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PENSAMIENTO ECONÓMICO
LATINOAMERICANO
“BALANCE DEL PENSAMIENTO
ECONÓMICO LATINOAMERICANO”
27 y 28 de Octubre de 2016
BANCO CENTRAL DE BOLIVIA
Cochabamba, Bolivia
RESUMEN
2
I. Introducción
América Latina atraviesa tiempos difíciles y los vientos de cola soplan fuerte en economías
como Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Venezuela que habían experimentado en el
pensamiento económico latinoamericano una visión alternativa y contestataria a la
predominante y, en particular, a la neoliberal centrada exclusivamente en el crecimiento,
el mercado, la apertura financiera indiscriminada, los paraísos tributarios a la inversión
extranjera directa y en el confinamiento del problema de la equidad al rebalse de los frutos
del crecimiento económico.
Los vientos de cambio recientes en Argentina y Brasil retornan a los principios del
Consenso de Washington que se creían superados, especialmente en cuanto a la
liberalización financiera. Hasta un paper del FMI, Fuceri y Loungani (2015, p.15) concluye
que la liberalización de la cuenta de capitales ha incrementado la desigualdad expresada
en el aumento del coeficiente de Gini en 0,8% en el corto plazo y entre 0,7% y 2,5% en el
mediano plazo, mientras que Suanes (2016) encuentra evidencia de que la inversión
extranjera directa aumenta la desigualdad de los ingresos.
1
Véase Martner R. (2004). Política Fiscal y entorno macroeconómico. Serie Manuales 5. ILPES –
CEPAL. Santiago de Chile.
3
discusión de los objetivos de la política económica y se identifican las dos variables
relevantes que explican el dinamismo del modelo económico boliviano; la demanda
interna y, dentro de ella, el gasto público. Posteriormente, se evalúan los resultados de la
política económica aplicada en función del llamado cuadrado mágico: crecimiento y
empleo, baja inflación equilibrio externo y fiscal. Una vez realizado el análisis tradicional,
recién se retoma el objetivo estratégico de crecimiento con equidad como un quinto
objetivo, para lo cual, en primer lugar, se analiza la relación entre el crecimiento con la
reducción de la pobreza y la desigualdad y, en segundo lugar, se reconstruye después de
25 años el casillero vacío de Fajnzylberg (1990) para el caso de una muestra de países
(Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Uruguay y Venezuela) para el periodo 2006-2015,
terminado como es usual con las conclusiones del trabajo.
Crecimiento y empleo
Reducción de la
Equilibrio Equilibrio Fiscal
pobreza y la
externo desigualdad
Estabilidad de Precios
Fajnzylber (1990), con el concepto de “casillero vacío” señalaba que ningún país de la
región había logrado compatibilizar el crecimiento económico sostenido con la equidad y
demostró que no existe un dilema de política económica entre crecimiento y equidad, que
deberían ser su objetivo estratégico. Señalaba, que la noción de casillero vacío surge:
“Al cruzar las variables de crecimiento y equidad aplicando como línea divisoria del
dinamismo el crecimiento medio de los países avanzados en el período 1965 a 1984
y para la equidad la relación entre el 40% más pobre y el 10% más próspero, se
genera una matriz de doble entrada en que queda un casillero vacío: corresponde a
los países que podrían haber alcanzado a un mismo tiempo un crecimiento más
acelerado que el de los países avanzados y un nivel de equidad superior a 0,4%.
[Fajnzylberg, 1990. p.11]
Destaca que “el crecimiento sostenido exige una sociedad articulada internamente y
equitativa, lo que crea condiciones propicias para….la incorporación del progreso técnico y
elevación de la productividad y, por consiguiente, del crecimiento”… “La secuencia……. es
la de equidad, austeridad, crecimiento y competitividad”.[Ibid, pp. 165 y 166]
5
puesto que las variables sociales casualmente están rezagadas en uno a más años que las
variables macroeconómicas. Para Palma (2016, p.53) tanto en la corriente principal de
economía y neoliberal en general insisten en buscar “factores exógenos” que expliquen y
posiblemente justifiquen la desigualdad en el mundo. Sin embargo, como dice Stigliz
(2013), la desigualdad no es inevitable y es una elección de política económica.
El desempeño del PIB durante el periodo 2006-2015 muestra una tasa promedio del 5,0%
con un máximo observado de 6,8% en 2013, que probablemente ya no sea superada en un
mediano plazo. Este crecimiento está entre los más altos de América Latina, mientras que
la región, en promedio, se estancó con una tasa de -0,4%, la más baja desde 2009 según
CEPAL (2016). El crecimiento promedio del 5% es mayor a la del periodo neoliberal,
puesto que entre 1989 a 2005 el PIB creció 3,6%.
2
Estrictamente el concepto de demanda externa se refiere a las exportaciones, mientras que las
importaciones forman parte de la oferta global, por lo que no es apropiado utilizar el concepto de
“demanda externa neta” cuando se analizan las variables que influyen en la oferta y demanda
agregada.
6
Si bien el impulso de la demanda interna es una característica resaltante del nuevo modelo
económico, no es conveniente descuidar el impulso de la demanda externa, que en 2015 se
contrajo con una incidencia en el crecimiento del PIB de -2%, aunque en menor
proporción que en la crisis de 2009. El problema será si continúa declinando en 2016,
como sucedió en el primer trimestre, con una incidencia negativa de 0,5%, en forma tal
que influyaen una menor tasa de crecimiento esperada y, por tanto, en una menor
utilización del producto potencial.
Al interior de la demanda interna, la formación bruta de capital fijo (FBCF) fue una
variable determinante. Por un lado, el coeficiente de inversión aumentó de 15,4% entre
1989-2005 a 17,9% entre 2006-2015, pero en los últimos 5 años (2011-2015), en
promedio el coeficiente de inversión subió a 19,7%. Este nivel es todavía inferior al
promedio de América Latina y el Caribe que está en 21,4%. Por otro lado, la incidencia de
la FBCF en el crecimiento fue de 1,9% entre 2006-2015, el doble que en el periodo de
1988-2005, que fue de 1% y mayor que la contribución en la región que fue de 1,3%.
Dentro de la FBCF, la inversión pública fue la variable dinámica a diferencia del periodo
precedente. Por una parte, aumentó su participación en el PIB de 7,1% entre 1988-2005 a
10,5% entre 2006-2015, siendo en los últimos 5 años su participación en promedio de
11,7% del PIB. El peso de la inversión pública en Bolivia en proporción al PIB es el más
alto de Sudamérica, si tomemos su participación del 13,5% en 2015 y comparamos con
Ecuador (10,2%), Colombia (6,7%), Perú (5,8%), Uruguay (4%) y Chile (3%) según datos
del MEFP (2016a). Por otra parte, la contribución de la inversión pública en el crecimiento
del PIB fue mayor (1,2%) que la del sector privado (0,7%) y superior a la del periodo
1989-2005, que fue solamente de 0,1%, como se observa en el Gráfico 3.
-2
-4
2005
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2006
2007
2014(p)
2015 (p)
2008
2009
2010
2011
2012
2013
La participación del Estado en la economía podemos medirla según los componentes del
gasto, separando el público del privado, en el PIB como se muestra en el Cuadro 2. Con
base en esta desagregación encontramos que el gasto público, una variable relevante del
modelo, se incrementó en 3,8 puntos porcentuales comparado con el periodo neoliberal de
1988-2005. Sin embargo, si comparamos el promedio neoliberal con el observado en
2015, la participación del gasto público aumentó en 9,9 puntos porcentuales,
correspondiendo el mayor incremento a la inversión pública de 6,4 puntos y también al
consumo público en 3,5 puntos porcentuales.
8
Cuadro 2: PARTICIPACIÓN DEL GASTO PÚBLICO EN EL PIB
(En porcentajes)
Variación Variación
1988-2005 2015(p) 2006-2015 PP 06-15 PP 15
PIB 100,0 100,0 100,0
Gasto Público 21,1 31,0 24,8 3,8 9,9
Consumo Público 14,0 17,5 14,4 0,4 3,5
FBCF Público 7,1 13,5 10,5 3,4 6,4
Gasto Privado 83,6 77,2 70,4 -13,3 -6,5
Consumo Privado 75,3 69,3 62,9 -12,4 -6,0
FBCF Privado 8,3 7,8 7,5 -0,9 -0,5
Variación de existencias 0,3 -2,1 -0,2 -0,5 -2,3
Exportaciones Bienes y Servicios 22,3 30,9 41,5 19,2 8,6
Importaciones Bienes y Servicios 27,3 36,9 36,4 9,2 9,7
Fuente: Elaboración propia con datos del INE.
*Nota: PP: Puntos porcentuales.
A los economistas y las autoridades les interesa saber no solo si el PIB sube o baja, sino si
el producto se sitúa por encima o por debajo del producto potencial, la cantidad máxima
de bienes y servicios que una economía puede generar operando a plena capacidad. En
teoría, las fluctuaciones del desempleo con el producto están estrechamente relacionadas.
La ley de Orkun postula la relación entre desempleo y la brecha del producto: es decir si el
producto observado supera al producto potencial, la tasa de desempleo tiende a disminuir
y viceversa. El BID (2016) para América Latina encuentra una relación negativa entre el
desempleo y el crecimiento del producto, aunque su coeficiente de Orkun (-0,16) es la
mitad del coeficiente para los países desarrollados (-0,34).
8,00
6,00
4,00
2,00
0,00
-2,00
-4,00
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Fuente: Elaboración propia con datos del INE y del Ministerio de Comunicación (2016).
El BID (2016) explica que en los países con los sectores informales más grandes, el
desempleo tiene menos fluctuaciones, así como los países con mayor rigidez en su
normativa laboral y salarial, como sería el caso boliviano. Según la OIT (2015), el
desempleo informal persiste en América Latina a pesar de los progresos en formalizar el
trabajo, y en 2013 fue un 46.8% de los trabajadores fueron informales, mientras que era
de 52% en 2005.
Bolivia tendría una de las tasas de desempleo informal más elevadas en la región, debido a
la fuerte incidencia del trabajador por cuenta propia en el empleo urbano (Gráfico 5).
Así con datos del INE con base al censo en 2012 (Gráfico 5), esta participación era de
41,1% frente a 51,8% del trabajador asalariado, siendo el sector “otros”; donde está una
mezcla de actividades desde el patrón, socio, empleador, cooperativista, trabajador
familiar y aprendiz sin remuneración, un 7,9% El problema adicional del asalariado es que
10
la mitad está incorporada a la actividad formal con beneficios sociales y seguridad social.
Así, solo un 25% de la población urbana está en una caja de salud pública y un 12% en
seguro privado.
Desempleo
8,00
6,00
4,00
2,00
0,00
Inflación Crecimiento
1990-2005 2006-2015
La tasa de inflación promedio entre 2006-2015 fue de 6,2% inferior a la del periodo 1986-
2005 de 11,6% denominado de estabilización, pero que sin embargo tardó, después de las
medidas de agosto de 1985, diez años en alcanzar tasa sostenidas de un dígito, puesto que
recién entre 1997 a 2005 la tasa promedio bajó a 3,9%, pero con un crecimiento del PIB
de 3,1% y un desempleo de 7,4%. La tasa de inflación en 2015 fue de 2,95%, inferior al
promedio de América Latina de 7,9% excluyendo a Venezuela. Comparada con el período
neoliberal (1990-2005), se observa en el Gráfico 6 que se logró una menor inflación y
desempleo junto con un mayor crecimiento del producto.
11
IV.2. ¿Equilibrio Fiscal y Equilibrio Externo?
Entre 2006-2013 por primera vez Bolivia registró superávits fiscales consecutivos puesto
que en todo el periodo 1985-2005 había registrado déficit fiscales. En promedio, el
superávit fue de 2% del PIB, mientras que entre 1990 y 2005 se registró un déficit de 4,5%
del PIB. Sin embargo, como consecuencia del shock externo adverso en 2014 y 2015 el
país registró dos déficit fiscales consecutivos y crecientes de 3,4% y 6,9% del PIB, siendo
que para la región la CEPAL (2016), estima un déficit del 2,7% a nivel de los Gobiernos
Centrales.
En lo que respecta al equilibrio externo, desde 1985 la economía boliviana registró déficit
en la cuenta corriente de la balanza de pagos, los cuales en el periodo 1990-2005 fueron
en promedio un 3,6% del PIB. Entre 2006-2014 se revierten los déficit en superávit en
cuenta corriente con un nivel promedio de 6,3% del PIB. Simultáneamente, los saldos de la
balanza de pagos global permitieron el incremento de las reservas internacionales netas
(RIN), las cuales en 2014 alcanzaron un nivel acumulado que superó los $us15 mil
millones equivalente a un 44% del PIB, mientras que en 2005 representaban un 13% del
PIB.
10 50
40
5
30
0
20
-5 10
-10 0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Fuente: Elaboración propia con datos del BCB (2016) y el MEFP (2016).
Para 2014 prácticamente hubo un equilibrio externo estadístico con un superávit de 0,2%
de la balanza de pagos en cuenta corriente respecto al PIB, empero, en 2015 después de
doce años registró un déficit de 6,5% del PIB el más alto en lo que va el presente siglo. En
cambio, la cuenta capital y financiera, que mide los flujos de capital, presentó en 2014 y
2015 superávit de 2,7% y 1,6% del PIB. En 2015 la balanza de pagos registró una pérdida
de RIN de 1643 millones de dólares, equivalente a un 4,9% del PIB. No obstante ello, las
RIN tienen un nivel equivalente a 38% del PIB, más del doble que el requerido según la
métrica del FMI (entre 14% y 17%).
12
Un indicador muy relevante es que Bolivia tiene una posición de inversión internacional
acreedora (PII), es decir que sus activos financieros internacionales son superiores a los
pasivos financieros de los residentes nacionales públicos y privados frente al resto del
mundo. A diciembre de 2015 el saldo neto representa a 7,4% del PIB según BCB (2016).
En esta sección se inicia con la hipótesis de Kuztnets sobre la relación del crecimiento con
equidad, se examina el cumplimiento del objetivo de reducción de pobreza y de la
desigualdad y su relación con el crecimiento en el caso boliviano y el papel de otros
factores que influyeron en la reducción de la pobreza y la desigualdad entre 2006-2015.
En un contexto de un país específico como México, Charles (2014) encuentra que bajos
niveles de desigualdad ejercen una positiva correlación con el crecimiento económico,
mientras que altos niveles tiene un negativo efecto. Por otra parte, en el caso de OECD
(2015) se estima que la desigualdad, que aumentó en 19 veces entre 1985-2005, afectó en
4,7 puntos porcentuales el crecimiento acumulativo entre 1990-2010.
Sin embargo no se trata solo de incluir, al final de un informe los resultados sociales, sino
de encontrar cómo el modelo económico en sí, o un tipo de política económica en
particular inciden con su funcionamiento en la pobreza y la desigualdad. El incluir dicho
objetivo en las decisiones de política económica permitirá escoger las mejores opciones de
política económica. Por ejemplo, las medidas de ajuste, como propone el FMI, no se pueden
analizar y considerar sin sus impactos en la pobreza y la desigualdad. Stigliz (2013) resaltó
que la desigualdad es una escogencia y, en los hechos, en el diseño y en los efectos de la
política económica, si no es explícitamente, los hacedores de política escogen entre mayor
o menor desigualdad.
La pobreza está asociada a la desigualdad de ingresos, como señala la OIT (2016, p.3):
“Hoy en día, aunque el porcentaje de personas en situación de pobreza equivale al 30 por
13
ciento de la población mundial, reciben menos del 2 por ciento del ingreso mundial”. Pero
si bien la reducción de la pobreza está acompañada de la disminución de la desigualdad,
no ocurre con la misma proporción o intensidad y a veces ni en la misma dirección, como
en el caso de Chile. Así América Latina no es la región más pobre del mundo sino de
ingreso medio, pero compite con África en desigualdad. Con base en datos del Banco
Mundial (2016), los primeros cinco países en el ranking de la desigualdad son africanos,
seguidos por cinco latinoamericanos. Entre los 14 más desiguales a nivel mundial figuran
Honduras (6), Colombia (7), Brasil (8), Guatemala (9), Panamá (10) y Chile (14). Y
Sudáfrica estaría entre los países más desiguales del mundo.
La pobreza moderada bajó de 60,6% en 2005 a 39,3% en 2014, equivalente a 21,3 puntos
porcentuales y significaría que 2 millones de bolivianos salieron de la pobreza. Empero,
sigue siendo alta comparada con el promedio de América Latina de 29,2% según CEPAL
(2015). En el periodo neoliberal, la reducción de la pobreza moderada fue muy lenta, al
bajar de 63,5% en 1999 a 60,6% en 2005, es decir solo 3 puntos porcentuales en seis años.
La pobreza en Bolivia entre 2005 y 2014 cayó a una tasa de -10,7%, la cual es
relativamente alta en América Latina al ser superada, si se compara con datos de CEPAL
(2015), solamente por Uruguay (-15,9) y Perú (-12,3) entre 2010-2014. A su vez, el
indicador de la brecha de pobreza, que pondera el porcentaje de personas pobres por la
distancia media entre sus ingresos y la línea de pobreza, disminuyó a una tasa de -12,9%
entre 2005 a 2014, la cual comparada con datos de CEPAL (2015) estaría entre las tasas
más altas después de Uruguay (-15,9%). Por tanto, la disminución de la pobreza y de la
brecha de pobreza en Bolivia entre 2005 y 2014 está entre las más altas de América
Latina.
CEPAL (2015) estima para la región en 2015 aumentos de 1,0 y 0,6 puntos porcentuales
en la extrema pobreza y en la pobreza, respectivamente, la cual simultáneamente ha
presentado una contracción del PIB del 0,5%.
Para analizar la relación del crecimiento con la pobreza, se toma en cuenta el nivel del
ingreso per cápita, una medida de bienestar de la población en general, el cual aumentó de
1.037 dólares corrientes en 2005 a 3.071 dólares en 2015 según el MEFP (2016b). En el
gráfico 8 se observa una alta correlación (R2=0,89) entre el crecimiento del nivel de
ingreso per cápita y la reducción de la extrema pobreza. Se encuentra que un uno por
ciento adicional del PIB per cápita esta, en promedio, asociado con una reducción de 0,34
puntos porcentuales en la pobreza extrema para el periodo 1999-2015.
14
Gráfico 8: NIVEL DEL INGRESO PER CÁPITA Y EXTREMA POBREZA
(En dólares y en porcentajes)
50 3500
45
3000
40
35 2500
30 2000
25
20 1500
15 1000
10
500
5
0 0
2011
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2012
2013
2014
2015
Extrema Pobreza PIB p/c (eje der)
La OIT (2016, p.99) confirmó para el periodo 1992–2012 para 90 países en diferentes
etapas de desarrollo, el impacto del crecimiento sobre la pobreza encontrando que un uno
por ciento adicional del PIB per cápita esta en promedio asociado con 0,17 puntos
porcentuales de reducción de la extrema pobreza. CEPAL (2015, p.12), señala que el
crecimiento del ingreso dio origen a dos tercios o más de la caída de la pobreza en Bolivia,
el Perú y Colombia”.
15
Gráfico 9: INCREMENTO DEL INGRESO PER CÁPITA DEL 40% MÁS POBRE
(En porcentajes)
12,0%
10,0%
8,0%
6,0%
4,0%
2,0%
0,0%
-2,0%
-4,0%
Con base en datos del Banco Mundial (2015), para una muestra de 96 países con
diferentes niveles de desarrollo, se encuentra que Bolivia fue el país con mayor
crecimiento anualizado en promedio del consumo o ingreso percápita del 40% más pobre
de la población, observándose claramente una redistribución expresada en el aumento del
ingreso de los pobres (10%) en forma más acelerada que la del conjunto de la población,
que fue de 4,3% anual (Gráfico 9).
El Índice de Gini, que mide como se distribuye el ingreso y constituye otra medida de la
desigualdad del ingreso, según CEPAL (2015) en la región disminuyó de 0,55 en 2002 a
0,491 en 2014. Bolivia registra una de las reducciones más relevantes de 0,60 en 2005 a
0,47 en 2011, en 13 puntos porcentuales. Si bien sigue siendo un coeficiente alto es
inferior al Gini de Brasil (0,55), Colombia (0,54), Paraguay (0,52) y Chile (0,51).
Según CEPAL (2015), como se observa en el Gráfico 10, Bolivia entre 2002 a 2010 tuvo la
tasa anualizada más alta de reducción de la desigualdad después de Venezuela, pero que
entre 2010 a 2014 fueron Uruguay, Argentina y Ecuador los países que tienen las tasas
más altas de reducción mientras se observa una reversión en Venezuela con un aumento
en la desigualdad.
16
Gráfico 10: AMÉRICA LATINA: TASA DE VARIACIÓN ANUAL DEL
COEFICIENTE DE GINI,
(En porcentajes)
De acuerdo a Salazar (2014), entre los otros los factores que explican los cambios en la
disminución de la pobreza y la desigualdad se encuentran:
El objetivo de las políticas de salario mínimo es reducir la incidencia de los bajos salarios
y, de esta manera, proteger el poder adquisitivo de los trabajadores más vulnerables y así
contribuir a la reducción de la pobreza. Su fundamento radica en las asimetrías de poder e
información que afectan especialmente a este tipo de trabajadores, sobre todo en un
contexto de elevada oferta de mano de obra de escasa calificación. En estas circunstancias,
la determinación de los salarios sin intervención pública se traduce en bajos ingresos,
incluso inferiores a los estándares que se consideran socialmente aceptables desde el
punto de vista de las condiciones de supervivencia.3
A partir de 2006 la política salarial consistió en aumentos del salario nominal igual o por
encima de la tasa de inflación pasada. En el caso del salario mínimo nominal, los
incrementos fueron mayores a la tasa de inflación por lo que el índice del salario mínimo
real (con base 2005=100) se incrementó a un nivel de 207,3 entre 2005 a 2015, es decir
casi se duplicó, mientras que entre 2001 y 2005 el índice del salario mínimo real
disminuyó en 4,4% (Gráfico 11).
3
CEPAL (2010), Estudio Económico de América Latina: 2008-2009, Políticas para la generación de empleo
de calidad, p.68.
17
Gráfico 11: SALARIO MÍNIMO REAL Y NOMINAL
(Índice 2005=100)
400,0
350,0
300,0
250,0
200,0
150,0
100,0
50,0
0,0
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
ISMR ISMN IPC
Junto con la disposición sobre el salario mínimo, que en 2015 fue que ningún trabajador
puede ganar menos de Bs. 1.656, equivalente a 238 dólares, se estableció el incremento
del 8,5% sobre la base de la remuneración del haber básico de la gestión 2015 para el
sector público y para el sector privado servirá como base de negociación.
El incremento salarial en el sector privado hasta la gestión 2007 según la norma debía ser
convenido entre el sector patronal y laboral, mientras que a partir de 2008 se
establecieron incrementos específicos como base de negociación. Entre 2008 y 2015 el
incremento referencial promedio fue mayor a la inflación promedio.
Según datos del MEFP (2016a), en 2005 Bolivia tenía uno de los salarios mínimos más
bajos de América del Sur, equivalente a 54 dólares y en 2015 ocupa el sexto lugar por
encima de Brasil, Perú y Colombia.
La relación entre pobreza y mercado laboral es estrecha dado que la fuente principal del
ingreso de los hogares en situación de pobreza proviene del mercado laboral. Influye en la
reducción de la pobreza la disminución de la tasa de empleo así como los aumentos de los
ingresos laborales. Así, CEPAL (2015, p.12) señala:
“la mejora del ingreso medio por ocupado fue acompañada de una mayor cantidad de
personas ocupadas, lo que permitió un incremento del ingreso laboral total del grupo que fue
superior al incremento de ambos componentes por separado. Este fue el caso de Bolivia
(Estado Plurinacional de), Chile, Colombia, El Salvador y la República Dominicana”.
18
V.3.2. Programas sociales especialmente redistributivos
La población beneficiada por los tres programas redistributivos en 2015 fue de 4,9
millones de beneficiarios equivalente al 45% de la población boliviana.
Los tres programas redistributivos en 2015 representaban 1,6% del PIB y en promedio
entre 2006-2015 un 1,4% del PIB. Los resultados del trabajo de Ugarte y Bolívar (2015)
sugieren que la implementación de estos programas redujo la incidencia de la pobreza
moderada en Bolivia en 8,2pp y la pobreza extrema en 9,6pp en el grupo que recibió éstas
transferencias. UDAPE (2015) estima que en el año 2014 el impacto de los mismos habría
sido de alrededor de 2 puntos porcentuales en la reducción de la extrema pobreza. El
documento de CEPAL-CEF (2015), señala que en caso de Bolivia el efecto de las
transferencias públicas en efectivo solo reduce el coeficiente Gini de 0,493 a 0,491.
Cuando Fajnzylberg (1990) cruzó las variables, que él denominó objetivos estratégicos
crecimiento-equidad, encontró un casillero que estaba vacío correspondiente a un alto
crecimiento del PIB per cápita mayor al 2,4% y una relación entre el 40% más bajos de los
ingresos respecto al 10% más alto, superior a 0,40. Bolivia en ese ejercicio se encontraba
en el primer casillero, de bajo crecimiento y baja equidad, junto con Chile y Perú. Los
países dinámicos en ese período, México y Brasil, estaban por debajo del objetivo de
menor desigualdad. Y en esa época, Argentina y Uruguay, los países menos desiguales
tenían un bajo crecimiento promedio (Cuadro 3).
19
Cuadro 3: EL CASILLERO VACIO DE FAJNZYLBERG
Si tomáramos como referencia a los países más dinámicos de la región Asia y Pacifico, la
tasa sería de 7,2%, un bench mark demasiado alto para la región, por lo que podríamos
considerar simplemente la tasas promedio de todos los niveles de ingresos de los países
de la región Asia Oriental y Pacifico, que fue de 3,2%. Para el caso de América Latina
tomamos una pequeña muestra conformada por Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Perú,
Uruguay y Venezuela y para el periodo de análisis se considera el promedio de la tasa de
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crecimiento del periodo 2006-2015, puesto que el objeto del trabajo es evaluar la política
económica del nuevo modelo económico entre 2006-2015 y ver si cumple el objetivo
estratégico.
Equidad
40% más pobre/10% más rico
<0,42 ≥0,42
Brasil (0,24) Venezuela (0,52)
Crecimiento <3,2% América Latina (0,32)
Chile (0,30)
PIB p/c I II
2006-2015 Colombia (0,25) Uruguay (0,60)
≥3,2% Bolivia (0,36) Perú (0,43)
III IV
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial y de la CEPAL.
Llama la atención el caso de Brasil que siguió con menor equidad pero que entre 2006-
2015 su tasa promedio de crecimiento del PIB per cápita fue de 1,7%, menor que la tasa de
dinamismo referencial (3,2%) bajando del cuadrante III al I. Chile, con una relación menor
a 0,42, registró una tasa promedio de 2,5% del PIB per cápita, manteniéndose en el mismo
casillero I de la época de Fajnzylberg. América Latina también se ubica en el casillero I,
siendo una región de medianos ingresos tiene una alta desigualdad. El caso de Venezuela
es emblemático puesto que representa los grandes avances en equidad, con una relación
de 0,52 pero un bajo desempeño económico al tener una tasa promedio de 0,6% de
crecimiento del PIB per cápita, mientras en cambio Uruguay mantuvo su tradición de
equidad pero mejoró mucho su desempeño económico (4,4%). El hallazgo interesante es
de Perú que pasó rozando el 0,42 pero registró la tasa más alta de la muestra con un 4,5%
promedio entre 2006-2015.
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Sin embargo, si afinamos el concepto de equidad e introducimos el clásico coeficiente de
Gini y tomamos como criterio de equidad el tener un coeficiente menor a 0,40 como
usualmente se hace, los resultados cambian un poco (Cuadro 6) y el principal es la salida
del Perú del casillero vacio, despejando así las dudas de su participación.
VII. Conclusiones
3. Bolivia entre 2006-2013 había logrado superávit mellizos, tanto en el sector fiscal
como externo. En 2014, se iniciaron los déficit fiscales que en 2015 llegó a 6,9% del
PIB junto a un déficit de balanza de pagos, registrado por primera vez desde 2002,
de 6,4% del PIB. Sin embargo, Bolivia tiene una posición de inversión internacional
acreedora (PII), es decir que sus activos financieros internacionales son superiores
a los pasivos financieros por octavo año consecutivo, a representando a diciembre
de 2015 un 7,4% del PIB según BCB (2016).
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América Latina debido a las todavía altas tasas de pobreza extrema y modera en el
área rural.
6. No obstante el elevado crecimiento del PIB per cápita y los avances registrados en
la pobreza y la desigualdad, si se reconstruye el casillero vació de
Fajnzylber(1990), que cruza dos variables; crecimiento del PIB per cápita y la
relación entre el ingreso del 40% de la población de ingresos más bajos y el 10%
de la población con ingresos más altos, se encuentra que Bolivia entre 1990 y
2015, ascendió del casillero I (bajo crecimiento y alta desigualdad) al casillero III
(alto crecimiento y todavía alta desigualdad), estando ocupado el casillero IV de
alto crecimiento y baja desigualdad por Uruguay y Perú, y si se utiliza el coeficiente
de Gini, solo por Uruguay.
La idea es que se haga explícito como objetivo de política económica el alcanzar buenas
tasas de crecimiento económico junto con lograr una mayor equidad, es decir que la
menor desigualdad no es inevitable y se puede escoger como meta, así como se hace entre
lograr crecimiento económico junto con empleo y baja inflación. En los hechos, de facto, en
forma implícita los tomadores de política económica saben de una u otra forma, que
determinadas medidas fiscales y monetarias tendrán efecto en los salarios, en el mercado
laboral, en las pensiones y en los precios con efectos en los sectores de bajos ingresos y
con resultados en la pobreza. Así sucedió con las políticas de ajuste en América Latina en
el pasado y actualmente con Grecia y España.
En este contexto, la política económica aplicada en Bolivia entre 2006-2015 ha sido una
política explícita de lograr buenas tasas de crecimiento junto con la reducción de la
pobreza y la desigualdad. Los resultados muestran que se cumplió con los objetivos
tradicionales y con el objetivo estratégico.Sin embargo, no logró entrar Bolivia al casillero
vació como lo hizo Uruguay, porque si bien logró buenas tasas del crecimiento del PIB per
cápita, no logro todavía reducir la desigualdad a los niveles comparables
internacionalmente. Al reconstruirse la metodología de Fajnzylberg se encontró que
milagros económicos del pasado, como Brasily Chile se mantienen en el casillero I de bajo
crecimiento y alta desigualdad., junto con la región en promedio.
El desafío será en el corto y mediano plazo mantener buenas tasas de crecimiento del PIB
junto con reducir la pobreza y la desigualdad en un contexto de un shock externo severo
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de precios internacionales y en especial del gas natural que implicó elevados déficit
mellizos, rompiendo los tradicionales superávit entre 2006-2013.
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Referencias Bibliográficas
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