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AÑO Madrid 27 de Enero de 1921 Núm.

V L
Redacción: Monteleón, 7, 3.
TR A Numero su ello: 30 céntimos

R O E S Í A - C R Í T I C A - A R T E

Hoy con la publicación de ULTRA se cumple el lilli-


ttio compromiso asumido por los firmantes del mani- RARA FR ASI S
fiesto que bajo este titulo aparecid en todos los diarias i_A V I D A 00IS/10 r?EF=»F?e:sÉ£:iNjT-ACiorsi
madrileiios en el otoño de 1918. Todo lo que en él nos Para sacudir el tedio de una vida demasiado monótona, pobre de tramoya y de jolletin
proponíamos se halla realizado plenamente. he ido más de una vez en una noche inspirada, a proclamarme dios en el pretorio de las
ULTRA no tiene director, se rige por un comité di- meretrices, el único asequible a un dios moderno, ese donde impera una matrona solemne, que
rectivo anónimo. tiene a sus pies una cabeza decapitada en un brasero: He ido alli y me he proclamado, si no
Viene a hacer labor de selección, a recoger lo que dios,- eso sería increíble —principe de una isla lejana y ubérrima, la eterna isla de la primavera,
siempre coronada de frutos en sazón. Escuchando las palabras de mi boca inspirada, las
hay de valioso y maduro en el espíritu que ha alentado
muchachas lif>eras de ropa, que viven en la temperatura tropical de la pasión ajena, se han
en las revistas 'Grecia", "Cervantes", etc., « t e , las acercado a mi y me han rodeado ávidas y curiosas, como si espeíasen ver salir colibríes de
cuales flsberán considerarse como preoursoras. mis bolsillos. Y desde el primer momento se han asociado a mi fábula, demostrándome hasta
Hombres rezagados: no dejéis para demasiado tarde que punto están ansiosas del argumento excepcional. Todas me han rodeado y me han ceñido
el momonto generoso d« vuestra aportación! con sus brazos el cuello, deseando ser amadas por mi. Y yo he viajado un momento entre ellas,
recorriendo y saqueando la geografía pueril, la geografía de los pamas infantiles. Todo lo han
creído ellas ávidas de sei engañadas; y a cambio de mis riquezas fabulosas me hubieran dado
DEL MEMORÁNDUM DEL sus collares falsos y sus tumbagas de latón. Y desde luego sus cuerpos halntuales. Sólo la
vieja, la vieja experta de tales harenes, la vieja que ya rechaza las obras de imaginación, me
DR. I N V E R O S Í M I L ha pedido como prueba de mi principado, esa diadema iinivcsa! -la moneda-para creer en
mi. Luego, ha sido preciso que escale un tálamo, en la soledad de una alcoba-oscuro termino
F.n muchas casas sórdidas, opacas, encortinadas, de toda fábula. Y en paños menores, despojado de todo signo exterior, obligado a mostrar
en que el gato ha hecho de las suyas debajo de la otra contrasella universal, que nos iguala a todos los hijos de varón, renunciando ya a toda
una butaca y en que las viejas parecen estar senta- facultad histriónica, que hubiera sido inútil, he lamementado el final de la farsa, convencido
das en la cuneta de It vida por como las gusta es- de que al fin todas nuestras nostalgias lo son de esa facultad histriónica, de cambiar de
tar de cuclillas en las sillas pequeñas, la enferme- máscara y de arreos y también de recitado, de algo material en suma.—La vida como
dad procede de que además de todo lo otro tienen representación!
un piano que no tocan, un piano cerrado y en cuyo RAFAEL CANSINOS-ASSENS
pozo alto se han estancado y se han corrompido
las notas.
mentó tan fuerte cuando ya están débiles e irre- del paseo con paso tardo, cuarrto más tardo, deci-
En esa espalda vacía y honda anida todo lo malo.
mediables. sivo y sin precipitarse en dar la vuelta, mejor.
En mi vida de Doctor, he curado muchas de
—I^aséese usted durante el alba—disi.0 a muchos Que en vez de qrre suenen en el alba todos esos
esas enfermedades crónicas que no se sabe que
enfermos que llegan a mi como sí les hubiesen ase- portazos de portezirtla de coches con picaporte de
son, diciendo nada más que: «¡Venda usted el
sinado y llevasen aún el puñal clavado. marfil, que los coches sigan a los osados seres que
piano!' y haciéndolo vender.
He visto gentes muy amarillas y muy arropadas se dirijen a tomar un baño uc alma convcnciiius
• * que han ido a mi consulla como a tratar al médico de la gran atcmperancia que esto será para ellos.
La hora estúpida, es como la hora pulmoniaca. más nnevo de los médicos, como esas aldeanas * *
Una hora completamente estúpida, flemáticamente que llegan a las playas, delgadas, cetrinas, nictidr.s Volved de vez en cuando los forros de los bol
estúpida que hasta llega a parecer demasiado estú- en sus mantones como si fuesen toquillas y que sillos hacia fuera por que en ese polvillo de cosas,
pida al estúpido es algo que mata, que deja seña- llevan un pañuelo negro sobre otro blanco en la en esas pelusas, .se mantienen y se crean todos los
lado para cualquier forma de enfermedad grave y cabeza al parecer descalabrada. A los pocos días microbios. La putrefacción de muchos, la gangre-
fatal al que ha pasado por ella... de baños de alba como si se hubies .n bañado en na de su vida, ha conrcnzado por esos algoiiones
La enfermedad más enredosa y que es más difícil el mar, esas g. iites perdidas !ian recobrado el tosa oscuros que no se sabe de donde salen, por esas
de curar es la del que ha pasado por la hura ash- de su vida. piltrafas niisteriusas... Haced como cirujanos autén-
xianitniente estúpida. El alba cauteriza las enfermedades como si hu- ticos la operación de quitar esas tumefacciones y
biese cu ella una cauterización come la del nitrato ese pus a vuestros bolsillos.
Mi gran originalidad, mi novedad son los baños de plata y defiende su vida. Yo espero que en el RAMÓN GÓMEZ DE t\ SI-:Í<N,\
de all)a, frente a los baHos de sol superficiales y alba para tornar los b.íftos de alba, haya paseos
mediücrizadores y frente al injerto de ciertas glán- elegantes y concurridos, en que sin el miedo cerval "TRAirsJ-TRAIINJ"
dulas que dejan todo el resto del cuerpo inlrata'o que les entra a todos en el alba se pasearan a pe- Le lionliomma nvait laissü sa
c indefenso. cho descubierto, con el andar reposado y lento tabal ¡ere ccrite
En el alba se muere o se vence a la muerte ge- del que tomaba antes el sol. Después de haber to- Ei buen hombre había dejado su tabaquera escrita
neralmente. El hombre preparado para vivir el mado el alba lo mismo dá hacer la vida de dia que cuando cruzó el arroyo consumido
alba, el hambre que tiene valentía para abrir sus meterse etr la cama hasta el anochecido ¡pero siem- las ventanas colgadas tic Ins riiur^ s
balcones en el alba es hombre curtido contra la pre tomar el aiba entera sirr estar debajo de ningún 3 l\ilos pendientes
sombrajo a la hora del aibal INo perderse sin to- dejan pasar el ómnibus radiográfico
muerte.
mar el alba! bomberos que hacen sonar todas los timbres
Hay que sahr en el alba a la calle, pasearla de
arriba a abajo, buscar los paseos con árboles en Esos hombres galantes y esas mujeres galantes, la muchacha primaveral se perdió rn la escalera
que cae sobre el rostro, pararse en las grandes esos jugadores y esas jugadoras que en cuanto y el clov/n verde de la estrella de oro
plazas en que cae más de plano. sienten el alba se meten en sus coches y empare- al gritar gesticula
Yo tengo mi tenaja para los baños de alba y ten- jados, con un gran susto ven como son como dos dando saltos de pulga llenos de sol
go mis abonados qne suben conmigo en esa hora ópalos los cristales de las ventanillas, hacen mal en el centro de la avenida
indecisa. Desde la tenaja la ciudad en el alba es en huir y pierden toda la eficacia de estar en la ca- multitud transitoria sin distim.ióii
un barco naufragado o medio naufragado, todo lle a esa hora. Que en vez de tener el remordi- entre los camiones cargados como catedrales
metido en el gris elemente, en el livor del alba. miento de que no les da el sol, que tengan el re- en el medio día de abril
Mueren muchas gentes en el alba pero es porque mordimiento de que no les da el alba y que pene- hasta ocultarse en el gramófono
no la habían canocido jamás y prueban un ele- tren en ella como quien se pasea per la alfombra RAFABL L A S S O D E L A VEGA
V LTR A

DESPI ERTO OIORAMA NEPEIMTHES


Despierto sobre todo Para Rafael Cansinos-Assens.
Una caravana de pinos en éxtasis
¿tú iconifican el paisaje nómada
La Tarde deslíe
campana
golpeaste la mañana en la fragua hirviente del Ocaso En las antenas
tocando a ahogado el oro fundido de su arinaduia. del hidroplano sitibundo
al otro lado El Sol viajero se ha izado un corazón voltaico
de mis ojos cruza un túnel.
de espaldas? Aquel belfo prominente
Una ventana abre en la penumbra de la campiña lasciva
su ojo inyectado. besa las mejillas de un astro libertino
Puestos tantos recuerdos Pasa un transeúnte
mordido por su sombra. UN GIRASOL OREA MI FRENTE
Tibio entre ia onda de tu línea La Noche recatada
soleada por el cariño tras la careta de la Luna La aguja hipnótica
En la noche tus manos dispersa el confetti de sus constelaciones. del campanario pensativo
me ofrecían el huevo rosa Un astro rojo enciende una fogata. esdrujuliza el crepúsculo
que puso en ellas el alba Una estrella fugaz dispara un cohete. En las avenidas multitudinarias
Rayos de luna amaestrados aflora la rosa tentacular
quedaron en tus crenchas Las locomotoras hostiles
Puestos tantos recuerdos en el tiempo lanzan el silbido y el vaho de la multitud. Y el sabor mental del viento
se rezagó en la cúpula de mis párpados es un nepenthe occidental
Las chimeneas noctámbulas
un rayito de luz fuman humorísticamente sus pipas.
para el corazón GUILLERMO DE TORRE
El parque sacude
mal dormido
el atril de sus ramas.
Las hojas auriculares BRISTOL HOTEL.
vibran con el arpa del viento.
SILENCIO
El herrero del Alba A Barradas, que se ha perdido en la
El reloj, con su burla En la estación del alba golpea y forja en su yunque
no nos deja pasar aliorcaron el rtloj y la cam- la coraza del nuevo día. gran kermesse del Mediterráneo.
César A. Comet (P«na
Gerardo Diego La Aurora aletea
en el plumaje de un ruiseñor. El mar
Veo nevar al silencio sobre mis ojos
sus mensajes del cielo HUMBERTO RIVAS. los docks
el puerto
El reloj La noche abre sus páginas
el maldito libro de estampas viejo
es la carcoma del silencio LA VERÓNICA El marinero
Sobre las alas del silencio subido entre las jarcias
he volado por tu aire quiere mondar luceros
Mi frente se reclina Y tú oh novia mía
en los vilanos del silencio joven goleta blanca
para cruzar contigo
Todos los pájaros del silencio, de noche
cantan sobre mi frente. nuestro lecho
J. RIVAS PANEDAS ADRIANO DEL VALLE

DESMAYO
Todos los cisnes
OTOÑO
todos los cisnes ingenuos
cuelgan de mis cabellos El otoño espera a la puerta
igual que un entierro sin caja,
Las campanas agudas todos los árboles, chocando
se encienden como globos las copas, brindan por su entrada.
Con tus besos
con tus senos alternativos El otoño esquila a los árboles
qué linda hamaca para mis olvidos y los vientos cardan la lana,
Dejar la cabeza y entre el otoño y los vientos tejen,
sobre la mesilla para la tierra, una mortaja.
y dormir con el sueño de Holofernes
Luego la ponen el vestido,
Y el viento y la tierra se queda pálida
en el arroyo expósito al saber que el otoño espera
peregrinando a que la metan en la caja.
pordioseando Grabado en madera
GERARDO DIEGO. por Norah Borges. GUILLERMO V FRANCISCO RELLO.
V L|T R A

POEMAS HORIZONTES SUENO


Mi corazón temblando bajo el ala del Sur ROMÁN ROLLANO. CLÉRAMBAULT.
Las notas de su llanto
con las alas quemadas
rodando en el vacio de mis horas
XIEIVIRO París 1920. Mis pasos solitarios
recorriendo calvarios de noches
De la tierra hormiguero Hcbbel—que con todas sus limitaciones fué un En el aeroplano gris
saltaban los días las miradas viajeras
escultor genial del cartón piedra—anlielaba que la
y sobre tus cabellos Subre el o í a s o du mis sueños
humanidad contruyese, no ya microscopios, sino—
las horas llovían nevando corolas de estrellas
microseopios. Instrumentos q u e permitiesen a
nuestra retina estrujar las más inabarcables dimen-
RISA JOAQUÍN D E LA ESCOSURA.
siones...
Yo, íntimamente, desconffü de los hombres de
Para tu risa pájaro mi casa es una ¡aula macroscopio, órgano al cual propende Rolland en
mi casa abierta y sonrosada
como una naranja su última novela. Del alambre de púa de su prosa CALIDOSCOPIO
cuelgan unas sonoras entidades que son la Humani-
dad, los Precursores, la Fuerza, el Ser Universal...
INQUIETUD El señor Astrana Marín, nos honra censurán-
Así, con las mayúsculas enhiestas. donos en su libro Ge.ite, gentuza y gentecilla. ¡Ca-
Esto: en lo referente a la forma, el tegumento ramba, si nos alabase sería cosa de dudar de nos-
Enredados mis pies cortical de un libro, que aunque situado en el ex- otros mismos!
por la doble cadena de su llanto
trarradio polémico y sociológico, comentamos, ya
y todas las montañas sobre mi pecho
que a su aut*r le place suponerse a la cabeza de
pájaro hermano
cómo he de seguir las adolescencias vanguardistas. El aconteciinicnto liteiario y artístico reciente
tu vuelo El subtitulo Histoired' une Conscitnce libre pen- más impoitante de París lo constituye la aparición
dant la Gue/re nos desnuda la intención propulsora de la gran revista mensual iL'Esprit Nouveau» que
de esta obra donde Rolland —encaramado sobre el dirige Paul Dermcc. En los números hasta ahora
ESTAXIS publicados colaboran sobre literatura, arte y esté-
par de zancos de su severa profilaxis espiritual en tica, las más grandes personalidades mundiales de
la era de las contaminaciones mayores— nos acon- vanguardia y se reproducen cdadros de los precur-
Mi frente está apagada
seja la fraternidad de todos los humanos y otros sores Cezanne y Seurat y escultoras modernas de
dlíuminados espejismos. ¿Qué decir de todo eso? Jacques Lipchitz.
Pero los sueños arden en tu lámpara
Indubitablemente Rolland lieva razón en i«s pos-
tulados que enuncia. (Crimen de la guerra, claudi-
A U N
cación servil del individuo ante la canallada comu- Estrechamos cordialmcnte l,i mano lírica de RE-
nal, e t c . ) Pero, indubitablemente también, lo que FLECTOR, nueva revisra ultraica dirigida por el
Los pájaros se tiran serpentinas Rolland afirma es muy viejo: lugar coiriún de mi- joven poeta José de Ciria y Escalante, y de la que
azules como arroyos tin, sapieiKia fácil. Y hay algo teatralmente fútil es secretario de Redacción nuestro compañero de
y todas las campanas Torre. Recordamos, a más de los nombres de Juan
en el gesto del hombre que teje guirnalditas de
corren por los tejados persiguiéndose Ramón Jiménez y Ramón Qóiiiez de la Serna, las
papel para los cementerios millonarios. firmas de los lictmanos Gerardo Diego, J. Rivas
Panedas, Adriano del Valle, Adolfo Salazar, de To-
Clavada en lo más alto ondea mi esperanza rre, Ciria y Escalante, Borges, Isaac del Vando y
Vigui. Hacemos votos porque no se pongan nunca
sus páginas.
PEDRO GARFIAS

MAÑANA
CREPÚSCULO YELaOH ÜLTRHISTH
A ANTONIO M. CUBERO. Mañana a las doce de la noche se celebrerá en
uno de los salones de Parisiana nuestra velada en
El balón rojo del sol
la que tras unas palabras referentes al acto por
rueda sobre el horizonte. Las banderas cantaron sus colores nuestro compañero Humberto Rivas, cada uno de
La tarde tiene todas las sonrisas y el viento es una vara de bambú entre las manos los poetas ultraisí.is dará lectura de poemas y de-
de un sereno crepúsculo de estío.
El mundo crece como un árbol claro finirá su estética peculiar. Entre éstos se encuentra
Hay albas niñas que contemplan
Ebrio como una hélice Cansinos Asséns, César A. Comet, Tomás Luque,
como fe va el balón del sol
Humberto Rivas, J. Rivas Panedas, Gerardo Die-
por el jardín del firmamento. el sol toca la diana sobre las azoteas
go, Lasso de la Vega, Borges, Giirgias, Montes, La-
! lay luminosidades azuladas el sol con sus espuelas desgarra los espejos rrea, López Parra, San Sf.or Escosura, Ciria Esca-
y claridades que se vuelven sombras. Como un naipe mi sombra lante, de Torre, Vando Villar, hermanos Relio y
Las ñiflas en las sendas floricldas
ha caído de bruces sobre la carretera Adriano del Valle. El critico musical, Juan del Bre-
cantan su azul canción íirmamental
Airiba el cielo vuela zo, dará lectura a unas cuartillas sobre música mo-
cogidas de las manos trasparentes
derna y Rafael Galimlo ejecutará poemas siníó-
en collares de estrellas, luminosos y lo surcan los pájaros como noches errantes
nicos nacionales y extr;injeros. líii el local que es-
Y el globo urbano del jardin del cielo La maflana viene a posarse tiesca en mi espalda. tará decorado por los esposos Delaunay, expondrán
da su blanca sonrisa persuasiva
los modernos piíitDres Vázquez Diaz, Wadyslaw
al «njambre infantil de los luceros.
Articulo y poema de Jahl y Maiiaiio Paskievvicz, el cual dará una confe-
rencia sobre pintura modernísima. Finalmente
ERNESTO LÓPEZ PARRA JORoe LUlS BOROES. Mauricio Bacarisse hará el resumen de la velada.
, V L T Rí A

LOS BESOS MUDOS SANTA NOCTILUCAS EN TINTA

Natación figurada en seco


Llenas de pavor en la noche En la ventana está ocultando
Frases inasequibles
las horas huyen desdorados sándalos viejos a los oídos castros
para reunirse en lai lejanías de su viola resplandeciente, entretejen los astros
—flauta o laúd en otro t i e m p o - que ocultos juegan a la taba
la pálida Santa que extiende para su amor
Las ágiles palomas que se alzan del violín Direcciones marcadas
caen muertas en seguida el libro viejo que profliga
con jalones distintos
sobre nuestros pechos el Magníficat deslumbrante tienden la mano amiga
qne hieren con sus picos según las completas y vísperas Bajo músicas negras de arrullo
el fox-trot inaprendido
dibuja festones arbitrarios
Roza el vitral de esc ustcnsorio que borra la esponja aérea
Entonces
el harpr alada de algún Ángel pólvora que no arde
Los días blancos resbalan por mi espalda
creada en el vuelo vespertino Cargados los cañones
mientras mis ojos recogen
para el primor de su falange previenen la emboscada en crudo
los besos mudos que caen de los árboles
fantástica tentacular y gesticuladora
de las encrucijadas antagónicas
y deja el sándalo y el libio
Una novia enferma perdió su canción donde se apostan invertidos centinelas
y acariciante pasa el dedo
que aparece hecha rosa premeditados y casuales
sobre el plumaje instrumental
en un rosal ya muerto Cuando la piuma sale humeJecída
la tañedora del silencio.
después de haber bebido
tose su brindis vibrído
EsTtFANO MALLARMÉ. y satiriza la fracasada cacería cavernosa
El pájaro del alba
prcpriinitiva y arruinada
ha venido a mi boca
Se dirigen preguntas,
por un nuevo cantar Traducción de MAURIdO BACARSISF.. y se arcliivan respuestas
(1) De las Obras completas de VEKLAINE, próximas Los que transitan por las laderas
TOMÁS L U Q U E publicarse tendrán siempre el alma bisoja
Se nos entregan los malabarlsmos
contra la magia negra
y allende la pueril brujería
que se ha suicidado
con la soga de Judas
(iespULS de haber perdido tud«s ¡as monedas
Suitcuius pues i:¡s carcajadas
cüíenics ue íisonumía
para que sus euiinentísimos
vueiüs super.-iiiores
Uevcn nuestro mensaje
hasta todos los limites.
Y así en este oleaje
de los apagamientos
con soplos voluntarios
paseemos sobre muelles
construidos por nosotros
noctilucas en tinta

CÉSAR A. COMET

VELERO
Hoy el mar es un balandro dominguero
su vela llega al cíelo
Un viejo marinero
al fondo del crepúsculo
da de beber ginebra
a las olas heridas

Perlas recién paridas


gimen en los rincones de la barca
El capitán antes de levar anclas
adoptó como hijas
a dos estrellas huérfanas
Verde amarrillo azul
Los peces humoristas
ensayan en el agua
Grabado en madera de Norah Borges. pinturas puntillistas
. JOSÉ DE CIRIA T ESCALANTE
=^x:^=^x;^=a=^x^==^c^==^jo8oc85=r=3^ogoc^=:^(

P A R I S I A N A
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