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Capital cultural, escuela y espacio social.

4. Profesión: Científico.
La sociología se esfuerza más que otras ciencias en progresar y en imponer el
reconocimiento de sus progresos, porque debe descubrir verdades que son en
ocasiones profundamente rechazadas o negadas. También trata de cosas que
ciertos individuos o ciertos grupos prefieren esconder o esconderse porque ellas
perturban sus convicciones o sus intereses.

Una jornada de un sociólogo semeja mucho a la de un científico ordinario, con su


parte de cocina experimental, de análisis estadístico, de lectura de artículos
científicos, de discusión con los colegas, etc.

Se confiere al sociólogo un papel que es el del profeta, capaz de dar respuestas


de apariencia coherente y sistemática a todas las preguntas de la existencia y en
particular a las cuestiones de la vida y de la muerte.

La imaginación sociológica.
Capítulo 1. La promesa.

En primer lugar Mills, plantea que la modernidad trajo consigo una idea de
egocentrismo que hace que el hombre se vea a sí mismo como un ser aislado sin
tener en cuenta a lo social. Mills desmerece esta idea diciendo que ni la vida de un
individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas
cosas, ya que la historia que ahora afecta a todos los hombres es la historia del
mundo. Esto significa que todo individuo vive una biografía, que es vivida dentro
de una sucesión histórica, y para que el individuo pueda comprender su propia
existencia, debe localizarse a sí mismo en su época. Por lo tanto, es importante
que los hombres puedan despojarse de este carácter moderno egocéntrico. Para
que esto ocurra es necesario emplear una herramienta llamada la “Imaginación
sociológica”. Esta es una cualidad mental que ayuda a usar la información y a
desarrollar la razón para conseguir recapitulaciones lúcidas de lo que ocurre en el
mundo y de lo que quizá ocurre dentro de los individuos. Esto significa que este
tipo de imaginación permite comprender el escenario histórico de manera más
amplia: entender cómo son los individuos en sus experiencias cotidianas y por
consiguiente, así entender la sociedad. Esta capacidad de darle un sentido a la
vida, es, para Mills, meramente esencial para vivir en las estas sociedades
abstractas.
Mills afirma que existen tres preguntas básicas necesarias para que un análisis
sea realmente consciente e imaginativamente sociológico:
- ¿Cuál es la estructura de esta sociedad particular en su conjunto? (Cuáles son
los componentes esenciales)
- ¿Qué lugar ocupa esta sociedad en la historia humana? (Cuáles son los
mecanismos de cambio, diferencias de ese periodo con otros)
- ¿Qué variedades de hombres y mujeres prevalecen ahora en esta sociedad y en
este periodo? (Cómo son formados y seleccionados, reprimidos y liberados)
Uno de los instrumentos esenciales de la imaginación sociológica es la distinción
entre problema e inquietud. El problema público, trasciende al individuo, ya que
pertenece a una esfera pública. Tiene que ver con la organización de muchos
ambientes dentro de las instituciones de una sociedad histórica. Por otro lado, las
inquietudes personales, ocurren en el ámbito de lo privado, los valores que el
individuo sostiene están amenazados.
Mills discierne con la burguesía intelectual de su época, debido a que su concepto
de “ciencia social” se opone a la ciencia social como conjunto de técnicas
burocráticas que impiden la investigación social con sus pretensiones
metodológicas, como la utilización de refinados métodos y técnicas de
investigación. A Mills, le preocupa una ciencia social tan refinada que no sirve para
vivir: considera que existe una burocracia que ahoga el conocimiento sociológico.
Al igual que Bordieu, considera que el objeto de la ciencia social es el espacio de
lucha, que debe transformar la sociedad y la historia misma.

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