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Cuando mi amiga feminista flaca decia que era "re de gorda" comerse un helado después de
caminar 10km.
Cuando mi otra amiga me decía que no me ponga esa prenda porque me quedaba ajustada y
sobre todo cuando me decía que "era una cuestión estética".
Cuando después de ver que todos mis análisis estaban perfectos la médica me dijo que mi
peso estaba poniendo en riesgo mi vida.
Siempre les creí.
Siempre pensé que estaba enferma.
No lo estoy.
Estoy acá sana.
Soy gorda y sana.
La gordo fobia existe y condiciona nuestra vida siempre.
Paren de dar consejos de salud mientras toman gilada.
Soy esto.
Los privilegios y el autoconocimiento (o de como no puedes ser feliz con tanta gente
hablando y hablando a tu alrededor.)
Para poder ser feliz necesitamos encontrarnos a nosotrxs mismxs.
Qué frase trillada, ¿no?
De repente nos encontramos buscando afuera lo que necesitamos encontrar dentro.
Tenemos un hijx, nos mudamos cambiamos de pareja, de trabajo, nos vamos a vivir en
comunidad, nos hacemos de una religión, adoptamos métodos para todo.
nos hacemos
nos hacemos de
nos hacemos de muchas cosas
Nos fabricamos una identidad para definirnos.
Pero ese vacío sigue ahí.
Un agujero negro.
Un día nos damos cuenta que nada de todo eso que nos describe es en realidad lo que
somos.
No somos lo que hacemos.
No somos ese título.
No ese equipo de fútbol.
No siquiera esa consigna feminista.
Lo que debería enseñarnos la escuela lo terminamos aprendiendo los golpes. Entonces nos
damos cuenta que el camino es al interior pero para encontrarlo necesitamos silencio.
Ahí es cuando me pregunto cuántas personas realmente pueden darse ese lujo.
Parar. Frenar.
Darse el tiempo.
Viajar si es necesario.
Irse con lo mínimo.
Una libreta.
Silencio.
El valioso silencio.
Encontrarse realmente.
Sin fórmulas.
Sin gurus.
El autoconocimiento verdadero es un privilegio de algúnxs pocxs.
Brote de Bambú
Les hijes crecen rápido. Esa vorágine mezclada con la vida cotidiana te hace pensar miles
de veces en el sentido de la vida, de ser mapadres, de porqué nos buscamos tanto lío. Sobre
todo cuando son las 4 de la mañana y salta en pelotas con un gorro y un burbujero en la
mano. Cuando todo se sale de control cien veces por día no entendes que sentido tiene todo
esto. Agobiadxs, endeudadxs y haciendo malabares para sostener un vida que no te deja
lugar a la contemplación. Se hace una pausa. Se duerme. Se va a lo de un vecinx. Se va
pasear con alguien.
Vas a la huerta porque sabés que es el mejor lugar para meditar. Ves crecer las calabazas a
pleno, con la flor asomando y el fruto apareciendo. En breve esa flor se marchita y ese fruto
deja de ser un bebé para ser el protagonista naranja entre tanto verde. La planta trepa, hace
lo que sea para expandirse, se deja llevar. Al tiempo las hojas, los tallos y hasta las raíces se
desviven por dejar toda su energía en la calabaza. Toda la planta apuesta al fruto porque
tiene las semillas y es el futuro. ¿Entonces, es natural ese agotamiento? ¿La naturaleza me
estaría diciendo que todo de lo que nos quejamos las madres feministas es parte de lo que
tiene que pasar? ¿Tenemos que dejar de ser nosotras, secarnos, agotarnos para que ese fruto
sea la continuidad de la vida?
Hace unos días, justito despúes de venir de la huerta, con toda esa carga mental un amigo
me dijo: "les falta el par", refiríendose a un segundo hijx. "Ustedes se los ve de criar de a
dos". Interrumpiendole le repliqué que su idea esa atemorizante y sin dejarme explicar
continúo "porque los hijxs son la raíz".
¿La raíz?
Claro...
Son la RAÍZ. Son lxs que nos permiten a nosotrxs lxs adultxs, enraizar en un lugar,
proyectar más a largo plazo. Y ojo lo permiten pero no lo imponen. Nos dan perspectiva.
Nos dicen acá mamá, to quiero playa. Yo lo hice con mis viejos. Llantén lo hace con
nosotres.
Cumplió 3 años, dejó la teta con la excusa que los bebés "soplan la teta así como un globo y
entonces se puede romper", nos dijo que quiere ir a la escuela y ya tiene su mochila, hasta
se eligió una loncherita para llevarse un sandwich que ella misma se arma.
Me ve laburar con el ordenador y le dice al papá que "mamá ahora no puede porque está
opupada". Se vá. Juega. Vuelve. "¿Estás bien Yamila?" "Vamos a tomar mate". Me cuida.
Claro...
RAÍZ
Acá mamá nos quedamos. No busques más. No me saques que si yo me lastimo nos
quedamos sin plantita. Sin hojas, sin tallos sin fruto.
Crecen rápido y enseñan demasiado.
Crecen como brote de bambú.
10 de Junio, Barrio Nuevo, Andalucía.
Conozco hombres que no. Pero que laburazo se mandaron eh! Tuvieron que romperse en mil pedazos y cada tanto se
ven en alguna un poco turbia pensando alguna machiruleada pero se rescatan. El problema es que puedo contarlos
con los dedos de una mano. Y eso que yo no soy de juntarme con gente normal.
Entonces hago números. Y digo que si solo el 5% de los hombres que conozco son realmente lo suficientemente
humildes para asumirse privilegiados y laburar se, entonces las probabilidades de que el tipo que se te acercó a
pedirte fuego en la esquina sea un macho es del 95%. O sea que estadística mente lo mejor que podes hacer es huir,
evitarlos. Que bajón no? Y ya se que van a decir. Hay mujeres machistas también. Si claro.
Pero no te matan. No te violan. No te asan en una parrilla. A lo sumo compiten, bardean. No se. Boludeces.
Ah y ya se lo que van a decir ahora. Para para. A los hombres nos matan más. Si genio de la epidemiologia. Pero
adivinen quienes los matan? El 95% de los hombres que mueren mueren a manos de Taran taraaaaaaannnnnnn otros
hombres.
Y si. A mi me dan miedo. Un poco los odio por eso. En realidad odio que no puedan dejar su propia cárcel y ser parte
de la belleza. Los odio no por hombres sino por condenados festejando sus grilletes.
Bóludos haciendo autobombo porque salen re en pedo en auto y casi matan a alguien.
Forros que van a la marcha de ni una menos pero te asesinan por estar embarazada.
Amigos. Amigos eh! No conocidos. A mi gos. Que un día de te meten en la cama mientras dormís y te agarran la
mano para que les toques su pija. Amigos.
La verdad revisense.
Hagan mea culpa.
Mueranse sino.
No nazcan más.
No sé. No me importa.
No es nuestra responsabilidad Piñera de mierda.
Déjenos en paz.
Tienen suerte. DEMASIADA suerte de que todavía no busquemos venganza.
Nada abnegado.
Ni la maternidad.
Ni la militancia.
Ni la corrección nutricional.
Ni la palabra.
Ni una emocionalidad impecable.
Ni nada.
Nada puede ser tan importante como para nublarnos el jucio al punto de forzarnos a un
sacrificio que no podemos soportar.
Si no puedo bailar no quiero tu revolución.
Si no puedo fallar no quiero ser mamá.
Sin placer no hay alimentación sostenible.
Sin puteadas no se puede vivir.
Sin un poquito de toxicidad no somos humanes.
No la careteemos.
Somos esto.
Gorda puta
Gorda
Gorda Puta
Gorda
Mounstrosa
De tetas explosivas
Cintura ajustada
Y caderas anchas