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La APO es una forma de administrar participativa, por tanto se debe tener en cuenta que
en su empresa la administración por objetivos seguramente fracasaría si:
La alta gerencia no participa.
Cree que la APO es una receta milagrosa para salvar cualquier problema.
No se sigue el proceso adecuado para instaurar el sistema de administración por
objetivos. Hacerlo de forma acelerada llevará al fracaso.
Pretende aplicar la APO en un área de su empresa, y no hacerlo de forma global.
Dejar que la administración por objetivos sea asunto sólo de los niveles operativos.
Se olvida de controlar los resultados y se desestima la retroalimentación.
Por un lado es importante que considere en su análisis las ventajas de un sistema de
administración por objetivos:
Asegura un compromiso del empleado.
La APO obliga a los administradores a planear, organizar, controlar y
retroalimentar, por lo que se consigue un proceso administrativo mejor logrado.
Al existir objetivos muy desglosados, cada trabajador sabe cuál es su papel dentro
de la organización.
Por otro lado también tiene sus desventajas:
Elaborar un programa de administración por objetivos requiere un gran
compromiso y esfuerzo a todos los niveles de la empresa. El proceso puede ser muy
lento, y puede llegar a ser ineficiente.
Requiere la elaboración de muchos documentos, al menos, en la primera parte del
proceso.
No siempre es fácil que se entienda lo que es la APO, y lo que no es, tanto a nivel
directivo como operativo.
Se corre el riesgo de que las metas que se fijen sean a muy corto plazo para no
correr riesgos.
LA LÓGICA DE LA ADMINISTRACIÓN POR VALORES
1. Definición
En otras palabras, hay que dar forma humanizada al propósito estratégico básico de la empresa,
que es, por supuesto, sobrevivir obteniendo los máximos beneficios económicos.
De hecho, la ApV viene a ser una especie de marco global para diseñar continuamente
la cultura de la empresa, de forma que se generen compromisos colectivos por proyectos nuevos e
ilusionantes.
2. Triple Finalidad
La utilidad de la ApV como herramienta de liderazgo puede plantearse a múltiples niveles, pero
básicamente posee una triple finalidad: Simplificar, Organizar y Comprometer.
Comprometer: integrar la dirección estratégica con la política de personas, con el fin de desarrollar
el compromiso por el rendimiento profesional de calidad en el día a día.