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Pablo Cortés – Un ejemplo de perseverancia ante

las críticas de la sociedad

¡Por fin llego el día, no podía dormir con las


ansias que tenía, por fin estudiaré en el
extranjero! - dijo pablo al despertar.
Pablo es un chico de origen dominicano con
estatura de 5.8 pie, una piel morena, con
recursos económicos altos y carismático, lo tenía
todo, pero quien diría que una simple cualidad
como su piel le cambiaría la vida para siempre.

Iba bajando del avión para luego hospedarme


donde mis tíos y luego empezar la universidad al
día siguiente.

Al fin me encontraba en la universidad me sentía


muy feliz y emocionado al estar ahí, pero esa
felicidad se iba desapareciendo poco a poco,
cuando algunas de las personas que ahí estaban
me miraban extraño y con indiferencia, pero no
le di mucha importancia hasta que ese trato se
hacia cada vez mayor.
El profesor de literatura había dejado un
pequeño trabajo con relación al video visto en
clase, el trabajo era en grupo, todos comenzaban
a elegir a sus amigos, al percatarme que ninguno
de mis compañeros me elegía, ni trataban de
socializar conmigo decidí hacerlo yo, me dirigí
hacía un grupo que estaba unos metros frente a
mí.

¡Hola! – dije
pero ellos me miraban con indiferencia y
desagrado, pero eso no me importó, necesitaba
hacer el trabajo así que dejé mis inseguridades a
un lado y decidí preguntarles
- ¿puedo estar en su grupo?

- ¿tu? Me respondió con una sonrisa sarcástica y


de lado un chico de apariencia rubia
Mi cara tomo forma de confusión y ellos
simplemente se fueron dejándome con la
respuesta a su pregunta y así pasaron las horas,
con incontables rechazos de distintos
“compañeros” así que decidí hacer el trabajo
solo, a pesar de lo largo que era, pero con mucho
esfuerzo lo logré.
“llego el día de entrega”.

Al entregar el trabajo el profesor me miro


alzando una ceja y pregunto - ¿y su grupo?
Y decidí responder – ninguno me quiso aceptar,
El respondió con tono irónico y sarcástico ¿por
qué será? Y lo mire con cara de confusión y así
pasaron los días, horas y meses, con continuos
rechazos no solo de la escuela si no también de
la sociedad, en las calles, en el metro y en todos
lados me trataban como si fuese un animal, solo
por mi color de piel, quien diría que mi sueños,
esperanzas y anhelos se iban derrumbando solo
por tener un tono de piel diferente, el brillo que
tanto me caracterizaba se iba esfumando, pero al
darme cuenta fruncí el ceño y dije:
-¡no!, no dejaré que unos simples comentarios
raciales me quiten el brillo y el sueño que tengo
de estudiar aquí, así que me adentré en el
internet y conté mi historia, sobre lo que me
estaba pasando en este lugar, solo pasaron unas
cuantas horas y recibí muchos comentarios de
apoyo, al pasar el tiempo esas personas me
ayudaron al igual que mis familiares y amigos de
mi país; veía artículos, noticias, huelgas
relacionado con mi pequeño problema que,
muchos más sufrían en el extranjero, la gran
mayoría de las personas al ver esto se sintieron
arrepentidas y comenzaron a cambiar su punto
de vista y así fue como hoy en día soy
profesional, ya no recibo maltrato racial gracias a
que no me quede callado.

Autora: Milca Zoar Jiménez Báez


(28-04-2021)

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