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Hola comunidad Cass, yo soy el escritor Baldomero Lillo, nací en Lota un 6 de enero de 1867 en el

seno de una familia tradicional, mi padre fue don José Nazario Lillo Mendoza natural de Quillota,
afincado en la cuenca del carbón. Mi madre fue Mercedes Figueroa, una mujer de carácter
piadoso que me enseñó las primeras letras junto a mis siete hermanos.

Desde temprana edad, fui un niño bastante enfermizo, oportunidad que mi madre utilizó para
leerme libros de aventuras, los cuales siempre me llamaron mucho la atención.

Con el pasar del tiempo mi salud fue mejorando y gracias a esto tuve la oportunidad de ir junto a
mi padre y dos hermanos, al interior de una mina en la localidad de Bocalebu. Fue en ese lugar que
encontré mi tan ansiada aventura personal, la cual me trasladó al mundo de la literatura.

Mis autores favoritos fueron exponentes de la escuela realista rusa Dostoievski (se pronuncia
dosto-iesquí) Tolstoi (se pronuncia Tols-toi) y Turgueniev (se pronuncia tal cual Turgue-niev)
gracias a sus obras logré desarrollar la observación directa y la sensibilidad dramática que plasmé
en mis personajes y atmósferas narrativas.

En el año 1897 me casé con Natividad Miller con quien tuve a cuatro hijos Martha, Laura, Eduardo
y Oscar… Posteriormente tuve también Elena, aunque ella solo es hija mía.

Por muchos años trabajé en una Pulpería en el establecimiento minero de los Cousiños. No fue
hasta 1904 que logré publicar mi libro más famoso Subterra. Con el éxito de este logré emigrar
hacía Santiago. Es ahí donde el 2 de enero de 1905 me nombran oficial de archivos de canje y de
publicaciones de la universidad de chile.

En búsqueda de inspiración viajé a Copiapó, recorriendo las oficinas salitreras y el lugar de la


masacre de la escuela Santa María de Iquique. Donde logré conversar con algunos sobrevivientes y
recoger material para mi novela: Subsole, publicada en 1907

Todas estas experiencias me hicieron ser testigo de la hora más amarga de los trabajadores
mineros, lo cual me impulsó a denunciar sin aspavientos las injusticias y atrocidades del sistema.

En 1917 me jubilé del cargo administrativo en la Universidad de Chile. Por esos años se me
diagnosticó tuberculosis pulmonar.

El 10 de septiembre de 1923 perdí la batalla contra esta enfermedad y fallecí en la comuna San
Bernardo.

Pese a todo pronostico mi obra se ha mantenido vigente a lo largo de 116 años, gracias a la
frescura y sabiduría que ha generado mi narrativa, la cual se caracteriza por ser una fuente
referencial, indispensable al momento de referirse a la minería del carbón en nuestro país.

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