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FORMACIÓN A DISTANCIA
Temas claves:
La fecundidad.
Fuentes de datos.
Medidas de la fecundidad. Nivel y tendencia.
Determinantes de la fecundidad.
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Contenidos:
1. LA FECUNDIDAD
3. MEDICIÓN DE LA FECUNDIDAD
5. BIBLIOGRAFÍA
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1. LA FECUNDIDAD
Desde el punto de vista del análisis demográfico, el término fecundidad refiere al estudio
cuantitativo de los fenómenos directamente relacionados con la procreación humana, es
decir con el proceso de engendrar o tener hijos (Torrado, 1993).
Si bien la fecundidad está relacionada con el resultado final del proceso reproductivo, es
decir con el nacimiento de un niño, el estudio de esta variable demográfica debe tener en
cuenta todas las etapas que intervienen (formación y disolución de uniones o parejas,
gestación, embarazo y parto) y considerar tanto los aspectos cuantitativos como las
determinaciones sociales, históricas y culturales que influyen en su nivel y en su evolución
histórica.
1
Hay que tomar especial cuidado cuando se traduce bibliografía en inglés, ya que los términos se invierten
respecto de su significado en español (fecundidad es fertility y fertilidad es fecundity).
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2. FUENTES DE DATOS PARA EL ESTUDIO DE LA FECUNDIDAD
Existen dos fuentes de datos tradicionales para estudiar la fecundidad: las Estadísticas
Vitales y los Censos de Población. Las estadísticas vitales, que recogen los datos del
registro de nacimientos, permiten conocer la incidencia del fenómeno. Los censos
proporcionan la cantidad de personas expuestas al riesgo (el universo).
Entre los problemas que presentan las estadísticas vitales en la medición pueden
señalarse:
Por su parte, los censos de población son operativos estadísticos que involucran a la
totalidad de la población dentro del territorio nacional, que son utilizados para la medición de
la fecundidad de varias formas:
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fecundidad a partir de los nacimientos ocurridos durante un período anterior
(generalmente un año) y la población femenina censada (Medición Directa).
permite la aplicación de técnicas indirectas para estimar los niveles actuales y las
tendencias pasadas de la fecundidad (preguntas retrospectivas sobre hijos nacidos
vivos e hijos nacidos el último año) (Medición indirecta).
A estas dos fuentes se les suman las encuestas específicas relacionadas a temáticas
demográficas y de salud, tales como las DHS 2 , que se realizan en algunos países del
mundo, principalmente aquellos en los que las estadísticas vitales presentan problemas de
calidad.
3. MEDICIÓN DE LA FECUNDIDAD
La mayor parte de las medidas de la fecundidad son tasas que relacionan los nacimientos
ocurridos con la población que los produce. Entonces, se hace necesario definir, para cada
tasa, los nacimientos (numerador) y la población expuesta al riesgo de producirlos
(denominador):
En cuanto al número de nacimientos, en todos los casos se consideran sólo los nacidos
vivos y no los partos dado que, por la baja incidencia de los partos múltiples y su
manifestación de forma aleatoria y socialmente no controlable, se toma a cada nacido
vivo como una unidad de análisis, independientemente del tipo de parto. La fuente de
información de los nacidos vivos son las estadísticas vitales.
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Cuya sigla provienen de Demographic and Health Surveys (DHS)
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analiza. La población utilizada en el denominador proviene de los censos o de
proyecciones que se elaboran a partir de los datos censales.
Representa la frecuencia con que ocurren los nacimientos en una población. Se calcula
dividiendo el número de nacimientos vivos (B) ocurridos en un área en un período
determinado z, por lo general un año, por la población estimada a mitad de período para
esa misma área (NT30-VI-Z). El resultado se expresa por cada mil personas.
En símbolos:
z z
b = B x 1000
N 30-VI-Z
Donde
La tasa bruta de natalidad suele adoptar valores que varían entre 10 y 60 por mil. Una
tasa menor a 25 por mil es indicativa de baja natalidad, entre 25 y 35 por mil
corresponde a un nivel de natalidad intermedia y tasas superiores al 35 por mil se
relacionan con altos niveles de natalidad.
En la actualidad se encuentran tasas del orden del 10 por mil en algunos países
europeos en los que se practica un alto control de la fecundidad, mientras que en países
del continente africano, en los que este control no existe o es escaso, la tasa bruta de
natalidad alcanza niveles del 55 por mil. En América Latina y el Caribe, la tasa bruta de
natalidad proyectada para el período 2005-2010 es del 19,9 por mil.
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La tasa bruta de natalidad presenta algunas limitaciones ya que, al igual que la tasa
bruta de mortalidad, no utiliza en el denominador a la población expuesta al riesgo,
sino a la población total, por lo que la comparación entre países, áreas o regiones (o
inclusive para un mismo país en diferentes momentos) está afectada por las variaciones
en la estructura por sexo y edad de las poblaciones involucradas. Es por ello que la tasa
bruta de natalidad no es un buen indicador del nivel de la fecundidad.
La tasa de fecundidad general representa la relación entre los nacidos vivos (B) y la
población femenina en edad fértil (NF (15-49) 30-VI-Z) 3 y se calcula dividiendo el número de
nacimientos ocurridos en un área en un período determinado, por lo general un año, por
la población de mujeres en edad fértil estimada a mitad del período correspondiente en
esa misma área. El resultado se expresa por cada mil mujeres.
En símbolos:
z z
TFG = B x 1000
30-VI-Z
NF 15-49
z
B : Nacimientos del año Z
30-VI-Z
NF 15-49 : Población media en edad fértil (15 a 49 años)
Los valores que adopta esta tasa suelen oscilar entre 50 y 250 por mil. Una tasa menor a
100 por mil denota baja fecundidad; entre 100 y 150 por mil: fecundidad intermedia y
mayor a 150 por mil: alta fecundidad.
z z
TFG = B /NZ * 1000 = bZ
NF 15-49 30-VI-Z/ NZ PMEFZ
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Supongamos un país A y un país B con similar volumen de población total (10.000.000
de habitantes) en un momento determinado, por ejemplo en un año z cualquiera. En ese
año, en el país A se producen 100.000 nacimientos, mientras que el país B tiene el
doble (200.000).
Es decir que la tasa bruta de natalidad (b) del país A será de 10 por mil (nacen 10 niños
por cada mil nacidos vivos) mientras que la correspondiente al país B es de 20 por mil
(Tabla 1). Es decir, de acuerdo con estos resultados se concluye que la natalidad en el
país B es más alta que en A.
País
Indicador A B
Total de habitantes 10.000.000 10.000.000
Nacimientos 100.000 200.000
Pf 15-49 1.000.000 2.000.000
b 10 20
TFG 100 100
% Pf 15-49 10 20
Ahora bien, veamos que ocurre si se refina la medición, tomando en cuenta la población
femenina en edades reproductivas. Vemos que el elevado número de nacimientos del
país B se explica a partir del importante volumen de mujeres con edades entre 15 y 49
años. Si se divide el número de nacimientos por el porcentaje de mujeres en esas
edades se obtiene una tasa de fecundidad general igual a 100 para ambos países.
La Tasa de Fecundidad General es una medida más refinada que la Tasa Bruta de
Natalidad, ya que considera como denominador a la población femenina en edades
fértiles. Sin embargo, persiste el problema de las diferencias que pueden presentarse en
la estructura por edades de la población femenina en edad fértil en distintas poblaciones.
Es por ello que esta tasa mantiene las limitaciones para su comparabilidad en el tiempo
o en contextos demográficos diferentes.
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La tasa de fecundidad por edad es el cociente entre los nacidos vivos según la edad de
la madre y la población femenina clasificada para cada una de las edades.
Generalmente, dada la disponibilidad de la información, en lugar de considerar la edad
de las madres en años simples, se trabaja con grupos quinquenales de edad.
Estas tasas representan la frecuencia con que ocurren los nacimientos para una
determinada edad o grupo de edades, con respecto a la población femenina en esta
edad o grupo.
En símbolos:
z z
5fx = 5Bx x 1000
30-VI-Z
5 NF x
En donde:
z
5Bx : representa los nacimientos del año z provenientes de madres de cada uno de
los grupos quinquenales del grupo 15 a 49 (ej: 15-19; 20-24; 25-29;…; 45-49);
30-VI-Z
5 NF x : representa la población femenina del grupo quinquenal de edad
correspondiente, estimada al 30 de junio del año z, y
z
5fx : es la tasa anual media de fecundidad válida para los 5 años del grupo de edad
respectivo.
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Cuadro 1:
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Cuadro 2:
Cuadro 3
m= T1/T 27,98
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Gráfico 1:
25.0
20.0
15.0
%
10.0
5.0
0.0
17.5 22.5 27.5 32.5 37.5 42.5 47.5
Edad
Fuente: Cuadro 3
Estos resultados muestran que en la Argentina en el año 2005 casi un 70% de la fecundidad
sucede entre los 20 y 34 años. Un 13,7% de la fecundidad transcurre en edades
adolescentes y sólo un 5,2% de la fecundidad se produce a partir de los 40 años.
Se distinguieron tres tipos básicos de estructuras en función del grupo quinquenal de edad
de la madre en el que se produce la mayor fecundidad:
Cúspide temprana: máxima fecundidad en los 20-24 años;
Cúspide tardía: máxima fecundidad en los 25-29 años;
Cúspide dilatada: máxima fecundidad en los 20-24 y 25-29 años.
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Entre los factores que influyen en las tasas de fecundidad por edad pueden
distinguirse:
Las tasas de fecundidad por edad permiten derivar a su vez tres medidas resumen de la
fecundidad: la tasa global de fecundidad, la tasa bruta y la tasa neta de reproducción.
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Si se dispone de las tasas de fecundidad por edades quinquenales:
45
z z
TGF = 5* 5fx
x = 15
La tasa global de fecundidad (TGF) se interpreta como el número promedio de hijos que
tendría cada mujer de una cohorte hipotética de mujeres no expuestas al riesgo de muerte
desde el inicio hasta el fin del período fértil y que, a partir del momento en que se inicia la
reproducción, están expuestas a las tasas de fecundidad por edad de momento de la
población en estudio.
La TGF es una medida resumen del nivel de la fecundidad, su valor no está afectado por la
estructura de edad de la población por lo que permite efectuar comparaciones entre países.
Su rango de variación en la actualidad varía en la actualidad de menos de 2 hijos por mujer
en Europa hasta más de 6 hijos por mujer en algunos países africanos.
Para el ejemplo de Argentina en el año 2005 la TGF alcanza un valor de 2,39 hijos por
mujer, de acuerdo al siguiente desarrollo:
Cuadro 4
Población
Edad de la Nacimientos 5fx
femenina
madre
(a) (b) (a)/(b)
15-19 108.123 1.655.417 0,065315
20-24 179.497 1.595.394 0,112509
25-29 184.509 1.626.318 0,113452
30-34 143.031 1.365.079 0,104778
35-39 73.887 1.202.744 0,061432
40-44 21.584 1.144.194 0,018864
45-49 1.502 1.094.554 0,001372
50 y más 88 1.021.683 0,000086
SUMAT. 0,477808
TGF 5* 0,477808 = 2,39
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Durante el siglo XX y principios del siglo XXI América Latina experimenta un gradual
descenso en los niveles de la fecundidad, como consecuencia del proceso de transición
demográfica que continúa desarrollándose en diferentes etapas en toda la región. Cabe
recordar que dicho proceso, que comienza con el paso de altos a bajos niveles de
mortalidad, continúa con el descenso de la fecundidad, produciendo de esa manera
modificaciones sustanciales en el tamaño y la estructura por edades de la población.
Particularmente, los países de América Latina y el Caribe redujeron fuertemente sus niveles
de fecundidad en los últimos 50 años, a partir de la aplicación de métodos anticonceptivos
modernos y eficaces.
Constituye una medida similar a la tasa global de fecundidad, con la diferencia que se
calcula exclusivamente con los nacimientos femeninos.
En símbolos:
45 z z z
TBRZ = 5 * K ∑ 5fx = K. TGF = 0,4878. TGF
x=15
Se interpreta como el número de hijas que en promedio tendría cada mujer de una cohorte
hipotética de mujeres bajo el supuesto que se cumplan las mismas condiciones previstas
para el cálculo de la tasa global de fecundidad.
Esta tasa es una medida más refinada de la fecundidad si se la compara con las anteriores,
pues constituye el primer acercamiento a la capacidad de reemplazo de la población,
ya que indica la posibilidad que tiene la población femenina de reemplazarse a sí misma.
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Generalmente, cuando no existe información para calcularlo, el valor de K se asume en 0,4878 (=100/205) y
corresponde al supuesto de que nacen 100 mujeres por cada 105 varones.
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Para Argentina en el año 2005 entonces:
Es decir que en el caso de Argentina, para el año 2005 una generación hipotética de
mujeres sería reemplazada por otra, de no existir mortalidad, de un tamaño 17% mayor.
Ahora bien, la TBR al igual que la TGF, presenta la limitación respecto de no considerar la
probabilidad de muerte de las mujeres a lo largo de la vida reproductiva. Esto presenta
inconvenientes en los países en los que la mortalidad es alta, ya que se tiende a
sobreestimar el patrón reproductivo. Para solucionar este problema, se utiliza la tasa neta de
reproducción, que se presenta a continuación.
Su cálculo requiere como insumos las tasas de fecundidad por edad y una tabla de
mortalidad que permita obtener las probabilidades de sobrevivencia femeninas desde el
nacimiento hasta diferentes edades del período fértil.
En símbolos:
45
z
Z
TNR = 5 * K ∑ 5fx * x+2.5 P 0 (f)
x=15
Donde:
Una tasa neta de reproducción que alcanza el valor 1 (equivalente a una hija por mujer) es
igual al nivel de reemplazo de las mujeres. La superación de una población del nivel de
reemplazo es indicativa de sus posibilidades futuras de crecimiento.
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que la TGF sea mayor a esta cifra para que, en promedio, cada pareja pueda reemplazarse
a sí misma y que a su vez la nueva pareja sobreviva hasta el final de la edad reproductiva.
En la fase inicial (aproximadamente entre 1955 y 1970) se produjo en primer lugar una
aceleración en la tasa de divorcios. En segundo lugar, finalizó el “baby boom” que había
comenzado después de la Segunda Guerra Mundial y la fecundidad descendió en todas las
edades en forma simultánea, coincidiendo con el desarrollo de nuevas hormonas
anticonceptivas y el DIU. El control de los nacimientos se vuelve una práctica generalizada
en todas las capas de la sociedad (Zavala de Cosio, 1990)
Durante la segunda fase (entre 1970 y 1985) aparece en los países nórdicos y se extiende
a otros países la cohabitación pre-matrimonial. La procreación comienza a producirse en las
uniones consensuales trayendo como consecuencia el aumento de la proporción de los
nacimientos fuera del matrimonio, aunque sin un aumento de la fecundidad antes de los 25
años.
La tercera fase (1985-1994) se caracteriza por una estabilización de las tasas de divorcio.
No se observa una reincidencia en segundos matrimonios por parte de las personas
divorciadas o viudas, los que son reemplazados por la cohabitación post-matrimonial y la
semicohabitación, es decir, las relaciones estables en las que los cónyuges viven en forma
independiente. En esta fase se produce una recuperación en los niveles de fecundidad
después de los 30 años de edad. Solsona señala que no todos los países occidentales
alcanzaron esta tercera fase, en Europa los países mediterráneos se sitúan en la segunda
fase.
Estos procesos suponen además una reducción del control social ejercido por las
instituciones estatales y religiosas sobre el comportamiento sexual, reproductivo y familiar
de las personas, que dio como resultado un aumento de la autonomía individual. Se
destaca también la emancipación económica de la mujer, a partir de su creciente
participación en el mercado laboral, que implica el alcance de una menor asimetría en
las relaciones de género.
El surgimiento del individuo como sujeto autónomo, resultante de los procesos sociales de la
modernidad, se articula con las nociones de libertad, elección y voluntad personal. Estos
procesos son los que se enuncian como factores explicativos de la segunda transición
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demográfica y a los que los cientistas sociales denominan como proceso de
individualización o individuación. La biografía de las personas se desliga de los modelos y
las seguridades tradicionales, de los controles ajenos y de las leyes morales generales, y de
manera abierta, como tarea, se vincula a la acción y decisión de cada individuo (Paredes,
2008).
Algunos autores destacan también un carácter de tipo altruista en la primera transición, pues
se orientaba a mejorar la calidad en lugar de la cantidad de los hijos. En cambio, en esta
segunda transición prevalecerían, como ya se mencionó, las motivaciones individuales, la
búsqueda de mejores relaciones de pareja y las manifestaciones públicas de autonomía
personal frente a los controles institucionales y del Estado (García y Rojas, 2001).
Cabe preguntarse en qué medida estas tendencias observadas en los países de mayor
desarrollo, estarían próximas a iniciarse en América Latina o si ya están ocurriendo,
teniendo en cuenta las tendencias recientes en el descenso de la fecundidad y
fundamentalmente los cambios experimentados en la nupcialidad de ciertos sectores
sociales (nuevas formas de uniones, incremento de separaciones y divorcios) más próximos
al estilo de vida de los países desarrollados.
Un aporte al estudio de los cambios recientes en las pautas de organización familiar, a través
del examen de los patrones de nupcialidad, de fecundidad matrimonial y extramatrimonial, de
ciclo de vida y de composición familiar, fue realizado a partir de dos encuestas biográficas
llevadas a cabo en el Área Metropolitana de Buenos Aires y Montevideo (Cabella, Peri y
Street, 2004). Si es de su interés puede acceder a su publicación electrónica (archivo
Segunda transición-Cabella-Peri-Street.pdf ) en la carpeta Materiales complementarios del
Módulo 3.
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5. BIBLIOGRAFÍA
Cabella, W.; Peri, A.; Street, C. (2004): ¿Dos orillas y una transición? La segunda transición
demográfica en Buenos Aires y Montevideo en perspectiva biográfica. Trabajo
presentado en el I Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población, ALAP,
realizado en Caxambú, Brasil
Guzmán, José Miguel (1998): Fecundidad, métodos y técnicas. CELADE, equipo técnico de
UNFPA, Santiago de Chile.
INDEC (2004): Estimaciones y proyecciones de población. Total del país. 1950-2015, Serie
Análisis Demográfico N° 30, www.indec.gov.ar, Buenos Aires.
Paredes, Mariana (2008): Viejos problemas para nuevas cuestiones: género, procesos de
individualización y segunda transición demográfica. Trabajo presentado en el III
Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población, ALAP, Córdoba, Argentina.
Van de Kaa, Dirk & Lesthaegue, Ron (1986): “Population: growth and shrinkage.
Introduction”, Mens en Maatschappij.
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