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Durante el período de la Monarquía, Roma estuvo regida por reyes que concentraban
el poder. Durante la República, el poder estaba repartido entre las asambleas
populares (comicios), el Senado y los magistrados. Los comicios eran asambleas
formadas por los varones libres, y aprobaban leyes y elegían magistrados. El Senado,
formado por 300 miembros, lo integraban antiguos magistrados, y era el encargado de
controlar a los magistrados y dirigir la política exterior. Los magistrados ejercían el
poder, y los principales eran los pretores y los cónsules, que tenían facultades
militares y judiciales. Desde Augusto se implantó el Imperio, en el que el emperador
ejerció un gobierno personal concentrado todos los poderes. El Senado y la mayoría
de las instituciones republicanas se mantuvieron, pero en la práctica estaban
dominadas por el emperador.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD
La agricultura era la principal actividad, que fue estimulada por los romanos con
técnicas de regadío, mejorando el arado y utilizando molinos. Gran parte de la tierra
formaba latifundios. La minería tuvo también gran importancia, y era realizada
principalmente por esclavos. La artesanía incluía numerosos oficios, industrias
alimentarias y las relacionadas con las obras públicas. La producción se realizaba en
pequeños talleres, cuyos miembros se agrupaban en asociaciones profesionales. El
comercio fue muy importante. Roma exportaba manufacturas e importaba de las
provincias imperiales esclavos, trigo, aceite y productos de lujo, como marfil, oro,
pieles, perfumes, etc. El comercio fue favorecido por el uso de monedas comunes y
por la construcción de calzadas.
La sociedad romana estaba muy jerarquizada. La división principal era entre los libres,
y los esclavos. Los ciudadanos libres tenían derechos políticos y podrían votar y
ocupar cargos públicos. Dentro de ellos se encontraban los grupos dominantes: los
senadores, los caballeros y los decuriones. La mayoría del pueblo formaba la plebe.
Los que no tenían la categoría de ciudadanos eran los libertos y los esclavos. Los
libertos eran esclavos que habían sido liberados. Los esclavos eran el grupo social
más bajo y carecían de derechos. Eran empleados en el trabajo agrícola, minero,
artesanal y doméstico.
Los romanos practicaban una religión privada y otra oficial. La religión privada rendía
culto a las divinidades y antepasados familiares en la casa. La religión oficial era
politeísta, y asimiló a los dioses griegos, cambiando de nombre: Zeus se convirtió en
Júpiter, Hera en Juno y Atenea en Minerva.
Los romanos fundaron numerosas ciudades y las urbanizaron con un plano cuadrado
o rectangular. Para sus ciudades, los romanos levantaron plazas públicas o foros, y
numerosas obras públicas, como templos, para el culto religioso, termas o baños
públicos, teatros y anfiteatros. Su arquitectura estuvo muy influida por la griega, y
utilizaron las columnas y órdenes griegos. También levantaron columnas y arcos de
triunfo conmemorativos, puentes y acueductos.
– El imperio de Oriente, conocido más tarde como imperio bizantino, se mantuvo hasta
1453 en el Mediterráneo oriental. Su principal emperador fue Justiniano (527-565).
EL IMPERIO BIZANTINO
Desde mediados del siglo XI, el imperio fue perdiendo sucesivamente territorios a
manos de los normandos, búlgaros y turcos. Estos últimos conquistaron
Constantinopla en 1453, hecho que puso fin al imperio bizantino.
La reforma luterana fue iniciada en Alemania por Martín Lutero (14831546), quien
rechazó la venta de indulgencias y elaboró una nueva doctrina religiosa. Esta sostenía
la justificación por la fe y no por las buenas obras, la libre interpretación de la Biblia, la
reducción de los sacramentos al Bautismo y la Eucaristía, y la supresión del culto a la
Virgen y a los santos. La doctrina luterana se extendió por diversos estados alemanes
y por el centro y norte de Europa.
La reforma calvinista fue predicada por Juan Calvino (1509-1561), y se basa en la
predestinación, según la cual las personas están predestinadas por Dios a salvarse o
a condenarse. Su doctrina se expandió por los Países Bajos, Francia y Escocia.
La reforma anglicana fue promovida por Enrique VIII, que rechazó la obediencia al
Papa por negarse a concederle el divorcio de su esposa. Enrique se proclamó cabeza
de la iglesia de Inglaterra (1534) y confiscó los bienes a los monasterios. Su doctrina
no se diferencia sustancialmente de la católica.
La Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola (1540), tenía un voto especial
de obediencia al Papa, y se dedicó a la predicación y a la educación de los jóvenes.
HUMANISMO
• Económicas: búsqueda de una ruta marítima con Oriente que evitase el imperio
turco.
• Científicas y técnicas: difusión de libros que sostenían que la tierra era redonda,
utilización de la brújula, y construcción de nuevos barcos como la carabela.
Los portugueses incorporaron las islas Madeira, Azores y Cabo Verde, y recorrieron la
costa africana: Bartolomé Díaz dobló el cabo de Buena Esperanza (1487) y Vasco de
Gama llegó a la India (1498).
El descubrimiento de América
Fue realizado por Cristóbal Colón, quién había proyectado llegar a la India navegando
hacia occidente. Firmó con los Reyes Católicos el acuerdo de las Capitulaciones de
Santa Fe y, partiendo del puerto de Palos (Huelva), llegó a la isla de Guanahaní el 12
de octubre de 1492.
En los tres viajes restantes descubrió diversas islas como Cuba y Haití, y
Centroamérica. Murió en 1506, convencido de haber llegado a la India, de ahí que los
nuevos territorios fueran conocidos como las indias.
Por el Tratado de Tordesillas (1494), América quedó para Castilla, salvo Brasil que
quedó para los portugueses. Los Reyes Católicos concedieron licencia para descubrir
a otros marinos, que exploraron las tierras americanas: Núñez de Balboa cruzó el
istmo de Panamá (1513) y descubrió el océano Pacífico, y Magallanes y Elcano dieron
la primera vuelta al mundo (1519-1522) demostrando que la Tierra era redonda.
La conquista
En el siglo XVI los españoles conquistaron el continente americano en dos fases:
– En una segunda fase fue conquistado el resto de América central y del sur (excepto
Brasil, en manos portuguesas), la zona meridional de Norteamérica y las islas Filipinas
en Asia.
La conquista fue obra de particulares, que por unos acuerdos o capitulaciones recibían
de la Corona autorización para conquistar a cambio de compensaciones.
La minería explotó los yacimientos de oro y, sobre todo, de plata de México y Perú,
mediante el sistema de trabajo forzoso asalariado de los indios (mita).
El comercio con las Indias fue un monopolio castellano ejercido por el puerto de
Sevilla, y se organizaba mediante un sistema de flotas, en el que los barcos mercantes
navegaban escoltados por buques de guerra.