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ROMA Y SU IMPERIO

La ciudad de Roma se asienta en el centro de la Península Itálica. Esta se encontraba


poblada por diferentes pueblos, como los ligures, los etruscos y los latinos. En el 753
a.C., varias tribus latinas se unieron y fundaron la ciudad cerca de la desembocadura
del río Tíber. Entre los siglos IV y II a.C. Roma dominó la Península Itálica.
Posteriormente, venció a Cartago en las guerras púnicas y dominó el Mediterráneo
occidental y el norte de África. Al mismo tiempo sometió a Grecia y las monarquías
helenísticas en las guerras macedónicas, y controló el Mediterráneo oriental. En el 30
a.C., Roma imperaba en todas las tierras del mar Mediterráneo, llamado por los
romanos mare nostrum, «nuestro mar». Su imperio abarcaba desde el océano
Atlántico hasta la Europa oriental y el Próximo Oriente. Su gran extensión hizo
conveniente, en el siglo IV d.C., que fuese dividido en dos partes: el imperio romano
de Occidente, con capital en Roma, y el imperio de Oriente, con capital en
Constantinopla.

La historia de Roma comprende desde la fundación de la ciudad, en el 753 a.C., hasta


la caída del imperio romano de Occidente, en el 476 d.C. La historia política de Roma
se divide en tres etapas: Monarquía (753-509 a.C.), República (509-27 a.C.) Imperio
(27 a.C. - 476 d.C.). Durante la Monarquía, Roma estuvo gobernada por reyes y
dominada por los etruscos. Una revuelta provocó la expulsión de los reyes y la
instauración de una república independiente. Durante la República, Roma fue
gobernada por una serie de magistrados, como los pretores y cónsules, y por el
Senado, una asamblea aristocrática. La crisis de la República se produjo en el siglo I
a.C., cuando César fue proclamado dictador. Poco después, Octavio Augusto asumió
todo el poder y dio comienzo el Imperio. Durante este, el gobierno se concentró en
manos del emperador, quien controlaba el poder político, militar, legislativo y religioso,
e incluso a su muerte era divinizado. Emperadores destacados, entre otros, fueron
Trajano, Constantino y Teodosio. El imperio de Occidente desapareció como
consecuencia de las invasiones de los pueblos bárbaros.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE ROMA

Durante el período de la Monarquía, Roma estuvo regida por reyes que concentraban
el poder. Durante la República, el poder estaba repartido entre las asambleas
populares (comicios), el Senado y los magistrados. Los comicios eran asambleas
formadas por los varones libres, y aprobaban leyes y elegían magistrados. El Senado,
formado por 300 miembros, lo integraban antiguos magistrados, y era el encargado de
controlar a los magistrados y dirigir la política exterior. Los magistrados ejercían el
poder, y los principales eran los pretores y los cónsules, que tenían facultades
militares y judiciales. Desde Augusto se implantó el Imperio, en el que el emperador
ejerció un gobierno personal concentrado todos los poderes. El Senado y la mayoría
de las instituciones republicanas se mantuvieron, pero en la práctica estaban
dominadas por el emperador.

ECONOMÍA Y SOCIEDAD

La agricultura era la principal actividad, que fue estimulada por los romanos con
técnicas de regadío, mejorando el arado y utilizando molinos. Gran parte de la tierra
formaba latifundios. La minería tuvo también gran importancia, y era realizada
principalmente por esclavos. La artesanía incluía numerosos oficios, industrias
alimentarias y las relacionadas con las obras públicas. La producción se realizaba en
pequeños talleres, cuyos miembros se agrupaban en asociaciones profesionales. El
comercio fue muy importante. Roma exportaba manufacturas e importaba de las
provincias imperiales esclavos, trigo, aceite y productos de lujo, como marfil, oro,
pieles, perfumes, etc. El comercio fue favorecido por el uso de monedas comunes y
por la construcción de calzadas.

La sociedad romana estaba muy jerarquizada. La división principal era entre los libres,
y los esclavos. Los ciudadanos libres tenían derechos políticos y podrían votar y
ocupar cargos públicos. Dentro de ellos se encontraban los grupos dominantes: los
senadores, los caballeros y los decuriones. La mayoría del pueblo formaba la plebe.

Los que no tenían la categoría de ciudadanos eran los libertos y los esclavos. Los
libertos eran esclavos que habían sido liberados. Los esclavos eran el grupo social
más bajo y carecían de derechos. Eran empleados en el trabajo agrícola, minero,
artesanal y doméstico.

RELIGIÓN, CULTURA Y ARTE ROMANO.

Los romanos practicaban una religión privada y otra oficial. La religión privada rendía
culto a las divinidades y antepasados familiares en la casa. La religión oficial era
politeísta, y asimiló a los dioses griegos, cambiando de nombre: Zeus se convirtió en
Júpiter, Hera en Juno y Atenea en Minerva.

También practicaban el culto al emperador. A partir del siglo I d.C., comenzó a


difundirse por el Imperio el cristianismo, que defendía el monoteísmo. Inicialmente los
cristianos fueron perseguidos, hasta que en el año 313, el emperador Constantino
estableció la libertad de culto.

Los romanos fundaron numerosas ciudades y las urbanizaron con un plano cuadrado
o rectangular. Para sus ciudades, los romanos levantaron plazas públicas o foros, y
numerosas obras públicas, como templos, para el culto religioso, termas o baños
públicos, teatros y anfiteatros. Su arquitectura estuvo muy influida por la griega, y
utilizaron las columnas y órdenes griegos. También levantaron columnas y arcos de
triunfo conmemorativos, puentes y acueductos.

En la escultura, los romanos crearon el retrato, de gran realismo, y el relieve histórico,


que recordaba los principales hechos políticos y militares. Emplearon la pintura para
decorar las paredes, y los mosaicos, para los suelos.

LA DIVISIÓN DEL IMPERIO ROMANO Y EL COMIENZO DE LA EDAD MEDIA

Los romanos habían conquistado un gran imperio en torno al Mediterráneo. En el 395,


el emperador Teodosio lo dividió en dos partes para defenderlo mejor de los bárbaros:
el imperio romano de Occidente, con capital en Roma, y el imperio romano de Oriente,
con capital en Bizancio. Desde entonces, cada una de las partes siguió una evolución
diferente:

– El imperio de Occidente desapareció en el año 476 a manos de los pueblos


germánicos. La desaparición del imperio de
Occidente marca el final de la Edad Antigua y el comienzo de la Edad Media, que se
extiende hasta 1453. En los territorios del desaparecido imperio de Occidente se
establecieron diversos reinos, entre los cuales destacó el imperio carolingio en
Francia, cuyo rey principal fue Carlomagno (768-814).

– El imperio de Oriente, conocido más tarde como imperio bizantino, se mantuvo hasta
1453 en el Mediterráneo oriental. Su principal emperador fue Justiniano (527-565).

EL IMPERIO BIZANTINO

El imperio bizantino debe este nombre a su capital, Constantinopla, denominada


posteriormente Bizancio. El imperio atravesó por varias etapas.

Durante el reinado de Justiniano (527565), alcanzó su máximo esplendor y recuperó


parte de los territorios perdidos. En el siglo VII los musulmanes conquistaron diversas
provincias, dejando el imperio reducido a Asia menor y al área de los Balcanes.

Desde mediados del siglo XI, el imperio fue perdiendo sucesivamente territorios a
manos de los normandos, búlgaros y turcos. Estos últimos conquistaron
Constantinopla en 1453, hecho que puso fin al imperio bizantino.

EL NACIMIENTO DE LA EDAD MODERNA

La Edad Moderna en Europa comienza en 1453 con la conquista de Constantinopla


por los turcos, y finaliza en 1789 con la Revolución Francesa, hecho que da inicio a la
Edad Contemporánea.

La Edad Moderna significó numerosas transformaciones respecto a la época anterior


de la Edad Media. Estas se fueron produciendo desde mediados del siglo XV, y las
más importantes fueron las siguientes: la desaparición del imperio bizantino a manos
de los turcos; la ampliación del mundo conocido con el descubrimiento de América
(1492); la sustitución de las monarquías feudales por estados autoritarios; el
nacimiento del capitalismo comercial; la reforma protestante iniciada por Lutero (1517),
que provocó la división de la cristiandad; la aparición de una nueva mentalidad
centrada en el ser humano; y el nacimiento en Italia de un nuevo estilo artístico
denominado Renacimiento.

LOS CAMBIOS RELIGIOSOS: LA REFORMA Y LA CONTRARREFORMA.

En el siglo XVI se produjo la reforma protestante, un movimiento religioso contra la


Iglesia católica. Dicha reforma, provocada por el desprestigio del clero, tuvo tres
corrientes principales: luterana, calvinista y anglicana.

La reforma luterana fue iniciada en Alemania por Martín Lutero (14831546), quien
rechazó la venta de indulgencias y elaboró una nueva doctrina religiosa. Esta sostenía
la justificación por la fe y no por las buenas obras, la libre interpretación de la Biblia, la
reducción de los sacramentos al Bautismo y la Eucaristía, y la supresión del culto a la
Virgen y a los santos. La doctrina luterana se extendió por diversos estados alemanes
y por el centro y norte de Europa.
La reforma calvinista fue predicada por Juan Calvino (1509-1561), y se basa en la
predestinación, según la cual las personas están predestinadas por Dios a salvarse o
a condenarse. Su doctrina se expandió por los Países Bajos, Francia y Escocia.

La reforma anglicana fue promovida por Enrique VIII, que rechazó la obediencia al
Papa por negarse a concederle el divorcio de su esposa. Enrique se proclamó cabeza
de la iglesia de Inglaterra (1534) y confiscó los bienes a los monasterios. Su doctrina
no se diferencia sustancialmente de la católica.

La reforma católica o Contrarreforma

Ante la expansión del protestantismo, la Iglesia católica emprendió su propia reforma,


conocida como Contrarreforma. Sus instrumentos fueron el Concilio de Trento y la
Compañía de Jesús. El Concilio de Trento (1545-1563) ratificó la doctrina católica
manteniendo la necesidad de las buenas obras para salvarse, los siete sacramentos,
el culto a la Virgen y a los santos, y adoptó medidas como la creación de seminarios,
para una mejor formación de los sacerdotes.

La Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola (1540), tenía un voto especial
de obediencia al Papa, y se dedicó a la predicación y a la educación de los jóvenes.

HUMANISMO

Está representado por un movimiento intelectual denominado Humanismo, que se


caracteriza por:

– Admiración por la cultura de la Antigüedad clásica.

– Convertir al ser humano en centro del mundo (antropocentrismo), frente al


teocentrismo medieval.

La diversidad del Humanismo

El Humanismo tiene tres corrientes:

– Literaria y filosófica: se dedicó a traducir y estudiar textos clásicos, y a fomentar las


lenguas nacionales. En ella destacaron Pico della Mirándola y Maquiavelo.

– La religiosa: trató de conjugar la admiración por los pensadores antiguos con

la religión. Destacaron Erasmo de Rotterdam y Tomás Moro.

– La científica: centrada en la explicación de la naturaleza a través de la razón y la


experimentación. Destacaron Nicolás Copérnico, que formuló la teoría del
heliocentrismo (el Sol centro del universo) y Andrés Vesalio, que renovó la medicina.

Difusión del Humanismo

El Humanismo se difundió por el resto de Europa mediante la fundación de


Academias, los viajes de los humanistas y la invención de la imprenta por Gutenberg
(1448). Esta permitió aumentar la producción de los libros y extender el saber entre
una población más amplia.
Surgió en Italia en el siglo XV y se extendió en el XVI por el resto de países europeos.
Sus características principales son:

– Se inspira en la Antigüedad grecorromana.

– Representa nuevos temas, como paisajes, escenas cotidianas y mitológicas.

– Toma como modelo la naturaleza, a la que representa de forma idealizada.

LOS DESCUBRIMIENTOS. LA AMPLIACIÓN DEL MUNDO CONOCIDO

A fines del siglo XV, los descubrimientos geográficos de portugueses y castellanos


ampliaron el mundo conocido. Las causas de estos fueron varias:

• Políticas: ambiciones territoriales de Portugal y España.

• Económicas: búsqueda de una ruta marítima con Oriente que evitase el imperio
turco.

• Científicas y técnicas: difusión de libros que sostenían que la tierra era redonda,
utilización de la brújula, y construcción de nuevos barcos como la carabela.

• Ideológicas y religiosas: nueva mentalidad que promovió el afán de aventuras y de


riqueza, y el deseo de extender la fe cristiana.

Los viajes de exploración portugueses

Los portugueses incorporaron las islas Madeira, Azores y Cabo Verde, y recorrieron la
costa africana: Bartolomé Díaz dobló el cabo de Buena Esperanza (1487) y Vasco de
Gama llegó a la India (1498).

El descubrimiento de América

Fue realizado por Cristóbal Colón, quién había proyectado llegar a la India navegando
hacia occidente. Firmó con los Reyes Católicos el acuerdo de las Capitulaciones de
Santa Fe y, partiendo del puerto de Palos (Huelva), llegó a la isla de Guanahaní el 12
de octubre de 1492.

En los tres viajes restantes descubrió diversas islas como Cuba y Haití, y
Centroamérica. Murió en 1506, convencido de haber llegado a la India, de ahí que los
nuevos territorios fueran conocidos como las indias.

Consecuencias del descubrimiento

Por el Tratado de Tordesillas (1494), América quedó para Castilla, salvo Brasil que
quedó para los portugueses. Los Reyes Católicos concedieron licencia para descubrir
a otros marinos, que exploraron las tierras americanas: Núñez de Balboa cruzó el
istmo de Panamá (1513) y descubrió el océano Pacífico, y Magallanes y Elcano dieron
la primera vuelta al mundo (1519-1522) demostrando que la Tierra era redonda.

LA CONQUISTA DE AMÉRICA Y LA ORGANIZACIÓN DEL NUEVO MUNDO

La conquista
En el siglo XVI los españoles conquistaron el continente americano en dos fases:

– En una primera fase, Hernán Cortés conquistó el imperio azteca (México), y


Francisco Pizarro el imperio inca (Perú).

– En una segunda fase fue conquistado el resto de América central y del sur (excepto
Brasil, en manos portuguesas), la zona meridional de Norteamérica y las islas Filipinas
en Asia.

Los caracteres de la conquista

La conquista fue obra de particulares, que por unos acuerdos o capitulaciones recibían
de la Corona autorización para conquistar a cambio de compensaciones.

La conquista fue rápida gracias a la superioridad militar de los conquistadores


(armaduras, armas de fuego) y a la crisis interna de los imperios azteca e inca.

El gobierno y la administración de las Indias

América fue incorporada a Castilla, y su gobierno se realizó a través de:

– El Consejo de Indias, que controlaba desde Castilla los asuntos americanos.

– La Casa de Contratación, que supervisaba desde Sevilla el comercio con América.

– La administración territorial, formada principalmente por virreinatos (Nueva España y


Perú), amplios territorios gobernados por virreyes; gobernaciones, provincias dirigidas
por gobernadores, y Audiencias, que administraban justicia.

La explotación económica de las Indias

Las principales actividades económicas fueron la minería, la agricultura, la ganadería y


el comercio.

La minería explotó los yacimientos de oro y, sobre todo, de plata de México y Perú,
mediante el sistema de trabajo forzoso asalariado de los indios (mita).

La agricultura y la ganadería crearon grandes propiedades agrarias y ganaderas


trabajadas por indios mediante el sistema de la encomienda. Esta consistía en el
reparto de indios entre los conquistadores que, a cambio de cristianizarlos, recibían un
tributo o su trabajo. En las zonas de escasa población india se usaron esclavos negros
africanos.

El comercio con las Indias fue un monopolio castellano ejercido por el puerto de
Sevilla, y se organizaba mediante un sistema de flotas, en el que los barcos mercantes
navegaban escoltados por buques de guerra.

Las consecuencias de la conquista y colonización de América fueron muy importantes.

Para los pueblos americanos significó la desaparición de sus imperios, la imposición


del dominio castellano, la introducción de nuevos productos agrarios (trigo, vid, olivo,
azúcar) y animales (caballos, vacas, cerdos), así como un gran descenso demográfico
debido a enfermedades infecciosas y al trabajo forzoso.
Para Castilla, la conquista significó la financiación de la hegemonía en Europa, la
emigración hacia América, la difusión de nuevas plantas y productos (maíz, patata,
tomate, cacao, tabaco), el desarrollo del comercio, un gran debate sobre la explotación
de los indios, a la que se oponía Bartolomé de las Casas, y el desarrollo de ciertas
ciencias como la cartografía o la biología.

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