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II CONGRESO DE

PENSAMIENTO ECONÓMICO
LATINOAMERICANO
“BALANCE DEL PENSAMIENTO
ECONÓMICO LATINOAMERICANO”
27 y 28 de Octubre de 2016
BANCO CENTRAL DE BOLIVIA
Cochabamba, Bolivia

Gabriel Loza Telleria

El casillero vacío: Bolivia, crecimiento con equidad 2006-2015


1
Gabriel Loza Tellería

Docente de la Academia Diplomática del Estado Plurinacional de Bolivia del


Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto

RESUMEN

La evaluación de los resultados de la política económica aplicada en Bolivia entre 2006-


2015 muestra que cumplió con los objetivos tradicionales de buen crecimiento, baja
inflación y bajo desempleo, así como con el objetivo estratégico de crecimiento y equidad.
La variable que explica el mayor dinamismo económico, comparado con el modelo
neoliberal (1989-2015), fue la mayor contribución del gasto público en 1,4 puntos
porcentuales por encima de su incidencia promedio.

No obstante el elevado crecimiento del PIB per cápita y la reducción de la pobreza y la


desigualdad, con base a la reconstrucción de la metodología de casillero vacío de
Fajnzylber (1990), que cruza crecimiento del PIB per cápita con la relación entre el
ingreso del 40% de la población de ingresos más bajos y el 10% de la población con
ingresos más altos, se encontró que Bolivia ascendió del casillero I (bajo crecimiento y alta
desigualdad) al casillero III (alto crecimiento y alta desigualdad), estando ocupado el
casillero IV de alto crecimiento y baja desigualdad por Uruguay y Perú. No logró entrar
Bolivia al casillero vacío, porque si bien logró buenas tasas de crecimiento, no redujo la
desigualdad a los niveles comparables internacionalmente.

Palabras clave: Crecimiento, Equidad, Pobreza, Política Económica, Distribución


del Ingreso.

Códigos JEL: E23, E61, I32, O47.

2
I. Introducción

América Latina atraviesa tiempos difíciles y los vientos de cola soplan fuerte en economías
como Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Venezuela que habían experimentado en el
pensamiento económico latinoamericano una visión alternativa y contestataria a la
predominante y, en particular, a la neoliberal centrada exclusivamente en el crecimiento,
el mercado, la apertura financiera indiscriminada, los paraísos tributarios a la inversión
extranjera directa y en el confinamiento del problema de la equidad al rebalse de los frutos
del crecimiento económico.

Los vientos de cambio recientes en Argentina y Brasil retornan a los principios del
Consenso de Washington que se creían superados, especialmente en cuanto a la
liberalización financiera. Hasta un paper del FMI, Fuceri y Loungani (2015, p.15) concluye
que la liberalización de la cuenta de capitales ha incrementado la desigualdad expresada
en el aumento del coeficiente de Gini en 0,8% en el corto plazo y entre 0,7% y 2,5% en el
mediano plazo, mientras que Suanes (2016) encuentra evidencia de que la inversión
extranjera directa aumenta la desigualdad de los ingresos.

Lo relevante es que el énfasis en la estabilidad macroeconómica en el caso boliviano, ha


permitido conjuncionar el crecimiento económico, con la redistribución del ingreso y la
reducción de la pobreza, objetivos que en el pensamiento dominante del Consenso de
Washington aparecían incompatibles o presentaban un trade off. Incluso en instituciones
como CEPAL (2016), que expresan la corriente neo estructuralista, presentan en forma
separada el Estudio Económico, donde enfatizan el problema del crecimiento relacionado
con los cuatro objetivos tradicionales del cuadrado mágico1, del Panorama Social, donde se
habla de pobreza y equidad, pero como si fueran dos problemas separados. Por eso es
importante retomar el famoso casillero vacío de Fajnzylberg (1990) que resulta al cruzar
las variables de crecimiento y equidad y que, un cuarto de siglo después de su hallazgo,
parece difícil de llenarse con algunas excepciones, como se verá en este trabajo. A Bolivia,
su política económica le ha permitido a su vez diferenciarse de las otras experiencias
contestatarias, como Venezuela, Ecuador y Brasil, que si bien han tratado de reducir la
pobreza y la desigualdad no han podido mantener una baja tasa de inflación y un
crecimiento económico sostenido.

La economía boliviana desde 2006 a 2015 ha presentado una situación macroeconómica


muy expectable comparada con períodos anteriores y con otros países de América Latina.
Ha atravesado la crisis financiera de 2008 y la Gran Contracción del Comercio en 2009 y
actualmente está enfrentando un shock externo adverso y persistente de términos de
intercambio y, sin embargo, ha registrado una tasa de crecimiento de 4,9% en 2015, la más
alta de América del Sur, y el Gobierno espera que crezca alrededor del 5% en 2016. Lo
resaltante es que simultáneamente ha logrado reducir tanto la pobreza extrema como
moderada en más de 20 puntos porcentuales, y disminuir la desigualdad expresada en el
coeficiente de Gini de 0,59 en 2005 a 0,47 en 2011, en doce puntos porcentuales según
CEPAL (2015).

El objetivo del trabajo es evaluar el desempeño económico de Bolivia no solo en función de


los objetivos tradicionales de la política económica (cuadrado mágico) sino desde el punto
de vista del objetivo estratégico de crecimiento y equidad, para lo cual se reconstruye el
casillero vacío para el periodo 2006-2015 y para un grupo de países (Bolivia, Brasil,
Colombia, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela). Para tal efecto, el análisis se inicia con la

1
Véase Martner R. (2004). Política Fiscal y entorno macroeconómico. Serie Manuales 5. ILPES –
CEPAL. Santiago de Chile.
3
discusión de los objetivos de la política económica y se identifican las dos variables
relevantes que explican el dinamismo del modelo económico boliviano; la demanda
interna y, dentro de ella, el gasto público. Posteriormente, se evalúan los resultados de la
política económica aplicada en función del llamado cuadrado mágico: crecimiento y
empleo, baja inflación equilibrio externo y fiscal. Una vez realizado el análisis tradicional,
recién se retoma el objetivo estratégico de crecimiento con equidad como un quinto
objetivo, para lo cual, en primer lugar, se analiza la relación entre el crecimiento con la
reducción de la pobreza y la desigualdad y, en segundo lugar, se reconstruye después de
25 años el casillero vacío de Fajnzylberg (1990) para el caso de una muestra de países
(Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Uruguay y Venezuela) para el periodo 2006-2015,
terminado como es usual con las conclusiones del trabajo.

II. El casillero vacío y la Política Económica

La visión de la economía plural establecida en la Constitución Política del Estado (2009)no


es un enfoque basado en la hegemonía del capitalismo, la propiedad privada y el libre
mercado salvaje, ni tampoco es un enfoque basado exclusivamente centrado en la
propiedad estatal y el socialismo estatista, sino es una visión pluricultural, plurinacional,
comunitaria y anticolonial.

Diferencia claramente entre liberalismo (individualismo) y colectivismo (estatismo),


puesto que su Artículo 306 establece muy claramente que “la economía social y
comunitaria complementará el interés individual con el vivir bien colectivo”. Además
enuncia los principios de esta coexistencia o convivencia entre las distintas formas de
organización económica; pública, privada, comunitaria y cooperativista social, con base a
los principios de complementariedad, reciprocidad y solidaridad, distintos los principios
de la competencia y del mercado.

El concepto de desarrollo inmerso en el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2011 estaba


sintetizado en la frase de “Vivir Bien”, distinto al prevaleciente centrado en el crecimiento
económico o en el desarrollismo. El concepto del “Vivir Bien” tiene dos motivaciones
simultáneas: el lograr el acceso y disfrute de los bienes materiales junto con la realización
afectiva, subjetiva y espiritual. Este enfoque se alinea con el de AmartyaSen (1999), quién
criticó el enfoque neoliberal del bienestar material individual (utilitarismo) que conducía
automáticamente al bienestar social y nacional y que solo ponía énfasis en el acceso a
bienes y servicios. Entendía el desarrollo como un proceso de expansión de las
capacidades que disfrutan los individuos. Así, como dice la Constitución Boliviana, el
modelo plural está orientado a mejorar la calidad de vida y el Vivir Bien. (Artículo 306).

Una forma de evaluar la Política Económica aplicada en el periodo 2006-2015 es examinar


como enfrenta los dilemas del tradicional cuadrado mágico ante los problemas de
crecimiento y desempleo, déficit fiscal y déficit externo y la inflación. Sin embargo, estos
cuatro objetivos deben ser compatibles con la reducción de la pobreza y la desigualdad,
incorporados en un pentágono mágico o en la cruz andina, como se observa en el Gráfico 1.

El paradigma neoliberal se basa en la idea, que no se sostiene según Fajnzylberg (1990),


de que “existe una ley de compensaciones entre el crecimiento y la equidad”.
Estrictamente quedaría la equidad fuera del ámbito de la economía “positiva”, del cómo
asignar recursos escasos frente a necesidades múltiples y jerarquizables como la definió
Lionel Robbins en 1932, olvidándose de la definición de David Ricardo; ciencia que estudia
las leyes de cómo se distribuye el producto social entre las diversas clases que participan.
Así, la equidad como problema moral o de justicia podría formar parte del área
“normativa” o en la práctica de la política social, pero separada de la economía que debe
4
ser una ciencia “positiva”, olvidándose de que el fin último de la economía debería ser el de
satisfacer las necesidades materiales de la gente en forma equitativa y no simplemente un
problema de programación lineal de asignación de recursos.

Gráfico 1: LA CRUZ ANDINA EN LA ECONOMÍA

Crecimiento y empleo

Reducción de la
Equilibrio Equilibrio Fiscal
pobreza y la
externo desigualdad

Estabilidad de Precios

Fuente: Elaboración propia con base en el cuadrado mágico.

Fajnzylber (1990), con el concepto de “casillero vacío” señalaba que ningún país de la
región había logrado compatibilizar el crecimiento económico sostenido con la equidad y
demostró que no existe un dilema de política económica entre crecimiento y equidad, que
deberían ser su objetivo estratégico. Señalaba, que la noción de casillero vacío surge:

“Al cruzar las variables de crecimiento y equidad aplicando como línea divisoria del
dinamismo el crecimiento medio de los países avanzados en el período 1965 a 1984
y para la equidad la relación entre el 40% más pobre y el 10% más próspero, se
genera una matriz de doble entrada en que queda un casillero vacío: corresponde a
los países que podrían haber alcanzado a un mismo tiempo un crecimiento más
acelerado que el de los países avanzados y un nivel de equidad superior a 0,4%.
[Fajnzylberg, 1990. p.11]

Destaca que “el crecimiento sostenido exige una sociedad articulada internamente y
equitativa, lo que crea condiciones propicias para….la incorporación del progreso técnico y
elevación de la productividad y, por consiguiente, del crecimiento”… “La secuencia……. es
la de equidad, austeridad, crecimiento y competitividad”.[Ibid, pp. 165 y 166]

Sin embargo, la CEPAL, donde surgió el pensamiento de Fajnzylber, periódicamente saca


dos informes separados, el Estudio Económico (2016) por un lado, donde destaca las
economías con mayor crecimiento económico y, por otro, el Panorama Social (2015) en el
que describe la situación de los países con mayor pobreza y desigualdad, pero sin intentar
“cruzar” ambas variables y ver sus interrelaciones. Se alega la periodicidad de las cifras,

5
puesto que las variables sociales casualmente están rezagadas en uno a más años que las
variables macroeconómicas. Para Palma (2016, p.53) tanto en la corriente principal de
economía y neoliberal en general insisten en buscar “factores exógenos” que expliquen y
posiblemente justifiquen la desigualdad en el mundo. Sin embargo, como dice Stigliz
(2013), la desigualdad no es inevitable y es una elección de política económica.

III. Las características relevantes de la política económica en Bolivia

En esta sección se destacan dos variables relevantes de la política económica aplicada


entre 2006-2015 como son el dinamismo de la demanda interna y, dentro de ella, el motor
del gasto público.

III.1 El dinamismo de la demanda interna

El desempeño del PIB durante el periodo 2006-2015 muestra una tasa promedio del 5,0%
con un máximo observado de 6,8% en 2013, que probablemente ya no sea superada en un
mediano plazo. Este crecimiento está entre los más altos de América Latina, mientras que
la región, en promedio, se estancó con una tasa de -0,4%, la más baja desde 2009 según
CEPAL (2016). El crecimiento promedio del 5% es mayor a la del periodo neoliberal,
puesto que entre 1989 a 2005 el PIB creció 3,6%.

El crecimiento fue impulsado por la demanda interna, que registró un promedio de


incidencia de 5,6% versus el crecimiento de la demanda externa (constituida solo por
exportaciones)2 que tuvo una incidencia de 1,4% (Gráfico 2). También en el periodo
precedente (1989-2005), la demanda interna impulsó el crecimiento aunque en menor
intensidad (3,2%) que entre 2006-2015, y fue superior la contribución de la demanda
externa (1,9%).

Gráfico 2: CRECIMIENTO IMPULSADO POR LA DEMANDA INTERNA


(En porcentajes)
10
8
6
4
2
0
-2
-4
-6
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
PIB Demanda interna
Demanda externa Promedio DI
promedio DE
Fuente: Elaboración propia con datos del INE.
Nota*: DI; demanda interna, DE, demanda externa=exportaciones

2
Estrictamente el concepto de demanda externa se refiere a las exportaciones, mientras que las
importaciones forman parte de la oferta global, por lo que no es apropiado utilizar el concepto de
“demanda externa neta” cuando se analizan las variables que influyen en la oferta y demanda
agregada.
6
Si bien el impulso de la demanda interna es una característica resaltante del nuevo modelo
económico, no es conveniente descuidar el impulso de la demanda externa, que en 2015 se
contrajo con una incidencia en el crecimiento del PIB de -2%, aunque en menor
proporción que en la crisis de 2009. El problema será si continúa declinando en 2016,
como sucedió en el primer trimestre, con una incidencia negativa de 0,5%, en forma tal
que influyaen una menor tasa de crecimiento esperada y, por tanto, en una menor
utilización del producto potencial.

Al interior de la demanda interna, la formación bruta de capital fijo (FBCF) fue una
variable determinante. Por un lado, el coeficiente de inversión aumentó de 15,4% entre
1989-2005 a 17,9% entre 2006-2015, pero en los últimos 5 años (2011-2015), en
promedio el coeficiente de inversión subió a 19,7%. Este nivel es todavía inferior al
promedio de América Latina y el Caribe que está en 21,4%. Por otro lado, la incidencia de
la FBCF en el crecimiento fue de 1,9% entre 2006-2015, el doble que en el periodo de
1988-2005, que fue de 1% y mayor que la contribución en la región que fue de 1,3%.

III.2. El dinamismo del Gasto Público

Dentro de la FBCF, la inversión pública fue la variable dinámica a diferencia del periodo
precedente. Por una parte, aumentó su participación en el PIB de 7,1% entre 1988-2005 a
10,5% entre 2006-2015, siendo en los últimos 5 años su participación en promedio de
11,7% del PIB. El peso de la inversión pública en Bolivia en proporción al PIB es el más
alto de Sudamérica, si tomemos su participación del 13,5% en 2015 y comparamos con
Ecuador (10,2%), Colombia (6,7%), Perú (5,8%), Uruguay (4%) y Chile (3%) según datos
del MEFP (2016a). Por otra parte, la contribución de la inversión pública en el crecimiento
del PIB fue mayor (1,2%) que la del sector privado (0,7%) y superior a la del periodo
1989-2005, que fue solamente de 0,1%, como se observa en el Gráfico 3.

Gráfico 3: INCIDENCIA DE LA INVERSIÓN PÚBLICA EN EL CRECIMIENTO DEL PIB


(En porcentajes)
8

-2

-4
2005
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004

2006
2007

2014(p)
2015 (p)
2008
2009
2010
2011
2012
2013

Crecimiento PIB inc FBK SP inc FBK sp

Fuente: Elaboración propia con datos del INE.


*Nota: FBK: Formación Bruta de Capital Fijo; SP: sector público; sp: sector privado.

En consecuencia, otra característica relevante del nuevo modelo económico es que el


dinamismo de la inversión pública fue el motor del crecimiento en el periodo actual, a
diferencia de la inversión privada extranjera que fue el impulsor del crecimiento en el
periodo neoliberal.
7
Como resultado del mayor énfasis en la inversión pública, se registró un cambio en la
composición de la inversión. La inversión pública fue entre 1988-2005 un 47,9% del total
y subió a 58,1%entre 2006-2015 con un aumento de su participación de la inversión
pública en 10 puntos porcentuales. En cambio, la Inversión Extranjera Directa (IED) que
llegó a representar un 41,2% del total disminuyó en la misma proporción a un 31%, y la
del sector privado nacional en 2,7 puntos porcentuales, al descender su participación de
13,6% a 10,9% del total.

Basarse solo el dinamismo en la inversión pública puede llevar o a un sobrecalentamiento


de esta inversión por las dificultades de ejecución o por limitaciones en eficiencia y
rendimiento, por lo que es necesario que le acompañe la inversión privada, ya sea nacional
o extranjera, para sostener el crecimiento del producto. Así en 2015 resalta que la
formación bruta de capital privado no haya tenido ninguna incidencia en el crecimiento
del PIB (Cuadro 1).

Cuadro 1: INCIDENCIA DEL GASTO PÚBLICO EN EL CRECIMIENTO DEL PIB


(En porcentajes)

1989-2005 2014(p) 2015(p) 2006-2015


PIB 3,6 5,5 4,9 5,0
Gasto Público 0,4 2,0 2,0 1,8
Consumo Público 0,4 0,8 1,1 0,6
Formación Bruta Capital Sector Publico 0,1 1,3 1,0 1,2
Gasto Privado 3,1 4,6 3,6 4,0
Consumo Privado 2,3 3,8 3,6 3,4
Formación Bruta Capital Sector Privado 0,8 0,8 0,0 0,7
Variación de existencias 0,0 0,5 -0,7 -0,2
Exportaciones de Bienes y Servicios 1,9 3,6 -2,0 1,4
Importaciones de Bienes y Servicios 1,5 5,2 -1,9 1,9
Fuente: Elaboración propia con datos del INE.

Si al dinamismo de la inversión pública le sumamos el del consumo público, resulta que el


gasto de gobierno (el famoso G en macroeconomía) ha contribuido al crecimiento
promedio anual del PIB entre 2006 a 2015 a mayor tasa anual (1,8%) que en periodo
neoliberal entre 1989-2005 (0,4), en 1,4 puntos porcentuales en promedio anual en sus
dos componentes tanto el consumo público (0,2%) como la inversión pública (1,1%)
como se observa en el Cuadro 1. Si no hubiera habido esta mayor participación del Estado
en la economía, el PIB habría crecido en 3,2% en forma similar a la tasa promedio del
modelo anterior.

En cambio, el gasto privado disminuyó en los periodos comparados en 13,3 puntos


porcentuales, correspondiendo al consumo privado la caída en mayor proporción.

La participación del Estado en la economía podemos medirla según los componentes del
gasto, separando el público del privado, en el PIB como se muestra en el Cuadro 2. Con
base en esta desagregación encontramos que el gasto público, una variable relevante del
modelo, se incrementó en 3,8 puntos porcentuales comparado con el periodo neoliberal de
1988-2005. Sin embargo, si comparamos el promedio neoliberal con el observado en
2015, la participación del gasto público aumentó en 9,9 puntos porcentuales,
correspondiendo el mayor incremento a la inversión pública de 6,4 puntos y también al
consumo público en 3,5 puntos porcentuales.

8
Cuadro 2: PARTICIPACIÓN DEL GASTO PÚBLICO EN EL PIB
(En porcentajes)

Variación Variación
1988-2005 2015(p) 2006-2015 PP 06-15 PP 15
PIB 100,0 100,0 100,0
Gasto Público 21,1 31,0 24,8 3,8 9,9
Consumo Público 14,0 17,5 14,4 0,4 3,5
FBCF Público 7,1 13,5 10,5 3,4 6,4
Gasto Privado 83,6 77,2 70,4 -13,3 -6,5
Consumo Privado 75,3 69,3 62,9 -12,4 -6,0
FBCF Privado 8,3 7,8 7,5 -0,9 -0,5
Variación de existencias 0,3 -2,1 -0,2 -0,5 -2,3
Exportaciones Bienes y Servicios 22,3 30,9 41,5 19,2 8,6
Importaciones Bienes y Servicios 27,3 36,9 36,4 9,2 9,7
Fuente: Elaboración propia con datos del INE.
*Nota: PP: Puntos porcentuales.

IV. Evaluación de los objetivos tradicionales del cuadrado mágico

En esta sección se evalúa la política económica de Bolivia en el marco de los objetivos


tradicionales de crecimiento, empleo e inflación, así como de equilibrio fiscal y equilibrio
externo.

IV.1. Crecimiento, Empleo e Inflación

El crecimiento del PIB ha estado acompañado de una disminución de la tasa de desempleo


de 8,2% en 2005 a 3,5% en 2014 y luego, como efecto del shock externo de precios de los
commodities, subió a 4,4% en 2015, equivalente a 0,9 puntos porcentuales. Según
CEPAL/OIT (2016), en 2015 por primera vez desde 2009 aumentó la tasa de desempleo
al pasar de 6,0% en 2014 a 6,5% en 2015, equivalente a 0,5 puntos porcentuales, como
resultado de la escasa generación de empleo asalariado reflejo a su vez del reducido
dinamismo de la actividad económica.

A los economistas y las autoridades les interesa saber no solo si el PIB sube o baja, sino si
el producto se sitúa por encima o por debajo del producto potencial, la cantidad máxima
de bienes y servicios que una economía puede generar operando a plena capacidad. En
teoría, las fluctuaciones del desempleo con el producto están estrechamente relacionadas.
La ley de Orkun postula la relación entre desempleo y la brecha del producto: es decir si el
producto observado supera al producto potencial, la tasa de desempleo tiende a disminuir
y viceversa. El BID (2016) para América Latina encuentra una relación negativa entre el
desempleo y el crecimiento del producto, aunque su coeficiente de Orkun (-0,16) es la
mitad del coeficiente para los países desarrollados (-0,34).

Para determinar la brecha del producto o desviación de la tendencia respecto al PIB en la


economía boliviana (Gráfico 4),se supone una tasa de crecimiento del producto potencial
del 5%. El FMI (2015) estima el producto potencial de Bolivia en 3,5%, aclarando que en
2014 estimó en 5%, mientras que el Gobierno de Bolivia señala que permanece en 5%. Con
base a una serie desde 2005-2015 por la consistencia de los datos de empleo, se encontró
un coeficiente de -0,33, que significa que cuando la producción crece (disminuye) en 1%
más de lo normal, la tasa de desempleo disminuirá un 0.3%, o si disminuye en 1%
respecto a su producto potencial, la tasa de desempleo aumentará en 0,3%.
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Gráfico 4. DESEMPLEO, CRECIMIENTO Y BRECHA DEL PRODUCTO EN BOLIVIA
(En porcentajes)
10,00

8,00

6,00

4,00

2,00

0,00

-2,00

-4,00
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

PIB Tasa de desempleo Brecha del producto

Fuente: Elaboración propia con datos del INE y del Ministerio de Comunicación (2016).

El BID (2016) explica que en los países con los sectores informales más grandes, el
desempleo tiene menos fluctuaciones, así como los países con mayor rigidez en su
normativa laboral y salarial, como sería el caso boliviano. Según la OIT (2015), el
desempleo informal persiste en América Latina a pesar de los progresos en formalizar el
trabajo, y en 2013 fue un 46.8% de los trabajadores fueron informales, mientras que era
de 52% en 2005.

Bolivia tendría una de las tasas de desempleo informal más elevadas en la región, debido a
la fuerte incidencia del trabajador por cuenta propia en el empleo urbano (Gráfico 5).

Gráfico 5: BOLIVIA: SITUACIÓN EN EL EMPLEO SEGÚN ÁREA: CENSO 2012

Así con datos del INE con base al censo en 2012 (Gráfico 5), esta participación era de
41,1% frente a 51,8% del trabajador asalariado, siendo el sector “otros”; donde está una
mezcla de actividades desde el patrón, socio, empleador, cooperativista, trabajador
familiar y aprendiz sin remuneración, un 7,9% El problema adicional del asalariado es que

10
la mitad está incorporada a la actividad formal con beneficios sociales y seguridad social.
Así, solo un 25% de la población urbana está en una caja de salud pública y un 12% en
seguro privado.

El sector informal urbano en Bolivia tiene mucha importancia económica y política. Se


estima en un 65% del empleo urbano en 2011, según CEDLA (2012), y comprende:

 Trabajadores por cuenta propia: unipersonales y familiares


 Propietarios de las micro y pequeñas unidades económicas (hasta 5 ocupados)
 Trabajadores dependientes: operarios, ayudantes, aprendices
 Familiares no remunerados
 Trabajadores a domicilio
 Subcontratados

El objetivo de estabilidad de precios se logró junto con el crecimiento económico y bajo


desempleo (Gráfico 6). El alcanzar en forma simultánea ambos objetivos es un logro de la
política económica, puesto que la economía boliviana tuvo periodos de baja inflación pero
bajo crecimiento económico y alto desempleo, lo que en un momento se llamó el equilibrio
en el fondo del pozo.

Gráfico 6: BAJA INFLACIÓN Y DESEMPLEO Y BUEN CRECIMIENTO


(En porcentajes)

Desempleo
8,00

6,00

4,00

2,00

0,00

Inflación Crecimiento

1990-2005 2006-2015

Fuente: Elaboración propia con datos del INE y el Ministerio de Comunicación


(2016).

La tasa de inflación promedio entre 2006-2015 fue de 6,2% inferior a la del periodo 1986-
2005 de 11,6% denominado de estabilización, pero que sin embargo tardó, después de las
medidas de agosto de 1985, diez años en alcanzar tasa sostenidas de un dígito, puesto que
recién entre 1997 a 2005 la tasa promedio bajó a 3,9%, pero con un crecimiento del PIB
de 3,1% y un desempleo de 7,4%. La tasa de inflación en 2015 fue de 2,95%, inferior al
promedio de América Latina de 7,9% excluyendo a Venezuela. Comparada con el período
neoliberal (1990-2005), se observa en el Gráfico 6 que se logró una menor inflación y
desempleo junto con un mayor crecimiento del producto.

11
IV.2. ¿Equilibrio Fiscal y Equilibrio Externo?

En el caso boliviano se logró buenas tasas de crecimiento económico, bajo desempleo e


inflación junto con superávit fiscal y superávit externo hasta 2013 (Gráfico 7).
Generalmente se asociaba alto crecimiento y bajo desempleo con déficit fiscal y externo.

Entre 2006-2013 por primera vez Bolivia registró superávits fiscales consecutivos puesto
que en todo el periodo 1985-2005 había registrado déficit fiscales. En promedio, el
superávit fue de 2% del PIB, mientras que entre 1990 y 2005 se registró un déficit de 4,5%
del PIB. Sin embargo, como consecuencia del shock externo adverso en 2014 y 2015 el
país registró dos déficit fiscales consecutivos y crecientes de 3,4% y 6,9% del PIB, siendo
que para la región la CEPAL (2016), estima un déficit del 2,7% a nivel de los Gobiernos
Centrales.

En lo que respecta al equilibrio externo, desde 1985 la economía boliviana registró déficit
en la cuenta corriente de la balanza de pagos, los cuales en el periodo 1990-2005 fueron
en promedio un 3,6% del PIB. Entre 2006-2014 se revierten los déficit en superávit en
cuenta corriente con un nivel promedio de 6,3% del PIB. Simultáneamente, los saldos de la
balanza de pagos global permitieron el incremento de las reservas internacionales netas
(RIN), las cuales en 2014 alcanzaron un nivel acumulado que superó los $us15 mil
millones equivalente a un 44% del PIB, mientras que en 2005 representaban un 13% del
PIB.

Gráfico 7: INDICADORES DE VULNERABILIDAD


(En porcentaje del PIB)
15 60

10 50

40
5
30
0
20
-5 10

-10 0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

RIN /PIB (derecha)


Balance Fiscal/ PIB
Balanza de Pagos en Cuenta Corriente/ PIB

Fuente: Elaboración propia con datos del BCB (2016) y el MEFP (2016).

Para 2014 prácticamente hubo un equilibrio externo estadístico con un superávit de 0,2%
de la balanza de pagos en cuenta corriente respecto al PIB, empero, en 2015 después de
doce años registró un déficit de 6,5% del PIB el más alto en lo que va el presente siglo. En
cambio, la cuenta capital y financiera, que mide los flujos de capital, presentó en 2014 y
2015 superávit de 2,7% y 1,6% del PIB. En 2015 la balanza de pagos registró una pérdida
de RIN de 1643 millones de dólares, equivalente a un 4,9% del PIB. No obstante ello, las
RIN tienen un nivel equivalente a 38% del PIB, más del doble que el requerido según la
métrica del FMI (entre 14% y 17%).

12
Un indicador muy relevante es que Bolivia tiene una posición de inversión internacional
acreedora (PII), es decir que sus activos financieros internacionales son superiores a los
pasivos financieros de los residentes nacionales públicos y privados frente al resto del
mundo. A diciembre de 2015 el saldo neto representa a 7,4% del PIB según BCB (2016).

V. Objetivo estratégico : crecimiento y equidad

En esta sección se inicia con la hipótesis de Kuztnets sobre la relación del crecimiento con
equidad, se examina el cumplimiento del objetivo de reducción de pobreza y de la
desigualdad y su relación con el crecimiento en el caso boliviano y el papel de otros
factores que influyeron en la reducción de la pobreza y la desigualdad entre 2006-2015.

V.1. El objetivo estratégico olvidado

La reducción de la pobreza y la desigualdad es el quinto objetivo olvidado por la política


económica tradicional y que incluso el actual pensamiento dominante en la región la
considera como un objetivo de política social, por ejemplo, al presentar en forma separada
el Balance o Estudio Económico del Panorama Social, como hace la CEPAL. En la literatura
económica no se ha llegado a un consenso sobre el signo de la relación entre crecimiento y
desigualdad (positivo, negativo, no lineal) puesto que los resultados de una serie de
estudios no han convergido en una generalizada posición [Charles, 2014, p.1]. El
paradigma de Kuznets (U invertida), que prevaleció por mucho tiempo señala que entre
desigualdad y crecimiento hay una empírica regularidad que predice cuando los países
están en el sendero del desarrollo podrían pasar por un periodo de alta desigualdad antes
que disminuya ésta cuando alcancen altos niveles de desarrollo. Es decir la desigualdad
sería inevitable. Sin embargo, como resalta Palma (2016), la enorme diversidad
distribucional entre medianos y altos ingresos inmediatamente emite sus dudas de su
relevancia contemporánea (si alguna vez existió) de la hipótesis de Kuznets en su versión
de corte transversal. Adicionalmente, se suma la hipótesis del reverse catching-up
(revirtiendo el alcance) que mostraría que incluso algunos países avanzados, como los
Estados Unidos, han aumentado la desigualdad y tenderían a alcanzar a América Latina.

En un contexto de un país específico como México, Charles (2014) encuentra que bajos
niveles de desigualdad ejercen una positiva correlación con el crecimiento económico,
mientras que altos niveles tiene un negativo efecto. Por otra parte, en el caso de OECD
(2015) se estima que la desigualdad, que aumentó en 19 veces entre 1985-2005, afectó en
4,7 puntos porcentuales el crecimiento acumulativo entre 1990-2010.

Sin embargo no se trata solo de incluir, al final de un informe los resultados sociales, sino
de encontrar cómo el modelo económico en sí, o un tipo de política económica en
particular inciden con su funcionamiento en la pobreza y la desigualdad. El incluir dicho
objetivo en las decisiones de política económica permitirá escoger las mejores opciones de
política económica. Por ejemplo, las medidas de ajuste, como propone el FMI, no se pueden
analizar y considerar sin sus impactos en la pobreza y la desigualdad. Stigliz (2013) resaltó
que la desigualdad es una escogencia y, en los hechos, en el diseño y en los efectos de la
política económica, si no es explícitamente, los hacedores de política escogen entre mayor
o menor desigualdad.

V.2. Crecimiento económico y reducción de la pobreza y la desigualdad

La pobreza está asociada a la desigualdad de ingresos, como señala la OIT (2016, p.3):
“Hoy en día, aunque el porcentaje de personas en situación de pobreza equivale al 30 por
13
ciento de la población mundial, reciben menos del 2 por ciento del ingreso mundial”. Pero
si bien la reducción de la pobreza está acompañada de la disminución de la desigualdad,
no ocurre con la misma proporción o intensidad y a veces ni en la misma dirección, como
en el caso de Chile. Así América Latina no es la región más pobre del mundo sino de
ingreso medio, pero compite con África en desigualdad. Con base en datos del Banco
Mundial (2016), los primeros cinco países en el ranking de la desigualdad son africanos,
seguidos por cinco latinoamericanos. Entre los 14 más desiguales a nivel mundial figuran
Honduras (6), Colombia (7), Brasil (8), Guatemala (9), Panamá (10) y Chile (14). Y
Sudáfrica estaría entre los países más desiguales del mundo.

En Bolivia, la pobreza extrema se redujo de 38,2% en 2005 a 16,8% en 2015, equivalente a


más de 21 puntos porcentuales en ocho años, lo que significaría que cerca de 2 millones de
personas salieron de la indigencia. Este es un esfuerzo notable al cumplirse
anticipadamente, en 2011, la meta de los ODM del 24,1% en 2015. Sin embargo, esta cifra
está todavía muy alta puesto que en 2015 en América Latina la indigencia era un 12,4%.
Por el contrario, en el periodo neoliberal, caracterizado por la imposición internacional del
documento Estrategia Boliviana de Reducción de la Pobreza (EBRP), su disminución fue
lenta, de 3 puntos porcentuales en 9 años, de un nivel de 41,2% en 1996 a 38,2% en 2005.

La incidencia de extrema pobreza en la población rural es mucha más alta y es la que


todavía no ha cumplido con la meta del milenio, dado que la reducción de la extrema
pobreza de la población urbana ya superó en 2006 la meta de los ODM, al llegar a 23,4%.
Según UDAPE (2015) la extrema pobreza rural disminuyó más acentuadamente desde
2005, de un 62,9% a 36,1% en 2014, es decir 26,8 puntos porcentuales.

La pobreza moderada bajó de 60,6% en 2005 a 39,3% en 2014, equivalente a 21,3 puntos
porcentuales y significaría que 2 millones de bolivianos salieron de la pobreza. Empero,
sigue siendo alta comparada con el promedio de América Latina de 29,2% según CEPAL
(2015). En el periodo neoliberal, la reducción de la pobreza moderada fue muy lenta, al
bajar de 63,5% en 1999 a 60,6% en 2005, es decir solo 3 puntos porcentuales en seis años.

La pobreza en Bolivia entre 2005 y 2014 cayó a una tasa de -10,7%, la cual es
relativamente alta en América Latina al ser superada, si se compara con datos de CEPAL
(2015), solamente por Uruguay (-15,9) y Perú (-12,3) entre 2010-2014. A su vez, el
indicador de la brecha de pobreza, que pondera el porcentaje de personas pobres por la
distancia media entre sus ingresos y la línea de pobreza, disminuyó a una tasa de -12,9%
entre 2005 a 2014, la cual comparada con datos de CEPAL (2015) estaría entre las tasas
más altas después de Uruguay (-15,9%). Por tanto, la disminución de la pobreza y de la
brecha de pobreza en Bolivia entre 2005 y 2014 está entre las más altas de América
Latina.

CEPAL (2015) estima para la región en 2015 aumentos de 1,0 y 0,6 puntos porcentuales
en la extrema pobreza y en la pobreza, respectivamente, la cual simultáneamente ha
presentado una contracción del PIB del 0,5%.

Para analizar la relación del crecimiento con la pobreza, se toma en cuenta el nivel del
ingreso per cápita, una medida de bienestar de la población en general, el cual aumentó de
1.037 dólares corrientes en 2005 a 3.071 dólares en 2015 según el MEFP (2016b). En el
gráfico 8 se observa una alta correlación (R2=0,89) entre el crecimiento del nivel de
ingreso per cápita y la reducción de la extrema pobreza. Se encuentra que un uno por
ciento adicional del PIB per cápita esta, en promedio, asociado con una reducción de 0,34
puntos porcentuales en la pobreza extrema para el periodo 1999-2015.

14
Gráfico 8: NIVEL DEL INGRESO PER CÁPITA Y EXTREMA POBREZA
(En dólares y en porcentajes)
50 3500
45
3000
40
35 2500
30 2000
25
20 1500
15 1000
10
500
5
0 0

2011
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010

2012
2013
2014
2015
Extrema Pobreza PIB p/c (eje der)

Fuente: Elaboración propia con datos de UDAPE (2015)

La OIT (2016, p.99) confirmó para el periodo 1992–2012 para 90 países en diferentes
etapas de desarrollo, el impacto del crecimiento sobre la pobreza encontrando que un uno
por ciento adicional del PIB per cápita esta en promedio asociado con 0,17 puntos
porcentuales de reducción de la extrema pobreza. CEPAL (2015, p.12), señala que el
crecimiento del ingreso dio origen a dos tercios o más de la caída de la pobreza en Bolivia,
el Perú y Colombia”.

El problema de la desigualdad está estrechamente relacionado con la pobreza aunque no


es en una solo sentido, puesto que puede haber reducción de la pobreza en forma
significativa, como en Chile sin modificarse sensiblemente la desigualdad. En Bolivia,
según UDAPE (2015), disminuyó la brecha entre ricos y pobres de 128 veces en el año
2005 a 39 veces en 2014, en cambio en el modelo neoliberal subió de 113 veces en 1996 a
128 veces en 2005.

15
Gráfico 9: INCREMENTO DEL INGRESO PER CÁPITA DEL 40% MÁS POBRE
(En porcentajes)
12,0%
10,0%
8,0%
6,0%
4,0%
2,0%
0,0%
-2,0%
-4,0%

Fuente: Elaboración propia con base a Banco Mundial (2015).

Con base en datos del Banco Mundial (2015), para una muestra de 96 países con
diferentes niveles de desarrollo, se encuentra que Bolivia fue el país con mayor
crecimiento anualizado en promedio del consumo o ingreso percápita del 40% más pobre
de la población, observándose claramente una redistribución expresada en el aumento del
ingreso de los pobres (10%) en forma más acelerada que la del conjunto de la población,
que fue de 4,3% anual (Gráfico 9).

El Índice de Gini, que mide como se distribuye el ingreso y constituye otra medida de la
desigualdad del ingreso, según CEPAL (2015) en la región disminuyó de 0,55 en 2002 a
0,491 en 2014. Bolivia registra una de las reducciones más relevantes de 0,60 en 2005 a
0,47 en 2011, en 13 puntos porcentuales. Si bien sigue siendo un coeficiente alto es
inferior al Gini de Brasil (0,55), Colombia (0,54), Paraguay (0,52) y Chile (0,51).

Según CEPAL (2015), como se observa en el Gráfico 10, Bolivia entre 2002 a 2010 tuvo la
tasa anualizada más alta de reducción de la desigualdad después de Venezuela, pero que
entre 2010 a 2014 fueron Uruguay, Argentina y Ecuador los países que tienen las tasas
más altas de reducción mientras se observa una reversión en Venezuela con un aumento
en la desigualdad.

16
Gráfico 10: AMÉRICA LATINA: TASA DE VARIACIÓN ANUAL DEL
COEFICIENTE DE GINI,
(En porcentajes)

Fuente: Extraído de la CEPAL (2015).

V.3. Otros factores que explican la disminución de la pobreza y la desigualdad

De acuerdo a Salazar (2014), entre los otros los factores que explican los cambios en la
disminución de la pobreza y la desigualdad se encuentran:

i. Ingreso salarial: aumentos del ingreso salarial entre los pobres.


ii. Programas sociales: Programas explícitamente redistributivos:
a. Programas de transferencias monetarias condicionadas (TMCs)
b. Programas de pensiones no contributivas (PNCs).

V.3.1. Salario mínimo

El objetivo de las políticas de salario mínimo es reducir la incidencia de los bajos salarios
y, de esta manera, proteger el poder adquisitivo de los trabajadores más vulnerables y así
contribuir a la reducción de la pobreza. Su fundamento radica en las asimetrías de poder e
información que afectan especialmente a este tipo de trabajadores, sobre todo en un
contexto de elevada oferta de mano de obra de escasa calificación. En estas circunstancias,
la determinación de los salarios sin intervención pública se traduce en bajos ingresos,
incluso inferiores a los estándares que se consideran socialmente aceptables desde el
punto de vista de las condiciones de supervivencia.3

A partir de 2006 la política salarial consistió en aumentos del salario nominal igual o por
encima de la tasa de inflación pasada. En el caso del salario mínimo nominal, los
incrementos fueron mayores a la tasa de inflación por lo que el índice del salario mínimo
real (con base 2005=100) se incrementó a un nivel de 207,3 entre 2005 a 2015, es decir
casi se duplicó, mientras que entre 2001 y 2005 el índice del salario mínimo real
disminuyó en 4,4% (Gráfico 11).

3
CEPAL (2010), Estudio Económico de América Latina: 2008-2009, Políticas para la generación de empleo
de calidad, p.68.
17
Gráfico 11: SALARIO MÍNIMO REAL Y NOMINAL
(Índice 2005=100)
400,0
350,0
300,0
250,0
200,0
150,0
100,0
50,0
0,0
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
ISMR ISMN IPC

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio de Trabajo y el INE.

Junto con la disposición sobre el salario mínimo, que en 2015 fue que ningún trabajador
puede ganar menos de Bs. 1.656, equivalente a 238 dólares, se estableció el incremento
del 8,5% sobre la base de la remuneración del haber básico de la gestión 2015 para el
sector público y para el sector privado servirá como base de negociación.

El incremento salarial en el sector privado hasta la gestión 2007 según la norma debía ser
convenido entre el sector patronal y laboral, mientras que a partir de 2008 se
establecieron incrementos específicos como base de negociación. Entre 2008 y 2015 el
incremento referencial promedio fue mayor a la inflación promedio.

En el caso de Bolivia, el aguinaldo, equivalente a un sueldo sin descuentos, es obligatorio


tanto en el sector público como privado, y adicionalmente en 2013 se estableció el llamado
doble aguinaldo, Esfuerzo por Bolivia, equivalente a un sueldo bruto mensual si la
economía expresada en la tasa anualizada del PIB antes de septiembre de cada año supere
el 4,5%. Estrictamente, el trabajador del sector público y el trabajador formal del sector
privado tienen un sueldo anual equivalente a 14 meses.

Según datos del MEFP (2016a), en 2005 Bolivia tenía uno de los salarios mínimos más
bajos de América del Sur, equivalente a 54 dólares y en 2015 ocupa el sexto lugar por
encima de Brasil, Perú y Colombia.

La relación entre pobreza y mercado laboral es estrecha dado que la fuente principal del
ingreso de los hogares en situación de pobreza proviene del mercado laboral. Influye en la
reducción de la pobreza la disminución de la tasa de empleo así como los aumentos de los
ingresos laborales. Así, CEPAL (2015, p.12) señala:

“la mejora del ingreso medio por ocupado fue acompañada de una mayor cantidad de
personas ocupadas, lo que permitió un incremento del ingreso laboral total del grupo que fue
superior al incremento de ambos componentes por separado. Este fue el caso de Bolivia
(Estado Plurinacional de), Chile, Colombia, El Salvador y la República Dominicana”.

18
V.3.2. Programas sociales especialmente redistributivos

Bolivia cuenta con dos programas de transferencias monetarias condicionadas: el Bono


Juancito Pinto y el Bono Juana Azurduy, los cuales al estar asociado a la renta de
hidrocarburos y la rentabilidad de las reservas internacionales se convierten en
mecanismos de distribución directa de la renta generada por los recursos naturales.Para el
2015 el gasto fiscal en los dos bonos alcanzó a 90,9 millones de dólares equivalentes a un
0,3% del PIB, los cuales no existían antes de 2006. Además, tiene el Programa de
Pensiones No Contributivas, denominada Renta Dignidad, consistente en Bs 250 ($36)
mensuales para el adulto mayor sin renta y Bs 200 ($29) con renta, que en 2015 alcanzó a
432 millones de dólares equivalentes a 1,3% del PIB y que en 2005, cuando se llamaba
Bono Sol era de 108 millones de dólares equivalentes a 1,1% del PIB.

La población beneficiada por los tres programas redistributivos en 2015 fue de 4,9
millones de beneficiarios equivalente al 45% de la población boliviana.

La Renta Dignidad, que fue ampliada y perfeccionada, es un mecanismo de distribución


directa puesto que se financia con el 30% del dinero percibido del Impuesto Directo a los
Hidrocarburos (IDH). En relación al PIB es la más alta en América Latina que tiene como
promedio un 0,56% y su cobertura es del 100% para adultos mayores mientras que en la
región alcanza el 33,4% según Salazar (2014).

Los tres programas redistributivos en 2015 representaban 1,6% del PIB y en promedio
entre 2006-2015 un 1,4% del PIB. Los resultados del trabajo de Ugarte y Bolívar (2015)
sugieren que la implementación de estos programas redujo la incidencia de la pobreza
moderada en Bolivia en 8,2pp y la pobreza extrema en 9,6pp en el grupo que recibió éstas
transferencias. UDAPE (2015) estima que en el año 2014 el impacto de los mismos habría
sido de alrededor de 2 puntos porcentuales en la reducción de la extrema pobreza. El
documento de CEPAL-CEF (2015), señala que en caso de Bolivia el efecto de las
transferencias públicas en efectivo solo reduce el coeficiente Gini de 0,493 a 0,491.

VI. Reconstrucción del casillero vacio

Fajnzylberg (1990) construyó el casillero vacio cruzando dos variables; dinamismo


económico y equidad generando una matriz de doble entrada. Tomó como criterio de
referencia el ritmo de expansión que han alcanzado los países avanzados en los últimos
veinte años, entre 1965-1984, que era 2,4% anual del PIB por habitante y como definición
de la equidad la relación entre el ingreso del 40% de la población de ingresos más bajos y
el 10% de la población con ingresos más altos, el llamado Índice de Palma, que en los
países avanzados alcanzaba un promedio de 0,80 entre 1970-1984, pero aplica a América
Latina la mitad de dicha relación, es decir un 0,40

Cuando Fajnzylberg (1990) cruzó las variables, que él denominó objetivos estratégicos
crecimiento-equidad, encontró un casillero que estaba vacío correspondiente a un alto
crecimiento del PIB per cápita mayor al 2,4% y una relación entre el 40% más bajos de los
ingresos respecto al 10% más alto, superior a 0,40. Bolivia en ese ejercicio se encontraba
en el primer casillero, de bajo crecimiento y baja equidad, junto con Chile y Perú. Los
países dinámicos en ese período, México y Brasil, estaban por debajo del objetivo de
menor desigualdad. Y en esa época, Argentina y Uruguay, los países menos desiguales
tenían un bajo crecimiento promedio (Cuadro 3).

19
Cuadro 3: EL CASILLERO VACIO DE FAJNZYLBERG

Fuente: Extraído de Fajnzylberg (1990)

La tarea de restaurar y actualizar el casillero vacio no tiene problemas por el lado de la


equidad, si se mantiene el criterio de la mitad de la relación entre los 40% ingresos más
bajos y el 10% más altos ingresos, que en 2015 fue de 0,84 según la OECD,lo cual
aplicando el mismo corte que Fajnzylberg sería de 0,42. La cuestión es por el lado del
crecimiento de largo plazo (20 años) del PIB por habitante. En la época de Fajnzylberg
eran los países industriales, que ahora serían los países más avanzados de la OECD, los
cuales actualmente no son precisamente los más representativos en dinamismo
económico. Así, entre 1990-2015 crecieron a una tasa promedio de 1,3%, cuando el
promedio de América Latina fue de 1,6%, de esta manera cumplirían en forma holgada los
países de la muestra que utilizamos (Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Uruguay y
Venezuela), con excepción de este último país (Cuadro 4).

Cuadro 4. TASAS DE CRECIMIENTO PIB PER CÁPITA DE REFERENCIA: 1990-2015


(En porcentajes)
1990- 2006-
2015 2015
Asia oriental y el Pacífico 7,19 7,70
Asia oriental y el Pacífico (todos los niveles de ingreso) 3,24 3,92
América Latina y el Caribe (todos los niveles de ingreso) 1,45 1,78
Ingreso mediano 3,14 4,40
Miembros OCDE 1,32 0,62
Ingreso mediano alto 3,47 4,74
Mundo 1,43 1,40
Fuente: Elaborado con base en datos del Banco Mundial (2016), WDI.

Si tomáramos como referencia a los países más dinámicos de la región Asia y Pacifico, la
tasa sería de 7,2%, un bench mark demasiado alto para la región, por lo que podríamos
considerar simplemente la tasas promedio de todos los niveles de ingresos de los países
de la región Asia Oriental y Pacifico, que fue de 3,2%. Para el caso de América Latina
tomamos una pequeña muestra conformada por Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Perú,
Uruguay y Venezuela y para el periodo de análisis se considera el promedio de la tasa de

20
crecimiento del periodo 2006-2015, puesto que el objeto del trabajo es evaluar la política
económica del nuevo modelo económico entre 2006-2015 y ver si cumple el objetivo
estratégico.

Los resultados se presentan en el Cuadro 5 y se observa que el casillero vacío (IV) ya no


está tan vacio sino la ocupan dos países: Uruguay y Perú, mientras que en contra posición
están Brasil y Chile con bajo crecimiento y alta equidad (Casillero I). Bolivia subió al tercer
cuadrante, con una tasa de crecimiento del PIB per cápita de 3,3% pero todavía por debajo
del criterio referencias del equidad (0,36 respecto a 0,40).

Cuadro 5: AMÉRICA LATINA Y BOLIVIA: OBJETIVOS ESTRATÉGICOS DE


CRECIMIENTO-EQUIDAD

Equidad
40% más pobre/10% más rico
<0,42 ≥0,42
Brasil (0,24) Venezuela (0,52)
Crecimiento <3,2% América Latina (0,32)
Chile (0,30)
PIB p/c I II
2006-2015 Colombia (0,25) Uruguay (0,60)
≥3,2% Bolivia (0,36) Perú (0,43)
III IV
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial y de la CEPAL.

Llama la atención el caso de Brasil que siguió con menor equidad pero que entre 2006-
2015 su tasa promedio de crecimiento del PIB per cápita fue de 1,7%, menor que la tasa de
dinamismo referencial (3,2%) bajando del cuadrante III al I. Chile, con una relación menor
a 0,42, registró una tasa promedio de 2,5% del PIB per cápita, manteniéndose en el mismo
casillero I de la época de Fajnzylberg. América Latina también se ubica en el casillero I,
siendo una región de medianos ingresos tiene una alta desigualdad. El caso de Venezuela
es emblemático puesto que representa los grandes avances en equidad, con una relación
de 0,52 pero un bajo desempeño económico al tener una tasa promedio de 0,6% de
crecimiento del PIB per cápita, mientras en cambio Uruguay mantuvo su tradición de
equidad pero mejoró mucho su desempeño económico (4,4%). El hallazgo interesante es
de Perú que pasó rozando el 0,42 pero registró la tasa más alta de la muestra con un 4,5%
promedio entre 2006-2015.

Cuadro 6: AMÉRICA LATINA Y BOLIVIA: CRECIMIENTO-EQUIDAD (GINI)


Equidad
Coeficiente de Gini
≥0,40 <0,40
<3,2% Brasil (0,55) Venezuela (0,40)
América Latina(0,50)
Crecimiento Chile (0,51)
PIB p/c ≥3,2% Colombia (0,54) Uruguay (0,382)
Bolivia (0,47)
Perú (0,44)
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial y CEPAL.

21
Sin embargo, si afinamos el concepto de equidad e introducimos el clásico coeficiente de
Gini y tomamos como criterio de equidad el tener un coeficiente menor a 0,40 como
usualmente se hace, los resultados cambian un poco (Cuadro 6) y el principal es la salida
del Perú del casillero vacio, despejando así las dudas de su participación.

Si bien el coeficiente de Gini,intenta capturar la desigualdad de una sociedad en su


conjunto, pero es muy poco informativo sobre lo que ocurre dentro de esa sociedad.

VII. Conclusiones

Dela evaluación realizada se desprenden las siguientes conclusiones:

1. Entre las particularidades del modelo boliviano entre 2006-2015 resalta, en


primer lugar, que el crecimiento fue impulsado por la demanda interna, que
registró un promedio de incidencia de 5,6% versus el crecimiento de la demanda
externa (1,4%). Su dinamismo fue superior al periodo precedente (1989-2005),
no así en la incidencia de la demanda externa, que fue de 1,9%. En segundo lugar,
es relevante el dinamismo de la inversión pública como el motor del crecimiento a
diferencia de la inversión privada extranjera, que fue el impulsor del crecimiento
en el periodo neoliberal. En tercer lugar, la incidencia del gasto público en el
crecimiento entre 2006-2015 fue de 1,4% puntos porcentuales por encima de su
incidencia entre 1989-2005, significando que si no hubiera habido una mayor
participación del Estado, expresada en el aumento del gasto público, la economía
boliviana hubiera crecido en torno al 3,6% como en el pasado y no al5%.

2. La evaluación del desempeño económico de Bolivia en función de los objetivos


tradicionales de la política económica (cuadrado mágico) muestra el pleno
cumplimiento del objetivo de estabilidad de precios junto con el crecimiento
económico y bajo desempleo. El alcanzar en forma simultánea ambos objetivos es
un logro de la política económica, puesto que en el periodo neoliberal tuvo baja
inflación pero bajo crecimiento económico y alto desempleo, el llamado equilibrio
en el fondo del pozo.Respecto a la relación entre crecimiento y empleo, con base a
una serie desde 2005-2015 se encontró un coeficiente de Orkun de -0,33, que
significa que cuando la producción crece (disminuye) en 1% más de lo normal, la
tasa de desempleo disminuirá un 0.3%, o si disminuye en 1% respecto a su
producto potencial, la tasa de desempleo aumentará en 0,3%.

3. Bolivia entre 2006-2013 había logrado superávit mellizos, tanto en el sector fiscal
como externo. En 2014, se iniciaron los déficit fiscales que en 2015 llegó a 6,9% del
PIB junto a un déficit de balanza de pagos, registrado por primera vez desde 2002,
de 6,4% del PIB. Sin embargo, Bolivia tiene una posición de inversión internacional
acreedora (PII), es decir que sus activos financieros internacionales son superiores
a los pasivos financieros por octavo año consecutivo, a representando a diciembre
de 2015 un 7,4% del PIB según BCB (2016).

4. La evaluación del desempeño económico desde el punto de vista del objetivo


estratégico de crecimiento y equidad, muestra que el crecimiento del PIB incidió
en la disminución de la pobreza extrema, halla una alta correlación (R2=0,89) entre
el crecimiento del nivel de ingreso per cápita y la reducción de la extrema pobreza
y encuentra que un uno por ciento adicional del PIB per cápita está, en promedio,
asociado con una reducción de 0,34 puntos porcentuales en la pobreza extrema
para el periodo 1999-2015.Si bien la disminución de la tasa de pobreza (10,7%) y
de la brecha de pobreza (-12,9%) en Bolivia entre 2005 y 2014 está entre las más
altas de América Latina, sus niveles actuales están por encima del promedio de

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América Latina debido a las todavía altas tasas de pobreza extrema y modera en el
área rural.

5. En los indicadores de equidad, logro fuertes avances expresados en la disminución


de los ingresos del 10% más rico respecto al más pobre, el crecimiento promedio
anual de los ingresos del 40% más pobre y en la disminución del coeficiente de
Gini.

6. No obstante el elevado crecimiento del PIB per cápita y los avances registrados en
la pobreza y la desigualdad, si se reconstruye el casillero vació de
Fajnzylber(1990), que cruza dos variables; crecimiento del PIB per cápita y la
relación entre el ingreso del 40% de la población de ingresos más bajos y el 10%
de la población con ingresos más altos, se encuentra que Bolivia entre 1990 y
2015, ascendió del casillero I (bajo crecimiento y alta desigualdad) al casillero III
(alto crecimiento y todavía alta desigualdad), estando ocupado el casillero IV de
alto crecimiento y baja desigualdad por Uruguay y Perú, y si se utiliza el coeficiente
de Gini, solo por Uruguay.

VIII. Reflexiones finales

La literatura económica, como la versión difundida a través de los medios, da excesivo


énfasis al desempeño del PIB como indicador de éxito y de los denominados milagros
económicos tocando el tema de equidad como algo complementario, ético, que llama
mucho la atención cuando surgen los trabajos de Piketty (2014) y OXFAM (2015), pero
terminan en una reflexión moral y continúa alabando los éxitos de crecimiento del PIB
incluso muchos de ellos con desmedro de la equidad y el aumento de la pobreza.

Hace mucho tiempo, en plena época de la dictadura de Pinochet Fernando Fajnzylber


introdujo el concepto de casillero de vacío que no es otra cosa de la compatibilidad entre
crecimiento económico y equidad, el nudo gordiano de la literatura económica y que se
atrevió a cortarlo al denominarlo “objetivo estratégico”.

La idea es que se haga explícito como objetivo de política económica el alcanzar buenas
tasas de crecimiento económico junto con lograr una mayor equidad, es decir que la
menor desigualdad no es inevitable y se puede escoger como meta, así como se hace entre
lograr crecimiento económico junto con empleo y baja inflación. En los hechos, de facto, en
forma implícita los tomadores de política económica saben de una u otra forma, que
determinadas medidas fiscales y monetarias tendrán efecto en los salarios, en el mercado
laboral, en las pensiones y en los precios con efectos en los sectores de bajos ingresos y
con resultados en la pobreza. Así sucedió con las políticas de ajuste en América Latina en
el pasado y actualmente con Grecia y España.

En este contexto, la política económica aplicada en Bolivia entre 2006-2015 ha sido una
política explícita de lograr buenas tasas de crecimiento junto con la reducción de la
pobreza y la desigualdad. Los resultados muestran que se cumplió con los objetivos
tradicionales y con el objetivo estratégico.Sin embargo, no logró entrar Bolivia al casillero
vació como lo hizo Uruguay, porque si bien logró buenas tasas del crecimiento del PIB per
cápita, no logro todavía reducir la desigualdad a los niveles comparables
internacionalmente. Al reconstruirse la metodología de Fajnzylberg se encontró que
milagros económicos del pasado, como Brasily Chile se mantienen en el casillero I de bajo
crecimiento y alta desigualdad., junto con la región en promedio.

El desafío será en el corto y mediano plazo mantener buenas tasas de crecimiento del PIB
junto con reducir la pobreza y la desigualdad en un contexto de un shock externo severo
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de precios internacionales y en especial del gas natural que implicó elevados déficit
mellizos, rompiendo los tradicionales superávit entre 2006-2013.

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