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NÚMERO 30 _ AÑO U.

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CABLES SUBMABINOS DE I.A AMÉRICA DEL SUR.

La. re d de cables submarinos que ponen hoy en oomunicccién las principales ciudades de la América del S ur con
las de la del No rte y las del Vie jo mundo, es el asunto de este g-rabado. El haberse puesto Bogotá en com unicación por
B uenaventura con una de estas líneas y en inmediata r ela ción con todos los países, nos indujo á copiar este mapa
que verán con agrado nuestros lec tores. La línea de puntos marca cómo la América meridional se h alla envuelta
por el alambre submari no, y ya hoy muy pocas ciudades principales no se hallan en contacto con él.-Bogotá ha
rec ibido en el mismo día cablegramas de París y Nueva York, y el porte relativamente no es costoso. Las compañías
que han unido as í en estrecho abrazo los dos mundos son The India, RU'obe1' Guita, Pe1'CM, Telegraph Works Compa.-ny,
CentTat a.nd South Americl1M Telegraph Com.z.¡any , Mexican Telegraph Company. Consta la línea que por Nueva Or leans y
Tehua nt epec llega a l Callao de 4,000 millas marítimas y de 1,700 la que del Callao lo lleva á Valparaíso.

PAPEL PERIODICO ILUSTRADO.


82 28 DE NOVIEMBRE DE 1882.

CENTENARIO DEL GRAN BOLÍVAR.


Ministerio de Relaciones Ex teriores - Oaracaa, Agosto 10 de 1882.
Eecelen itei mo señor:

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L 24 de J nlio de 1883 es el primer centenario del natalicio de Bolívar. El Ilustre Americano, Regenerador
y P residente de la Re públic a, segú n consta del cuaderno incl uso, ha decretado su celebración de una
,1!U. ruane ra digna del Hombre á quien se glorifica. No podía hacer menos el Magistrado que, admirador del
l . . j. Padre de la In dependencia de Venezue la, Nueva G ranada, el Ec uador, Perú y Bolivia, y de los Ilustres
Próceres parñci pca de EU S hazañas, no ha olvida do ni por un momento las obligacio nes que ellas prescriben al
patriotismo.
I~ 8 erecci ón de estatuas al Li bertador, la formación en el Palacio federal de una galería de retratos de 108
adalides de la g uerra, el estab lecimiento de un Panteón nacional destinado á la conservación de sus ven eran das
cenizas, la impresión, á expensas del 'I'esoro público, de copiosos documento s que vierten notable luz sobre los
anales de la H istoria patria, las seña ladas demostraciones periódicas conmem orativas de los hechos más conspicuos
de ella ; esos actos y otros han sido sólo los precursores del que Yaá servirles de coronamiento. No habrá venezo lano
que no aplauda y comparta la solemn izacién de la fiesta.
Pero Bolívar no pertenece únicamente á Venezuela; su , nombre ocupa varias p áginas del libro de la
humanidad ; sus servicios á ella se reconocen en todas partes ; no hay rincón ninguno del orbe civilizado qne no
tenga noticia de las empresas por él acometidas .Y de su feliz acabamiento. La distancia á que nos hallamos de la
época de su vida permite j uzgarle á la luz de la imparcialidad, y reconocer en él á uno de los varones que de
tiempo en tiempo suscita la P rovidencia para la ben éfica transformación de los pueblos. La América particularmente
le debe cuanto hizo por su emancipación desde que en 1810 obtuvo de la Gran Bretaña, como Ministro de
V cnezuela, resultados ventajosos, no sólo á ella, sino tÍ. las demás colonias insurrectas de Hispano-América, hasta
que, subyugando en 182,510s ú ltimos restos de las fuerzas peninsulares, scllú la paz del continente, y por consolidarla
convocó el Congreso de Panamá en ej ecuci ón ele una idea grandiosa y cuya trascendencia los sucesos se han
encargado de poner de bulto.
Por el cita do folleto se enterará Vuece ncia de que esta R epública, como punto esencial del J>rograma,
ofrendará al L ibertador en su centenario una demostración de confraternidad á las naciones de la Am érica
Latina , y la cual se compondrá de fiestas literarias en los Colegios y demás institutos de enseñanza, en
honra de aquéllas .
Venezuela casi no necesita convida r al il ustrad o Gobierno de Vuecencia, Está segura de que esa Rep ública
hermana, con sólo saber de qué se trata, ha de apresurarse á tomar parte en la fiesta del Libertador, quien no
consider aba como su pat ria únicamente la comarca donde nació, sino tam bién todas las otras que le ayudaron á
consumar la ohm de sus comunes esfuerzos.
Aprovecho tan plausib le oportunidad para presentar á Vuecencia el test imonio de mi consideraci ón más
distingu ida.
UAFAEL SÉIJAS.
Excelentísimo señor Secretario de Relaciones Ex teriores de los Es ta dos Unido s de Colombia-Bogotá.
D. P. E.- 872.

RESPUESTA.

Betadce Unidos de Colombia'- Secretaría de Relaciones Bxterlores-c-Bogotá , 2 de Novi embr e de 1882.


SalOl' Ministro ..

He teni do el honor de recibir :r de poner en conocimiento del ciudadano Presidente de la Unión la muy
importante carta oficial, fechada en Caracas á 10 de Agosto último, por medio de la cual se digna V. B.
participamos que el Il ustre Americano, Regenerador y Presidente de la República de Venezuela, ha dispuesto la
celehración del primer centenario del natalicio de Bolívar, que se cumple el 2·1 de Julio de 1883, é invita al
Gobierno de Colombia á tomar parte en esa gran festivi dad.
Mi Gobierno, fiel intérprete de sus propios scntlmientoa j" de los del Pueblo colombiano , recibe con sincero
júhi lo esa honrosa invitación y aplaude el noble cuanto elevado pensamiento del Excelentísimo señor Presidente
de Venezuela ,
Como con tanta propiedad lo expresa V . E ., Colombia no necesita ser invitada á esa fiesta de la A mérica. Su
concurso era espontáneo y obligado en homenaje al recuerdo del guerrero esclarecido á quien debe en primer
término su condición de emanc iparla y soberana, El sentimiento popular en Colombia junta siempre en un solo
haz la gloria de la lucha de su indepe mleneia con la del vencedor en Boyacá, y las manifestaciones generosas de
esta Nación en honor del nombre de sus más insignes patricios, lo son tambi én de veneración y gratitud por la
memoria de su Libertador.
BI Pueblo y el Gobierno de Colombia se asocian desde ahora, con verdadera satisfacción, á la festividad del
centenario, y se harán representar en esa gran solemnidad, que tiene por objeto coronar con la a poteosis en los
altares de la P atria j' de la Hi storia, la figura gloriosa del Padre y fundador de cinco E stados libres.
Juntamente con la expresión de su más cumplido agradecimiento al Excelentísimo scnor Presidente de
Venezuela por el honor ele la in vitación, mi Gobierno presenta tÍ. esa República hermana sus más cordiales votos
por su paz, por 8,U gloria y por su prosperidad.
::\Ie complazco espceialmeute en servir de 6rgano de tra smisión de estos sentimiento s y en suscribirme de
V. B ., con la protesta de mi más alta consideración,
S u at ento y seguro ser vidor, J . ~I. Q UIJAN'O W ALLIS .

Al Ex celentí simo seño r Secretario de Relaciones Exter iores de los Estados Unidos de Venezu ela- Caracas.

PAPEL PERIODICO IL US TR ADO.


NÚMERO 30 - AÑO JI,
83
CENTENARIO DEL LIBERTADOR.

1
EPROD UCDIO S en la página elel frent e, y como primordial asunto á que prestar emos siempre atenci6n
documentos que se refieren ~l Centenario d~l Libe rtador, que las Repúblicas S ud-Americanas se prepara~
á conmemorar, y muy especialmente la vec ina V enez uela, donde fu é la cuna del inmortal caudillo.
No omitiremos durante el curso de la publicación del PAPEL PERIÓDI CO ILUSTRADO el repro ducir
todo aqu ello que dé interés á este acontecimiento y que tienda á despertar ent re los ind iferentes á avivar en los
propicios y á recalent ar en los entusiasta s por esa fiesta 'i lectore s de nue stra hoja, el fuego sagrad o que debe
arrebata r los corazones de aqu ellos que, con ju sto orgu llo, ven en Bolívar al ilustre patricio temido guerrero
bi 1 . 1 '
s~ 10 egrs ador que supo en menos de tres lustros dar libert ad á cinco naciones, recorrer con paso seguro la vert í-
,
gmosa senda de la gloria, y sin ambiciones y sin remordimi ent os, á la mitad de la carrera de la vida morir de
gloria)' omnipotencia. '
Lo s cent enarios se cri tican porque todo es susceptihle de crítica en este bajo mundo; pero igualmente se
defienden por la misma ra zón y más aún porqne dan lustre á los países que los celebran. Para la América pr inci -
pia ya la época de los centenarios, que es la de la in mortal izaci én de sus glorias. Colombia celebr óel año próximo
pasado el de los Comuneros, iniciadores de la patria ind ependencia, y en el año venturo celebrará la A mérica
entera el de Simón Bolívar, que resume todas las glorias, toda la grand eza y toda la inmortalidad de un Mu ndo.
Como defensa de estas fiesta s de la civili zación, y como voz alentadora en estos momentos, reproducimos la
introdncci6n con que precede Caste lar el anuncio del Centenario que reunirá en Umbría (I talia) Ii numerosas gen-
tes, para honrar la memoria de San Francisco de Asís -Dice así:

Lo s puebl os mode r nos com ienzan á comprender qu e su m a yor triales qu e acortaron las di stancia s y some t ieron las ola s bajo
Ut ulo á la eetimacíén del géner o h uma no y á la inmortalidad 8US máquinas animadas por el tenue vapor ; y de los fí sicos
d im a na de sus predilectos hi jos , creadores de su gl oria . Las q ue di er on el rayo á nuest ro imperio, "Jo le t rocaron, de nuestro
esta tuas, los centena rios, los con g resos, el cu lto consagra do á a sesino, en nuestro me ns ajero, forzándole á ll ev ar n uest r a pa -
los grandes hombres, va n produciendo poco á poco el sac r o la br a en su s chispas, á esculpir n uestros m etales con su s cor rien-
calendario de la Historia y da ndo verdaderos ejem plos qu e tes, á il um inar nuestras noches co n su lumbre; pu es de todos
imitar con l umi nosa s ense ñ a nzas qu e aprender á l a s jó vene s estos resultados, de todos ell os, de l toq ue de color puesto en la s
gene racione s. An t es, no h á much o tiem po, las campanas sena, tablas y en los lien zos; del cántico melodioso arrancado á. las
ba u, los cohetes l ucían, las pr ocesiones a nda ban, los altares y a r pas; de las pied ras sobrepuesta s com o la s estancias de [ u bt,
simula cros resplandecían, los púlpitos h a blaban tan sélo por loso himno en los grandes m onu mentos ; de la poesí a viv a y
a lgú n sa nto, á quien ofrecía estas fest ivida des, más 6 m enos a la da que se le va nta en r a ud o v uel o á. lo infinito ; así como del
poéticas, una devoci ón tradici on al, conve r ti da en una costum, sacrificio de tal redentor, del ruego r eligioso de t al pe nitente,
bre, falta de idealidad y de sen tid o, por de antigno ejerc it ada ; del fin sublime de tal héroe 6 de tal mártir, se forma ese mundo
mas h oy, el m a yor conocimiento de los ser vicios prestados po r del espiritu, qu e a lzándose del se no de la naturaleza , cual se
los bienhechores de la humanidad trae fiestas va rias, en q ue, al zn del áureo incensario la cerñlea h uma red a, pa recida en sus
pre dominando la inteligencia sobre los ciegos sen t im ientos y va gos espi rales á u na o ración del a lma , nos llev a derechamente
la s añej a s cos t umbres, da lecc iones prácticas de idea s múltiples á lo absolu to, y nos com unica, po r m edi o de presentimient os
en con gresos literarios 6 cien tíficos de verdadera importancia, sublimes, y de visione s místicas, y de arrebatos in comunicables,
y mueve las voluntades a l bi en , most rándole s cómo lo han a l. con la esencia y la sustancia misma del Eterno.
canza do pa ra d ist ribuirlo ent r e su s seme jantes a que ll os q ue Todas est a s fest iv idades, en qu e t a n to c ulto se rinde al idea.
h an quer ido a lcanzarlo, y no tan s610 en las esferas sub li mes lismo, aumentan el ca lo r JO la luz de lo ideal en nuestra v ída.
y cerúlea s de la religión, sino en el arte ) 0 en la ciencia y en la P or consiguiente , nada t an justo y natura l como asocí arnce,
polí tica, y hast a en la in du stri a . Con este nue vo modo y ma , en la m ed ida de n uestra s dé biles fuerza s y con los tribu to s
nera de suscita r el agrad ecimi en to público de la s ge ne raciones a llega bl es en nu est ra poq ued ad, Ji esos con ci ertos de al abanzas
vivas á los g ra nd es hombres muert os, concluiráse po r intere , entonados, en ciertos días opor t unos, á los bienhechores de la
ea rlas con ig ual interés en to do cuanto se ha trabajado á fa vor humanidad. Italia se di stingue ahora en t re t odos los pu eblos
de su emancipaci6n , y por darles entre sí mi smas y con las po r estas fiesta s cont inuas. No le ha ba st a do con cele bra r el
generaci ones pasadas una soli da r ida d que acreciente la gran. ani versario de San Benit o en sus montañas de l 1'IIed iod ía ; con
deza de l esp íritu universal y d ila te los ho rizontes de la huma. ofrecer h omen aj es a l Da n te y á Migu el Angel en la s se ve ras
na hi stor ia. ca ll es de El orencla ¡ con citar en Fe rrar a los a dmira do res del
Ya qu e, por nuestra desgracia, no hemos podido saber quién Ar iost o, y en Sorreutc los admirad ores del Tasso ¡ la inagota-
ha1l6 la primera ch ispa con qu e a vivamos, recién snl fdo s de la s ble fecundidad de su genio y el número in creíble de su s ínm or-
grutas primitivas y de las ha bita ciones lacu st re s, la ll ama del tales per míte nle a ho r a m ism o, en el año cor r iente, reunir en
hogar, no s610 propia para escl a rec er lo y ca lentarlo, sin o tam o Lomba rdía los in numerables a doradores del cis ne de l\la ntua ,
bí én para for jar el hierro de los arados y el hierro de las eepa - y r eunir en Umbría los inn umer a bles adoradores del peni te nte
da s ; ya que no podemos saber qui én t eji6 la prim er a t el a en de Aeís. Por esto s dos aniversarios, por el consagrado á qu ien
que n os en volvímos, y am a só el primer pan con que nos al i, quis o renovar el paganism o con los confusos eces de las proíe,
m enté mos, allá en la s socie da des primitivas ; no dem os, no, á cía s hebreas y con los mi st erios ind escifrables de los cantares
ing rato y t riste olv ido los nombres de los pil otos q ue nos t ra . sibili nos, y á qu ien re nov é el cristia nismo con las corrientes
jeron la brú jula, por la cual pud imos orientarnos en el cielo y democráticas que da ban de sí los mun icipios m odernos r eci én
dirigirnos en los mares; y de los astró nom os que a rrancaron fundados, se obser va c6mo n uestra ciencia h ist6 rica es de suyo
las est re llas lÍ. lo in finito y la s red ujer on á los lentes de un una síntesis vi va , y cómo n uestros sen timien to s humanos pue-
t elesc opio para que n os contéran, com o al oído, sus sec ret os; den prestar culto á genios diversos, por haber servido en su
y de los qu ímicos qu e sac a ron de sus retortas descon ocid os día y sa z6n, aun con creencias opuestas," la hum anida d y á
g ase s y descompusieron los a ntig uos elementos ; y de los índus- sus progresos.

PAPEL PERIODICO IL USTR ADO.


84 28 De NOVI eMBRe De 1 ~ 82 ,

HERNANDO ARBOLEDA.
(Pa rís, 12 de Junio de 1860 + Rogota, 2 1 de Noviembre de 1882.)

~
PEl<A8 ha ce uu año cumplido que registrá bamos en nuestras colnmnas la temprana
muert e, doble desgracia para la patria y para los suyos, del notabl e ingeuiero y nuestro
, herman o político D. Rafael Arboleda, que desapareció víctim a de una fiebre maligna en
las riberas del Magdalena, en la tarea y sobre la brecha del progreso del país, y ya hoy hemos
cerrado la tumba donde se ba hnndido HERNANDO, su hermano menor, eu la flor de la
juventud, en los risueños días en que tod o se mu estra alegre, a mplio el porvenir, fácil el
cam ino, y llena de flores y perfumes la exi sten cia.
Tal parece que la muerte se complaciera en escoger cuidadosamente sus víetírnas cuaudo
busca para herir á los que reunen esa trinidad que despierta los recu erdos de una vida mejor-
juventud, belleza y geuio-y en la familia del inmortal Arboleda su cosecha ha sido abundante,
como si le causara envidia "el' levautarse los vástagos del poeta-mártir, iluminados por los
resplaudores de aquella rica imagin ación, que se apagó, como el sol, entre las densas nubes
que levanl ó terrible contienda,
Conta ba HERNANDO veíntidos año s, edad eu que ap enas se comienza á gustar la dulce
miel de la felicidad de la vida, edad en que las espinas no desgarran el corazón ni los
desengaños destrozan el alm a. La cari ñosa madre veía en él al más joven de sus sostenes
para sus días qne bien pudi eran ser más felices si la muerte no se hubiera propuesto tronchar
en flor los a mados bijos. Ella se coruplacía en ver eu la bella ñsonomía de HERNA..'1DO, en
sus man eras a fables al mismo tiemp o que vigorosas ~' rudas á las veces, en su andar elega nte,
en su mirada licua de fuego, en la simpatía que despertaba, la reaparición de uu pasado qu e
es para ella todo luz, á pesar de la negra sombra, que hoy como ayer, lo tiene nublado.
HERNANDO espiró el 21 del presente, y dolorosa sensación causó en la sociedad su
desap arición. Inmenso concurso rodeó su féretro durante los oficios religiosos y lo acompañó
basta las puert as de la morada del silencio y de los recuerd os, dond e las cerú leas esperanzas
se ocultan haj o el man to misterioso con que la vida que acab a se cubre á la puerta deja vida
que empieza. Allí un amigo, D . Candelario Obeso, le dij o el último adiós en las sentidas
frase s que recogemos para completar este recuerdo, tributo del preferente cariño que teníamos
por IIEHNA XDÜ. .Alberto l!TdulI(IQ-GQl,rid r r:ngNc}¡td -JOTgt I/olyuill.
El &~ñor Obeso dijo '51:

" D ios de misericordia , dime, I por qué no escuchas mis fervi entes plegarias T R esignado
he bebido la hiel del infortun ío ; tengo puras las mnnos ; he corrido la senda de la vida sin
hacer mal á nadie y en este momento, á la altura en que estoy, desangrada la planta y con
el alma llena de insanables herid as, vivo porqu e me alienta la esperanza de volver hecho
almíbar todo el mal' de a mar guras que he apurado. Dime, I por qué no escuchas mis fervientes
plegarias ! Deseo el bien de la Patria, y á cada momento más y más se oscurece su porvenir
medroso. La vida de este joven me era cara; te rogué humildemente que no abrieras,
llevándolo al sepulcro, esta nueva honda herida en el alma angustiada de su madre-noble y
digna matrona- y no te plació oírme . H ace poco la heriste, y heriste á la Patria, con la
muerte funesta y pr ematura del nun ca bien sentido Rafael Arboleda. Dime, I no te conduele
la tristeza profunda de la ínfelice viuda T A mí me parte el alma cada vez que la encuentro.
Lleva escrita " U el rostro la suprema amargura; no hay una sola cana en sus cabellos, pero
tiene en el alma el frio del desconsuelo que el tiempo comunica á los pechos sensihles ....
Dios de misericonlln l yo sé que el sufrimiento es la pre ciosa herencia de los seres qu e elijes
<le instrumentos del bien en este mundo; pero me duele mucho el infortunio aj eno. D errama
sobre mí más ama rguras y despréciame el día en que vierta una lágrima devorando mis
penas ; pero dame esta graeia : anhelo ver dichosos á los seres que quiero, y por ello te exijo
humildemente que de hoy más nunca viertas ni una gota de acíba r en el alma tan noble de la
madre de H ERNAXDO. _.. Querido a migo mío, contribuye á mi súplica. A ntes de qu e me
aleje de esta tierra, para mí tan querida, vendré á regar tu t umba con algunas vIoletas de las
qne yo cultivo .. . . "

PAPEL PERJODICO IL USTR ADO.


1\ÚIrlERO 30 _ AÑO n, 85

JosÉ MAR!A PONCE DE LEÓN.


~A)1ENTA.BLE gravísin~a
1t A. ! enfermedad que en principios del mes pu so en peligro los días de nu estro
amIgo el célebre h~rato senor D: !l-afael Po~bo, ): que af?rtunadamente para los suyos, SU 8 ami gos, las
letras y las artes hizo favorable cnsls, nos ha Impedido publica r el retrato con el artícu lo bicgréñco que del
malogrado Ponee de León te ne mos ofrecido, porque no queremos que el egregio compositor tenea otro
biógra fo que BU amigo y su colaborador D . Rafael Pombo, E speramos tan pronto como la salud de Porubo esté
sosten ida por su ardoroso vigor para escribir, á rog-arle que term ine aq uel trabajo que será digno <1('1gen io fecundo
de Ponce y dig no también del ba rdo colombiano llamado á cantar y narrar la vida del malogrado maestro.

D. RICARDO SILVA.

~
L NO:'\IB RE del seño r D. Ricardo S ilva es bi en que distinguió en su conversación familiar á su malo gra-
conocido en el cam po de nuestra literatura patria, do padre , tan trági camente a rre batado á la sociedad
y de sentirse es que sus escritos, don(le campean bogotana.
la gracia y el hu en decir, no halan sido tan nu- Y lleva de tal modo el seüor Silva ese espíritu here-
morosos como era de esperarse de su vasta inteligencia. dudo de su padre, )" es tal la precisi ón y la cantidad de
Entregado desde muy joven á las ocupaciones del cern er - pormenores, que el dibujante que quisiera ilu st rar con -
cío, los núm eros, qu e son 1;\ pros." de la vid a, le han cienz urla me nte sus obras, hallaría, no rleei mos en cada
robado á. nuestras letras mu cha s bellísimas páginas con - párrafo, sino ('11 cada lín ea de su obra , asu nt o pa ra varias
que el señor Silva ha podido enriquecerlas. Sin embargo, composiciones.
8U8 artícul os de costumbres, que van á. ser publi cados Sa liendo ahora dr-l campo de la literat ura y entrándo-
en un tomo en las prensas de este periódi co, bastan para nos con el sombrero en la muuo en el nido I}C nOTl~ S que
crearle un a reputación literaria )" deja r huella de su paso const it uye el hO~¡\T del señor Silva, qu é deli cioso perfu-
por el mundo de las letras. Si á estn publicaci ón que m« du rosas)' violeta s aspiraremos u1 nhrir aqu ella ensa
preparamos podemos agregar algunas de sus poe sía s, COIll O donde la felicidad ha plegado sus a las y PI amor ha
lo esperamos, el volumen quedar á perfecto. y los am ig-os puesto sus rea les. E l señ or Si lva es 11n hombre verda-
V admiradores de R icard o Silva, como los lectores de dernm en te dichoso, j' aunque una nfeec lén que min a su
buen gusto en general, ndomarún verdaderamente su existencia le t rae lo!'! dolores físicos, ellos son lleva der os
biblioteca con (,1 interesan te volumen. (m presencia del cú mulo de placeres que encierra el
Ya conocen nuest ros lectores el prec ioso artículo Un blanco nido rle SlIS afectos.
año en la corte, que publicamos en el número 3. IIo)" El señor Silva es hombre de pa rtid o (quién no lo es
La niña 8a.lomé, su últ ima producci ón, engalana unes- entre nosotros); sus idea s son moderada s, Sil acción siem-
tras columnas. Ella. pone el sello (, la série de escrito s pre fruternizndorn, )" amigos y adversarios polít icos le
que han tenido por tema favorito las escenas de familia, tienden la man o con ig-ual cariüo v It1 a precian J respe -
que su pluma describe con mano mae stra. Un domingo tan. En su gen eroso corazón no caht~ el ren cor, y de sus
en casa, Las cosas de la~ de casa, Indemnizaciones, labios huy en las frases apa sionadas, como á su penen-
El portón de casa, Estilo del siglo XIX, Ponga usted mien to no en tra n los fanatismos qu e envene nan. BI
tienda, Tres visitas, Y como usted es mi amigo ...lti señor Silva pert en ece al partido liberal.
familia viaJando, El niño AgapU o, La. Cruz del ma- Cumplido caballero en el port e y en el trato, su vida
trimoni o, Vaya usted á una junta, Un remiendito y ha pasado en tre el ca ri ño de todos. Ancha es su frente,
rAS llat'ecitas, con los dos que nos ha cabido en sue rte ca staños la barba ~. los cabello s, los ojos vivo s, la nariz
obsequiar á nue stros lectores, son diez J seis artículos aguileña J el porte general de su persona de aspecto
de coseumbrea que no ha inven tado la imagiuaci én sino huesoso, hoy, más bien por el estado de su sa lud que por
ha copiado (>1 esp íritu observador del literato. E sos cnu- su con stitución física. Su andar siempre firme, unido oí.
dros verdadera descripción de nu estra sociedad con sus t odo lo anterior, recuerda cómo fué en sus mocedades uno
coetumbrea sus usos, sus preoc upaciones, sus bellezas )" de los elegantes de la época, y por el modo pu lcro de
BUS d(\fer.to; gozan del favor públ ico por la origina lidad cui dar su persona)" su vestido, cómo lo es siempre de
y la. in tenc ión. los de bu en tono de la actua l.
D . Ricardo Silva, am igo cle Vergara y Vergnra, :E I 24 de Agosto de 1836 nació el señor Silva. Cuenta,
Oarrasq uilla, Ql1ijauo O tero, Samper, Mar roquín, Cni - pues, cuarenta. y seis anos, y habrá de vivir otros muchos
cedo Rojas, Borda y del inim itable D . E ugenio D las, después de que lea estas líneas qne dicta el cariño y
de quien habremos de publicar el retrato con un ra sgo a lienta el espíritu de justicia rendida al 'verdadero mérito.
biográfico, que reclama el pintor á la pluma (~e la nat~ "
ral eza fué de los colaboradores de El j[o sa1Co, el pn-
mero ~ntr(' los periódicos literari os que se han pllblicad,o
en Colombia. En las grutas veladas de aquellos escn-
tores, á que dieron "el.nomb:c fie la hoja que ser vi~ ele
agradable ent reten imiento a damas y caballeros, S,llva LA NIÑA SALOMÉ.
dió á conocer sus (lotes de poeta j pero g uardad o se tiene
sus versos que no ha dejado conocer del públi co por Jf. Ill ig uel )¡J ia z ql qau adoo Ji.
aquella mo'clestia que distin gue siempre á los que t ienen
esa superioridad que enorgull ece á los neci os )" crnpe- !v A niiia Sa lomé pertenece á la scccién del 11UIO
Aaapito, del cua l fuimos, en anos anteri ores, Lió-
queüece á. los propios ojos al (lue en realidad la tien e ;
pero, como 10 dijimos ya, abr igamo s la .espera~z~ de l~ a ­ g-rafos afortunados aunque indignos. Es la china
cer quebrar lo que hasta ahora hnuíu Sido en él utvurm- -' de 1l0~o tlÍ, hija del pueblo como aqu él y simpático
ble propósito. . t.ipo pronto á desaparecer tambié.n en h\ corriente de
Hijo del espiritua.lísimo seilor D. José Asun cl.ón, (.J nuestras costumbres modernas, si (~S que tenemos c-os-
amigo intimo de la generaci6n que se va, revela U,lcardo t umurcs, por lo cual queremos consignar algunos de los
en sus escritos ese mismo espíri tu de observación filia ri.lsgos que le caracterizl\n, siquiera sea como datos que

PAPEL PERJODICO IL USTR ADO.


86 28 DE "lDVIE MBBE DE 188 2.

aerviran un día á los que habr án de sacar de entre el das del difunto mestro Olivare s: un niv el desni velado
polvo del olvido las reliquias de lo que fu é nuestro mod o con regul ador de greda, un hilo de pita hecho en la cár-
de ser. cel, un metro de nov en ta centí metros, una escuadra des-
La niiia Salom é es hija del difunto mestro Olivares, cua drada, una plomada, una cucha ra de empedrar, )' un
albañil de la anti gua escuela de donde salió aqu el genio palu st re embarrado y occidado. Sobre el j erg ón de la
que en discusi6n con V ergara sobre la alarm ante íucli- cama ha)" una almohada de zaraza rosada cubierta con
naci6n de un a par ed qu e estaba const ruyen do, le sostuvo una escasa fundita de muselina tras parento, á cuadritos y
aquello de qu e " media vara no es despwm e"; barb aridad sucia, y allí, envuelta en los restos de una frazada t unjana
de enton ces, convertida hoy en axioma por las demostra- y de un a colcha que cn sus moce dades dchió ser de da-
ciones de Ja política del día. masco, duerme la nUia Sa lomé, de nueve nitos. H ay á Sil
Fué mad re de la niña Sa lomé la nü"ia " OOllsaución lado, entre la misma cama, un gato pardo que arrulla á
Hurtada , una creada suya ," segú n sus propias pal abras ; la niña haciéndole mazam orr a, y que al despcrczarse
cocinera de puertas afuera 6 semi- inte rna J ad hoe de arqueándose y bostezando, le lame con su lengua áspera,
las casas grandes en los gran des ban quetes; decana del como si fuera de papel de lija , ya las rosadas meji llas,
gremio y honra)' prez del arte culinario. ya la manecita que descansa sobre la almohada .
El lector conoce las habitaciones de nuestro pueblo A Sa lomé le sobra el apellido : Sus amigos de ent re
pobre, á las cuajes no ha llegado aún ni una sola de las el pueblo inculto la lla man y la llamarán \, la nifia Se-
comodidades que hubieran de aliviar la miserabl e exis- Jamé " mientras vi va, y la difunta Salomé cuando
ten cia de esta capa social compuesta en su mayor parte muera; el respetabl e públi co represent ado por las seño-
de trabaj adores int eligent es pero sumidos en la más pro- ras, la llama la c/ti lla Salomé 6 la chi na de las Ec rnán-
funda ign orancia. V camas, sin embargo, cómo era la dez 6 de las R odríguez, si está. al ser vicio de éstas, y el
tienda de la madre de S al óme, nuest ra heroín a, situada resto del públi co, el públi co hombre, el públi co feo, du e-
en una de las últimas calles de Bel én : Puerta desven ci- ño de las camisas, de los cuellos y de los puños postizos
jada, vieja y de color indefinible, par edes ahumadas y que aqu élla aplaucherá un día, la llama sencilla mente,
piso húmedo .-En el lado derecho de la entrada ha)' una Sal omé; de man era que, como no llegará el caso extremo
mesita. an tigua cubierta con un trapo blan co, J encima (le que nuestra heroína caiga en poder de José Segun do
de ésta, unos trozos de almidón de yuca expuesto s al sol P eña con el laud abl e objeto de que levante u n sumario
yal aire y en el otro, un costal viejo que contiene car - en regla, no por dácame esas paja s, sino por dlÍcame esos
b én. Á cierta altura de éste, hay una estaca en la pared dat os sobre alguna endiablada travesura de arrabal, como
yen ella se pasea una lora insolente y desvergonzada que la de Sagrario 1\'1ora108, resulta, como dijimos, que el Olí-
canta, silba, llora y remeda á los perros y á las guarichas varea heredado de su padre le sobrará para muchos de
que alborotan la fuente vecina. Sigue un bastidor forra- los demás actos de la vida.
do en bogotana, con guardillas de papel azul oscuro y que Sal omé es ahijada de pila, de la nilia Prudencia
tiene en el centro un grabado sucio y roto, sacado de un Roseros, viuda del cojo VilIate, muerto en la acción
periédico inglé s. En el rincón de la izquierda hay una de "Peta'1uero, " y dueña de la gran chicherí a de
hornilla. medio destruida y entre las cenizas que cubren la esquina inmediata á la tienda de la madre (le Salomé.
la parrilla, una olla pequeña tapada con un un plati co E s la chichería de la niiía Prudencia un estableci-
desportillado. E sto, unos fuelles, una tabla colgada con miento afamad o por la especialidad de sus produ ctos:
cabuyas, y sobre la cual se ven algunos platos y pocillos no hay en el barrio mejor chicha duran te la sema na, ni
de la-fábrica de Leiva, unas cucharas de madera, una s mejores chicharrones los mart es, ni más suculentos ta ma-
botellas va cías, unas copas de vidrio sin base, unas yer- les los sábados en la noche. E s el luga r de cita de las
-bas secas y algunos otros pequeños objetos, como un co- criadas cesantes, de los obreros vecinos y de los solda dos
ladorcito de esparto, un envoltoríto que conti ene canela de la guardia jnmediata, así es que, especia lmente cn
y dos limon es secos, forman el menaje de cocina. las primeras horas de la noche, J ti la escasa luz de dos
La tienda está dividida en sala y dormitori o, por un velas, de lar ga y enluta da pa\"esn, que arden perezosa-
cancel de lienzo con puerta en el fondo, cubierta con una. ment e entre unos faroles opacos por la. gra sa, hierve la
colcha. de retazos de zaraza. de diversos colores. En la. concurre ncia y se ag ita bebiendo, conversando en tollas
salita, CIIJOpiso está cubierto con una estera vieja, ha)' los tonos y riendo á ca rcaj ada s estrepitosas, Ja al oír los
una. ban ca de madera sin barn iz, una sillita de cuero y chistes de baja ley de alg ún parroquiano grac ioso, 6 las
al lado de ésta nna cajita de pino con trapos y útil es coplas populares cantadas al compás de un ma l tiple, por
inútiles de costura, la cual tiene adheridos en la ta pa, un mul ato casi mendigo, preciosa reliquia Caucana de
por dentro, una Oraci6n al Patriarca Señor San José las hnestes vencedoras el 18 de J ulio. -Sobre el estante
y varios tiquetes de colores que representan un puerto del centro de la tienda que sir ve de despacho principal
con un buqu e y dos fardos en la playa, y que tienen este en la cbichería, r que está forrado, hasta cierta altura,
letrero: Fast Oolours, 24 Yd. Landan.-Hay además en papel impreso, se ve, en prim er lugar, una partida de
un canapé forrad o en zaraza desteñida ; al pie de éste un frascos que contiene n, unos mistela de azafrán 6 de café,
cuero de oveja, y en las paredes una imagen de la. Virgen y otros de claveles 6 de mejorana, cuyos colores de oro,
de Chíquinquirá, nn aviso de funci6n de caballitos con de rubí 6 de esmeralda, se reflejan en el fondo cubierto
las grote scas figuras correspondientes, el retrato del doc- para el efecto con latas brillantes. En las mesas que
tor Margallo, una carica tura de )lelo, un ramo bendito, reciben la estantería, hay cajoncitos, especie de pupit res
una pastoral vieja y al!funos figurines de El Oorreo de sin tapa, que contienen pan fresco, la colación y algunos
Ultramar , ahumados y ridículos por ser de moda pasada y dulces secos, arroz con los correspondientes huevos colo-
en otro rincón, dos tinajas, un rallo, un cedazo y la tor- cados encima simétricamente, garb anzos, café, azúcar y
cida escoba de talle corto y falda larga. chocolate en pastill as estampadas con el pie de un a co-
En la trastienda 6 dormitorio hay una cama miserable, pit a, el de azúcar, y en bolas revenid as, el de har in a. La
cerca de la cual se YO una pilita de barro vidriado que parte de encima está llena con petacas de F usagnaugá y
contiene agua bendita, y una cruz de cartón adornada con botellas que contu vieron " Brandy Rac é " y "1\la-
con recortes de papel dorado. Sohre nn baúl viejo y des- ñanas del Padre K erman," En otros huecos hay unas
veneíjado, hay una botella neg ra} vacía, que sirve de pocas caj itas con sardinas, cigarrillos de A str ea, tabacos
candelero á un cabito de vela de sebo. En nn rinc ón está chícharos, de á ocho al cuartillo, amargos y torcidos,
colgado un tiple sin cuerdas y al lado nn sombrero de f6sforos y cerveza <le Saycr. En los costados hay panela,
paja sucio y un snrroncito qne guarda estas otras pren- at ados de leña que coronan la altura,jab6n de la tierra,

PAPEL PERIODICO IL USTRADO.


~ÚM€R O 30 _ AÑO Ir.
87
halaye s y sa l negra. Dos ya rita s colga das cortan los án- con un bastida mito bla nco. Ti ene esta pieza roto el em-
gulos del fondo, 'i hay ensarta dos en elles rosquetes v papelado, ahu mado el cielo raso, de cuyo ce nt ro cuelga
bizcochos chicheros . D e un a. gran vara que cubre él un a figu ra de papel picado que imita una canastil la en
frente, cuelga la manteca que un inglés tomó en la S aba - espiral, poblada por miles de moscas, de todo lo cual es
na por salchichones blancos, la longan iza que se vende complemen to un esterado sucio, cuyas dislocadas ampleas
por varas, la carne sala da de res, las bajadas de cerdo, a testiguan que sobre ellas ha pasado, junto con la mano
los lazos de fique)" las vela s de " n !!ebe al p eso, " COmo del t iempo, el pie destru ctor. de los bailarin es de arrabal
dice en la, puerta. en las chirrías de aguinaldos y Noche- buena soste nidas
Sobre el mostrador gra siento hay un plato de barro por las bandolas y el aguardi ente J' ter minadas H a l des-
que contie ne ají vhú'(('[{) encurtido, más bravo 'i m ás pi- pert ar la aurora," entre las ru idosas carcajad as J los re-
cante que los discursos de la oposición; en uno de los extr e- dulces )' pegajosos cumpl im ientos de lag concurrentes
mos, entre una rejilla de ma dera, hay un gr an queso de medio tr astornados . En uno de los costados se ve, entre
estera man tequillu do, empezado, 'j sobre las gruesas y un grose ro marco negro y con ridrlo que lo g uarda, pin-
desvencijadas tabl as de dicho mostrador están cla vadas, tado al oleo, al vermellón y al azul de P ru sia, el retrato,
para perpetuo bald ón de los monederos falsos que las no del cojo Villate, negociante en sebo y en papa s, sino
lucieron , unas pesetas de plomo, cerca de las cual es está del coronel Villate, muer to gloriosamente, por supu esto,
el tr ique, tra zado con honda s cuchilla das, y en el cual en P etaquero, en la batalla case ra que di ó, no la victoria
suelen jugar con granos (le maíz, algunos parroqui anos sino la derrota á las armas del g ra n parti do á que per te-
en las horas de calma. La chicha hi er ve en g randes ba- neció Villate, arma do hoy en defensa del otro gran par-
rriles debajo del mostrador, y entre aquél que contie ne tido que lo fusil é en P etaquer o.
la más fuerte, nada la toturnita que sirve de unidad de La tosca mesa, g ra nde, de pino, colocada en el cent ro
medida para los compradores.c-Uua hoja de col 6 de de la sala, las silletas de guadamacil qu e tienen pin tad o
cltisgua, seg ún el (~a.s o , atada á una estaca puesta en la en el espaldar un pájaro verde claro con alas rojas y po-
entrada de la tienda, es el telégrafo vegetal que a nuncia sado sobre una rosa azul vivo, los dos ca napés for rad os
al mundo vecino que el aj iaco ó los tamales están listos en de st ernplad or y sucio tripe solferino , las dos mesitas
para el consumo. negras con antimacasa res encima, adornadas con papa-
P or un zaguán anc ho y sucio, contig uo á la tienda que yas maduras y con loros y marineros de yeso j los dos
acabamos de describir, se ent ra en el resto del edificio espeji tos ova lados, de marco dorado ordi nario )' que re-
que contiene las an exidades 6 dependencias del Estable- produ cen la figura al sesgo y de color verd oso, la cc rti-
cimiento de la niña Prudencia R oseros, vecina, mayor nit a de linón de la boca-alcoba, reman gada y tor cida,
de cuarenta años, de regular estatura, gorda, colorada j' una imagen increíb le del Sa cre Oteur de Dleu colocada
de fisonomía vulgar pero simpática ; muj er activa, traba- enc ima de esta puertecita, dos te ntat ivas de dibujo que
jadora J de buen corazón, que vist e, ent re casa, traje de representan, el uno un molino in ver osímilvy el otro 'm as
zaraza morada con saco flojo cerrado con un pañuelito de ca bras tirando al monte, hechos por S imón Lan oñeros,
seda usado J' deste ñido, y cuan do sale á hacer sus como exhibidos en los certámenes de la escue la pública del
pras ó sus visita s, enag ua de tar tán negro, rica mantill a barri o )" dedicados por el impostor d ibujan te " á su que-
de paño recargada de adornos, pañu elo perfumado con rida tía Prudencia Roseros, " seg ún dice al pie de
agua de Lav anda y zapatos de cordobán qne el zapatero ellos; algunos libros descuadernados : el Sitio de la Ro -
su compad re le hace con esmero, bajo el absurdo J bár - chela , las visita s al Santísimo, las tardes de la Gra nja )'
baro nombre de (l uasintones: un tomo del In structor; esto, decimos,}· al gun as otras
P asado el zag uán, en donde al pie de unas filas de cositas más, constituyen el mobiliario J. el adorno de
adobes está , enr oscado, ent re dormid o J ~ ru ñente, "BO- aque lla pieza que sirve de sala, de comedor, de costurero
üando dichas mejores" " Temer6n," el viej o perro negr o, y de lugar en donde, en los días de amasijo, se labra la
lanudo, crespo y de ojos irri tados? coco de los mendigos, colación para la tiend a.
ant iguo J' leal servidor de la casa del cojo Yillate. y j Qu é brind is, qu é juramentos de salvar la pat ria y de
gua rdi án de la invi olabilidad del hogar de su ilustre viu- tumbar á los tiranos han resonad o allí, entre vaso j' vaso
da ; pasado el zaguán, decimos, siguen los corredores de de chicha 6 de cerveza, al calor de las velas )' a nte los
un patio alegre y endomingado con un as malvarosas os- sonri ent es rostros de cordero, cubiertos no de polvos de
curas )' con unos doncenones rosados ). perfum ados, qu e arroz á la Fran gipana, sin o ele miga de pan en vue lta en
tr epan alegres sobre algunas de las columnas, y los cua- grasa ama rilla !- ¡ Qué promesas ! qu é dulces palabras,
les, con un sauce torc ido y lleno de flores, y un manzano qué j uramentos de amor eterno J' de eterna amistad han
mendigo Heno de telarañas, situados en el centro, foro salido al lí, eut re t rago y trago de mistela, de los labios
man la decoración vege tal de dicha localidad. Hay sobre de amartelados cacha cos ramplones para el corazón de
los pasamanos de uno de los ángulos, una jaula de cañas las aristocráticas aplanchadnraa cesantes!
)' entre ella tr es toches que se disputan , no como perros Tal era la casa de la madrina de la nü¡a Sal omé, en
J' gatos, que al fin éstos han logrado entenderse en aque- la cual quedaba ésta cuando su m ad re se ausen ta ba I)a ra
Ha misma casa, sino como colombianos enca rga dos de preparar los platos qu e de le e ncome ndaban por el inglés 6
la cosa pública, los pedazos de plátano gui neo ). los res- francés encargado del comedor en el banquete res pectivo.
tos de tun as que toman, en común, ent re una cazuelita - Salomé ! gritó en uno de esos día s la madrin a P ru -
de loza vidriada.c-Uu os mazos de velas, qu e buscan ex- denci a .-~ Ontle está, qu e no viene á ver si ap rend e á
puestas al sereno, colgadas entre los espacios de las co- ler, en vez de estarse puallá dentro quién sabe haciend o
lumnas , la blan cura que les neg6 el sebo negro de su qué' . . . . i Apo stemos á que estaba en la cocina volvién -
origen impuro, algu nas vit elas que representan á Ferdi- dose un cerote, agregó al verla azorada, desp ein ad a y
nand Oortés brulalld ses navíl'cs? á :\Iazeppa, )' á Chac- sucia.
tas J. A.tal a, el almanaque del año anterior, un cernidor - No, mad rina? contestó Salomé, rasguñando la pare d
monstru o colocado en uno de los rin cones, unas cargas con la u ñita del pulga r, fué en eetico qu e salí de la tien -
de harin a, unas calaveras de los vena dos que cazó el cojo da .. .. Preg úntele 8u1nercé tÍ. la cajera .
VilIate y que le ser vían para colga r su montu ra 'j sus -Pues, no señor, contestó con dulce energía; vaya ,
zamarros de cuero acan elado y crespo, completan el cou- coja el Catón ó la cirtol eqia, y á deletrear !.. . . j Dejé.
junto que se presenta al pisar el tra sportón del zagu án . monos de vagamunderias }' de estar en la tiend a oyendo
Volviendo á la izqu ierda se entra en una sala que reci be lo que no debe oír un a uíüe ! _.. .
luz de la calle por una ventan ita , cubierta hasta. la mitad y Salomé so pasé el reves (le 1" maneeita izqui erda

PAPEL PERIODI CO IL US TR ADO.


88 28 OE NOV I E,¡99E DE 1 8 8 2.

I.A K I ÑA S A LO MÉ.

¡JOr encima de sus


gran des pestañasn e-
gras, como para en-
j ugar las lágr imas,
que en los niños resi-
den en el dintel de
Jos ojos, J agachada
entró en la sa la, de la
cual salió poco des-
pués una vocesita
claray simpát ica que
deletreaba así:
-Te, e, ese, tes;
eme, i, mi; teo, ese,
eles, Temisclcs,
-G, a, jn; brc,
-i, ele, b,.¡el, - GI'a -
bríe í , . . .
Sal omé ya más
grandecita, concu -
rrió (da escuela in-
medi ata: allí apren -
dió, la dotrina , algo
de escritura )" do
geografía )" algo de
aritmética . Fuá la

Composición y dibujo de Ul-danda-Grabo.do de Rcdri!11UJ.

PAPEL PERIODICO I L US TR A DO.


"ÚYERO 30 _ AÑO 11 . 89

LA 111 íl A SALO~IÉ.

més VI va, la más ladina J la más bonita


de las chinas sus campa iJeras, á las cuales
les compraba , con los cua rtillos quita-
dos á la madri na , J3 una estam pita de co-
bre, ya una dul za!na chillona, Ja una ne-
gra de trapo vest ida de zaraza a marilla
)'a un uidito con dos copetones impl umes~
y tanto á la mdma como á la madri na
les decía que aquellos objetos le hablan
sido regaladus por la mestra 6 por sus
amiguitas, pues char-
laba y mentía " has-
ta por los codos," se-
gún la expresión de
su mamita. Con vide -
ba á algu na s compa -
ñeras de escuela los
domin gos en la tarde ,
y con otros cbicos de
la veci ndad, j ugaba á
la ma riposa 6 á las
procesiones, canta ndo
el ora p ro novis y al-
borotando la calle .
-Mariposa, en qué
estás' dccte Salomé
en una de esas tardes,
sacudiendo al hijito
del polvorero de la es-
qu ina que esta ba Ten-
dado )' rodeado de o-
tros muchachos qu e
gritaban y pa lmotea-
ban.
- E n tab lilla, con-
testaba en su me dia
lengu a el muc hac hito.

C<ml'posición y dibuio de Urduneta- G1'ubado de Rodr1ffllu ,

PAPEL PERJODICO ILUSTRADO.


90 28 DE NOVIEMBI1.E DE 1882.

- Qué comés '! En la pu reza de costumbres de aquella casa perdió los


- Pajarilla. hábitos .'1; las mane ras vulgares, ). Sa lomé fué el todo del
- Q ué bebés f eerricio de adentro. E lla. compon ía las jaulas doradas de
- A gua el mar. los canarios de su sciíá Elen ita, podaba los rosales del jar-
- Qué buseús f dfu, hacía lindos ramos de flores para la sala, para el costu-
_ rIres alijas ). nn dedal p a coserle la cami sa á mi rero J para el gabinet e de las niíias, como llam aba á las
colegial. dos hija s (le la se ñora Santacrua. B arría y zahu maba las
-Da tres vueltas por la calle rlal y las encontrarés, habi taciones, y canta ndo en voz baja algún sentido bam-
le dijo Sa lomé empujándolo, rien do, brincando y gritan- buco, sacudía el polvo de los muebles en las piezas de
do en coro con los otros muchachos: recibo ó en el comcdor.c-Donocín todas las ca sas J todas
- Tocino! tocino ! para apart arlo del riesgo de tropezar. las relaciones de la familia, llevaba los recados para los
En otra s ta rdes, el sol de los venados doró COIl sus ra - enfermos, ':f las tarj etas de pésame, de cumpleaños ó de
YO S moribundos la tiend a hecha con chusqucs )' con tra - bienvenida, P einaba con raro buen gusto á su SCJÜ¿ Ele-
pos Robre la par ed de la hu erta vccina ; tie nd a dimi n uta , nita para los bailes y tertulias. Recog ía granizo en los
udm iu istrarla por una mu ñe ca de pasta, m or dida en la días de lluvia y se agitaba luego con las niñas en el in-
cara y dcstcñi dn, colocada detrá s del mostr ador por Sa - terior de la casa.haciendo helado de curuba ó de guayaba.
lomé, que era la empresaria, y en la cual le vendía á sus A rreglaba con exquisito esmero la mesa para el té, cua n-
compaüeras pedacitos de pau ela, de ahnojáhana J de cua- do había visitas por la noche J para las comidas de los
jada, recibiéndoles en pag o botones)" otros valores acepo doming os en familia . Muchos visitantes de provincia,
tados de antemano. paisanos ó conocidos de la señora Santacru z, al encontrar
Salomé pronu nciaba llena tic gracia, la resunta en á Sa lomé en la galería principal de la ca sa, vestida con
la apertura de los certámen es, y á la cabeza de las escue· su sencillo traje de regencia, cerra do en el cuello por
lanta s, cantaba el himno á la Virgen el día de la repartí- un lazo de cinta y con el pelo gracios amente levantado,
ción de los premios. A yudaba á su ma drina á vestir de la tomaban por una señorita á quien saluda ban descu-
flores la cruz de MaJO, y á preparas los floreros, á hacer briéndose respetuosamente, á tiempo que ella, azorada J
las ensaladas , J á poner la mesa para las cenas que los sonriente, les recibía scüa lán doles la sala )' diciéndole s:
"se fiores l1eccntes" solían encargar. Recitaba graciosos -Sigan sus merced es )' siéntense mientras avi so á mi
ve rsos populares, sabía eómo se llamaban algunas caclta· señora .
ca.~ , quemaba triquitraques sobre el gato dormido, monta- La niiía Sa lomé fué, pues, el ojo derecho de su seiíá
ba en las in ofensivas burras transc untea J era el mismo Pachita, y la compañera en el tocador, en el jardín, en el
diablito del barrio, torm en to de su m áma y encant o de costurero y en la alcoba, de su seirá Elcni ta y de Paulin i-
su madrina que la consentía, y de los parroquianos que ta la herma na menor de aquélla. Humilde J amable servi-
la admiraban y que le regalaban cuartillos por "oírle el dora de la casa, vivió en ella, linda, alegre y feliz porque
pico." todos, moros)" cristianos, la consideraron ). la quisieron
Cat orce alias conta ba la nilia Sal omé cuando in espc- siempre . Era, además, el orgull o <le S11 madrina Pruden-
rudamen te murió la madre. En el centro de la tienda de cia, á la cual visitaba a11?'1llOS sábados en la tarde cuando
ésta, CH una hermosa mañana de Ago sto, descansaba iba á Belé n con Paulin ita ti. ver la fábrica de loza, á co-
entre el ata ud de los pobres, la difunta Consaueión, j er cerezas (1<~ los viejos árboles conocidos suyos, ó á
amortajada con toca de linón blanco hecha por su coma- encenderle un a vela á la V irgen del Pilar en la capilla
dre Prudencia, y cuyos encajes enc ua draba n el rostro ama- del barrio, por la i ntención de su ma drina J por la alma
rillento de la muerta, que sostenía ent re los dedo s yertos de su ultima COllsa ucióll.
y rígid os, un pequ eño crucifijo de cobre. Seis velas de - Y , sum crcé ¡. qué hizo entonces' le preguntaba en
sebo chis porroteaba n á los lados del ata úd, y los vecinos voz baja Salom é á su seirá E lenita, sonrien do malicio -
congregados huelan come ntarios viendo el t'al1ll" cr,)' evo- samente y con marcada curiosida d, una noche, á tiempo
cnudc el n-cuerdo de las más insignifican tes circu nsta u- que, en el estr echo )' lind o gahinete, le quitab a de cutre
cías, n-pr- tfan conmovidos el elogie de la pobre ami ga. el crespo perfumado de sus dorados cabellos, una came-
Cuando levantaron el ataud para llevarlo, Salomé des- lia enredada J sostenida por las orquillas negras J brí-
greñada se arrojó sobre ('1 cad áver que cuhrió de besos )" llantos que la fijaron al vesti rse para. ir al baile.
de lág rimas. - Yo , _, . _contest é Elena, plegando pica rescam ente
- j Me quedé solita en el mund o!. " .gntó desespera- la boca delante del espejo de su lujoso tocador,
da; pero ) '0 te ofrezco ser muy formal, mad recita mía !.... -Yo f , a gregó, vacilando todav ía, le dije qu e para
Los sollozos entrecorta dos ahogaron la voz <le Sa lomé contestarle necesitaba tiem po .,. _ y tra nquilidad de es-
y el cuerpo fu é sacado entre el llanto )" las oraciones de píritu.
los concurrentes, - i A sum ercé m ás p icara t y . . . . él. . . . qu é dijo ? . .
Un año más vivió Salomé con 811 madrina, para la - Chit . contestó E lena encendida ponien do el dedo
cual era la muchacha justo motive de inquietud, porque de mar fil sobre sus lindos labios, é inc linando la cabeza
á pesar de su gran cuidado, no podía sustraerla de las á un lado, con inqui etud, como para ofr , . _.
mala s influencias de las gent es vulgares con quiene s es- - )! aJ l.1 á viene l . __ . chit I. _
taba en roce constante. Pero al fin logró que la tomara y en efecto vino, J su llegada interrumpió tan impor-
á. su servicio misia P achita Suutacruz, rica y respetab le tante confidencia .
señora, en cuya casa estuvo de costu rera en sus moceda- Cinco meses después varios carruajes conducían el bri-
des, la niüa Prudencia, ante s de casarse con el ciudadano llante y lujoso acompañamiento de señoras)" de caballeo
Villate. ros que segu ían al Palacio Arzobi spal en pos del que
La niña Sa lomé aprendió allí á coser, á bordar y á llevaba :t una preciosa señorita, á un elegante J apu esto
aplauchar perfectam ente, á hacer dulces á las dos mil joven, á una matrona y á un caballero, ó sean como lo
mara t'illas en todas sus varied ades, En efecto j(lué ge- había previsto el brujo lector :
latinas, qué crelll[t ~, qué jnlcus, qué pudines los que Sa- Elena, que tUYO tiempo J tranquilidad ele espíritu para
lomé supo preparar en poco tiempo!-De su máma Gon- decirl e á Julio que sería su esposa.-Julio rad iante de
saución lwredó la disposición para la cocina y fué el felicidad, su pudre y la scñora San tacl'uz que eran 108
reemplazo inmediato y transitori o de las cocin('ras que padrinos.
cojían la ma.ntilla. y 8e iuall el día m enos pensado de la Al pisar la novia, apoyada en el brazo de su 81WgrO,
casa de su sefilÍ Pa chita. el últ imo peldaflo de la escalera del Palacio Arzobispal,

PAPEL PERIODICO I L US TR A DO.


~ÚUERO 3D _A Ñ O 11,

pálida y agitada! miró inquieta á los que In seguían y de La nUia Salomé fuó conocida de todos en el ejército , y
entre éstos salió Salomé, su querida Salomé, la cual en más de una vez el coronel orden ó que se le diera ba-
reeibió In gran cola del vestido de gro blanco, y arregl ó gaj e para atravesar las ásperas montañas, y entonces
los azahare s y los pliegu es del an cho velo de tul de seda Sal omé arrimaba tÍ un barran co el moribundo rucio ofi-
que la cubría, siguiéndola con los ojos llorosos y la, voz cüt;1 quitado al ene migo, que le hab ía sido adjudicado, y
trémula, hasta que terminó la ceremonia entre los abra- dgi l montaba sobre la pesada enjalma, aga chando gra-
zos de los parientes y las felicitacion es de los amigo s. ciosamente el ala de su eorrosqu ita tolim ense y arre-
Fué punto pactado entre las partes cont ratantes, desde glando sobre sus hombro s la ruana carmelita de lista s
muy al principio, que Salomé " no dejarla por nada de negras, hecha en Guasca y que Feliciano le ponía sobre
esta vida á su sei'iá Elenita," y que si ésta se casa ba, ella el pañ olón azul, para precav erl a algo más de las lluv ias
sería su "creada precisa mente," ). así fué. J del fIfo.- A su vez Sa lomé lo llevaba, sobro 01 auca
Salomé recibió á los novios en la nueva casa J dispuso del ru cio, el morral amarrado junto con el envolto rio que
con orden é in teligencia lo relacionado con el servic io, contenía las dos m uditas de ropa )" los dem ás escasos
de man era que su sei'iá Etenita lo encontró todo arre- haberes adquiridos duran te la. campa ña, en la cua l per-
glado como en la casa de su madre, desde los ram os de dió por fin á F elici auo, ti tul ad o sa rge nto 2° del 5° de
azahares, de botones de rosa J de ca melias blan cas ata - R estauradores, mu ert o en el enc uentro de " E l P edro-
dos con anchas cintas que le enviaron y que encontró gnl " el [j de Julio y enterr a do por S alomé en la espesura
colocados en los jarrones de electro-plata y crista l, hasta de la selva.
lo más insignificante de aqu el nido de flores en el cual Ocho años má s t arde la niña Sal omé , después de mu-
vivi é también feliz. Si hubiera podido llevarse á su Pnu- chas vueltas y revu eltas y de dejar en confuso borrador
linita, nada le habría faltado pa ra ser completamente algunas págin as de su vida de viajera en nu estr as cos-
dichosa. tas y en la Habana, (1. dond e fué con una familia rica de
Entre los cri ados nu evos encontró Salomé a l uiüo Fe- Ca rtagena, regres é á B ogotá , mar chita , enferma J pobre .
liciano, in dio neto, <le novecien tos milésimos, mocetón L a ma drina P rudencia había cometido la imprudencia
de veintit rés años, bien parecido y que hacía. cinco que de casarse en segundas na uceas, como decía para expre -
acompaña ba á su amo Fulio.-Este ind io vino, vi ó J sa rse en t érminos cultos, con su sobri no político, Sim ón
venció como César, pu esto que, á las pocas vueltas, se Lan cheros, autor prin cipal de a quellos citados dibuj os al'
cas6 con la "ii'ia Salomé, previa la con dici én, dictad a eral/ Oll) como decimos nosotros los fra nceses, por ca recer
por Julio J por E lena , que fueron los padrinos, de que de el l úpla cspaücl que nos hubiera de sacar del a puro.
habían de quedarse á vivir con ellos, sin contar con la Entre la rematis que le pic.ó J el ilu stre sucesor del
huéspeda ; con un agarrón que el niño F cliciuno, borra- cojo V illa te, mozo ladino, jugador y vagamundo que
cho, tuvo con la. cocinera, y en el cual hubo grit os y pu - pudi era ser nieto y no marido <le su vieja esposa. la niña
ñetazos y lágrimas l todo lo cual dió por resul tado el que Prudencia Ro scros, ésta qued é en la miseria y ciega.
la. feli z parej a salió pron to del nu evo para íso, en el cual - Sí, mad rin a querida! decía Salomé con te rn ura
quedó El ena in consolabl e por la se paraci ón de Salomé. abrazando tÍ la pobre mujer ; pierda sum erc é cuidao,
E sta y su marido tomaron una tien da en el barrio de qu e J O trabajaré para ambas, J viviremos juntas.-::\Ii
las Ni eves¡ ella se hizo aplanchadora externa ele las sei¡d Elenita, mi sefíá P achitn J mi P auli nita, que ya es
casas gra ndes, y él, enfardelador en el día y sereno en la muj er, quieren Ilevnnue á sus casas, pero yo quiero más
noche, y así vivi eron holgad amente por algunos años más, bien vivir pobremen te con su macé:1. qui en quiero tanto
hasta que el clarín gue rr ero llamó á los pueblos en defe nsa como á mi mdm a COJlsaucióll.
de las libertades públicas, si no nos equivocamos, porqu e H ay al pie de Egipto una casit a paji za en cerrad a en-
pudo ser también en defensc de ¡" digllid"d de /" Repú- tre uu cercado de árboles y casi ocult a por un sauce y
blica; lo cierto del cuento es que se armaron los Estados dos 'retamas. Bu una tarde de veran o llegan á ella una
soberanos para. subsanar las diabluras revolucionarias, y niña y un ni ño, lindo s como ellos solos, y acompañados
que hubo proclamas y patrullas, y que se ac a bé la paz, y de una muchacha sirvi ente, que lleva nn canasto de Fu-
que se suspe nd i ó el trabajo, y que ardi ó Troy a, J que el sag asugá vacío.
indio Felician o mar ch é al Can ea. <>0 el 5° de R estaurado - -¡" Tese queto n íño Eulito ! . .. - ¡ Ouidao mi seiiá
res, á restablecer á halazos las susodicha s libertade s 'I'eresita, que se qué entre la cham ba )' se emb arra! _
pú blicas, -Que se qué ! __. contesta la niña riénd ose, remedando
Salomé sig ui6 {\ su marido lloranclo á ma res, pues ni el estilo de la criada y burlán dola con ade ma nes gracio-
su amo Julio ni su seilá P achita, con todas sus influen- sos que imi ta el ni üo, a lz ándose en la pu nt ica de los pi és
cias, lograr on saca r á F elician o del cuartel, porq ue se y a larga ndo el brucita para coger un a rosa de la tupida
insolentó con el mayor del cuer po imp rovisado , el día en madreselva que crece inmediata á la puert a.
que lo reclu taron . A l momento sale de la casa, al enc uentro de los ni ños,
La niña Salomé hizo, pues, la campaña <1('1 S ur acom- una muje rci ta, joven todavía, simpática, inteligente y
pañando á Feliciano. En los campam entos desple gó de que debi ó ser hermosa. Los abra za y los besa. con entu-
nuevo su inteligente actividad: ella preparaba lu escasa siasmo, los mira r on placer, é inclinada sobre ellos :
comida de F elician o al lado de la de algunos j efes, cacha- - y mam acita t . . .. les dice .. _. y papá Julio _. . . }'
cos bogotanos 'i an tioqu eños, decidores y alegres que mamé abuelita, agrega conmovida, cómo están '
fumaban cigarrillo y cantaban, pasando la. mayor part e y levantando á la preciosa ni ña en sus brazos y be.
del dia eu el toldo <le Salomé á quien Ilam ahau " La sándole Jos dorados cachumbos ent ra segu ida de Fuíito.
hija del R egi miento " )" por la cua l brindaban, azorá n - - Madrina ! __ . i Son los niños de mi señá E len itn L __
dola, al tomar ani sado en sus cocos ta llados J con gua r- le gri ta á la 'Vieja sorda y ciega que viv e con clla : vie -
niciones de plata. nen por las cam isas de su papá.
La nifia Salomé conducía, oculto entre el ruedo de la _. A diós, mis amos lindos! les dice poco después,
enagua gen eralmente, 'ya el avi so urgente para el ga mo- panu\ a en el umbral de la puerta, dándole ti. ca da un o
nal copartidario res idente en el pueblo inm edia to, 'ya la uu ramo de flores de las que cul tiva en su jardincito, y
orden importante para el desta camento lejan o, todo lo arreg lando en el canast o los blancos cu ellos y camisas
cual llegaba. á su destino oportunamente, porqu e Salomé que van en él. .
salvaba con viveza los peligro s y las guerr illas, trayendo -A mamacita . .. . á mi P aulin íta .. .. qu e pronto voy
al regreso noticias siempre favorabl es, pues en su odio por á verlas ,
el enemig o, no admitía nada que fuera. ventajoso para éste. -Con que hasta el f uct'cS, lIiJla Salomé, di ce la chi na,

PAPEL PERIODICO IL US TR ADO.


92 28 DE NOVIEMBRE DE i882.

alza ndo el canasto y ocultá ndose con los niños entre un P ero por ser galana
r ecodo del camino. La tierna fiar,
MlIyo 21de ISS:!.
Oruga cortesana,
A spid traidor,
Mordi ó su seno,
CARTA y dejó en sus entraña.
MI lU,:Y QUERIDO RI CARDO. Letal veneno.
N o por distraer ocios, que para mí no los hay, ni por
vani dad literar ia, que jamás he tenido, sino por rendir Al dolor de la herida
debido culto á un recuerdo tie rno y doloroso, he escrito Se contrist é.. .
la reseña poética que le envío, y que me he tomado la El sol de aquella vida
libertad de dedicarle. Como ('8.\ triste historia me la S u lu z nubl ó•..
contó ust ed f' TI momento s de suprema desolación , por la A sí es la suerte !
pérdida que ha hecho, yo recogí y vacié en el papel las Entre cuna de flores
impresiones que me prol1ujn;.'f si he esperado hasta hoy Pone la muert e.
para remitirle este insign iñcaur e trabajo, consid érelo us-
ted como una nueva demostración <Id cariñoso respeto III
con que he visto Sil desgracio.
Us ted II W confié como un a intimidad, la relación de lo E ra una noche oscura,
ocurrid o con la caja de dulces qi:e me mostr é, J en la S in siquie ra un relámpago fugaz,
que d t~ l) su nu n ca hie n lam entad a hija Au a R osa. la. E l hogar de la pobre criatura
más delica da c1N'lH'cli da ¡ J O le confío tambi én, en la Qu e en honda desventura
misma fon uu, la poesía en que he trata do de recorda rla. Cam bió el enca nto de su edé n de paz.
Cons érvela usted como un débil testimonio de la. par te
qu e me he permi tid o tomar en su sensi ble du elo de fa- Su s deudos á porfia,
nnl in. Enga ñaban con dijes su pesar;
)fe pongo lÍ los piés de mi señora Aua María, y rue Qu e leyes de la human a fantasía
repito su nfec tlsituo al lli~{) J seg uro servidor. Con clara luz del día
Los duelos de la noche disipar.
( FinnR'lo) .eáJo.TO JlLltío. -r~~e}
Señ or D. Ricardo de la Torre- Pres ent e. En el amante grupo de obsequiosos ,
U no • • . no supe cuál,
A la niña, llevó dulces sabros os,
NO ME OLVIOES Prisioneros dichosos
De una preciosa caja de nogal.
}{ m i q u e qi du a mi g o n i c:l ~do de L :l t o~f¡ e ,
ES LA Mell:RTE DE su nIJ A.
Todos cree rá n, y es justo,
Qu e la enfermiza niña devoró
I El d én provocati vo muy á. gusto . "
j C uá l será su disgu sto
C".;' o'r á conta r una doliente historia
Q ue en lágrimas mis ojos in und ó. . •
Al saber que uno solo no probó !

Ta n impresa ha quedado en mi memoria, Al contrario, ac uciosa,


Qu e no quiero perder la triste gloria El codiciado obsequio enri quec ió
De que la lloren otros como J O. Con otro dulce más, en que amorosa,
Se nsible J generosa
II De lo que su alma fué pr ueba dejó.

Era una 'n iña hermosa, A Tara del tesoro que tenía,
Ro sa en botón; Con llav e lo cerr6;
Ll am árou la .A~A ROSA y lo ocult6 de todos á porfía .. .
Por intuici6n. y á su pad re, que íd élatrn querfa,
Sus qui nce abriles La llave le ent regó.
Fu eron qui nce cosechas
En los ponsiles. P ero no sin hacerle una advertencia . • .
j S u alma en ella most ró!
y no sólo ('11 belleza Que 110 abriera la caj a en su presencia;
Se dist inguió, y aun en caso de ause ncia,
Q ue en virtud y nobleza " H asta que JO te diga ," le agreg6.
Su alma. ('duc6 . ..
M {lS adelante La flor se marchitó . • . La niña her mosa
Ver éis las ricas liguas De pálidos crespones se cubri6 . • .
D e este dia mante. E l bel lísi mo nombre de A NA ROSA
Sobre marmórea losa
'E n su edén la cuida ban La mano de la. muerte colocó.
Con tal primor,
Que en su vida cifraban IV
Dicha y amor.
E lla crecía, E n pocas horas de amargura y llanto
y á la par de sus años, Muchos siglos pasaron de quebranto
La idolatrf a,
E n aquel mustio hogar ;

PAPEL PERIO DI CO I L US TR A DO.


I\ÚMERO 30 _ AÑO 11. 93
N o hay humano consuelo que esta pena, 1 Qu iso aC¿l SO la niúa al despedir se,
Qu e con todas las otras se encadena, S u hálito mnerto sat urar de aroma f .. •
Consiga reprimir ni mitigar. Nad ie lo sabe; pero en r ila, amante,
La más tierna dl'j6 de sus memorias.
Es que lloran un éng el que se ha ido,
U n mund o <le espera nzas que han perdido , L.1- avidez paternal la inscripción mi ra ;
T esoros de placer ; (~.u i e re leer, y el llanto fe lo impi de ;
Es que afecto J amor lloran en ella, Pugna por descifrar aquel misteri o,
No sólo lo que fu é la niña bell a, y a bsorto rh-k-t rcu : 4ó ¡ iYO me aícl dc« t"
Sin o 10 mucho que pudiera ser,
Bogotá, 10 de No viembre de 188~.
v
Como en todo nau fragio
Consuela el alma
El más agri o recuerdo APUNTES SOBRE BIBLIOGRAFfA COLOMB lANA,
D e la desgra cia, CON lIl:Jl:STRAS r:SCOGIDA S
E l t riste padre
Anheloso á sus manos E~ PROSA Y EN VERSO
La. caja. trae. P O R I SI D OR O LA VERDE A.IlA YA ,
,
CON L":i APEYDI CE Qt:E COY'f IE:'i' E ~A LI STA. DE LAS E SCBITOJlU
Qui ere saber si gua rda
COLOMBIA NAS, LAS PI EZAS D RA){ATICAS, YOVEL AS, LI BROS DI:
L a urn a preciosa
H ISTORIA Y DE VIA J ES ESCRIT OS POR COL0 3I DI AS OS.
Voto s 6 aspiraciones
De su A NA R OSA; Liorerla4 Sol.ded ll a y Cuma!". Rafael CMl'eZ. Bogotlf, CaU~ 1.- al
O si ella encierr a Su r, mímero 1.0 I nlp re nta de l·apor de Za.!a.mea. Hermanos.
E sas que ocultó en vida (1 vol. 4. o WO p ág.)
L ágrimas tie rnas.

J
Presuroso la lla ve ESPUÉS de la Historia de la Literatura en Nueva
Convulso tuerc e • . • Granada de D. J osé María V erga rn y V ergara,
I Cómo el don impresiona la obra cuyo título dejamos copiado es la ún ica
Qu e dá la muerte! qne de esa clase so ha escrito, que sepamos, en
La ri ca caja estos diez J seis años en Colombia. De esa clase, decimos,
Permanece, aunqu e abierta, porqu e aunque el señor Laverde llama su libro Apuntes
Sie mpre cerrada I sobre Bibliograf ía, bien podemos considerarlo como una
compilac i ón que puede servir de hase para posteriores
Entre susto y deseo obras bibliográficas 6 histéricas, J en su seg unda par te,
Va eila el padre .•• como un ensayo de .A litología Colombiana.
Que es la 'fOZ de la tumba Antes de hacer un breve análisis del trabajo del señor
Solemne y grav e : Laverde, que es lo que nos proponemos en estas lineas,
Por fin se anima .. • diremos algo sobre lo que es la Biuliogruña, ciencia mo-
y la tapa Ievunta, demlsi mn J totalm ente desconocida entre nosotros, á
y el fondo mira .. . causa, sin duda, de nuest ro atraso literario y de la po-
breza de nuestra biblioteca,
VI L os que de la materia han t rata do dividen la B lblio-
grafía en Bib liografía material y B ib/¡ografía litera ria 6
Como en sus secas pajas la paloma cien tffica, La primera debe ser conocida especia lmente
La blanca prole con su arru llo duerm e, de los libreros y de los bibliote car ios ; y comprende el
A sí el cuidado de la tierna niña formato de los libros, su precio, las diversas ediciones de
E n urn a de nogal sus dulces tiene. ellos, la mayor 6 menor corrección de cada una de las
ediciones, su rareza, el nombre del impresor, el del edi-
T odos duermen cual ella. Es una t umba tor, &c., &c. Tales son, con corta difere ncia, los catálo-
Q ue un secreto de amor prolija guarda; gos de las líbrerías J bibliotecas. El de la del Museo
Es el último adi ós de una exis tencia Británico de Londres consta de muchos volúmenes y es
Que se fué al cielo, su nativa patria. un precioso monumento de su género, que coloca á ese
estab lecimiento á una grande altura sobre todos los de-
Blancas almendras de bru ñido esmalte más del mund o. La hihlioteca naci onal de París no tiene
Tánto la caja colman , que semej a catálogo completo, lo cual hace por ext remo difíciles y
L a nívea concha que las olas rompen dispendiosas de tiempo las consultas. H ay, por tanto, que
Por ver el nido que rebosa en per las. ocurrir á las bihliograñas, que allí, (~OIllO en el Museo
Britán ico, están á la mano en el salón de lect ura.
Pero encima de todas, cual si fuera La Bihliografia literaria 6 cien tíñea , no s610 requiere
De aquel hondo sepulcro la ancha lá pida, el conocimiento mat erial de los libros, Bino también la
Se vé el don de ANA HOSA, en cuyo centro, apreciación del tale nto 6 ingenio de los auto res. Quien
Hay, por toda inscripci ón, una plegaria. fuese capaz de hacerla de una manera perfecta , habría de
poseer á fondo todos los conocimientos humanos.
También es blanco ; mas su forma tiene La in vención de la impre nta fué 10 que vino á dar
Un no sé qué de pavoroso y lúgubre; orig en á la. B ibliografía, que hoy es una ciencia casi tan
Pastilla de bals ámicos alientos, vasta corno la bot ánica 6 la min eralogía. En ella, como
Más que provocación, es un perfume . en la lingüística, )' otros depart amentos del progreso hu-

PAPEL PERIODICO IL USTR ADO.


94 28 0& NOVIEM2l\& 0& 1:882.

mano, fueron los alemanes los que hicieron las primeras cimientos y estud ios bibliográficos es en los grandes
exploraciones. Conrado Gcsner, y an tes que él E hert, centros intelectuales; y de aquí el servicio muy impor -
tudescos ambos, publicaron los primeros trabajos biblio- tante que prestan á su país y á la civilización universal
gráficos. En Francia, La Croix du Maine y D u Verdier, los hombres que, como el señor Laverdc, contribuyen
en sus Bibliotecas Francesas, publicadas en 1584 y con su óbolo á la generalización de esos conocimie ntos y
1585, siguieron de cerca á Gesner; y Du Verd ier mejo- esos estu dios.
ró en mucho el plan y método de sus predecesores. En Harto sabemos por experie ncia que hay espíritus á
1640, según un autor que tenemos á la vista, puhlicó en quienes no es posible hacerles comprender todo el alcan-
París una bibliografía el jesuita, Lab bé. Pero puede de- ce que tiene la Bib liografía para los que cultivan las
cirse con toda propiedad que esta es una ciencia del letras y aspiran á una eru dición sólida. K o escribimos
siglo XIX. para tales espíritus medi anos. Para ellos una bibliogra-
Veamos cómo discurre el bibliógrafo Brunet acerca fía, si la conocen siquie ra por el forro, no pasa de ser
de la importancia de la Bibliografía : una mera lista de libros. Y como ellos todo lo saben, es
" E l estudio de la Bibliografía, dice, tan árido y des- decir, lo ignoran todo,-hasta su ignorancia,-y por lo
apacible para quien no lo considera sino superficialmente, mismo no les ocurre ha cer una consulta, ni verificar una
tiene, sin embargo, un encanto particular para quien lo cita, sus escritos denuncian la pobreza de sus ideas y la
examina con prolija atenci ón; porque ofrece al espíritu ninguna cultura de su entendimiento. Pero el charlata-
observador muchos hechos curiosos, muchas anécdotas nismo ha existido y exist irá mientras el mundo exista y
en que brilla la agu deza de ingenio, muchos paralelos y los hombres .
muchos contrastes singulares. Por eso, sin duda, tantos A la composición del libro del señor Laverde no pre-
literatos egreg ios, y no pocos poetas de nota, se han sidió método alguno determinado. Echase de ver que
dado á ese estudio con no menos éxito que entusiasmo. el autor fué escribiendo sus artículos conforme le venían
Limitándome tan sólo á algunos ejemplos ilustres, citaré á la mano los diferen tes datos, sin orden ni sistema; por
al poeta Zeno, ita liano; á Miguel Denis, aust riaco y lo cual podemos decir que su obra carece de plan. No
traductor alemán de Ossián; á Mr. Díbdin, inglés; y es esta una censura al autor; ni sería hidalgo hacerla,
finalmente, tÍ , Carlos Nodícr, harto conocido en el mun- entre otras razones, por la de que él mismo advierte que
do literario. Pero acaso el hecho más concluyente en el títu lo de Apuntes con que la bautizó es por sí solo
favor de ese estudio es el de que frecuentemente, entre excusa bien clara de las falt as de uniformidad y de plan
los literatos, los que más desvío manifestaban por él, no que en ella resa ltan. No tuvo, pues, cartabón alguno
dejaban, llegado el caso, de hacer ostentación de sus para trabajar; no se divi de la obra en épocas literarias,
conocimientos bibliogréñcos, sin caer en la cuenta de ni en años; ni en secciones sobre los diferentes géneros
que su inexperiencia en ese género los conducía á mc- de escritura; ni se guarda en ella siquiera el orden alfa-
nudo á equivocaciones peregrinas y los hacia emitir jui- bético. Así lo que el autor presenta es una serie de
cios erróneos." nombres de los diversos escritores colombianos, ya auto -
En orden á los errores bibliográficos, dice el mismo res, ya periodistas, á proporción que esos nombres fueron
escritor: llegando á su noticia, ó según iba él recordándolos, 6
"Los errores bibliográficos son en general de poco bien leyendo las diversas obras ó producciones que ana-
momento. Mas en tratándose de fijar un punto de histo- liza. Esa caren cia do lógica es sin duda un defecto; pero
ria literaria; ó de saber á quién pertenece verdadera- defecto que atenúan varios índices y la naturaleza mis-
men te el honor de haber sido creador de un género de ma. de la obra, en la cual no hay desarrollos que exijan
lite ratura, auto r de un sistema filosófi co, de un descu- consecuencia ó ilación. En todo caso, la utilidad y la
brimiento en las ciencias físicas, inventor de un método, importancia de ella son incontestables, no sólo por lo
de un procedimiento científico ó artístico; ó de poner de que mira á nuestra literatura nacional y á nuestra his-
manifiesto el éxito que pudo tener, en el momento de su toria sino tam bién para hacer conocer una y otra en los
publicación, una obra que ha pasado con fama á la pos- países forasteros.
teridad ; ó por último, de comparar entre sí á los escri- Hubiéramos visto con agrado en el libro del señor
tores de una esfera sllperior,-fácil es concebir de cuánta Lavcrde una clasificación que separase los autores de
importancia es entonces la exactitud de una fecha, 6 el los periodistas, lo que facilitaría en mucho la consulta
conocimiento de la primera edición de un libro, ó de de la obra ; que de los periodistas sólo estuviesen citados
aquella en que el autor introdujo cambios notab les en aquellos cuyos nombres son bien conocidos ó familiares;
su trabajo primitivo ." . que cada nombre de escritor estuviese aislado ó despren-
En las bibliotecas que hemos citado existe n, como ya dido de los otros, y no embebido, como hay algunos, en
dijimos, bibliografías genera les y especiales, que diaria- el párrafo final de un rasgo biográfico 6 de una noticia
mente son hojeadas por los numerosos lectores que fre- literaria de otro. La sola indicación de que un individuo
cuentan esos establecimientos. Entre ellas se cuenta.,- colaboró en un periódico, cuando sus escritos han sido
y es de gran recurso para los cartógrafos y para los anónimos, carece de importancia, 6 mejor dicho, es inú-
aze ntes oficiales de los gobiernos,- la Jlfapoteca colom- til lite rariamente hablando; y el solo estilo no puede
biana de nues tro compatriota D. Ez equiel Uricoechea * servir de norma para imputar un artículo ti determinado
La Bibliografía de M. Ternaux-Oompans, relativa á escritor, sino cuan do ese escritor es realmente egregio y
América, que más de una vez hemos consultado en la tiene familiarizado al público con su modo de decir, con
Bi blioteca del Museo Británico, tiene una nota en que sus ideas, con sus tendencias.
el autor lamenta Ia escasez de datos sobre obras históri- Mas estas son meras observaciones amistosas que nos
cas de Nueva Granada, permit imos hacer al señor Laverde, con la esperanza de
Lo que aca bamos de decir hace ver con toda clar idad que al preparar una segunda edición de su obra las tenga
que donde propiamente hay, y donde puede haber, cono- presentes, obedeciendo aquel precepto del Maestro :
• Creemos que son pocos los que en Colombia tienen noticia Aimez qu'o n vous conseüle et non pas qu'on vous loue.
de esta obra importante, que tan conocida es: en todas las gran,
des bibliotecas de Europa . Tampoco se sabe aquí con especíñ, Aquí, á propósito de ediciones, y por asociación de
cación qué trabajos tiene publicados el botánico 'I'ríann, á
tiempo que sus biógrafos, e:»tranjeJ"os todos, y seña ladamente el
ideas, hacemos saber á quienes corresponda, que la His-
decano de la Academia de Ciencia s, sí los ci tan y hasta los toria de la Literatura, de Vergara, y la Eclesiástiea y
analizan. Giril, del señor Groot, agotadas desde hace algún tíem-

PAPEL PERIODlCO ILUSTRADO.


N úME ltO 30 _ A.Ño 11. 95
po, fueron vendi das en P arís, en 1881, en una almone da, res de las tierras recientemente descubiertas, que se dís-
así: 25 francos la de V ergara J' 00 francos la del señor puso el nombramiento de Visitadores y .Iueces de resi-
Groot. La librería de Maisonneuve, á la cual adjudica - dencia, los cuales, en vez de corregir, acre centaron el
mos entonces esta ú ltima, anuncia hOJ la obra como daño. Lugo temió, no sin razón, que vin iese uno de
rara, en su catálogo, J con un precio de 200 fran cos! ellos á castigar sus faltas, y llevándose presos {~ R end ón
E n cuanto al punto de vista en que el señor Laverde y á Gal eano, ilu stres fu nd ado res de Tunjn y V élez, salió
se colocó para escribir los rasgos bíogrñticos en que de Sa nta fé en vía para Sauta-Xlarta . S u pariente D .
abunda su in teresante libro, debemos decir que ciert a- Lope Montalvo de Lugo quedó encargarlo de l gobierno,
mente le hace honra la imparcialidad y moderación de mas como debiese acompañnr á D . Luis hasta su embae-
que usa al habl ar de algun os escritores que al propio que, lo d<'jó temporalmente en manos de D . Autón de
tiempo son ó fueron hombr es políti cos pertenecientes {L Olalla.
una escuela diferente de la suya , y que han hecho ó hi- P or ese tiempo el capitán Hern án V enegus había con-
cieron papel muy principal en nuestras tu rbulencias cluido su casa J Lep e Mont alvc de Lu go tenía también
civiles y en los acal orados debates de la prensa. N i es la suya, ambas g-randes y ('ómol1tHl ; y aco nteció que
menos notable su moderación y parqueda d cuando tiene no mucho después que D. Lu is A lonso ha bía partido J
que mencionar algún suceso sobre cuyas causas hay opio regresado D. Lope á. S ant.afé, se presentó en la ciudad
niones controvert ibles. Y si respecto de algunos escrito- D. P edro de Ursúa, el cual iba á encarg-arse del mand o
res ó de algunas obras se ext iende más que respecto de supremo, en calidad de T enien te del Y ieitador A rmen-
otros ú otras de mérito igual 6 superior, juzgamos que d áriz, que había quedado en Cartagena. Se hospedó la
ello depende menos de parcialidad 6 simpatía que de primer a noche en casa del capitán V enegas J se trasladó
falta de datos y noticia s sobre su "ida J escritos. después á la de Monratro ; pero hé aquí que de pronto
Relativam ente á las muestras lit eraria s que el señor se declaró en ella un incendio, el primero que de esa
Larerde publica en la segunda part e de su obra, ya diji - magnitud ocurría en Sa ntafé, )' las gentes acudieron
mos que ellas pueden mira rse como un ensayo de A u to~ constern adas al sitio de la catástrofe sin que logra sen
logía Oolcmbiana. E n lo de escoger pedazos escrito s de evitar que se quemase Integrnmen tc, pues tenía techo de
prosadores ó poetas, se presenta siempre aquella cues- paja.
ti6n del tipo ideal de la belleza 6 del gusto, y no pocas U rsúa gobernó hasta la llegnda de su tío D. Migu el
'reces se mezcla la influencia de las ideas políti cas y reli- Diez de A n nendáriz, que entró en Sa nta fé en Enero de
giosas. No es infrecuente el que al autor mismo de una 1547 con un nu meroso séquito de hombres y muieres de
composición literaria 1<1 par ezca ella abominabl e al cabo Castilla. E ste Vi sitador tU\'O también su~.i tlez· de resi-
de los años, cuando un compilador acaso la encuentra dencia, que lo fué el crue l)' corrompido L icenciado D.
aceptable. • Re cordamos esto para responder á los que J uan de Monta ño, Gobe rnó éste el NIW"O R eino hasta
tal Tez prefirieran otra s á algunas de las muestras meno 1558, y fueron ta les sus atentados que el Monarca orde-
clonadas. nó se le remi tiese á E sparta y allí le hizo cortar la cabe-
En conclusión, E l libro del señor Laverde está ahí en za en la plaza de Va lladolid.
manos del p úulico para quien lo escrihió. V eamos en él, A sí habían tra scurrido veinte años desde la fundación
no unas cuantas pági nas impresas, como los lectores de Santafé. La vida de.sus moradores en aque l tiempo
vulgares querrían ver, sino un esfuerzo de inte lige ncia y no era, en verdad, ni monótona ni tranquila. Ya la su-
laboriosidad, una gran suma de trabajo, un eje mplo de blevaci én de alg una tribu de indios, 'ya una nueva em-
rara perseverancia, un cúmulo (le dificultad es vencidas, presa para descubrir tie rras, ó fundar poblaciones, luego
una obra utilísima, en fin, y escrita sin otr o anh elo que una disputa con los encomen deros, tollo esto agi taba á.
el de contribuir al progreso intelectual de la Patria . la nacient e población )' hacía gra ves ciertos ncoutec i-
mientes de lo que en ot ra época habría apenas llamado
eé3.;tt e. q UlUlÓ,I\. la atención.
Con todo, la ciudad iba progresando poco á pec o y sin
LAS CRÓ NICAS DE MI HOGAR cesar llegaban nuevos coloniz.a dores, entre los cuales no
ó apu nt e s pa~a la h i at o qi a de lilantaló d e llo 9 0t ó. faltaban algunos de distingu ida prosapia, hijos de pad res
que habían heredado blasones y bienes de fort una.
( Ucntt nú n de Ia.llligi na. 398, A ño J.) Contribuyó poderosamente á que en aquella época se
CAPÍTULO VIl. alistasen nobles para A mérica, la expedición del pirata
Mala gober necíd n de D. Lu is Alonso de L ugo-Se ll eva presos
fran cés R oberto Baal en 154.4 para saquear las ciudades
éBenddn y á Galea no-Gobiern a D. Lepe Mon tal vo de Lugo.
de Santa- Marta y Car tagena, La cntusiasta juventud
de la Península acudió á la defensa de las colonias con-
Llega á Santa fé D. Pedro de Ursúa-Se incend ia la casa de
tra el feroz corsar io, el cual logró; con todo, hacer estra-
Montalvo-Gobierna U rsúa-c-Entra en Sa n ta fé D. )lig uel
gos terribl es en nuestros hermosos puer tos.
Diez de Armendiriz con h ombres y mujeres de Castilla- U n notable suceso en la vida políti ca del Nuevo R eí-
Pésimo gobie rno de D. J uan de Mon ta üo-E n Jo qu e se ocup a- no ocup6 los ánimos del pueblo de Sa nta fé en 1550, año
ban las gentes en aquel tiempo- Llegada de nob les lÍ. Santa- cn el cual se estab leció la R eal Aud iencia, A fines de
f~-Se establece la Real Audiencia-Se fundan los conve nt os
Marzo Ilegarou <le E spaña los oidores G6ngora y Galar -
de dom inica nos y franciscan os- La Cofradía de la v era sr uz-c- za, y el día 7 de A bril fu é conducido por las cal les el
Aspecto de 8a.n t afé en a quellos días-El H um ill adero. Sello R eal, sobre un caballo adornado de gualdra pa y
cojín de terci opelo carmesí. Los dos Oidores ihan á los
LUIS ALONSO, eu ausencia de H ernán P érez de lados y cerraba el acompañamiento un numeroso con-
Q uesada, se hizo cargo de la gobernaci ón del curso, formado por los Regidores, A lcald es y vecinos de
+ N uevo Re ino y se mostr6 en ella cruel y arbi- respetabilidad. La A udiencia qued6 esta blecida en la
• trari o. calle R eal , jun to á la casa de n. A ut6n <le Olalla.
Tantas y ta n frecuent es eran las quejas que la Cort e E n el mismo año de 1550, y habiendo provisto la Cor-
de lI1adrid recibía eontra los A delantados y Gobernado- te la cr ea ci ón de un institutu para enseña r á los indio s
el castellano, el P adre F ray J osé de Robles fun d ó en la
• Cuántos homb res m aduros , al recorda r los deli ri os de su
juventud, habrán r epetido con Pope : "Por- wha t 1 ha ve pubtish. plaza llamada. hoy de Sa n F rancisco el Convento de
ed 1 ca n only hope t o be pardoned, but for wha t 1 ha ye burnt Dominicanos, y no lejos de allí el P ad re Fray Francisco
1 desir e to be pra ised! .. de Vi ctoria estab leció el convento de Franciscanos. E s-

PAPEL PERIODICO IL USTR ADO.


96 2B De NOVIEMBRE DE 1882.

00, sin embargo, no duró así mucho tiempo, pues los nerosa tierra había brotado en abundancia. Algunos cul-
últimos se trasladaron en 1551 al otro lado de la ciudad, rivadorcs han introducido ya en la Sabana los aparatos
á donde más tarde se estableció el Convento de San con que hoy el arte ha enriquecido á la agricultura;
Agustín, y los primeros se pasaron en 1557 á la Calle pero en aquel entonces, sólo el sencillo arado tradicional
Real, al sitio en donde se hallaba la Real Audiencia" la y el barbecho constituían las bases principales del culti-
cual fué trasladada al costado Sur de la Plaza mayor, vo. Qué mucho si así mismo se labran hoy los campos
hoy llamada de Bolívar. de Extremndura!
Al pasarse los Dominicanos á la Calle Real, D. Ant6n Hacia el Noroeste de la plaza de San Francisco se
de Olalla vendió su casa para viviendas de los religiosos. veía la capilla monumental del Humilladero, consagrada.
La Cofradía de la Veraeruz, fundada por los conquis- el ü de Agosto de 1544. Era aquel, en verdad, un "Verda-
tadores, existía desde 1546. dero monumento, en apariencia muy humilde, pero grande
Vemos por esta relación que la ciudad iba extendiéu- por su significación y sus recuerdos. La fecha de s-u con-
dose de Norte á Sur, y que, desde el principio, la parte sagración y las reliquias que en él se guardaron, dan
más animada de ella" y en donde construyeron sus habi- bien á entender que los conquistadores habían querido
taciones los primeros vecinos acaudalados, fueron las construirle en conmemoración de la, fundación de la
calles Real y de la Carrera, separadas por la Plaza mayor, ciudad y de la primera ceremonia cristiana celebrada en

JUNTAS DEL DAGUA-SITlü Á DOXDE LLEGA HOY EL FERROCARRIL DE LA BUENAVENTURA.

en cuvo centro se alzaba la picota 6 árbol de la justicia. ella; entre tanto que se pudiese levantar un edificio en
Ho)' mismo, muchas de esas casas blanqueadas, con los mismos sitios en que esto habla acontecido.
sus grandes balcones volados y sus camarines pintados Andando los tiempos, manos irreverentes destruyeron
de verde 6 rojo)" el ancho zaguán desde el cual se descu- aquellos sencillos cuatro muros que hnuía respetado el
bre el patio rectangular, propio de las construcciones tiempo, y por el solo frívolo motivo de que afeaban la
andaluzas. llevan el sello de una época remota y guar- plaza. Pueblos más cultos han tenido á honra guardar,
dan preciosos recuerdos de otro tiempo, los cuales la ac- para embellecimiento de sus ciudades, torreones derruidos,
tual generación debería. conservar con respetuoso cuidado. rotas columnas , arcos desmoronados y ennegrecidos. Bien
IJa plaza de San Fancisco, separada de la Calle Real hicieron las sencillas gentes que al siguiente día de la
por el río del mism~ nom~re, sobre el cua.l no se había destrucción del IIumilladero, fueron á regar (le flores
construido aun en la epoca a que nos referimos el her- esos pocos palmos de tierra. Ojalá que la venidera ge-
moso puente que hoy existe , era el lugar destinado pa- neración levante allí un hermoso monumento, que satisfa-
ra el mercado. Allí en cierto día de la semana, los ga al propio tiempo á los que s610 ven con los ojos de la.
labriegos de las dehesas cercanas y los indios de los carne y á los que miran con los ojos del espíritu.
vecinos pueblos concnrrían á vender los frutos que la ge- (Se continuará. } j';}"acio qutiétte, "fO"CIl!.

PAPEL PERIODICO ILUSTRADO.

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