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Aldo Rossi

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Aldo Rossi

Información personal

Nacimiento 3 de mayo de 1931


Milán, Italia

Defunción 4 de septiembre de 1997 ,


66 años
Milán, Italia

Carrera profesional

Premios Premio Pritzker

Aldo Rossi (3 de mayo de 1931 - 4 de septiembre de 1997), arquitecto italiano, nacido


en Milán. Su padre tenía una fábrica de bicicletas, cuya marca era "Rossi". Fue a dos
colegios diferentes durante la Segunda Guerra Mundial y a continuación estudió
arquitectura en el Politecnico di Milano, donde se graduó en 1970.
Bonnefanten Museum en Maastricht

En 1963 inicia su actividad docente, primero como asistente de Ludovico Quaroni


(1963) en la Escuela de Urbanismo de Arezzo, posteriormente de Carlo Aymonino en el
Istituto di Architettura di Venezia.

Rossi trabajó durante tres años para una revista de arquitectura, y en 1966 publicó su
primer libro, en el que establecía sus teorías sobre el diseño urbanístico de las ciudades.
Rossi se había interesado originalmente por el cine, pero se dedicó finalmente a la
arquitectura. No obstante, en todos sus diseños están presentes de alguna forma los
rasgos de los decorados teatrales. Realizó proyectos destinados al teatro y a la ópera.
Para la Bienal de Venecia de 1979 diseñó un teatro flotante, el Teatro del Mondo. con
capacidad para 250 espectadores sentados alrededor del escenario. Más recientemente
diseñó también el edificio de la Ópera Nacional de Génova. Su primera obra en
América fue asimismo un teatro, el Lighthouse Theatre, situado junto al lago Ontario en
Toronto, Canadá.

En 1971 Rossi sufrió un accidente de automóvil, cuyas consecuencias le obligaron a


permanecer en el hospital durante algún tiempo. En esa época, según él mismo
manifestó, cambió su vida, ya que comenzó a pensar en la muerte. Surgió en su mente la
idea de que las ciudades son lugares para los vivos y los cementerios lugares para los
muertos, que también requieren una planificación y diseño. Así fue como ganó el
concurso para el cementerio de San Cataldo en Módena.

De la misma época es su primer complejo de viviendas, diseñado para un barrio de la


periferia de Milán, y denominado Gallaratese. Se trata de dos edificio iguales, separados
por un espacio estrecho. Para Rossi la originalidad de este proyecto consistía sobre todo
en que los dos edificios podían repetirse varias veces, sin que por ello el conjunto
perdiese atractivo. A partir de entonces hizo numerosos proyectos residenciales, tanto
viviendas y hoteles, como casas individuales.

A lo largo de su carrera, Rossi realizó también numerosos e importantes proyectos en


los Estados Unidos. Uno de los primeros fue la casa unifamiliar en Mount Pocono,
Pennsylvania. En Galveston, Texas diseñó un arco monumental para la ciudad, y en
Coral Gables, Florida, recibió el encargo de proyectar la nueva Escuela de Arquitectura.

En 1990 Rossi recibió el prestigioso premio Pritzker de arquitectura, el equivalente a los


Premios Nobel. Sus méritos no se limitaron al campo de la arquitectura, sino que fue
también diseñador, teórico, profesor y autor. Uno de los miembros del jurado del
premio Pritzker expresó su concepto de Rossi diciendo que era una poeta convertido en
arquitecto.

Rossi fue profesor de arquitectura en la Escuela Politécnica de Milán, en el Instituto


Universitario de Arquitectura de Venecia, en la Escuela Técnica Superior de Zúrich y en
la escuela Cooper Union de Nueva York.

Rossi fue uno de los grandes renovadores ideológicos y plásticos de la arquitectura


contemporánea; con su poesía metafísica y el culto que profesó a la vez a la geometría y
a la memoria, este milanés cambió el curso de la arquitectura y del urbanismo del último
tercio del siglo XX.

"Es imposible pensar sin tener una obsesión, es imposible crear algo imaginativo a
menos que los fundamentos sean rigurosamente indisputables y repetitivos" A. Rossi.

[editar] Obras representativas

Edificio de viviendas (Berlín).

 Teatro flotante Teatro del Mondo (Venecia)


 Edificio de Viviendas Südliche Friedensstadt (Berlín)
 Cementerio de San Cataldo (Módena, Italia)
 Centro Comercial Torri Commerciale (Parma, Italia)
 Centro Direccional (Perugia, Italia)
 Teatro Lighthouse (Toronto, Canadá)
 Casa Pocono Pines (Mount Pocono, Pennsylvania)
 Hotel Il Palazzo (Fukuoka, Japón)
 Ópera Nacional (Génova, Italia)
 Conjunto de Viviendas Gallaratese (Milán)
 Arco Monumental (Galveston, Texas)
 Escuela de Arquitectura (Coral Gables, Florida)
 Viviendas Villette (París)
 Centro Comercial (Olbia, Italia)
 Rascacielos Peugeot (Buenos Aires, Argentina)
 Teatro Paganini y la ordenación de la Piazza della Pilotta (Italia)
 Teatro Carlo Felice (Génova)
 Museo do Mar de Galicia (con C.
Portela; Vigo, España)

¿Por qué Rossi?

Aldo Rossi fue un arquitecto italiano nacido en


la primera mitad del siglo XX en Milán. Aunque
su nombre tal vez no sea familiar, los libros que
escribió y los proyectos arquitectónicos que
construyó son una contribución valiosa de la cual
pueden extraerse reflexiones sobre la
arquitectura y la ciudad contemporánea.

            A lo largo de su vida, Rossi procuró


centrar su atención en la memoria y la historia de
la ciudad y de sus habitantes. Creía que sólo
tomando en consideración la relación que existe
entre las personas y los espacios que habitan,
podría construirse una arquitectura para hacer
nuestras vidas más libres, visibles y hermosas.
(1)

Las palabras de José Rafael Moneo, arquitecto español quien dirigió la escuela de
arquitectura de Harvard, dan cuenta de la importancia de su obra: "cuando los futuros
historiadores busquen una explicación sobre cómo fueron modificadas las tendencias
destructivas que amenazaban nuestras ciudades, el nombre de Rossi aparecerá como uno
de los que ayudó a establecer una actitud más sabia y respetuosa" hacia el espacio
urbano.(2)

Para entender la obra de Rossi

Para entender cualquier creación humana como una pintura, una escultura, un edificio o
incluso una obra musical, es necesario tomar en consideración el contexto en el que nace;
es decir, el tiempo y el espacio en el que su autor la crea. La obra de Rossi no es la
excepción. Si queremos analizar sus ideas más relevantes es importante referirnos en
primera instancia al momento histórico al cual pertenece, ya que el individuo, como diría el
historiador Edward Carr, es producto a la vez que portador consciente o inconsciente de la
sociedad a la que pertenece y en concepto de tal se enfrenta a la realidad.(3)

            En 1930, año en el que Rossi nació, el


ámbito de la arquitectura estaba dominado por el
llamado Movimiento Moderno, que agrupaba a un
conjunto de tendencias basadas en lo que se
conoce como el principio funcionalista, según el
cual la forma física de los edificios debía estar
subordinada a su función. Bajo esta perspectiva, la
primera exigencia de la arquitectura era alcanzar
la mejor utilidad posible.

Basados en esta postura, se construyeron en


diversas partes del mundo edificios que utilizaban
tanto los mismos materiales (vidrio, acero y hormigón) como diseños similares en los que
prevalecía lo funcional sobre lo ornamental.

Frente a la multiplicación de este tipo de construcciones, a partir de los años sesenta, un


grupo de arquitectos, entre los cuales figuraba Rossi, empezó a trabajar desde distintos
frentes para crear una salida a la ortodoxia del Movimiento Moderno.

            En su primer libro titulado La arquitectura de la ciudad, publicado en 1966, Rossi


elaborará una nueva teoría de la arquitectura y la ciudad en donde pondrá énfasis sobre
ciertos aspectos olvidados por las tendencias modernas.

La arquitectura de la ciudad

En este texto se plantean dos principios básicos: la relación innegable que existe entre
espacio y sociedad, y la complejidad de la ciudad.

En principio Rossi reconoce que la ciudad no


debe ser entendida como la suma de edificios y
calles independientes de la vida humana, sino
como un elemento que juega un papel
fundamental en la sociedad. Esto significa que el
espacio humano no es un contenedor sin
significado, sino que existe una estrecha
vinculación entre éste y los comportamientos
tanto individuales como colectivos. El espacio se
define en relación a los seres humanos que lo
usan, lo disfrutan, lo recorren y lo dominan.

Además, Rossi procura acercarse a la ciudad y a


la arquitectura de forma integral y apreciarla
desde su totalidad. Para él, el espacio urbano sólo puede ser entendido si se pone
atención a los múltiples factores que confluyen en él: aspectos económicos y sociales,
elementos culturales, características topográfícas , entre muchos otros. Lo anterior quiere
decir que cuando se estudia la ciudad o cuando se construye en ella es preciso tomar en
cuenta el carácter complejo de la ciudad, la multiplicidad de dimensiones que la
conforman.

Retomando al arquitecto Peter Krieger habría que decir que "consciente del tejido sutil y
vulnerable de la ciudad, el arquitecto puede aprender que su compromiso con el ambiente
no termina con el diseño de fachadas complacientes, sino empieza dentro de los
contextos. No sólo la obra maestra de alto valor estético define la arquitectura como
disciplina y profesión, sino el arte de la organización espacial para usos socioculturales en
condiciones sustentables."(4) En otras palabras, ante las formas de hacer ciudad y
arquitectura caracterizadas por el desentendimiento del contexto, la historia y la memoria
colectiva, parece urgente trabajar desde distintos frentes por una "humanización de la
arquitectura". 

El Teatro del Mundo

Me gustan especialmente los teatros vacíos, con pocas


luces encendidas o, como mucho, durante los ensayos
parciales, en los que las voces repiten la misma escena,
la descomponen, la retoman, permaneciendo más acá
de la acción. La repetición, el "collage", la traslación de
elementos de una composición a otra, también nos
coloca, en cada proyecto, ante otro proyecto que querríamos desarrollar y que es, a su
vez, memoria de otras cosas... Verse obligado a la repetición significa también falta de
esperanza y creo que rehacer siempre lo mismo para que resulte diferente es un ejercicio
tan difícil como mirar y repetir las cosas.(5)
 
            Además de su obra escrita, Aldo Rossi construyó distintos proyectos. Entre ellos se
encuentra el Teatro del Mundo, edificado en 1979 para la Bienal de Venecia y al que
hace referencia con las palabras que hemos transcrito anteriormente.

            La idea de este proyecto era evocar la tradición de los teatros flotantes que eran
característicos del siglo XVIII veneciano y muy populares durante los carnavales que se
llevaban a cabo en esta ciudad. El Teatro representa una metáfora de los planteamientos
teóricos de Rossi sobre la importancia de tomar en consideración la relación que existe
entre la arquitectura, el contexto en el que es construida y la memoria colectiva de quienes
serán sus usuarios.

La arquitectura para Rossi, a diferencia de lo que planteaba el Movimiento Moderno, posee


una estrecha relación con el contexto en el que existe. El locus o la localización es el
principio característico de los hechos urbanos, es decir aquello que le imprime cualidades
concretas y singulares que hacen de la arquitectura algo significativo. No es lo mismo
construir algo en París que en la ciudad de México, incluso no es lo mismo proyectar un
edificio para el barrio de San Ángel que para el Zócalo.

En ese sentido, el Teatro del Mundo no se entiende sin Venecia porque es ésta y su
historia la que Rossi toma en consideración para dotar a este edificio de significado. Por
ello podríamos decir que la intención del arquitecto es crear a través del diseño un espacio
que forme parte del alma de la urbe. Este Teatro no es únicamente un lugar para el
espectáculo, se trata también de un espacio desde el cual es posible ver la ciudad.
Poniendo los asientos en el centro de la planta baja, Rossi busca que los espectadores
forman parte del entretenimiento pero que al mismo tiempo puedan, a través de las
ventanas y los balcones superiores, ser parte de lo que sucede en el exterior: el paso de
los barcos, la excepcional visual de Venecia y sus aguas. Es en pocas palabras un teatro
para dentro y fuera.

Así Rossi se entrega a la difícil tarea de construir un edificio nuevo a partir de la aceptación
de algo ya dado por la historia y la memoria, como es el caso de los teatros flotantes del
siglo XVIII. El resultado puede verse en una serie de dibujos que él mismo hizo mientras
elaboraba este proyecto.

Es precisamente en la reivindicación de este tiempo histórico del que nos habla el Teatro
donde se encuentra uno de los aspectos
más fecundos del pensamiento de Rossi
que se refiere a la recuperación de la
historia. La historia se relaciona con la
ciudad en cuanto esta última es
entendida como un hecho material, una
manufactura, cuya construcción ha
acontecido a lo largo del tiempo, y del
tiempo tiene las huellas.(6) Pero no sólo
eso: la ciudad tiene otra dimensión
histórica relacionada con su carácter de
espacio imaginado, es decir que si bien
el espacio urbano es el producto de la
construcción material que origina sus
casas, calles y espacios verdes, también
es el resultado de un proceso de
construcción simbólica que genera una multiplicidad de representaciones y valores en la
mente de sus usuarios o habitantes. En ese sentido, la ciudad y su arquitectura también
pueden ser consideradas como la memoria colectiva de los pueblos.

            El Teatro del Mundo es justamente un lugar en donde la posición historicista de su


autor cobra forma. Para Rossi el diseño arquitectónico debe basarse en la necesidad de
crear edificios que sean realmente parte de la ciudad y no intromisiones. No se trata de
aferrarse a las viejas formas ya existentes sino de retomar ciertos elementos de éstas y
rehacerlos para que adquieren nuevos significados.

Una aportación vigente

Ante las tendencias actuales de la arquitectura, caracterizadas


por el desentendimiento de la historia y de la memoria colectiva;
por una especulación acelerada del valor del suelo y por una
espectacularidad mediática de ciertas obras que son concebidas
como objetos de lujo, la obra de Rossi adquiere un significado
renovado que sugiere la imperiosa necesidad de seguir
trabajando en el presente por una arquitectura más humana.

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