de Conciliación y Arbitraje y el Sindicato Mexicano de Electricistas (Anexo III.12.1).
Los hechos violatorios hallados con mayor frecuencia consistieron en obstaculizar o negar las
prestaciones de seguridad social a que se tiene derecho y en faltar a la legalidad, honradez, lealtad,
imparcialidad y eficiencia en el desempeño de las funciones, empleos, cargos o comisiones. Las
principales autoridades relacionadas con dichas problemáticas fueron el Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado
(ISSSTE).
Con el propósito de evitar la reincidencia de las problemáticas identificadas, se implementan
acciones de mejora continua en el proceso de intercambio de información con autoridades, a efecto
de que tengan mejor conocimiento de las problemáticas que vulneran los derechos humanos de las
personas que acuden ante ellas y el abatimiento de los tiempos de análisis y respuesta a los
asuntos.
Lo anterior con el objetivo de ser un órgano que promueva el pleno respeto y protección a los
derechos humanos económicos, sociales, culturales y ambientales y que brinde atención a los
asuntos que conoce sobre presuntas violaciones a ellos, impulsando el bienestar de las personas
que se encuentran en el territorio nacional.