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Conquista del Perú

Antecedentes: Guamán Poma dijo en sus crónicas que el Inca Huayna Cápac tuvo un


encuentro con Pedro de Candía en el Cuzco, aunque dicha crónica se considera errónea.

Se dice que la entrevista fue utilizando señas, según la cual el Inca interpretó que Candía
comía oro, por lo que el gobernador le brindó oro en polvo y luego le permitió
marcharse. Pedro de Candía se llevó consigo a uno de los chasquis a España y lo presentó
al rey, luego fue traído de vuelta al Tahuantinsuyo para que hiciera de traductor. Este inca
sería conocido luego como Felipillo.
Primera fase(ético).- En 1531, las tropas de Pizarro se separaron en dos; Pizarro en Coaque
se dirigió hacia Puná (en el Golfo de Guayaquil). En Puná, los españoles recibieron regalos
e instrumentos musicales por parte del curaca punaneño, que los veía como instrumento
para sus fines. Más tarde dicho curaca recurrió a los punaneños y se rebelaron por los
excesos cometidos por los españoles. Los punaneños tuvieron que enfrentarse no sólo a
españoles sino también a tumbesinos, aliados de los españoles por viejos resentimientos de
guerra hacia los isleños de Puná. Más tarde los españoles fueron víctimas de traiciones y
conspiraciones por parte de sus aliados tumbesinos; En una ocasión los tumbesinos
abandonaron en una de sus balsas en medio del mar a tres españoles.
La situación incaica: Poco tiempo después del primer contacto entre Huayna Cápac y Pedro
de Candía, el Sapa Inca y su sucesor, Nina Cuyuchi, murieron a causa de una rara
enfermedad, que algunos autores atribuyen a la viruela traída con los europeos.Tras la
anarquía posterior al deceso del Inca, Huáscar asumió el gobierno por orden de
los orejones (nobles) de Cuzco, quienes creían que su experiencia como vice-gobernante
era suficiente para asumir el mando.3 Después de un golpe de estado fallido; Huáscar,
preocupado por la excesiva confianza que tenía su hermano Atahualpa en los generales del
imperio -los denominados ikas-, ordena a su hermano que se aleje de ellos. Pero él
reacciona organizando un ejército y declarándole la guerra. El enfrentamiento, que habría
de durar tres años, finalizó con la victoria de Atahualpa y la captura y posterior ejecución
de Huáscar.
Situacion incaica: Pizarro no fue ni el primero ni el único que intentó la invasión del Perú.
Dos años antes, en 1522, Pascual de Andagoya fue el primero en tratar de efectuar esa
aventura: su expedición terminó en un estrepitoso fracaso. Las noticias de la existencia
de "Birú" y de sus enormes riquezas en oro y plata, debió influir en el ánimo de tales
aventureros y podría haber aportado el ingrediente decisivo para preparar la expedición no
sólo de Pizarro sino de Andagoya. Por tal razón, Pizarro, Almagro y Luque se lanzaron a la
aventura.

Segunda fase: HERNANDO DE SOTO con su tropa persiguió a los tumbesinos durante


toda la noche y en la mañana: atacaron sorprendiéndolos y matándolos, apoderándose de
sus campamentos. Al día siguiente continuó la persecución. El cacique QUILIMSA con las
debidas garantías para su vida, se presentó ante Hernando de Soto, quien lo llevó donde
estaba el Gobernador. De la conversación con Quilimasa, se entera que otros caciques más
importantes habían ordenado la muerte de los españoles.
Otra conversación importante fue la que sostuvo Pizarro con un indígena. Al
respecto PEDRO PIZARRO, dice: ".. preguntando al indio de donde provenía el dijo que
era un pueblo grande donde residía el Señor de todos ellos, y que había mucha tierra
pobladas y muchos minas de oro y plata, y cierto el indio dijo verdad..."; y les informó
también sobre valles más fértiles. Además de lo anterior, informó a Pizarro sobre la
situación Inca. Todos estos informes entusiasmaron a Pizarro, quien decidió continuar con
la conquista.
Captura de Atahualpa: El INCA GARCIALZO DE LA VEGA y MIGUEL DE
ESTETE aseguran que los españoles encontraron en Cajamarca "gente popular y gente de
guerra" de Atahualpa. Además, que fueron bien recibidos. Otros cronistas, como Jerez,
aseguran que los españoles no encontraron gente en el poblado.
Cuando Pizarro entró en Cajamarca, Atahualpa se encontraba a media legua del asiento, en
los Baños del Inca, donde había asentado su real, "con cuarenta mil indios de guerra" como
cuenta PEDRO PIZARRO. Entrados en Cajamarca, Francisco Pizarro envió a Hernando de
Soto con cinco o seis y un intérprete como embajada para decirle a Atahualpa "que él venía
de parte de Dios y del Rey a los predicar y tenerlos por amigos, y otras cosas de paz y
amistad. ". El Inca respondió a la embajada comunicando que "podían quedarse en la llacta
de Cajamarca, que él no podía ir porque estaba terminando su ayuno". El Inca, una vez que
se fueron los españoles, ordenó que veinte mil soldados imperiales se apostasen en las
afueras de Cajamarca, para capturar a los españoles: estaba seguro que al ver tanta gente,
los españoles se rendirían.
Sólo eran soldados de profesión además de Pizarro, únicamente de Soto y Gandía. Pedro
Pizarro dice "Pues estando así los españoles, fue la noticia a Atahualpa, de indios que tenía
espiando, que los españoles estaban metidos en un galpón, llenos de miedo, y que ninguno
aparecía por la plaza. Y a la verdad el indio la decía porque yo oí a muchos españoles que
sin sentirlo se orinaban de puro temor". Los conquistadores a las órdenes de Pizarro velaron
armas durante la noche, Francisco Pizarro en base a los largos relatos que le hacía Hernán
Cortés sobre la conquista de los aztecas, tenía en mente capturar al Inca imitando a Cortés
en MEXICO.
Tercera fase: Un capitán, con cierta gente fue al día siguiente a los Baños del Inca, donde
estuvo el real de Atahualpa. Se supo que éste se estaba preparando para la gran fiesta de su
coronación, a realizarse "dentro de pocos días", porque "él había vencido a su hermano
llamado Huáscar" [24]Se constató que en cientos de carpas había gran abastecimiento de
ropas nuevas (de lana y algodón), carne, cecina, pertrechos, armas y otros objetos para el
ejército de Atahualpa Inca. Los españoles buscaron con frenesí aquello que era su obsesión,
y lo hallaron. Fue el primer botín de la emboscada victoria sobre el Inca. Con la gente que
cogieron del real de Atahualpa Inca, limpiaron la plaza de cadáveres. Se repartieron las
mujeres que trajeron de los Baños del Inca. De los auquénidos que trajeron, Pizarro hizo
quedar algunos y soltó los demás.
Numerosos curacas, al saber de su prisión, llegaron a Cajamarca a verlo, trayendo valiosos
obsequios. Los españoles se asombraron por el respeto con que sus súbditos trataban al
Inca. Éste se ufanaba en decir que esos obsequios eran una muestra muy pequeña de lo
mucho que tenía su reino por sus riquezas y grandezas. Por las reacciones de los españoles
frente a la brillantez del oro, se dio cuenta Atahualpa Inca de que su única tabla de
salvación era cambiar su libertad por una gran cantidad de oro y plata. Por eso, le propuso a
Pizarro lo siguiente: "...daría de oro una sala que tiene 22 pies de largo y diecisiete de
ancho llena hasta una raya blanca que está en la mitad del alto de la sala; y dijo que hasta
allí henchiría la sala de diversas piezas de oro, cántaros, ollas y tejuelos, y otras piezas, y
que de plata daría todo aquel bohío dos veces lleno, y que esto cumpliría dentro de dos
meses". Pizarro aceptó el trato. Además, Atahualpa Inca informó a Pizarro sobre la
existencia del santuario de Pachacámac y sus grandes riquezas. Dijo que estaba a "diez
jornadas al sur".
Pizarro tomó las siguientes providencias:
 1. Mandó mensajes a San Miguel de Piura para informar a sus vecinos españoles
todo lo que había pasado y que no tengan ningún cuidado. Hizo preguntar si habían sabido
de algún navío venido de Panamá o Nicaragua.
 2. Mandó hacer una iglesia en la plaza de Cajamarca.
 3. Se preocupó por resguardar la plaza de Cajamarca, para lo que mandó hacer otra
muralla, más grande. Estuvo lista en 4 días, con un largo de 500 pasos y 2 estados de alto.
Trabajaron miles de indios, la mayoría de ellos del sector huascarista.
Cientos de portadores, guiados por nobles cusqueños o curacas de otras partes, hicieron
llegar a Cajamarca una ingente cantidad de oro y plata. Pizarro los iba haciendo depositar
en uno de los aposentos donde estaba Atahualpa Inca.
El 20 de enero de 1533 llegaron unos mensajeros indios de San Miguel con una carta de los
vecinos españoles, donde le informaban que habían arribado 6 navíos a un puerto de
Manabí (actual Ecuador). Los tres más grandes llegaron de Panamá bajo el mando de Diego
de Almagro, con 120 hombres. Las otras tres carabelas venían de Nicaragua, con 30
hombres. Además de los 150 hombres, traían 84 caballos. De Manabí, el grueso de la tropa
había venido por tierra.

Cuarta fase: El 6 de enero de 1533, Hernando Pizarro, con Francisco de Jerez, 20 hombres
de a caballo, algunos de infantería y varios indios ayudantes, partió a Huamachuco por
orden del Gobernador. El 21 de enero de 1533, varios españoles y muchos portadores
indios hicieron llegar a Cajamarca otro fabuloso cargamento. Fueron "trescientas cargas de
oro y plata en cántaros y ollas grandes y otras diversas piezas". Con ellos vino otro
hermano de Atahualpa Inca. Le informó al Inca que otro cargamento ya se encontraba en
Jauja, con unos portadores al mando del general Challcochima. En eso, llegó una carta de
Hernando Pizarro, donde le informaba al Gobernador que en Huamachuco no se preparaba
ninguna rebelión, tal como ellos habían sospechado. Le confirmó que el oro estaba en
Jauja. En respuesta, el Gobernador le ordenó que llegase hasta Pachacámac, porque tenía de
rehén al señor principal y al sumo sacerdote de ese santuario, quienes le habían informado
de sus riquezas, ofreciéndole también oro y plata a cambio de su libertad.
El 14 de abril de 1533 llegó Diego de Almagro con sus huestes a Cajamarca. El 28 de abril
llegaron cientos de portadores indios, guiados por uno de los negros que se había dirigido al
Cusco. Traían "ciento siete cargas de oro y siete de plata" del cargamento que encontraron
en Jauja. El negro informó al Gobernador que su hermano Hernando Pizarro ya se hallaba
camino a Jauja, desde Pachacámac.
El 25 de marzo de 1533 llegó el grupo comandado por Hernando Pizarro. Había recorrido
Huamachuco, el Callejón de Huaylas, Pachacámac, Jauja, las pampas de Junín y el Callejón
de Conchucos. Traían, de Pachacámac, "veintisiete cargas de oro y dos mil marcos de
plata". Otro importante rehén traía Hernando Pizarro: el general Challcochima, a quien
había aprehendido en Jauja. Pedro Pizarro narra el encuentro entre Challcochima y
Atahualpa Inca. Dice: "...y cuando su capitán Challcuchima vino con Hernando Pizarro y le
entró a ver, entró así como digo, con una carga y descalzo y se echó a sus pies, y llorando
se los besó. El Atahualpa, con rostro sereno, le dijo: Sean bienvenido allí Challicuchima,
queriendo decir, sean bien venido Challicuchima".

El reparto del tesoro: El Gobernador, según su criterio, premió a unos con más y a otros
les quitó algo. También entregó unos 15 mil pesos de oro a los vecinos que quedaron en
San Miguel. A Diego de Almagro y sus huestes le repartió de acuerdo con su criterio. Les
dio 20 mil pesos de oro para que se repartan entre todos ellos. Recibieron mucho menos
que los caballeros e infantes que intervinieron directamente en la captura de Atahualpa
Inca. Almagro había pedido que a él y a sus compañeros les tocase la mitad que a los de
Cajamarca. Los que en Cajamarca se beneficiaron del repartimiento fueron el cura
Valverde, 65 de a caballo y 105 de infantería.
Según Pablo Macera[25]"El Rescate de Atahualpa consistió en 6 087 kg de oro y 11 793 kg
de plata. A cada soldado a caballo le tocaba 40 kg de oro y 80 kg de plata. A los peones la
mitad. A los soldados con perros más que a los peones. A Pizarro 7 veces lo que a un jinete
de caballo, además del trono de Atahualpa que pesaba 83 kg de oro. Los sacerdotes
recibieron la mitad de un peón". Prescott[26]dice que dicho tesoro "teniendo presente el
mayor valor de la moneda en el siglo XVI, vendría a equivaler en el actual (XIX) a cerca de
tres millones y medio de libras esterlinas o poco menos de quince millones y medio de
duros [...] La historia no ofrece ejemplos de semejante botín, todo en metal precioso y
reducible como era a dinero contante".

Ejecución o muerte de Atahualpa: Para terminar con la estrategia trazada con anterioridad,
el Gobernador Pizarro tuvo que inventar rebeliones de las huestes de Atahualpa Inca y, a
continuación, acusó al Inca de actos de traición. Se sentenció a muerte a Atahualpa, por
traición tenia que morir quemado si no se volviese cristiano, Atahualpa dijo que quería ser
cristiano el padre Fray Vicente de Valverde. Le pusieron el nombre de Francisco. Fue,
entonces, atado a un palo en la plaza y muerto con la pena del garrote, "...se le dio una
vuelta al cuello con un cordel y de ese modo fue ahogado", dice Sancho de la Hoz[27]Su
cadáver fue expuesto hasta el día siguiente. Luego, lo enterraron en la iglesia. Murió un día
sábado, "a la hora que fue preso y desbaratado" (Jerez).
"Al anochecer siguiente -26 de julio de 1533- Atahualpa fue ejecutado en la plaza de
Cajamarca. A última hora se le conmutó la pena de la hoguera por la de garrote por haberse
dejado bautizar" (José A. del Busto D.[28]). "Y en dicho pueblo de Cajamarca en treinta y
un días del dicho mes de julio en presencia de los dichos oficiales de S.M. manifestó
Francisco Pizarro mil ciento ochenta y cinco pesos en piezas labradas de indios que dijo
que se le había dado el cacique Atahualpa y manifestóles después de la muerte de dicho
Atahualpa cinco días". "Es lógico suponer que la muerte del Inca ocurrió después del 8 de
junio y antes del 29 de julio de 1533. La partida de Cajamarca se inició a mediados de
agosto por grupos, el 26 de ese mismo mes estaban en Andamarca y el 2 de setiembre
arriban a Huaylas. La fecha antojadiza del 29 de agosto es completamente equivocada y se
hace necesario rectificar el error" (María Rostworowski[29]
El Gobernador, para salvar las apariencias y tener un seguro de vida hasta tomar el Cusco,
nominó en su reemplazo a otro hijo de Huaina Cápac como Zapa Inca, se llamaba Túpac
Huallpa, quien reconoció su vasallaje al emperador de España.

Quinta fase: A pesar de tener casi dominado el norte del país, y de tener de apoyo a
muchos indios huscaristas y etnias esperanzadas en ser libres, entre otras. Los españoles
aun no habían consolidado la conquista.

Lo anterior prueba que los españoles, a su desembarco en el Perú, ya tenían ganado a parte
del Imperio, que los ayudó; ello se debió, no a las simpatías que pudieron haber generado
ellos, sino, simplemente, a que muchos en el Imperio, ya estaban descontentos de la pesada
opresión Inca

luego de reponer fuerzas por dos días, Pizarro envía una avanzada al mando el temor era de
levantamientos y ataques de los naturales, leales a Challcuchimac

. El cronista Sancho de la Hoz, dice que el motivo de esa rebelión era porque ellos “querían
guerra con los cristianos, porque veían la tierra ganada por los españoles y querían
gobernarla ellos”.

Pizarro emprende rumbo a xauxa a dos leguas antes de llegar divide su ejercito, ya estando
cerca se da cuenta que la llacta esta integra, y no solo eso sino que tuvieron un recibimiento
cordial. “celebrando su venida, porque con ella pensaban que saldrían de la esclavitud en
que les tenía gente extranjera”

Entrando a Xauxa, encuentran levantado al general Yukra Huallpa, dejado ahí por
Challcuchimac, antes de su captura, El enfrentamiento fue una atroz matanza de indios; los
españoles con sus armas, perros dogos e indios auxiliares, emboscaron a las tropas de
Yukra Huallpa, haciendo una matanza; como dicha tropa fuera dejada por Challcuchimac,
eran partidarios de Atahualpa

Esta tropa inca, había sido enviada por los generales Yncorabaliba, Yguaparro y Mortay,
que se encontraban con el grueso de su ejército a 6 leguas de

Pizarro ante esto pretende atacar por sorpresa a la tropa inca; pero es engañado y cuando
quiere continuar hacia el Cusco, se da cuenta que los puentes estratégicos, habían sido
cortados

Los españoles, en su viaje por todo el valle del Mantaro, fueron constantemente ayudados
por los huancas

En Vilcas se enfrentan a los incas, en una feroz batalla, que a pesar de la superioridad
numérica, los incas pierden, por la superioridad de las armas españolas, con gran matanza
entre los indios

Algo que contribuyó a debilitar los ataques de los incas, en este tramo del viaje hacia el
Cusco, fue el hecho que tuvieran como rehén al general Challcuchimac, hombre muy
querido por sus tropas. Temían la represalia de Pizarro y la muerte del valiente general
atahualpista

Pizarro entró en Andahuaylas

), sin ser molestado

, pasó la noche

”. Luego de Andahuaylas, Pizarro continuó su viaje hacia el Cusco y encontrándose en un


río, recibe la noticia de un enfrentamiento de su vanguardia con los rebeldes incas

Hernando de Soto, en su avance con la vanguardia hacia el Cusco, luego de vadear un río
fueron atacados por los indios, que presionaron con tanta fuerza que mataron a cinco jinetes
españoles. “A cinco cristianos cuyos caballos no pudieron subir a lo alto, cargó tanto la
muchedumbre, que a dos de ellos les fue imposible apearse y los mataron encima de sus
caballos…”; “les abrieron a todos la cabeza por medio, con sus hachas y porras”; “…
hirieron diez y ocho caballos y seis cristianos; pero no de heridas peligrosas, que sólo un
caballo de éstos murió”.

Noticiado de estos hechos, Francisco Pizarro, sospechó que todos sus movimientos eran
espiados y que el general Challcuchimac, era el que enviaba dichos informes a las tropas
incas
Diego de Almagro y Hernando de Soto, estuvieron de acuerdo con Francisco Pizarro, que
todas las cosas que les estaban pasando, eran producto de la “infidencia de Challcuchimac”,
y lo condenaron a muerte quemado vivo.

Murió en la plaza de Sachisagagna, quemado vivo

 Villanueva Sotomayor, opina que los incas, habían observado las costumbres de los
españoles, y que fatalmente, los incas no pudieron aprovechar las debilidades de los
mismos, por las rivalidades, producto de la guerra civil que aún continuaba, a pesar
de la presencia del verdadero invasor.

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