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Ética – Juan Manuel Torres

En su texto, Benhabib intenta dar respuesta al aporte que puede llegar a realizar el feminismo a la
filosofía moral, esto lo hace planteando en primera instancia, la controversia Kohlberg – Gilligan y
describiendo la postura de Gilligan frente a la teoría de Kohlberg, centrado en la ética de la justicia y los
derechos, es claro que Gilligan encontró dentro de esta teoría una puntuación muy baja de las mujeres
al ser comparadas con sus iguales varones, lo que la llevo a realizar una distinción entre la justicia y los
derechos, y la ética del cuidado y la responsabilidad permitiéndole así expresar otro punto de vista
frente al desarrollo moral de las mujeres y las habilidades cognitivas que tienen. Gilligan nos muestra
entonces que las mujeres son mas experimentadas en comprender los sentimientos del otro, las
características de empatía y simpatía al ser consideradas como componentes del razonamiento moral
adulto en un estadio postconvencional deben de pasar a ser parte de una madurez moral considerando
al yo como algo que se encuentra inmerso en una red de relaciones, en pocas palabras esa concepción
de una teoría moral incluyente donde existe una emancipación de las mujeres es necesaria para la
liberación humana y también el respeto y la mutualidad sustentan un crecimiento y un desarrollo moral
más completo.

Benhabib enuncia lo que es el sistema de genero – sexo para la teoría feminista y agrega por su parte
una definición de lo que entiende por este sistema, el self desarrolla según Benhabib “una identidad
incardinada”, llegando históricamente a ser colaboradores de la opresión y la explotación de las
mujeres, es allí donde entra el papel de la teoría critica feminista que puede contribuir en la tarea de
emancipar y reflexionar.

El desarrollo de la crítica anticipatorio-utópica, despierta en seyla un interés mayor que le permitirá


describir entonces las teorías morales universalistas desde Hobbes hasta Rawls, llegando a distinguir el
universalismo sustitucionalista del interactivo y concluyendo que la universalidad es un ideal que tiende
a desarrollar actitudes morales y transformaciones políticas que conducen a un punto de vista aceptable
para todos. En cuanto a justicia y self se refiere, Kohlberg entiende que las esferas de parentesco, amor,
amistad y sexo son esferas de toma de decisión personal, afirmando que la justicia solo se convierte en
el centro de la teoría moral, surge entonces el “cobijo de las emociones” según Agnes Heller toda
actividad humana que en su curso de desarrollo de la sociedad burguesa había pasado a ser parte de la
mujer relegándola su naturaleza

En la edad moderna, la mujer es considerada como lo que no son los hombres, es decir, no son
competitivas sino generosas, no son públicas sino privadas, lo que nos dejaba en aquella época con un
mundo constituido a base de negociaciones donde la esfera pública se transforma en historicidad y la
privada se mantiene estática y atemporal.

En su tercera y cuarta parte Benhabib describe dos concepciones de las relaciones self-otro, en primer
lugar se encuentra, el otro “generalizado”, donde se demanda considerar a todos como seres racionales
iguales y que poseen los mismos derechos y deberes, en cambio el otro “concreto” nos demanda
considerar a cada uno de los seres racionales como un individuo con una historia y una identidad propia
que lo hace distinto de los demás, Benhabib se preguntará si desde un punto de vista del otro concreto
sin acción del generalizado, será posible tener una teoría moral sin incurrir en temas como el racismo y
la discriminación, llegando a la conclusión de que los derechos deben ser un componente esencial y por
tanto será necesario el punto de vista del otro generalizado.

Por último, Benhabib argumenta en pro de una teoría moral que nos permita reconocer la dignidad del
otro generalizado mediante un reconocimiento de la identidad moral del otro concreto, y nos recalca
Ética – Juan Manuel Torres

que para entender y combatir la opresión de las mujeres no basta con una emancipación, sino que es
necesario, cuestionarse sobre las relaciones psicosexuales de las esferas privada y domestica dentro de
las cuales se desarrolla la vida de las mujeres. En conclusión, es y será siempre necesario entender el
porqué y el cómo se siguen silenciando las voces de las mujeres y de cualquier otro movimiento que
busque ser tratado como igual con los mismos derechos y deberes que los demás, solo logrando eso es
que se tendrá esperanza de pasar a una visión más integrada de la humanidad en general, que
encuentra una forma de relacionar y distinguir ambos puntos de vista complementarios entre el otro
generalizado y otro concreto.

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