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Asignatura: Arte Antiguo

EL ARTE ETRUSCO
Entre el IX y el I a. C., se desarrolló un pueblo que se conoció con el nombre de
etruscos, convirtiéndose en una gran cultura que dominó parte de la Península
Itálica. El historiador Herodoto dijo que llegaron a Italia procedentes de Asia
Menor. Sin embargo, hay otras teorías que aseguran que este pueblo es originario
de la zona central de Italia, e incluso, se habla de su posible origen celta. El estudio
de este pueblo es complicado, ya que ni su organización política1, ni su
organización religiosa2, ni su lengua3, pueden compararse con los pueblos que
habitaban Italia en ese momento.

La zona en la que se desarrolló la cultura comprendía el territorio entre el río Arno,


el Tíber y el mar Tirreno, pues fue un pueblo que desde el IX hasta el V a. C., vivió
un momento de expansión importante. Sin embargo, la cultura acabaría siendo
absorbida por el mundo romano (I a. C.). Se sabe que esta población tuvo
importantes contactos comerciales con los griegos y los fenicios, influyendo estos
en su visión del arte. No obstante, no todas las manifestaciones artísticas de los
etruscos estuvieron influidas por otros pueblos de fuera, pues en la cerámica, la
pintura y las construcciones funerarias tuvieron gran originalidad. El conocer bien
el arte etrusco es importante para poder entender el mundo artístico de Roma.

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La sociedad estaba fuertemente jerarquizada. En primer lugar nos encontraríamos los príncipes, que
sabemos que existieron en la zona interior de Etruria. Continuaría la aristocracia (en algunos casos podían
ejercer en las ciudades el poder supremo). Terminaríamos con los esclavos.
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Existía Tinia (Júpiter), Menerva (Minerva), Nethuns (Neptuno), etc. Vemos claramente la influencia
griega, que después pasará al mundo romano.
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Lengua que venía del alfabeto griego con excepción de algunas letras.
Son dos los periodos principales del arte etrusco:

1. Periodo Arcaico (VII-V a. C.): asimilan los principios y las características del
arte griego.
2. Periodo Clásico (V- III a. C.): a pesar de que le siglo IV a. C., es un siglo de
luchas y de largas campañas para los etruscos, nos vamos a encontrar con
una etapa rica en manifestaciones artísticas. Esta etapa termina con la
aceptación del Tratado de Roma en el 280 a. C., pasando a formar parte de
los pueblos sometidos (en su caso pueblo aliado).

Cabe destacar que este tratado no marca el fin del arte etrusco. Durante el III- II a.
C., se seguirán levantando templos de cierta importancia y murallas, de esta última
destaca la de Volterra (II a. C.).

ARQUITECTURA

Por desgracia no conservamos muchos edificios civiles, ya que el material que se


utilizaba era pobre y, por tanto, han sufrido mucho el paso del tiempo. En la
arquitectura vamos a observar la influencia que los griegos ejercieron sobre los
etruscos, aunque también fueron originales en utilizar elementos como el arco o la
bóveda, no usados anteriormente por los griegos. Vamos a dividir este apartado en
distintos epígrafes:
• Urbanismo: el urbanismo etrusco es herencia clara de la nueva arquitectura
que estaba siendo utilizada por los griegos asentados en la Magna Grecia
(VII a. C.), la llamadas ciudad neoteros tropos (de entramado ortogonal).
Aunque será a partir del año 479 a. C., cuando a través de Hipódamo de
Mileto, este tipo de ciudad se imponga frente a las ciudades de traza
irregular. Generalmente las ciudades etruscas se trazaban con dos calles
principales (cardus y decumanus), elemento que se impondrá después
claramente en el mundo romano. El núcleo urbano se completaba con
distintas manzanas en ángulo recto, con una plaza pública y, a veces, con
una especie de santuario parecido a una acrópolis. Como ejemplo de ello
tenemos las ciudades de Capua, Spina o Marzabotto (500 a. C.). Estos
núcleos generalmente estaban amurallados, como puede comprobarse en la
ciudad de Volterra (II a. C.). En ella se conserva un fabuloso ejemplo de
muralla y, en la misma, un arco de medio punto (elemento claro de la
arquitectura romana frente a la griega). Por otra parte, nos vamos a
encontrar ciudades de carácter claramente defensivo. En este caso las calles
y la estructura deberá amoldarse al terreno. Las ciudades etruscas estaban
dotadas de complicados sistemas de canalizaciones de aguas, que
conllevaban la construcción de puentes y acueductos. Entre todas las
ciudades vamos a destacar la actual Chiusi. En el VI a. C., el rey Porsenna
inició la construcción de un importante proyecto de canalización de aguas,
que dio lugar a la leyenda que decía que “en el interior de su base cuadrada
se abre un laberinto inextricable. Si alguien entrara en su interior sin una
pelota de hilo, no podría encontrar la salida” (Plinio N. H., XXXVI, 91). Otra
construcción importante será la famosa cloaca Máxima de Roma (IV a. C.).
Las ciudades etruscas se convierten en verdaderas urbes, siendo además,
emporios comerciales y artísticos.
• Tipología:
• Domus: debemos establecer su origen en la famosa cabaña
villanoviana (VIII a. C.). Sabemos que en el siglo VII a. C., las casas
etruscas ya tenían una planta cuadrada. Su disposición inicial era
muy simple, pues se componían de sala de estar, dormitorio y dos
habitaciones. Con el paso del tiempo vamos a ver que su planta se va
a ir haciendo más compleja, siendo los romanos los que hagan
evolucionar al máximo este tipo de estructura. Por otra parte,
tenemos los palacio, casas de los príncipes que generalmente se
encontraban en las zonas más interiores:
o Organización en torno a un patio que puede ser triangular o
cuadrado. Estos patios tenían decoración de altares.
o Se divide en distintas dependencias.
o Encontramos graneros y otras estancias para guardar lo que
producían.
o En la decoración del espacio tiene un gran protagonismo la
terracota, tejados y aleros. Además de decoración pictórica.

• Arquitectura funeraria: las tumbas etruscas se encontraban fuera de


las ciudades. Su construcción se realizaba en piedra, frente a la
pobreza de materiales en la arquitectura doméstica. El modo de
enterramiento que fue más común en esta cultura fue la inhumación,
que se desarrolló sobre todo desde el siglo VII a. C. Para ello se
realizarán tumbas de fosa que, con el paso del tiempo, se irán
haciendo cada vez más grandes y amplias. Su planta era cruciforme,
en la que el brazo de entrada actuaba como dromos (pasillo).
Generalmente se cubrían con una falsa cúpula al modo micénico.
Todo esto se completaba con la maravillosa decoración que se
encontraba en su interior (pinturas, sarcófagos, esculturas).
Paralelamente a este tipo de enterramientos, se construyeron otros a
modo de hipogeos, que tenían corredor y distintas habitaciones. De
este último enterramiento destacamos la tumba de la cabaña en
Caere (VII a. C.). Otro tipo de enterramientos que se darán sobre
todo a partir del VI a. C., serán los templetes, unas estructuras
exteriores que simulan una casa (necrópolis de Populonia VI a. C.), y
el de dado (Caere VI a. C.). Las necrópolis en el mundo etrusco, sobre
todo a partir de finales del siglo VII a. C., van a ser un reflejo de la
ciudad. Existirá una obsesión por imitar el espacio doméstico, así la
tumba será una reconstrucción las viviendas con todos sus
elementos decorativos.
• Templos: se sabe que desde épocas primitivas existieron templos en
forma de cabaña. Va a ser a partir del siglo VI a. C., cuando nos
encontremos los templos de tipo monumental. Entre las
características principales de los templos etruscos tenemos:
o Se colocan encima de un podio con una escalinata por delante.
o Importancia de la fachada frente a los lados del templo. Esta
se caracteriza por un pórtico con doble hileras de columnas.
Siempre será un templo in antis.
o Tras la columnata es común que el templo solo muestre una
cella, donde se podía poner la estatua del dios. A partir de
finales del siglo VI a. C., parece que se va generalizando que el
templo tenga tres cellas yuxtapuestas.
o Según Vitruvio, es el orden toscano (columna parecida a la
dórica, pero sin estrías y con base semejante al capitel
invertido) el que se utilizaría para la construcción de estos
templos. Este orden, si creemos las palabras del teórico, sería
de origen etrusco, siendo utilizado después por los romanos.
o Importancia de la decoración escultórica, sobre todo en las
antefijas (imágenes mitológicas como la de la gorgona en el
templo de Portonaccio en Veyes, 500 a. C.). No tiene
decoración en el frontón, sino que se ponen de forma
armónica en la techumbre a dos aguas.
o Entre los templos más importantes tenemos: Júpiter Capitolio
en Roma, Apolo en Veyes, Marzabotto en Fiésole y Belvedere
en Orvieto.

ESCULTURA

Arte que mejor se conserva del mundo etrusco. La mayoría de la escultura va a


aparecer relacionada con las tumbas. Sin embargo, también servirá para adornar
templos y otros espacios. A partir del VI a. C., nos encontramos que, al igual que se
ha visto en la arquitectura, los griegos van a influir de manera muy importante en
la escultura del momento. Así, debemos destacar los grupos de piezas del templo
de Portonaccio en Veyes, cuya influencia griega es innegable (500 a. C.). Tanto el
Apolo de Veyes como el Hércules del mismo templo, ambos en el Museo de la Villa
Giulia, son piezas de terracota y están realizadas por Vulca de Veyes. La factura de
las imágenes nos recuerda al mundo griego. Sin embargo, el movimiento de ambas
es acelerado, siendo esto propio de la escultura etrusca. Otra escultura helenizante
es el Sarcófago de los Esposos (510 a. C.), en el Museo de la Villa Giulia. Este
sarcófago se encontró en una tumba de la necrópolis de Banditaccia en Caere. El
rostro, los brazos y los pliegues nos trasladan a las esculturas de los kourós y de las
korés. La novedad aportada por los etruscos se encuentra en el tema del banquete
funerario, tema importante para el mundo etrusco. Otro sepulcro donde también
se ve esa influencia helena es el de Larthia Seianti (III-II a. C) en el Museo
Arqueológico de Florencia, que representa a una mujer recostada. Este tipo de
iconografía se repite en varios féretros. La mujer está bellamente realizada, con un
rostro que inspira serenidad. La decoración del sepulcro, a base de rosetas, será
repetido por los romanos. Su material es la terracota.
También vamos a ver influencia del mundo púnico, destacando el sepulcro del
Sacerdote en Tarquinia (IV a. C.), en el Museo Etrusco del Vaticano. No obstante,
hay un elemento propio de los etruscos: el interés por el retrato. Al contrario de lo
que ocurre en Grecia, donde lo importante era representar un ideal, los artistas
etruscos se decantarán por la expresión individualizada de cada persona, viéndose
muy bien esto en la tapa de la urna cineraria de Volterra (II a. C.), donde se aprecia
claramente que no se busca la belleza, sino la realidad. Esta urna podemos verla en
el Museo Guarnacci de Volterra.
Otro tema de la estatuaria etrusca es la representación de dioses y héroes. A los
dos nombrados anteriormente (Apolo y Hércules), debemos añadir la que es sin
duda una de las esculturas más bellas de este momento: el Marte de Todi del
Museo Etrusco del Vaticano. Se trata del único bronce etrusco a gran escala
superviviente antes del siglo II a. C. Al igual que ocurre con las esculturas de Apolo
y Hércules, la influencia del mundo griego es patente, ya que podemos asociar la
escultura a imágenes como el Diadúmenos. Los ojos tienen incrustaciones vítreas y
los labios restos de incrustaciones de cobre. Muchos elementos como el casco y la
lanza se han perdido.
Por último, es necesario mencionar las esculturas de bronce que representan
animales, algunos más reales y otros claramente mitológicos. La loba capitolina,
conocida también como Luperca (470 a. C.), se encuentra en el Palacio de los
Conservadores de Roma y fue descubierta en el siglo XV. Los niños amamantando,
que representan a Rómulo y Remo, son un añadido de este siglo. La leyenda
cuenta que esta loba amamantó a los dos hermanos, posteriores fundadores de
Roma. La otra gran escultura que representa un animal es la famosa Quimera de
Arezzo (IV a. C.) en el Museo Arqueológico de Florencia. Este es el verdadero
símbolo de la cultura etrusca. Se encontró en 1553 y representa un animal con tres
cabezas (león, serpiente y cabra).

PINTURA

Hay un dominio de la pintura mural, los ejemplos más importantes los


encontramos dentro de las tumbas. Las escenas que se van a representar estarán
relacionadas con el mundo funerario, además de otras escenas de la vida del
difunto, banquetes y escenas de caza y pesca. Este tipo de pintura se inspira en el
mundo griego, y, al igual que ocurría en la pintura helénica, los colores que se van a
emplear son llamativos (rojo, amarillo, blanco, azul). Las figuras son planas y no se
percibirá perspectiva. Sin embargo, la pintura va a mostrar ciertos aspectos
propiamente etruscos como son las representaciones alegres aunque representen
escenas funerarias, además de insertar las figuras en bandas o hileras.
Entre los ejemplos más destacados tenemos:
 Tumba de los Ánades en Veyes (650 a. C.): su decoración es esquemática,
representándose animales en hileras.
 Tumba de los Augures en la necrópolis de Monterozzi, Tarquinia (520 a. C.):
representación de un funeral. Los invitados al mismo contemplan escenas
de luchas entre atletas y animales. La escena más famosa de la tumba es la
de las dos representaciones que se encuentran en ambos lados de la puerta.
Para muchos son dos invitados que se están despidiendo del difunto que se
encuentra tras la puerta.
 Tumba de la caza y de la pesca en la necrópolis de Monterozzi, Tarquinia
(510 a. C.): única escena de paisaje conservada.
 Tumba de Triclinio, Monterozzi, Tarquinia (470 a. C.): escena importante
porque se aprecian muy bien los vestidos de tipo etrusco. Brillantez plástica
a la hora de realizar las imágenes.
 Charun, Vulci (350-325 a. C.): representación de un dios local, Charun. Esta
divinidad ya apareció en alguna cerámica.
OTRAS ARTES
Los etruscos también desarrollaron el arte de la joyería y de la cerámica, de esta
última destaca el bucchero (jarra metálica de distintas formas).

BIBLIOGRAFÍA

 BIANCHI BANDINELLI, R., Los etruscos y la Italia anterior a Roma, Aguilar,


Madrid, 1974.
 ELVIRA, M. A. y BLANCO FREIJEIRO, A., Etruria y Roma republicana, Historia
16, Madrid, 1990.
 LARA PEINADO, F., Los etruscos. Pórtico de la Historia de Roma, Cátedra,
Madrid, 2007.

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