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a. La ciencia
Se ha definido en términos generales a la ciencia como “un conjunto sistemático
y metódico de conocimientos fundados de las cosas por sus causas próximas”.
Así lo expresa Villoro Toranzo en su obra Introducción al estudio del derecho,70
capítulo VII, que seguimos como conductor temático en este capítulo del curso.
Es esta una definición afortunada y para su mejor comprensión vamos a deshil-
vanarla de la siguiente manera: se ha dicho que es conjunto de conocimientos,
pues los aspectos aislados por profundos que sean no llegan a la construcción
de una teoría. El conocimiento debe hacer parte de un todo orgánico, de un
cuerpo a la manera de doctrina, y por ello se dice que debe estar sistematiza-
do. Para que pueda producir certeza respecto de sus predicados esenciales, un
método debe ser el factor regulador de los conocimientos en análisis, en la
indagación de las causas inmediatas objeto de las pesquisas.
Es criterio universal el de que las formulaciones científicas se expresan
por medio de “leyes” y estas evalúan las relaciones entre el objeto y sus “causas
más próximas.” Por ello se ha dicho que es esencial a la ciencia la conexión
sistemática, la cual debe tener un fundamento lógico. De allí resultan inexora-
blemente sus causas o razones ontológicas.
b. La filosofía
Es una buena definición la de Villoro Toranzo71 cuando afirma que “filosofía
es aquel conocimiento de la razón humana que, penetrando hasta las últimas
70
M. Villoro Toranzo, op. cit., p. 133 y ss.
71
Idem.
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c. Teoría y práctica
Considerando que el fin de la ciencia es buscar la verdad, indagando en
aspectos o porciones de la realidad, el conocimiento científico es esencial-
mente “teórico,” en cuanto se encamina a una consideración contemplativa
de la realidad. No obstante, es frecuente que se hable de “ciencias prácticas”
no porque ellas dejen de ser teóricas, sino porque en ellas los conocimientos
72
Idem.
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teóricos se adquieren con una visión clara de una actividad práctica posterior.
Por ello, se ha sostenido por el profesor a quien nos venimos refiriendo en este
capítulo, que no hay práctica alguna, ni en sentido ético ni técnico, sin teoría;
indudablemente, toda práctica está ligada a condiciones previamente dadas,
las cuales hacen parte de un orden dado de ante mano, que por lo mismo hay
que conocer y tener en cuenta en busca de una buena conclusión.
Este criterio práctico no es científico, como que no tiene como fun-
damento o perspectiva la “adquisición” y contemplación de la verdad, sino la
realización de determinados fines “más o menos utilitarios”. En rigor, puede
hablarse de una práctica científica, en oposición a una práctica empírica, que
es aquella que resulta de los conocimientos teóricos adquiridos en una ciencia;
“esta práctica científica recibe el nombre de arte o el de técnica, según los
casos que se presenten en el proceso de la investigación.”
d. El arte
Comenta Villoro Toranzo que, en sentido propio, se entiende por arte la actividad
práctica del hombre que tiende a la producción de lo bello. En el punto de vista
que nos ocupa, tomamos la palabra arte en un sentido más amplio: “Arte es
toda actividad práctica humana que implica elecciones valoradas en función
del perfeccionamiento del hombre integral”.
Evidentemente la filosofía nos indica cómo debe ser el hombre: “Debe
perfeccionarse hasta alcanzar su pleno desarrollo intelectual, físico y moral”.
En efecto, si bien dentro de esta perspectiva es claro el obrar o la conducta
humana, no lo son los medios que se utilizan para alcanzar esa finalidad. Por
ello es necesario, entre los diferentes medios que se consideren apropiados,
aquel que se estime más apropiado u oportuno para el logro del fin propuesto.
El autor arriba citado nos da el siguiente ejemplo para ilustrar este juicio:
91
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e. La técnica
Se ha definido la técnica como aquella actividad humana que con destreza aplica
los conocimientos científicos en la realización práctica de un fin específico. En
el análisis del ejemplo anterior comenta el mismo autor:
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f. Resumen
Elaboremos una síntesis de lo dicho anteriormente y después pongamos las
mismas ideas en un cuadro, de la siguiente manera, siguiendo el pensamiento
de Villoro Toranzo73: hay actividades humanas en las que se entrecruzan, como
formando un entramado la ciencia, la filosofía, el arte, y la técnica. No obstante,
no es indispensable distinguir cada uno de estos aspectos de la actividad
humana en la teoría y la práctica, pues a cada aspecto corresponde una propia
metodología. Ilustremos esta idea tomando en cuenta la medicina: partimos de
la base de que la medicina es ciencia por cuanto que cumple con el rigor expre-
sado de ser un conocimiento teórico en el que se analizan las causas próximas
del funcionamiento del cuerpo humano, de los hechos externos o internos que
perturban su salud y de los medios que deben utilizarse para restablecerla y
lograr por lo tanto la recuperación del paciente.
La filosofía interviene en la medicina, así: a) para darle fundamento
a los postulados sobre los cuales se levanta la ciencia médica; y b) para fijar
los principios éticos y morales que deben orientar la conducta del profesional
de la medicina en el ejercicio práctico de su misión profesional.
En este orden de ideas, el conocimiento de las causas de la enfermedad
de un paciente es un conocimiento científico y como tal, teórico. Para llegar a él,
agrega el autor, el médico se servirá de algunas técnicas (radiografías, análisis
de laboratorio, ecografías, tac, electrocardiogramas, ultra sonido, etc.). Una
vez en posesión de ese conocimiento la actividad médica se convierte en arte:
hay que seleccionar, entre los medios más indicados, o mejor considerados por
el galeno, para hacerle frente a la enfermedad y recuperar la salud con el más
adecuado tratamiento posible (selección de medicinas, decisión si debe o no
operar, etc.). El éxito de la elección dependerá también del conocimiento cientí-
73
M. Villoro Toranzo, op. cit., p. 136 y ss.
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fico que tenga el médico sobre la realidad objetiva y del talento en la aplicación
de sus decisiones (lo denominado usualmente como “ojo clínico”).
Finalmente, el tratamiento seleccionado debe ser realizado en las
circunstancias concretas del paciente. El éxito de su ejecución dependerá de
la habilidad y la fidelidad con que el técnico siga en la práctica los métodos
particulares de la técnica de que se debe hacer uso, o de las diferentes técnicas
que surgen dentro del tratamiento que debe aplicar el médico: hay una técnica
quirúrgica, cuando se habla de una operación. En esta concurre otra, la de quien
aplica la anestesia; otra más debe usarse, como lo es la de la esterilización del
instrumental quirúrgico; hay una técnica para la aplicación de inyecciones, otra
a cargo de las prácticas de fisioterapia, para citar unos ejemplos. Si las técnicas
no se ejecutan con destreza, así el tratamiento previsto sea el más adecuado,
puede no lograrse el fin propuesto de restablecer la salud humana cuando ella
está comprometida.
Surge de lo anterior, cómo ciencia, filosofía, arte y técnica se reúnen en
un propósito común, sin confundirse pero para lograr de consuno el éxito de que
la actividad teórica y práctica del médico logren la finalidad a que se aspira.
En estas condiciones resumimos en el siguiente cuadro las características
puestas en evidencia en el caso del ejemplo en referencia:
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sus causas”. El derecho positivo, desde su nacimiento hasta ahora, es, ha sido
y lo será objeto de reflexión científica, sistemática, metódica, en busca de la
certeza que deben producir los juicios que de él se desprendan.
Esa reflexión puede ser de carácter genético: puede contestar por qué, en
determinado momento de la historia de un pueblo, las autoridades del mismo
declararon obligatorias tales o cuales normas. El estudio pertenecerá en-
tonces a la ciencia de la historia del derecho. También puede darse a la
reflexión sobre un derecho positivo pasado o sobre uno vigente, un carácter
sistemático. Se trata entonces de explicar el sentido de una o varias normas
jurídicas en concordancia con el sentido de las demás normas jurídicas del
sistema a que pertenecen. Estas últimas explicaciones, si se hacen en
forma sistemática y metódica y si llegan a conclusiones fundadas, perte-
necen a la ciencia de la sistemática del derecho o sistemática jurídica.
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74
E. García Máynez, citado por M. Villoro Toranzo, op. cit., p. 143.
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75
M. Villoro Toranzo, op. cit., p. 17 y ss.
• Sociología
• Economía • Denormales
• Psicología
• Cienciasauxiliares • Política
• Balística • Deanormales
• Historia,etc. (criminología)
a. Aspecto científico
• Cienciasdela
sistemática jurídica Por
• derechosnacionales
• derechocomparado
• Cienciasdelahis-
toria del derecho
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• Técnicasde • Lenguajetécnicojurídico
formulación • Técnicalegislativa
• Técnicasderedacciónde
documentos
d. Aspecto técnico
• Técnicasde
interpretación (Hermenéutica jurídica)
• Técnicasdeejecución
el nombre de “ciencia del derecho” a la actividad teórica que conoce por sus
causas al ius conditum. No obstante, en consideración al hecho de que en la
práctica la actividad del jurista no puede prescindir de los aspectos científicos,
filosóficos, artísticos y técnicos del derecho, se puede llamar “ciencia del
derecho” al conocimiento sistemático de toda la actividad metódica del jurista,
tanto teórica como práctica, respecto del ius conditum, como respecto del ius
condendum; E) distinguimos en la “ciencia del derecho”, siguiendo a Villoro
Toranzo y tomada ya en un sentido amplio, cuatro aspectos diferentes:
Cada aspecto de la ciencia del derecho tiene su razón de ser. Su com-
prensión es mayor si recordamos lo explicado en capítulos anteriores sobre
cómo nace el derecho, cuáles son sus relaciones con la realidad y la doctrina
de las fuentes del derecho, ya expuestas.
Conclusiones
Desde la definición académica recogida y compartida por la doctrina de Villoro
Toranzo, cuando afirmó que la ciencia es “un conjunto sistemático y metódico de
conocimientos fundados de las cosas por sus causas próximas”, se equiparó el
derecho a las ciencias experimentales, de manera concluyente.
Concuerdan los tratadistas citados en nuestra bibliografía que son cua-
tro los aspectos en que se fundamenta el derecho cuando se hace un análisis
sobre la razón de su universalidad y su contexto material: ciencia, filosofía,
arte y técnica.
En este capítulo puntualizamos estos predicados y concluimos que
el derecho es ciencia por la sistematización de la norma jurídica y la necesaria
concatenación de toda su integridad conceptual, en las diferentes áreas
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