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-Reglamento de la LOA.
Es propicio mencionar el Reglamento del Puerto Libre del Estado Nueva Esparta
y el Reglamento del Puerto Libre de Santa Elena de Uairén.
Artículo 84.- “el impuesto aduanero… podrá ser de tipo “ad valorem”, específico o
mixto y estará comprendido dentro de los siguientes límites:
- Entre un céntimo por ciento (0,01%) y el quinientos por ciento (500%) del valor
de aduanas de las mercancías.
- Entre una millonésima (0,000001) de Unidades Tributarias y diez (10) Unidades
Tributarias por unidades del sistema métrico decimal.”
Este margen tan amplio, en mi criterio, rompe con el espíritu, propósito y razón del
principio de legalidad, ya que el monto preciso de los impuestos no lo fija una Ley,
sino un Decreto o Reglamento del Ejecutivo, dictado en Consejo de Ministros,
denominado Arancel de Aduanas, el cual, a su vez, puede modificarse también en
Consejo de Ministros por el Ejecutivo y, aún, mediante Decreto o simple
Resolución, todo esto pese a que el principio de legalidad está consagrado en
nuestra Constitución (Art. 317), en el Código Orgánico Tributario (Art. 3) y en la
Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional (Art. 45). Además, la Ley faculta al
Ejecutivo para introducir modificaciones muy variadas que excluyen la vía de ley
formal.
3.- Principio de Igualdad o Uniformidad.- El tributo debe gravar a todos por igual
proporción; todos deben soportar la carga en idéntica o proporcional cuantía. El
peso, atendiendo a la capacidad contributiva, debe ser igual para todos los que
pagan.
En materia aduanera debe decirse que la igualdad o uniformidad llega a la máxima
expresión, pues más que a la capacidad contributiva, se atiende a la mercancía
únicamente. Así, encontramos generalmente que toda persona que importa una
mercancía debe pagar, sin importar su capacidad contributiva. Decimos esto dado
que el hecho de que una persona importe una mercancía no puede ser señal de la
capacidad contributiva; de hecho, en la mayoría de los casos nos encontramos
que los importadores realizan esta operación a base de préstamos bancarios o
personales.
También el principio, en materia de aduanas, conlleva a tratar de lograr
uniformidad en las decisiones de los actos de reconocimiento y a la repetición de
las soluciones tomadas ante casos dudosos, pero esto implica apartarse del fin
fiscalista o rentístico que hasta ahora parecer ser la guía de nuestra actividad.
Así, pudiésemos poner una serie de ejemplos donde los principios básicos de la
tributación pareciesen no comportarse adecuadamente en nuestra área; por ello,
proponemos algunos principios propios de nuestra área, para interpretarla
correctamente o más a adaptada a su realidad:
- Principio de la no Solidaridad
La solidaridad establece que aquellas personas que tienen mayores ingresos o
rentas o mayor capacidad contributiva, deban contribuir en mayor grado con el
erario público. Esto se basa en tratar de lograr un grado equitativo de desarrollo
entre todos los sectores de la sociedad, calidad de vida e igualdad de
oportunidades en todo el territorio nacional. Pues bien, esta solidaridad en el
Derecho Aduanero no se da. Toda persona que realice una operación aduanera
gravada con algún tributo, debe pagarlo independientemente de la capacidad
contributiva que tenga.
Pues bien, tal solidaridad en aduanas no se da, ni puede darse, dado que sería
imposible para el Estado atender a elementos subjetivos en vez de objetivos para
gravar la actividad. De ser así, el servicio aduanero sería lento e ineficaz, dado
que tendría que buscar pruebas, elementos de juicio que le permitan establecer
parámetros de la ausencia de capacidad contributiva en el contribuyente. Además,
este elemento objetivo es una de las herramientas del Estado para orientar sus
políticas de desarrollo interno o internacional.
Esto es cónsono con el fin de las aduanas; así lograrían atender mejor a los
usuarios del sistema y operar bajo procedimientos más ágiles y expeditos.
- Principio de la Facilitación
El Derecho Aduanero tiene que ser facilitador de las operaciones de comercio
internacional, de allí que establezca principios y mecanismos que se encarguen de
resolver problemas y no de crearlos.
- Principio de la Protección
El Derecho Aduanero existe para y por los particulares integrantes de un país. Se
crea con el fin de establecer el control de las mercancías que entran o salen del
Territorio Aduanero Nacional en función de la protección de la colectividad del
Estado: la salud de sus habitantes, la moral de los mismos, la seguridad de la
Nación, la economía interna, etc.
- Principio de la Interrelación
Todas las mercancías que entran o salen del Territorio Aduanero Nacional deben
ser objeto de una operación o trámite aduanero. Lo mismo pasa en el resto del
mundo.
Cuando en nuestro Territorio Aduanero entra una mercancía de importación, en el
lugar de origen ha debido ser objeto de otra operación aduanera, por ejemplo, de
exportación. Al igual, cuando una mercancía sale de nuestro Territorio Aduanero,
llega al lugar de destino conformando una operación o trámite aduanero, como
podría ser la importación. Debemos tener cuidado, dado que no toda importación
se da con motivo de una exportación: quizás la mercancía llega a nuestro
Territorio en virtud de un Tránsito o de un accidente de navegación. Lo que sí
debemos de estar claros es que esa mercancía, objeto de intercambio
internacional, fue generalmente objeto de una operación aduanera en su país de
origen o procedencia, salvo en los casos de contrabando.
Los anteriores pudiesen ser algunos principios propios de nuestra área, que
ayudarían a su desarrollo y formación, dejando a un lado la visión exclusivista, por
demás desfasada, de la recaudación.