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DESARROLLO PERSONAL 1

PRESENTADO POR: ALMARALES KENCY


CARILLO NAYELIS
MARQUEZ GARIZAO DAYANIS
SARIENTO MARIA CAMILA

PRESENTADO A :SELENE ARIZA

TEMA: EL MIEEDO

UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR


BARRANQUILLA ATLANTICO
2021-1
El miedo es una de las emociones que experimentamos con mayor frecuencia.
Hay temores razonables y algunos irracionales, esos cuyo estímulo real carece de
peligro o amenaza alguna. Un ejemplo de esto último serían por ejemplo las
fobias, dimensiones que escapan a nuestro control y que afectan a nuestra
capacidad para llevar una vida normal.
Sea como sea, lo cierto es que el miedo está ahí en nuestro día a día, a la vuelta
de la esquina, es esa emoción poderosa y que habita en lo más profundo de
nuestro cerebro para cumplir un fin muy básico que es garantizar nuestra
supervivencia, el único problema es que muchas de esas angustias provienen de
amenazas percibidas que no son reales, las emociones tienen el efecto de
modificar la percepción. Cuando dichas emociones son particularmente intensas,
la distorsión puede ser muy alta.
Es así como se ha descubierto que cuando alguien está en presencia de un objeto
al que le tiene miedo, tiende a verlo de mayor tamaño y más cercano de lo que
realmente está. Esos efectos se hacen aún más potentes si ese objeto se
aproxima a la persona que lo observa. Las personas experimentan un mayor
grado de miedo frente a las situaciones sobre las que tienen menos control, así no
sean realmente peligrosas.
Un ejemplo claro de esto es el miedo que algunas personas tienen a viajar en
avión. Todas las estadísticas indican que hay mayor riesgo de morir en los
desplazamientos en auto. Sin embargo, las personas sienten que es las carreteras
son más seguras, debido a que mantienen el control directo sobre el automóvil, a
diferencia de lo que ocurre en un avión. Ante una situación que genera miedo, la
expresión del rostro cambia significativamente, esto se refleja con especial nitidez
en los ojos que se abren y a veces parecen salirse de su lugar.
La razón para que esto ocurra es que el miedo desata un estado de alerta. Esto a
su vez hace que la persona quiera ampliar su campo visual y su sensibilidad
ocular, para captar con mayor claridad de qué se trata la amenaza que acecha.
Es cierto que algunas personas no saben ni sabrán lo que es el miedo, no se trata
de un don especial, sino todo lo contrario, es una deficiencia, no importa qué tan
peligrosa sea una situación o qué tanto riesgo implique una conducta, la persona
no tiene sensación de amenaza. La ciencia todavía no ha logrado explicar por qué
el cerebro de estas personas no reacciona como el de las demás.
Este defecto trae consigo grandes riesgos para una persona, en tanto no sea
capaz de evaluar hasta qué punto puede afectarle una determinada situación, en
esta medida se expondrá al peligro sin medir correctamente las consecuencias de
sus acciones.

Llama la atención el miedo que experimentamos ante la incertidumbre y una de


sus mayores manifestaciones es la temporal, miedo es sentir que cada vez el
tiempo pasa más deprisa y sin embargo nos ocurren menos cosas. A veces
también puede hacernos presos del miedo constante de que lo que está a punto
de ocurrir no pase nunca, su manifestación más evidente es en forma de futuro, el
futuro ante su inexistencia manifiesta produce temor y es curioso a su vez como el
miedo al futuro proviene del pasado y viaja hasta él, tememos lo que pueda ocurrir
en base a nuestra experiencia a través de lo que ha ocurrido, este hecho supone
la venganza definitiva del pasado ausente.
Condicionar nuestro futuro a través del miedo que sintamos ante él a través de
una determinada serie de pensamientos, motivaciones o conductas. Uno de los
miedos a los que conviene superar se trata del miedo de habernos dado cuenta
demasiado pronto de que es demasiado tarde. De nuevo, la experiencia a través
de nuestras vivencias actúa como freno de mano y el miedo nos embriaga al
comparar inevitablemente personas, situaciones, cosas y lugares sin que la
mayoría de veces exista un hilo conductor propicio para realizar esas asociaciones
mentales tan arteras. El mayor fracaso es tenerle miedo a volver a fracasar.
Obviamente, el miedo también se manifiesta en otra dimensión básica como lo es
la del espacio, el miedo es en sí mismo distancia, distancia con respecto a todo y
a todos, aleja y aisla e inmoviliza, mientras el miedo, la cobardía y la pereza sean
mayores que la distancia que nos separa, seguiremos todos solos, distancia
entendida en todas sus percepciones más allá de la distancia netamente espacial.

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