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Actividad 5: Ensayo: fines de la educación y papel de las instituciones

sociales

Andrea Cecilia Alvarez Granados


C.c. 1.090.444.907
ID:785442
Marzo-2021

Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO


Maestría en Educación
Modelos Educativos
Introducción

En el presente documento se expone en gran medida, la reflexión que adelantó el sociólogo

Émile Durkheim, quien partiendo desde la línea histórica que se había dado hasta ese

momento de la educación, brinda las bases sobre las que se asentará la sociología de la

educación, y permite entender que esta, más que una ciencia independiente, se entiende

mejor como una rama de la sociología, ya que esto permite acercarse a la educación de una

manera más completa y sin que se presenten tantas dificultades en su praxis; por otra parte,

el campo de investigación de la sociología de la educación se amplía más allá de las aulas,

para buscar abarcar todos los espacios en que la persona humana se desarrolla, puesto que

en cada uno de ellos, es evidente el proceso educativo que permite el crecimiento integral

de las nuevas generaciones, quienes, al asumir lo que las generaciones mayores le

traspasan, tienen un punto de partida para ellos razonar y aportar a lo aceptado

colectivamente nuevos enfoques que se convertirán en la base para la formación de la

generación siguiente, repitiendo este proceso constantemente conforme avance la existencia

humana en este espacio tiempo en que ocurre su existencia, y que busca no pasar por el

mundo como unos simples seres entrenados o condicionados por la animalidad, sino que

pueda direccionar su vida y crear su historia conforme sienta que le permite estar mejor.
Fines de la educación y papel de las instituciones sociales

La sociología de la educación y su método se han entendido de una manera más

amplia desde que apareció en la historia humana: si bien, se pretendía especializar cada

campo de estudio de la persona humana en una ciencia, todo lo que tiene que ver con la

persona humana es, en muchas ocasiones, tan amplio que sobrepasa un solo enfoque, y por

esto, debe ampliar sus métodos a otras ciencias, lo que conduce a un trabajo

multidisciplinar, en donde, cuidando el no diluir las ciencias en un discurso mal redactado,

si permita un trabajo holístico que permita abarcar la persona humana de una manera más

amplia, y desde ahí formar las nuevas generaciones, y continuar con el proceso de

educación necesario en el hombre y que no es necesario en otros seres, puesto que ellos no

son conscientes de su existencia, ni tienen, como el hombre, la capacidad racional que lo

hace cuestionarse y reflexionar, dando un resultado creciente con el pasar del tiempo.

El ser humano es el único ser que piensa: la capacidad racional es lo más propio

de su esencia, y el ejercicio de la misma le permite diferenciarse de los demás ente que

existen, puesto que su paso por el mundo no se limita a la satisfacción de las necesidades

que su cuerpo le manifiesta y que se restringen a mantenerlo con vida, ya sea por la ingesta

de alimentos y bebida, el reproducirse o cuidarse ante un peligro; el ser humano, direcciona

su existencia, se cuestiona constantemente sobre las causas primeras y últimas de lo que

rodea su vida, y toma decisiones constantemente, ejerciendo así su capacidad de hacerse, y

no solo delimitar su vida al espacio-tiempo en que su existencia tiene lugar, sino que busca

dejar su huella en la historia, para de este modo, alcanzar aportar un legado y trascender a

su vida física.
En este contante preguntarse, se ha producido una amplia y profunda reflexión de

si mismo, de los otros, del mundo en que habita: en síntesis, de todo lo que su intelecto

puede tocar. Esto ha llevado a ir replanteando las respuestas que en la antigüedad se habían

logrado, y es un proceso de nunca acabar, ya que aceptar que se llegó a una respuesta

definitiva, sería ir en contra de la esencia misma del hombre, la de cuestionarse total y

constantemente. Con esto, no solo él mismo ha cambiado y su interpretación del mundo,

sino que lógicamente, todo lo que él es, también está en un proceso de reflexión en espiral

inagotable, y al que lógicamente, la educación no puede escapar: más bien, ella es garante

de este proceso de cambio, pues invita al hombre a reflexionar y transmitir conocimientos

con la esperanza que las nuevas generaciones no partan desde cero, sino que tengan unas

bases sobre las cuales puedan recapacitar, y desde allí, continuar con el progreso. Por esto

Durkheim partió desde la definición que se había dado a la historia desde el registro de la

historia -que se da desde la aparición de la escritura- encontrando que para su momento

histórico, las definiciones anteriores dadas en antaño, no definían la educación de una

manera satisfactoria, pues partían de un modelo ideal: por esto en su producción termina

concluyendo que “la educación es un hecho social, y lo es porque comparte con ellos,

ciertas características que permite diferenciarlo de otro tipo de fenómenos: es supra

individua y es coactiva” [ CITATION Brí06 \l 9226 ]

La primera característica expone cómo la persona es producto de su contexto y

está moldeada a partir de los paradigmas que se dan en su sociedad, lo que lleva

lógicamente a la segunda característica: el estar inmerso en una sociedad determinada con

su cultura e historia, imprime un sello característico en los individuos que nacen; yendo un

poco más allá, también lo hace en las personas que lleguen a ella, y que se comprueba con
los fenómenos migratorios, donde foráneos terminan adoptando idiosincrasias de la tierra

que los recibe; teniendo esto en cuenta, la educación se define como “la socialización

metódica de la nueva generación”[ CITATION Brí06 \l 9226 ], realizada por la generación

adulta a la joven, logrando formar así el ser social.

Sin embargo, es importante recordar que el ser humano es complejo, es decir,

tiene muchos puntos a considerar, se puede abordar desde diferentes perspectivas y

enfoques, y que la idea de la verdad no se puede abarcar a plenitud solamente con una

ciencia, así esta se llame sociología de la educación, por lo que no se puede pretender que

la dimensión social sea la única apta para explicar la educación: recordando que la

educación “a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a

hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser”[ CITATION Del94 \l 9226 ], implica que hay

diferentes perspectivas, y limitarse a una es un error, pues todas las ciencias humanas

permiten entenderla desde puntos determinados, y el compendio de todas da una

perspectiva más holística que ayuda a entender la educación de una mejor manera:

“Mientras los sistemas educativos formales propenden a dar prioridad a la adquisición de

conocimientos, en detrimento de otras formas de aprendizaje, importa concebir la

educación como un todo”[ CITATION Del94 \l 9226 ].

Partiendo desde ese paradigma, la limitación en la sociología de la educación

como disciplina científica se entiende: aunque era una ciencia en la que se tenía grandes

esperanzas, tuvo dificultades en dar respuestas puntuales, las cuales seguramente nunca

podría, porque hacerlo es cometer dos errores. Primero, limitar la sociología de la

educación a solamente un enfoque, cuando ya se ha establecido la necesidad de contar con

diferentes enfoques para poder trabajar, y segundo, es negar que la esencia del hombre está
en cuestionarse, y pretender dar una respuesta concreta a una dimensión que está en

constante evolución, sería impedir que la capacidad racional continúe replanteándose la

educación, lo que produciría un estancamiento: continuando su reflexión como una rama de

la sociología, resulta siendo mucho más conveniente para la sociología de la educación.

En cuanto al campo de investigación de la sociología de la educación, se entiende

que es cada uno de los espacios donde se dan procesos educativos, lo que incluye pero no

limita a la realidad de la escuela, sino que va más allá de ella, puesto que no solo en la

escuela se puede educar; más bien, ella se dedica de manera más intensiva al crecimiento

intelectual; por esto, es importante como afirma Moreno (2010), que el padre de familia

deje de ser un espectador del proceso educativo de sus hijos y se den cuenta de su papel

protagónico y necesario en la formación de las futuras generaciones, a las que ellos están

encargados en una pequeña porción al ser los primeros educadores de sus descendencias

[ CITATION Mor10 \l 9226 ]. Así como el espacio familiar, el niño de desarrolla en otros

ambientes, donde es más relevante la formación de otros aspectos; con esto se logra que la

nueva generación se apropie de los conocimientos que se le quieren inculcar, y desde ahí,

puedan continuar el proceso de reflexión histórico, haciendo sus propios aportes, los cuales,

al integrarse a la colectividad, se convierten en los parámetros en que se formará a la

siguiente generación, y continuar así aportando a la espiral cada vez más amplia de

conocimiento y entendimiento que se va dando en la historia, y que perfecciona el proceso

educativo de la compleja realidad bio-psico-socio-espiritual de la persona humana.

La educación fue una necesidad que se hizo evidente desde el inicio de la

historia, y que fue evolucionando con el pasar de las eras de la humanidad.


La reflexión llegó a un punto donde se hizo necesario ser más exactos en las

definiciones de conceptos para determinar el alcance de las ciencias, lo que permitió pensar

en la sociología de la educación.

La sociología de la educación más que ser una ciencia independiente, es la

reflexión que hace la sociología sobre el cómo se dan los procesos educativos, llegando a

descubrir un alcance y campos mucho más allá del campo escolar, debido a que la persona

humana se forma a través de diferentes realidades y experiencias

Lo que se ha pensado hasta este momento, se transmite a la nueva generación, la

cual se apropiará del él, y lo transmitirá a la generación que aparezca después, dando

continuidad al proceso educativo, el cual no se podrá agotar, pues se enriquece

constantemente con el ejercicio de la capacidad racional del hombre, la cual es su esencia

constitutiva y por lo tanto, difícilmente llegará a respuestas definitivas, pues salvo lo

aceptado como dogma, todo se puede repensar.

Referencias
Brígido, A. M. (2006). La sociología de la educación. En A. M. Brígido, Sociología de la

educación: Temas y perspectivas fundamentales (págs. 37-45). Córdoba: Brujas.

Delors, J. (1994). Los cuatro pilares de la educación. México: El correo de la Unesco.

Moreno Olivos, T. (2010). La relación familia - escuela en secundaria: algunas razones del
fracaso escolar. Profesorado, Revista de currículum y formación del profesorado, 14 (2),
241-255

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