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A.— INTRODUCCION
El autor solicita dejar constancia que para la elaboración del presente artículo contó con el valioso aporte
personal del Contralmirante Sr. Francisco GHISOLFO Araya y Capitanes de Fragata Srs. Alfredo GALLE
GOS Villalobos, Mario MOMBERG Díaz, Jorge ARANCIBIA Reyes y Germán GODDARD Dufeu.
LA GUERRA DEL PACIFICO 11
También hoy las guerras son totales y la ne mediante una victoria militar, la decisión se
nación ent era se debe preparar para enfrentar- lograría creando y explotando una situación
las con sus rigores y sacrificios, y la marcha nor que acarrée antes su desintegración moral para
mal del pais debe modificar su curso para orien llevarlo a aceptar las condiciones que se le quie
tar sus mejores esfuerzos hacia la lucha que se ren imponer. Para alcanzar dicho propósito, la
avecina. estrategia dispone de una amplia gama de me
Sin embargo, como ocurre ahora, cuando dios materiales y morales, que van desde el
la potencia de las armas ofensivas ha superado bombardeo nuclear hasta una simple demos
con creces a las capacidades de los medios de tración de fuerza, presencia militar, guerra
fensivos, las guerras difícilmente pueden ser ab- psicológica, guerra económica u otras formas
solut as, se pena de que no haya vencedores sino de presión.
únicament e vencidos.
En la actualidad se concibe una estrate
Esto ha llevado a las grandes potencias a gia total al más alto nivel nacional, encargada
no arriesgar sus intereses vitales, dirimiendo de la dirección de la guerra total en la que par
sus dif erencias perif érica y marginalment e en la ticipa la nación en armas a través de los cuatro
estrategia del peón de ajedrez, como en los campos de acción o frentes: político, económi
casos de Corea, Vietnam y Cuba, co, interno y militar. Es la estrategia de los
Lo s países menos fuert es t ambién han Jefes de Gobierno asesorados por los Ministros
debido lim it ar sus guerras, no ya en violen respectivos y los Comandantes en Jefes de las
cías, sino en sus objet ivos y esf uerzos hacién Fuerzas Armadas.
dolos compat ibles con su capacidad y eco n o En consecuencia, la guerra, en su acep
m ía. ción tradicional basada en el empleo de fuerzas
Ni Chile, Perú y Bolivia u ot ro país suda militares, no vendría a constituir en todos los
mericano podrían hoy prolongar una guerra casos la continuación de la política, sino que
por años o conquistar todo un país preten- podría ser empleada alternativamente con di
diendo aniquilar int egralment e su poderío; la versos tipos de acción o presión de la más
dependencia tecnológica, la capacidad eco- Variada forma e intensidad, en uno o más de
nómica y la event ual int ervención de las los cuatro frentes mencionados, integrados
grandes pot encias no permit en, en principio, dentro del campo de la estrategia total.
desarrollar guerras absolut as en la act ualidad, Esta última comprendería, a su vez, dos
Las naciones en conf lict o deben confor tipos distintos de estrategia: una directa en la
marse con un objet ivo lim it ado, el que puede que prima el empleo de fuerzas militares y
consist ir a veces en una porción del t errit orio otra indirecta en la que la fuerza militar puede
enemigo, no m uy sensible, de manera que se le estar totalmente ausente o incidir en grado
pueda inducir fácilmente a abandonarlo cuando mucho menos significativo que los demás cam
los esf uerzos de la guerra superen el valor pos de acción para lograr la decisión.
asignado a él.
Ante este tipo de guerra, compleja, y so
Por ot ra part e, hoy no se concibe un cam
bre t odo tan onerosa, el país que decida ir a un
po t an reducido como el purament e m ilit ar
conf lict o deberá t ener muy present e los sigu ien
para aplicar la est rat egia ant e la realidad de la
t e s aspect os:
guerra f ría y ant e el desaparecimient o simul
táneo de la gran guerra y de la verdadera paz, a) Para qué se lucha, es decir, cuál es el
según la expresión de Raym ond Aron. objet ivo polít ico.
El mariscal Foch ha expresado que estra b) La preparación y motivación de toda la
tegia es el art e de la dialéct ica de las volunt a nación para enfrentar los rigores y esfuerzos de
des que emplean la f uerza para resolver un con la empresa.
flicto. c) El logro de una gran capacidad de
André Beauf re ha señalado que lo esencial dirección á nivel Gobierno y Altos Mandos mi
es convencer al adversario de que emprender o litares.
proseguir la lucha es inút il. d) La creación de fuerzas móviles y po
Inversamente a la militar y romántica tentes.
concepción de Clausewit z, en la cual el quiebre e) Ventaja de asumir y mantener la inicia-
de la voluntad de lucha del adversario se obtie tiva pol ítica y estratégica.
12 REVISTA DE MARINA (ENEROFEBRERO 1980)
f ) Evit ar que al f inal de la guerra se pro El país vivía una situación interna, normal
duzcan vacíos políticos o económicos que cons- y ordenada, pero dentro de una completa ines
tituyan causas potenciales de nuevos conflictos. tabilidad política, cuyos efectos iban a ejercer
Varias de estas consideraciones t enían una influencia negativa durante la guerra.
plena validez en 1878 y el panorama general En el Perú, algunos mandatarios impu
que hemos esbozado hasta aquí nos ayudará sieron transitoriamente el orden el que fatal
a entender esta guerra en particular para saber mente desaparecía con ellos. El sentimiento de
si fué bien conducida o pudo haberlo sido me- nacionalidad era eliminado por la ambición y la
jor. corrupción.
En Bol ivia ocurría algo sim ilar con la
B.—EL CONFLICTO ausencia de probidad y de ideales superiores,
dominando el egoísmo y la vanidad.
1 — SITU A CIO N D E LOS B E L IG E R A N T E S .
c.— Frente económico.
La situación en que Chile se encontraba
en la época que nos preocupa está expuesta en Los efectos de la crisis de 1873 afectaban
forma muy clara y precisa en la Historia de todavía a Chile, habiendo desaparecido definiti
Francisco A. Encina; de modo que sólo nos li vamente la convertibilidad del papel moneda y
mitaremos a señalar brevemente algunas conclu reducido en un 50% los presupuest os del
siones relativas a los cuatro campos básicos de Ejército y la Armada.
la actividad nacional de los beligerantes. Es notable que el país haya podido afron
tar la guerra solamente con sus recursos ordina
rios, 52 millones de pesos en papel moneda y
a. — Frente diplomático. con empréstitos internos, siéndole posible ade
más continuar con el servicio de sus deudas ex
La situación del frente diplomático de terna e interna.
Chile era de un notorio debilitamiento para sos La situación económica del Perú era la
tener sus derechos en el campo internacional, bancarrota, habiéndose desarrollado la gestión
debido a un exagerado sentido americanista de financiera en una atmósfera de inmoralidades y
la élite dirigente que se había apartado por escándalos diversos. El producto de la venta del
completo del carácter netamente nacionalista guano resultaba insuficiente para el servicio de
del gobierno portaliano. Esta debilidad se mani las deuda contraídas.
festó particularmente respecto a las ambiciones La carencia de datos estadísticos y la re
argentinas sobre la Patagonia, que prácticamen trasada estructura de su administración impi
te fué cedida en definitiva por Chile a través del den representar con cifras la capacidad econó
pact o FierroSarrat ea ant e la inminencia del mica boliviana.
conflicto con Perú y Bolivia.
La act it ud belicist a de esta últ im a no de
bió ofrecer dudas, lo mismo sus esfuerzos con d.~ Frent e b élico.
cretos por comprometer a Perú, sin lograr con
vencer a Argentina de participar en el conflicto, El enganche voluntario constituia la base
al menos en forma directa. humana en Chile, t ant o del Ejércit o d e Línea
como de la Marina de Guerra.
b. — Frente interno. El Ejército permanentemente contaba
con 2.200 hombres, de los cuales 400 eran ofi
El Presidente Aníbal Pinto llamó al go ciales, y estaba organizado en cinco batallones
bierno al gabinete encabezado por Belisario de infantería, dos regimientos de caballería y
Prats y constituido por los liberales que apo un batallón de artillería. La Guardia Nacional,
yaron anteriormente ai gobierno de Errázuriz, que debía constituir su primera reserva, había
neutralizando así la división en dos núcleos que sido reducida a 6.600 plazas.
afectaba a ese partido y excluyendo a radicales Para armarlo existían 12.500 fusiles y la
y conservadores pero permitiendo a los naciona- caballería contaba con 2.000 carabinas.
les. En los Arsenales de Santiago existían
LA GUERRA DEL PACIFICO 13
2.800.000 cartuchos y no se podía fabricar ca Los buques peruanos est aban mal conser
ñones ni municiones en general. vados, siendo necesario alistarlos para entrar en
Su entrenamiento lo realizaba en Arauco, campaña lo qucTué casi completado en marzo
impidiendo las incursiones de los indígenas en del mismo año. Para esto contaban con un exce
contra de las poblaciones de la comarca. Para lente dique en Callao, el que por su capacidad
ello debía fraccionarse en pequeñas guarnicio de levante permitía efectuar la carena a todas
nes, !|o que no proporcionaba oportunidad de las unidades navales. La Armada tenía un aco
práctica én ejercicios y operaciones de grandes pio de seis mil proyectiles de artillería.
El Ejército boliviano era de 1.300 plazas,
unidades.
La Escuadra chilena estaba constituida distribuidas en tres cuerpos de infantería y
por los blindados Cochrane y Blanco, las corbe dos de caballería incompletos. La Guardia Cívi
tas O ’Higgins, Chacabuco, Esmeralda y Abtao ca, aunque de existencia muy irregular, era de
y las cañoneras Magallanes y Covadonga. Sólo 54.000 hombres.
los blindados y la Magallanes estaban en con 2 . - GENESIS DEL CONFLICTO.
diciones relativamente aceptables pero los de
más buques se encontraban con sus calderas a.— Causas reales y lejanas.
en mal estado y sus cascos sin calafatear ni
1 ) Problemas limítrofes con Bolivia.
carenar.
Aunque la imprecisión de los mapas colo
La Escuadra.ef ect uaba ejercicios de con
niales ha sido mencionado como origen de pro
junto, aunque ellos eran más escasos de lo que
blemas limítrofes con Bolivia, numerosos ante;
hubiese sido deseable debido a razones de
cedentes históricos permiten comprobar que
econom ía.
Chile jamás fué limítrofe con ésta y que como
En 1879 el Ejército peruano contaba con
colonia, ya sea Audiencia de Charcas o parte del
4.300 plazas de soldados y suboficiales y 1.300
Virreinato del Plata, nunca tuvo acceso al mar
de oficiales, todo lo cual completaba aproxima
ni a puerto oceánico alguno.
damente 5.600 hombres. Ese Ejército de L í
Fué Sucre quien, al margen de toda nor
nea estaba integrado por; siete batallones de in
ma de derecho internacional, ocupó Cobija im
fantería, tres regimientos de caballería y dos
pulsándolo como puerto franco bajo la sobera
regimientos de artillería. La Guardia Nacional
nía de Bolivia, lo que no fué rechazado oportu
contaba con 65.000 hombres. La infantería del
namente por Chile preocupado de la situación
Ejército de Línea estaba armada con distintos
anárquica imperante después de la abdicación
modelos de fusiles y la caballería contaba con
de O ’Higgins.
900 carabinas; al igual que la chilena estaba
armada con sables, pero no con lanzas. El Ejér
2) Pugna económica con Perú.
cito de Línea peruano estaba desplegado en L i
Chile siempre ejerció soberanía sobre el
ma, Chorrilos, Cuzco, Junín y Lámbayeque y
desierto de Atacama hasta el río Loa, según el
contaba con alrededor de un millón de tiros de
primer censo de 1813 en Caleta Paposo, según la
munición menor pero no existían fábricas de
publicación efectuada en 1817 por el Subdele
municiones en el país.
Los peruanos reclutaban generalmente gado de Copiapó de! bando de la Independencia
para su Ejército gran número de negros y mu promulgado por O ’Higgins y de acuerdo con el
latos, cuya disciplina era regular y pobre su bloqueo del litoral peruano desde Guayaquil a
adiestramiento, y que no había sido entrenado la latitud. 21 °4 8 ’ Sur, dispuesto y proclamado
para operar con grandes unidades. en 1819 y 1820.
La Armada estaba conformada por los • Consolidada su situación política interna,
blindados Independencia y Huáscar, las Chile continuo con la búsqueda y explotación
corbetas Unión y Pilcomayo y los monito de los recursos mineros y del guano en la zona,
res Manco Capac y Atahualpa. Sus transportes lo que, al no permitir monopolios al Perú,
eran el Chalaco y el Limeña, contando además constituye quizás el origen más profundo del
con el Talismán, pequeño buque de 300 to conflicto. Todo lo cual se vio agravado con la
neladas. Las baterías del Callao se hallaban fue subscripción del pacto secreto de alianza entre
ra de servicio hasta marzo de 1879. Perú y Bolivia de 1873.
14 REVISTA DE MARINA (ENEROFEBRERO 1980)
3) La crisis financiera del Perú. Fué este impulso hecho cuerpo en la Nación, lo
La crisis financiera y económica paraliza que actuó como fuerza avasalladora, al carecer
ba a! Perú desde 1870 habiendo crecido seria de una conducción intelectual firme y acertada.
mente su endeudamiento, para salvar lo cual, el Llevaron la guerra a su fase f inal: e! aniquila
Presidente Pardo estableció en 1873 el estanco miento del poderío militar del Perú, la ocupa
del salit re, asegurando su m onopolio y el del ción de su capital y, finalmente eLquiebre de
guano mediante el pacto secreto con Bolivia su voluntad de lucha después de casi 5 años de
antes mencionado. guerra.
En consecuencia, salió en defensa de su Por otra parte, su conducción estratégica
aliado, aduciendo que Chile intentaba adue fué, como es lógico, la más afectada por la fal
ñarse de su litoral. Adoptó, por lo tanto, diver ta de orientación política. Una guerra que pudo
sas medidas de alistamiento en el país y realizó durar menos de un año, se prolongó excesiva c
las gestiones tendientes a la adquisición de ma innecesariamente. Interferencias diversas en
terial bélico en el extranjero, intentando a la trabaron las operaciones, y la imposibilidad de
vez entorpecer esfuerzos chilenos realizados visualizar el objetivo estratégico final impidió
con fines similares. lograr la unidad y economía de esfuerzos que
eran necesarios. Se marchó hacia adelante en
4) Actividad y esfuerzos chilenos en la fuerza, con arrojo y heroísmo, pero a costa de
zona. mucha sangre y esfuerzo.
A partir de 1846 el esfuerzo de brazos y No fué una guerra total, ya que el país,
capitales transformó en un emporio de riquezas excepción hecha de la contribución en hombres
un territorio inhóspito, llegándose en 1878 a y medios, no alteró fundamentalmente su ritmo
una sit uación en la que la mayor parte de la po de vida, salvo por el impacto de los aconteci
blación, empresarios, brazos y capitales eran mientos que sacudían cada cierto tiempo a la
chilenos en Antofagasta. Nación. Fué una guerra expedicionaria en un
desierto inhóspito y fronterizo, pero no fué una
b.— Causas inmediatas o aparentes. guerra absoluta al estilo napoleónico, porque
estuvo ausente el propósito.
Las causas inmediatas y aparentes que Con ella, Perú buscaba obtener la hege-
precipitaron la iniciación del conflicto fueron, monía en el Pacífico Sur y lograr e! monopolio
respecto a Chile, el remate de las salitreras de del salitre, lo que lo ponía indudablemente en
la Compañía dispuesto por las autoridades bo oposición con Chile, que se había mantenido
livianas al negarse aquélla a aceptar el grava desde su Independencia como la mayor poten-
men de 10 centavos por quintal y, por parte de cia marítima en esta área dei océano.
Bolivia, la ocupación de Antofagasta por fuer Bolivia iba a la lucha para buscar el domi-
zas chilenas el 14 de febrero de 1879. n¡o de los territorios situados entre los paralelos
23 y 25° Sur, lo que requería la ocupación mi-
2 . - CONDUCCION POLITICO- lit ar y luego la explot ación económ ica de esos
ESTRATEGICA. territorios.
Este objetivo la oponía a Chile, que ya
a.—Los Objetivos. ocupaba de hecho y por derecho esa zona, pero
no la identificaba con Perú que tenía similares
Podría decirse que lo que caracterizó a intereses.
esta guerra fué la carencia de objetivos claros y El objetivo político del gobierno chileno,
definidos, a! menos por parte de Chile. Quizás como se dijo, no fue definido en un comienzo.
éstos estaban subyacentes y se fueron configu No se tenía intenciones de carácter hegemóní-
rando poco a poco y antes de que los gober co, ni se ambicionaba la conquista de territo-
nantes de la época tuvieran la visión política rios. Solamente se trataba de reafirmar su sobe
necesaria para percatarse del fondo o raíz del ranía y defender los derechos de sus connacío:
problema, el pueblo, con una intuición verdade nales. A medida que avanzaba la guerra y el
ramente asombrosa, comprendió que la guerra éxito acompañaba a nuestras armas, las metas
perseguía un logro, que había una meta que es fueron definiéndose, hasta que con claridad se
taba en juego, una razón más allá de lo material. vislumbró el objetivo final y el anhelo nacional;
LA GUERRA DEL PACIFICO 15
Conquist ado el dom inio de! m ar, el Ej ér No debemos olvidar que en 1879 nuestros
cito se movilizó rápidamente, pero la opinión enemigos fueron tres: uno de ellos actuó exito
pública ya hacía sonar su voz exigiendo una samente en el campo diplomático, y únicamen
ofensiva sobre Callao y Lim a para decidir en el te dos fueron derrotados por las armas.
palacio de los Virreyes la suert e del Perú. El Ganar la guerra es importante pero lo es
Gobierno, por su parte, partía de la idea de que mas aún ganar la paz. La primera compete
no se había id o a la guerra aspirando con normalmente al militar, la segunda, es responsa
quistas ter rito r ial es, pero que la posesión miíi bilidad fundamental del estadista.
16 REVISTA DE MARINA (ENEROFEBRERO 1980)
i '
LA GUERRA DEL PACIFICO 19
destacamento que, por su reducido número y El asalto y toma de Arica e! día 7 de ju
una increíble imprevisión logística, fue derro nio vino a cerrar la campaña de Tacna dejando
tad o en el combat e de Tarapacá, el que, sin en m anos chilenas d esd e el valle del Sama al
modificar el resultado de la campaña, signi- sur, con lo cual se había logrado un espacio
ficó un doloroso golpe para nuest ras arm as. de seguridad que permitía consolidar la ex-
Si t uviéramos que precisar el t ermino de plotación de los ricos territorios conquistados
esta campaña, bien podría ser la llegada de en la campaña anterior.
Buendía a Arica el 17 de diciembre con los
3.700 hombres restantes de su ejército. d.— Campaña de Lima.
Dicha campaña, con un cost o de 1.029
bajas, entre muertos y heridos, dio a Chile la El fracaso de las negociaciones tendientes
posesión; de t errit orios hast a la Quebrada de a poner término al conflicto decidió a! Gobier
Camarones y el control del salitre. Para los no a efectuar el asalto final a la capital peruana
Aliados, significó una crisis política que de para imponer las condiciones de paz.
rribó a sus Presidentes y la acentuación de la Para lograr lo anterior, se dispuso el tras-
mala sit uación económ ica, agravado t odo lado por mar de una vanguardia de 12.0 0 0 hom
esto por un fuert e debilit am ient o moral de bres al puerto de Pisco, operación que quedó
sus frentes internos. cumplida el 19 de noviembre.
El grueso del Ejército de Operaciones se
c.— Campaña de Tacna y Arica. embarcó para ser trasladado a Chílca, donde se
reuniría el 22 de diciembre con la vanguardia
Resuelta la continuación de la guerra, el que se desplazaría por tierra desde Pisco. Luego
plan chileno consistió a grandes rasgos en de una serie de malentendidos, el Ejercito chi
desarrollar una ofensiva sobre Moquegua, leno de 26.413 hombres se concentró el 27 de
dest ruir las fuerzas enemigas y capt urar Arica, diciembre en el valle de Lurín, inmediatamen-
para cum plir lo cual, nuest ro Ejércit o fue te al sur de Lim a.
t ransport ado por mar a Ilo el 25 de Febrero; en Por su parte, el Mando Aliado, al com
ese puert o est ableció su principal base de prender que la amenaza se materializaría desde
operaciones, y desde allí inició la penet ración el sur, concentró en ese sector el Ejército de
hacia Moquegua, desplazamiento que condujo Línea de 20.000 hombres, con la misión de
al combat e de. Lo s Angeles el 22 de marzo, y la defenser la línea de Chorrillos, en tanto crea
vict oria de Baquedano sobre Gamarra, dejó ba un Ejército de Reserva de 12.000 hombres
virt ualm ent e aislado al Ejércit o Aliado acanto para cubrir u n a segunda línea defensiva en
nado ent re Tacna y Arica. Mira flores.
Ant e est a sit uación, el M ando chileno de Después de m últ iples discusiones del plan
cidió ef ect uar una ofensiva t endient e a conquis de batalla y otros tantos reconocimientos, se
tar el valle del Sam a, Tacna y f inalm ent e Arica. decidió aplicar e! plan del General Baquedano,
Por su parte los Aliados conformaron el el cual consistía nuevamente en un asalto fron
Primer Ejér cit o del Sur, que con 15.650 hom tal a las posiciones enemigas, descartando el
bres, t enía por misión def ender Tacna y Arica. envolvimiento recomendado por el Ministro
El Segundo Ejér cit o , al mando del Coronel Vergara.
Leiva con base en Arequipa y compuest o por La victoria que definió la situación en
3.200 hombres, debía host igar la ret aguardia favor de las armas chilenas cobró en este caso
chilena. 3.318 bajas. Los analistas militares estiman que
Estas operaciones , tuvieron su desenlace fue de mucho mejor realización que concep
en la batalla de Tacna el 26 de mayo de 1880, ción. Después de 24 horas perdidas en intentos
en la que, aplicando una discutida táctica de para obtener la rendición incondicional de la
asalto frontal y con un costo de 2,000 bajas, capital, se jnició el 15 de enero el ataque a las
se derrotaron las fuerzas enemigas. defensas de Miraflores. Era ésta una acción que
Esta batalla, junto con representar el tér* no podía tener otro resultado que el aniquila-
mino de la participación de Bolívia, marcó el miento de las fuerzas de defensa del Perú.
fin de las pret ensiones Aliadas de éxit o en el El 17 de enero de 1881 en la tarde las
conf lict o. tropas chilenas entraron a Lima.
20 REVISTA DE MARINA (ENEROFEBRERO 1980)
c.~ Los instrumentos definitivos de la paz. Una nación amante de la paz, en la que
no hay cabida para afán expansionist a alguno,
En 1904, veinte años después de la tregua está obligada a deducir conclusiones de las ex
y tras largas negociaciones, se f irma el t rat ado periencias con el propósito de poder corregir ios
definitivo entre Chile y Bolivia, el que junto errores cometidos. A sí será posible adoptar;
con consagrar e( dominio absoluto y perpetuo oportunamente medidas tendientes a mantener
de Chile sobre los t errit orios ocupados en virt ud una paz digna y estable, y lograr de ese modo
del Pacto de Tregua, determina a la vez indem seguridad para su desarrollo, forma de vida, bie
nizaciones económicas apreciables y facilidades nestar y prosperidad a que tienen derecho sus
de tránsito comercial que han constituido desde ciudadanos.
ent onces una pesada carga para el erario na* Debemos dest acar que, hoy como ayer,
cional. No sin razón se pregunta Conrado Ríos nuestros anhelos de paz con todas las naciones
Gallardo, si otras naciones han procedido con amigas son profundamente sinceros, pero no de
igual magnanimidad y dando plazo ilimitado al ben ser interpretadas erróneamente como un
vencido. “ Sin remontarnos demasiado en la his- signo de debilidad, El pueblo chileno, que ha sa
toria, ¿fueron más generosos los aliados con bido enfrentar las amenazas con coraje, defen
Francia en 1814? En sesenta días t uvo que fir- derá con toda energía su seguridad y soberanía
mar una paz con las bayonet as desnudas en su impulsado por su conocida fuerza moral y cohe
casa” . sión, cualquiera sea el origen del element o p er
Cincuenta años después, se suscribe el turbador que pretendiese amenazarlas nueva-
t rat ado definít ivQ con el Perú el 3 de junio ment e.
de 1929, que zanja la única cuestión pendien- 2.— El conocimiento de la naturaleza de
te ent re ambos países, cual era la suert e de los la guerra, de la estrategia y de las características
t errit orios de Tacn a y Arica; pero, paralelamen del eventual conflicto constituyen una respon
t e, int roduce obligaciones para Chile, inacept a sabilidad compartida entre políticos y militares.
bles para un país vencedor. Es obligación de aquéllos señalárselas a éstos,
La política internacional tiene su tarea coordinando la acción de todos los frentes o
específ ica y primordial en la discusión y fíniqui campos de acción para la concepción, prepara-
tación de la paz y sobre ella recae, a! igual que ción y desarrollo de la estrategia total.
en la est rat egia m ilit ar, el juicio hist órico relati 3.— Es la esencia de este conf lict o que
vo a sus éxit os y fracasos. Es deplorable que la nos preocupa, la que debe orientar al estadista
magnanimidad chilena hacia Bolivia haya en en la selección de los elementos más adecuados
contrado como único eco en ese país, la agita- para enfrentarlo, tanto los medios políticos, co
ción sist emát ica, est rident e e irracional del pro* mo los económicos, psicológicos y militares
blema de su mediterraneidad y del revisionismo para su empleo coordinado y/o alternativo, si
de los t rat ados. El Chile de hoy, con volunt ad ' esto último resulta más aconsejable.
férrea e irrenunciable espíritu d,e soberanía, se 4 .— Por otra parte, la elección de cierto
opondrá al revisionismo, por principio, noacep objetivo estratégico, que puede ser muy adecua
t ando ot ro fin que no derive del acuerdo bilate da para un conflicto, puede ser totalmente ina
ral ent re los exbeligerant es dent ro del marco propiada para otro, aún entre los mismos beli
del respet o y armonía f undament al para lograr gerantes.
5.— La ética en general, la rectitud en los
procedimientos, el respeto de la palabra empe
C.-CO NCLUSIO NES. ñada, de la justicia y del derecho, la vía pacífi
ca para la solución de las controversias y el re
1.— Séan os permit ido d est acar a cont i chazo de la violencia y de la guerra, constituyen
nuación algunas reflexiones finales respecto a la normas de conducta propias de pueblos nobles.,
lección que nos deja el conf lict o. pero la dura realidad obliga a reconocer que no
El estudio de la guerra del Pacífico es de siempre ocurre así y que, por el contrarío, los
vit al int erés para comprender su t rascendencia. intereses particulares de los Estados los llevan a
hist órica, casi comparable a la de las guerras de veces a apartarse de ellas. El gobernante está
la Independencia, pues su desenlace convirt ió a obligado entonces a ser realista y objetivo, sin
Chile en pot encia sudamericana. forjarse ilusiones respecto a pretendidas buenas
22 REVISTA DE MARINA (ENEROFEBRERO 1980)
Intenciones de eventuales adversarios, que po- Cuentan, por último, con la capacidad
drían no ser acreedores de nuestra fe y confian operativa requerida para entraren acción tan
za. pronto arriban al área de operaciones, sin nece
sidad de ningún alistamiento previo.
6 .— El potencial general nacional consti
D.— Finalm ent e, deseamos unirnos a
tuye el más sólido respaldo para una política
quienes nos han precedido, rindiendo un respe
exterior orientada particularmente hacia la se
tuoso homenaje a nuestros héroes nacionales,
guridad nacional.
como asimismo a tantos hombres valiosos anó
Es oportuno destacar la especial relevan nimos, civiles y militares, que actuando con es
cia, que dentro de dicho potencial reviste el po fuerzo y patriotismo ejemplares en todos los
der naval, especialmente para naciones m aríti niveles, aún sin participar en forma permanen
mas, porque las particulares características de te en las operaciones bélicas, lograron el triun
las fuerzas navales Ies permiten ejercer una gra fo de la causa de Chile al superar toda clase de
vitación muy significativa, que conviene tener obstáculos en sus respectivos campos de acción.
presente para explotarlas cuando sea necesario. Contribuyeron así a que la nación saliese airosa
en una empresa, que, a pesar de no haber sido
La primera es su flexibilidad, desde el
tal vez apreciada inicialm ent e en todo su alcan
punto de vista del derecho internacional; en el
ce y trascendencia, fue enfrentada con decisión,
sentido de que pueden ser desplegadas sin violar
abnegación y alto sentido de responsabilidad y
la integridad territorial de otros Estados. La
nos legaron así un futuro positivo y una honro
fuerza, bajo el horizonte, aún sin ser vista gra
sa tradición, junto con una lección inolvidable
vita frente a determinadas crisis.
para todos sus compatriotas.
En segundo lugar, cuentan con una flexi Comprendamos el mandato de la geogra
bilidad logística muy adecuada, lo que las in fía y la tradición v afrontemos el desafío que
dependiza en grado suficiente de su base y les significa ser ciudadano de esta nación insular,
permite ejercer un efecto más persistente, por consciente de que esta responsabilidad no es
períodos prolongados. exclusiva del gobernante sino de todos y cada
Asimismo, su movilidad puede ser explo uno de los chilenos. A sí sabremos contribuir
tada sin restricciones, basado en el libre uso de con nuestra capacidad y esfuerzo, a satisfacer
la alta mar internacional. los superiores intereses de la Patria.
BIBLIOGRAFIA
PERALTA, Peralta, Juan. Arturo Prat Chacón, héroe del mar. Val
paraíso, Escuela Naval. 1953,