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ESPERANZA
Principio 2: en una forma sincera creo que Dios existe, que le intereso y que Él
tiene el poder para ayudarme en mi recuperación.
“Dichosos los que lloran, porque serán consolados.” (Mateo 5:4)
Paso 2: llegamos a creer que un poder más grande que nosotros puede
restaurarnos a la cordura.
“Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el
hacer para que se cumpla su buena voluntad.”
(Filipenses 2:13)
Introducción
Esperanza
Veamos lo que la palabra Esperanza (Hope, en inglés) significa en el
Principio 2:
En el pasado pudo haber creído en la existencia de Jesús y quizás hasta haya asistido a
una iglesia. Pero lo que encontrará en el principio 2 es una relación personal con
Cristo. Verá que Jesús desea tener una relación práctica, día a día, momento a momento,
con nosotros. Porque Él puede hacer por nosotros lo que nunca hemos podido hacer
por nosotros mismos. Romanos 11:36 (DHH) dice: “Porque todas las cosas provienen de
Dios, y existen por Él y para Él.”
¡Mucha gente hoy cree sus dudas y duda de sus creencias! ¿Ha visto alguna vez una
idea? ¿Ha visto alguna vez amor? ¿Ha visto alguna vez la fe? Por supuesto que
no. Usted podrá haber visto actos de fe y de amor, pero las cosas reales, esas cosas
eternas, en el mundo son las realidades espirituales invisibles.
Esto nos lleva a las primeras tres palabras del segundo paso: “Llegamos a creer...”
Decir que nosotros “llegamos a creer” de alguna manera describe un proceso. Una
creencia es el resultado de una consideración, duda, razonamiento y conclusión.
En 2 Corintios 12:9 (NBLH), Jesús nos dice: “Te basta mi gracia, pues mi poder se
perfecciona en la debilidad.”
¿Cuál es el proceso que lleva a tener una creencia sólida, que lleva a cambiar su
vida? Veamos las primeras tres palabras en el Paso 2 otra vez: “Llegamos a creer...”
Aquí están las buenas noticias: ¡la Esperanza abre puertas donde la desesperación las
cierra! La Esperanza descubre lo que se puede hacer en lugar de quejarse de lo que no
puede hacerse.
Efesios 4:23 (LBAD) nos da un desafío para ese final: “Renueven sus actitudes y
pensamientos.”
¿Cómo hará usted eso? La letra P nos habla acerca de ese PODER para cambiar.
El poder para cambiar viene de la gracia de Dios. Como ve, la esperanza obtiene su
poder de una profunda confianza en Dios, como la del salmista: “¡Guíame, enséñame!
Porque tú eres el Dios que me da salvación; en nadie sino en ti tengo esperanza.” (Salmos
25:5 LBAD)
Recuerde que está en el segundo principio. ¡No se vayas antes que el milagro
ocurra! Con la ayuda de Dios, los cambios que ha estado esperando durante mucho
tiempo están a unos cuantos pasos. Filipenses 1:6 (LBAD) expresa mi sentir: “Y estoy
seguro que Dios, que comenzó en ustedes la buena obra, les seguirá ayudando a crecer en
su gracia hasta que la obra que realiza en ustedes quede completa en el día en que
Jesucristo regrese.”
Como usted sabe, no puede construir nada a menos que lo empiece; así que:
¿Cuánta fe necesita para empezar?
Mateo 17:20 (LBAD) nos dice: “Porque tienen muy poca fe,” les respondió Jesús. “Si
tuvieran siquiera una fe tan pequeña como un grano de mostaza podrían decirle a aquella
montaña que se quitara y se quitaría. Nada les sería imposible.”
Resumen
La vida eterna no comienza con la muerte; ¡comienza con la fe! Hebreos 11:1
(DHH) nos dice lo que es la fe: “Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se
espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.”
La fe aunque sea del tamaño de una semilla de mostaza, tan pequeña que casi es
imposible verla, es la avenida a la salvación. No puede encontrar salvación a través
del conocimiento intelectual, de los regalos, el dinero, las buenas obras, o por
asistir a la iglesia. ¡NO! La forma para encontrar salvación está descrita en
Romanos 10:9: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón
que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.”
Sí, todo lo que necesita es un poco de fe. Si pone la fe que tiene en Jesús, ¡su vida
será cambiada! Encontrará esperanza en el único Poder Superior. Su espíritu
vendrá con poder sobrenatural a su corazón. ¡Le puede suceder a usted! ¡A mí me
sucedió!
Esta noche lo animo a dar este paso de esperanza. Le dará valor para alcanzar y
sostener la mano de Cristo y enfrentar el presente con confianza y el futuro con una
expectativa realista.
Dicho simplemente así: “Mi vida sin Cristo es un final sin esperanza; con Él es una
esperanza sin final.”