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Estudiante: Luis Felipe Chavez

Curso: Historia del Perú antigua y virreinal

Profesor: Rafael Vega Centeno

La cosmovisión, la religión y la ritualidad en el mundo andino prehispánico.


El curso de Historia del Perú, en la educación básica regular, es un conjunto de estructuras
que explican los aconteceres de nuestro pasado. Pero también ha sido un sinfín de historias
y “cuentos”, narrados por los docentes como dato extra a sus explicaciones. Ello solo
quedaba en narración, no había una explicación o análisis de por medio de aquellos mitos.
Ante ello, es importante poder reafirmar el aprendizaje de los orígenes (y desarrollo) de la
cosmovisión y ritualidades prehispánicas. Y es que el mundo andino, al ser un conjunto de
identidades culturales complejas y que lograron la adaptabilidad en un territorio
diversificado, es imposible no pensar que tengan una cosmovisión compleja, llena de
explicaciones sobre el entorno y una mitología, tan grande o mejor que las occidentales, un
parámetro que lamentablemente, siempre se nos ha impuesto.

Para empezar, debemos tener en cuenta la importancia de la religión, la cosmovisión y la


ritualidad, en la creación y desarrollo de lo que se denomina sociedad compleja. El mundo
andino, al haber desarrollado una diferenciación social, centralización, diversas formas de
organización política, liderazgos, es considerado una sociedad compleja. Los primeros
rastros de ritualidad, provienen del Arcaico Tardío (3000 a.C), donde se evidenciaba una
diferencia de entierros (uso de objetos de turquesa y espejos). Ello implica una diferencia
entre los enterrados y, otra duda, la procedencia de aquellos objetos o formas de obtención.
La ritualidad también dio paso al surgimiento de los edificios públicos. Si bien los entierros
formaban parte de un rito, la construcción de estos edificios evidencia un trabajo colectivo
de miembros de la comunidad, no liderados por ellos, sino por algún tipo de liderazgo que
dirigía una población. Así pues, se evidencia lo señalado por Ruth Shady sobre la religión
como forma de cohesión social y manejo político en los albores de la civilización en el
Perú. Como ejemplo de estos edificios tenemos a Kotosh, La Galgada, El Paraíso y Áspero,
pero el ejemplo que pudo reafirmar la complejidad de organización social, es Caral.

Ya por los 1100 a.C. en el Periodo Formativo Medio, la construcción de templos se vuelve
más compleja, agregando decorativos religiosos. Un ejemplo perfecto de este proceso,
donde se evidencia un nuevo estilo y la creación de seres híbridos con propiedad humana,
felina, serpiente, reptil y ave depredadora, es Chavín. Tenemos una errónea idea sobre el
proceso de Chavín, que nos hace vincular su organización política social y la religión, como
un poder de expansión y dominio militar. Sin embargo, no hay un solo estilo artístico, sino
que estos estilos se desarrollan regionalmente, pero mantienen patrones compartidos. Esto
se entiende a que existieron, no una, sino una red de élites sacerdotales. Es así, como
podemos denominar a Chavín como uno de los más grandes santuarios del Perú, que logra
conectar los mundos.

La centralización del poder, mediante la construcción de templos y santuarios, trajo consigo


otro fenómeno social interesante. Actualmente este fenómeno de peregrinación, sigue
siendo usado en varios ritos o celebraciones en el Perú. Para comprender este fenómeno, es
necesario poder darle sentido la cosmovisión o el entendimiento de los miembros de la
comunidad con su entorno. Para ello, debemos considerar que la civilización andina se
desarrolló en un continente apartado, sin intervención o comunicación con otra civilización
similar. Ello hace que las poblaciones, al tener diversos desarrollos regionales, formen la
idea de estar en un solo un gran mundo, el mundo andino. Si bien surge desde el
sedentarismo de las poblaciones, es más que todo el vínculo que existe con el entorno y
como este se entiende ante la visión de la población. El espacio habitual o doméstico,
donde se desarrollaban y convivían, el espacio silvestre donde estaban las fuerzas de la
naturaleza y espacios de suministros. Pero también existe un lugar de fuerzas que pueden
transformar el espacio, desequilibrarlo, perjudicarlo o embelleciéndolo. Este espacio
sobrenatural, permite tener en cuenta los tres mundos existentes dentro de la mentalidad de
los miembros de la comunidad: El Uccu, Kay y Hanan Pacha. Podemos referirnos entonces,
que la dominación de las elites, a las clases populares mediante la religión, es un proceso
que requiere la aceptación y el conocimiento de los intereses de la población. Para luego las
élites, poder darle un contenido ideológico.

El vínculo de religión – ritual y poder, ha sido un patrón reproducido en otras culturas, de


condiciones y adaptabilidad distinta, como es el caso de los Nasca (aprox. 1 d.C). Esto es
explícito en sus señoríos independientes, que no requerían un gobierno central, ni capital.
Pero tomaron la decisión de tener un sitio sagrado de peregrinación, Cahuachi. El cual,
como es parte ya del mundo andino, este no era un centro urbano, solo era visitado en
tiempos de rituales de peregrinaje. Otro punto importante a considerar es que el peregrinaje,
como fenómeno social, toma relevancia aquí para poder darle sentido a los famosos
Geoglífos de Nazca. Por otro lado, en el norte existe otro ejemplo de vinculación religión
ritual – poder, el cual permite entender la organización social de varios señoríos Mochica,
en constante interacción y que compartían patrones de desarrollo idénticos (como la
religión, nuevamente similar a Chavín). Algo que destacar de los mochicas es uno de sus
rituales, recién estudiado, que les da un entendimiento a los conflictos pre-hispánicos,
totalmente distinto a la visión occidental que hemos tenido siempre. La famosa “batalla
ritual” permite poder controlar la violencia y no dejar que se maximice, enfrascando el
conflicto en la competencia de un solo puñado de hombre que, a diferencia de nuestro
entendimiento, sus muertes significan un triunfo y victoria.

En suma, la cosmovisión y las diversas formas de darle un entendimiento a nuestro entorno,


son valiosísimas. Las interpretaciones y la lógica andina nos pueden ofrecer respuestas más
cercanas al entendimiento y bienestar en convivencia. Podría reivindicar los conocimientos
ancestrales que muchas veces se han perdido al no formar parte de la “historia oficial”,
como poder reconocer el peso de importancia de los lugares sagrados, no solamente
hablando de templos construidos, sino también lugares sagrados naturales. Considerando
estos saberes, podemos empoderar y comprender diversas situaciones históricas que pueden
darle un sentido al contexto actual. Teniendo en cuenta que el desarrollo de identidades
culturales, en medida regional ha tenido o tiene repercusiones en el desarrollo actual de las
regiones y provincias, es necesario enfocarnos en la recuperación de este tipo de saberes y
conocimientos. Esto permitiría darle relevancia a la historia regional, dándole paso al
conocimiento de esta información en eventos culturales e incluso poder adaptarlo, mediante
una diversificación de la currícula, en el silabus de los colegios y poder establecer una
enseñanza que pueda hacerle frente a la forma tradicional en cómo se nos enseñaban la
mitología andina.

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