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Contenido

Manifiesto Ciborg. El sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en el circuito integrado
- Donna Haraway (1984)....................................................................................................................1
Relaciones humanos-ambientales. Orientalismo, paternalismo y Comuninalismo”. Gisli Pálsson. En
Naturaleza y sociedad. Perspectivas antropológicas..........................................................................6
“Poder y visibilidad. Fábulas de campesino, mujeres y medio ambiente”. En: La invención del
tercer Mundo: Construcción y reconstrucción del desarrollo, Arturo Escobar 1998.........................6
El debate sobre género y medio ambiente: lecciones de la India. Por Bina Agarwal (2004
compilado).......................................................................................................................................16
“Mujeres, medio ambiente y desarrollo sustentable. Surgimiento del tema y diversas
aproximaciones”. Por Rosi Braidotti (2004)......................................................................................24

Manifiesto Ciborg. El sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en el circuito
integrado - Donna Haraway (1984)

Un ciborg es un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de


realidad social y también de ficción. (pág. 2)

El ciborg es materia de ficción y experiencia viva que cambia lo que importa como experiencia de
las mujeres a finales de este siglo. (pág. 2)

Estoy argumentando en favor del ciborg como una ficción que abarca nuestra realidad social y
corporal y como un recurso imaginativo sugerente de acoplamientos muy fructíferos. (pág. 2)

A finales del siglo XX -nuestra era, un tiempo mítico-, todos somos quimeras, híbridos teorizados y
fabricados de máquina y organismo; en unas palabras, somos ciborgs. (pág. 3)

Es también un esfuerzo para contribuir a la cultura y a la teoría feminista socialista de una manera
postmoderna, no naturalista, y dentro de la tradición utópica de imaginar un mundo sin géneros,
sin génesis y, quizás, sin fin. (pág. 3)

En un sentido, no existe una historia del origen del ciborg según la concepción occidental, lo cual
resulta ser una ironía ‘final‘, puesto que es también el terrible telos apocalíptico de las cada vez
mayores dominaciones, por parte de occidente, del individuo abstracto (pág. 3)

El ciborg se sitúa decididamente del lado de la parcialidad, de la ironía, de la intimidad y de la


perversidad. Es opositivo, utópico y en ninguna manera inocente. Al no estar estructurado por la
polaridad de lo público y lo privado, define una polis tecnológica basada parcialmente en una
revolución de las relaciones sociales en el oikos, la célula familiar. La naturaleza y la cultura son
remodeladas y la primera ya no puede ser un recurso dispuesto a ser apropiado e incorporado por
la segunda. (pág. 4)
Su problema principal, por supuesto, es que son los hijos ilegitimos del militarismo y del
capitalismo patriarcal, por no mencionar el socialismo de estado. Pero los bastardos son a menudo
infieles a sus origenes. Sus padres, despues de todo, no son esenciales. (pág. 4)

Más aun, bastantes ramas de la cultura feminista afirman el placer de conectar lo humano con
otras criaturas vivientes. Los movimientos de defensa de los derechos de los animales no son
negaciones irracionales de la unicidad humana, sino un reconocimiento claro de la conexión a
través de la desacreditada ruptura entre la naturaleza y la cultura. (pág. 4)

El ciborg aparece mitificado precisamente donde la frontera entre lo animal y lo humano es


transgredida. (pág. 4)

La ubicuidad y la invisibilidad de los ciborgs son la causa de que estas máquinas sean tan
mortíferas. Políticamente son tan difíciles de ver como materialmente (pág. 7)

Así, el mito de mi ciborg trata de fronteras transgredidas, de fusiones poderosas y de


posibilidades peligrosas que gentes progresistas pueden explorar cómo parte de un necesario
trabajo político (pág. 7)

Desde una perspectiva, un mundo de ciborgs es la última imposición de un sistema de control en


el planeta, la última de las abstracciones inherentes a un apocalipsis de Guerra de Galaxias
emprendida en nombre de la defensa nacional, la apropiación final de los cuerpos de las mujeres
en una masculinista orgía de guerra (Sofía, 1984). Desde otra perspectiva, un mundo así podría
tratar de realidades sociales y corporales vividas en las que la gente no tiene miedo de su
parentesco con animales y máquinas ni de identidades permanentemente parciales ni de puntos
de vista contradictorios. La lucha política consiste en ver desde las dos perspectivas a la vez, ya
que cada una de ellas revela al mismo tiempo tanto las dominaciones como las posibilidades
inimaginables desde otro lugar estratégico. (pág. 8)

Identidades fracturadas

La conciencia de género, raza o clase es un logro forzado en nosotras por la terrible experiencia
histórica de las realidades sociales contradictorias del patriarcado, del colonialismo y del
capitalismo. (…) La dolorosa fragmentación existente entre las feministas (por no mencionar la que
hay entre las mujeres) en todos los aspectos posibles ha convertido el concepto de mujer en algo
esquivo, en una excusa para la matriz de la dominación de las mujeres entre ellas mismas. (…) La
historia reciente de gran parte de la izquierda y del feminismo norteamericanos ha sido una
respuesta a esta crisis consistente en divisiones sin fin y en búsquedas de una nueva y esencial
unidad. Pero, también, ha habido un creciente reconocimiento de otra respuesta a través de la
coalición -afinidad- y no ya de la identidad7. (pág. 9)

King critica la persistente tendencia, entre las feministas contemporáneas de diferentes


‘momentos‘ o ‘conversaciones‘ en la práctica feminista, a taxonomizar el movimiento femenino
para hacer que las propias tendencias políticas parezcan ser el telas del todo. Estas taxonomías
tienden a rehacer la historia feminista para que ésta semeje una lucha ideológica entre tipos
coherentes que persisten a través del tiempo, especialmente esas típicas unidades llamadas
feminismo radical, liberal y socialista. (pág. 10)
¿cómo fabricar una unidad política/poética sin basarse en una lógica de apropiación, de
incorporación ni de identificación taxonómica? (yo me hago esa pregunta, la autora la responde
citando a King y Sanddoval) (pág. 11)

Las feministas del ciborg tienen que decir que ‘nosotras’ no queremos más matriz natural de
unidad y que ninguna construcción es total. (pág. 12)

Como buen hijo, el feminismo socialista avanzó aliándose con las estrategias básicas del marxismo.
El primer logro de los feminismos marxistas y socialistas fue expandir la categoría de trabajo para
acomodar lo que algunas mujeres hacían, incluso si la relación salarial estaba subordinada a una
visión más comprensiva del trabajo bajo el patriarcado capitalista (pág. 12)

Ni el punto de vista de las feministas marxianas ni el de las radicales han tendido a abrazar el
estatuto de una explicación parcial. Ambos estaban constituidos ordinariamente como totalidades.
La explicación occidental ha pedido lo mismo. ¿De qué otra manera podría el autor occidental
incorporar a sus otros? Cada uno trataba de anexar otras formas de dominación expandiendo sus
categorías básicas mediante la analogía, el listado simple o la suma. El embarazoso silencio sobre
la raza entre las feministas socialistas y las radicales blancas fue una consecuencia políticamente
devastadora. La historia y la polivocalidad desaparecen dentro de taxonomías políticas que tratan
de establecer genealogías. No había sitio estructural para la raza (o para cualquier otra cosa) en la
teoría que proclamaba revelar la construcción de la categoría mujer y el grupo social mujer como
un todo unificado o totalizable. (pág. 14)

La ‘epistemología’ trata de conocer la diferencia. (pág. 15)

La informática de la dominación

dominaciones jerárquicas confortablemente viejas hasta las aterradoras nuevas redes que he
llamado la informática de la dominación. (pág. 17)

Los seres humanos, como cualquier otro componente o subsistema, estarán localizados en un
sistema arquitectural cuyos modos básicos de operación son probabilísticos, estadísticos. No
existen objetos, espacios o cuerpos sagrados por sí mismos, cualquier componente puede ser
conectado con cualquier otro si la pauta y el código correctos pueden ser construidos para el
procesamiento de señales en un lenguaje común. El intercambio en este mundo trasciende la
traducción universal llevada a cabo por los mercados capitalistas que Marx analizó de manera tan
brillante. La patología privilegiada que afecta a todos los componentes de este universo es el
estrés, la ruptura de comunicaciones (Hogness, 1983). El ciborg no está sujeto a la biopolítica de
Foucault, sino que simula políticas, un campo de operaciones mucho más poderoso. (pág. 18)

La situación actual de las mujeres es su integración/explotación en un sistema mundial de


producción/reproducción y de comunicación llamado informática de la dominación (pág. 18)

Las tecnologías de las comunicaciones y las biotecnologías son las herramientas decisivas para
darle nuevas utilidades a nuestros cuerpos. Estas herramientas encarnan y ponen en vigor nuevas
relaciones sociales para las mujeres a través del mundo. Las tecnologías y los discursos científicos
pueden ser parcialmente comprendidos como formalizaciones, por ejemplo, como momentos
congelados de las fluidas interacciones sociales que las constituyen, pero deberían asimismo ser
vistos como instrumentos para poner significados en vigor. La frontera entre mito y herramienta,
entre instrumento y concepto, entre sistemas históricos de relaciones sociales y anatomías
históricas de cuerpos posibles, incluyendo a los objetos del conocimiento, es permeable. Más aun,
mito y herramienta se constituyen mutuamente. (pág. 19)

Las tecnologías de las comunicaciones dependen de la electrónica. (…) La microelectrónica es la


base técnica del simulacro, es decir, de las copias sin original. (pág. 20)

La economía del trabajo casero fuera del hogar

La ‘Nueva revolución industrial‘ está produciendo una clase trabajadora en todo el mundo, así
como nuevas sexualidades y etnicidades. La gran movilidad del capital y la cada vez mayor división
internacional del trabajo se entretejen con la aparición de nuevas colectividades y con el
debilitamiento de los grupos familiares. (pág. 21)

La economía del trabajo en casa, en tanto que estructura organizativa capitalista mundial, es la
consecuencia y no la causa de las nuevas tecnologías. (pág. 22)

Los nuevos arreglos económicos y tecnológicos están asimismo relacionados con el desfalleciente
estado del bienestar y con la consiguiente intensificación de las exigencias que se hacen a las
mujeres para que se mantengan a sí mismas y ayuden en el mantenimiento de los hombres, de los
niños y de los ancianos. La feminización de la pobreza -generada por el desmantelamiento del
estado del bienestar, por la economía del trabajo casero en el que los empleos estables son raros,
y mantenida por la suposición de que los salarios que ganan las mujeres no serán compensados
mediante un aumento en los de los hombres dedicado al cuidado de los hijos- se ha convertido en
algo preocupante. Las causas de los hogares presididos una mujer están en función de la raza, de
la clase o del sexo, pero su generalización cada vez mayor da pábulo a coaliciones femeninas en
muchos temas. (pág. 22)

Las nuevas tecnologías tienen también un profundo efecto sobre el hambre y sobre la producción
de alimentos para la subsistencia a través del mundo. Rae Lessor Blumberg (1983) estima que las
mujeres producen alrededor del 50% de estos. (pág. 23)

Generalmente, las mujeres están excluidas de los beneficios resultantes de la producción de


bienes alimentarios de consumo utilizando alta tecnología, y sus jornadas de trabajo son mucho
más arduas debido a sus responsabilidades para hacer que el pan no falte en casa, lo que hace
también que sus situaciones reproductivas sean más complejas. Las tecnologías de la Revolución
verde influyen en otras altas tecnologías de la producción industrial, alterando las divisiones
genéricas del trabajo y los patrones diferenciales de las migraciones genéricas. (pág. 24)

Las mujeres en el circuito integrado

Prefiero una imagen de cadena ideológica que sugiera la profusión de espacios e identidades y la
permeabilidad de las fronteras en el cuerpo personal y en el político. ‘Encadenar’ es tanto una
práctica política como una estrategia de multinacional corporativa, entretejer es para los ciborgs
opositivos. (pág. 26)

Por lo tanto, voy a volver a la imagen anterior de la informática de la dominación y dibujar una
visión del ‘lugar’ de las mujeres en el circuito integrado, tocando sólo unas pocas posiciones
sociales idealizadas, vistas en principio desde el punto de vista de las sociedades capitalistas
avanzadas: hogar, mercado, puesto de trabajo remunerado, estado, escuela, clínica-hospital e
iglesia. (pág. 26)

La única manera de definir a la informática de la dominación es como una intensificación masiva


de la inseguridad y un empobrecimiento cultural con un fallo común de la subsistencia de las redes
para los más vulnerables. Puesto que gran parte de este cuadro se entreteje con las relaciones
sociales de la ciencia y de la tecnología, la urgencia de una política feminista socialista relacionada
con la ciencia y con la tecnología es enorme (pág. 28)

Existen indicios para una esperanza en los planteamientos de nuevas formas de unidad a través de
raza, género y clase, conforme estas unidades elementales de análisis feminista socialista sufren
transformaciones proteicas. Las intensificaciones en las penalidades sufridas a nivel mundial en
relación con las relaciones sociales de la ciencia y de la tecnología son severas. Pero lo que la gente
está experimentando no se encuentra suficientemente claro y nos faltan las conexiones sutiles
necesarias para edificar colectivamente teorías eficaces de la experiencia. Los presentes esfuerzos-
marxistas, psicoanalíticos, feministas, antropológicos- para clarificar incluso ‘nuestra’ experiencia
son rudimentarios. (pág. 29)

En mi mito político, Sister Outsider de Audre Lorde es la mujer extranjera a la que los trabajadores
norteamericanos -las mujeres y los feminizados- supuestamente deben mirar como al enemigo
que les impide ser solidarios, que amenaza su seguridad. Dentro de las fronteras de los Estados
Unidos, la Sister Outsider que trabaja en la misma fábrica es una fuente de división, de
competición y de explotación entre las razas y las identidades étnicas de mujeres manipuladas. Las
‘mujeres de color’ son la fuerza de trabajo preferida de las industrias relacionadas con la ciencia,
las mujeres reales para las que el mercado mundial sexual y las políticas de reproducción hacen de
caleidoscopio en la vida diaria. Las jóvenes coreanas empleadas en la industria del sexo y en las de
electrónica son buscadas en las escuelas secundarias y educadas para el circuito integrado. Saber
leer, especialmente el inglés, distingue a esta fuerza de trabajo barata tan atractiva para las
multinacionales. (pág. 31)

Existen varias consecuencias en considerar seriamente la imaginería de los ciborgs como algo más
que nuestros enemigos. Los cuerpos son mapas de poder e identidad y los ciborgs no son una
excepción. Un cuerpo ciborg no es inocente, no nació en un jardín; no busca una identidad unitaria
y, por lo tanto, genera dualismos antagónicos sin fin (o hasta que se acabe el mundo), se toma en
serio la ironía. Uno es poco y dos es sólo una posibilidad. El placer intenso que se siente al manejar
las máquinas deja de ser un pecado para convertirse en un aspecto de la encamación. La máquina
no es una cosa que deba ser animada, trabajada y dominada, pues la máquina somos nosotros y,
nuestros procesos, un aspecto de nuestra encarnación. Podemos ser responsables de máquinas,
ellas no nos dominan, no nos amenazan. Somos responsables de los límites, somos ellas. (pág. 37)

La imaginería ciborg puede ayudar a expresar dos argumentos cruciales en este trabajo: primero,
la producción de teorías universales y totalizadoras es un grave error que se sale probablemente
siempre de la realidad, pero sobre todo ahora. Segundo, aceptar responsabilidades de las
relaciones entre ciencia y tecnología significa rechazar una metafísica anticientífica, una
demonología de la tecnología y también abrazar la difícil tarea de reconstruir los límites de la vida
diaria en conexión parcial con otros, en comunicación con todas nuestras partes. No es sólo que la
ciencia y la tecnología son medios posibles para una gran satisfacción humana, así como una
matriz de complejas dominaciones, sino que la imaginería del ciborg puede sugerí una salida del
laberinto de dualismos en el que hemos explicado nuestros cuerpos y nuestras herramientas a
nosotras mismas. (pág. 37)

Relaciones humanos-ambientales. Orientalismo, paternalismo y Comuninalismo”. Gisli


Pálsson. En Naturaleza y sociedad. Perspectivas antropológicas.

El objetivo del articulo es la integración de la ecología humana y la teoría social, basándose en


perspectivas frecuentemente asociadas con Marx y Dewey, viendo a los seres humanos en la
naturaleza, dedicados a actos prácticos y localizados. (pág. 82)

Convertir la naturaleza como un otro herencia del pensamiento Cartesiano y las bases del
pensamiento moderno: separación de sociedad y naturaleza.

La naturaleza como un otro se debe traducir. Una traducción indica la relativa sumisión o
superioridad del traductor y la autoridad (pág. 84)

“Poder y visibilidad. Fábulas de campesino, mujeres y medio ambiente”. En: La invención


del tercer Mundo: Construcción y reconstrucción del desarrollo, Arturo Escobar 1998.

El género de la mirada: el descubrimiento de la mujer en el desarrollo

Los discursos modernos se niegan a reconocer el papel productivo de la mujer. Este es un


problema general al cual las estudiosas feministas han prestado atención especial por un buen
número de años. Una preocupación más reciente es el papel desempeñado por la mujer en el
desarrollo y el efecto de las políticas de desarrollo sobre ella. (pág. 290)

Los hombres son los trabajadores más productivos. (…) Las mujeres se les determina en labores de
cuidado, de planificación familiar, nutrición, cuidado infantil, economía domestica (pág. 291)

“La mujer ha sido la agricultora invisible”

"la agricultura para el hombre y la economía del hogar para la mujer". (pág. 291) hasta los años 70.

Si había capacitación para la mujer, era en áreas consideradas naturales a ella, como la modistería
o la artesanía.

El trabajo de la mujer no se considera especializado, o si lo es, esto ocurre en el proceso de ser


descalificado. (pág. 292)

En algunos casos, la resistencia de las agricultoras ante las intervenciones del desarrollo
proporciona indicios del poder patriarcal vigente (pág. 291) Cita a Mighael Taussig – mujeres
agricultoras en el Valle del Cauca.
La proletarización continua y el sesgo masculino de la política oficial restablecieron los roles
sexuales para facilitar la disciplina de la fuerza de trabajo femenina, requerida para la expansión
del capitalismo en la región. En el proceso se alteraron no solo las relaciones laborales y las de
clase, sino también las de género, de manera desventajosa para las mujeres. (pág. 294)

A pesar de que en algunos países las políticas del desarrollo han sido más perjudiciales para la
mujer que las políticas coloniales, el proceso de destrucción de las prácticas de producción agrícola
centradas en la mujer comenzó con el colonialismo. Esto es especialmente cierto en los estados de
colonización blanca como Rodesia, donde los colonialistas patriarcales blancos se aliaron con
pequeños grupos de hombres africanos para controlar y “modernizar" no solo a la mujer sino a la
mayoría de los hombres africanos (Page, 1991). (pág. 294)

En resumen, el intento de los poderes coloniales Y del Estado posindependentista por crear un
campesinado arrocero implicaba la reestructuración de las relaciones de género conyugales
familiares. Sin embargo, el trabajo de las mujeres y su conocimiento de la producción
agroecológica aún son muy importantes, y luchas las de género continúan determinando la
trayectoria del cambio agrario (Carney y Watts, 1991). (…) tanto el colonialismo como el desarrollo
han utilizado prácticas patriarcales en su construcción de los agricultores campesinos del Tercer
Mundo, aunque los mecanismos concretos de captura han cambiado con el tiempo. (pág. 295)

los Estados del Centro llevaron a una nueva estrategia de acumulación basada en la
reproletarización y la desindustrialización del desarrollo en el Norte y el desplazamiento de ciertas
actividades al Sur (periferia y semiperiferia). (pág. 296)

La promoción de la industrialización en el Tercer Mundo mediante plataformas de exportación y,


zonas de libre comercio ocurría al mismo tiempo con los llamados de las organizaciones
internacionales a "integrar las mujeres al desarrollo" (pág. 296)

La feminización de la fuerza de trabajo continúa en algunas industrias, ligada a esquemas de


desarrollo, es el caso, por ejemplo, del empleo de mujeres en las plantas de empaque de pescado
y camarón en el puerto de Tumaco, Colombia. La mayoría de las mujeres que trabajan en dichas
plantas proviene de familias rurales que han perdido sus tierras, y que trabajan ahora en
condiciones precarias. (pág. 297)

Efectos de las políticas de ajuste presupuestal (PAE) del BM y FMI en países del Tercer Mundo – ha
incidido mas en las mujeres pobres (…) pero los hogares también muestras estrategias creativas de
supervivencia cotidiana. (…) condiciones flexibles y peores de trabajo, informalidad, intensificación
del trabajo doméstico. Lo positivo nuevas condiciones dentro del hogar y en la economía, pueden
ser catalizadores del cambio social, mayor autonomía de la mujer (pág. 298)

Es evidente que las nuevas condiciones de acumulación y reproducción están fomentando


importantes reconstrucciones culturales en las relaciones sociales y de género. (pág. 298)

Como lo dijera Ruth Behar en su estudio de una vendedora de mercado en México, debemos
evitar ver a las mujeres pobres de América Latina a través de los términos fijos en ya muchos
discursos académicos de los medios de comunicación: como "bestias de carga". como madres y
esposas, como tradicionalistas incondicionales o como heroicas guerrilleras. "Si se mira desde una
perspectiva culturar, continúa la autora. "las mujeres latinoamericanas pueden surgir como
pensadoras, cosmólogas, creadoras de mundos" (1990: 225). Las estrategias de supervivencia
doméstica forman parte de esta creatividad. Sin embargo, como advierte Brinda Rao (1991), el
enfoque doméstico deberla acompañarse de un recuento interpretativo, similar al de Behar,
respecto al significado del hogar para las mujeres. El "hogar" debe ubicarse dentro de paradigmas
locales transnationales de género. Gente y naturaleza. El lenguaje de "mecanismos de lucha"
"estrategias de supervivencia", a pesar de representar y un paso importante en la nueva visibilidad
de la acción femenina, puede contribuir a mantener la imagen de la mujer como víctima, mientras
su dinamismo queda reducido a defensa de corto plazo inmediatistas de sus condiciones de vida
dentro del campo económico (Rao, 1991).

La segunda tentación que debemos evitar es la idea de que las mujeres pobres necesitan
desarrollo (patriarcalismo modernizado), (pág. 299)

El discurso mujer y desarrollo y la burocratización del conocimiento feminista

Según Nüket Kardam (1991), académica y practicante de MYD, el término “mujer y desarrollo” fue
acuñado por la sede de Washington de la más grande de las organizaciones no gubernamentales,
la Society for International Development. (pág. 300)

Significa que esta realidad solo sirve de base parcial para otra realidad construida
institucionalmente y que concuerda con las conceptualizaciones de los problemas del desarrollo ya
ensamblados en Washington, Ottawa, Roma y las capitales del Tercer Mundo. Semejante poder
del aparato del desarrollo para describir a las mujeres de modo que aceptamos sin reservas ciertas
descripciones y soluciones debe hacerse visible, ya que en el proceso de describir, como dice
Mohanty (1991b), habita la posibilidad de un efecto colonialista. (pág. 303)

Mueller invita a las feministas del Primer Mundo a encarar esta dificultad yendo más allá de los
aspectos de discriminación sexual e integración al desarrollo para cuestionar los procedimientos y
estructuras del desarrollo como institución de poder. Es la única manera de resistirse a la
burocratización del conocimiento feminista y comenzar el proceso de descolonización. El punto de
partida debería ser el punto de vista de la mujer, “donde debe comenzar toda investigación
interesada y localizada del mundo social: el lugar donde se encuentra la que conoce. Las
conocedoras aquí son las profesionales, académicas y burócratas que se autodenominan
feministas y practicantes de MYD” (Mueller, 1991: 7). (pág. 306)

Mueller aconseja a las feministas de MYD trabajar “desde adentro y en contra del desarrollo”.
(pág. 306)

Para Mueller, “dentro y en contra” del desarrollo es un punto de partida, un espacio para
perseguir una estrategia más radical de hacer el propio trabajo desde y dentro de “un espacio
social, económico, político y cultural diferente del espacio brindado por las instituciones de
desarrollo” (1987b: 2; véase también Ferguson 1990: 279-288). (pág. 307)

La lucha por la visibilidad y el “empoderamiento”: el programa de mujeres campesinas en


Colombia
El PDMC también se ha distanciado algo de los tradicionales programas para la mujer, concebidos
(…) En otras palabras, las mujeres eran reconocidas por el Programa como productoras activas e
independientes, no solo como amas de casa y del hogar (pág. 308-09)

Repaso histórico. Hasta los años 70 las políticas estatales para las mujeres pobres se basaban en
una percepción de la mujer restringida al ámbito doméstico. (pág. 309)

Feministas de muchas partes del Tercer Mundo reconocen la importancia de la década de


Naciones Unidas y de MYD para el mayor alcance y visibilidad de su trabajo durante los ochenta.
Pero como vimos, no todo en el discurso de MYD era positivo (pág. 310)

Aunque en 1983 no existía una política oficial para las mujeres del sector agrícola, ni para las
mujeres en general, había una serie de desarrollos que estaban en marcha y que preparaban el
terreno para la adopción en el más alto nivel gubernamental de una política nacional para el
desarrollo de la mujer campesina (DNP/UEA, 1984; Ministerio de Agricultura, 1985). El Plan
Nacional de Alimentación y Nutrición (PAN) y el Programa de Desarrollo Rural Integrado (DRI)
(pág. 311)

En Colombia, el trabajo de las académicas feministas durante los ochenta fue fundamental tanto
para hacer visible la contribución de la mujer a la producción agrícola como para articular un
conjunto de políticas para la mujer (pág. 312)

La labor de dos mujeres en el Ministerio de Agricultura, Cecilia López y Fabiola Campillo (1983),
llevada a cabo con financiación de la Unicef y la FAO, fue la piedra angular para el diseño de lo que
llegaría a ser la política nacional para el desarrollo con la mujer campesina, aprobada por el
Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) en 1984.9 (pág. 313)

La llegada de la administración Gaviria (1990-1994) significó de nuevo el renacimiento de las


políticas para la mujer. Esta vez, el eje de la política era proporcionar medidas compensatorias
para aquellos grupos percibidos como los más vulnerables ante el proceso de ajuste neoliberal en
marcha, es decir, mujeres, jóvenes y ancianos de las clases populares. (pág. 313)

Como concluye León (1986, 1987, 1993), las políticas colombianas para la mujer rural, a pesar de
sus méritos relativos, siguen encarando limitaciones estructurales importantes. Al igual que
Fajardo, León ve el acceso a la tierra como prerrequisito fundamental para lograr mejoras
significativas en la población rural. De esta manera, como muchas otras feministas
latinoamericanas, León destaca el hecho de que la clase y el género no pueden desligarse. La clase
y el género forman una “encrucijada”, para usar la expresión de Benería y Roldán (1987) Pero
también existen obstáculos específicos de género para el éxito de las políticas, que surgen de la
persistencia de las estructuras patriarcales en la sociedad. Algunos de dichos factores incluyen la
continuidad de la tradicional división sexual del trabajo doméstico, la lenta respuesta a la
incorporación del género en el personal de las entidades ejecutoras debido a sus propias
identidades de género no analizadas, y en general la falta de las estrategias técnico-económicas
para incorporar a las mujeres en el desarrollo con medidas explícitas para contrarrestar la
ideología y la cultura patriarcales. (pág. 314-15)

Como Behar (antes citada), Lind nos recuerda que las mujeres pobres también negocian el poder,
construyen identidades colectivas, y desarrollan perspectivas críticas del mundo en que viven. Las
luchas de las mujeres (y las de los otros) por “conseguir el pan de cada día” pueden suponer luchas
culturales. (pág. 316) las luchas y resistencias desde la cotidianidad!!

la participación de la mujer en la producción es necesaria pero no suficiente para superar su


subordinación. Incluso si las nuevas políticas proporcionaran espacios para que ello sucediera –en
la medida en que generaran cambios en las relaciones sociales y políticas entre hombres y
mujeres, y mediante el fortalecimiento de las organizaciones de mujeres a todo nivel– solo el
desarrollo de formas de conciencia y de organización basadas en el género puede crear bases
firmes para un mejoramiento duradero de la condición de la mujer. (pág. 317)

Sin embargo, como advierte Trinh, hay que tener cuidado de que la incursión en las limitaciones
del lenguaje moderno de liberación femenina no vaya en defensa de los privilegios masculinos. La
primera precaución es evitar asumir la existencia de sociedades tradicionales puras y libres de
dominación. Hay que reconocer, no obstante, que en muchos lugares de Asia, África y América
Latina las relaciones entre hombres y mujeres se establecen de manera tal que responden más a la
historia local que a las estructuras modernas. Su especificidad no puede someterse a patrones
occidentales. Pero los lenguajes y las prácticas de la modernidad, han permeado las sociedades del
Tercer Mundo en tal medida que el uso estratégico de los lenguajes modernos de liberación, junto
con los lenguajes locales podría ser necesario; pero tal uso debe estar acompañado por intentos
de mostrar su carácter histórico y cultural específico (pág. 318)

El discurso MYD, al concebir a las campesinas como “productoras de alimento” fragmenta la vida
campesina de acuerdo con una compartimentalización que la gente del campo no experimenta y a
la cual se opone. De hecho, la rica vida de la mujer del Tercer Mundo queda reducida al estatus
prosaico de recurso humano para el fomento de la producción de alimentos. De aquí la
importancia, como enfatiza Arizpe, de crear espacios para que las mujeres rurales puedan hablar y
ser oídas. Debemos tener en cuenta que es en el reordenamiento de las visibilidades y los
enunciados donde se transforman las configuraciones de poder. (pág. 321)

Sobre la visualidad Para Chow, este régimen de visualidad desemboca en construcciones que
están más allá del alcance individual, convirtiendo a la mujer en un “espectáculo” cuyo valor
“estético” se incrementa de acuerdo con su desamparo. Colocar el cuerpo humano (o los grupos
humanos) en un campo visual dentro de la lógica panóptica de los sistemas modernos de
conocimiento supone algún grado de deshumanización y violencia (…) Es en cierta medida un tipo
de pornografía y escopofilia, donde la intelectualidad y el protagonismo histórico se sitúan
únicamente del lado del observador (occidental), y la especularidad del lado del otro pasivo (pág.
322)

El desarrollo sostenible: la muerte de la naturaleza y el nacimiento del medio ambiente:

informe Nuestro futuro común (1987), preparado por la comisión mundial del medio ambiente y el
desarrollo, convocada por Naciones Unidas bajo la presidencia de la que fuera primera ministra
noruega Gro Harlem Bruntland (pág. 323)

Nuestro futuro común presentó al mundo la estrategia del desarrollo sostenible como la gran
alternativa de finales de este siglo y comienzos del próximo. El desarrollo sostenible haría posible
la erradicación de la pobreza y la protección del medio ambiente en otra gran hazaña de la
racionalidad occidental. (pág. 323)
la degradación de la Tierra solo se redistribuye y dispersa en los discursos profesionales de
ambientalistas, economistas y políticos. (…) así la “medicina de la Tierra” llevará a nuevas
construcciones de lo social que permitan preservar la salud de la naturaleza. Esta nueva
construcción de lo social es lo que el concepto del desarrollo sostenible intenta establecer. (pág.
324)

“Ecocracia” global

otro aspecto importante del discurso del desarrollo sostenible, como es el énfasis en la gestión. La
gestión es gemela de la visión glotona, en particular hoy en día, cuando el mundo se teoriza en
términos de sistemas globales (pág. 324)

una nueva visión del mundo como sistema global en el que todas las partes están
interrelacionadas (Sachs, 1988). La gestión tiene que adquirir dimensiones planetarias, dado que
estamos hablando de un “mundo frágil”. (…) esencia de la actitud gerencial. Trátese de la Tierra
como un todo, de sus sistemas agrícolas o industriales, de su clima, su agua o población, para este
grupo de científicos y hombres de negocios –todos hombres– lo que está en juego es la
continuidad de los modelos de crecimiento y desarrollo a través de estrategias administrativas
adecuadas (pág. 324)

Administrar, sostenibilidad, recursos, planificación, gestión

Todavía se supone que la mano benevolente (blanca) de Occidente salvará la Tierra. (…) El
científico occidental continúa hablando en nombre de la Tierra. Dios no permita que un campesino
peruano, un nómada africano o un trabajador cauchero del Amazonas tenga algo que decir al
respecto. (pág. 325)

Los expertos en desarrollo siempre han acariciado la idea de que los países pobres pueden
moverse con mayor o menor celeridad a lo largo de la senda del progreso mediante la planeación.
Tal vez ningún otro concepto ha sido tan dañino, ninguna otra idea tan poco cuestionada como la
planificación moderna (Escobar, 1992a). (…) El resultado es que, al ser incorporadas en la
economía capitalista mundial, las comunidades más remotas del Tercer Mundo se ven arrancadas
de sus contextos locales para ser redefinidas como “recursos”. (pág. 326)

El auge de la ideología del desarrollo sostenible se relaciona con la modificación de diversas


prácticas, con nuevas situaciones sociales, con factores internacionales, tecnológicos y
económicos, reconocibles.

Auge del desarrollo sostenible en cuatro aspectos: 1. que el desarrollo sostenible forma parte de
un proceso más amplio de problematización de la supervivencia global, que ha traído como
resultado la reconstrucción de la relación entre naturaleza y sociedad. (…) que se problematiza no
es la sostenibilidad de las culturas locales y sus realidades sino la sostenibilidad del ecosistema
global. Sin embargo, lo global se define de nuevo de acuerdo con la percepción del mundo
compartida por quienes lo rigen (pág. 327)

Los ecoliberales creen que porque todos somos tripulantes de la nave espacial Tierra, todos
tenemos la misma responsabilidad de la degradación ambiental. Raras veces se dan cuenta de que
existen grandes diferencias y desigualdades en los problemas de recursos entre los países, las
regiones, las comunidades y las clases. Y pocas veces reconocen que la responsabilidad está lejos
de ser compartida por igual. (pág. 327)

2. la economía de la visibilidad que fomenta. Con los años, los analistas de ecosistemas
descubrieron las actividades “degradantes” de los pobres, pero casi nunca reconocen que los
problemas están enraizados en los procesos de desarrollo que han desplazado comunidades
indígenas, perturbando los hábitat y trabajos de la gente, forzando a muchas sociedades rurales a
aumentar la presión sobre el medio ambiente. Racializacion de la pobreza y acuñarles
culpabilidad por ser sucios, contaminadores, quitando visibilidad yla culpa a los grandes
contaminadores (pág. 328)

3. la visión ecodesarrollista expresada en la corriente principal del desarrollo sostenible reproduce


los principales aspectos del economicismo y el desarrollismo (pág. 328)

Es el crecimiento (léase expansión del mercado capitalista), y no el medio ambiente lo que hay que
sostener. Además, como la pobreza es al tiempo causa y efecto de los problemas ambientales, se
requiere crecimiento con el propósito de eliminar la pobreza, con el propósito, a su vez, de
proteger el medio ambiente. (pág. 328)

4. nuevo concepto de “medio ambiente”. (…) El desarrollo de la conciencia ecológica que


acompañó al veloz crecimiento de la civilización industrial también transformó la “naturaleza” en
“medio ambiente”. La naturaleza ya no significa una entidad autónoma, fuente de vida y de
discurso. Para quienes defienden una visión del mundo como recurso, el medio ambiente se
convierte en una estructura indispensable. Como se usa hoy el término, el medio ambiente incluye
una visión de la naturaleza acorde con el sistema urbano industrial. Todo lo importante para el
funcionamiento de este sistema se convierte en parte del medio ambiente. El principio activo de
esta conceptualización es el agente humano y sus creaciones, al tiempo que la naturaleza queda
relegada a un rol aún más pasivo. (…) La naturaleza se reduce a un ente estático, un mero
apéndice del medio ambiente. (pág. 329)

La ecología, como lo dice perspicazmente Wolfgang Sachs (1988) acerca de los informes que
hemos mencionado, queda reducida a una forma superior de eficiencia. En contraste con el
discurso de los años setenta centrado en los “límites del crecimiento”, el discurso de los años
ochenta se centra en el “crecimiento de los límites” (Sachs,1988). (pág. 330)

Además, al racionalizar la defensa de la naturaleza en términos económicos, los economistas


verdes continúan esparciendo la sombra que la economía proyecta sobre la vida y la historia. Estos
economistas “hacen algo más que simplemente proponer nuevas estrategias; también le dicen a la
gente cómo ver el mundo, la sociedad y sus propias acciones… Promueven la sostenibilidad de la
naturaleza y erosionan la sostenibilidad de la cultura” (Sachs, 1988: 39). (pág. 331)

Como veremos en breve, la biotecnología, la biodiversidad y los derechos de propiedad intelectual


representan un nuevo giro en el discurso del desarrollo sostenible.1988: 39). (pág. 332)

Lo que antes eran territorios colectivos ahora están a medio camino entre el mercado y la
comunidad aun cuando la economía no pueda entender el lenguaje de los espacios o territorios
colectivos, porque estos no tienen individualidad y no obedecen las reglas de la escasez y la
eficiencia. Deben generarse historias y análisis alrededor de lo colectivo para reemplazar el
lenguaje de la eficiencia por el de la suficiencia y la visibilidad cultural del individuo por la de la
comunidad. “Lo que se necesita no es un futuro común sino un futuro en comunidad” (pág. 383).
(pág. 333)

La forma moderna del capital, la forma convencional y descarnada de apropiarse de los recursos y
explotarlos como materia prima, se acompaña ahora, y se reemplaza potencialmente por esta
segunda forma posmoderna y “ecológica”. (pág. 334) – conquista semiótica.

La forma moderna del capital ecológico

La capitalización de la naturaleza ha sido fundamental para el capitalismo desde la acumulación


primitiva y la apropiación de los territorios comunales. De este modo, la historia del capital es la
historia de la explotación de las condiciones de producción, incluyendo las formas en que el capital
deteriora o destruye sus propias condiciones. (pág. 336)

En otras palabras, los movimientos sociales se ven forzados a encarar simultáneamente la


destrucción del cuerpo, la naturaleza y el espacio junto con la reestructuración de dichas
condiciones inducida por las crisis (J.O’Connor, 1988). (pág. 337)

Con frecuencia las luchas ecológicas son también luchas de género. Muchos aspectos de la
destrucción de las condiciones de producción –surgidas, por ejemplo, de la deforestación y el
represamiento de ríos y reflejadas en las crecientes dificultades de acceso a los alimentos, el agua
y el combustible, labores femeninas en muchos lugares del mundo–afectan a las mujeres en
particular y contribuyen a reestructurar las elaciones de género y de clase. (pág. 337)

las luchas de las mujeres contra la capitalización de la naturaleza y el control patriarcal han
permanecido invisibles. Es imperativo incorporar el género y las luchas femeninas a la
teorización del capital y la naturaleza. Muchas de las preguntas que las feministas han planteado
al desarrollo todavía no han sido abordadas por los economistas verdes y otros ambientalistas
(Harcourt, 1994). (pág. 338)

Un socialismo verde feminista debe comenzar por reconocer que los hombres tienen interés en
controlar la sexualidad de la mujer y las relaciones con la vida y la naturaleza. Algunas feministas
han evolucionado hacia una síntesis de las perspectivas esencialista y materialista, aun cuando
reconocen las limitaciones de la primera. La clave de esta síntesis es llegar a formulaciones
materialistas y no patriarcales de la proximidad histórica de la mujer y la naturaleza que
reconozcan el hecho de que los seres humanos son entidades culturales y biológicas, materiales y
emocionales al mismo tiempo (Holland-Cunz en Kuletz, 1992). (pág. 338-39)

A pesar de todo, la cultura sigue siendo una instancia importante de mediación, los efectos del
capital y sus modos de operación son siempre determinados por las prácticas de la cultura en que
dicha transformación tiene lugar (Godelier, 1986; Leff, 1986a). (…) La falta de vigilancia
epistemológica ha traído como resultado cierto “disciplinaje” de los temas ambientales que ha
obstaculizado la creación de conceptos útiles a la formulación de racionalidades económicas y
ecológicas alternativas (Leff, 1986b). (pág. 339)

Conclusiones La resignificación de la naturaleza como medio ambiente, la reinscripción de la Tierra


en el capital a través de la mirada de la ciencia, la reinterpretación de la pobreza como efecto de la
destrucción ambiental, y la confianza renovada en la gestión y la planeación como árbitros entre la
gente y la naturaleza son todos efectos de la construcción discursiva del desarrollo sostenible.
(pág. 40)

De nuevo, las instituciones continuarán reproduciendo el mundo como lo ven quienes lo rigen. La
acumulación y la reproducción ampliada del capital también exigen la acumulación del discurso y
culturas, esto es, su creciente normalización. Esta normalización encuentra resistencia, e introduce
así quizás una contradicción que los economistas políticos no han considerado (pág. 40)

La forma posmoderna del capital ecológico

En él, la naturaleza se convierte en una fuente de valor en sí misma. Las especies de flora y fauna
son valiosas no tanto como recursos sino como reservorios de valor que la investigación y el
conocimiento, junto con la biotecnología, pueden liberar para el capital y las comunidades Esta es
una de las razones por las cuales se reconoce finalmente a las comunidades étnicas y campesinas
en las áreas de selva tropical húmeda del mundo como propietarias de sus territorios (o de lo que
queda de ellos); pero solo en la medida en que acepten tratarla, y tratarse a sí mismas, como
reservorios de capital. (pág. 341)

Esta nueva capitalización de la naturaleza no descansa solo sobre la conquista semiótica de


territorios (en términos de reservas de biodiversidad y nuevos esquemas de control y propiedad
de la tierra) y comunidades (como “guardianes” de la naturaleza); también exige la conquista
semiótica de los conocimientos locales en la medida en que “salvar la naturaleza” exige la
valoración de los saberes locales sobre el sostenimiento de la naturaleza. La biología moderna
empieza a descubrir que los sistemas locales de conocimientos son complementos útiles. (…) sin
embargo El saber local no se considera una construcción cultural compleja, que no involucra
objetos sino movimientos y eventos profundamente históricos y relacionales. Estas formas de
conocimiento tienen por lo general modos diferentes de operación y de relaciones con los campos
cultural y social (Deleuze y Guattari, 1987). Al traerlas a la política de la ciencia, las formas sociales
de conocimiento son recodificada de modo utilitario por la ciencia moderna. (pág. 342) –

políticas multiculturales El proyecto de biodiversidad obedece a la lógica de la segunda forma de


capital. Ello ha sido posible no solo por las tendencias internacionales sino también por la
creciente movilización de las comunidades negras e indígenas en el contexto de los nuevos
derechos que les reconoce la reforma constitucional de 1991. Esta les reconoce,
fundamentalmente los derechos de las minorías étnicas a la autonomía territorial y cultural. Más
aún, el proyecto ha debido aceptar a las comunidades como interlocutores importantes, y varios
líderes negros han podido insertarse en el equipo de planta del mismo. (pág. 343)

Como vimos, el discurso liberal del desarrollo sostenible se basa, de una parte, en una racionalidad
economicista y no ecológica. (…) La propuesta de Leff apunta hacia una integración de lo
ecológico, lo tecnológico y lo cultural, en lo que él denomina una racionalidad productiva
alternativa. Para Leff, toda cultura incluye un principio de productividad, base de un paradigma de
producción que, en el caso de muchos grupos étnicos, “no es economicista pero pertenece a la
economía política” (1993: 50). El medio ambiente debe verse entonces como la articulación de
procesos culturales, ecológicos, económicos y tecnológicos que deben entrelazarse para generar
un sistema de producción sostenido y equilibrado. (pág. 344)
La descentralización económica, la desburocratización del manejo ambiental, el pluralismo
político, la autonomía cultural y la productividad ecológica pueden servir como criterios globales
para emprender tal estrategia. (pág. 345)

La cibercultura y la reinvención posmoderna de la naturaleza

Podríamos estar transitando de un régimen de la naturaleza “orgánica” (premoderna) y


“capitalizada” (moderna) hacia un régimen de “tecnonaturaleza”, efectuado por las nuevas formas
de la ciencia y la tecnología (Escobar, 1994). En este régimen, la naturaleza sería construida por
diversas bioprácticas (pág. 345)

Tras la segunda guerra mundial La máquina y el mercado se repiten como principios organizativos,
pero expresados en términos del lenguaje de sistemas y cibernética. (pág. 346)

En el lenguaje del desarrollo sostenible se diría que los cyborgs no pertenecen a la naturaleza;
pertenecen al medio ambiente, y el medio ambiente pertenece a los sistemas.

Los cuerpos, los organismos y la naturaleza no son solo receptores pasivos del poder denominador
de la ciencia; su especificidad y su afectividad significan que toman parte en la producción del
conocimiento acerca de sí mismos. Deben ser vistos entonces como actores “semióticos-
materiales” más que como simples objetos de ciencia preexistentes en pureza. (pág. 347)

Haraway se refiere al complejo sistema que explica la construcción de organismos como “el
aparato de la producción corporal” (1989b, 1992). Dicho aparato nos recuerda que los
organismos “son hechos en prácticas tecnocientíficas cambiantes por actores colectivos
particulares en lugares y tiempos particulares” (1992: 297). (pág. 347)

La naturaleza es una co-construcción de humanos y no humanos. Tenemos así la posibilidad de


involucrarnos en nuevas conversaciones con y acerca de la naturaleza, involucrando a humanos y
no humanos en la reconstrucción de la naturaleza como cultura pública (pág. 347)

Ello también significa que los socialistas, las feministas y otros deberían darle importancia a las
relaciones sociales de ciencia y tecnología, en la medida en que mediatizan y dan forma a la
construcción de nosotros mismos, de nuestros cuerpos y la naturaleza. El llamado de Haraway es a
emprender “la hábil tarea de reconstruir los límites de la vida cotidiana, en conexión parcial con
otros [humanos, organismos y máquinas], en comunicación con todas nuestras partes” (1985:
100). (pág. 348)

Como Haraway, Benjamin quisiera que uniéramos la capacidad tecnológica de producir con la
capacidad utópica de soñar y viceversa; es decir, transformar las ruinas heredadas de la naturaleza
histórica (como en las lecturas de Haraway de los discursos y artefactos modernos) y los fósiles de
la historia naturalizada (el cuerpo como bien) para infundir nueva vida a la historia mítica
(fetichista) y a la naturaleza mítica (las imágenes del ciberespacio a crear) a través de una
dialéctica del sueño y el despertar (pág. 349)

El nuevo conocimiento y las configuraciones del poder se estrechan sobre la vida y el trabajo,
particular en la biotecnología (pág. 350)
La repetida bifurcación del desarrollo, hacia discursos como los analizados en este capítulo, refleja
la aparición de nuevos problemas, aunque el nuevo discurso exista en el mismo plano del
concepto original, y contribuya así a su autoperpetuación y su autorreferenciación. Nada ha
cambiado en realidad en el discurso, aunque quizá se hayan alterado las condiciones para su
reproducción continua. El “desarrollo” continúa retumbando en el imaginario social de los Estados,
las instituciones y las comunidades, quizá más tras la inclusión de las mujeres, los campesinos y la
naturaleza en su repertorio y su geografía imaginarias. (pág. 352)

Los movimientos sociales, los intelectuales y los activistas tienen la oportunidad de crear discursos
en los cuales las problematizaciones de la alimentación, el género y la naturaleza no queden
reducidas a otro problema más del desarrollo, a otro capítulo más en la historia de la cultura
económica. (pág. 353)

El debate sobre género y medio ambiente: lecciones de la India. Por Bina Agarwal (2004
compilado)

¿Cuál es la relación de las mujeres con el medio ambiente? ¿Es diferente de la de los hombres?
(pág. 239)

Birwal llama al ecofeminismo como “Ambientalismo feminista”

En este capítulo afirmo que las mujeres, sobre todo las que provienen de hogares pobres en áreas
rurales de la India, por un lado, son víctimas de la degradación ambiental de diversas maneras
específicamente relacionadas a su género. Sin embargo, por el otro lado, han actuado como
agentes activos en movimientos de protección y regeneración ambiental, a los cuales muchas
veces contribuyen con una perspectiva de género, una perspectiva que puede enriquecer nuestra
visión de las alternativas (pág. 240)

El ecofeminismo incorpora diferentes posturas discursivas (…) diferentes posiciones dentro del
movimiento feminista occidental - Como una corriente de pensamiento.

1) Existen conexiones importantes entre la dominación y la opresión de las mujeres y la


dominación y la explotación de la naturaleza. 2) Desde el punto de vista patriarcal, se identifica a
las mujeres como más cercanas a la naturaleza y a los hombres como más cercanos a la cultura. Se
considera la naturaleza como inferior a la cultura y de ahí se desprende que las mujeres sean
consideradas inferiores a los hombres. 3) Debido a que la dominación de las mujeres y de la
naturaleza se dieron paralelamente, las mujeres tienen un interés especial en ponerle fin a la
dominación de la naturaleza, "en sanar a la naturaleza alienada tanto humana como no-humana'?
Tanto el movimiento feminista como el movimiento ambiental están a favor de sistemas
igualitarios y no-jerárquicos. (pág. 241)

según el ecofeminismo, la conexión entre la dominación de las mujeres y de la naturaleza se


considera como algo básicamente ideológico, enraizado en un sistema de ideas, representaciones,
valores y creencias que jerárquicamente coloca a las mujeres yal mundo no-humano por debajo de
los hombres (pág. 241)
El discurso ecofeminista, por lo tanto, destaca: a) algunas relaciones conceptuales importantes
entre la construcción simbólica de las mujeres y de la naturaleza y las diferentes formas de actuar
sobre ellas (aunque Merchant misma vaya más allá del nivel de la declaración formal de esto para
rastrear el origen de estos vínculos en términos concretos, es decir, históricamente); b) las
semejanzas que comparten las premisas y las metas del movimiento de mujeresy el movimiento
ambiental, y e) la visión alternativa de una sociedad futura más igualitaria y armónica. (pág. 243)

A la vez, el razonamiento feminista, tal cual está construido, resulta problemático por diversas
razones. En primer lugar, postula a la "mujer" como una categoría unitaria y no diferencia a las
mujeres según su clase, raza, etnicidad, entre otros factores. Así, ignora otras formas de
dominación distintas de la de género que también influyen de manera crítica sobre la posición de
las mujeres." En segundo lugar, ubica la dominación de las mujeres y de la naturaleza casi
exclusivamente en el campo de la ideología, ignorando las fuentes materiales de esta dominación
(interrelacionadas entre sí y basadas en el provecho económico y el poder político). En tercer
lugar, aun en el campo de las creaciones ideológicas, dice poco sobre las estructuras sociales,
económicas y políticas dentro de las cuales se producen y transforman estas creaciones (con la
excepción del análisis de Merchant). Tampoco se refiere a la cuestión central de los medios a
través de los cuales ciertos grupos dominantes (supuestamente basados en género, clase, etc.)
logran producir virajes ideológicos a su favor y cómo se estancan estos virajes. En cuarto lugar, el
razonamiento feminista no toma en cuenta la relación que viven las mujeres con la naturaleza en
oposición a la relación que puedan concebir los demás o ellas mismas. En quinto lugar, se puede
considerar que las corrientes del ecofeminismo que atribuyen la conexión entre las mujeres y la
naturaleza a lo biológico están adheridas a una forma de esencialismo (una noción de la "esencia"
femenina inmutable e irreducible). Esta formulación desa10parece frente a la evidencia amplia de
que los conceptos de naturaleza, cultura, género, etc., se han ido construyendo histórica y
socialmente y varían entre una cultura y otra, en el interior de una misma cultura y de una época a
otra. (pág. 244)

El trabajo de Vandana Shiva en la India nos lleva un paso más allá. Al igual que las ecofeministas,
ella considera que la violencia en contra de las mujeres y de la naturaleza está implícita en la
forma en que se les percibe a las dos. Como Merchant, defiende la postura de que la violencia en
contra de la naturaleza es intrínseca al modelo de desarrollo industrial dominante, al cual
caracteriza corno una imposición colonial (pág. 245)

Shiva, al explorar los vínculos entre formas de pensar el desarrollo, los procesos de cambio en el
desarrollo, y el impacto que tienen sobre el medio ambiente y las personas que dependen del
desarrollo para ganarse la vida, nos lleva más allá de las ecofeministas occidentales. Estos vínculos
son de gran importancia. Su razonamiento, sin embargo, tiene tres problemas analíticos
fundamentales. Primero, aunque sus ejemplos primordialmente se refieren a las mujeres rurales
del noroeste de la India, sus generalizaciones colocan a todas las mujeres del tercer mundo dentro
de una misma categoría. No obstante, diferencia a las mujeres del tercer mundo del resto de las
mujeres, al igual que las ecofeministas, no distingue entre las mujeres de diferentes clases, castas,
razas, zonas ecológicas, etcétera. Por lo tanto, de manera implícita, se puede ver una forma de
esencialismo en su obra, en la cual todas las mujeres del tercer mundo, a las cuales considera
"imbuidas en la naturaleza" en tanto mujeres, tienen una relación especial con el medio ambiente
natural. Aun así sigue sin enfrentar la siguiente pregunta: ¿Cuál es la base de esta relación y cómo
es que las mujeres adquieren este conocimiento especial? (pág. 246)

En segundo lugar, no indica a través de qué instituciones y procesos concretos han cambiado las
construcciones ideológicas de género y naturaleza en la India. Tampoco reconoce la coexistencia
de varias corrientes ideológicas, dada la diversidad étnica y religiosa de la India. (pág. 246)

Sin embargo, quizás lo más importante sea que no está claro cómo en qué periodo(s) histórico(s),
y el concepto del principio femenino llegó a afectar las relaciones de género o las relaciones entre
los individuos la naturaleza en la práctica. (pág. 247)

La experiencia colonial y las formas que ha adoptado el desarrollo moderno en los países del
tercer mundo sin lugar a dudas han resultado ser destructivas y distorsionantes a nivel económico,
institucional y cultural. Sin embargo, no se puede ignorar que este proceso afectó las bases pre-
existentes de las desigualdades económicas y sociales (e incluso de género). (pág. 248)

(…) hay que tener cautela con las amplias generalizaciones históricas sobre los efectos del dominio
colonial.

Al ubicar el "problema" casi exclusivamente en la experiencia que ha tenido el tercer mundo del
Occidente, Shiva no logra percibir las fuerzas políticas reales a nivel local que existían antes del
colonialismo. Lo que actualmente existe es un legado complejo de interacciones coloniales y
precoloniales que define las restricciones y los parámetros dentro de los cuales y desde los cuales
deben proceder el pensamiento y la acción de hoy sobre el desarrollo, el uso de los recursos y el
cambio social. En lo particular, una estrategia de cambio requiere de un análisis explícito de las
causas estructurales de la degradación ambiental, sus efectos y sus respuestas a ella. (pág. 248)

Ambientalismo feminista

Me gustaría sugerir aquí que se necesita entender que la relación de las mujeres y de los hombres
con la naturaleza está enraizada en su realidad material, en sus formas específicas de interacción
con el medio ambiente. De ahí que, debido a que hay una división del trabajo y una distribución de
la propiedad y del poder basada en género y clase (/casta/raza), el género y la clase (/casta/raza)
estructuran la interacción de las personas con la naturaleza y así estructuran los efectos del
cambio ambiental sobre los individuos y sus respuestas a él. (pág. 249)

Dentro de esta conceptualización, por lo tanto, se puede considerar que el 'vínculoentre las
mujeres y el medio ambiente está estructurado por un género, una clase (zcasta/raza), una
organización de la producción, una reproducción y una distribución determinados. Se puede
considerar que las construcciones ideológicas -como género, naturaleza, la relación entre los dos-
son una parte interactiva de esta estructuración, más no su totalidad. A esta perspectiva le llamo
"ambientalismo feminista". (pág. 249-50)

En términos de acción, esta perspectiva llamaría a luchar por los recursos y los significados. (pág.
250)

Lidiar con grupos dominantes, con quienes ostentan el poder (medios de comuniacion, educación,
estado, instituciones religiosas, legales), desafiar y transformar las nociones de género y la división
del trabajo entre género; en el ambiental desafiar y transformar las nociones de relación entre
naturaleza y humano, los métodos de apropiación de los recursos por unos cuantos (pág. 250)

De manera interactiva, una distribución alterada a favor del Estado y de algunos individuos lejos
del control de la comunidad puede contribuir a la degradación ambiental, ya que es probable que
los sistemas comunitarios de adrrúnistración de los recursos sean más efectivos para la protección
del ambiente y la regeneración que los del Estado o de algunos individuos. A estas dos tendencias
les llamo factores primarios subyacentes en los efectos de clase y de género del cambio ambiental.
(pág. 252)

La degradación ambiental: La degradación de la base de recursos naturales de la India se


manifiesta en los bosques que tienden a desaparecer, las condiciones cada vez más deterioradas
del suelo y el agotamiento de los recursos hidráulicos. (pág. 253)

El proceso de la estatización: Las políticas postindependentistas muestran un viraje pequeño con


respecto a la visión colonialista de los bosques como fuente de uso comercial y de ganancias
económicas. El monopolio del Estado sobre los bosques ha persistido, con todas las tensiones que
lo acompañan, al igual que la práctica de la silvicultura científica en interés de la ganancia. De
hecho, han aumentado las restricciones al acceso de los habitantes locales a los productos no-
maderables del bosque y los guardias forestales del gobierno siguen hostigando y explotando a los
habitantes de los bosques de manera generalizada." (pág. 254)

El proceso de la privatización: Paralelo al proceso de estatización se ha dado una creciente


privatización de los recursos comunitarios en manos de particulares (sobre todo hombres). (pág.
255)

Erosión de los sistemas de administración de recursos de la comunidad: La estatización y la


privatización de los recursos naturales, a su vez, han minado de manera sistemática tanto las
disposiciones institucionales tradicionales sobre el uso de los recursos y el forraje como las
prácticas de la agricultura de recambio que característicamente respetaban a la naturaleza." (…)
ahí donde existió un manejo comunitario tradicional, como se diera en muchas áreas, la
responsabilidad por el manejo de los recursos se relacionaba con el uso de los recursos a través de
las instituciones comunitarias locales. Esta relación se rompe cuando los recursos dejan de estar
bajo el control de la comunidad para pasar a manos del Estado o de particulares. (pág. 256)

El crecimiento de la población: Se podría considerar que el crecimiento de la población exacerba


una situación determinada aunque no necesariamente como la causa primordial. Es cuestionable
que las intervenciones para controlar el crecimiento de la población puedan refrenar la
degradación ambiental, aunque está claro que, como arguye Paul Shaw, "pueden hacer tiempo
mientras desciframos cómo descubrir más causas últimas". (pág. 258)

Por ejemplo, la pobreza asociada con la degradación ambiental podría inducir una gama de
respuestas que incrementen la fertilidad (una reducción en la educación de las niñas al dedicarse a
la recolección de leña y forraje, lo cual, debido a la correlación negativa entre educación de las
mujeres y fertilidad, a largo plazo lleva a un incremento en los niveles de fertilidad; tasas más altas
de mortalidad infantil, lo cual induce niveles más altos de fertilidad para asegurar una familia más
numerosa; y el tener una mayor cantidad de hijos para hacer que le resulte posible a la familia
diversificar ingresos como un mecanismo para reducir el nivel de riesgo en áreas de alto riesgo
ambiental." (pág. 258)

Las opciones tecnológicas para la agricultura y la erosión de los sistemas de conocimientos


locales: Muchas de las formas de degradación ambiental señaladas se asocian con la tecnología de
la Revolución Verde adoptada para incrementar la producción de cultivos. (pág. 258) Fuerte
cuestionamiento a la sustentabilidad del crecimiento agrícola en la India y en el sur de Asia.

La Revolución Verde representa una combinación tecnológica que prioriza la investigación


de laboratorio y los insumos manufacturados y trata a la agricultura como un sistema de
producción aislado. De hecho, la expansión agrícola indiscriminada, con pocas intenciones de
mantener el equilibrio entre los bosques, los campos de cultivo y las tierras de pastoreo,
presupone que es antagónica la relación entre la agricultura, los bosques y las tierras comunales
de los pueblos, más que complementaria. (pág. 259)

De manera más general, con el pasar de los años ha habido una devaluación y una marginación
sistemáticas del conocimiento autóctono sobre las variedades de especies, sobre los procesos de
la naturaleza (cómo se forman los bosques, los diferentes tipos de suelo y el agua y se sostienen
de manera interrelacionada), y formas sustentables de interacción entre las personas y la
naturaleza. (pág. 259)

Dentro de la clasificaciónjerárquica de los diferentes tipos de conocimiento, se tiende a considerar


menos valioso el que se adquiere a través de las formas tradicionales de interactuar con la
naturaleza." Y las personas que utilizan este conocimiento en sus vidas cotidianas, campesinos y
habitantes del bosque, y sobre todo las mujeres de estas comunidades, tienden a ser excluidas de
las instituciones que crean lo que se considera conocimiento científico. (pág. 260)

Se trata tan sólo en parte de un problema de diferencias de clase. (…) también se encuentran las
divisiones entre el trabajo intelectual y el físico, entre la ciudad y el campo, y entre las mujeres y
los hombres. (pág. 260)

Los efectos de clase-género

Las razones que explican esto son primordialmente tres. En primer lugar, hay una preexistente
división del trabajo por género. Son las mujeres pobres de las familias campesinas y tribales
quienes realizan la mayor parte de la recolección en productos de los bosques y las tierras
comunales, y de la carga de agua de los pozos y ríos. Además, las mujeres de esas familias cargan
con la importante responsabilidad de sostener a la familia y a menudo son las principales
proveedoras económicas y, en el caso de las familias encabezadas por una mujer, llegan a ser las
únicas.

En segundo lugar, en las familias rurales existen diferencias de género sistemáticas en la


distribución de recursos de subsistencia (incluyendo los alimentos y los cuidados de la salud),
como puede apreciarse a través de una gama de indicadores: índices antropométricos, tasas de
morbilidad y mortandad, datos sobre la admisión hospitalaria y la proporción de sexos (que es de
93 mujeres por cada cien hombres en la India)." Estas diferencias, sobre todo en el cuidado de la
salud, son generalizadas en la India (y de hecho, en el sur de Asía)."
En tercer lugar, existen desigualdades importantes en el acceso que tienen las mujeres y los
hombres a las tierras agrícolas, el recurso productivo más crítico en las economías rurales y la
tecnología productiva que se le asocia." Las mujeres también tienen una posición de desventaja
sistemática en el mercado de trabajo. Cuentan con menos oportunidades de empleo, menos
mobilidad ocupacional, niveles más bajos de capacitación y una remuneración más baja por el
mismo trabajo o trabajo semejante.' (pág. 261-62)

Estos efectos se relacionan con, por lo menos, seis aspectos críticos: tiempo, ingresos, nutrición,
salud, redes de sobrevivencia social y conocimiento indígena. (…) Sin embargo, la intensidad con la
que se presentan y las interrelaciones difieren de una región a otra con diferencias en la ecología,
la tecnología agrícola, la distribución de la tierra, las estructuras sociales, a las cuales se asocian
diferencias en la división del trabajo por género, las relaciones sociales, las formas de vida y los
sistemas de parentesco (pág. 263)

Sobre el tiempo: la degradación ambiental ha causado un aumento en el tiempo de trabajo para


la recolección de madera, agua y comida.

Sobre los ingresos: La menor recolección de productos de los bosques y de las tierras comunales
de los pueblos también ha implicado una reducción directa de los ingresos. Además, el tiempo
adicional que se necesita para la recolección reduce el tiempo disponible para que las mujeres
produzcan cultivos y puede afectar de manera adversa los ingresos por las cosechas (pág. 264)

Sobre la nutrición: La contribución de los alimentos recolectados va cayendo conforme se van


reduciendo las áreas y la productividad de las tierras y los bosques comunales. La disponibilidad
cada vez menor de leña tiene efectos adicionales sobre la nutrición (pág. 265)

El hecho de que tanto la falta de alimentos como la falta de leña sean causantes de la malnutrición
es parte de la sabiduría convencional de las mujeres rurales desde hace tiempo. Ellas observan
que: "No es lo que está en la olla lo que le preocupa a una, sino lo que está debajo de ella". La
diferencia entre el tiempo que tarda recolectar leña y el tiempo que se toma cocinar la comida
también puede afectar la calidad nutricional de una comida. (pág. 266)

Sobre la salud: Aparte de las consecuencia que tienen las inadecuaciones nutricionales, las
mujeres pobres de las áreas rurales, por la naturaleza de sus tareas, como ir por el agua para
diversos usos domésticos y para el cuidado de los animales y lavar ropa cerca de estanques,
canales y arroyos, se exponen más directamente que los hombres a las enfermedades que porta el
agua y a la contaminación de los ríos y estanques con el deslave de fertilizantes y plaguicidas (pág.
266)

Sobre las redes de apoyo social: El desplazamiento considerable de las personas, resultado de la
inundación de los pueblos para construir obras de irrigación e hidroeléctricas o producto de la
misma desforestación a gran escala, altera las redes sociales de apoyo. (…) Las mujeres tienden a
depender en gran medida de las redes informales de apoyo, a las cuales además ayudan a crear a
través de la interacción social cotidiana, de las alianzas matrimoniales, en las cuales muchas veces
sirven de instrumento, y de complejos intercambios de regalos (pág. 267)

Sobre el conocimiento autóctono de las de mujeres: La simple recolección de alimentos exige


conocimientos detallados de las propiedades nutritivas y medicinales de las plantas, raíces y
árboles, incluyendo un conocimiento amplio de reserva de las plantas comestibles que no se usan,
por lo general, pero que resultan de gran importancia cuando hay que enfrentar momentos de
escasez prolongada en las épocas de desastre climatológico. El examen de los mecanismos
domésticos para enfrentar este tipo de problemas durante momentos de sequía y hambruna
revela una dependencia importante de los alimentos recolectados por las mujeres y los niños para
sobrevivir la hambruna. (pág. 268)

Las formas existentes de desarrollo han tenido un impacto doble sobre este conocimiento.
Primeramente, el proceso de devaluación y marginación de los conocimientos y capacidades
autóctonas, discutido anteriormente, afecta de manera particular los conocimientos que, por lo
general, poseen las mujeres pobres del campo y de las tribus. (…) En segundo lugar, la degradación
de los recursos naturales y su apropiación por parte de una minoría trae por resultado la
destrucción de la base material sobre la cual se fundan y se mantienen con vida los conocimientos
que tienen las mujeres de los recursos y los procesos naturales, lo cual lleva a su eclipse gradual.
(pág. 269)

Respuesta del Estado y de las Bases: Como han argüido algunos ambientalistas, este enfoque,
predominantemente comercial a la silvicultura, promovido como "silvicultura científica", resulta
reduccionista; es ver la naturaleza como partes individuales en vez de como un sistema
interconectado de vegetación, suelo yagua. Se reduce a los bosques a tan sólo árboles ya los
árboles a biomasa. Shiva, por ejemplo, hace notar que la visión reduccionista del mundo tan sólo
toma en cuenta las propiedades de los recursos que generan ganancias, mientras que se ignoran y
fmalmente destruyen aquellas propiedades que estabilizan los procesos ecológicos pero que no
resultan explotables en términos comerciales. (pág. 270)

Pero, ¿está bien ver a las personas, en general, ya las mujeres, en particular, tan sólo como
víctimas de la degradación ambiental y de las funestas políticas verticalistas del Estado? El
surgimiento de movimientos ecológicos de base a lo largo del subcontinente (y sobre todo de la
India) sugiere lo contrario. Estos movimientos indican que, aunque las comunidades de tribus y
campesinos pobres, en general, y las mujeres de estas comunidades, en particular, se ven
gravemente afectadas por la degradación y la apropiación ambiental, actualmente resultan ser
agentes críticos de cambio. Más aún, en su tradicional intersección con el medio ambiente se
encuentran incorporadas prácticas y perspectivas que pueden desempeñar un papel importante
en la definición de las alternativas. (pág. 271)

En términos de la práctica del movimiento, las mujeres han jugado un papel visible en la mayoría
de las iniciativas ecológicas de base en las áreas rurales (al igual que en los movimientos
campesinos en general) (…) Sin embargo, la participación en sí misma de las mujeres en un
movimiento no representa la incorporación explícita dentro del movimiento de una perspectiva de
género, ya sea en la teoría o en la práctica (pág. 272)

A través del ambientalismo feminista he buscado dar una perspectiva teórica que ubique los
vínculos simbólicos y materiales entre las personas y el medio ambiente en sus formas concretas
de interacción con el mismo, y relacione la diferenciación de clase y de género en estos vínculos
con una determinada división del trabajo, la propiedad y el poder por género y clase. A diferencia
del marxismo y del gandhismo, el ambientalismo feminista no se trata de una perspectiva a la cual
conscientemente se suscriba un conjunto identificable de individuos o de grupos. Sin embargo,
debido a que el interés particular de las mujeres pobres campesinas y de las tribus con respecto a
la degradación ambiental tiene sus raíces en esta realidad material, se podría considerar que sus
respuestas ante esta forma de degradación, articuladas como complemento y oposición a la vez,
podrían ser consideradas como consistentes con el marco de referencia del ambientalismo
feminista. (pág. 273)

Ejemplo de los Chipkos y la particiapcion de las mujeres en la defensa de los bosques y la


regeneración del medio ambiente.

Las mujeres, de manera reiterada, han tenido la claridad de visión para optar por salvar los
bosques y el medio ambiente por encima de las ganancias a corto plazo de los proyectos de
desarrollo con un alto costo ambiental. (pág. 274)

Primero, defendieron con hombres y en contra de hombres de su comunidad. Segundo, han


frenado acciones que van en contra de los territorios. Tercero, la reforestación. Cuarto, el
movimiento ecológico es más amplio, va en contra de las desigualdades. Quinto, hay un
entendimiento holístico del medio ambiente.

En otras palabras, las mujeres reconocen que los bosques no se pueden reducir tan sólo a árboles
y los árboles a madera para uso comercial, que la vegetación, la tierra y el agua forman parte de
un ecosistema complejo interrelacionado. (pág. 275)

Aunque el movimiento se inspira e incluso tiene sus raíces en la tradición gandhiana de la región
que antecede al movimiento mismo de los chipkos, las respuestas de las mujeres van más allá del
marco de esa tradición y su perspectiva se acerca al ambientalismo feminista. Así lo sugiere el
hecho de que hayan comenzado a confrontar cuestiones relacionadas con género y clase en un
pequeño número de formas que no por eso dejan de ser importantes. (pág. 276)

Más bien, ubico las perspectivas y las respuestas de las mujeres campesinas y tribales pobres
(perspectivas que de hecho muchas veces tienden a ser interactivas y holísticas) en su realidad
material, en su dependencia de los recursos naturales para la sobrevivencia y su uso de los mismos
para ese mismo fin, el conocimiento de la naturaleza obtenido en ese proceso y los parámetros
culturales más amplios que definen las actividades y las formas de pensar de las personas en estas
comunidades. (…) Este vínculo surge de una determinada organización de la producción,
reproducción y distribución, incluyendo una división determinada del trabajo por género. (pág.
277)

Conclusión

La experiencia de la India ofrece varias lecciones y visiones. Primero, los procesos de degradación
ambiental y de apropiación de los recursos naturales por unos cuantos tienen implicaciones
específicas de clase, género y ubicación geográfica; son las mujeres provenientes de áreas rurales
y familias pobres las que resultan afectadas de manera más negativa y las que han participado más
activamente en los movimientos ecológicos. (pág. 277)

No considerar a las “mujeres” como una categoría unitaria

Segundo, los efectos negativos de clase y de género de estos procesos se manifiestan en la erosión
de los sistemas para ganarse la vida y en los sistemas de conocimiento de los cuales dependen las
mujeres pobres de las áreas rurales. Tercero, la naturaleza y el impacto de estos procesos tienen
raíces en la ideología, por un lado (en las nociones del desarrollo, el conocimiento científico y la
división del trabajo adecuada entre los géneros, etc.), y,por el otro, en las ventajas económicas y el
poder político proclamados sobre todo por las diferencias existentes entre las propiedades de las
familias y entre las propiedades de los hombres y las mujeres. Cuarto, existe una resistencia de
base cada vez mayor a este tipo de desigualdad, a la destrucción de la naturaleza y a los procesos,
productos, personas, propiedades, poder y orientación hacia la ganancia subyacentes. No
obstante que las diferentes voces de esta resistencia siguen estando dispersas y localizadas,
expresan un mensaje vital aunque sea desde la óptica de un interés por el crecimiento y la
productividad, y más aún si nuestro interés se enfoca hacia la sustentabilidad y la sobrevivencia.
(pág. 278)

En breve, un enfoque alternativo que transforme la forma de desarrollo involucraría tanto las
formas de pensar sobre las cosas como las formas de actuar sobre ellas. En el contexto actual
implicaría tanto la forma en que se conceptualizan las relaciones de género y las relaciones entre
las personas y el mundo no humano como la forma en que se concretan en términos de la
distribución de la propiedad, el poder y el conocimiento, y la formulación de políticas y programas
de desarrollo. (pág. 280)

“Mujeres, medio ambiente y desarrollo sustentable. Surgimiento del tema y diversas


aproximaciones”. Por Rosi Braidotti (2004)

WED = Women, environment and development (Mujeres, medio ambiente y desarrollo)

El tema de WED se originó en el contexto del desarrollo económico de los países del Sur (pág. 23)
reconstrucción histórica del debate desde las ultimas tres décadas de la ONU y la situación
económica global (posguerras)

En el Norte, el tema de las mujeres y el medio ambiente se desarrolló en los movimientos de


mujeres de mediados de la década de los setenta (Spretnak) gracias al surgimiento del
ecofeminismo, sobre todo en Estados Unidos. De manera implícita, la relación entre las mujeres y
el ambiente también se volvió importante para muchas de las participantes en los movimientos
pacifistas y antinucleares del momento. A partir de los recientes procesos preparatorios de las
conferencias en Miamiy de UNCED, estas fuentes volvieron a intersectarse de manera más
sistemática. (pág. 24)

Las mujeres en el desarrollo desde una perspectiva histórica

Durante las décadas de 1950 y 1960, las organizaciones que se ocupaban del desarrollo
únicamente consideraron el papel que las mujeres tenían en la reproducción, esto es, como
responsables del hogar, encargadas del cuidado infantil (bearers and rearers of children) y amas de
casa. (pág. 24) = control de natailidad, planificación, nutrición, salud de madres e hijos, economía
doméstica, entre otros. = Mejorar su posición como encargadas del hogar (pág. 25)
Boserup concluye que la introducción de nuevos métodos agrícolas tuvo efectos negativos en las
mujeres del Sur porque cambió los patrones de la división sexual del trabajo y las desplazó de sus
áreas tradicionales de trabajo. Por ejemplo, los agroquímicos sustituyeron el trabajo de deshierbe
que las mujeres realizaban; las semillas mejoradas que se introdujeron para obtener altos
rendimientos expulsaron a las mujeres de su papel tradicional en la selección de las semillas de los
cultivos tradicionales. Con la utilización de tecnología moderna los hombres no sólo participaron
cada vez más en la producción de cultivos que podrían vender y exportar, sino que absorbieron las
tareas que tradicionalmente realizaban las mujeres. Ellas continuaron produciendo alimentos para
la subsistencia doméstica en tierras marginales, de acuerdo con métodos tradicionales que no
eran adecuados para la producción de cultivos comerciales. (pág. 25)

WID (Woman in development) Mujeres en el desarrollo, fue un término acuñado a principios de los
70 y se institucionalizó dentro de la ONU. Después de la Década para las Mujeres y la Conferencia
sobre las Mujeres y el Desarrollo de Nairobi, en 1985, también se establecieron secretarias y
agencias en los países del Sur. (pág. 27)

La primera conferencia de Naciones Unidas sobre las Mujeres y el Desarrollo tuvo lugar en 1975 en
la ciudad de México, bajo el título de Igualdad, Desarrollo y Paz; más adelante, el lapso entre 1976
y 1985 fue denominado la Década de las Mujeres. El principal resultado de ésta fue la formulación
de Estrategias hacia el Futuro (Forward Looking Strategies, FLS, por sus siglas en inglés) en la
Conferencia sobre Mujeres y Desarrollo de Nairobi, realizada en 1985, misma que marcó el final de
la Década. El plan general de las FLS pretende cumplir las exigencias de igualdad entre los sexos y
la integración completa de las mujeres a las corrientes principales del desarrollo económico. (pág.
27)

Las mujeres empezaron a verse como un “recurso” valioso que debía “aprovecharse” para el
desarrollo económico (Moser, 1989) (pág. 27)

En la década de los ochenta, la situación económica internacional y la crisis de la deuda ocasionó


el aumento de la pobreza en las poblaciones del Sur y lo que se consideró la "feminización" de la
pobreza. (…) Se comenzó a considerar que el desarrollo era más eficiente y efectivo gracias a la
creciente contribución de las mujeres (carga de trabajo), lo mismo que su participación e igualdad.
Caroline Moser denominó a esto la "perspectiva de la eficiencia" en el desarrollo de las mujeres.
(pág. 28)

en los años 80 primera reunión del Desarrollo con las Mujeres para la Nueva Era (DAWN) en la
India (pág. 28)

Como apunta Lycklama aNijeholt (1987), la búsqueda de la integración de las mujeres a la


corriente principal del desarrollo no les dejó ninguna oportunidad de elegir el tipo de desarrollo
que querían. Se dio por sentado que lo que ellas querían era integrarse al modelo de desarrollo
occidental y patriarcal. Las integrantes de OAWN tuvieron un papel importante para estimular a
las mujeres del Norte a pensar también en las visiones alternas de desarrollo desde una
perspectiva feminista. (pág. 28)

El cambio de “mujeres en el desarrollo” a “Género y desarrollo”

De WID a GAD (Gender and development – Género y desarrollo)


WID = aumentar la partipacion y los beneficios de las mujeres en los modelos de desarrollo

GAD = no sólo "integrar a las mujeres al desarrollo, sino para buscar el potencial que las iniciativas
de desarrollo poseen para transformar las desiguales relaciones sociales/de género y para darle el
poder a las mujeres" (Canadian Council for lnternational Cooperation 1991, p. 5). (pág. 29)

La aproximación de GAD busca la igualdad total de las mujeres en el marco del desarrollo
económico. (…) Así, incluyen documentos de determinación de políticas a seguir, políticas de
empleo, planeación de proyectos, recolección de datos sobre la segregación de los sexos,
procedimientos de monitoreo y evaluación, entre otros. Quienes trabajan en la agencia de
desarrollo reciben una preparación muy seria que incluye el análisis y la planeación de género.
(pág. 30)

sin embargo, tanto desde la perspectiva de GAD como de WID, las preocupaciones feministas
primordiales se diluyen y aparecen como una moda instrumental: en todos los niveles y en todas
las esferas se "añade" a las mujeres. (pág. 30)

WID y GAD son facetas importantes de la variedad de posiciones que contribuyen a las
transformaciones del desarrollo en las instituciones de la corriente hegemónica. (pág. 31)

La efectividad de WID y GAD se encuentra limitada porque, al operar dentro del marco
institucional de las agencias y proyectos de desarrollo, no pueden resolver por sí solas las crisis de
éste. La búsqueda de la igualdad por las mujeres no cuestiona los orígenes de la crisis ni sus
fundamentos epistemológicos mismos (pág. 31)

WED desde una perspectiva histórica

Crisis energética de los años 70 – la crisis del petróleo en países del norte global. Planeación global
sistemática para migrar a otras fuentes de energía. Los países del sur seguirían dependiendo de
fuentes de energía tradicionales (leña). Programas de electrificación rural y urbana, programas de
estufas con leña más sofisticadas, sobreexplotación de la madera, programas de reforestación mal
hechos.

Otro error de quienes planificaban el desarrollo fue la suposición de que el

consumo de leña para el uso energético doméstico por parte de los hogares ocasionaba

la deforestación y el deterioro ambiental a gran escala en los países del

Sur. Como consecuencia de esta suposición, surgió la poderosa imagen de la

gente pobre del Sur, con muchos hijos e hijas, utilizando demasiado combustible;

parecía que la gente pobre no tenía más opción que la de destruir su propio

ambiente. (pág. 33) FALSO la mayor parte de la deforestación provenía de usos comerciales a
gran escala.

en el contexto del desarrollo, el debate de \VED se dio al interior de las disciplinas relacionadas
con el ambiente, como la silvicultura y la agricultura. (pág. 33)
En la conferencia de Estocolmo se estableció el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés), mismo que actuaría como catalizador y coordinador de
los temas ambientales en la ONU. La tarea del Centro Internacional de Integración Ambiental
(ELC!, por sus siglas en inglés), fundado al mismo tiempo, sería integrar los esfuerzos de las ONG al
UNEP. Ambas organizaciones tienen sede en Nairobi y su actividad en el campo de \VED comenzó
alrededor de la mitad de los ochenta. (pág. 34)

1984, la UNEP impulsó programa para mejorar la participación de las mujeres en el manejo
ambiental con profesionales mujeres en desarrollo.

Este grupo estructuró

los esfuerzos de las mujeres en el ambiente y el desarrollo sustentable

en la conferencia de la ONU de 1985 sobre mujeres y desarrollo y fue decisivo

para adoptar los párrafos centrales del documento final de la conferencia: las

Estrategias hacia el Futuro de Nairobi. El resultado fue que el tema de las mujeres

y el ambiente se incluyó en la agenda de la ONU. (pág. 34)

En estos documentos se presentaba a las mujeres como administradoras ambientales cuya


participación era fundamental para conseguir el desarrollo sustentable. (pág. 35)

Afinales de los años ochenta, los eventos internacionales y nacionales organizados

alrededor del tema de \VED se vieron impulsados con más fuerza. Las imágenes

de las mujeres pobres del Sur como victimas se transformaron en otras

llenas de fuerza y recursos. En el debate más amplio sobre desarrollo sustentable,

las mujeres se promocionaron cada vez más como "administradoras ambientales

privilegiadas" y se les representó con habilidades y conocimientos específicos

para el cuidado ambiental. Las agencias de desarrollo que seguían el consejo de

dirigirse a las mujeres de manera más amplia en sus proyectos ambientales respondieron

enviando a más mujeres del Norte a que implementaran dichos proyectos

y promovieron la preparación de extensionistas en el Sur. \VEDpoco a poco

se convirtió en un campo profesional para mujeres expertas en desarrollo. (pág. 37)

(pág. 33)

(pág. 33)

(pág. 33)

(pág. 33)
(pág. 33)

(pág. 33)

(pág. 33)

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