Está en la página 1de 20

Foto 1. Paisaje del Valle Alto del rio Ca lima en la cordillera Occidental (fotografía de Wi lson De via).

34
ADAPTACIONES PRECERAMICAS
EN EL SUROCCIDENTE DE COLOMBIA

CR ISTOBAL GNECCO VALEN CI A

H ECTOR SALGADO LOPEZ

SITI OS PRECERAMICOS EN EL ALTO Y MEDIO

VALLE DEL RIO CAUCA

([) u uu ' ""


~
~ ........
" ••c•u•

~ .. .....
(JI ...... . .

.. ..o • •• ..,. ..
a'J - o OoDI LU O<OO* . .
¡¡ .,,..,••

Pudiera parecer más que coinc id encia! que las in ves tigaci o nes arqueo-
lóg icas sobre el precerámico en Co lo mbi a haya n es tad o bás icamente
limit adas a las tierras a ltas de la co rdill era Oriental y al valle del río
Magdalena, y hayan sido ll evadas a ca bo única mente en los últimos
vei nte años. S in em bargo, la única explicación a esta limit ación geo-
gráfica radica en el hecho de que la atenció n y los esfuerzos de un os
pocos investigad ores se ha n co nce ntrado precisa mente en esas zo nas

35
ADAPTAC IO N ES PRECE RAMI CAS EN EL SU ROCC IDE NT E D E CO LOMB I A

de nuestro territori o. Esos in vestigadores (Ard il a, 1984; Correal , 1977,


1979, 198 1; Co rrea l et al. , 1977; Co rrea l y Van der Ham men, 1977;
Co rreal y Pint o , 1983; Hurt et a l. , 1976) han definid o , clarame nt e, una
amplia secuencia precerámica que se inicia haci a el dec im o t ~rcer mile-
ni o antes del presente, poco antes del inicio del Hol oceno, y que se
ex ti ende, con algunas interrupciones , hasta los inicios de la vida
agro-alfarera. Pero aparte de esos tra baj os, todo el territ ori o colom-
bian o, ta n clave en la problemática del poblamie nto temprano de
Suramérica, era un gran mapa en blanco sa lpi cad o aquí y a ll á por
algunos pocos hallazgos fortuitos y aislad os de artefactos líticos ,
especialmente de puntas de proyectil. Los últimos a ños, sin embargo ,
han sido testigos de la aparición de crecientes evidencias de ocupac io-
nes precerámicas bien documentadas en el suroccid ente a ndin o
colombiano , básicamente e n el curso medi o y alto del río Calim a y e n
el valle de Popayán . Son precisamente esas evidencias las que discuti-
remos en este artículo.
Los datos paleoambientales, tan esenciales en las investigaciones
arqueológicas, están apenas empezando a constituir un cuerpo cohe-
rente para la regió n suroccidental del país . En ausencia de los detalla-
dos registros palin9lógicos que existen para la cordillera Oriental , la
información di sponible se limita a los análisis de los perfiles de polen y
a la investigación geomorfológica, des arrollados en el marco del Pro-
yecto Calima (Botero, 1985; Monsalve, 1985; Bray et al., 1987; Herrera
et al. , 19 ~8) y a un estudio sobre paleos uelos cuaternarios en los
alrededores de Cali (Folster et al., 1977). Los dos perfiles palinológicos
obtenidos en el valle de El Dorado indican un comportamiento similar
de las condiciones medioambientales del final del último glacial a las
registradas previamente e n la cordillera Oriental; esto es, la elevación
de los cinturones vegetacionales paralela al mejoramiento del clima
(véase Van der Hammen y González, 1963 ; Van der Hammen , 1974).
Esta similitud en el comportamiento clim ático entre las d os áreas
parece co nfirmarse tambié n a pa rtir de la ev id encia de paleos uelos
(Fo lster et al. , 1977: 262).
Hacia los co mienzos del Holoceno, documentados en la zona 4A
del perfil de El Dorad o ( Herrera et al. , 1988: 9- 11 ; Bray et al. , 1987 :
445) , el clima empieza a mejorar y el bosque a ndino , antes presente en
el á rea, al ser desplazado por una formación sub-andina. En la zona
48 , cuya parte baja fu e fechada a mediados del décimo milenio A. P., el
mejoramiento climático definitivo parece evidente, pues se observa
una pérdida de predominio de Quercus, característico del bosque
andino , e indicios de un bosque menos cerrado, más probablemente
debido a la modificación de los cinturones vegetacionales que a
influencia humana. Sin em bargo , es justamente en esta época cuando
los primeros vestigios claros de ocupación humana co mienza n a apa-
recer en el alto valle del río Calima (Foto 1). Hace unos 10.000 años
(véase la Fig. 2 para la cronología exacta) , individuos portadores de
una muy simple tecnología lítica dejaron sus huellas en Sauzalito, un
sitio localizado en una ladera erosiona! , pocos kilómetros al no reste de
Darién (Fig. 1; Foto 3). Del escaso material lítico recuperado en las
excavaciones del sitio, entre 50 y 80 cm. de profundidad , sólo se ha

36
C RJ STOBAL GNECCO VALENC I A- H ECTO R SA LGADO LO PEZ

Foto 2. flaisaje del Valle del


Do rado en la co rdillera Occi-
de nt al (fotografía de María
Alicia Uribe) .

logrado identificar con certeza un instrumento para enmangar elabo-


rado sobre un canto rodad o ligeramente modificado por percusión
directa (Fig. 3: 1), algunas cuentas sobre pequeños cantos planos y
varios cantos rodados con evidencias de utilización (Fig. 4: 1) (Herrera
et al. , 1988: 3-5).
Aunque en la mayoría del material lítico no se observa interven-
ción humana, el simple hecho de que los perfiles típicos de la región se
caracterizan por no contener cantos rodad os, hace que su presencia
allí sea indudablemente cultural (lbíd .: 6). Además, se encontró lo que
parece ser una huella de poste y vari os fragment os de material vegetal
carbonizad o, al parecer pedazos de nuez de aguacate , madera de

Fo10 3. Vista panorám1ca de


Sauzalito, al fondo el valle
del Calima (fotografia de
Leonor Herrera).

37
ADAPTACIONES PR ECE RAMI CAS EN EL SU ROCC IDENTE DE COLOM BIA

pa lm a y nueces de pa lma (lbíd .: 4, 11 ). No se ha ll ó ev ide ncia a lgun a de


restos a nim ales. La oc upac ión, que de acuerdo co n las tres fec has
obtenid as se extendi ó entre 9.600 y 9.300 años A. P., se enco ntró en una
capa cultura l fo rmada en la parte infer ior de un horizo nte q ue parece
co rres po nder a l episod io de llu vias de ce niza vo lcá nica determi nada
po r Fo lster y sus asociadGs (Fo lste r et a l. , 1977: 245) y que deb ió
ocurrir hace unos 10.000 años.
En un sitio ce rca no, El Recreo ( Fig. 1; Foto 4), se enco nt raron
dos a rtefactos para enm a nga r simil a res al ha ll ado en Sauza lito (Fig. 3:
2 y 3), ad emás de otros út iles ela bo rad os so bre cant os rodados modifi-
cad os al parece r por el uso, ca rbón en pedazos grandes y restos
vegeta les carbo ni zados. La ca pa cult ura l, en t re 90 y 50 cm. de profun-
did ad , que también con tenía muchos cant os rodados sin uti lización
apa rente, fue datad a entre 8. 000 y 7.800 A. P. (F ig. 2) y, a un que a l
pa rece r no se enco nt ró in situ (Ib íd .: 4-6), la prese ncia humana es
induda ble.

Fot o 4. Panorám ica del sitio


arqueológico El Recreo(foto-
grafia de H éctor Salgado
Lópe1).

La inform ación o btenid a en los d os si tios no a rroja , sin


embargo , mucha luz sobre las prácticas eco nó micas de sus oc up a ntes,
me nos aún si tenemos e n cuent a que el materi a l recuperad o es tá
a penas en proceso de a ná lis is. A pa rte de los útiles para enmanga r, que
a fa lt a de un nombre menos co mp ro meted or podría n ll ama rse
" hac has" o "azadas", y de las cuentas con ori ficio ha ll adas en Sa uza lit o
y El Rec reo, los ca ntos co n a parentes huell as de uso pud ieron ha ber
sid p utili zados en varias acti vid ades. Es fac tible, por eje mp lo, q ue
fuese n ut ilizados ta nt o en el procesa mient o de recursos vegeta les como
en la elaboració n de ot ros a rtefactos líticos , en el marco de una
eco nomí a de a propi ación ge nera lizada.
El uso de estos a rtefactos pod rá entenderse más adecuadame nte
des pués de que el materi a l vegeta l ca rbo nizado o bten ido en a mbos
sitios haya sid o mejo r analizad o; po r lo pro nto , es impo rt a nte a nota r

38
C RI STO BA L GNECCO VA LENC IA · H ECTO R SALGADO LO P EZ

FECHAS DE RADIOCARBONO PARA EL PRECERAMICO EN EL


SUROCCIDENTE DE COLOMBIA

1,+,
1..

+"

+.

t.
t'
t ,-t.

L
+, 1--t-1

+.t.
t iC &l a O I O

5 . (U • U 01 9

......... . ..... . 0 .. J
1 1 0 · 11 0o • II11TA - . .

f lOOU DO, l l l f l t • O 111 1 . • O ~II l~ l ( 1 I UT


.. Ot. n I OIUU 1010 ..

. .......... .., .. . , ooo . oou


•ou o I O,.I U .. . .. , .,

. . . . . . . L, U I U t"'O U::U
4 0 90 ! 90
••o-• .o •• "' '

12 '
1! . ....
ADAPTAC IO N ES PRECE RA M ICAS EN EL SU ROCC ID ENT E DF CO LO MBI A

que una clara trans formació n del medio ambiente debido a la acción
huma na so lamente se nota, en los perfi les de polen del valle de El
Dorado (Foto 2) , e ntre mediados del sé ptim o milenio A. P. y los inicios
del sex to mileni o A.P. (Monsalve , 1985: 41 ; Bray et al. , 1987: 445) ,
cuando el polen de maíz comie nza a a parecer e incrementarse en la
secue ncia , a pesar de que B¿tero haya suge rid o que las características

3. Artefa ctos líticos precerámicos de Ca lima . 4-5. El Pita!. primera ocupació n; trinchera 1, diabasa.
Hachas con aca naladuras o muescas: 6-7. El Pita l. primera oc upació n; trinchera VI,
l. Sau zalit o, obtenida en sondeo; roca ígnea sin determinar cuadrícula Z. diabasa.
2. El Rec reo. cuadrícula K-30, roca ígnea sin det erminar 8-9. Alt o río Calima. o bt enida po r guaqueros: diabasa
3. 1 Rec reo, cuadricula No-28, roca ign ea si n determ inar. 10- 11 , Sa ma ria, a lt o rio Ca lim a, o btenida por guaqueros; diabasa

ai ·,.•,

L.
10
C R ISTOBAL GNECCO VALENC I A· H ECTO R SA LGADO LO PEZ

Fot o 5. Ca ñó n de la que·
brada El Pi tal. anuente del
río Calima , la terran co rres-
ponde a un si tio estratificado
co n dos fases de oc upació n
prece rámíca (fotografía de
Marianne Card alc)

de la ca pa cultura l de Sa uzalito podría n interpretarse como indicios de


agricultura intermitente ( Herrera et al. , 1988: 4, 13).
A pesa r de que las defini ciones negativas siempre serán parc ia-
les, en este caso podemos ave ntura r una de mucha utilid ad, pues no es
a pres urado deci r (gracias a que el vo lumen de l área excavad a en
a mbos sit ios pa rece excluir la posi bilid ad de que el materi al obtenid o
sea un a muestra inco mpl eta del re perto rio total) que los ocup antes
prece rá micos del alt o C alim a no fa bricaro n útiles líticos bifacia les
tecno lógica mente más co mplejos que los enco ntrad os, es pecial mente
punt as de proyectil. Esto no qu ie re decir que no cazara n, puesto que es
perfecta mente posible que tuviera n a rtefactos de caza hec hos co n
materi ales que no se co nservaro n en el registro a rqueológico. La
ev idencia tecn ológica negativa ay ud a, en este caso , a se parar las ad a p-
tacio nes precerámicas te mpra nas del a lto Calima de otras co ntemp o-
rá neas. No so bra decir, sin embargo, que a pes ar de que en el medi ova-
lle del río Cauca se ha n rea lizad o ha ll azgos de fa un a pleistocénica
ex tint a, és tos no se ha n enco ntrad o asociad os a acti vid ades hum anas
(Correal, 198 1: 14-15; Patiñ o, 197 1).
Los vestigios precerá micos en el á rea no se limit a n, sin emba rgo ,
a l alto Calim a, ya que en la cuenca medi a de ese rí o también se ha n
encontrad o evidencias de esa época (Fig. 1; Foto 5). Salgad o ( 1986,

41
ADA PTAC I ON ES J>R EC ERAM ICA S I:.N EL SU ROCC ID ENTE D E COLOM BI A

1-
1'
t. ,L

L.

4. Artefactos lítico s prece- 1988a, 1988b) excavó dos ocupaciones precerámicas en el sitio El
rámicos de Calima : Pi tal , la más antigua de las cuales fue datada en 7.310 a ños A. P. El
l . Cant o ro dad o de g ran
hallazgo de dos artefactos para enmangar, elaborados con percusión
tamañ o co n evid e nc 1as de simple sobre cantos rodados (Fig. 3: 4 a 7) , y varios cantos apa rente-
tra bajo. pud o haber sid o uti- mente modificados por el uso , hace n que esta ocupación sea mu y
li7ad o co mo ··yunque " para similar, por lo menos en la dimensión tecnológica, a las de Sauzalito y
mo lienda ; Sau7aln o. El Recreo; útiles tecnológicamente más complejos también estuviero n
2. Posible base o placa pa ra
mo lienda. muestra desgaste
au sentes (Fig. 4: 2 a 4) . Una segunda ocupación, separada de la
sobre uno de sus lados y sus primera por una capa estéril , y datada hacia Jos comienzos del quinto
superficies están impregnadas milenio A. P. , quizás representa una utilización más prolongada del
de un material rojo. D iabasa sitio (Salgado , 1988a: 93), pero no muestra cambios sustanciales en el
meteori7ada: El Pital. pri me ra utillaje. El hecho de que la ya característica herramienta para enman-
ocupac ión; trinchera VI.
3. Percut or a part ir de un
gar no se encontrara (la terraza natural en que se halla el sitio no fue
cam o rodad o, prese nt a seña- excavada en área), no quiere decir que ésta no se utilizara más , o que la
les de desco nc hamiento y de filiación cultural entre Jos individuos de las dos ocupaciones fuese
c alcinación por some timien- esencialmente distinta. De hecho , los típicos cantos rodados con hue-
to al ruego . Diabasa : El Pital, llas de utilización siguen apareciendo , incluso en porcentajes mayores
primera oc upac ió n: T ri n-
c hera l.
que en la primera ocupación (Fig. 4: 5 a 8).
4. Machacador. prese nt a des- Si nos atenemos a aspectos puramente tecnológicos , dominio
gaste en uno de sus lados. en el cual el análisis lítico deja de ser especulativo , debemos recono-
D ia basa me teori r..ada: El Pi- cer que existe una evidente relación entre el material de los tres sitios

42
C RI STOBAL G N ECCO VALENC I A - H ECTOR SA LGADO LO PEZ

tal , pr imera oc upació n: trin- me ncionad os. De hec h o, co mpart en un a tec no logía mu y simple,
chera V L
5. Fra gmemo de cant o ro-
caracterizada po r una m odi ficac ió n mínim a , po r pe rc us ió n directa ,
dad o. D iabasa: El Pital . se· de ca ntos rodad os o po r la util izació n d e és tos e n su fo rm a o ri gin a l;
gunda oc upación: trinchera l. e l d es pre nd imi e nt o de pequ eñas lascas q ue se nota en a lgun os de
6. Canto rodado co n lascad o estos últim os oc urri ó, co n segurid ad , cuand o fue ro n usad os , y no e n
del cone x en dos de sus un hip otético proceso d e man ufactura. No se ha n reg istrad o útiles
caras y en los bo rdes. Dia-
basa; El Pital, segu nda ocu·
bifacia les co mpl ej os ni prepa ració n de núcleos , y el porcentaje de
pación , trinche ra IV lascas re tocadas parece se r mínim o. La úni ca ev id e nc ia que ex is te
7. Cant o rodad o partid o so bre la prese nci a de un a indu stri a bifacia l fin a d e tall a a pres ió n es
por so metimie nt o al ca lo r un a lasca de ade lgaza mient o en chert , ha llada e n Sauza lit o ( Herrera
D iabasa me tco ri7_ada ; El Pi- et a l. , 1988: 5), sin e mbargo , la tend enci a tec no lóg ica de las se ries
ta l. seg unda ocupació n: trin·
c hcra V I.
enco ntrad as hace qu e este hallazgo sea interes ante. T od os los a rt e-
8. Lasca grande co n bo rde fa ctos hall ados fu ero n e la bo rad os co n rocas vo lcá nicas loca lme nt e
aserrad o. Diabasa: El Pita!. o btenibles , y no pa rece detectarse, hasta a hora, nin gún cambio a
seg unda oc upación : trin· tra vés de l tie mp o en los patrones de adqui sició n de materi a prima
chera V l. di stint os de la reco lecció n de ca nt os rodad os en Jos rí os y quebradas
d e la regi ó n (Sa lgado , L988 b: 12).
Varios a rtefactos desco nte xtual izad os enco ntrad os accidental-
mente en el alto Calima, especialm ente herramientas para enmanga r,
pueden eve ntua lmente pertenecer a esta mi sma tradición tecno lógica
(véase Fi g. 3: 8 a 1 1 y Salgado , 1988a-b) . Fuera del á rea Calima, pero
ta mbié n en el suroccid ente del país, fu e enco ntrad o un co njunto lítico
co n ca racterísticas tecno lógicas simil a res a las del alto y medi o Ca lim a.
En Los Arb oles y en e l va lle de Popayá n (Fig. 1; Foto 6), se ha ll a ro n
nueve instrumentos para enm anga r elaborad os sobre cant os rodad os
lige ra mente modificados (Fig. 5: 1 a 6), as í como varios ca ntos rod ad os
utili zad os e n su fo rm a o rigin a l, entre Jos que so bresalen dos artefactos
que podrían se r cata logad os co mo "molin os" y en d ond e el uso re pe-
tid o de la superficie origi na l del ca nto creó depresio nes que no oc urren
d e mane ra natura l (Gn ecco , 1982 y Foto 7). Aquí ta mb ié n la materi a
prim a escogid a fueron rocas volcá ni cas, de muy fáci l o btención loca l;
a un que la mayo r parte de este materia l fu e enco ntrado en superficie ,
a lgun os ca nt os ut ilizados y uno de los útiles para enmanga r, morfoló-
gica mente muy similar a un o de Jos a rtefactos de El Recreo (véase Fig.
3: 2; Fig. 5: 1-2 y Herrera et al. , 1988: 7; Fig. 3C), fueron ha ll ados en
pos ic ió n es tratigráfica en un a capa c ultu ra l, pred o min a nte me nte
co mpuesta de ce nizas vo lcá nicas meteorizad as , localizada pocos cen-
tímetros po r debajo de l humus actu a l; en e l límite inferi or de este
últim o se enco ntraron a lgun os fragmentos de ce rá mica. En un fogó n
excavad o en la misma ca pa se enco nt ró materia l vegeta l ca rbo ni zad o,
id entificad o inicialmente como perteneciente a a lgun a variedad de
nuez (Patti Wright , co municac ió n perso nal).
Pero no tod o el ma te ria l de Los Arbo les es si mil a r a l de Jos siti os
de Calima, aparte de a lgun os artefactos so bre lascas grand es retoca-
d as , la gran mayo rí a de los útiles enco ntrados fuer o n mi crolitos, casi
tod os ela bo rad os a partir de pequeños ca ntos rodados de o bsidi a na,
aunque la ma teria prima utilizada en o tros fu e chert o lim olita . La
industri a microlítica en o bsidian a, presente en Los Arboles habí a sid o
ya id entifi cad a a ntes en La Balsa (Méndez, 1985); otro siti o en el valle
de Popayán, y fue reportada después en Juga res geográ fi camente

43
ADA PTAC IONES PRECERAM ICAS EN EL SU ROCC I D EN T E D E CO LOM BI A

Foto 6. Pai saje del va lle de Po payá n en el alt o Cauca (fotografía de Cristóbal Gnecco).

cercanos, como La Colina de las Piedras (Lahitte, 1983). En estos


últimos apareció claramente asociado a cerámica si n decoraci ó n, con
fechas de 3070 A.P. y 2570 A. P. Aún más , la industria se ha o bservado
en yacimientos puramente cerámicos poco anteriores a la conq uista
(e.g. Vivas, 1982), evidenciando una continuidad tempo ral de varios
milenios.
Los más altos porcentajes se sitúan entre lo que podríamos
llamar "útiles preconvencionales", esto es, lascas con evidentes huellas
de haber sido utilizadas pero que no recibieron retoque alguno (o si lo
recibieron fue mínimamente), después de haber sido desprendidas de
los nódulos. Si exceptuamos algunos artefactos cuya producción cier-
tamente requirió un más sofisticado conocimiento técnico , como los
buriles, la tecnología utilizada en la industria de obsidiana en el valle
de Popayán fue relativamente simple (Fig. 5: 7 a 10). La percusió n
directa fue la técnica utilizada, aunque muchas lascas muestran evi-
dencias de haber sido desprendidas mediante talla bipo lar; no de otra
forma se entendería que casi todos los útiles y lascas fueron obtenidos
a partir de pequeños cantos rodados, casi imposibles de romper soste-
niénd olos en la mano. El retoque a presión , hasta donde el análisis
tecnológico puede llegar sin sobrepasar los límites de la certeza, no fue
utilizado , así como tampoco la preparación de núcleos y de preformas.
Si bien , es apenas obvio que la industria de obsidiana del valle de
Popayán se compare con la de la sierra norte del Ecuador (especial-

44
CRI STOBAL GNECCO VALENCI A · HECTOR SALGADO LOPEZ

S. Artefactos líti cos de Los


Arboles.

Hachas con aca naladuras o


muescas.
1-2. Pozo l . ptso de ocupa·

L.
dó n: arenisca.
3-4 . Zo na 1 de oc upació n.
capa húmica: grauwaca.
5-6. Supe rfic te. depresió n O;
limo lita .
Ancractos lít icos en o bsid ia·
na. obtenid os en superficie:
7-8. Art efa ctos co rtante:..
9. Raspad o r.
10. Bur il.

4
L

L
L.
10

45
ADAP 1ACIONI ~ PRI C l RAMICA~ rl\ I:L SUROCCIDHd r DI COlOMB I A

Foto 7. Camos rodados con evidencias de trabaJO, utilizados como ''molinos''. Los Arboles, Cajibio. Ca uc.
(fotografia de Cristóbal Gnecco).

46
CRI STOBAL GNECCO VALENC IA - H ECTOR SA LGADO LOPEZ

mente con sitios como Ellnga y San José), pues to que no existe otra
similar e n ningún área más cercana, lo cierto es que aún deben reali-
zarse análisis más completos.
Recientemente fue descubierto un importante sitio precerámico
al norte de Popayán , La Elvira, en el cual se encontró una gran
cantidad de material microlítico en obsidiana así como varias puntas
de proyectil , tres de ellas elaboradas en es a mi sma materia prima.
Aunque presumible, la asociación de estos dos grupos de artefactos es
aún imposible de hacer, puesto que el material fue recolectado en
superficie y el sitio no ha sido excavado todavía ; en un pequeño pozo
de control apareció otra punta de proyectil descansando sobre el
horizonte B de la Formación Popayán , compuesto por cenizas volcá-
nicas; no hubo material asociado, y no fue posible obtener material
fechable . Por lo tanto , sólo se ha realizado hasta ahora un análi sis
tecnológico y tipológico de las siete puntas de proyectil encontradas en
el sitio , un número singularmente grande en el contexto de este tipo de
hallazgos en Colombia (véase lllera y Gnecco , 1986). Las puntas son
morfológicamente similares a dos tipos definidos para la sierra norte
del Ecuador, pero lo que es más importante es que exhiben rasgos
tecnológicos que han sido identificados, en esta área, como definiti-
vamente Paleoindios (Gnecco e lllera, 1988a, 1988 b; Mayer-Oakes ,
1986). Es posible que algunas de las puntas de proyectil encontradas en
el municipio de Cajibío , en el valle de Popayán, y reportadas por
Méndez (1984), también pertenezcan a esta época.
Como bien se puede ver, el conocimiento so bre las ocupaciones
precerámicas en el valle de Popayán presenta todavía muchos vacíos.
Aún se carece de estudios paleoambientales y de sitios estratificados
que permitan entender el comportamiento temporal de los materiales
hasta ahora encontrados, fundamentalment e de las puntas de proyec-
til y de la industria de obsidiana. Por lo pront o, ya se han realizado
análisis químicos de obsidiana (Gnecco, 1987) que han permitid o
establecer la existencia de tres fuentes distintas de esa materia prima en
la cordillera Central , dos de las cuales fueron utili zadas arqueológica-
mente a través del tiempo (Gnecco , 1988). De esos análisis se deduce
que el patrón de adquisición, por lo menos para el valle de Popayán,
no fue distinto que el de la recolección de pequeños cantos rodados
erodados del depósito original. Este patrón explicaría, de hecho , la
característica naturaleza microlítica de la industria. Sin embargo, la
posibilidad de que el depósito hubiese sido explotado de manera
directa, o de que las puntas de proyectil en obsidiana (excesivamente
grandes para el tamaño de los cantos erodados), hubiesen sido elabo-
rados con materia prima distinta de la obtenible en las fuentes locales,
no puede descartarse todavía.
Las ocupaciones precerámicas del valle de Popayán no arrojan
ninguna luz, aparte de la que puede es peculativamente derivarse de los
materiales líticos, sobre los medios de subsistencia de quienes dejaron
sus huellas. Algunos útiles de Los Arboles y, quizás, algunos de La
Balsa, pueden recibir el mismo comentario que hicimos respecto de los
artefactos del alto y medio Calima, aunque una aseveración más
categórica requerirá un más completo análisis del utillaje, además de

47
AD A PTAC ION ES PRECE RAMI CAS EN EL SU ROCC IDENT F DF COLOMBIA

experimentos replicativos y un a recuperaci ón más adecuada del mate-


rial orgánico.
Las oc up ac iones precerá micas en el suroccidente co lo mbia no
que hem os discutid o en este a rtículo no ofrece n un pa no ra ma perfec-
tamente ho mogéneo, como ¡¡ara ha bl ar de un a mi sma tradició n tecno-
lógica o cultural. Lo q ue se está ofreciend o a la atenció n de los
a rqueólogos es un a creciente evid encia de ad apt acio nes tempranas a
medioambientes tropicales que se sale n del clásico modelo Paleo indi o.
Ya desde hace algún tiempo se ha n venid o ofreciend o modelos
que tratan de relacio na r las series líticas del Holoceno tempra no en el
norte de Suramérica y sur de Centro américa, distintas de los horizo n-
tes de punt as bifaciales, y ca racteri zadas por tecnologías simples y po r
medios de subsistencia generalizad os. Hurt ( 1977) propuso la ex isten-
cia de una 'Tradici ón de herramientas con bordes desbastad os ", mien-
tras que Stothert ( 1985b) la den o minó "Tradición del noroeste de
Suramérica". En ellas estarían incluid os complejos co mo Las Vegas ,
en la costa ec uatoriana ; Amo tape y Sic hes, en la costa no rte del Perú ;
El Abra, en la saba na de Bogotá; varios siti os de la costa Pacífica
co lo mbiana y del va lle del Magd ale na , y las fases Talam a nca y
Boquete del oeste de Panamá. En ese ncia, las dos supuestas tradicio-
nes son una so la , caracterizad a por la prese ncia de artefactos líticos
tecnológicamente simples y por la a use ncia de punt as bifaciales. La
actividad fund a mental que el utillaje lítico estaría representa nd o se rí a el
trabajo so bre madera y otros recursos vegetales.
Este tipo de utillaje se ha asociad o, in variablemente, a ad apta-
ciones a un medi o de bosque tropi ca l, y se ha id entificad o co mo la
ex pres ión de una eco nomí a de a pro pi ac ió n ge nera li zad a (véase Bray ,
1984: 314; Ra nere, 1980b: 35; Stothert , 1985b: 633). Ra nere ( 1980b:
35), por su pa rte, la ha lla mad o "A rcaico de se lva tropical"; su hipóte-
sis fund a ment al, ex presada en ex tensión en un célebre a rtícul o
(Ra nere, 1980a) , se reduce a plan tea r que los cazad o res post-
pleistocé nicos que co lo nizaro n el subco nt inente surame rica no se
ada pt a ro n inic ialmente, en el sur de Ce ntroamérica a un medi o de
selva tro pical, a ntes de penetra r al cuello de botell a del Darién y
ex pa ndirse hacia el sur. La hip otética adapt ac ió n a sistemas tropica les
só lo des pués de ha ber penetrad o a Suramérica qued a rí a, de es ta
form a, desca rtada. Las fases Talama nca (6600-4300 A. P.) y Boquete
(4300-2300 A. P .), serían , ento nces, una expresió n más tardía de este
tipo de ad apt ació n. Más all á de las objecio nes que esta hipótesis ha
ge nerado (véase Lynch, 1976), la implicació n ese ncial de la propuesta
de Ra nere es la misma po r la que Alan Brya n ( 1983) ha estad o
recl a mand o desde hace tiemp o: la gra n di ve rsid ad de ocupac io nes con
econ omía generalizada del Pleistoce no ta rdío y Holoceno tempran o
en América del sur, en opos ició n a la clásica pro puesta de q ue S uramé-
rica fu e pobl ada inicialmente po r grupos de cazad o res es peciali zad os
que usaro n, de ma nera ca racterística, puntas bifaciales de proyectil ; en
otras palabras, la co nsiderac ión de que las ocupaci o nes tempra nas en
diferentes medio-ambientes no fu eron simples "exc ursio nes" es porá-
dicas desde las áreas abiert as de los altos And es , el ecos istema cl ásico

48
CR ISTOBAL GN ECCO VALEN C IA · H ECfO R SALG ADO LOPEZ

de los supuestos cazadores especializados , sino ve rdaderas adaptacio-


nes exi tosas y prolongadas.
Es importante anotar que el modelo de Rane re no excluye otras
inte rpretaciones; por ejemplo, deja abierta la posibilidad de que antes
del final del Pleistoceno ya hubiese n pasado los primeros pobladores
hacia Suramérica, y de que el horizonte de puntas bifaciales, también ,
registrado en Panamá , pero pobremente documentado , pudo perfec-
tame nt e haber sido an terior a la supuesta tradición de que hablamos.
En ese caso, esta última estaría represe ntando una Hregresión "tecnoló-
gica, por así decirlo , ante una adaptación a un medio-ambiente que no
requirió de la utilización de sofi sticadas herramientas. Lo que Ranere
( 1980b: 35) propone , en otras palabras, es que la tec nología lítica se
simplificó a medida que las adaptaciones a un medio de bosque
tropical, con distribución bimodal de lluvias, su fueron sucediendo.
Eventua lmente, el utillaj e lítico se redujo a aquellos artefactos que se
usa ron para fabricar instrumentos hechos con otras materias primas
tropicales , de tal forma que la tall a de útiles de piedra pasó a un lugar
secundario del inventario cultural.
El hecho de que se haya sugerido la ex istenci a de una verdadera
tradición tecnológica, ha conducido a que se hable también de afini-
dad es cu lturales. Bray ( 1984: 3 14) fue exp lícito cuando sugirió que la
coincidencia tecnológica entre las series líticas mencio nadas no pudo
haber estado determinada por factores ecológicos únicamente , sin o
condicionada cu lturalmente. Esta id ea, que también comparte
S tothert ( 1985: 633), y que de a lguna manera ya había sid o bosquejada
por Hurt ( 1977: 292), pasa por a lto las inmensas diferencias que
existe n entre dichas se ries, beneficiando solamente sus similitudes
tanto co mo sus ausencias compartidas (léase puntas líticas bifaciales).
Además a la dimensión temporal , tamp oco se le presta mucha aten-
ción; en cambio Richard so n ( 1978 : 280), ha sugerido que las similitu-
des tecnológicas pueden explicarse mejor si se entie nden como adapta-
c io nes independientes a ecosistemas similares , tratánd ose, entonces,
no de verdad eras tradici o nes cultura les sino de desarro ll os tecnológi-
cos en un medio de bosq ue t ro pical.
Esta disc us ión es particularmente relevan te si pretend emos
situar los hallazgos precerámicos del suroccidente de Colo mbia en una
perspecti va más que regio nal ; de hech o, y como ya dijim os, más allá de
la estrecha relación cultural que pud o haber existido entre los siti os del
alto y medio Calima, y entre los del valle de Po payán, las evid encias
discutidas no so n de manera alguna ho mogéneas. H ay much a diferen-
cia entre los materiales de los sitios del río Calim a y los de Los Arb oles,
a pesa r de que comparten algunos artefactos tec nológica mente simila-
res, así co mo entre es tos últimos y las puntas de La Elvira. Ubicar los
sitios precerámicos con tecnología simple del suroccid ente del país
(Sauza lito, El Recreo , El Pita! , qui zás también Los Arboles) en una
misma tradición con los sitios de la sabana de Bogotá, se ría ignorar
diferencias fundamentales.
Si vamos a usar el inmenso potencial que los análisis tecnológi-
cos ofrecen para derivar implicaciones culturales, debemos reconocer
que aún falta obtener mucha información y estudiar más detenida-

49
A DAPTA C IO NES PRECE RAMI CAS EN EL SU ROCC IDE NT E D E COLO MBI A

me nt e los materi a les recuperad os. Lo realmente importa nte, po r


a hora, es el hec ho d e q ue el surocc id ente de Co lom bi a está ofreciend o
evid encias bien d ocumentadas de di versas ada pt acio nes temp ra nas a
un medi o-a mbiente d e bosque t ro pica l, ex presad as ta nt o en sit ios co n
tec nología simple y a pa re nte econo mía ge nera lizad a, y en complej os
artefactos co mo las punt as Paleoindias de La Elvira.

Agradecim ientos:
En especial a los a rqueó logos Leo nor Herrera , Maria nne Ca r-
d ale y Warwic k Bray po r permitirn os utili za r y cita r in fo rmació n no
publ icada de sus investigacio nes prece rámicas en el a lto rí o Calima.
Ta mbién ag radece m os a Yo la nd a J a ra mill o por la realización de las
fig uras, y a Eva nge ll iq ue Ahum ad a el tra bajo meca nográfico.

BI BLI OGRAF IA

Ardila C., Gerard o Ignacio. Chla. 1m sitio precerámico en la sabana de Bogotá. Fundació n de
Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República , No. 26. Bog01á. 1984.

Bo tero, Pedro . Characterisation and general histo ry oftheformation ofthe soi/s of the va/ley of
El Dorado. En : Pro Ca lima Archaologisc hes projekt in westl inchen Kolumbien, Sudameri ka .
No . 4. pp. 27·36. Base l, 1985.

Bray, Warwick Projectile pointsfrum the Colombian Andes. Ms, 1982. En tos archi vos de los

- - A cross the Darién Gap: a Colomhian view of lsthmian archaeology. En: The Archaeo-
logy of lower Ce ntral Ame rica, Ed . por F.W. Large y Do ris Z. S tone, pp . 305-338. Uni ve rsity of
New Mexico press. Alburquerque. 1984.

Bray, Warwtck: Leonor He rrera y Marianne Carda le de Sc hrim pff. Archao logisch-ethnologisches
p royek t im westlichen Ko lumhien, S udamerika. Periodisc he publikation der vere ini gung Pro
Calima. Nos . 2. 3 y 4, Basel. 1983· 1985.

Bray. Warwick: Leonor Herrera : Marianne Ca rdalc de Sc hrimpff: Pedro Bo tero y J osé G.
Mo nsalve . The ancient agriculwral/andscape ofCalima, Colomb ia. En : Prehispan ic agricultura]
field s in the Andean regio n, part i. Proceedings 45 Co ngreso Internacio nal de Americanistas.
Bogotá, Colo mbia , 198 5. BAR lnternati o nal series 359 (i) : pp. 443-481. Inglaterra, 1987 .

Brya n, AJan L. Sou1h Am erica. En : Ea rly man in the new world . Ed . por Richa rs S hutler Jr .. pp .
137- 146. Sage publica tio ns. Beve rly Hills, 1983.

Bruhns. Karen 0\sen; Osea r Osorio y Olé Christiansen. A proyectilepointfrom thedepaTtmen oj


Quindío. En : Revista ~awpa Pacha , No . 14, pp. 69-74(Berkeley), Uni versityofCalifornia , 1976 .

Carda le de Schrimpff. Marianne. LA cultura llama , resultados recientes. En : Boletin de Arqueo-


logía. Fundació n de Investigacio nes Arqueológicas Nacio nales, Banco de la República . Año 1,
No . 3. Bogotá, 1986.

Cooke, Richard : Dolores Piperno y otros. LA influencia de las poblaciones humanas sobre Jos
amhiem es terreslres de Panamá entre 10.000 a.C. y el 500 d. C. En: Agonia de la naturale za.
Smithsonian Tropical Rese arch lnstitute, Panamá , 1985 .

50
CR ISTOBAL GNECCO VALENCIA- HECTOR SALGADO LOPEZ

Correal Urrego, Gonzalo. Exploraciones arqueológicas en la Cosw Alfámica y el valle del


Magdalena. En: Revista Caldasia . Vol. XI, No. 55, pp. JJ- 129. Bogotá , 1977 .

- - lnvesligaciones arqueológicas en los abrigos rocosos de Nemocón y Sueva. Fundación


de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la RepUblica. No . J. Bogotá. 1979 .

- - Evidencias cuflurales y megafmma pleistoánica en Colombia. Fundación de 1nvestiga-


ciones Arqueológicas Nacionales. Banco de la RepUblica, No. 12, Bogotá , 198 1.

Correal Urrego, Gonzalo; Thomas Van der Hammen y Wesley R. Hurt. LiJ uologiay temologia
de los abrigos rocosos en t;! Abra. sabana de Bog01á. Colombia. En : Re vis ta de la dirección de
divulgación cultural, U. Nacional. No. 15, pp . 77-99 . Bogotá. 1977.

Correal Urrego. Gonzalo y Th omas Van der Hammen . Investigaciones arqueológicas en los
abrigos rocosos del Tequ endama, 11 .'000 atios de prehistoria en la sabana de Bogo tá, Banco
Popular , Bogotá, 1977.

Co rreal Urrego, Go nzalo y Maria Pinto . /n vesligaciones arqueológicas en el municipio de


Zipacón. Cundinamarca. Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco d e la
RepUblica. No. 18, Bogotá, 1983

Folster. H; W. Hetsch y E. Sc hrimpff. /.Afl> quatemary paleosols in the wesum and Cemral
cordi/Jera Colombia. Palaeog-graph y. palaeoclimatology. palaeoecology No. 21. pp. 245 -264.
Amsterdam , 1977.

Gnecco. Cristóbal. Excavaciones arqueológicas en Les Arboles. Cajibío, Cauca. Fundación de


Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la RepUblica. Ms. si n publica r. Bogotá , 1982.

- - - Los Arboles un silio en el valle de Popayán Ms. sin publicar, Popayán, 1982.

- - - LA industria de obsid iana en el suroccidente de Colombia. En: Boletín de arq ueología.


Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacio nales, Banco de la RepUblica. Año 2, No. 2.
pp . 3- 15. Bogotá, 1987.

- - - Utilización arqueológica y fuentes de obsidiana en el suroccideme de Colombia. Funda-


ción de In vestigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la RepUblica. Ms. sin publicar.
Bogotá, 1988.

Gnecco, Cris tóbal y Carlos H. lllera . Puntas de proyeclil paleomdias en el surocctdente de


Co/omb10. Ms . remitido a 1\lawpa Pacha, 1988a.

- - - Paleoindian lithic techrwlogy in southwe.ftern Colombta. M:;. remitido a Lithic


techno logy. 1988b .

Herrera , Leono r; Marianne Ca rdale de Sc hrimpff y Warwick Bray. El hombre y su medio


ambiente en Calima. En: Revis ta Co lombiana de An tropologia, vol. XXIV (años 1982-83).
Bogotá, 1984.

Herrera. Leo nor; Marianne Ca rdalede Schrimpff: Warwick Bray y Pedro Bot ero . Nuevas fechas
de rar!iocarbon o para el precerámico en la cordillera Occidental de Colombia. Ponencia prese n-
tadta al 46° Congreso Internaci onal de Americanistas. Amsterdam, 1988. Ms. sin publicar .

. l urt, Wes ley R.; Thomas Van der Hammen y Gon:r.alo Co rreal U. The El Abra rockshelters.
sabana de Bogotá, Colombia. South America. Occasionalpaperand monographs No . 2. Indiana
university museum. Bloomington, 1976.

Hurt, Wesley R. Theedge-trimmed tooltradition ofnorthwest south America. En: For the director:
research essays in ho nor of James B. Griffi n, ed. por C. E. Cleland. pp. 268-294. Anthropo\ogical
papers, museum of Anthropology, university of Michigan , No. 61, Ann Arbor, 1977.

51
ADAPTAC IONES PR ECE RAMI CAS EN EL SU ROCC ID ENTE DE COLO MBIA

!llera Mo ntoya, Ca rlos y Cristóbal Gnecco Valencia. Puntas de proyectil e'1 el valle de Popaydn.
Boletín del Museo del Oro No . 17, Bogotá , 1986.

Lahitte, Martha de. Arqueologla de la colina de Las Piedras. Cajibío. Cauca. Fundación de
Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República. Ms. sin publicar. Bogotá, 1983.

Lync h, Thomas . The entry and postglacial adaptalion of man in Andean South America. En:
Habitats humains anterieurs a l' Ho locene e n Amerique , pp . 69·100. Co lleque 27, lnternational
union of prehistoric and proto histo ric sciences, ninth congress, Niza, 1976.

Mayer· Dakes, W.J . Ellnga: A Paleo·indian silein the Sierra ofn orthern Ecuador. Transactio ns
of the American philosophical Society, Vol. 76, part 4, Philadelphia , 1986.

Mén dez , M.A. Puntas de proyectil de Cajibio, Cauca. Ed . de la Un ive rsidad del Cauca,
Po payá n, 1984.

- - -Arqueologla de un silio transicional en el valle de Popaydn, La &lsa·Cajihio. Cauca.


Ed. Ló pez, Popayán, 1985.

Monsalve, J osé G.A p o/len core from the hacienda Lusilania. Pro Calima archaologisches
projekt in westlinchen Ko lumbien . Sudame rika, No. 4, pp . 40-44 . Base!, 1985.

Patiño Rodríguez, Aníbal. Hacia una crisis ecológica en el Valle del Cauca. En: Bo letín d el
Departamento de Biología, Universidad del Valle, Vo l. 3, No . 2, Cali , 1971.

Ranere, An thony J . Toolmaking and too/ use among the preceramic peoples of Panama. En:
Ad va nces in Andean Archaelogy, ed. por D. L. l:lrowman , pp . 41 ·84. Mo uton . La Haya, 1978.

- - - Humanmovement into tropical Americaat theend ofthe Pleistocene. En : Anthropolo·


gical papers in memo ry of Earl Swan so n, Jr.,ed . por L. B. Harten, C. N. Warren y D. R. Tuohy,
pp . 41-47 . Spec ial publicat ion of the ld aho muse u m o r natural history, Pocatello, 1980a.

- - - Preceramic shelters in 1he Talaman ca range. En: Adaptive radiations in prehistoric


Pan ama , ed . po r O. F. Linares y A. J . Ranere, pp. 16-43 . Peabod y museum o r Archaeo logy and
Ethnology, Harvard Unive rsity, Cambridge , 1980b .

- - -Stone tools and their interpretatio n. En: Adaptive Radiations in prehistoric Pan ama,
ed. por O. F. Linares y A. J . Ranere, pp . 11 8· 137. Peabod y museum of Archaelogy and
Ethno logy, Harvard University, Cambridge, 1980c.

Richa rd so n, J .B. Early man on the Peruvian no rth coast. early mari(lme explou ation and the
pleistocene and ho locene environment. En: Ea rly ma n in America from a circum-Pacific
perspective , ed . por A. l. Bryan, pp . 274·289. Occasio nal papers No . 1 of the department of
Anthropo logy, uni ve rsit y of Alberta , Edmo nt o n, 1978.

Salgad o López, Héctor. Investigaciones arqueológicas en el curso m edio del río Calima. cordi·
llera Occidental, Colombia. En : Boletín de Arqueología. Fu ndació n de Investigacio nes Arqueo·
lógicas Nacionales. Banco de la República. Año 1, número 2, Bogotá, 1986.

- - - Medio ambiente y asentamientos humanos prehispónicos en el Calima medio. Instituto


Vallecaucano de Investigaciones Científicas, INCIVA. Manuscrit o en prensa. Cali , 1988a .

- - - Asentamientos precerámicos en el alto y m edio río Calima, cordillera Occidental.


Colombia. Ms. remitido a Cespedesia. Cali, 1988b.

Stothert. Karen E. Los cazadores y recolecto res tempranos de la costa del Ecuador. Ponencia,
45° Congreso Internaciona l de Americanistas, Bogo tá, 1985a.

- - - Th epreceramic lAs Vegascultureofcoastal Ecuador. American antiquity, Vol. 50, No.


3, 1985 b.

52
CR ISTO BAL GNECCO VALENC I A - H ECTOR SALGADO LOPEZ

Van Der Ha mmen, Th . ThP pleistocen p changes of vegetations and climaiP in tropical South
Amnica. J ournal or biogeography 1: 3-26. 1974.

- - Historia de Clima y vegPiación del PIPistocPn o superior y del Holoceno de la sabana dP


Bogotá. Boletín geológico, XI. Nos. 1-3. pp. 189-390. Bogotá, 1963 .

Vivas, Ligia. Investigación arqupo/ógica en el sitio de Pueblillo y Yanaconas, Cauca. Fundación


de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República. Ms. sin publica r, Bogotá,
1982.

53

También podría gustarte