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Entre los aspectos ideales de la síntesis de productos a nivel industrial se indican los siguientes:
Esta competencia es de dos tipos: la competencia que se genera entre compañías que producen y
venden el mismo producto, sobre todo si el producto a elaborar constituye una materia prima de
gran demanda; como por ejemplo, producir amoníaco; este producto es la materia prima de varias
industrias químicas tales como la de fertilizantes, explosivos, farmacéutica, polímeros entre otras.
Existen pocas diferencias entre las diferentes corporaciones que producen este producto respecto
a la calidad y atención técnica al cliente, la tendencia es que el número de productores sea bajo, se
generen altos volúmenes de producción y la competencia en los precios sea intensa. Una
compañía que no cuente con las bases relacionadas con materia prima o tecnología de
procesamiento necesarias para lograr costos de producción competitivos simplemente no puede
funcionar de manera efectiva en este tipo de mercados.
El otro tipo de competencia es la que se realiza entre los diferentes productos. Son muchos los
productos químicos que se adquieren para satisfacer una necesidad particular, por ejemplo, para
emplearlos como antioxidantes, destruir bacterias o absorber luz ultravioleta; con frecuencia
ocurre que hay varios productos diferentes con características diferentes, diferente grado de
efectividad y precios diferentes pero que llevan a cabo funciones similares. Como estos productos
representan formas alternas para que el cliente satisfaga la misma necesidad, los productos
compiten entre sí. En este tipo de mercado, la efectividad del producto, el precio y el servicio o
garantía que se ofrece al cliente son elementos importantes para tener éxito en las ventas.
Las plantas químicas tienen una vida más corta que el equipo que se utiliza por ejemplo en
minería. Esto se debe, en parte, a que los diversos componentes de la planta química, están
altamente propensos a procesos de corrosión; por lo que muchas veces, resulta más conveniente
renovar plantas viejas con nuevas tecnologías de procesamientos que reconstruirlas totalmente.
Debe destacarse que la industria química es la que se encarga de financiar su propia investigación
sin depender de subsidios del gobierno por lo que resulta bastante costosa no solo en el pago de
nómina del personal altamente calificado sino en la adquisición y mantenimiento de los equipos
indispensables, adquisición de reactivos específicos.
No todas las compañías químicas hacen grandes inversiones en investigación y desarrollo, por
ejemplo, las compañías que fabrican productos químicos inorgánicos en grandes cantidades o
fertilizantes, donde los cambios tecnológicos son pequeños o casi nulos, gastan mucho menos que
las compañías farmacéuticas y aquellas que elaboran productos químicos de alto valor como es el
caso de los aditivos y preservativos para la industria de alimentos.
4. CAPITAL: La industria química requiere de suficiente dinero bien sea para la construcción de
nuevas instalaciones, ampliación de las ya existentes o para investigación y desarrollo.
Por lo general del total de utilidades líquidas obtenidas, solo una pequeña parte se distribuye
como dividendos a los accionistas mientras que el grueso se reinvierte en el negocio.
Este uso de grandes capitales para las instalaciones de producción se debe a diversos factores:
a) Es consistente con el rápido desarrollo de la industria química en relación con todas las
industrias de transformación.
b) Refleja cuan alta es la velocidad de obsolescencia de los procesos y productos químicos.
c) Está relacionado directamente con la naturaleza de las plantas químicas; el equipo químico
normalmente es especializado, complejo y presenta un alto grado de instrumentación y usos de
materiales especiales de construcción: además, de requerir de servicios tales como electricidad,
vapor, sistemas de enfriamiento en los diferentes procesos que así lo requieran, agua, eliminación
de desperdicios y otros secundarios.
Otro factor que ha obligado a las compañías químicas a invertir en instalaciones cada vez más
grandes para producción es la “economía a escala”. En la mayoría de los procesos, el costo de la
planta no aumenta en forma lineal al incrementarse el tamaño o la capacidad de producción;
algunos costos, como la instrumentación son casi independientes del tamaño o la capacidad de
producción; otros, como los costos de reactores y columnas de destilación, aumentan según su
capacidad, elevada al exponente 2/3, costo = (capacidad)2/3. Esta relación se conoce como la ley
del cuadrado al cubo y se refiere al hecho de que los costos están asociados con el área superficial
del equipo mientras que la capacidad de producción se relaciona con el volumen del equipo por lo
que el efecto de duplicar la capacidad de una planta necesariamente, no duplica los costos de
producción.
Surgen problemas cuando varios competidores intentan disminuir sus costos de producción
construyendo plantas muy grandes. Esta situación trae como resultado que la producción exceda
la demanda del mercado, bajando los precios del producto elaborado lo cual hace que la
recuperación de la inversión se vea seriamente afectada.
5. MANO DE OBRA: Considerando el valor de los productos que fabrica, la industria química no
emplea tanto personal como el que aparenta. Mayormente, contrata solo el personal requerido
por cada uno de los Departamentos que la componen; de todos ellos, el de investigación y
desarrollo, lo conforman el personal de mayor calificación académica, (PhD en Química,
Licenciados en Química y en Ingeniería de Procesos, Técnicos Químicos superiores y otros que
sean necesarios); el resto lo conforman los operarios (obreros y técnicos de mediano nivel),
empleados profesionales, el personal administrativo y los ingenieros de procesos y de producción.
El avance tecnológico, ha venido minimizando el empleo de personal en las diversas áreas.
1. Es mejor prevenir la formación de residuos que limpiarlos una vez formados. (Prevención).
2. Los métodos sintéticos deben diseñarse para maximizar la incorporación en el producto final de
todos los materiales usados en el proceso. (Economía atómica).
3. Siempre que sea posible, deben diseñarse metodologías sintéticas que usen y generen
sustancias que no sean tóxicas para la salud y el medio ambiente. (Métodos de síntesis menos
peligrosos).
4. Los productos químicos deben diseñarse para mantener la eficacia de su función, pero
reduciendo la toxicidad. (Diseño de productos más seguros).
5. El uso de sustancias auxiliares (por ejemplo, disolventes, agentes de separación, etc…) debería
ser innecesario en la medida de lo posible e inocuo cuando sean necesarios. (Disolventes y
auxiliares más seguros).
6. Los requerimientos energéticos deben ser tenidos en cuenta debido a su impacto
medioambiental y económico, y deben ser minimizados. Los métodos sintéticos deben realizarse a
temperatura ambiente cuando sea posible. (Eficacia energética).
7. Las materias primas deben ser renovables cuando sea posible técnica y económicamente. (Uso
de materias primas renovables).
9. Los reactivos catalíticos (tan selectivos como sea posible) son mejores que los reactivos
estequiométricos. (Catálisis).
10. Los productos químicos deben diseñarse de manera que su función no persista en el medio
ambiente y degradarse a productos inocuos. (Diseño para la degradación).
11. Es necesario desarrollar metodologías analíticas para permitir el análisis a tiempo real,
monitorización interna y control previo a la formación de sustancias peligrosas. (Análisis a tiempo
real).
12. Deben escogerse las sustancias y la forma de una sustancia utilizada en un proceso químico de
manera que se minimice el potencial de accidentes químicos, incluyendo escapes, explosiones e
incendios. (Síntesis químicas más seguras).