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AUTOESTIMA

> Leé el cuento "El diente de león"

¿Qué es la autoestima?
La palabra "autoestima", tuvo origen en el término inglés "selfesteem", del cual es traducción. Son
sinónimos: Autoaprecio, autovaloración, autoaceptación.

Se la define como:
"Valorarse en la justa medida, tanto en lo positivo como en lo negativo."
O también: "El conjunto de actitudes positivas hacia sí mismo", tales como: Amor, opinión positiva,
confianza, sentimientos dignos hacia uno, etc.

La autoestima no viene incorporada al nacer. Es algo que se aprende.


Se genera en el ambiente familiar durante la infancia y niñez, y luego en los diferentes ámbitos
donde se va desarrollando en el ambiente familiar la personalidad.

El autor Erich Fromm, en su libro "El arte de amar", habla del amor a Dios y del amor a sí mismo.
El mismo autor alrededor de 1955 dice que hace dos mil años hemos recibido el mandato de "ama
al prójimo como a ti mismo" y que hemos descuidado el "como a ti mismo". Éste es precisamente el
objetivo del taller de autoestima.

Mucha gente, en nuestra sociedad, recibió el mandato de que está mal amarse a sí mismo, "Piensa
en los demás" nos dice la sociedad, "ama a tu prójimo"...

Lo que durante mucho tiempo no fue tenido en cuenta es este mandato liberador: "Ámate a ti
mismo".

"A menos que seas auténticamente tu mismo, no puedes hacer mucho por los demás. Eres tú
mismo lo que das a los demás".
La justa estima de sí y la justa estima del otro van de la mano.
El amor a los demás está relacionado directamente con el amor que te tienes a ti mismo.

Ejercicios de autoestima
Descubro dónde aprendí mi autovaloración:
-En mi familia.
-Durante mi escolaridad.
-Mi secundaria. Universidad.
-Mi actividad laboral.
-Mi esparcimiento. Deportes, club, etc.
-Otras influencias reforzaron los sentimientos de autovaloración.

Escribo algunas cualidades mías, positivas, que los demás me señalan.

Escribo algunas cualidades, positivas, que yo descubro de mí mismo.

Escribo algunas cualidades positivas de mi grupo familiar, propio y de origen.

Examino mi conducta, si soy de las personas que construyen un ambiente propicio, donde los que
se me acercan se sienten valorados y pueden expresarse espontáneamente.

Tiene realmente un sentimiento del propio valor aquel que puede:

- reconciliarse con sus propias limitaciones y aspectos negados de sí mismo.


- contar a otros sus errores,
- estar a favor de sí mismo en su interior cuando otros lo censuran.
- y se acepta a sí mismo tal como es.

A través de este taller aprenderás a potenciar tu sentimiento de valía


personal , aumentar tu seguridad y desarrollar habilidades que te
permitan una relación con los otros positiva.

CONTENIDOS:

INTRODUCCIÓN AL TALLER

-  Exploración de la autoestima


-  El concepto propio.
-  Barreras en el desarrollo de la autoestima.
-  Descubrir creencias y pensamientos que hemos tomado
como verdaderos y que en muchos casos ni hemos tenido
conscientes y que son causa de nuestros  miedos, críticas y
limitaciones.
- Soltar conceptos  destructivos y dañinos acerca de
nosotros mismos.
- Reconocimiento de las debilidades y limitaciones como
prerrequisito para reconstruir la autoestima.
- La conciencia de los logros.
- El fortalecimiento de mi autoimagen.
- Fortalecimiento de la autoestima.
TALLER DE AUTOESTIMA

Justificación La autoestima hace referencia al grado de bienestar que la


persona siente hacia sí misma, tiene que ver con la
confianza profunda, la convicción de ser válida y capaz de
enfrentarse a las dificultades de la vida.
En este taller experimentaremos los 6 pilares de la
autoestima, pudiendo revisar cómo estoy en cada uno de
ellos y qué necesito mejorar.
La forma de trabajar será vivencial, lúdica y participativa.
   
Programa teórico 1. Importancia de la autoestima.
2. Los 6 pilares de la autoestima:
a. Vivir conscientemente.
  b. Aceptarme a mi mismo.
  c. Autoafirmarme.
  d. Responsabilizarme de mí.
  e. Vivir con propósito.
  f. Vivir con integridad.
3. Factores que potencian la autoestima.
  4. Factores que disminuyen la autoestima.
  5. Claves para mejorar mi autoestima.
   
Diridido a Personas interesadas en mejorar su autoestima.
Profesionales y estudiantes que desempeñen tareas
educativas y/o de acompañamiento en procesos personales.
Impartido por Carmen Rosa Pérez Marrero, Psicóloga, Diplomada en
Psicoterapia Gestalt Integrativa.
Fechas y horario Del lunes 11 al viernes 15 de julio, por las mañanas de 10 a
12 horas (10 horas)
Precio 90 € (descuento del 10% si se realiza también el Taller de
Comunicación)
Más información e secretaría de psicomed
inscripciones

La técnica de completar oraciones

Una poderosa herramienta para cultivar el autoconocimiento, la autoaceptación y


el desarrollo personal es la técnica de completar oraciones, sobre la que he
hablado en dos libros anteriores. If You Could Hear What I Cannot Say (Si
pudieras oír lo que no puedo decir) y To See What I See and Know What I
know (Ver lo que veo y saber lo que sé). Aquí puede servirnos una versión de
esa técnica. Solo se necesitan un cuaderno y un bolígrafo.

Al comienzo de una hoja en blanco escriba una de las oraciones


incompletas, o principios de oraciones, que proporciono más adelante.
Escríbalas por su orden. Después de haber reproducido una de ellas al
comienzo de la página, escriba de seis a diez finales lo más rápido que
pueda. No se preocupe porque las terminaciones sean literalmente ciertas, o
si una se opone a otra. Ninguna de ellas quedará escrita en piedra; son sólo
un ejercicio, un experimento.

Quizás pretenda autoconvencerse de que no puede hacerlo. Yo le aseguro que sí


puede. He enseñado esta técnica a miles de personas y algunas siempre
empiezan diciendo: "No puedo".y luego se ponen a hacerlo.

Al comienzo de la primera pagina, escriba: 


A veces, al pensar en mi vida, apenas puedo creer que en una época yo...
Ahora escriba de seis a diez finales para esta oración. ¡Adelante!

Luego, en la pagina siguiente, escriba: Para mi no es fácil admitir que..., y


agregue sus finales.

Después, en la otra página, escriba: No me resulta fácil aceptarme cuando


yo..., complételo.

A continuación:

Una de mis emociones que me cuesta aceptar es...

Una de mis acciones que me cuesta aceptar es...

Uno de los pensamientos que tiendo a alejar de mi mente es..

Una de las cosas de mi cuerpo que me cuesta aceptar es..

Si yo aceptara más mi cuerpo...

Si aceptara más las cosas que he hecho...

Si aceptara más mis sentimientos...

Si fuera más honesto acerca de mis deseos y necesidades...

Lo que me asusta de aceptarme a mí mismo es...

Si otras personas vieran que me acepto más...


Lo bueno de no aceptarme podría ser...

Comienzo a darme cuenta de que...

Comienzo a sentir...

A medida que aprendo a dejar de negar lo que experimento...

A medida que respiro profundamente y me permite experimentar la 


autoaceptación...

Advertencia: si usted se limita a leer estas palabras y no realiza efectivamente el


ejercicio tal y como se lo he descrito, se perderá ciertos descubrimientos que yo
no podré proporcionarle.

Confío en que a estas alturas ya está claro por qué la autoaceptación es esencial
para lograr cambios positivos. Si me niego a aceptar el hecho de que a menudo
vivo inconscientemente, ¿cómo aprenderé a vivir más responsablemente? Si me
niego a aceptar el hecho de que a menudo vivo pasivamente, ¿cómo aprenderé a
vivir más activamente?

No puedo superar un  miedo cuya realidad niego. No puedo corregir un problema
sexual cuya existencia no admito. No puedo cambiar rasgos de mi carácter que
insisto en que no poseo. No puedo perdonarme por una acción que no reconozco
haber realizado.

Aceptarnos a nosotros mismos es aceptar el hecho de que lo que pensamos,


sentimos y hacemos son expresiones del si-mismo en el momento en que ocurren.
Pero esto no significa que esas expresiones sean las definitivas sobre quienes
somos, a menos que las cubramos con cemento por medio de nuestras
negaciones y desestimaciones.

Permítanme compartir otro ejemplo personal para iluminar un poco más este tema.

Hace algunos años, mi esposa Patricia, a quien yo amaba mucho, murió. Durante
largo tiempo mi mente revisó sin cesar los diferentes aspectos de nuestra relación.
Recordaba incidentes en los que yo había sido desconsiderado o grosero, y a
veces rehuía esos recuerdos porque eran insoportablemente dolorosos. No los
negaba de una manera directa, pero tampoco los aceptaba plenamente ni permitía
que ellos y sus implicaciones fueran asimilados e integrados. Una parte de mí
mismo quedó fragmentada, alienada del resto.

Más tarde volví a casarme, y aunque soy feliz y estoy profundamente enamorado
de mi actual esposa, Devers, vi que ciertos modelos de negligencia y falta de
consideración se repetían. Comencé a pensar en algo que yo les enseñaba a
otros: que si una persona no acepta plenamente una parte de su conducta
pasada, es casi inevitable que la repita de una forma u otra. De modo que empecé
a dedicar más tiempo a la tarea de convertir en reales para mí mismo ciertas
acciones que había realizado en mi matrimonio anterior, como por ejemplo, no
responder en alguna ocasión en que Patricia necesitaba mi comprensión o mi
ayuda, o ser sumamente impaciente, o dejarme absorber en exceso por mi trabajo
-es decir, el tipo de desconsideraciones más comunes que el amor no nos impide
automáticamente cometer-. 

Revivir esos ejemplos específicos, revisándolos detalle por detalle, fue doloroso.
Obligarme a mirar detenidamente mis acciones me resultaba a veces más
perturbador que lo que pueda expresarse en palabras, pues Patricia ya no estaba
y no había manera de hacerme perdonar esas actitudes. Pero yo sabia que si
insistía -y por supuesto, si alcanzaba la misma claridad sobre mi conducta en mi
matrimonio con Denvers- sucederían dos cosas: me sentiría más integrado, y seria
menos probable que repitiera las acciones que entonces lamentaba.

Le invito a considerar alguna acción suya que lamente. Trate de dejar de lado la
culpa, pero conservando la experiencia de usted mismos como autor de la acción.
Descubra cómo es aceptar que en algún momento de su vida decidió ejecutar esa
acción. ¿Cómo se siente esta forma de honestidad? ¿Qué enseña sobre la
autoestima?

Después de aceptar el hecho de que nuestras acciones son nuestras acciones,


aun queda el tema de la evaluación; en la próxima sección hablaremos con más
profundidad sobre el proceso de evaluar esa conducta de la que nos arrepentimos
(pensando en ella e interpretando su significado) de manera que nutra y no mine
la autoestima. Pero por ahora diré esto: los errores con los que estamos
dispuestos a enfrentarnos se convierten en los peldaños de una escalera que
conduce a una autoestima más elevada.

Cualquier cosa que podamos experimentar, podremos también desestimarla, ya


sea inmediatamente o después, en la memoria. Cualquier cosa que no se adapte
al concepto oficial que tenemos de nosotros mismos, o a nuestro sistema oficial de
creencias, o que nos despierte angustia por cualquier razón, podemos rechazarla.

Puedo negarme a aceptar mi sensualidad; puedo negarme a aceptar mi


espiritualidad. Puedo rechazar mi pena; puedo rechazar mi alegría. Puedo
reprimir el recuerdo de acciones de las que me avergüenzo; puedo reprimir
el recuerdo de acciones de las que me enorgullezco. Puedo negar mi
ignorancia; puedo negar mi inteligencia. Puedo negarme a aceptar mis
limitaciones; puedo rehusarme a aceptar mis potencialidades. Puedo ocultar
mi flaqueza; puedo negar mis sentimientos de odio hacia mi mismo; puedo
negar mis sentimientos de amor por mi mismo. Puedo fingir que soy más de
lo que soy; puedo fingir que soy menos de lo que soy. Puedo menospreciar
mi cuerpo; puedo menospreciar mi mente.
El problema de la falta de autoaceptación no está de ningún modo limitado a las
"negaciones". Pueden asustarnos tanto nuestro genio, pujanza, emoción o
belleza como nuestra vacuidad, pasividad, depresión o falta de atractivo.
Nuestras desventajas plantan el problema de la ineptitud; nuestras ventajas,
el desafió de la responsabilidad.

Nuestros puntos fuertes o virtudes pueden hacernos sentir solos, alienados,


marginados del grupo, blanco de la envidia o la hostilidad, y nuestro deseo
de pertenencia puedo superar cualquier deseo de realizar nuestro potencial
más elevado. Es bien conocido, por ejemplo, el caso de muchas mujeres que
asocian un alto nivel de inteligencia o de realización con la pérdida de la
feminidad. Puede ser necesario un gran coraje para estar dispuesto a admitir, aun
en la intimidad de nuestra mente: "Yo puedo hacer cosas que otros no parecen
capaces de hacer". O: "Soy más inteligente que el resto de mi familia". O: "Soy
sumamente atractiva". O: "Exijo de la vida más que los que me rodean". O: "Yo
veo mas profundamente y con más claridad".

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