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1943 - 2013
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA

Nº 10, JUNIO DE 2013

Editado por la Escuela de Salud Pública


Facultad de Medicina, Universidad de
Chile

Av. Independencia 939, Santiago


Fonos: (56-2) 9786146 -9786860
Fax: (56-2) 7371030

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Edición y Diseño: Braulio Manríquez

Impresión: ANDROS

2 Bioética y sociología
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

El día 19 de marzo del 2013, la Sociedad Chilena de Bioética otorgó la distinción de


Maestro en Bioética al Profesor Dr. Miguel Kottow. Este reconocimiento -realizado por
primera vez- materializa la valoración de una obra intelectual en el campo, desarrollada
por más de 25 años. La presente edición de los Nuevos Folios está dedicada a ese
acontecimiento y a los documentos producidos en ese acto.

Bioética y sociología 3
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

4 Bioética y sociología
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

Índice

Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

Discurso pronunciado a raíz de la distinción como Maestro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

A bioética atual e suas vicissitudes: o importante lugar do albañil Miguel


Kottow . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

La Bioética como problemática abierta y proyecto permanente. . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

Lenguaraces en Babel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

Una bioética latinoamericana comprometida con


fundamentos universales: Miguel Kottow . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

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NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

Presentación
Yuri Carvajal B, editor

Maestro de la bioética creo que significa a algunos otros. Más bien como la polis
reconocimiento a una obra de autor, un ob- arendtiana, como prudencia y elegancia de
jeto con legítima denominación de origen. una vida colectiva, en que debemos tratar-
O en términos más técnicos, un trabajo de nos amablemente. Pero que, a diferencia de
objetivación que preserva las señas de su la polis soñada por la Arendt, no vive del
productor principal. Maestros de la medicina campo, de las olivas y las cabras, sino en
son aquellos cuyos diagnósticos tienen las medio de un desarrollo tecno-científico y
señas particulares de su autoría. unas desprotecciones inéditas.

Afortunados albañiles que no deben marcar Ojalá que el lector pueda identificar tam-
con spray las piedras, para que sepamos que bién la marca de autor de quienes aquí lo
allí estuvieron, y cómo sufrieron y disfruta- acompañan. Le sugerimos un café, un sitio
ron la producción de las mismas. Afortunado predilecto de lectura, para que sea parte
Miguel cuya obra habla de un vagamundo de la conversación múltiple y errante que
geográfico e intelectivo, cuyas ideas entrela- sostuvimos tras “Los albañiles de Babel” y
zan en un tejido bien apretado la tradición el reconocimiento de Maestro. Pero además,
europea de la acción comunicativa, el prag- para que sea parte de estas palabras que Luis
matismo anglosajón, el postestructuralismo David, Paco, Reinaldo y Rodrigo han genero-
francés y los esfuerzos de un pensar latino- samente producido para Ud. y su café.
americano.

Tengo a Miguel por un pensador de la polis


y de la medicina, un hombre que ha labrado
la bio-ética cosiendo los cuadernillos de la
medicina clínica, de la filosofía, la salud
pública, la literatura, el cine y la política.
No en vano ha errado por el mundo. Tras
sus armes y desarmes de bibliotecas, ha es-
tado la política como constricción material
y problema a encarar con juicio y análisis,
pero también con lucidez de viabilidades,
coyunturas y presentes. De la política, no
como administración en el interior de unas
oficinas públicas entre Santiago y Valparaí-
so, ni como la expresión griega κυβερνάω
(cybernes) de pilotaje de un navío, es decir
de una cabeza que manda y pone rumbos

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Discurso pronunciado a raíz de la distinción


como Maestro

La solemnidad del momento no autoriza Somos todos amateurs en el sentido de aman-


tartamudeos ni anzuelos lanzados en busca tes, nunca expertos. Llegamos a comprender
de palabras apropiadas, por muy simple, que hacer bioética invita a la imaginación que
directo, sincero y profundo que sea el agra- a veces anticipa pero también desborda y yerra.
decimiento por el inesperado honor que me
otorgan. Evito la infaltable protesta de des- Puedo reconocer, a lo más, la designación de
merecimiento, no obstante estar convencido maestro ignorante, aquel que no enseña, solo
que otros pudiesen justificadamente estar en sabe compartir aprendizaje. Poco de maestro
mi lugar. Pero las proclamaciones de una de- tendría quien cree haber llegado a puerto. Al
signación inmeritoria habrían de entenderse contrario, entro en deuda y redoblo mis inquie-
como una crítica a vuestro juicio, a la cual tudes: “Es que Dios sabe muy bien que el día
no creo tener derecho ni facultad. en que comiereis de él se os abrirán los ojos
y seréis como dioses, conocedores del bien y
Todo lo contrario, la decisión tomada me del mal” (Génesis 3,5). El conocimiento es in-
origina no solo agradecimiento, también alcanzable, vana la presunción de alguna vez
y ante todo, una profunda admiración por llegar a distinguir el bien del mal, de ser jueces
la ecuanimidad de esta designación. Es de ecuánimes de lo recto.
sobra conocido que mis posturas en bioética,
asentadas en racionalidad y secularidad, La ética hace de la desazón con lo actual el
han sido opositoras del status quo cuando aguijón de sus cavilaciones. La bioética, en
vulneran lo que creo éticamente correcto, tanto ética aplicada, ha de deliberar con miras
protestando ante cualquier dogmatismo propositivas, eludiendo la mera ratificación
indispuesto a la deliberación, a la rectifica- satisfecha de lo que hay. La bioética no es un
ción, a la tolerancia. Cuánto más sencillo museo, es arquitectura. Construye, no expone.
hubiese sido para ustedes descansar su de- Hace mundo, no le dictamina.
cisión en alguien menos incómodo, menos
extra-vagante hasta el punto del ocasional Y en el hacer hay diversidad de diseños.
extravío. Han puesto sus ojos en una persona
dedicada y tal vez ocasionalmente protagó- Albañiles de Babel
nica en la bioética nacional y regional, pero
siempre desde una perspectiva minoritaria, 1. Todo el mundo era de un mismo lenguaje
iconoclasta y deconstructiva en el sentido e idénticas palabras.
de Walter Benjamin: demoler, luego utilizar
2. “Entonces se dijeron el uno al otro: «Ea,
los escombros para reconstruir. Reitero y
vamos a fabricar ladrillos y cocerlos a
enfatizo mis agradecimientos y mi respeto
fuego.» Así, el ladrillo les servía de piedra
por reconocer y destacar la disidencia, la
y el betún de argamasa.
inconformidad, el cuestionamiento.

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3. «vamos a edificarnos una ciudad y una


que ni la una reniega del mundo, ni la otra
torre con la cúspide en los cielos, y hagá-
se clausura a lo trascendente. La modernidad
monos famosos».
es una cultura de polarizaciones, de dicoto-
4. y dijo Yahveh: «He aquí que todos son mías que generan brechas insolutas y tienden
un solo pueblo con un mismo lenguaje y a situarse en una orilla, no en la brecha, a
este es el lo más intentando construir una cabeza de
puente, siempre con madera nativa incapaz
5. comienzo de su obra. Ahora nada de de encontrarse con el otro lado, de cruzar
cuanto se propongan les será imposible. hacia el interlocutor foráneo, exótico, in-
comprensible. Entre ambos pilares culturales
6. Ea, pues bajemos, y una vez allí confunda- se produce una tensión que va en aumento,
mos su lenguaje, de modo que no entienda por cuanto la religiosidad está gozando de
cada cual el de su prójimo ». renacimiento, mientras que la modernidad
secular enfrenta la dificultad de establecer
7. y dejaron de edificar la ciudad.
lineamientos éticos y normas sociales vincu-
8. Por eso se la llamó Babel; porque allí
lantes que respeten la pluralidad de visiones
embrolló Yahveh el lenguaje de todo el
y valores que ella misma, como un aprendiz
mundo.
de brujo, ha desencadenado y nutrido para
finalmente perder el control sobre tanta
diversidad.
Génesis 11, 1-9
De ser posible sintetizar sin reducir, podría
El imaginativo empleo de elementos nove- plantearse la ética actual en términos del en-
dosos: ladrillo en vez de piedra, betún en frentamiento entre religiosidad, impensable
vez de cal, la ira divina por un proyecto des- sin fundarse en verdades absolutas, y secula-
medido pero que amenazaba ser exitoso. El ridad dependiente de una racionalidad que,
castigo fue la polisemia y la multiplicidad de siendo analítica, se engolosina y finalmente
lenguas. ¿Por qué no fue la pérdida del len- intoxica e inmoviliza con tanta pluralidad.
guaje? Porque entonces no habría bioética.
Si esta perspectiva es aceptada como plau-
Una de las preocupaciones más acuciantes sible, explicaría la coagulación del debate
a enfrentar es cómo construir un diálogo bioético entre quienes se apoyan en princi-
fructífero, un puente de comunicación eman- pios generales –sean religiosos, racionales
cipadora, entre dos versiones de mundo que o pragmáticos-, frente a los defensores del
han de deliberar sin poder ni deber confluir pluralismo y la pretensión de validez de la
en consensos porque ello significaría sacri- diversidad.
ficar lo insacrificable, ceder en lo imposible
de claudicar, instituir una paz ficticia a costa Esta situación es insostenible, la inmovilidad
de invalidar creencias fundamentales. de la bioética llevándola a la trivialidad y
a ser marginada del mundo de la vida –
Hablo de la confrontación entre la religiosi- Lebenswelt-. Aparecen la juridicidad y el
dad perenne del ser humano, con la secula- bioderecho, reguladores sociales que asu-
ridad de tiempos modernos, bien entendido men las incertidumbres de la bioética, pero

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también sus incoherencias que, convertidas ¿Qué es lo que se arroja para que elabore
en normas vinculantes, crean abismos entre su proyecto existencial? ¿Premunido de qué
partidarios y opositores. herramientas?

Carece de legitimidad, por otra parte, desa- Las desavenencias entre progreso y valo-
rrollar políticas públicas, establecer biopo- res éticos y sociales, las dos culturas de
líticas o proclamar normativas vinculantes Charles Percy Snow, las llamadas de Hans
que afectan también a individuos que se Jonas a la responsabilidad, la erosionada
sienten violentados en sus convicciones. Los distinción entre naturaleza y artificio, abren
desacuerdos obturados por regulaciones de la interrogante acaso hacemos mundo o el
carácter obligatorio justifican las objeciones mundo nos hace. La weberiana distinción de
de conciencia, fomentan los desacatos, la Zweckrationalität -racionalidad de metas- y
clandestinidad y la intranquilidad social que Wertrationalität -racionalidad de valores-,
alimenta acerbas polémicas. es reeditada por Habermas como razón
instrumental y razón comunicativa. En tanto
Yendo más allá de destruir los edificios que Weber lamentó el desencanto racional del
hemos erigido al modo del psicoanálisis mundo, Habermas acusa a la tecnociencia
freudiano o postfreudiano, o al socioanálisis de colonizar nuestras aspiraciones de eman-
propuesto en la sociología contemporánea, cipación. Se intuye, se palpa mas aún no se
propongo explorar un antropoanálisis ba- ve, una convergencia de pensamientos y
sado en elementos esenciales que todo ser posturas en busca de territorio común.
humano comparte. En contraposición a la
ontología clásica que creía en esencias y en- Quisiera ensayar con ustedes algunos pen-
telequias, sugiero una fenomenología basal, samientos, permisibles en momentos en que
la búsqueda de lo que se puede percibir al no estamos empeñados en la bioética como
momento de desnudar al ser humano de sus disciplina sino más bien como atmósfera,
vestiduras psicológicas y sociológicas, para recordando a L. Lévy-Bruhl (1949), quien
observarlo más acá de razón y fe, donde aún sostenía que los seres humanos tenemos
no han brotado la ambición de conocimiento aspectos “místicos, creativos y multidimen-
y la incorregibilidad de creencias. sionales, que trascienden la lógica linear del
pensamiento racional”, cuya expresión más
El ser humano es el animal racional, el ani- poderosa podrá ser el arte, pero la más fide-
mal político, el que ríe, llora, habla, tiene digna sigue siendo el logos. La razón no es
consciencia de finitud. Estas definiciones via regia a la verdad, pero es el instrumento
escamotean la intencionalidad presente en indispensable para deliberar y comunicar.
que se piensa sobre algo, se ríe de, se llora
por, se habla acerca de. ¿A qué se refieren La Torre de Babel es nuestro afán de justicia,
estas cópulas y preposiciones que carac- de ecuanimidad, de libertad y atención al
terizan el actuar humano desde el cual se bien común, sin las cuales no lograremos
sitúa en el mundo de la vida? Si el ser hu- enfilar hacia el bienestar, la felicidad o la
mano fuese un Dasein, un arquitecto de su bienaventuranza. Es la necesidad de protec-
existencia, arrojado en el mundo para que ción a nuestra vulnerabilidad, de remoción o
construya su vida, ¿desde dónde es arrojado? paliación de nuestras vulneraciones. Albañi-

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les diligentes, premunidos de los argumentos El ‘sentido de la vida’ no puede ser impues-
y juicios que la bioética elabora desde hace to desde afuera como requerimiento reli-
40 años, recurramos a la imaginación para gioso o social, ni como mandato médico.
crear una nueva torre. El proyecto de trascendencia es, junto a la
relacionalidad, el otro valor antropológico
Con fantasía y osadía rayanas en la impru- común, que la bioética ha de cautelar en
dencia, quisiera identificar este estrato basal los debates elaborados.
que subyace a todo ser humano reconocido
como tal: lo relacional y lo trascendente. 11. La existencia humana depende de la ges-
tación de relaciones con el otro y de la
Ladrillos y argamasa solicitan ser renovados, elaboración de un proyecto de vida que
definiendo a la ética como el juicio sobre trascienda el presente, ambicionando per-
actos humanos en tanto respetan y propician sistir de algún modo, más allá de la muerte
lo relacional y el anhelo de trascendencia. (Ibid.).

La característica crucial de la vida humana, Trascendemos por cuanto vivimos inmersos


señala Charles Taylor, es su carácter dialógi- en un mundo; nuestra identidad depende de
co. En línea con la ética dialógica de Martin estar con otros. No nos basta, anhelamos
Buber, el pensamiento de Emmanuel Lévinas, escamotearle a la muerte su triunfo final,
de Paul Ricoeur. queremos trascender más allá de nuestra
finitud biológica, creyendo, procreando,
9. La relación es una unión propositiva, en creando, documentando.
que los individuos deciden intencional-
mente establecer un compromiso de con- 12. El anhelo de trascendencia es otro modo
vivencia y cooperación. La relación es el de reconocer y respetar el valor antro-
cultivo de intereses comunes, entendiendo pológico fundamental de la ec-sistencia
interés en su acepción prístina (inter ese humana que es impelida fuera de sí, mas
= entre seres). también tiene la voluntad de marcar una
impronta duradera. Sabiéndose mortal,
10. La condición necesaria para sobrevivir el ser humano invariablemente busca un
es la exteriorización y conectividad tanto modo póstumo de persistir.
subjetiva como corpórea del individuo, así
como lo es la intencionalidad proléptica, 13. Relacionalidad y trascendencia, perma-
la direccionalidad hacia el futuro de todo nentemente cultivadas y siempre en riesgo
su quehacer, a fin de darle un sentido a la de fracasar, marcan la vulnerabilidad in-
existencia (Kottow 2012). trínseca de la existencia humana.

14. La ética reside en salvaguardar aquellas


En una visión sobria, el sentido de la vida es relaciones que son vitalmente cruciales y
la respuesta pensante y direccional que da- de mantener viva la proyección de nues-
mos a los acontecimientos que nos ocurren, tra existencia siempre orientada hacia el
en sí carentes de sentido. Frente a lo que futuro.
acontece, el animal reacciona, el ser huma-
no responde y le da sentido a su respuesta.

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15. La bioética no ha reparado en que los


menosprecio o simplemente olvido.
valores fundamentales de las personas an-
clan en el reconocimiento y el resguardo
El drama de Antígona, prisionera entre el
de relaciones, y en la preocupación de ver
mandato trascendente de dar sepultura a
amenazados los proyectos trascendentes
su hermano, y el dictamen del rey Creonte
que permiten otorgar sentido a la vida
que se lo prohíbe. El trágico conflicto entre
(Ibid.).
lealtad y obediencia, entre convicción y
norma nos recuerdan que lo nuestro no es
Dicho en otras palabras, “La bioética rela- la filosofía, la bioética es una ética aplicada.
cional pretende ser una ética del ser humano
en cuanto antropológicamente relacional y ¿Cuáles son derechos básicos? Aquellos que
trascendente” (Ibid). permiten el ejercicio de trascendencia y
relacionalidad
Este rediseño no es tan original. La ética es la
reflexión sobre actos humanos realizados en ¿Cuáles son los deberes intransables? Aque-
libertad y responsabilidad. ¿Qué es la libertad llos que remueven obstáculos y fomentan el
sino la elección entre diversas formas de salir ejercicio de trascendencia y relacionalidad.
de sí, ex-istir, de trascender a lo otro, al otro?
Y la responsabilidad, ¿acaso no es la fórmula La bioética es una ética aplicada a prácticas
de lo relacional, de responder de sí ante otro? sociales relacionadas con la medicina, la
salud pública, la investigación biomédica, la
Reconocer al otro, saber reconocida la propia ecología. En su afán de influir sobre la praxis
trascendencia. ¿Por qué la interposición de ha de recordar cómo el Fausto de Goethe,
la voz pasiva “reconocida?” Pues, porque empeñado en traducir el Evangelio de San
una de las peores manchas de la existencia Juan, busca reemplazar el texto original que
humana es la inhumanidad, que suele im- señala la palabra como lo más primigenio;
putarse al hechor aunque debiera referirse a luego de remplazarla por el sentido, termina
la víctima. El agente, por terrorífico que sea, por preferir la acción como el comienzo de
es humano, demasiado humano; desde su lo que es.
humanidad desconoce al prójimo y lo con-
vierte en un ser inhumano, al cual se puede Brevemente, entonces, algunos alcances
maltratar impunemente. Es el homo sacer concretos de estas disquisiciones.
descrito por G. Agamben, la obsolescencia
del ser humano lamentada por G. Anders, El primero: defínase pobreza como la falta de
el daño causado por desconocimiento del recursos para cubrir necesidades vitales, pero
otro según desarrolla A. Honneth, la falta agréguese el elemento de falta de empodera-
moral de reconocer la legitimidad del otro en miento que lamentan A. Sen y M. Nussbaum;
cuanto otro destacada por H. Maturana. Es el habrá que entender, entonces, la pobreza
ser a quien se ha despojado de sus relaciones como falta de recursos y de opciones. Imposi-
con el otro y malogrado su trascendencia. Y bilitado de hacer un proyecto de vida, el po-
que tire, también entre nosotros, la primera bre ve cercenado su anhelo de trascendencia,
piedra quien no haya desconocido al otro en queda sumido en una situación inhumana.
un arrebato de ira, en un acto de ignorancia, Un ejemplo de lesa humanidad.

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El segundo: los juicios de mala práctica Pertrechados en ramas distantes entre sí, no
dirimen, ciertamente, acaso un resultado in- logramos entendernos. Hay que volver al
deseado es producto de impericia o de azar tronco común donde, antes de inscribirnos en
biológico. Entrañan, también es indudable, doctrinas, en creencias y razones, sabemos
una disputa sobre derechos insatisfechos, que tenemos la tarea conjunta de reconocer
deberes transgredidos y, si así quiere verse, y respetar lo que todo ser humano necesita:
contratos incumplidos. Pero la lesión fun- relacionarse con los demás, trascender de sí
damental atañe la relación entre paciente y hacia el mundo y más allá de su vida.
médico, el malogro de la relación fiduciaria,
al decir de Pellegrino, de la relación sodalicia Es éste el terreno compartido que debe res-
en lenguaje de Laín Entralgo, del compromiso petar la deliberación bioética, es el puente
de atender al llamado de socorro, la aegritu- que ha de inspirar las diversidades culturales,
de de Rotschuh. Una ruptura de la relación sobre el cual hemos de transitar al encuentro
central en la bioética clínica. del pluralismo y la tolerancia, con creencias,
religiosidad y razón comunicativa.
El tercero: la medicina actual, se ha comenta-
do en exceso, mantiene vida biológica donde Termino con la temeridad de sugerir un
se ha perdido la conectividad del cuerpo puente más universal en un nuevo intento de
inconsciente, y crea los conflictos de la in- construir la Torre de Babel, proponiendo que
tervención en el proceso de muerte. Tal vez es tarea fundamental de la bioética deliberar
debamos darle cabida a la pregunta acaso acerca de los valores de relacionalidad y tras-
esta vida biológica mantiene la capacidad cendencia comprometidos en intervenciones
humana de recuperar su relación con el otro sobre procesos vitales y naturales.
y la posibilidad de trascender al mañana.
Bibliografía
Las siempre respetadas pero disputadas e
incumplidas proclamas sobre la dignidad Kottow, Miguel. Bioética relacional. Saar-
y los derechos del ser humano nos han en- brücken, Editorial Académica Española/LAP
trampado en disputas e indeterminaciones LAMBERT Academic Publishing, 2012.
por cuanto han sido incapaces de situarnos
en un terreno común. Lévy-Bruhl, L. Les Carnets de Lucien Lévy-
Bruhl. París, Presses Universtaires de France,
Hemos de horadar nuestros pre-juicios, aten- 1949.
diendo al tronco antropológico común a to-
dos: antes de cultivar creencias, convicciones
o razones, previo al bordado de filigranas
retóricas que tanto solazan a quienes practi-
camos la bioética como disciplina, es preciso
situarse en el terreno compartido donde todo
ser humano es con el otro y para sí mismo.
Poner afán y dedicación para construir una
bioética humana para seres humanos.

12 Bioética y sociología
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A bioética atual e suas vicissitudes: o importante


lugar do albañil Miguel Kottow
Luis David Castiel

Pesquisador da Escola Nacional de Saúde Pública, Fundação Oswaldo Cruz,


Rio de Janeiro, Brasil.

E-mail: luis.castiel@ensp.fiocruz.br parte dos bioeticistas, em geral, em suas


sedutoras ofertas de financiamentos de
Conheci Miguel Kottow em um evento na serviços e presentes sob uma variedade de
Escola Nacional de Saúde Pública no Rio maneiras diferentes.
de Janeiro há bem mais de uma década,
quando tinha a intenção de participar Mas, isto não ocorreu. Muitos eticistas
ativamente no terreno da bioética. Por sor- não viram isto como problema. Eles argu-
tilégios da vida, não permaneci vinculado mentaram que não seriam como médicos
ao campo, apesar das dimensões éticas que tomando dinheiro da indústria, uma vez que
envolvem meu campo de estudos: a crítica bioeticistas não prescrevem medicamentos.
social às atividades da medicina e dos efei- Nem mesmo seria o caso de reguladores
tos das pesquisas epidemiológicas na saúde ganhando dinheiro, pois não controlam
pública e nos modos de levar nossas vidas. a aprovação de drogas. Seria como se os
bioeticistas recebessem fundos para exer-
Creio que reciprocamente se criou na oca- cer caridade. Se a indústria farmacêutica
sião uma simpatia e afinidade - que deve oferece um pouco do muito dinheiro que
transcender ao fato de ambos termos ascen- possui, porque não aceitá-lo para fazer o
dência judaica... Mas, perdemos o contato bem diante de tantas injustiças?
e somente nos reencontramos em 2012, em
função do convite formulado por Yuri Car- Difícil não se ter uma leitura irônica diante
vajal para realizar seminários em Santiago, do que se apresenta como uma argumen-
quando Miguel se recuperava briosamente tação que apresenta uma indisfarçável dose
da Síndrome de Guillain –Barré que o havia de cinismo. Pode-se até argumentar que
atingido e da qual saiu com vigor. receber dinheiro da indústria farmacêutica
não significa obrigatoriamente endossar
Para prestar esta merecida homenagem, suas criticáveis práticas mercadológicas,
ocorreu-me partir da leitura que fiz de Carl mas fica pairando uma nuvem negra de
Elliott (2010), um bioeticista estaduniden- dúvidas morais quanto às boas intenções
se, em seu corajoso livro no qual critica de quem aceita esses recursos.
‘o lado obscuro da medicina’ e reserva o
capítulo final aos eticistas. Aí, sinaliza que Para Elliott, bioeticistas sempre tiveram uma
seria de imaginar que as companhias far- relação ambígua com o poder. O campo
macêuticas, mesmo tendo uma reputação surgiu nos anos 1960 e a bioética lutou
muito ruim em suas práticas mercadológi- para defender direitos dos que não têm po-
cas, seriam sumariamente recusadas por der no âmbito das questões que envolvem

Bioética y sociología 13
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médicos e pacientes, sujeitos de pesquisa e pode também interferir na presente dominân-


pesquisadores, aqueles que não tem acesso cia discursiva e institucional da bioética que
a serviços de saúde e os burocratas públicos estreitou o debate público das relações entre
e seguradoras de saúde. vida e política, uma vez que a discussão é
sobretudo conduzida em termos éticos e tendo
Mas, progressivamente, a bioética começou valores como argumento. Ele propõe que uma
a mudar. À medida que recebeu legiti- analítica da biopolítica nos oferece um modo
mação, começou a se tornar mais incor- de perceber a complexidade uma rede relacio-
porada nas estruturas da própria medicina. nal. Já o discurso bioético obscurece a gênese
Um sinal representativo deste deslocamento histórica e o contexto social das inovações
seria a emergência nos anos 1980 da ’ética biotecnológicas e biomédicas para apresentar
clínica’, na qual os bioeticistas ofereciam opções para processos de tomada de decisão.
um serviço prático e direto no sentido de
melhorar a o cuidado dos pacientes. Assim, este discurso falha em considerar as
bases epistemológicas e tecnológicas dos pro-
Este comentário tem a função de destacar cessos da vida e sua integração em estratégias
o espírito ambíguo da época na qual a de poder e processos de subjetivação. A ênfase
ética médica se torna flexível em demasia em bioética é em escolhas abstratas, e não há
para lidar com as relações delicadas que exame quanto a quem possui (e em que grau)
mantém com a indústria farmacêutica, os recursos materiais e intelectuais realmente
como se os médicos acreditassem piamen- para usar opções tecnológicas ou médicas
te que a prática de cuidado dos pacientes específicas. Também, a bioética muitas vezes,
não é afetada pelos presentes variados e negligencia as restrições sociais e expectativas
viagens pagas que recebem destas em- institucionais que os indivíduos podem experi-
presas. mentar quando querem aproveitar opções que,
em princípio, lhes estão disponíveis.
Saindo da referida situação compromete-
dora em termos morais, é possível intuir o A bioética enfoca a questão: ‘o que há para
desgaste da perspectiva da bioética anglo- ser feito?’ Reduz o problema a alternativas que
saxã na indicação de Miguel Kottow: “Des- podem ser tratadas e decididas. Dá respostas
de el interior de la bioética anglosajona y a demandas específicas. Uma analítica da
dicho por uno de sus pioneros y más egre- biopolítica, por outro lado, busca gerar proble-
gios representantes, nace el lamento de lo mas, está interessada em questões que ainda
tediosa y poco fructífera que se ha vuelto não foram perguntadas. Aumenta a consciên-
la disciplina, así como la sugerencia de cia de todas aquelas correlações históricas e
abrirse a otras culturas y nuevas visiones sistemáticas que regularmente ficam fora do
para revitalizar el discurso bioético (Jon- enquadramento bioético e seus debates pró
sen, 2000)” (Kottow, 2007: p. 11). e contra. Uma analítica da biopolítica abre
novos horizontes para questionar e oportu-
É esta bioética que é criticada por Thomas Le- nidades para pensar e transgredir fronteiras
mke (2011), estudioso da biopolítica foucaul- disciplinares e políticas. É uma tarefa proble-
tiana e seus desdobramentos ao sustentar que matizadora e criativa que liga um diagnósti-
o ethos crítico de uma analítica da biopolítica co do contemporâneo com uma orientação

14 Bioética y sociología
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

para o futuro, enquanto ao mesmo tempo, poderoso frente al débil. (...) (T)oda ética, la de
desestabiliza modos de prática e pensamento protección no menos que otras, se inspira en
aparentemente naturais ou auto-evidentes – la indignación por el incumplimiento del res-
convidando-nos a viver diferentemente. Como peto entre las personas, y por la ausencia de
resultado, uma analítica da biopolítica tem ordenamientos sociales justos empeñados en
uma dimensão especulativa e experimental: cubrir, cuando menos, las necesidades básicas
não afirma o que é, mas antecipa o que pode de todo individuo (Kottow, 2007, pp. 12-13).
ser diferente.
Inevitavelmente, ainda temos razões que nos
Neste momento, um bioeticista como Miguel obrigam a nos indignar diante do estado de
Kottow se constitui como uma referência es- coisas no âmbito do sofrimento que ainda
sencial não apenas por sua reconhecida auto- afeta a muitos grupos de pessoas na atualida-
ridade moral – mesmo que isto não se consti- de - por mais que pesquisas epidemiológicas
tua necessariamente em um pré-requisito para indiquem que estados relativos ao mau humor
a atuação bioética - mas por postular, entre podem fazer mal à saúde daqueles que tei-
seus muitos trabalhos relevantes, a necessida- mam em se indignar...
de de uma ética na qual “es preciso situarse en
el terreno compartido donde todo ser humano Bibliografia:
es con el otro y para sí mismo; poner afán y
dedicación en construir una bioética humana Elliott, C (2010). White coat,Black Hat.
para seres humanos” ( Kottow, 2013). Neste Adventures on the dark side of Medicine.
sentido se destacam suas proposições de uma Beacon Press: Boston.
ética da proteção. Decerto, também, proteção
diante da bioética moralmente ambígua des- Kottow, Ética de protección (2007). Una
crita anteriormente. propuesta de protección bioética. Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia.
Nas suas palavras: “(...) La ética de la pro-
tección, aplicada a la bioética como la más Kottow, M.(2013) Discurso Albañiles de
desarrollada de las éticas aplicadas , intenta Babel, Nuevos Folios de Bioética, N°. 10.
ingresar en esta deliberación desde un punto
de vista propio, em vez de bregar por la jus- Lemke, T. (2011) Biopolitics. An Advanced
ticia, como es deber primario de toda ética, Introduction. New York, NY University
se propone reconocer la existencia de des- Press.
igualdades entre los seres humanos y la falta
de intención política efectiva por nivelarlas,
enfatizando que urge desarrollar una ética a
despecho de la desigualdad para hacer más
llevaderas la injusticias prevalentes. La pro-
tección reconoce la asimetría de poder entre
protector y protegido, de tal modo que se es-
tablece una relación de compromiso moral del

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La Bioética como problemática abierta y proyecto


permanente.
Dr. Reinaldo Bustos D., Psiquiatra
Ph.D en Salud Pública-Bioética, U. C. Lovaina

Homenaje a Miguel Kottow, Maestro de la bioética chilena

La Bioética es una problemática abierta y siempre postergada-- quisiera contribuir con


un proyecto permanente a la vez, donde algunos aportes –a la manera de un pensa-
abunda la “polisemia”. Esta es la traducción miento hablado-que me parecen pertinentes
de la severa reprimenda con la que Dios para situarnos como constructores amateurs
castigó la soberbia de los hombres que de una bioética plural desde la base.
pretendían alcanzar el Cielo. Miguel Kottow
lo expresa metafóricamente en la figura de La necesidad de “deslindar” la
Babel, en que un puñado de maestros ha noción de bioética
construido un edificio conceptual “desde
las atalayas” buscando encontrar el cielo de Deslindar es un término ocupado regu-
la verdad que en bioética se demuestra ser larmente para designar la separación de
extraordinariamente escurridizo, al menos predios o cultivos, pero también significa
en los grandes problemas que enfrentan “aclarar, detallar los límites de un asunto
concepciones de mundo. Asume, por lo para no dar lugar a confusiones” y en ésta
tanto, una posición opuesta, y aboga para segunda acepción la uso aquí para definir
que los cultores periféricos o centrales, o intentar definir los contornos de la no-
institucionales o amateurs, albañiles de la ción de bioética, noción de arquitectura
bioética se esfuercen en “construir un diá- variable, a menudo simbiotizada concep-
logo fructífero, un puente de comunicación tualmente, usada de diversas formas en las
emancipadora, entre dos versiones de mun- instituciones de estudios bioéticos (laicos,
do que han de deliberar sin poder, ni deber confesionales), en los comités de diversa ín-
confluir en consensos…”(Kottow, 2013), es dole, etc., hasta convertirse en un concepto
decir, construir una nueva torre, otro suelo confuso que en estos últimos 20 años se ha
de la verdad que pueda albergar una forma revelado como una verdadera piedra en el
común de humanidad que aúne lo mas ani- zapato de los bioéticos, lo que nos puede
mal (bios) y lo más humano (trascendente) explicar los malos entendidos, los intereses,
de los hombres, un renovado logos armado las relaciones de fuerza que se cruzan, la
de prudencia y sabiduría, nuevos materiales polisemia que se instaura entre los maes-
que hagan posible “satisfacer nuestro afán tros de la bioética que han terminado por
de justicia, de ecuanimidad, de libertad y esterilizar todo proyecto constructivo. Así,
atención al bien común, sin los cuales no si revisamos someramente una discusión
lograremos enfilar hacia el bienestar de de “naturaleza bioética” veremos que ésta
todos y de cada uno” (Kottow, 2013). Y en adquiere rápidamente un tinte distinto, mar-
esta utopía,--esa inacabable esperanza casi cadamente jurídico, en el caso por ejemplo,

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de la discusión sobre el aborto terapéutico y jurisprudenciales de distinto signo. Para el


en nuestro país. Sin entrar en el fondo del caso del aborto terapéutico tenemos en Chi-
problema, en efecto, si se considera las le una cerrada defensa del artículo 119 del
cartas enviadas al editor de los principales Código Sanitario con un discurso defensivo
diarios nacionales comprobaremos que la basado en el hecho de que la Constitución
mayoría son enviadas por abogados o ju- Política del Estado excluye la figura del
ristas haciendo una defensa de una u otra aborto, aceptándose solamente la doctrina
posición basada en recursos normativos, católica del doble efecto, conceptos que
principios constitucionales o interpretacio- se extienden incluso a las consideraciones
nes de las normas a la luz de una definición del Tribunal Constitucional al resolver dos
ideológica que mira más la coherencia con fallos contradictorios de la Corte Suprema
un determinado marco de pensamiento que en relación al tema de la “píldora del día
torna la discusión en pura tautología, que a después”, con lo que podemos concluir que
abrir un auténtico espacio de deliberación, el tema bioético propiamente tal es subsu-
haciendo que la innovación científica o la mido por una discusión jurídica.
propuesta de solución a ese problema social
y ético que constituye el núcleo problemáti- Como consecuencia de lo anterior, la bioé-
co, es decir el objeto de la discusión, no sea tica como espacio deliberativo queda cu-
problematizado en profundidad y reconoci- bierta por un manto discursivo diferente.
do como tal, sino que más bien, subsumido En la versión confesional de la bioética
como si se tratara de un conflicto jurídico o nos podemos encontrar con argumentos
científico o religioso. de este tipo en relación a la discusión del
“bien morir”: “la libertad del hombre sin
Lo anterior se ve refrendado claramente en duda proviene de la su propia naturaleza y
escritos académicos a propósito de inicia- no es creación de la sociedad…allí donde
tivas legislativas: si en EEUU—muy apreta- el hombre dispone de vida, muy pronto
damente—la tendencia jurisprudencial es a surge la tentación de que la familia asi-
aceptar los criterios de autodeterminación mismo disponga en su representación…y
que subraya el principio de autonomía cuando no hay familia o ésta no se interesa
(Caso Schloendorff v. Society of N.Y. hasta en el caso, el Estado rápidamente asume
los más conocidos; Caso Bouvia v. Superior el mando de las decisiones, arrogándose
Court, Caso N. Cruzan, etc); otros subra- el más absoluto derecho de determinar lo
yan el derecho personal al aborto de las que el individuo hubiese querido o el tipo
mujeres norteamericanas bajo el concepto de vida que hubiese estado dispuesto a to-
de derecho a la privacidad (Casos Roe v. lerar”, cancelando la discusión bioética de
Wade, Caso Casey), criterio que se extien- la posibilidad de elegir (rápidamente) bajo
de para el caso de madres que conciben el argumento de desvirtuar el rol tutelar de
niños anencefálicos (Caso T.A.C.P., Baby la Constitución que vela por la protección
K, y otros similares) (Cf. Para todos ellos de la vida…que autoriza “acusar” como una
Landmarklegals cases in bioethics, National desviación del concepto del bien morir la
Reference Center forBioethicsLiterature, pretensión de considerar a la eutanasia y el
http:/bioethics.georgetown.edu); en nuestro suicidio asistido como derechos constitu-
país predominan otros conceptos jurídicos cionales (Vivanco, A. “Bien Morir: análisis

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crítico de jurisprudencia constitucional y relación a los aportes de la nueva genética


penal, Ars Médica N 2; PUC). Con esto no que impulsa un “auto-mejoramiento” de la
quiero descalificar una argumentación de humanidad, es decir un nuevo eugenismo,
esta naturaleza…por lo demás consistente ya no defendido por estados o ideologías
y bien armada, si no que sólo señalar que totalitarias, sino que por quienes abogan
este tipo de discusión es jurídica y no pro- por la libertad individual que creen que
piamente bioética. el hombre tiene derecho a extender sus
potencialidades físicas y psíquicas más
Lo anteriormente dicho podemos decir de allá de sus capacidades naturales. Cierta-
otro tipo de argumentos a propósito de po- mente, ambas son reflexiones filosóficas y
sibilidades que puede aportar el desarrollo teóricas conectadas con preguntas propias
tecno-científico y genético: tal lo vemos de la bioética, pero desconectadas del ob-
en algunos autores-también maestros de jeto preciso como genuina preocupación
la bioética- que hacen la pregunta acer- bioética, es decir lo que podríamos tolerar,
ca de si la humanidad no está en vías de permitir, o derechamente proscribir como
desaparición para dar lugar a una nueva decisión colectiva, como respuesta de la
especie biológica; es el presagio de la post- sociedad frente a un problema especifico
humanidad. Para F. Fukuyama por ejemplo, que atañe a la tecno-ciencia en relación a la
el problema es antes que nada histórico modificación radical del genoma humano,
y político. Este autor pensaba que con la paso bastante anterior a las “consecuencias”
caída del muro de Berlín, los valores demo- para el destino del hombre que preocupan
cráticos unificarían a todos los hombres y a a ambos autores.
todos los países: sería el fin de la historia.
Pero, el desarrollo actual de la genética, la A través de los ejemplos anteriores de tipo
farmacología y la informática, lo han con- de argumentaciones posibles en el ámbito
vencido de lo contrario. La historia humana de la bioética estamos en condiciones de
se prolongaría de una forma radicalmente decir y enfatizar que debemos ponernos
diferente. Estos desarrollos tecnológicos y de acuerdo en “qué es la bioética”, pero
científicos la pondrían en peligro; en tanto, deslindándola de otros discursos “que no
capaces de modificar el cuerpo y la mente son bioética”, los que lógicamente pueden
de los hombres de una manera irreversi- ser muy importantes, pero que para mí son
ble, se abriría paso a la aparición de una simplemente insumos para la discusión:
nueva especie biológica en la medida que como dice Sergio Zorrilla en un documento
ello destruiría la igualdad natural sobre la no publicado, “Bioética: la necesidad de un
cual se fundan los principios democráticos breve balance crítico”, debemos precisar
de igualdad de derechos. J. Habermas, so- una serie de conceptos tales como “objeto
ciólogo y pensador alemán, por su parte, bioético”, “función social de la bioética”
tiene otra preocupación. Sin certezas a entre otros, y como éstos se integran al
priori, reconociendo por lo tanto las limi- cuerpo social; cómo reaccionan ante el
taciones de la razón filosófica, su problema “sobresalto” del cambio que produce la
parece ser “el cómo” construir un método “invención” de la tecno-ciencia, la cohe-
para dar respuestas concretas y actuales rencia o no de sus procesos evaluativos y
a las preguntas que arroja la técnica en regulatorios que acompañan la reacción de

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la sociedad ante tales procesos inventivos, diversos problemas éticos que han surgido
o examinar con tales instrumentos si tales con el avance bio-tecnológico en la sociedad
productos pueden seguir otros caminos re- actual, y buscar respuestas a problemas o
gulatorios, normas jurídicas o legislaciones también establecer las exigencias morales
por ejemplo, con la pretensión de resolver mínimas aceptables como sociedad para
un conflicto que opone regularmente vi- permitir, tolerar o prohibir ciertas prácticas
siones contradictorias de mundo, valores o científicas y técnicas en relación a lo huma-
doctrinas morales, asumiendo la imposibi- no y el medio-ambiente, pero no reducirse a
lidad del consenso social. la norma de cualquier tipo ni a una doctrina
filosófica o moral determinada, así como
Ya hemos enfatizado que la bioética como tampoco a la teoría política o la sociología.
campo reflexivo es diferente al derecho. Tam-
bién sostenemos que es diferente a las éticas En el sentido anterior, para hacer posible una
teóricas. Una ética teórica es para nosotros, diferenciación, un referente frente al cual se
un sistema de justificación que apela a un pueda reconocer un espacio de discusión
orden ascendente de reglas, normas y prin- bioética auténtico, ¿no tendríamos que re-
cipios para juzgar la moralidad de decisiones montarnos a los inicios y reconocer el objeto
u actos. La bioética, por el contrario, debe de la bioética? ¿No tendríamos que buscar la
resistirse a ser una ética aplicada de dichos fuente que la ha legitimado y la sigue legi-
sistemas como lo sostiene Jean Ladriére, un timando como dispositivo discursivo válido
importante filósofo de la técnica y Profesor en la sociedad actual? ¿No sería necesario
Emérito de filosofía de Lovaina, ya que tiene seguir haciendo distinciones que contribuyan
como exigencia concreta que se pase de los a su diferenciación como espacio reflexivo
razonamientos teóricos a los juicios prácticos que pueda aspirar a un estatus epistemo-
que deben explicitar las condiciones bajo las lógico propio? Si concordáramos con esta
cuales ciertas acciones que se desprenden necesidad la bioética se debe deslindar de
de investigaciones científicas o innovaciones la moral, de la ética filosófica, teológica o
técnicas puedan ser moralmente permitidas, profesional y debería someterse además a un
toleradas o prohibidas. Y así, también debe- serio balance crítico como lo sugiere Zorri-
mos diferenciarla de los sistemas morales. Si lla, al menos en nuestra realidad, y someterla
bien es cierto, la generación de condiciones a los necesarios procesos de evaluación que
morales para tolerar, limitar o no tolerar algo permitan reconocer su coherencia o no con
se parece a la generación de las normas del los procesos sociales que la han originado,
derecho, podemos decir también, que la si se adecúa o no a los procesos regulativos
bioética no se reduce a la moral. La moral a los que ha sido convocada o, por el con-
es un sistema de creencias como puede serlo trario, se encuentra coagulada y estancada
el feminismo o la ética médica profesional, en una maraña de lenguajes diversos e in-
pero, reitero, pueden ser fuentes o insumos comunicados –como Babel- condenada a la
para una discusión bioética, pero la voca- imposibilidad de encontrar una gramática
ción de la bioética debería tener precisa- común, o a un conjunto de procesos buro-
mente como objetivo esencial, permitir el cráticos que hacen “como si” los derechos
intercambio amplio y plural de opiniones, de las personas fueran considerados, como
convicciones y conocimientos en torno a ocurre regularmente con el famoso consen-

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NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

timiento informado en muchos hospitales, prohibidas, sin apresurarse a una condena


por ejemplo. a priori, en función de argumentos éticos
normativos e ideológicos. Deslindar la te-
Delimitando un espacio de mática bioética de estos problemas requiere
deliberación autónomo para la a lo menos establecer una idea básica de
bioética. lo que debe ser este espacio de delibera-
ción, que creemos debe ser descriptivo y
Sabemos que el tipo de problemas que analítico, es decir, estudiar cada problema
hemos considerado para abogar por un en profundidad desde el punto de vista
deslinde de la bioética de otros discursos científico, médico, jurídico, ético, socio-
normativos, o no, como los de la eutana- lógico, de las representaciones sociales de
sia o el aborto, no pueden ser fácilmente la comunidad, etc., a fin de poner sobre la
resueltos porque reposan en concepciones mesa los diversos aspectos del fenómeno
discordantes o en visiones de mundo, las estudiado; contextualizarlo social, histórica
cuales son a menudo inmodificables por- y culturalmente, es decir, conocer en pro-
que constituyen representaciones mentales fundidad la fuente desde donde emerge tal
profundamente ancladas en los sujetos. problema; y discutirlo de un modo auténti-
Es aquí donde se recurre al compromiso camente pluralista. Es por ello que hemos
político y legislativo, el que obviamente hecho el deslinde anterior de la bioética
se debe construir en base a la deliberación con respecto a las éticas filosóficas o reli-
amplia y participativa, no solamente entre giosas en particular y de todo otro discurso
técnicos o profesionales, sino que de todos normativo, jurídico o moral dejando de lado
los ciudadanos para lograr finalmente la todavía su constitución como disciplina y
adhesión a la ley y mantener la coherencia su estatuto epistemológico que sería objeto
de la sociedad por parte de los ciudadanos. de otra discusión.

Descubrir los valores compartidos y aven- Solo teniendo claro lo antes dicho, podre-
turar desde ellos respuestas responsables, mos pretender definir un orden ético de
es un camino posible para ir construyendo valores prioritarios, de juicios prácticos o
una Bioética “cívica”, a través de un pro- políticas para enfrentar los verdaderos pro-
cedimiento deliberativo riguroso y en que blemas a partir de una sabiduría práctica,
las soluciones concretas quedan siempre como lo señala Paul Ricoeur, construida
abiertas a la revisión, sobre todo en aque- entre todos.
llos ámbitos donde el progreso científico y
tecnológico genera nuevos datos, problemas Para terminar, quisiera decir que la proble-
o soluciones aportando evidencia empírica mática bioética, en nuestra realidad lati-
a las soluciones anteriores. La experimen- noamericana, es una problemática abierta
tación con embriones en su relación con que no se agota con los desafíos éticos en
las células madre es un ejemplo de una relación a la emergencia de la tecno-ciencia
discusión que nos revela el paulatino des- aplicada a los avances biomédicos, sino que
cubrimiento de valores éticos compartidos también se extiende a la bioética pública
desde los cuales se podría diferenciar qué que se ocupa de la justicia, la equidad y
tipos de prácticas pueden ser aceptables, o la solidaridad en salud de la población, es

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decir, es un proyecto permanente que debe nos, para el caso del anonimato se arguye
ocuparse críticamente de nuevos procesos la difícil compatibilidad entre este principio
sociales y desarrollos en el dinámico cam- y el desarrollo de transplantes de rostro por
po sanitario que emergen día a día y que ejemplo. Surge entonces la pregunta ¿Cómo
amenazan con sojuzgar a los individuos se podría mantener el principio general en
de la mano del mercado y el marketing este contexto paradójico de necesidades
neocapitalista que ha demostrado su ca- reales, en una economía individualista,
pacidad para fagocitar cualquier esbozo donde la tendencia natural invita a las de-
de individualización y de subjetivización rogaciones o excepciones a éste? Ciertos
humanas, es decir, cualquier resistencia éti- argumentos y situaciones de la realidad
ca o capacidad inmunitaria de tipo crítico. deben conducirnos a una reflexión más
Esto, además de las exigencias de construir profunda: la prohibición de la comercializa-
un nuevo edificio conceptual desde los ción de partes del cuerpo humano se opone
cimientos y “no de las atalayas” como lo a la autonomía de la gestión del cuerpo
pide Kottow, a la altura de una sabiduría para otros. Recientemente, la Fundación
semejante a los nuevos desafíos y peligros Eurotransplant que reúne el esfuerzo de 7
para los humanos que implica el desarrollo países europeos para enfrentar la penuria
tecno-científico, médico y económico en el de órganos, aceptó el criterio de autonomía
mundo actual. en relación a la disposición de una parte
del cuerpo para el caso de una madre que
La problemática reciente de la “comerciali- donó uno de sus riñones para transplante
zación” de partes del cuerpo humano puede en contrapartida a que su hijo, en un corto
ejemplificar este tipo de conflictos. tiempo, tuviera acceso a su vez a otro riñón
compatible. Como vemos, aquí una mujer
Desde un punto de vista moral, la indispo- dispone libremente de uno de sus órganos
nibilidad patrimonial del cuerpo humano vitales para donación. Podremos entender
o de sus partes es un principio indiscutido, esto como un gesto de altruismo, donde
recogido por nuestra legislación en la Ley otros podrán ver un verdadero trueque. Si
sobre Transplantes de órganos y en otros ello es así, ¿no deberíamos aceptar la venta
instrumentos internacionales tales como la de ciertas partes de nuestro cuerpo? Yo ten-
Convención de los Derechos Humanos y de go una posición personal, pero es un tema
la Biomedicina de 1996, donde se establece en discusión y lo seguirá siendo.
explícitamente que “El cuerpo humano y
sus partes no debe, en tanto tal, dar lugar a Referencias
una ganancia financiera”. La remuneración
de órganos para transplantes es objeto de Kottow, M.(2013) Discurso en el Acto de
una reprobación unánime. La voluntad de homenaje, celebrado en la Universidad de
las personas no se compra, la donación de Chile, 19 de marzo. Publicado en este mismo
órganos u otras partes del cuerpo humano, número de Nuevos Folios de Bioética.
es gratuita y anónima. Sin embargo, estos
dos supuestos han sido cuestionados por
algunos: para el caso de la gratuidad, se
opone el argumento de la escasez de órga-

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NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

Lenguaraces en Babel
Rodrigo A. Salinas
Profesor asistente de neurología, Departamento de Ciencias Neurológicas, Facul-
tad de Medicina, Universidad de Chile.
Dirección de contacto: Av. Salvador 486, Providencia, Santiago, Chile.
Fono: 56 2 22360170. rodrigosalinas@med.uchile.cl

La breve narrativa contenida en el Génesis, un evento histórico –metahistórico, matiza


en que se relata la fallida construcción de la Eco- que dejó una herida que se hace evi-
Torre de Babel y que en el hebreo original dente, una vez más, cuando bárbaros, cam-
consta de solo ciento veintiún palabras, pesinos y artesanos, hablando una multitud
ha sido por siglos un irresistible atractivo de lenguajes desconocidos para el mundo
para analogías y especulaciones, cuyo tema culto de la época, invaden los espacios y
más obvio ha sido el del surgimiento del dan surgimiento a las raíces de lo que, hoy,
lenguaje. No ha sido siempre, sin embargo, llamamos Europa (Eco, 1997). Era el mo-
ese el caso: en la exégesis original fue leída mento de la analogía simbólica, como lo es
como un símbolo de la rebelión del hombre ahora en el mundo de la bioética y en el de
en contra de la voluntad divina, como un las ciencias médicas de modo más general.
ejemplo de idolatría, como una adverten- El llamado que formula el Profesor Miguel
cia en contra de desviados esfuerzos por Kottow en su discurso de agradecimiento con
mantener la paz e, incluso, como un relato ocasión de su nombramiento como Maestro
de una guerra primordial contra el Creador en Bioética, abre un nuevo espacio de ana-
(Sherman, 2013). El entusiasmo en su uso logías. En un momento en que la confusión
simbólico varió asimismo en el curso de los de lenguas amenaza alcanzar, en nuestro
años. Umberto Eco, el reconocido filólogo país, la letra de molde de nuestra legislación
piamontés, llama la atención sobre la virtual positiva, el desafío es -en primer lugar- com-
ausencia de representaciones pictóricas de la prender las raíces del desencuentro en el
Torre de Babel anteriores al siglo VI, seguida frondoso árbol de la bioética y, sobre todo,
de un par de apariciones esporádicas, en un explorar cómo desde sus divergentes ramas
manuscrito de fines del siglo X y en un bajo- volveremos al tronco en que nos podremos
rrelieve de la Catedral de Salerno en el siglo encontrar para ejercer la función dialógica
XI, contrastándola con la explosión de ellas que exalta el Maestro.
en los siglos inmediatamente posteriores.
Para Eco, esta plétora de representaciones En el libro de David Rothman, felizmente
correspondería a una inflexión que coinci- titulado “Extraños junto al lecho del pacien-
diría con el momento en que la confusión de te”, de cuya primera edición se cumplieron
lenguas contenida en el relato bíblico deja veintidós años, el autor llama la atención
de ser comprendida solo como un ejemplo sobre un fenómeno que en ese momento ya
de castigo divino al pecado de la soberbia, era evidente: en la decisión médica habían
sino que pasa a entenderse como el relato de aparecido numerosos otros actores. A me-

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NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

diados de la década de los setenta, señala del paciente comete una agresión por cuyos
el autor, tanto el estilo como la substancia daños debe responder” (Kuhse & Singer,
de la decisión médica habían comenzado a 2009). No tardarían los ejemplos del otro
cambiar. La autoridad que el médico había lado del Atlántico. En su forma más acabada
detentado era objeto de inspección y críticas podemos citar la sentencia redactada por
por personas ajenas a la profesión, amena- Lord Donaldson, en un caso en que se de-
zando reemplazar la ética clínica, ejercida al batía sobre el rechazo de un paciente Testigo
lado del lecho del paciente, por una ética de de Jehová a recibir transfusión sanguínea.
sillón, que reflexionaba a partir de principios De acuerdo a Lord Donaldson “Un paciente
filosóficos en lugar de la experiencia acumu- adulto que…no sufre de incapacidad mental
lada de la práctica clínica. El médico se en- tiene el derecho absoluto de elegir si con-
frentaba con un nuevo tipo de paciente que siente a un tratamiento médico… El derecho
buscaba “ser consciente de sus responsabi- de elección no se limita a elecciones que el
lidades en la relación (médico-paciente), tal resto pudiese considerar razonables. Existe
como lo es en cualquier relación entre adul- independientemente de que las razones para
tos en la que compre servicios”, cita el autor la elección sean racionales, irracionales,
(Rothman, 1991). La Torre de Babel estaba en desconocidas o incluso inexistentes” (Stauch,
plena construcción, no entre bioeticistas -lo 1995).
que no tardaría en ocurrir- sino al interior de
la relación establecida, por milenios, entre La tradición liberal había triunfado. El sen-
médicos y pacientes, amenazando destruir el tido “positivo” de la palabra “libertad”,
edificio con el que, soberbiamente, la cien- formulado por Sir Isaiah Berlin, recogía
cia pretendía desafiar a Dios, terminando el anhelo de la modernidad del siguiente
con el sufrimiento y la enfermedad, de modo modo: “Deseo, sobre todo, ser consciente
altruista y prescindiendo de la opinión lega de mí mismo como un ser activo que piensa
de aquellos ajenos al arte. y que quiere, que asume responsabilidad de
sus elecciones y que es capaz de explicarlas
Esta presencia no buscada, sin embargo, no en función de sus propias ideas y objetivos”,
se remonta en el tiempo solo a las publi- según lo expresaba en su famosa conferencia
caciones de Henry Beecher, como insinúa inaugural del año 1958 en la Universidad de
Rothman en su libro. Es bastante anterior. Oxford (Berlin, 2005).
Señal visible de este giro, que venía ocu-
rriendo conceptualmente desde el Ilumi- El asalto a la decisión médica estaba lanza-
nismo, es la sentencia del Juez Benjamin do. La tradición hipocrática, que exaltando
Cardozo, en 1914, en respuesta al reclamo el carácter benéfico del arte ignoraba al pa-
de Mary Schloendorff en contra del Hospital ciente como sujeto con derecho a participar
de Nueva York, por habérsele extirpado un en la decisión clínica, se veía remecida en
tumor fibroso bajo anestesia, contraviniendo sus cimientos. El bien intencionado llama-
su expreso deseo. En su fallo el Juez Cardozo do a “no revelar nada al paciente sobre el
dice: “Todo ser humano adulto y lúcido tiene estado presente o futuro de su enfermedad”
el derecho a determinar lo que se hará con que Hipócrates formulaba en su Decorum,
su propio cuerpo; y un cirujano que lleva a recogido en los primeros códigos de ética
cabo una operación sin el consentimiento médica en similares términos, perdía vi-

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NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

gencia. La celebre cita de Thomas Percival, en el hablar. Un lenguaraz que se aventura


en que recomendaba: “A un paciente que en la Babel de una práctica médica en que
hace preguntas…las cuales, si respondidas el paternalismo aún se abre camino, hasta
sinceramente, podrían resultarle fatales, quedar plasmado en la formulación de leyes
sería un error grueso y cruel revelarle la que buscan reconocer derechos que asisten
verdad”, se hacía repentinamente inacep- a los pacientes en su atención de salud, no
table (Sokol, 2006). La Asociación Médica puede pretender hacerse entender a través de
Mundial, quemando dioses que una vez eufemismos. Se requiere decir, como lo hace
había adorado, en la Declaración de Lisboa, el Profesor Kottow, en forma inequívoca:
adoptada el año 1981, reconocía el derecho “Uno de los propósitos iniciales de la bioé-
del paciente a participar en la decisión sobre tica fue eliminar la relación paternalista que
los tratamientos: “El paciente adulto men- desde siempre ha comandado las interac-
talmente competente tiene derecho a dar ciones entre médicos y pacientes, pese a lo
o negar su consentimiento para cualquier cual ha sido difícil convencer a la profesión
examen, diagnóstico o terapia. El paciente médica de que una actitud paternalista no es
tiene derecho a la información necesaria compatible con la autonomía del enfermo.
para tomar sus decisiones, El paciente debe En realidad, el respeto por la autonomía
entender claramente cuál es el propósito de es antagónico con el paternalismo, que se
todo examen o tratamiento y cuáles son las define como la asunción de decisiones en
consecuencias de no dar su consentimiento” nombre de una persona y por su propio bien,
(WMA, 2005. 3b). independientemente de que ella tenga la
competencia para hacerlo” (Kottow, 2007).
El conflicto, sin embargo, no se terminaba
con la suscripción de declaraciones, aunque Las certezas con que fuimos educados en
estas fuesen adoptadas de modo unánime. Se nuestra práctica médica se desvanecieron. La
requería, al interior de las escuelas de me- reciente sentencia de la Corte de Apelacio-
dicina y en el seno del ejercicio clínico, la nes de Valdivia en que reconoce a un menor,
presencia de lenguaraces, que permitieran el apoyado por su madre, el derecho a rechazar
diálogo entre tradiciones que no compartían un tratamiento médico, no solo va en contra
lenguaje. En particular, se requería tender un de lo buscado por sus tratantes, que habían
puente de inteligibilidad entre mundos que recurrido al tribunal de familia para que el
se habían distanciado hacía siglos. menor fuese obligado a recibir un segundo
ciclo de quimioterapia, sino que recoge en
El primero de estos lenguaraces fue, en nues- sus considerandos la tradición liberal con
tro país, el Profesor Miguel Kottow. No sólo un fraseo que nos hace recordar las cortes
por comprender y manejar dos lenguajes, superiores anglo-sajonas. En su consideran-
el de la filosofía y el de la medicina clínica do duodécimo la sentencia señala: “…el
–como hace un buen lenguaraz- sustantivo derecho a la vida no puede entenderse pura
que la Real Academia Española, estimándolo y simplemente como la mera continuación
en desuso, ubica en segundo lugar de sus de las funciones biológicas. En este sentido,
acepciones, sino que por haber recogido en se ha sostenido que “el derecho a la vida”
propiedad el carácter adjetivo de la primera no se limita al derecho a conservar la vida
acepción: la de ser deslenguado y atrevido biológica, sino que se extiende al derecho

24 Bioética y sociología
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

a elegir la vida que cada cual desea llevar, que nos hagan inteligible el modo cómo las
a escoger los valores que le darán sentido, tradiciones filosóficas se han abierto cami-
al esfuerzo por desarrollarse en la búsqueda no hasta instalarse al borde del lecho del
de esos valores, a vivir la vida escogida, e enfermo; que permitan a los bioeticistas, en
incluso, el derecho a morir por esos valores, palabras del Profesor Donald Ainslie, aceptar
derecho del que es titular cada persona…” que no deben acudir “a sus doctrinas mora-
(Zúñiga, 2009). Con frases a ratos ambiguas, les comprehensivas preferidas para respaldar
pero con explícito respeto del derecho que sus propuestas de políticas, sino que las de-
tiene el paciente a participar de modo de- ben argumentar a partir de lo que sería jus-
cisivo en las prestaciones que recibe en el tificable para todos aquellos que sostengan
contexto de sus cuidados sanitarios, la Ley doctrinas razonables, aunque contrapuestas
20.584, “que regula los derechos y deberes con las propias.” (Ainslie, 2002).
que tienen las personas en relación con
acciones vinculadas a su atención de sa- Termina el Profesor Kottow en su discurso:
lud”, recoge idéntica tradición. De reciente “Pertrechados en ramas distantes entre sí,
promulgación, con ella nos han entregado no logramos entendernos. Hay que volver al
el título de propiedad de la Torre de Babel tronco común donde, antes de inscribirnos
que habitamos. en doctrinas, creencias y razones, compar-
timos la tarea de reconocer y respetar lo
Coexistimos, en nuestra comunidad médica, que todo ser humano necesita: relacionarse
generaciones de profesionales que aprendi- con los demás, y trascender de sí hacia el
mos -del ejemplo de nuestros maestros y del mundo y más allá de su vida.” Su llamado a
canon ético- el paternalismo como norma, reconstruir la Torre de Babel, admitiendo esta
junto a generaciones jóvenes que, criados vez nuestra necesidad de deliberar sobre la
en el ambiente social prevalente, ven en relacionalidad y la trascendencia, requiere
la relación médico-paciente una relación lenguaraces que eviten que nuestro nuevo
entre un cliente y un profesional calificado, edificio sufra el destino de aquél que el or-
en que la autonomía de aquél no responde gulloso Nemrod quiso erigir en el Valle de
a un imperativo ético, sino que al modo de Shinar, en el origen de los tiempos.
relación entre consumidores y prestadores
de servicios que se da en una sociedad de
consumo de corte liberal. Lo anterior matiza-
do con escuelas bioéticas, que han florecido
en nuestro país, para las cuales la existencia
de una “proporcionalidad terapéutica” en-
tre la recomendación del profesional y las
condiciones de la enfermedad del paciente,
pueden permitir al médico sobreponerse a
la autonomía de este último.

Hoy, más que nunca, necesitamos lengua-


races, que nos permitan entender el sentido
de la medicina que estamos practicando;

Bioética y sociología 25
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

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NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

Una bioética latinoamericana comprometida con


fundamentos universales: Miguel Kottow.

Francisco Javier León Correa


Dr. en Filosofía, Mg. en Bioética. Profesor Centro de Bioética,
Pontificia Universidad Católica de Chile.
Mail: fleonc@uc.cl

Breve revisión biográfica1 rem por la Facultad de Filosofía U. de Chile,


2001-2005. Director del Centro Interdiscipli-
Miguel Hugo Kottow Lang, nacido el seis de nario de Bioética (CINBIO), Universidad de
octubre de 1939, chileno, está casado con Chile, entre 1993-1996. Creador de la Unidad
Helga Keim, profesora, y tiene dos hijos. Rea- de Bioética y Pensamiento Médico, Escuela
lizó los estudios primarios –parcialmente- y de Salud Pública, Facultad de Medicina, U.
secundarios –en su totalidad- en el Instituto de Chile, 2012. Desde 2003, académico
Nacional. En 1964 obtiene el título de Mé- como Profesor Titular en la Escuela de Salud
dico Cirujano por la Universidad de Chile, Pública, Facultad de Medicina, U. de Chile.
y tres años después, la especialización en
Oftalmología en el Hospital San Juan de Dios, Su formación inicial se realiza, como hemos
con examen en la Universidad de Chile. anotado, en la Universidad de Chile en los
años sesenta. En la década siguiente, amplía
La Universidad de Chile será el “alma mater” sus conocimientos como Becario de la Fun-
de su actividad docente. En 1990 es nom- dación Alexander von Humbolt en Bonn,
brado Profesor Titular, y desempeña muy Alemania, donde obtiene el grado de Doctor
diferentes tareas, siempre centradas en un en Medicina en 1978, y en Estados Unidos,
triple interés científico y profesional: enseñar como Médico Cirujano del Estado de Illinois
su especialidad médica- la Oftalmología-, la y Fellow de la American Academy of Ophtal-
bioética y la salud pública, que cada vez va mology (1979). Volverá más tarde a Alemania,
ocupando un puesto mayor en su dedicación. para realizar un Magister en Sociología en la
Académico de la Unidad de Oftalmología Universidad de Hagen, que termina en 1991.
Sede Occidente (1867-1974, 1988-2005),
Académico del Departamento de Bioética Visión universal en bioética,
y Humanidades desde su fundación hasta desde la sociología y desde
2005, a cargo de su Unidad de Antropología Latinoamérica
Médica. Académico de la Escuela de Salud
Pública, de la Facultad de Medicina de la Su formación en Alemania en medicina y en
Universidad de Chile desde 2003. Miembro sociología le acerca a la bioética europea,
de su Comité de Doctorado durante los años que conoce bien. Es miembro de la Euro-
2003-2008. Académico contratado ad hono- pean Society for Philosophy of Medicine

1
Basada en el “curriculum vitae” proporcionado por Miguel Kottow.

Bioética y sociología 27
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

and Health Care. En toda su obra se apoya si quiere ser ciencia aplicada- tienen que
en los aportes desde la sociología, como acudir a ellas como principio de realidad,
base descriptiva-analítica, pero siempre para hacer viables sus planteamientos y
comprometida desde el inconformismo con soluciones. Saber más de la realidad social
el empeño para conseguir una sociedad más es emancipador para la política y para la
justa. El análisis sociológico aporta la base bioética, pues contribuyen a liberarnos de
crítica para las propuestas ético-normativas estereotipos y visiones o situaciones injus-
que debe realizar la bioética (Kottow, 2011). tas, y acercarnos a la realidad objetiva, al
Por ejemplo, escribe refiriéndose a la bioéti- “señalar criterios de racionalidad conforme
ca y la salud pública: “Se perfila la necesidad a los que enjuiciar el ethos de las formas de
de reorientar la salud pública desde una dis- vida existentes” (Habermas , 1991).
ciplina basada en estudios epidemiológicos
de corte científico-natural, a una de orden La bioética –en la opinión de Kottow- tiene
sociológico. Ciertamente, la mayoría de los la obligación de ayudar a crear una cultura
teóricos propone un enfoque multifacético, de la justicia en Latinoamérica, que facilite
reticular o estratificado que haga uso tanto la equidad, la protección de los sectores de
del rigor científico como de la sensibilidad población más empobrecidos y marginados,
social y ecológica” (Kottow, 2012). y el empoderamiento de los sectores vulne-
rables. Para su intervención eficaz, necesita
Las ciencias sociales, la sociología, la an- situarse en la realidad de los problemas
tropología, etc., no pretenden directamente económicos, sociales, educativos, culturales
–en nuestra opinión- la transformación de la y políticos que están en la raíz de las defi-
realidad social; no dicen expresamente “lo ciencias en la atención de la salud (Beltrán
que hay que hacer” con un apoyo racional e Villalba, 2012). Y debe realizarlo desde la
indiscutible, científico, para lograr un mundo complementariedad con la sociología y las
más satisfactorio, pero sí denuncian lo que ciencias sociales.
no puede seguir siendo injusto. “El cono-
cimiento científico de la realidad social se También tiene Miguel Kottow un contacto
sitúa en un plano diferente al de los criterios directo con la bioética norteamericana,
que orientan la práctica de la vida deseable, maneja y cita ampliamente a la mayoría de
por lo que la ordenación política y social los autores y se centra especialmente en
no puede apoyarse en las ciencias sociales” una crítica al principialismo bioético, que
(Beltrán Villalba, 2012). No hay soluciones aporta a la deliberación, pero se muestra in-
científicas únicas de los problemas sociales, suficiente para la realidad latinoamericana:
pero esto no significa que la política haya de “El principialismo recobra vigor por ser el
ser irracional o anticientífica. Las opciones único esquema hasta ahora presentado que
acerca de fines y medios en la vida colectiva permite desarrollar la bioética en la zona
admiten variedad de soluciones, tan racio- gris entre el rigor teórico y la plurivalencia
nales y lógicas como los ciudadanos sean práctica”, pero a la hora de adoptarlo, “para
capaces de construirlas. culturas que se insertan en la bioética con
posterioridad al florecimiento del principia-
¿Cuál es, entonces, la tarea de las ciencias lismo, será inevitable absorberlo para luego
sociales? La política –y también la bioética cuidadosa y fundadamente adaptarlo a la

28 Bioética y sociología
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

realidad propia” (Kottow, 2005). Muestra organismo humano considerado enfermo,


también los aportes del pragmatismo del emerge una nueva parcela reflexiva denomi-
pragmatismo anglo-sajón en la reflexión nada ética médica” (Kottow, 2005).
práctica (Kottow, 2009), que deberíamos
tener en cuenta para desarrollar una bioé- De la deconstrucción de la justicia
tica latinoamericana situada en la realidad a la protección bioética
social, crítica y pragmática, frente a posicio-
nes muy teóricas e idealistas en ocasiones. La bioética latinoamericana se ha centrado
desde sus comienzos en la reflexión sobre
Al mismo tiempo, profundiza los lazos con la justicia como elemento esencial del de-
Latinoamérica, y muy especialmente con bate ético. Miguel Kottow parte de una posi-
la bioética brasileña: miembro de la Red ción de deconstrucción criticando el mismo
Latinoamericana de Bioética y de su Comité principio de justicia. Como no es posible
Directivo entre 2003-2010, y miembro de llegar a una situación real de justicia –o
su Comité Consultivo desde 2010; miem- de eliminación de todas las injusticias- en
bro honorario de la Sociedad de Bioética una sociedad concreta, debemos dejar de
del Estado de Río de Janeiro, desde 2003 centrarnos en el mismo concepto de justicia
y miembro honorario de la Sociedad Brasi- y elaborar uno más práctico, que será el
leña de Bioética desde 2004. Este anclaje de protección actual y efectiva de los más
en la situación de Latinoamérica, con sus vulnerables o vulnerados de la sociedad.
frecuentes intervenciones en congresos Esto no lleva –como en otras propuestas
en los diferentes países y sus lazos con bioéticas- a una intervención política di-
instituciones y Centros de Bioética, darán recta, pero sí a una crítica profunda de las
lugar a una de sus fecundas aportaciones, situaciones de injusticia.
la elaboración y propuesta de una bioética
de protección. Las relaciones entre la bioética y la política
han dado lugar a un amplio debate en la
Por una bioética de protección bioética latinoamericana desde hace años.
comprometida En nuestra opinión la bioética debe denun-
ciar, proponer soluciones posibles, orientar
Parte Miguel Kottow de una visión integra- en cuanto a la valoración social de la vida
dora de la bioética y la ética médica dentro y la salud, en su relación con la biomedi-
de la ética del quehacer humano. “La ética cina, pero tiene que respetar el ámbito de
reflexiona sobre los actos humanos que se la política, que debe fundamentarse en una
relacionan con un bien, y un bien es aquello ética más general sobre el ser social de la
cuya existencia es preferible a su ausencia. persona y la justicia (León Correa, 2012).
Cuando el quehacer humano incide sobre En este punto, se aleja Kottow de posiciones
el ámbito de fenómenos vitales, se consti- de una bioética de intervención política
tuye el subconjunto de la bioética dentro directa: “Si la política se adscribe a la deli-
del universo llamado discurso ético. A su beración en forma de una democracia ética
vez, en la medida que la bioética concentra dispuesta a legitimar su proceder, estará en
su atención sobre aquellos actos humanos un terreno común y fructífero con la bioé-
denominados médicos, por influir sobre el tica. Es menester que la política reconozca

Bioética y sociología 29
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

sus raíces éticas y la proveniencia moral de de resguardo (…)” Después de reconocer


su legitimidad, más que pedirle a la bioética las insuficiencias de otras propuestas, este
que intente desarrollar un discurso político” texto desarrolla la estructura de un ética de
(Kottow, 2007a). protección –individual y colectiva-, a fin
de ponerla a disposición de una protección
Desde Brasil y Chile –con el impulso insus- bioética, es decir, “una bioética que entienda
tituible de Miguel Kottow- ha surgido una su cometido como una abogacía por los más
propuesta de una Bioética de protección débiles y una herramienta conceptual que
de los vulnerados y empoderamiento de brega por el uso de instituciones sociales
los vulnerable (Schramm y Kottow, 2001): que fomenten el empoderamiento de los
“La bioética de protección, entendida como postergados” (Kottow, 2007b).
un nuevo abordaje que debe ser aplicado
en los países en desarrollo, quiere, sobre Comprometido en su actuar
todo, normativizar las prácticas humanas, público como académico en Chile
anticipando e incentivando los efectos
positivos y con previsión de los eventuales Ha sido integrante de Comités y Comisiones
efectos dañinos para los indivíduos y los de Estudio del MINSAL, del Colegio Médico,
pueblos, de modo que se prescriban los de la Facultad de Medicina de la Universidad
actos considerados correctos y se proscri- de Chile, de la Universidad Diego Portales,
ban los incorrectos, dentro de la realidad y del Comité de Ética del CONICYT/FON-
latinoamericana (...), con niveles de des- DECYT.
igualdad vergonzosos y con dolencias pro-
pias del subdesarrollo aliadas a patologías Estuvo muy presente en la puesta en mar-
de países desarrollados” (Schramm, 2005). cha de los Comités de Ética Científicos de
investigación, y de los Comités de Ética Asis-
La propuesta más detallada hasta ahora de tencial, con una destacada participación en
esta bioética de protección, comprometida las Jornadas y Talleres formativos, y con una
con los vulnerables y vulnerados, es la de muy buena tarea de edición de las Actas para
Kottow: hacer llegar a todos los contenidos tratados
(Kottow, 2007; Conicyt, 2010).
“Toda ética aspira a realizar la justicia social
y la equidad entre las personas. La historia Es miembro del Directorio de la Sociedad
muestra que esta propuesta es utópica y Chilena de Bioética, desde 2006, a la que
está, en la época actual, más lejos que nun- aporta su aguda visión crítica en la marcha
ca de cumplirse. El ciudadano moderno se de la legislación chilena sobre bioética: la
ve privado de los resguardos sociales que Ley de Investigación en seres humanos del
habían sido conquistados a lo largo de dos 2006, la larga y azarosa tramitación desde
siglos, cayendo en un estado de inseguridad
y desamparo, con riesgo de marginación y
exclusión. Reconociendo las inequidades
existentes, la ética de protección se propone
paliarlas mediante el desarrollo de actitudes
personales de amparo y programas sociales

30 Bioética y sociología
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

el 2001 de la Ley de derechos y deberes, fi-


nalmente aprobada en 2011, con muy graves
deficiencias –según su parecer-, los procesos
de reglamentación de estas leyes, y sobre
todo, sus esfuerzos por promover la consti-
tución efectiva y puesta en funcionamiento
de la Comisión Nacional de Bioética, creada
por Ley en el 2006 y aún sin constituir.

En definitiva, una vida, una obra académica


y una actuación pública comprometidas
en todo momento con una sociedad y una
atención en salud más justas, críticas ante las
diferentes propuestas debatidas socialmente
y en el ámbito especializado, sinceras desde
sus propios planteamientos a veces hasta el
choque o la incomprensión de los demás.
Es muy profundo su aporte a la bioética
chilena, latinoamericana y universal, todos
nos enriquecemos con su ciencia y sus re-
flexiones, con la relación mutua que en su
opinión está también en la fundamentación
de la bioética como discurso social (Kottow,
2013). Esa relación es la base de la amistad
que constituye en nuestra opinión un bien
humano básico (Gómez Lobos, 2006) que
tenemos la suerte de compartir con Miguel
Kottow.

Bioética y sociología 31
NUEVOS FOLIOS DE BIOÉTICA / N°10 / JUNIO 2013

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