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Hacer que las cosas sucedan

Desde una breve definición “Transición es el término que se utiliza normalmente para definir el
cambio, el traspaso, la evolución progresiva de un estado a otro” se puede construir un mundo.

Estamos viviendo un proceso de transición gigantesco y transversal que toca a cada ciudadano,
grupos de personas, empresas, gobiernos y seres vivos que convergemos en este planeta finito,
llamado tierra. Vivimos en tiempos de pandemia y de constantes revoluciones (transiciones)
individuales y colectivas que impactan en el diario vivir de las personas, considerando, además,
factores de “poder” que utilizan medios inadecuados para cumplir sus objetivos, muchas veces
persónales y movidos por una ambición negativa, para obtener mayores beneficios financieros (que
quede claro, financieros, no económicos (la economía es una ciencia social para el beneficio de las
personas)) y de esta manera alimentar egos y superficialidades que convencen a los ciudadanos que
la forma de vivir “feliz” es sumándose a una cultura establecida de producir, consumir y desechar.
No olvidemos que el dinero y la ambición mal dirigida puede sacar lo peor de las personas y de
instituciones públicas y privadas que deberían velar por el bienestar de las personas (lo vemos a
diario en robos, corrupción, manejo de situaciones para benéficos propios, coimas, incluso en
asesinatos, entre muchas otras malas prácticas y hábitos). Nuestra obligación como seres
pensantes, reflexivos, amorosos y conscientes es “definir el cambio” que queremos y
transformándonos en agentes de cambio para aportar progresivamente a transitar de un estado a
otro basado en un paradigma colaborativa, cooperativa y empático, donde se establezcan valores
fundamentales como la transparencia y la integridad.

Consideremos nuestro “que hacer” como una serie de acciones que tendrán un fin en común y están
ligadas gracias una estrategia que debemos construir en conjunto, con valores bien definidos, y
desde la opinión y sabiduría de muchos que hoy no están siendo escuchados (o no se hacen
escuchar) pero que pueden cambiar el desenlace de una comunidad, del país y del mundo. Se
requieren aportes desde cada mirada para que exploten las ideas, se desarrolle la creatividad y
prospere la innovación para un crecimiento armónico, económico y cultural.

En definitiva, depende de nosotros hacer que las cosa sucedan y como diría Eric Hoffer “en tiempos
de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos
que creen saberlo todo estarán bien equipos para un mundo que ya no existe”. No olvidar que tu
punto de vista puede cambiar el mundo.

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