Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
farmacia
Los nombres genéricos son, por lo general, más complicados y difíciles de recordar
que los comerciales. Muchos nombres genéricos son una forma abreviada del
nombre químico del fármaco, de su estructura o de su fórmula. Por el contrario, los
nombres comerciales suelen ser pegadizos, con frecuencia relacionados con el uso
al que están destinados y relativamente fáciles de recordar, de modo que tanto los
médicos que recetan el fármaco como los consumidores suelen buscarlo por ese
nombre.
A menudo los nombres comerciales sugieren una característica del fármaco. Por
ejemplo, el fármaco Lopressor disminuye la presión arterial, Glucotrol controla los
valores altos de azúcar (glucosa) en sangre y Skelaxin tiene un efecto relajante
sobre el músculo esquelético. En ocasiones un nombre comercial es simplemente
una versión abreviada del nombre genérico del fármaco, por ejemplo Minocín para
la minociclina.
Sin embargo, tratándose de fármacos genéricos, pese a ser más baratos que los de
marca registrada, suelen ser tan eficaces y de igual calidad que los de marca
registrada. De hecho, los mismos fabricantes de medicamentos genéricos son los
que elaboran gran cantidad de medicamentos de marca registrada para las
empresas que controlan este tipo de productos. En algunos casos está disponible
más de una versión genérica de un medicamento. Por ejemplo, muchos fabricantes
ponen a la venta diferentes versiones de paracetamol (acetaminofeno).
Los farmacéuticos pueden aconsejar cuáles son los productos genéricos de venta
sin receta que tienen la misma eficacia que el producto original. Sin embargo, un
consumidor puede preferir un producto farmacéutico a otro en función de su
apariencia, sabor, consistencia o cualquier otra característica.