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Imperio Bizantino y Arte Bizantino
Imperio Bizantino y Arte Bizantino
El Imperio Romano se dividió en el año 395 tras la muerte del emperador Teodosio, que legó a
cada uno de sus dos hijos una de las partes: a Acadio, la parte oriental, con capital en
Constantinopla, y a Honorio, la parte occidental, con capital en Rávena.
Esta división no fue arbitraria. La economía, sociedad, lengua, que en la zona oriental era
predominantemente griega. La cultura e incluso los ritos litúrgicos se diferenciaban mucho en
las dos áreas del antiguo imperio.
Con la caída en el 476 del Imperio Romano de Occidente, este territorio occidental se dividió en
centros independientes de poder, los llamados reinos germánicos, y en consecuencia el
Imperio de Oriente se convirtió en el único sucesor legítimo del Imperio Romano y principal
potencia del Mediterráneo, tanto en el plano político como militar, económico y cultural.
Constantino creó sobre esta colonia una nueva ciudad a la que dio su nombre, convirtiéndola
en el centro político y militar de la zona oriental del Imperio. Cuando éste se dividió,
Constantinopla se convirtió en la capital del Imperio de Oriente, que por extensión de la palabra
Bizancio fue denominado Imperio Bizantino.
Los propios soberanos germánicos del Mediterráneo occidental mantenían la convicción de que
el emperador de Oriente era la autoridad suprema del poder legítimo y, por ello, los distintos
reyes germánicos mantenían su lealtad a Oriente y se manifestaban vasallos del emperador.
El Imperio Bizantino, por su parte, seguía siendo el centro del mundo conocido, pero a pesar de
haber superado la avalancha de las invasiones bárbaras sin sufrir grandes daños, puesto que
las desviaron hacia occidente, era un imperio bastante desintegrado por la herejía monofisita.
Dicha herejía aseguraba que Cristo sólo tenía naturaleza divina. Este conflicto teológico estaba
provocando grandes divisiones en el Imperio.
Esta desintegración del Imperio finalizó en el año 518 cuando Justino I accedió al trono imperial
y especialmente con su sucesor, Justiniano, que accede al trono en el 527, momento en el que
comienza la época de esplendor político y cultural del Imperio Bizantino.
En este momento los territorios del antiguo Imperio Romano estaban divididos en:
La Iglesia, por su parte, se encuentra en vías de separación de Roma. A mediados del siglo IX,
Focio, patriarca de Constantinopla, establece ya la independencia de su sede respecto a
Roma, aunque el cisma definitivo llegó en el 1054 cuando Miguel Cerulario, también patriarca
de Constantinopla, se negó a reconocer la autoridad de los legados del papa León IX y funda la
iglesia ortodoxa griega.
Esta fue la culminación de las diferencias religiosas, políticas y culturales que existían entre
Roma y el Imperio de Oriente, aunque ésta escisión no se refleje en el arte.
El arte bizantino constituye uno de los episodios más grandiosos del arte universal. Se
fundamenta en el arte griego y paleocristiano, con grandes influencias orientales (persa y
musulmana).
Para los templos, se usa con preferencia la planta centralizada o de cruz griega con grandes
cúpulas sobre pechinas. Aunque los materiales constructivos no son especialmente ricos, sí lo
es su decoración a base de mosaicos y pinturas murales, donde la representación de la figura
humana, solemne y hierática, genera una gran sensación de espiritualidad que heredará
posteriormente el arte románico.
Arte protobizantino: 527 - 726, año en el que aparece la querella iconoclasta. La época
dorada de este arte coincide con la época de Justiniano.
La querella iconoclasta se prolongó entre los años 726 - 843 y enfrentó a los
iconoclastas contra los iconódulos y fue tan violenta que produjo una crisis artística
acentuadísima, especialmente en el arte figurativo.
Primera Edad de Oro Bizantina: 913 - 1204, momento en que los cruzados destruyen
Constantinopla.
Segunda Edad de Oro Bizantina: 1261 - 1453, cuando los turcos toman Constantinopla.
El cesaropapismo va a durar durante todo este periodo y este arte va a ser fundamentalmente
áulico, al servicio del poder político, y cuando represente al emperador, hecho muy frecuente,
será un arte que aparentemente parece irreal, pero que es el reflejo de esa ostentación
majestuosa y solemne que rodeaba a los emperadores y les convertía en símbolos del poder
político y religioso.
Por tanto, es una arquitectura imperial, normalmente costosa, puesto que el emperador podía
financiar los gastos necesarios para su programa constructivo.
Fue Justiniano el que buscó a un historiador llamado Procopio para que relatara en un volumen
cuáles y cómo eran sus construcciones, llamado "de edificis".
Hasta la llegada de Justiniano al poder, las construcciones religiosas tanto en oriente como en
occidente se habían basado en la basílica romana paleocristiana. Sin embargo, la situación
cambia totalmente en el siglo VI.
Occidente continúa adepto a la basílica, pero la arquitectura justiniana rompe con esta
tradición. El emperador prefiere iglesias de planta central y abovedadas, inspirándose en
modelos del Bajo Imperio Romano que se habían desarrollado en torno a salones palaciegos,
pabellones de jardín y construcciones funerarias.
Con Justiniano, pues, la planta central cupulada con bóvedas de ladrillo se va a convertir en
norma para construir los edificios religiosos, independientemente de cuál fuera su función
litúrgica. Al parecer, la influencia de la liturgia fue determinante para esta elección. La liturgia
que se había desarrollado en las costas del Egeo (Acheiropoietos) requería la nave central
como lugar exclusivo para el coro. Un edificio de planta central en cambio no requiere este tipo
de separación. La zona central está ocupada con el coro y el deambulatorio por los fieles. De
este modo se facilita enormemente el desarrollo de esta liturgia oriental que se manifiesta
distinta a la que se realizaba en Roma y en parte del occidente europeo.
Es de planta centralizada, formada por un núcleo central que es un octógono cubierto con una
cúpula que se apoya en ocho pilares y que está inscrito en un cuadrado irregular que forma el
deambulatorio envolvente. La conexión entre el núcleo y el deambulatorio se hace a través de
exedras alternadas con tramos rectos configurados por columnas que sustentan el piso
superior o tribuna situado sobre el deambulatorio, aunque el gran apoyo son los ocho pilares.
Nos encontramos con un presbiterio orientado al este, bastante profundo y que consta de un
tramo recto que comunica con el deambulatorio y que está cubierto con bóveda de cañón y una
exedra. Todo el deambulatorio se cubre con bóveda de cañón.
Al oeste hay un nártex bastante pequeño pero al ser una capilla palatina seguramente no se
necesitara. Encima del piso de tribuna hay un tambor horadado que sostiene una cúpula
formada por 16 plementos alternos curvos y rectos (los tramos curvos coinciden con el
arranque de los pilares y los tramos rectos con la clave de los arcos que sustentan estos).
Al exterior manifiesta una estética horizontal; se trata de un edificio muy macizo y achaparrado,
con predominio visual de la cúpula.
Santa Sofía es una iglesia palatina construida junto al palacio imperial y como el emperador
quería realizar una construcción eminentemente grandiosa con el fin de manifestar así su
poder, mandó llamar a dos ingenieros especializados en construcciones militares porque se
consideraba que así podría ejecutarse una obra con más innovaciones técnicas que si la
dirigiese un arquitecto. Estos ingenieros fueron Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles.
Trabajaron en este edificio más de diez mil obreros y sabemos, especialmente por Procopio,
que prácticamente todas las provincias del Imperio enviaron sus materiales más preciados para
la decoración de esta iglesia. El elemento más grandioso es su gran cúpula, pero se hundió en
torno al 550 y tuvo que ser reconstruida entre los años 558 y 562 por Isidoro el Joven, sobrino
de Isidoro de Mileto.
Materiales ricos y exóticos que buscan el destello de las piedras y de las teselas de los
mosaicos con el fin de diluir la estructura arquitectónica y de crear un ambiente
trascendente que fuese manifestación de Dios y de su lugarteniente en la tierra,
Justiniano.
Perfección técnica de la obra, irrepetible en la arquitectura del mundo Mediterráneo.
El exterior es similar a la de los otros edificios de estilo bizantino: achaparrado, muy
voluminoso, donde destaca la cúpula pero no de manera estilizada, sino muy baja y con un
tambor poco desarrollado. Los minaretes son producto de la invasión turca.
El interior es, sin embargo, soberbio. Se accede desde un atrio y tiene dos exonártex. La planta
es cuadrangular (70 x 77 metros aproximadamente), en la que hay dos ejes perfectamente
diferenciados: este-oeste y norte-sur. En el eje este-oeste es donde nos encontramos con el
planteamiento característico de una planta centralizada, pues está presidido sobre una enorme
cúpula que está levantada sobre pechinas y se soporta sobre cuatro grandes pilares. Esta
cúpula mide 32 metros de diámetro y está formada por 40 plementos curvos en cada uno de los
cuales hay una ventana que ilumina directamente la nave y que en determinados momentos del
año y del día provoca el efecto "cúpula colgante".
Pese a la centralización, los ingenieros fueron capaces de desarrollar una serie de elementos
que hacen que impere el eje este-oeste hacia el ábside. Para ello, lanzan de pilar a pilar unos
muros que cubren totalmente las naves laterales y que forman arcos sujetos por pilares.
Además, debido al gran tamaño de la cúpula, tuvieron que transmitir los empujes a unas
semicúpulas que a su vez los transmiten a unos cuartos de cúpulas que hay en los extremos y
que tienen forma de nicho.
Todo ello termina en un presbiterio formado por un tramo cubierto por bóveda de cañón y una
exedra semicircular cubierta por una bóveda de horno que al exterior se muestra poligonal. Al
otro extremo hay un tramo cubierto por una bóveda de cañón que da al nártex. Las naves
laterales están cubiertas por bóvedas de arista que alternan con tramos cubiertos por bóveda
de cañón, que coinciden con los contrafuertes. En el piso de tribuna la cubrición se hizo a base
de pequeñas cupulitas. Hay una gran diferencia de altura entre las naves laterales y la central.
La iglesia primitiva era prácticamente igual a la actual, por lo que se supone que lo que hizo
Isidoro el Joven cuando la cúpula primitiva se hundió fue agrandar los pilares para que no
volviera a ocurrir.
Probablemente en el siglo VII u VIII se tuvieron que añadir unos enormes contrafuertes. La
decoración del interior se debe a reformas turcas, la decoración vegetal destaca de manera
especial.
Su tipología es basílica con cúpula, es decir, es una estructura que pretende imitar a Santa
Sofía pero que se queda exclusivamente en un ensayo secundario de basílica presidida por
una cúpula central, mientras que en Santa Sofía se consigue una conjunción perfecta entre
planta centralizada y basilical.
Presenta como gran novedad, respecto a la primitiva justiniana, tribunas en las naves laterales,
pero todo parece indicar que la estructura del piso de abajo no varía sustancialmente.
Tiene un pequeño nártex y la nave central presenta tres tramos, el central con la gran cúpula y
tramos extremos con bóveda de cañón que contrarresta el peso de la cúpula. Las naves
laterales se cubren con bóveda de cañón. En el prebisterio, la exedra presenta un perfil
semicircular, mientras que el exterior presenta un perfil poligonal, igual que el tipo Egeo.
La iglesia de San Vital de Rávena se convertirá en la iglesia oficial del exarcado bizantino y es,
por tanto, la Iglesia Imperial del territorio del Imperio Romano Occidental. Se termina entre los
años 546 - 548. Está hecha de ladrillo. Es una iglesia palatina, por lo que tiene planta
centralizada; también es centralizada porque es una iglesia martirium. Es semejante, por tanto,
a la de los Santos Sergio y Baco.
Está formada por dos octógonos, uno inscrito dentro de otro. El octógono central con pilares se
extiende hasta el deambulatorio mediante siete nichos formados por columnas. Tiene un gran
presbiterio en el octógono interior, formado por dos partes: tramo recto que ocupa la anchura
del deambulatorio y remate en exedra. Está encuadrado en dos pequeñas capillas y dos más
grandes formadas por un tramo circular y tramo rectangular.
La iglesia presenta un atrio y un nártex, que está unido al deambulatorio a través de un ángulo
del octógono y crea unos torreones y unos espacios triangulares con el fin de unir el nártex con
el deambulatorio. Hacen que el acceso sea especialmente original. La decoración se hace en
mármoles, en mosaicos se desarrolla el ábside (tramo recto y exedra) exclusivamente.
En sus inicios, la cubierta del deambulatorio era de madera pero en la Edad Media se cubrió
con bóveda. La cúpula está sobre un gran tambor con ventanas, sobre la parte central de la
planta sobreelevada. En torno a ella, está el deambulatorio que presenta dos pisos, uno bajo y
la tribuna.
Cristo, al igual que su padre, premia al hombre piadoso, representado aquí en la coronación de
San Vital.
Sólo los mosaicos de los intersticios y de la bóveda de horno son del S.VI. La bóveda está
presidida por un enorme clipio, que inserta una cruz gamada sobre un fondo azul con estrellas,
la bóveda celestial. Arriba está la mano de Dios y a ambos lados hay dos figuras (Elías y
Moisés). Es el tema de la transfiguración, el momento en el que Cristo se va al monte con tres
de sus apóstoles: Pedro, Juan y Santiago, y se les manifiesta a partir de luces y resplandores
como el propio Dios junto a dos personajes: el profeta Elías y Moisés.
Cristo está repetido en la cruz. Debajo hay tres ovejas que son los apóstoles, la que está sola
es Pedro ya que tiene más importancia. Abajo está San Apolinar en un paisaje totalmente
conceptual y rodeado de 12 ovejas, quizá el conjunto de los bienaventurados o quizá los
apóstoles. San Apolinar está en actitud orante. La cruz, aparte de gemas, presenta el rostro de
Cristo, lo que supone la primera vez que aparece una referencia figurativa de Cristo.
San Apolino Nuovo. Mosaicos
Los pliegues muy rígidos y hieráticos que ocultan la figura. Tienen caras sin rasgos verídicos,
modelo ideal del rostro que expresa espiritualidad: ojos muy abiertos y muy grandes. San
Martino es el único que se diferencia un poco más.
Las santas son incluso más estereotipadas y menos volumétricas. En ambos cortejos el paisaje
es totalmente estereotipado y hay telón cromático.
Tras la querella iconoclasta se dan tres periodos según la dinastía gobernante en Bizancio:
Desde el punto de vista de las artes figurativas, hay que decir que llenan en su totalidad los
muros de las iglesias y constituyen una manifestación teológica que pretende ser el compendio
de la fe cristiana. Buscan, por tanto, representaciones trascendentes y rechazan todo aquello
que suponga materia. Se trata de que todos los aspectos estilísticos y estéticos de estas artes
aproximen al hombre a lo divino. En consecuencia, buscan la anulación espacial mediante:
Generalmente todos los programas iconográficos, del mismo modo que los recursos estilísticos,
se repiten constantemente en todas las iglesias. Esto se debe a la elaboración posiblemente en
la segunda mitad del siglo IX de un tratado llamado "Hermeneia" en donde se dicta cómo se
deben realizar las escenas y que escenas deben colocarse en cada lugar del templo. De este
modo, surgió un proyecto decorativo que va a ser común para todas las iglesias.
La Hermeneia no se conserva, pero la conocemos muy bien porque en el siglo XIX se encontró
un manuscrito que recogía la Hermeneia en un monasterio del monte Athos, en Grecia. En
función de la Hermeneia las escenas y las figuras disponen de la misma manera:
El nivel inferior (en los muros): deben aparecer exclusivamente patriarcas del Antiguo
Testamento, profetas, apóstoles, mártires y obispos.
En el nivel medio (trompas, pechinas, tímpanos...): deben aparecer historias de la vida
de Cristo que recojan sus momentos más trascendentales.
En el nivel superior (cúpulas y bóvedas de horno en los ábsides): debe aparecer Cristo
en majestad, la Vírgen y los ángeles.
La iglesia de la Vírgen
Es una iglesia de planta con una cruz inscrita en un cuadrado (prescindiendo de la cabecera y
del nártex). En el tramo central aparece una cúpula pequeña y esbelta soportada por pechinas
y por cuatro soportes, en este caso y generalmente columnas, aunque también pueden ser
pilares, que producen un gran efecto de ligereza. La cúpula además es contrarrestada por las
bóvedas de cañón que cubren los brazos de la cruz. Los tramos de esquina se suelen cubrir
con bóvedas de aristas, como sucede aquí, o con pequeñas cupulillas que junto a la cúpula
principal configuran un modelo de iglesia de cinco cúpulas característica del templo bizantino.
Al éste hay una triple cabecera formada por tres ábsides, el central más amplio. Su estructura
es igual y comprende un tramo recto cubierto con bóveda de cañón y un tramo absidial cubierto
con bóveda de horno. El perfil de estos ábsides al exterior es poligonal. A los pies aparece un
nártex doble, de seis tramos, cubiertos con bóveda de cañón y articulados en torno a dos
soportes centrales, aquí columnas.
En muchas de estas iglesias puede aparecer una tribuna sobre los tramos laterales. Al oeste
hay un nártex cubierto con bóveda de aristas.
Mosaicos: en la bóveda de horno aparece la Vírgen Teotocos y en la cúpula que cubre el tramo
recto aparece el Pentecostés. En las trompas, aparece el Nacimiento, la Anunciación, la
Adoración de los pastores y de los Reyes Magos.
Esta conjunción de temas es debido al calendario litúrgico bizantino. Además, está ambientada
en una gruta. También aparece la Anástasis, el descenso de Cristo a los infiernos, en el
tímpano del nártex, una crucifixión con la deesis y Cristo muerto y un sol, que simboliza la
naturaleza divina, y una luna, que simboliza la naturaleza humana.
Monasterio de Dafne
Iglesia de cruz inscrita en un octógono de pleno siglo XI. La cúpula es grande y achaparrada.
Los mosaicos están peor conservados. En la cúpula central, aparece el Pantocrátor, es un
fragmento del Cristo apocalíptico.
El artista está claramente influido por el arte del bajo imperio: Cristo aparece colérico, tal y
como era representado Júpiter, y hay un cierto modelado. La mandorla tiene numerosos
colores a modo de arco iris. En el nártex aparece la Anástasis. En una trompa aparece el
bautismo de Cristo y en el tímpano aparece la escena de María presentada del templo.
Arte bizantino.
su historia política.
bizantina.
*Arquitectura bizantina*
este período.
cosmos divino.
cristianos.
Adriático,junto a Venecia.
central.
*Escultura bizantina*
trabajo.
Los modelos más repetidos son las figuras de Cristo con barba
maternidad de la Virgen).
Trinidad.
las estilizaciones.
Socorro.
siglo siguiente.
cortesano bizantino.
sin embargo solo unos pocos tenían el poder militar y civil a la vez,
emprendidas tuvo una política fiscal cada vez mas agresiva y opresora.
cuando podía.
(en el Imperio) más allá del gobierno de Justiniano, así que parece
inestabilidad, puesto que las arcas del estado ya estaban vacías luego
ARTE BIZANTINO
•A partir del siglo VI.
-Continuador del arte paleocristiano oriental.
-Influyó poderosamente en la cultura occidental.
•Primera Edad de Oro:
-Emperador Justiniano.
-Luchas iconoclastas hasta el siglo IX.
•Segunda Edad de Oro:
-Es la etapa creadora y definidora.
-Termina con la toma de Constantinopla por los cruzados (1204).
-Hay dos dinastías:
a) Macedonios.
b) Commenos.
•Tercera Edad de Oro:
-Acaba en 1453 con la toma de Constantinopla por los turcos.
-Persiste en Rusia y sureste de Europa.
Arquitectura
•Muros de piedra y ladrillo cubiertos:
-Interiormente: mosaicos.
-Exteriormente: placas con relieves.
•Tipos de capiteles:
a) De hojas muy movidas semejando avisperos > Técnica del trépano.
b) Cúbicos de caras planas decorados con relieves.
•Arco de medio punto.
-Alternan piedra y ladrillo en las dovelas.
•Aportación más importante: la cubierta abovedada.
-Sobre todo la cúpula sobre pechinas: triángulos esféricos que facilitan el paso de la
planta cuadrada a la circular.
-Se construye mediante hiladas concéntricas reforzadas con mortero.
•Templos:
-Sobre todo de planta centralizada.
-Se mantiene el atrio.
-El narthex paleocristiano se hace doble.
-El presbiterio (espacio que circunda el altar mayor) se separa mediante el iconostasis
(biombo).
-El altar se dispone bajo ciborio o baldaquino (dosel sobre pies derechos que cubren una
tumba o un altar).
-Al fondo está el coro o bema (espacio elevado entre el ábside y la nave).
-A los lados están las dos cámaras o sacristías (prothesis y disconicon).
Artes figurativas
Primera Edad de Oro:
•Hay dos tendencias:
-Helenística: preocupada por ambientes
espacios
volúmenes
-Siria: concepción plana
idealismo trascendente de las figuras y escenas
•En la iglesia de San Vital de Rávena:
a) Representación de Cristo efebo (adolescente).
-En el ábside.
-Le entrega la corona del triunfo a San Vital.
b) Representaciones de Justiniano y Teodora:
-En la parte inferior del arco triunfal.
-Con sus séquitos.
-Hieratismo.
-Anulación del espacio.
-Frontalidad.
•Mosaico:
-Recubren muros y bóvedas con gran colorido.
-Figuras con carácter rígido.
-Disposición simétrica.
>Mosaicos de los séquitos de Justiniano y Teodora.
>La última etapa de los mosaicos es en la iglesia de San Marcos de Venecia.
Pintura
•Murales en las iglesias:
-Teológicos.
-El Pantócrator está en las zonas más elevadas.
-El coro de los ángeles está más abajo.
>Primera Edad de Oro:
•Icono:
-Cuadro religioso sobre tabla.
-Rostros: rigidez y frontalidad.
-Suele ceñirse a Cristo
la Virgen
un santo
-Oculta buena parte de una lámina de plata u oro, dejando al descubierto sólo la cara o
las manos.
•Pinturas de los libros.
-Siglos XI y XII.
-Psalterios: libros de salmos.
-Ilustraciones muy logradas.
-Son de gran riqueza los libros de carácter cortesano.
-Los más sencillos son los de uso popular o monástico.
Artes menores
•Elaborada y minuciosa técnica.
•Artes suntuarias.
a) Rituales imperiales o litúrgicos.
b) Rituales privados.
•Alto desarrollo:
-Labor textil de influencia sasánida.
-Orfebrería y esmalte combinados con metales preciosos.
-Adornan objetos religiosos: relicarios, cálices...
>Pala de Oro (Venecia).
SAN VITAL DE RÁVENA
LOCALIZACIÓN
A partir de mediados del siglo XIX y hasta la primera década del XX, se
realizan obras para recuperar el edificio en su forma original eliminándose las
estructuras internas añadidas y devolviendo el suelo a su nivel, solucionando el
problema de las filtraciones mediante un sistema de drenaje.
ANÁLISIS FORMAL
La planta se inscribe en un octógono, con un espacio central abovedado
y delimitado por ocho pilares sobre los que voltean arcos de medio punto,
rodeado por un deambulatorio por encima del cual discurre una tribuna. Siete
nichos se abren entre los pilares del baldaquino central, que se proyectan en el
anillo del deambulatorio, mientras que el octavo lado está ocupado por el
presbiterio cuadrado y el ábside saliente y más bajo que atraviesa la zona del
deambulatorio y de la tribuna. Flanquean este ábside poligonal dos torrecillas
rectangulares seguidas de sendas capillas circulares, provistas cada una de ellas
de un absidiolo rectangular. En el lado occidental hay un nártex rectangular,
absidiado en ambos extremos, dispuesto en posición oblicua, tangente en uno
de los vértices del octógono que permite la colocación, a los lados del espacio
interior resultante, de dos torretas, en una de las cuales se encuentra ubicado
el campanile y en la otra la escalera que da acceso al gineceo. Asimismo, esta
posición del nártex, permite la colocación de un doble acceso al interior tras los
dos tramos triangulares que restan entre éste y el polígono, de ellos el de la
izquierda da al tramo opuesto al presbiterio, y el otro al tramo contiguo.
Antecede al nártex un atrio porticado en tres de sus lados que es uno de los
accesos al edificio. Las otras dos entradas con las que cuenta están situadas a
los lados de las capillas mencionadas anteriormente.
APROXIMACIÓN AL SIGNIFICADO
Los mosaicos de San Vital contienen un programa iconográfico muy
completo. En la bóveda del ábside se halla representado Cristo imberbe, con el
cabello corto y un nimbo en forma de cruz, entronizado sobre la bola del
mundo y vestido con la túnica de púrpura.
En el intradós del arco que se abre al presbiterio hay una serie de quince
medallones que representan a los bustos de Cristo, en lo alto, con barba y
cabello largo, a los doce apóstoles y a los santos Gervasio y Protasio.
Dentro del ábside, en las paredes de ambos lados, se hallan dos paneles
en los que se representa al emperador Justiniano y a su esposa Teodora.
En el presbiterio central sobre el muro del arco del ábside, las ciudades
de Belén y Jerusalén, símbolo la una de los hebreos (l’ecclesia ex circuncisione)
y la otra de los gentiles (l’ecclesia ex gentibus) unidas en un solo pueblo por
Cristo. Entre ellas, sustentado por dos ángeles, el símbolo solar con el Alfa en el
centro como Cristo creador del que emanan rayos del mundo cósmico y del
universo histórico. Evidente triunfo contra los ostrogodos y todos los pueblos
bárbaros, que abandonan el imperio, arrianos como son, superados por la fe
antiarriana de Justiniano.