Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana Unefa.
January Rodríguez. CI: 27461861
Observando la recurrencia de la guerra en nuestra época y, de paso,
confirmando los acontecimientos humanos en lo que respecta a la guerra a lo largo de la historia, es importante aclarar la magnitud que esta tiene en la vida humana. Al abordar el tema de la guerra, es necesario tener presente que el horror que ésta produce puede ser una razón para ocultar el temor que tienen las personas de perder cualquier esperanza de vivir en el futuro, con una posible paz. Pensar en la guerra genera desencantamiento del mundo y desesperanza en el futuro. Pero a pesar de esto, pensar acerca de la magnitud que ésta ocupa en las relaciones humanas tiene la ventaja de permitirnos reflexionar sobre ella y quizás nos proporcione herramientas que si bien no erradicarán la guerra de la vida humana, sí permitirán al menos comprender este fenómeno y, quizás, tratar de controlar en algo sus efectos devastadores. Una de las definiciones que se le da a la guerra es que es un duelo en una escala más amplia y también dicen que es un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al adversario. En la primera hace una analogía entre la guerra y el duelo, y en la segunda toma la guerra como una acción encaminada a lograr el dominio de la voluntad del vencido por parte del vencedor. En la primera definición tenemos que el duelo es combate o pelea entre dos personas como consecuencia de un reto o desafío, una de las características que establecen la diferencia entre el duelo y la guerra es, efectivamente, el número de los participantes. El duelo como tal, en su acto de realización, limita a dos el número de los combatientes, así la ofensa vaya dirigida a un grupo social que bien puede ser una familia, un clan o un club, con la característica de que siempre indica círculos privados. En la guerra el enfrentamiento entre los combatientes puede darse de manera simultánea entre varios de ellos y compromete la esfera pública y no necesariamente se realiza de manera directa. En la segunda definición, la que habla del propósito de la guerra es derribar al adversario e incapacitarlo de ese modo para ofrecer mayor resistencia (la guerra es un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al adversario), se ajusta a lo que se ha llamado el ejercicio de la política. La guerra es ni más ni menos, una de las formas que tienen los seres humanos para resolver sus conflictos. Son los mismos seres humanos con sus voluntades, incitados por sus diversas pasiones, intereses, o ideales, quienes modelan la historia, la geografía y tienen responsabilidad en los acontecimientos que inician, es, pues, una acción que se realiza entre dos o más grupos de seres humanos independientes de alguna voluntad particular que la provoque. Tiene, además, un carácter social, porque en el momento de su realización se supera el número de los grupos implicados, tanto internos como externos. Sus efectos no se reducen, entonces, a los actores en sí mismos. Segundo, llama la atención el hecho de que las fuerzas que incitan a la guerra al parecer no son fuerzas de manejo voluntario de los seres humanos sino que, cuando ellas se manifiestan, parece que tuvieran fuerza propia y, por tanto, presionan a los grupos sociales, en esto estriba gran parte del peligro que entrañan las acciones humanas.
La forma de hacer la guerra ha evolucionado de tal manera, que los
diferentes intentos para definirla y conceptualizarla para dar cuenta de sus modalidades, no consideran la muy alta participación de la población civil en cuanto a las bajas registradas en los diferentes conflictos bélicos, aunque paradójicamente éstos se justifican como intervenciones militares para proteger precisamente a los civiles de una amenaza potencial. La guerra, tal y como se conociera en el siglo XIX, ha dejado de ser un enfrentamiento entre ejércitos profesionales y regulares, para asumir características de irregularidad, una mayor crudeza y, en la actualidad, incluye un espectro de acciones inadmisibles desde el punto de vista jurídico y moral, menos aún en cuanto a la preservación de los derechos humanos.
No solamente a través de las armas se puede acabar con un pueblo.
Existen varios tipos de guerra como la Guerra Convencional, que es cuando los ejércitos de dos o más Estados rivalizan entre ellos a través de un conflicto armado. Por ejemplo, la guerra del Pacífico que hubo entre Bolivia, Chile y Perú en 1879; la guerra Civil, se refiere al enfrentamiento bélico es entre personas de un mismo país, defendiendo dos ideologías distintas; guerra de Invasión como la que Estados Unidos mantiene contra Irak es una guerra de invasión, esta sucede cuando las fuerzas armadas de un país o de una coalición entran en el territorio de un Estado, con el objetivo de cambiar el Gobierno establecido; la guerra Armamentista es la guerra que se inicia entre dos o más países con la intención de demostrar cuál de los dos es más poderosos en el desarrollo de armas letales y eficientes, como la Guerra Fría que hubo entre Rusia y EE.UU. y la guerra Psicológica que es aquella guerra que se realiza psicológicamente contra un pueblo, por parte de fuerzas locales o internacionales. ¿Cómo? hostigando y presionando a la población civil para afectarla económica y socialmente, a través de una campaña mediática con informaciones falsas de la escasez e inflación inducida, de ataques y sabotajes a servicios básicos del país, entre otros, para desesperar a la sociedad y generar escenarios que permitan un golpe de Estado. Por ejemplo: el bloqueo que ejerce EE.UU. contra Venezuela, en la actualidad.
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales