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NO ME QUEDAN MÁS SONRISAS PARA EL MUNDO

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No sé si estoy bien o no, creo que no lo estoy, lo que sí sé es que tengo a alguien a
mi lado en el que puedo confiar.

Él es Tommy, un chico alto y delgado, con unos ojos verdes y grandes, con el pelo a
la moda, que yo le digo muchas veces que se lo corte que parece un cepillo; su pelo
es castaño claro, y tiene 14 años igual que yo. Es una persona súper divertida,
inteligente, simpática y en la que puedes confiar, es mi gran apoyo, es mi mejor
amigo.

Bueno mi nombre es Keitty; sí, mi nombre significa soñadora y valiente, aunque no


creáis que soy tan valiente. Mis ojos son azules y mi pelo es castaño claro, soy alta y
no soy ni muy delgada ni tampoco estoy gorda, estoy normal. Soy súper tímida y
nerviosa, también inteligente y divertida; a veces puedo llegar a ser demasiado
buena con la gente y luego pasan las cosas que pasan.

Soy una niña un poco peculiar, no soy como mis compañeros, a mí no me gusta salir
de fiesta hasta tarde y beber alcohol, o buscar novio a todas horas; no yo no soy de
esas, yo prefiero centrarme en mis sueños y en mis estudios, escuchar música que
me lleve a lugares lejanos; prefiero leer hasta tarde y dibujar todos mis
pensamientos y sentimientos.

Por lo que veis no soy una chica normal, y ese es el motivo de todo lo que me pasa
en la actualidad.

Para situaros un poco, volvamos unos años atrás, unos 11 años, cuando yo estaba
en infantil en la edad de 3 años.

Yo era una niña como cualquier otra niña, me gustaba jugar con todos; eso sí, era
súper tímida y lo sigo siendo. Hay que decir que prefería jugar con los niños, ya que
a mí me gustaba más el tema de jugar al fútbol y eso, que jugar a las muñecas o a
las princesas.

Conforme fui creciendo, seguía teniendo los mismos gustos, me encantaba pasar
las tardes con mis amigos en la calle jugando a sus juegos y no a juegos de niñas; no
era yo mucho de pintarme y ponerme tacones, me gustaba pasar el tiempo con
ellos, y bueno, pues más adelante uno de ellos sería mi gran apoyo, ya que gracias a
él sigo en este mundo, porque si no lo hubiese conocido a lo mejor ya no estaría
aquí; más adelante os diré por qué.
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Al ser tan pequeños somos muy pacíficos; es decir, pensamos que aunque un niño o
niña no se junten con nosotros es porque no quiere en ese momento, ya querrá
después y no hay porque discriminarlo, y mucho menos insultarlo.

Para mí, llega una edad en la que te das cuenta que parece que algunos padres no
han educado a sus hijos, porque parece como si sus hijos no tuvieran respeto hacia
los demás y no respetaran sus gustos.

Os sitúo en el curso de 4º de Primaria, un curso en el que ya hay que estudiar más y


dejarse de tantos jueguecitos de niños pequeños. Para mí, ese curso es el nuevo
comienzo de mi vida en el que conoceré a mi mejor amigo Tommy, y en que me
daré cuenta de cómo son mis compañeros de verdad y no como se dejan mostrar a
otras personas.

La verdad que yo he sido una niña con buenas notas siempre y lo sigo siendo,
nunca he sido una persona de meterme en la vida de los demás, ya que sé que eso
puede traer consecuencias y vivir.

Bueno, pues a partir de 5º de Primaria la gente con la que convives 10 meses al año
se da cuenta de cómo eres en realidad y como a un bicho raro por ser como eres.

Como dije al principio, me encanta leer, dibujar y escuchar música, y si me ponen a


elegir entre un libro e ir a alguna fiesta, por supuesto que elijo el libro.

Pues gracias a eso, al ser tan rara desde pequeña, he sufrido acoso; sí como lo oís,
he sufrido acoso por estar enamorada de la vida y de otras cosas y no de lo que
“debería” estar, que es del alcohol, de las fiestas y de los chicos.

Pensé que con la entrada al instituto todo esto iba a cambiar, pero no, no fue así:
fue de peor en peor.

Como dije antes si no llega a ser por Tommy a lo mejor no estaría aquí, ya que él es
el que da la cara por mí delante de mis “acosadores”, y el que está todo el tiempo
conmigo para alegrarme mis días o para no permitir que me autolesione, otra de
las razones por las que a lo mejor no estaría en este mundo.

Qué decir de él: es mi gran apoyo, yo creo que es mi ángel de la guarda, el que me
guía por mis sueños y me cuida durante el camino. Lo quiero demasiado, no me
perdonaría que le pasase algo por mi culpa.
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Bueno, pues como he dicho, mi entrada a secundaria no fue muy buena, pero poco a
poco logré superarlo gracias a Tommy y a unos profesores maravillosos.

Hay uno de los profesores que más me marcó, que me ayudó tanto en lo personal
como en los estudios y que merece ser nombrado. Se llama Anthony. Su nombre
significa que destaca y, como bien dice, también significa que lo da todo por los
demás; es súper comunicativo y su inteligencia le hace sobresalir en cualquiera de las
áreas profesionales y no profesionales. Le debo muchísimo porque para mí es un gran
apoyo y lo seguirá siendo siempre.

Esa es mi triste historia de la vida, no una vida muy buena, pero que a pesar de todo
sigo con una sonrisa en la cara, y esquivo todos los baches que me ponen en el camino.

Todavía hoy en día no es que esté muy bien, pero he aprendido que cuando la vida te
da demasiados golpes y te tira al suelo más de cien veces, tienes que ser capaz de
levantarte ciento una.

Ahora la vida me va mucho mejor, ya que tengo a gente que me ayuda con mis
problemas y me apoya. Los libros y la música también han sido siempre un gran apoyo
para mí.

Todos los días me visto con una bonita sonrisa en la cara, que me alegra a mí y a los
que me rodean y se preocupan por mí.

Pero llegó un día trágico, un tal 2 de Febrero de 2015, para mí, como todas las mañana
era un día normal, me desperté, me vestí y puse rumbo hacia el instituto.

De pronto antes de salir por la puerta, me llaman a mi teléfono móvil, estaba arriba y
tuve que subir, para ver quien era y por si era algo urgente. Veo que es la madre de
Tommy, la verdad es que me asusté, lo descolgué y esperé que hablara.

Eran las ocho y cinco, y a las ocho y veinte empezaba el instituto, en ese momento en
lo único que pensaba era en no llegar tarde y en que no le pasara nada a Tommy.

Estuve un rato hablando con ella cuando de repente, me soltó una noticia impactante,
el móvil se me cayó al suelo, pero la mujer seguía hablando, rompí a llorar cuando me
contó todo lo sucedido y como vivía a unos pocos metros de mí se llegó a mi casa por si
estaba muy mal, y sí, lo estaba.

Fue la peor noticia que he recibido en toda mi vida, mi amigo Tommy, ya no estaba en
este mundo.

Entre llantos y llantos, su madre me contó que su hijo tenía leucemia mieloide. Me
estuvo contando que la leucemia mieloide es un cáncer en las células sanguíneas, que
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puede afectar a los glóbulos blancos, rojos y a las plaquetas. Me dijo también que la
padecía desde hace 4 meses.

Me estuvo contando los síntomas, la fiebre, el cansancio, formación de hematomas,


pérdida de peso y apetito…

Como no me pude dar cuenta, ya entiendo porque se encontraba siempre con una cara
tristona o con poco ánimo, también entiendo porque casi nunca quería salir y menos
todavía los últimos días que le quedaban de vida. Porque no comía mucho cuando
quedábamos para tomar algo y que aunque hiciese 40 grados, el iba en manga

larga para que no me preocupase por los hematomas, porque el sabía que yo quería
estudiar medicina e iba a investigar para ver lo que le pasaba.

Después de que su madre me contara todo eso me sentí un poco estúpida, como no
me pude dar cuenta y también a la vez enfadada, porque no me lo dijo.

Su madre me dijo que había dejado una carta para mí, y antes de morir le dijo que me
la entregara, este chico es increíble.

La carta decía:

De: Tommy

Para: Keitty

Querida amiga, si estás leyendo esto es porque ya no estoy en este mundo.

Estarás enfada conmigo por no habértelo contado, pero entiéndeme no quería que te
preocupases por mí, ni que estuvieras mal por mí. Todo esto lo hice por tu bien para
que tu no sufrieras.

Bueno iré al grano, esta carta te la escribo porque ya sé que no me tienes ahí para
apoyarte, pero por favor no hagas ninguna locura extraña.

Olvida a la gente que te insulta, y las personas que te dicen que no puedes hacerlo, tu
diles: “Mirad como lo hago”.

Nunca te dejes influenciar por ellas, ya sabes como son. Si hace falta pídele consejo a
tu familia para que te ayuden, pero por favor no dejes que nadie te cambie y nunca, te
digo nunca te creas lo que te dicen, porque tú vales más que eso.
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Tienes también a los profesores del instituto, que sabes que te quieren más que a nada
y que sabes que están ahí para apoyarte.

Por ejemplo tienes a Anthony, uno de los profesores que yo creo que más te va a
ayudar, que lo vas a tener ahí siempre y que es una persona en la que puedes confiar. Y
no se queda atrás Pilar, la orientadora, esa sí que es una magnífica persona, una
persona a la que yo se que quieres más que nada y que vas a tener ahí siempre y te va
a ayudar en lo que necesites, lo mismo que te ha ayudado otras veces.

¿Ves? No estás sola, además me tienes a mí, en tu corazón.

Vive la vida que solo son dos días, estudia mucho para que llegues a ser la mejor
doctora, Doctora Keitty, suena bien.

Sonríe siempre, porque eso es lo que te hace especial, y lo que hace especial que
tengas tanta gente a tu alrededor, por favor sonríe, ¿ves?, esa sonrisa es preciosa. Me
imagino que ahora estarás llorando y sonriendo, como no.

Bueno me despido ya de ti, que sepas que me vas a tener siempre ahí en tu corazón.

Te quiero.

Tu amigo Tommy.

Estoy llorando un rato, hasta que me quedo dormida.

Todos los días voy al cementerio a llevarle una rosa y después me voy dirección al
instituto.

Como dijo Tommy, hay tengo a los profesores apoyándome, y yo también le hago caso,
no les hago caso a las que me insultan por pura diversión y ese día fue la única vez que
lo hicieron, porque les dije: “ Si tanto os gusta meteros en la vida de los demás, ya va
siendo hora de que creéis la vuestra.” Esa fue la última vez que se metieron conmigo.

Le doy las gracias por todo a mi familia, que siempre están ahí, a mis profesores y mi
orientadora, por estar ahí cuando más lo necesitaba y sobre todo a mi mejor amigo
Tommy, por hacer posible todo estoy y por ser capaz de sacarme una sonrisa hasta en
los peores momentos.

Esta es mi historia, la de una chica de 14 años que sufría acoso, hasta que lució una
radiante sonrisa para siempre.

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