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EA para La Biodiversidad
EA para La Biodiversidad
Introducción
Por otra parte, estudios recientes estiman que en el país 313 taxones animales y 185 de
plantas se encuentran en diversos grados de amenaza de extinción. Situación que es
agravada por el hecho que actualmente se calcula una tasa de deforestación de 0,9%, lo que
representa una pérdida de 480.000 hectáreas de bosque cada año.
Para que esta acción sea verdaderamente efectiva uno de los aspectos que debe ser
considerado como prioritario, es el referido a la educación para la conservación de la
biodiversidad. En tal sentido, la Estrategia Global para la Biodiversidad señala que “la
conservación sólo puede tener éxito si las personas comprenden la distribución y el valor de
la biodiversidad, advierten de qué modo ella cumple un papel en sus propias vidas y
aspiraciones, y saben cómo manejar las biorregiones para satisfacer las necesidades
humanas sin causar daño” (WRI, UICN, PNUMA. 1992) Por tal razón los países necesitan
promover prioritariamente la planificación y ejecución de programas dirigidos a la
capacitación, formación, sensibilización y/o concientización dirigidos a aumentar en la
población el reconocimiento y el interés en los valores y la importancia de la conservación y
uso sostenible de la biodiversidad.
Una consideración final, por razones de tradición institucional, se han mantenido separadas
dos grandes áreas dentro del campo de la educación y comunicación referida a la
conservación de la biodiversidad: Una dirigida hacia la ejecución de programas para la
conservación de áreas naturales protegidas, y cuyo énfasis se realiza principalmente en y
sobre las características del área protegida en sí. Los proyectos realizados dentro de esta
área principalmente son realizados por, o bajo la supervisión, del Instituto Nacional de
Parques (INPARQUES), ente gestor del subsistema de Parques Nacionales y Monumentos
Naturales. La otra área agrupa a los programas que se enfocan hacia el conocimiento,
valoración o conservación de especies o biomas particulares independientemente de donde
se realice la intervención educativa. A pesar de que esta separación progresivamente va
perdiendo importancia, la práctica institucional hace más fácil describirlos de manera
separada, por lo que en este trabajo describiremos de manera independiente ambas áreas,
para intentar realizar al final una síntesis de los resultados y conclusiones obtenidas.
Uno de los esfuerzos más importantes que se han venido realizando en el campo de la
gestión de las áreas protegidas en Venezuela, es la promoción de la educación ambiental
como instrumento que permita viabilizar la consecución de los objetivos de las áreas
mediante la sensibilización y participación de la sociedad. Este proceso ha permitido lograr el
reconocimiento de la importancia de la herramienta educativa entre los gestores de las áreas
protegidas, así como la ampliación de los enfoques tradicionales educativos en estas áreas.
Por otra parte, la experiencia recopilada ha permitido iniciar el establecimiento de principios y
lineamientos que orienten el desarrollo de programas de educación ambiental en estas
áreas. Estos principios pueden resumirse de la siguiente manera:
Las acciones que se realicen deberán responder a políticas generales, y a unas
estrategias particulares condicionadas por las realidades institucionales, legales,
ambientales, sociales y políticas de las áreas.
El fin axiológico de las acciones educativas es la conservación del área y sus recursos
fundamentado en la ampliación de la base de apoyo social de esta.
Las acciones educativas deberán considerar las vivencias y experiencias de los sujetos, y
por ende, trascienden en un aprendizaje más significativo y pertinente a las realidades de
cada área (Enfoque constructivista) Así mismo se deberá prestar atención a las
tradiciones y cultura de la población y procurar el rescate de las prácticas tradicionales de
uso sostenible de los recursos.
Dentro del manejo de las áreas naturales protegidas se han establecido cuatro tipos de
estrategias que coadyuvan al logro de sus objetivos. Estas son:
Por otra parte, aún cuando los programas de educación y comunicación en los Parques
Nacionales están aún en proceso de consolidación institucional, organizativa y operativa,
comienzan a producirse los primeros beneficios de estos programas. Algunos de estos frutos
son los siguientes: Se ha fortalecido la figura del educador ambiental como parte integrante
del equipo de gestión de las áreas protegidas, se ha logrado la captación de personal de
buen nivel académico y experiencia en el campo de la educación ambiental, se han
establecido programas de actualización para este personal, se comienzan a definir pautas y
orientaciones acordes a las condiciones del país, y se han logrado importantes alianzas que
permiten la ampliación y fortalecimiento de los programas educativos.
Sobre este último punto, vale la pena mencionar algunos ejemplos relacionados con el
desarrollo de alianzas en materia de programas de educación ambiental dirigidas hacia la
conservación de áreas protegidas.
El principal de los avances que se ha podido lograr, aún cuando su valoración es más un
sentir que una evaluación adecuada de este hecho, es que los últimos años se ha producido
un aumento de la sensibilidad de la población con respecto a los temas ambientales, y dentro
de este marco un incipiente conocimiento y valoración de los recursos de la biodiversidad.
Otros éxitos que se han logrado son los siguientes:
En los últimos años se hace cada vez más fuerte la tendencia a realizar programas
cooperativos interinstitucionales y alianzas estratégicas.
Por otra parte, el análisis, producto del proceso llevado a cabo ha permitido detectar las
siguientes dificultades:
Actividades y programas sin continuidad, que apuntan más hacia la acción momentánea
sin visión de largo plazo.
Tomando en consideración por una parte, las experiencias realizadas, los logros obtenidos y
las lecciones aprendidas y por otra, las premisas contenidas en la Constitución Nacional en
relación con la Educación Ambiental, es posible plantear las siguientes líneas de acción:
Dar cumplimiento a los artículos 110 y 111 de la Ley de Diversidad Biológica que
compromete al Estado a incorporar en los programas de estudio materias relacionadas
con la conservación de la diversidad biológica. Este proceso debe promover además el
uso de las áreas naturales protegidas como elementos fundamentales del proceso
educativo.
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