En la actualidad, estamos inmersos en la era de las nuevas tecnologías. Esto conlleva un
cambio drástico en la forma de utilizar nuestro tiempo libre, tanto en niños y adolescentes como en los adultos. Hace unos años el ocio se basaba principalmente en actividades al aire libre, sin embargo, en la actualidad los videojuegos han ganado la batalla a los juegos tradicionales.
Los videojuegos pueden ser la oportunidad perfecta para potenciar en los menores su
capacidad de atención, concentración, trabajo en equipo, aumento de la agilidad para resolver problemas y comprensión de conceptos abstractos. Además, algunos equipos de investigación están trabajando en la utilización de los videojuegos para evaluar distintas capacidades, entre ellas estimar la capacidad general o factor g (CI). Los videojuegos son capaces de motivar y suscitar la atención de quienes los manejan, siendo una herramienta potencial para ser utilizada en el ámbito escolar y en el ámbito familiar. La otra cara de esta moneda, son los numerosos estudios sobre las desventajas de los videojuegos. Entre las desventajas, encontramos que pueden disminuir el rendimiento escolar, propicia la vida sedentaria, la exclusión social, la conducta pro-violenta o trastornos de conducta. Sin duda, estas problemáticas están influenciadas por el exceso en el tiempo de uso, el tipo de videojuego y si el juego esta supervisado por adultos responsables. En conclusión, los videojuegos, y en general las nuevas tecnologías, no son ni beneficiosos ni perjudiciales. Es la forma en la que los utilizamos lo que va a repercutir en nuestra vida de una forma u otra. Por tanto, para aprovechar al máximo las ventajas y disminuir las desventajas es necesario que los padres supervisen y orienten tanto el tiempo como el contenido de los videojuegos que usan los menores. El cerebro Al analizar las imágenes de resonancia magnética del cerebro de un subgrupo de niños se observa que el uso de estos juegos "se relaciona con un mejor funcionamiento de circuitos cerebrales que son importantes para la adquisición de nuevas habilidades a través de la práctica, concretamente de las conexiones entre los ganglios basales y los lóbulos frontales", explicó Pujol. La otra parte: Menos juego al aire libre: perjudicial para los niños Según el investigador, ?tradicionalmente, los niños adquieren las habilidades motoras a través de la acción, por ejemplo, con deportes y juegos al aire libre. La investigación en neuroimágen sugiere ahora, que el entrenamiento con los entornos virtuales y de ordenador es capaz también de modificar los circuitos del cerebro que se ocupan del aprendizaje de las habilidades motoras?. Aun así, los expertos han concluido que los videojuegos en sí mismos no son ni buenos ni malos, sino que es la cantidad de tiempo que se invierte en ellos lo que hace que sean una cosa o la otra.